Era un día como cualquier otro en la prisión más intrincada del planeta, y como siempre se escuchaba la alarma de fugas del ala 13.

— ¡¡Detenganse mocosos de mierda!! —gritaba nuestro gorila favorito mientras perseguía a los cuatro reclusos.

— ¡Nadie se para cuando le dicen que se detenga! —exclamó el ingles mientras oprimía un botón en la pared que habría una compuerta llena de serpientes, las cuales cayeron frente al guardia — ¡Nos vemos Hajime!

— ¡¡Ya verán cuando los atrape!!

El grupo giró en una esquina y se encontraron con una cerradura eléctrica, sin panel ni rendija.

— ¿Qué hacemos con esto? —Preguntó el de pelo verde.

—B-busquen un interruptor —les dijo la chica recuperando el aliento.

— ¡Si no nos apresuramos Hajime nos hará papilla! —Dijo Rock atemorizado mientras palpaba la pared.

—Aunque se apresuren igual los haré papilla —dijo el guardia apareciendo de forma tétrica por una esquina y apretando los puños — ¡¡Dejen de escapar de una vez!! —Gritó mientras golpeaba a cada uno de ellos y los arrastraba a su celda — ¡la próxima vez los mando a la enfermería oyeron! —Tras decir esto con una mirada asesina se marcho.

— ¡Fuu! Hajime no tiene piedad —dijo Uno sobándose el chichón que se le había formado en la cabeza.

—Aah...ha...haa...

-—¿Jyugo-chan estas bien? —Le preguntó Nico al verla aún jadeando.

—E-estoy bien.

—Pues no lo pareces. ¿¡Aún no te has recuperado de tus heridas!? —Le preguntó Rock alarmado.

—No. Creo que ya me cure así que no...

—Así que nada —la interrumpió Uno mientras extendía el futón de Jyugo —mañana iremos a la enfermería así que ahora descansa.

— ¿¡Eres mi madre o qué!? Sólo me cansé un poco.

—No debes descuidarte con estas cosas Jyugo-chan. Una vez me descuidé y terminé con una enfermedad contagiosa que hacía a la gente actuar como gallos.

—Nico. No creo que eso le pase a gente normal...

— ¡Tú tampoco eres normal! Así que a dormir —le dijo Uno empujándola dentro del futón.

— Eso hirió mis sentimientos, ¿sabes? —Le recriminó Jyugo con el ceño fruncido.

— ¡Auu! ¡No te preocupes Jyugo! ¡Te queremos aún cuando seas una aguafiestas, torpe, tonta, despistada, lenta, con mala caligrafía, brazos que se vuelven espadas y no puedas hacer nada más que escapar! —La "consoló" el ingles con una sonrisa y los pulgares arriba, acción que imitaron los otros dos.

— ¡¡Córtense un poco!! —Les gritó tirándole una almohada a Uno.

Después de esto se formo una pelea de almohadas en la celda 13. Sin duda era un día normal, ¿quién iba a pensar que hoy se tomaría una decisión que lo cambiaría todo?

Mientras tanto, se habían reunido los supervisores de las alas 3, 4, 5, 13 y el locutor de la prisión frente a la alcaldesa para decidir algo respecto a cierta reclusa.

— ¿No hay error verdad Samon? —Preguntó la alcaldesa seria.

—No lo creo —respondió firme.

—Necesitamos algo más concreto Samon —le dijo Kenshiro.

—Eso ya lo se. Teniendo en cuenta los hechos en Gogyosan la probabilidad de que la reclusa N°15 sea una usuaria de Haki es muy alta. Pero debido a que no se sabe de ningún usuario que haya llegado a la pubertad no hay forma de confirmarlo sin más investigación.

— ¿Por qué no hay usuarios que hayan llegado a la pubertad? —Preguntó Kiji.

—Porque la carga es demasiada para sus cuerpos. El Qi provee a su usuario de vitalidad y fuerza, pero si alguien sin talento lo usa puede llegar a causar la muerte. El Haki es mucho más poderoso que el Qi pero es aún más inestable.

— ¿Inestable? —Cuestionó esta vez Mitsuru.

—Si. El Qi fluye por el cuerpo en equilibrio, en todo momento y nunca sobrepasa la capacidad del portador. El entrenamiento de Qiqou es solo para aprender a controlarlo a voluntad. Pero el Haki es diferente. Fluye sin control ni balance aumentando constantemente, esto causa demasiada carga al usuario que muere en la niñez.

— ¿Como mueren? —Preguntó el supervisor del ala 3, lamentando en su interior las muertes de esos pequeños.

—Depende de la persona pero nunca es una muerte fácil. Algunos mueren por que sus órganos colapsan, otros sufren explosiones internas y otros se sobrecargan tanto que su poder se descontrola y termina destruyendo al usuario y lo que tenga a su alrededor.

— ¿¡Llega a afectar a otros!? —Si era así Momoko tendría que plantearse el confinamiento en solitario de la chica, o peor.

—Vieron las ondas expansivas que provoca al blandir su espada, ¿cierto? Eso es su Haki. Imaginen que esas mismas ondas salen de su cuerpo cortándola desde dentro y afectando su entorno. El alcance depende del poder del usuario y como el Haki crece continuamente... La verdad no tengo ni idea de que pasaría si esto le ocurre a la N°15...

—No se si es por el Haki —Empezó a decir Hajime quien se había mantenido callado hasta el momento —pero la salud de la reclusa N°15 a decaído últimamente. Justo pensaba llevarla mañana a recibir un chequeo en la enfermería.

—Entones sera mejor que yo valla también —dijo Samon —así podre confirmar si es o no una usuaria de Haki. ¿Le parece bien alcaldesa?

