Capítulo 8

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Ellos nunca se plantearon la idea del matrimonio, no lo veían como algo importante, un papel que los unía legalmente pero que fuera de ahí no significaba nada más. Sabían perfectamente que un matrimonio no curaría las heridas de una relación, que era un cato simbólico y quizás romántico pero a fin y al cabo importante. Ese era un paso más que nunca pensaron dar.

Si bien Jungkook llevaba desde el verano anterior planeando el momento ideal para proponerle matrimonio, dudó siempre por muchas cosas. Miedo al rechazo, su trabajo y escasez de tiempo, esperando a ser promovido para estar más tranquilo. Fueron muchas las cosas que lo frenaron e hicieron posponerlo siempre un poco más, dividiéndose finalmente en octubre que se lo pediría para navidad.

Su plan, mayor deseo y anhelo de los últimos meses fue casarse con Taehyung, despertaba un sentimiento tan bello que solamente incrementaba las ganas de estar con él toda su vida. En la parte monogámica del mundo en la que él formaba parte, estar casado junto a su castaño era un gran lazo que la naturaleza y vida sembró en su alma.

Claramente que sabía que en ocasiones era como la típica vida real de la mayoría de la población mundial; un campo de batalla y no un lecho de rosas pero junto a él no importaba. Sería una dicha, una planta lleno de amor que renacería cada día, a la que jamás dejaría de atender, cuidar y regar.

No deseaba hacerlo por obligación porque ellos no tenían ninguna. Era simplemente lo que su corazón dictaba, lo que cada célula de su cuerpo quería, estar unido al hombre que amaba de todas las formas existentes porque sabía que la unión más importante era la de sus corazones y esa era muy difícil que quebrar, se amaban. Al menos eso pensaba hasta que minutos antes de que finalizara el año recibiera esa llamada que le ponía un punto final a su relación.

Escuchó sus razones, las estudió durante largos días y noche llegando a la conclusión de que no podía simplemente quedarse de brazos cruzados. Él realmente cambiaría porque ahora que ya había sido ascendido no había nada que quisiese más que estar junto al castaño, compartir juntos los triunfos y dedicarse a ellos, a su relación y vida de pareja.

Sin embargo, el silencio recibido por su parte de que le hizo esa pregunta lo estaba desgarrando. ¿Era ese silencio su respuesta? Lo conocía demasiado bien como para saber que estaba pensando en rechazarlo. Sus ojos no lo miraban directamente, desviaba siempre su mirada y jugaba con el cabello de su nuca mientras caminaba de un lado a otro humectando incansablemente sus labios. Cada vez que debía dar una mala noticia actuaba de la misma manera.

— Tae... — Llamó poniéndose en pie para ir a su encuentro, tomando una mano que fue retirada dejando un frío enorme en su palma, misma que cerró para mirarlo con cierto temor. — No tenemos que casarnos ya, corriendo. Los anillos son algo simbólico como un recordatorio de que cuando ambos estemos listo como pareja, daremos el paso a unir definitivamente nuestras vidas.

El mayor, ahora sentado en el sofá con piernas inquietas e irregulares inhalaciones mientras sus manos cubría parte de su cara dejando solamente sus ojos y frente libre, parecía no estar procesando eso muy bien.

— Si nos ponemos a pensar en ello, no diferimos mucho de una pareja de casados ya establecidos, cumplimos con todos los requisitos incluyendo nuestras pequeñas peleas por cosas sin importancia como el exceso de minutos en una comida, cuando olvido mi ropa en el baño y cosas así. Hemos estado viviendo juntos desde tiempos memorables, conociéndonos, complementándonos diariamente. No tenemos por qué cambiar por el cambio de nuestro estado civil. Seguimos siendo nosotros, Taehyungie, solamente tú y yo. Te amo, sabes que eres lo más importante en mi vida y esa quiero compartirla contigo indefinidamente.

Él lo estaba escuchando, sí que lo estaba haciendo y por ello casi hiperventilaba. Estaba consciente de que la relación de ambos era algo que iba mucho más allá de esa proposición, con o sin ella lo que sentían era mutuo. Por Dios, a pesar de todo amaba a ese hombre como a nadie y su corazón gritaba de regocijo y felicidad mientras era regañado por la parte más racional de su cerebro.

