Capítulo 11

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—Yo... Sí, sorprendentemente estoy bien—Teresa abrió más los ojos en forma de sorpresa, no dijo nada esperando que Avril dijera algo más.

—N-no siento celos, en cambio...me siento bien que este con alguien...—para este punto ya estaban en la grada donde habían estado viendo el partido, ambas se sentaron para continuar hablando.

—Pe-ro no sabemos si son algo...

—Independientemente si lo son o no....—dijo señalando hacia donde estaban Gideon y la otra chica, ambos parecían hablar de algún tema poco interesante, sin embargo, la chica y él no dejaban de estar abrazados—Estoy bien con eso—Avril sonrió sinceramente hacia su amiga dándole a entender que no estaba mintiendo.

—Entonces supongo que...

—Sí, solo somos mejores amigos—sonrió mucho más.

—Y quedamos Lazy y yo—mencionó divertida Teresa.

Avril soltó una risa que contagió a Teresa. Después de eso el juego comenzó nuevamente.

Estaban a diez minutos de acabar el juego y los únicos que habían logrado anotar fueron el equipo contario, lo que provocó más presión en el equipo de Henry. Esforzándose en, por lo menos, llegar al empaté, pero tenían que admitirlo, sus contrincantes habían mejorado. Con eso en mente tenían que hacerlo mejor de lo que habían hecho en los entrenamientos, mejor que el año pasado.

Teresa sólo veía el balón de ir de jugador a otro, mientras comenzaba a temblar un poco.

El balón lo tenía Gideon quien se lo paso a su compañero de equipo y de este a otro, así unas tres veces más hasta que llego a Henry, quien pateo el balón hacia la portería.

Por instinto de Teresa cerro los ojos, todo parecía ir en cámara lenta, todos en silencio y estáticos esperando a que pasará lo que tenía que pasar. Se sentía eterno la espera hasta que escucho varios gritos y el silbato del árbitro sonar, abrió los ojos y el equipo de Henry estaba sobre él saltando; había anotado ellos quedando empatados.

Avril y Teresa brincaron y gritaron de la emoción mientras se abrazaban, a pesar de no haber ganado completamente se conformaban con por lo menos no haber sido eliminados. Tanto era la emoción de ambas que no notaron cuando Gideon y Henry corrían hacia ellas y cuando lo hicieron se separaron del abrazo.

Henry se dirigió a Teresa y sin dudarlo la abrazó, incluso Teresa se tambaleó un poco con la emoción que traía el castaño, ambos rieron.

—¡Lo hicimos Tere! —Exclamo Henry, una vez se dio cuenta de algo se separó un poco de Teresa—Lo siento estoy sudando y yo abrazándote—rio apenado.

—No te preocupes, está bien, estamos muy emocionados como para darnos cuenta—sonrió Teresa y volvió a abrazar a Henry.

Por mientras Gideon y Avril, igual se recibieron con un abrazo, sólo que el primero, por molestarla, la levantó sabiendo que quedaría con los pies en el aire, ya que él es mayor que ella en estatura. Avril rio por el entusiasmo.

—Nada mal Gid, me sorprendiste—dijo una vez estaba sobre el suelo mirándose frente a frente.

—Gracias a ti por venir, Abby—rio y la ojiazul se cruzó de brazos, arqueando una ceja con una sonrisa más intensa el en rostro.

—Deja de agradecer y mejor ve a cambiarte—le dio un leve golpe en el hombro.

—De acuerdo señorita delicada—ambos rieron y antes de que Gideon comenzará a caminar hacia los vestidores, beso rápidamente la mejilla de Avril. Esto no es algo fuera de lo común para ellos, pues según los dos eso hacían los amigos, ¿no?, para despedirse o saludarse. En Europa lo hacen así que no había peros.

Henry y Teresa a este punto ya se habían separado del abrazo—¿Oye gustas esperarme y nos vamos juntos? —Preguntó Henry.

—¿No se irán con sus familias? —Cuestionó Teresa.

—No, los míos tienen trabajo después del partido y mi hermana no pudo asistir, los de Gideon la verdad no sé sobre ellos.

—D-de acuerdo, te...—se corrigió rápidamente—digo los esperamos—Henry asintió y se fue por el mismo camino que Gideon. Teresa simplemente suspiró y sonrió.

Ambas chicas se fueron a la cafetería a esperar a los chicos, mientras hablaban sobre cualquier tema.