—Muy bien. Ve y confirma el estado de la reclusa N°15. Tomaré mi decisión cuando reciba el informe. ¡Vuelvan a sus puestos hasta nuevo aviso!

— ¡Si señora!

Al día siguiente Jyugo se encontraba sentada en una cama de la enfermería, esperando por su revisión. Aunque se había sorprendido de que Hajime la llevara a la enfermería sin que nadie se lo pidiera no se quejaba, pues ella también empezaba ver rara su condición.

El sonido de la cortina abrirse la saco de sus pensamientos y al alzar su mirada vio que no era Okina quien entró, sino Samon.

— ¿Como te encuentras N°15?

—Aburrida. ¿Y Okina?

—Está atendiendo al N°25. Hoy seré yo quien te examine.

— ¿Eh? ¡Pero si tú no eres médico!

—Pero soy usuario de Qiqou, y es lo que necesitas.

— ¿A que te refieres?

— ¿Hajime no te explicó? —Le preguntó sorprendido a lo que ella negó con la cabeza —maldito gorila —masculló por lo bajo para después explicarle todo a la chica.

— ...¿Qué quieres que haga? —Preguntó después de asimilar lo que le había dicho Samon.

—Para empezar quítate el suéter —le dijo mientras se quitaba los guantes.

— ...Ok —accedió algo sonrojada mientras se lo quitaba.

—No te preocupes. No estoy interesado en niñas —le dijo de espaldas mientras juntaba las palmas de sus manos y se concentraba.

— ¿¡A quien le dices niña!? ¡Voy a cumplir 19! —Le gritó ofendida mientras ocultaba su pecho con el suéter.

—Y yo 28 —dijo dándose la vuelta y viendo el cuerpo de la chica que en definitiva, no era el de una niña y estaba lleno de cicatrices -tú...

— ¿Qué tal si me dices qué más tengo que hacer en vez de mirarme? Mono pervertido —lo interrumpe.

— ¡No soy un mono!

— ¿¡Te molesta más que te digan mono A que te digan pervertido!? —Ante esto Samon se sonroja y trata de excusarse, pero la risa de la chica lo sorprende — ¡jajaja! ¡Ojalá vieras la cara que has puesto!

—Haa~ —suspira derrotado —deja de reír y acuéstate boca abajo —ella obedeció y el se acercó a la camilla —tengo que tocarte para sentir tu Qi pero necesito que lo aguantes, ¿bien?

— ¿No tengo opción cierto? Solo acaba rápido —le dijo mientras tapaba su rostro con sus brazos, para que no viera su sonrojo. Cosa inútil ya que tenia hasta las orejas rojas, echo que le pareció muy tierno a Samon —y si tocas algo indebido te mato.

— ¡No lo haré!

Tras esto Samon empezó a examinarla. Concentraba su Qi en la palma de sus manos de las que salían una luz verde y las movía por el cuerpo de Jyugo, quién se estremecía pero no decía nada. No estaba acostumbrada a que un hombre la tocara así, ¡y menos alguien a quien conocía tan poco! Pero era necesario y por eso no se quejó.

Samon pronto sintió el excesivo flujo de energía en su cuerpo característico del Haki, pero lo raro es que no era tan inestable como se esperaba, más bien parecía fluir hacia un punto en específico: los grilletes. Al tocarlos sintió una gran concentración de Haki, era como si los grilletes canalizaran la energía.

—Ya puedes vestirte —le avisó, apartando sus manos de su cuerpo y dándole la espalda para que se vistiera —eres una usuaria de Haki.

— ...¿Eso significa que voy a morir?

—Solo si no hacemos nada. No se como pero los grilletes canalizan el Haki para que no dañe tu cuerpo, el problema es que a crecido tanto que ya no pueden canalizarlo todo —explicó volteando a verla ya vestida —si podemos detener el desarrollo del Haki podremos salvarte.

— ¿¡Puedes hacer eso!?

—Probablemente. Con los grilletes canalizando el Haki, algo de entrenamiento y algunos sellos deberían funcionar para evitar su crecimiento. Pero para eso debes venir al ala 5.

— ...Entiendo. Lo haré. No pienso morir ni poner a mis amigos en peligro por culpa de esto —le dijo decidida.

—Buena respuesta —respondió con una sonrisa —hablaré con la alcaldesa y Hajime para arreglarlo todo, hasta entonces no fuerces tu cuerpo y trata de relajarte.

Ella asintió y ambos se fueron de la enfermería. Ella a su celda escoltada por Seitaro, y el a preparar el informe para la alcaldesa.

Continuara...

YO: ¡Lo prometido es deuda! ¡Aquí les tengo el primer capitulo de *Trust*! Se que fue largo y no tuvo mucho romance, pero como les dije en *Pride* esta historia tiene más que sólo romance y tengo que explicar bien el trasfondo. Como no se como acaba lo de Gogyosan tengo que inventar mucho para esta historia y me toma más de lo que pensé, así que las actualizaciones creo que serán un poco lentas, perdón😿.

También pensé explicarles lo de las edades: en el anime Jyugo tenia 16 antes del torneo de año nuevo y Samon 27. No me gusto la diferencia y puse a Jyugo con la misma edad que Uno 18. Y como la historia es después del torneo van a cumplir la edad mencionada en el capítulo. Si quieren que especifique la edad de los demás personajes díganme en los comentarios y haré una lista para ustedes😸.

Por último, respecto al aspecto y la ropa de Jyugo como mujer: tiene el pelo un poco más largo que en el anime y sus pechos son un poco más pequeños que los de Kaguya. De ropa lleva un suéter de rayas blanco y negro y un pantalón negro, pero la ropa la cambiare más adelante.

¡¡Mucho amorrr😻😻😽😽 a todos ustedes y muchas gracias por leer!! ¡CHAUUU😻😽!