No podía aceptar casarse con él , quería hacerlo pero para ello su relación debía no solamente volver a ser lo que era ante todos esos problemas, sino ser mucho mejor, porque como persona y pareja habían crecido mucho aunque hubiesen cosas que los llevaran en retroceso.

No era posible simplemente cubrir todo firmando un papel. Entendía el significado de este en sus vidas, el motivo tras cada acción del pelinegro y estaba consciente de que todo no era más que un sello de un amor profundo que ambos sentían. Algo simbólico cargado de sentimientos puros y hermosos, mas no podía, no así...

— Tae... — Musitó cautelosamente sentándose frente a él. — Mi amor.

— Jungkook, yo te amo, sabes perfectamente que lo hago pero no creo que pueda aceptar tu proposición por mucho que lo desee. — Calló mirando las lágrimas que sin permiso cubrieron las mejillas del pelinegro, mismas que secó con rapidez.

Miraba todo a su alrededor, las flores la decoración y el increíble empeño que Kook había puesto en todo. Había hecho sin duda un buen trabajo y eso le sacaba una sonrisa haciendo que su corazón se agitara regañándolo por lo que acababa de decir. La música que sonaba era un popurrí de las canciones preferidas de ambos, la comida en la mesa era su favorita y el hombre frente a él lucía más hermoso que nunca.

¡Maldición!

Sus propias lágrimas comenzaron a llenarlo recordando todos los momentos felices a su lado, viendo la misma mirada enamorada en su hombre. Las alianzas que sobresalía de su estuche eran tan hermosas y la felicidad que sintió desde que se abrió la puerta era tan grande que sintió en el momento exacto que perdió la batalla contra la racionalidad dándole una victoria más a la parte sentimental y enamorada de su personal.

Suavemente extendió su mano hasta el rostro de quien por años fue su pareja, elevando sus comisuras al ver como se acunaba contra él en un acto inconsciente. Tan suave y hermoso como siempre. Con la mano libre se dirigió cautelosamente a la pequeña cajita de terciopelo abandonada en el sofá, tomando uno de los anillos en su mano.

Un modelo sencillo y simple, un grueso pero liso anillo de oro blanco con un grabado en el interior del diminutivo de sus nombre. "Tae", decía ese que estaba sosteniendo, viendo como aún el pelinegro no abría sus ojos, buscó su mano derecha para colocar en su anular aquella metálica argolla.

Jungkook sintió el frío metal deslizarse por su dedo e incrédulo abrió sus ojos ensanchándolos lentamente, observando como aquel con "Kook" grabado comenzaba a acomodarse en el dedo del castaño. Ya su corazón se estaba quebrando, había dado por hecho que su propuesta había sido rechazada pero ahora veía sus manos con los anillos escogidos por él y sentía su corazón batallando para salirse de su pecho.

Estaba conmocionado, algo confundido pero completamente feliz siendo testigo de sus manos entrelazándose. Era un idiota enamorado completamente sensibilizado, al punto de estar llorando de alegría y regocijo. Sus latidos entonaban el júbilo que aquello le brindaba.

— Acepto casarme contigo, mas con una condición. Sé que el amor no se condiciona y un acto como este debe ser desinteresado pero no puedo simplemente hacerlo así. — Expresaba acariciando con su pulgar el dorso de la mano contraria. — Justo como tú dijiste, estamos comprometidos formalmente pero eso no significa que nos vayamos a casar, al menos no hasta que no vuelva a sentirnos mutuamente tan importantes como el aire que aspiramos. Hasta que nuestras diferencias y problemas no sean resueltos, hasta que no esté seguro que no seguiremos en las mismas. Debe haber reciprocidad en todos los aspectos, compromiso...

El menor asentía como si le estuviesen dando una lección en el colegio o sus padres lo estuvieran reprendiendo, arrancando una cuadrada y amplia sonrisa de parte de Taehyung.

— No regresaré hoy mismo al apartamento, creo que sería bueno si al menos por unos días nos damos tiempo para reorganizarnos.— Si por Jungkook fuera no lo hubiese dejado alejarse de él por días pero asintió. — ¿Estás bien con eso?

