•Hola Gigante•

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—¿Cómo puede ser esto posible...? —Preguntó Momoko completamente pálida.

A su alrededor Kiji, Mitsuru, Kenshiro, e incluso Hajime, estaban en condiciones similares tras escuchar el reporte de Samon.

—Las desapariciones de reclusos son algo que llevo investigando hace años, y la existencia y métodos de Elf eran algo que ya sabía por el N°634... Pero jamás imaginé que Enki estaba involucrado de esta manera... —Murmuró Kenshiro frustrado.

—¿Cómo es que no me percaté de nada? —Mitsuru parecía ido al susurrar esto.

—Deberiamos habernos dado cuenta que algo estaba mal con Enki y ayudarlo. —Se lamentó Kiji.

—¿Ya terminaron con sus lamentos? —Preguntó Hajime indiferente.

—¡Hajime! ¿¡No te afecta en nada lo que acabas de escuchar!?

—¿Qué gano con que me afecte? —Preguntó y antes de que hablaran se colocó junto a Samon frente a la alcaldesa—. Pido perdón por lo que diré alcaldesa, pero en lugar de dejarse ganar por las emociones deberíamos comenzar a pensar en una forma de agarrar al bastardo que se burló de nosotros y destruyó tantas vidas. Más que nada, pienso que es grosero ponerse emocionales cuando la persona más involucrada está manteniendo sus sentimientos a raya para cumplir su deber como debe ser.

Ante esto todos miraron a Samon, sus ojos estaban inchados por el llanto y claramente seguía pálido. Pero su mirada y postura eran firmes, no iba a dejarse caer.

—Lo sentimos Samon. —Se disculpó Momoko y los otros tres hicieron una leve reverencia.

—No hay nada que perdonar alcaldesa. Yo mismo vine después de dejar salir mis emociones, así que no puedo culpar a ninguno... Pero sí agradecería que lidiaramos con el problema en este momento.

—¿No deberíamos revisar la investigación de Enki? —Preguntó Kenshiro.

—La única que puede entrar en el almacén donde están los registros es la N°15.

—¿Por qué?

—Por lo visto mi hermano destruyó la llave que lo abría para que no la robaran, así que solo la N°15 y su padre pueden abrir la puerta con sus habilidades de escapistas.

—...Samon, Sugoroku. ¿Qué opinan de dejar que la N°15 ayude en la investigación? Quiero escuchar la opinión de ustedes que se han echo cargo de ella. —Les preguntó Momoko.

—¡No hay objeción! —Exclamaron firmes y al unísono ambos supervisores.

—La N°15 solo mostró un comportamiento violento una vez estando en el ala 13: durante el torneo de año nuevo al ser provocada, y esto fue por el claro odio hacia el hombre de la cicatriz. Puedo afirmar que no escatimará esfuerzo para atraparlo.

—Concuerdo con Hajime. Como pudo observar en mis reportes desde que se trasladó al ala 5 la N°15 ha mantenido un comportamiento ejemplar, y más importante que eso, arriesgó su vida para proteger a los reclusos y guardias del ala 5. Apartando mis sentimiento personales, creo que es alguien que merece nuestra confianza.

Momoko sonrió suavemente al escuchar lo último y suspiró.

—Entonces esperaremos a que ella se recupere lo suficiente para abrir el archivo de Enki. Creo que ya lo saben, pero esto debe tratarse con la mayor discreción posible, fuera de nosotros solo se avisará de la investigación a Okina y Kazari para que ayuden con los datos que encontremos. Ni los demás supervisores serán informados de la verdad sobre Enki, no hasta que sepamos que no hay ojos en la prisión.

—¡Sí señora! —Exclamaron todos.

—Mitsuru, quiero un reporte total de la seguridad de la prisión, encuentra cómo lograron pasar por ti.

Y pruébanos que no eres un cómplice.

Pensaron todos en la sala. Él mismo lo sabía, que en esa situación todas las sospechas apuntaban a él aunque quisieran creer lo contrario.

—Encontraré la brecha sin fallar alcaldesa.

Que estuviera presente en ese momento era una advertencia y un regalo en honor a la confianza que le tenían. El aviso de que estaba bajo sospecha, y la oportunidad de probar su inocencia.

—Alcaldesa. —La llamó Samon antes de que terminara la reunión—. Me gustaría pedirle un favor...

Días después, Samon estaba sentado en una silla junto a la camilla de Hime, pelando una manzana y vistiendo ropa casual.

—No entiendo cómo te dieron días libres. —Comentó ella mientras veía algo sonrojada como Samon le daba forma de conejo a las manzanas.

Es muy tierno.

—La alcaldesa dijo que era para tener a alguien que te protegiera en lo que te estabilizas. Algo como una misión en cubierto. Toma. —Pinchó uno de los trozos de manzana y lo acercó a la boca de Hime.

—...Aprovechado. —Masculló mordiendo la manzana y desviando su mirada aún más sonrojada.

—Tengo que aprovechar ahora que tenemos privacidad, cuando volvamos al ala 5 no podré atenderte tanto como quisiera. Aunque tampoco es que vaya a esconder lo nuestro.

Nuestro...

Hime ocultó su rostro en sus rodillas con las orejas coloradas, todavía no se acostumbraba a las muestras de cariño de Samon ahora que ya no habían más secretos entre ellos y habían empezado una relación formal.

¿Sabrá que hasta sus orejas se sonrojan?