— Si es lo que crees que necesitamos, me parece bien. — Sonrió levantándose para abrazarlo fuertemente, cayendo ambos en el sofá con risas alegres y besos variados. — Mmm, Tae... — El contrario asintió levantando la cabeza de su pecho para mirarlo a los ojos mientras le hablaba y él acariciaba su azabache cabello. — El viernes es el evento de la empresa en el que se presentará oficialmente no solo al nuevo presidente, sino también mi ascenso. Sé que quizás no quieras oír nada relacionado con mi trabajo en este momento pero sinceramente me gustaría que fuésemos juntos, estar junto a ti en ese momento.

— ¿Este viernes? — Asintió. Debía cancelar de todos modos sus encuentros con Jimin, detener lo que sea que hubieran estado teniendo en esas semanas por lo que no haría mal decirle que no podía aceptar su invitación. — De acuerdo, iré con gusto, mi amor. Yo estoy orgulloso de ti y realmente me hace feliz que logres tus metas, lo que me disgusta de tu trabajo es que le dediques todo tu tiempo y sea tu única prioridad. No eres equitativo con todo tu entorno si tu trabajo está presente. Sin embargo, eso no significa que no me ponga feliz por tus logros y quiera estar en un momento tan importante para ti.

— Eres el mejor novio, ¿lo sabía?

— Por supuesto.

Ambos se rieron perdiéndose en un abrazo eterno que ambos necesitaban. Caricias y besos que no llegaron a más porque eso era todo lo que necesitaban y querían por el momento. Juntos contemplaban sus alianzas con un nuevo brillo en sus miradas. Esa era una nueva oportunidad que la vida les daba para ser felices, para amarse como siempre lo habían hecho e incluso más.

+++

Amor...

— Dime, Kook. — Taehyung abrió los ojos con dificultad mirando la hora, supuestamente se había acostado por una hora más después de irse el pelinegro para el trabajo pero era casi mediodía. — ¡Oh por Dios!

Su exclamación fue casi como un grito al ver que había dormido durante cinco hora cuando la idea inicial había sido solamente una. No es que ese día en especial tuviera mucho que hacer pero quería terminar las pocas obligaciones antes del mediodía para tener la tarde libre con Jungkook, ya que iban a visitar a su suegra.

A diferencia de lo que acordaron dos días atrás, no tardó más de veinticuatro horas en regresar al apartamento, simplemente lo extrañaba demasiado como para mantenerse distante por más tiempo.

¿Buenos días? — Se reía Jungkook sabiendo todas las expresiones que su pareja estaba haciendo en esos momentos. Fue casi enfermizo lo mucho que lo extrañó todo ese tiempo. Su voz, su presencia, verlo justo como esa mañana a su lado, sin querer salir de casa para estar todo el día con él. — Llamaba para pedirte un favor, amor. Pero no sé si puedas en estos momentos.

— D-Dime... — Se colocó sus pantuflas y salió algo adormilado aún hacia la cocina. — ¿Qué olvidaste en la casa?

Me conoces demasiado bien. — Ambos se rieron frente a esto, hay cosas que simplemente no cambiaban. — Ayer por causa de alguien — insinuó — dejé olvidada una carpeta en el sofá que tengo que entregarle al nuevo CEO dentro de dos horas y todavía necesita algunos detalles. ¿Crees que puedas traérmelo? Serás mi salvavidas porque si tengo que mandar a mi asistente hacia allá le tomará mucho tiempo, además ahora mismo debo hacer conocer a quien ocupará su lugar.

— No te preocupes, me visto y salgo para allá. ¿Algo más que deseas que te lleve?

Sería mucho pedir que pasaras a recoger mi almuerzo al restaurante que está frente de la empresa? — La negación llegó y él sonrió feliz. — Eres el mejor, estoy esperándote ansioso, llámame cuando ya estés en el restaurante. ¿De acuerdo? Así bajo para encontrarte en la entrada.

Taehyung se estiró con pereza, bostezando hiperbólicamente con grititos innecesarios para verse al espejo con una sonrisa. Todo estaba bien aunque claramente habían pasado muy pocos días para cantar victoria, agregando que todavía debía hablar con Jimin para decirle que dejarían de pasar tiempo juntos, al menos no como lo habían estado haciendo hasta ahora sino como simples amigos. Después de todo, ellos no tuvieron jamás nada simbólico y le agradaba demasiado como para perder su amistad, le agradaba pasar tiempo con él y sus extravagantes ocurrencias.

Regresó a su habitación y tomó el teléfono sabiendo que tendría al menos cuatro mensajes, dos buenos días y dos buenas noches de los días que no había querido abrir su chat. Como en efecto, estaban esas dos frases pero también otras donde le preguntaba cómo estaba, mostrando su preocupación al no tener noticias suyas. Mandó un mensaje con un escueto "hola" y un "no te preocupes, todo está bien espero que lo mismo sea para ti", yendo rápidamente hacia la sala para tomar la carpeta que debía llevarle a Kook.

Maldijo no tener su propio auto en ese momento, ellos no podían seguir utilizando un solo auto pero ya podrían hablar de eso esa semana y organizar un día para ir juntos a escoger un nuevo vehículo. Subió en el taxi que ya había pedido y se bajó frente a la empresa de su novio para ir a recoger su almuerzo. Si algo tenía Jungkook, era un buen comer pero normalmente con todo el trabajo en el que se embotellaba olvidaba incluso que tenía que alimentarse.

Una vez que pagó y recibió la comida, se dirigió a la puerta quedándose completamente paralizado al ver a Jimin entrar solo mientras atendía una llamada telefónica que terminó en cuanto lo vio. Estaban en público pero al parecer al rubio aquello no le importó cuando rápidamente lo abrazó con una amplia sonrisa y un casto beso en sus labios haciéndolo tensarse en su lugar con el miedo de que alguien conocido hubiese presenciado aquello.

— ¿Qué estás haciendo?

— ¿A qué te refieres? — Jimin se encogió de hombros apartándolo de la entrada. — ¿Qué haces por esta zona? He estado preocupado ya que apenas hoy me respondiste mis mensajes de forma un tanto plana.

— Ya, es que he estado un poco ocupado pero es bueno verte ya que quería decirte algo. — El rubio asintió con una sonrisa que hizo el corazón de Taehyung estrujarse, se sentía una mierda a pesar de que los dos no eran nada más que amigos. — He vuelto con mi pareja.

No tenía una mejor forma de soltar aquello, mientras más lo alargara peor sería y prefería no ir con rodeos aunque por el extenso parpadeo del contrario luego de quedarse lelo por varios segundos le decía que quizás, había una mejor forma de comunicarle eso.

— Ya sabes que estaba soltero cuando nos vimos el fin de año, desde entonces hemos retomado nuestra amistad, incluso ya sabes, nos hemos besado y esas cosas pero eso no puede seguir ocurriendo. Estaba buscando el mejor momento para decirte esto y no mentí cuando te dije que me atraías y que me gustabas. Solamente hay que mirarte, eres hermoso, solamente que...

— No lo suficiente para ti ya que lo nuestro no ha sido trascendental y más bien fue solo un juego para hacernos compañía y entretenernos cuando estábamos solos, ¿cierto? — Taehyung bajó la mirada y el rubio solo sonrió. — No pasa nada, tranquilo. Que tengas buen provecho, yo ya me tengo que ir pero me alegra saber que al menos estás bien. No te preocupes, no te incomodaré más.

— No he dicho que me incomodes o que no podamos seguir siendo amigos, después de todo no es que siempre anduviésemos besándonos por ahí entrando casi en una relación— Sonrió torpemente.

— Ya... Para que las relaciones existan para ti, tienen que tener besos y sexo sino no son relaciones y solo una simple amistad. — Asintió palmeándole el hombro. — No pasa nada, ahora sí, tengo que irme.

Jimin caminó hacia una parte del restaurante que parecía ser privada y reservada sin dejarle decir nada. ¿Por qué le había dicho eso? Claramente que para tener una relación de esa índole, es decir, una relación amorosa o de pareja debían haber esas cosas en algún momento. La ausencia de todo esto se resumía a una muy buena amistad, ¿cierto?