Se preguntó Samon mirándola con una sonrisa. Sus ojos se posaron en el reloj de pared que había en la habitación y tras pensar un poco se levantó llamando la atención de Hime.

—¿Te vas ya? —Samon sonrió apenado al ver la decepción en sus ojos.

Él tampoco quería separarse de ella.

—Sí, tengo que hacer otra visita mientras estoy aquí.

—¿Quién más está ingresado? Dijiste que no hubieron heridos esa noche.

—...¿Quieres venir? —Le preguntó sorprendiéndola—. Pensaba llevarte cuando tus heridas sanaran, pero me es un poco difícil ir solo.

Ella parpadeó al ver su sonrisa apesumbrada y sonrió de forma altanera.

—¿A quién crees que le hablas? Estas heridas no son suficiente para tenerme en cama. —Con esto apartó las sábanas para bajarse de la camilla, pero Samon se adelantó y la cargó de forma nupcial—. ¡Alto! ¿¡Piensas llevarme así!?

—Sip, no voy a dejar que camines todavía Hime. —La besó de forma calmada cuando vio que iba a protestar—. Déjame hacer esto.

Hime se abrazó a Samon para esconder su rostro que sentía hervir como una tetera, él por su parte solo rió por su timidez.

Al ser una zona privada de la isla casi nadie pasaba por esos pasillos, y los pocos que se encontraron sonrieron enternecidos al ya conocer la relación entre ellos.

Pronto entraron a una habitación en la que solo se podía escuchar el pitido del monitor cardíaco de quién quiera que estaba ingresado y permanecía oculto tras las cortinas de su camilla.

—¿Puedes sostenerte en pié?

—Samon, me has acompañado en rehabilitación estos días, sabes que no me voy a romper por caminar un poco.

—Perdón, no puedo evitar ser algo sobreprotector contigo. —Admitió dejándola en el suelo con cuidado.

Ella suspiró y jaló su camisa para darle un beso en la mejilla.

—Te perdono porque sé que te he preocupado mucho. —El sonrió por esto y besó su frente como respuesta—. ¿Quién está aquí? ¿No lo habremos despertado?

—Ojalá.

Se acercaron a la camilla y Samon apretó ligeramente la mano de Hime antes sostener la cortina y abrirla.

Hime soltó a Samon y llevó ambas manos a su rostro al ver a la persona que dormía en la camilla.

—S-Samon... ¿De verdad es...? —Preguntó entrecortada y con su vista empezando a nublarse por las lágrimas.

—Sí. Le pedí a la alcaldesa que nos dejara verlo, perdón por tardar tanto.

Ella no respondió, rodeó la camilla con pasos temblorosos y se dejó caer al llegar al otro lado para después sujetar la mano que yacía conectada al monitor. Quería acercarla a su rostro, pero la intravenosa en el brazo la hizo descartar esa opción antes de dejar caer las lágrimas que había retenido.

—H-hola... Gigante... —No pudo soportarlo más y empezó a llorar mientras se aferraba a la mano de Enki.

Samon se acercó a ella y la abrazó por detrás para consolarla, derramando unas pocas lágrimas también al verla desahogarse por primera vez al estar frente a la única persona a la que podía llamar familia en ese momento.

—Gracias... Gracias Samon... Gracias... —Le dijo entre lágrimas cuando pudo volver a hablar.

—No me des las gracias, mejor defiéndeme cuando mi hermano se despierte. —Ella lo miró confundida—. Tengo que pedirle su aprobación, ¿recuerdas?

Hime sintió más lágrimas al imaginar la escena, ella y Samon anunciándole su relación a Enki y recibiendo un sermón de tres horas sobre lo que significaba ser pareja y sus responsabilidades.

—Pff, jajajajajaj. Sin duda no nos dejará ir fácilmente. Pero... —Se apoyó en Samon sin soltar la mano de Enki—. Creo que estaría feliz por nosotros. ¿Sabes? Yo solía decirle de pequeña que eras muy lindo.

Samon la miró sorprendido por esto.

—¿Cómo es eso?

—Gigante siempre me traía fotos del mundo fuera de la prisión, le encantaba presumir de ti. Así que te conocí mucho antes de llegar a Nanba.

Samon estaba mudo por esto, recordaba que hubo una época en la que su hermano tomaba fotos a diestra y siniestra pero nunca les dijo para qué eran. Estrechó la mano de su hermano junto con Hime y habló.

—Ahora tengo otra cosa por la que agradecerte.

Despierta pronto hermano. Por Hime, por Noriko-neesan... Y por mi. Despierta para que podamos reír todos juntos.

El camino a seguir era largo y no sabían por dónde empezar, pero Samon y Hime estaban convencidos de que se tendrían el uno al otro para apoyarse mientras salían de la oscuridad que los acechaba.

Después de todo, el suyo era un amor nacido de la confianza.

Fin.

Yo: ...Bueno... Prometí no hacer la nota larga para no ilusionarlos con la longitud del cap. Y la verdad... Ahora mismo no sé qué decir, esto es un poco duro. Espero les haya gustado el capítulo amores, fue lo mejor que pude hacer.

Mitsuru: Por favor no se olviden de mi aunque ya no me lean...

Yo: No lo harán Mitsu, vamos a tomar un chocolate para ahogar las penas.

Con esto ambos dejan el set de grabación entre lágrimas agridulces.

Los amo a todos, gracias por estos años juntos ( ꈨຶ ˙̫̮ ꈨຶ )💗.

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