Miró en la dirección que el mayor desapareció repitiendo sus palabras en la cabeza. Claro que una pareja no tenía que estar todo el tiempo besándose e intimando a gran escala para ser considerada una relación pero...

Ay, yo me entiendo...

Sintió su teléfono vibrar, apresurándose para contestarle a su pareja e informarle que ya iba para la empresa con el almuerzo. Se quedaron comiendo juntos en uno de los bancos que adornaban el exterior del lugar y una vez que Jungkook terminó de comer se despidieron con un sonoro beso y regresó a la casa dejando olvidado todas las demás cosas que debía hacer. Solamente deseaba fundirse en el sofá mirando el televisor sin hacer, pensar o decir nada.

Desde el encuentro con Jimin había estado sintiéndose mal sin razón aparente y solo quería mejorar su humor para cuando dentro de algunas horas llegara su pareja, pudieran ir a visitar a su suegra.

+++

— Ya te dije que luces bien, parece que estás asistiendo a una gala y no a un evento de empresa. — Sonreía Jungkook mientras su pareja se miraba en cada espejo que encontraba en el camino al lugar de la reunión.

— No pero casi, comenzando por el lugar y porque mi pareja acaparará las miradas cuando anuncien oficialmente su ascenso. Todo parece como si fuera un evento de premiaciones. — Murmuró deteniéndose en un espejo en el pasillo que finalmente le permitía verse de pie a cabeza.

Una mano rodeó su cintura para acercarse a él diciéndole con una simple sonrisa que todo estaba bien. Aceptó gustoso pero con cierta precaución un corto beso que su novio le ofreció, volviendo a untarse un poco de bálsamo labial y caminar junto a él hacia donde estaban todos sus compañeros de trabajo.

Realmente no creyó divertirse en una reunión de trabajo de Jungkook pero lo estaba pasando genial. Su pareja estaba la mayor parte del tiempo a su lado sin hacer demostraciones de amor evidente pero logrando ponerlo nervioso de tanto en tanto. El resto del tiempo se iba para atender uno que otro socio invitado mientras que él conversaba con los demás.

— Oh, parece que ya llegó el presidente. — Comentó Mingyu brindando con Taehyung, — finalmente empezará el motivo de la reunión para poder emborracharnos con la excusa de que celebramos que el nuevo dirigente de la empresa haya regresado de la nada a cambiarlo todo. — Bufó sin poder ocultar su molestia con respecto al ascenso del pelinegro también. — Mira... Ve allí, parece que Jeon te está llamando.

Lo observó con cara seria porque no le gustaba la forma en la que ese hombre hablaba de su Kook pero pidió permiso y retiró cordialmente. Podía ver a su pareja del otro lado del valor con un grupo de hombres que hablaban entre ellos. Sostenía su copa y movía con una gracia y elegancia que acaparaba muchas miradas tanto de hombres como mujeres, cosa que no pasaba desapercibido de Jungkook que buscaba siempre la forma de hacer saber que no se miraba o tocaba.

Su brazo se ciñó a la cintura del castaño en cuanto llegó a su lado, susurrándole al oído lo hermoso y atractivo que se veía. Brindaron sonrientes y caminaron varios pasos más hasta llegar a un grupo de hombre trajeados que conversaban animadamente.

— Amor, permíteme mostrarte a nuestro nuevo presidente, Park Jimin, quizás no lo recuerdas pero ya lo conoces. Antes de finalizar el año se unió a nosotros y hoy se hará oficial su presentación. — Informaba el pelinegro mientras que el aludido y su pareja se miraban sin salir del trance. Jungkook los miró a ambos con el ceño fruncido hasta que Jimin sonrió ampliamente.

— Es un placer volverte a ver, Kim Taehyung. — Estiró su mano para saludarlo formalmente, apretándolo quizás más de lo debido. — No pensé que tú y Jungkook retomaran su amor universitario.

— Realmente no nos hemos separado desde entonces, llevamos casi una décadas juntos. — Atrajo más al castaño con una sonrisa mientras una campana sonaba fuerte en su cabeza.

— U-Un placer volver a verte.

💜💜💜
Ya se dado el reencuentro entre los tres antiguos compañeros. ¿Qué creen que suceda en el próximo capítulo?

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