Pasaron unos veinte minutos cuando Gideon y Henry se dirigían hacia ellas. Henry vestía una sudadera blanca, encima una chaqueta de mezclilla, jeans y unos converse negros; en cambio Gideon, una playera blanca, pants negros y unos tenis igual blancos.

—Hola de nuevo—dijo Gideon sonriendo.

—Pregunta Gideon, ¿y tus padres? —Cuestionó Avril inmediatamente, pues ambas chicas les extrañó el no haber visto ningún familiar de él o al menos uno que ellas hayan visto anteriormente.

—No pudieron venir así que vinieron mis tíos con mi prima—contestó muy tranquilo, Teresa y Avril compartieron miradas.

—De casualidad, ¿es una chica con cabello pelirrojo? —Preguntó ahora Teresa.

—Sí es ella, ¿por qué? —Ambas chicas trataron de disimular su sorpresa.

—No, no por nada—sonrió Teresa. Internamente estaba riendo por la confusión de su amiga, pero al mismo un poco desanimada porque aun así no había causado nada en Avril.

—Bien, ¿quieren ir por un café los cuatro?, son apenas las cinco de la tarde así que...—propuso Henry.

—Si paga Gideon, voy—menciono Avril comenzado a caminar a lado del mencionado, quién rio por su comentario e iniciaron una conversación.

—Sólo déjame avisarle a mi hermano que pase más tarde por nosotras—dijo Teresa empezando a caminar, Henry la siguió posicionándose a su lado.

—Por lo que he visto tu hermano es muy protector contigo, ¿no? —Preguntó mientras Teresa escribía un mensaje.

—Sí bueno, creo que se debe a que soy menor que él por dos años—ambos sonrieron y Teresa dejo su teléfono en su bolsillo.

—Ya veo, oye he querido preguntarte algo—Teresa lo volteó a ver haciendo una seña con la cabeza a manera de que continuase.

—¿Sabes desde cuándo o dónde se conocieron Gideon y Avril?, siempre qué pregunto, él me da por el avión, sabes a lo que me refiero—sonrió haciendo reír a Teresa.

—Bueno, según lo que me contó ella...se conocieron en una librería cerca de la casa de Avril, ella estaba buscando el último libro de su trilogía cuando se topó con él y pues, comenzaron una conversación.

—¿No se conocen desde antes? Porque no creo que de la nada le hables a alguien que apenas viste.

—Supongo que alguno hizo un comentario de alguno de los libros y ahí empezaron a conocerse—Teresa hizo un puchero, inconscientemente, pensado, lo cual se le hizo adorable a Henry.

—No sé, nunca me ha contado con detalle y lo respeto—se encogió de hombros.

—Ya veo—murmuró Henry.

Llegaron a la entrada de la escuela dónde decidieron tomar el autobús hacia el Starbucks más cercano, pues ninguno de los chicos había traído auto.

Durante el transcurso del camino se la pasaron conversando y conociéndose más, pues a pesar de estar en la misma escuela durante mucho tiempo nunca hablaron entre los cuatros y resulta que se llevaban muy bien. Gideon y Teresa tienen esa personalidad tímida al principio, pero divertida cuando entran en confianza, mientras que Henry y Avril, la personalidad un poco fría, pero relajada y bromista al mismo tiempo.

En el café pidieron sus bebidas y amablemente Henry se ofreció a pagar la de Teresa, ya que según su excusa es que él la había invitado. Gideon igualmente pago la de Avril por caballerosidad.

Luego fueron a sentarse a una mesa dentro del local, pues afuera comenzaba hacer frio. Eligieron una casi hasta al fondo para continuar con su conversación. Teresa y Avril se sentaron juntas, enfrente de Teresa estaba Henry y a su lado Gideon.

El ambiente del lugar era cálido, debido a la calefacción, tenía ese aroma a café y a chocolate que de tan sólo pensarlo se te antojaba tomar uno; había pocas personas a su alrededor, algunas conversando entre sí, otras trabajaban y finalmente algunos sólo queriendo tomar una buena bebida.

—Entonces, ¿por el momento sólo tendrán entrenamientos? —Preguntó Teresa mientras bebía de su frappe de cajeta.

—Sí, eso hasta que los otros equipos tengan un ganador para ver a quienes nos enfrentamos—contestó Henry.

—Aún me sigue confundiendo todo eso del fútbol—mencionó Avril haciendo un gesto de confusión.

Gideon rio antes de continuar—. Tú no te preocupes por eso, lo único que tienes que saber es que si perdemos hasta este punto quedamos eliminados.

—Exacto, además tendríamos que esperar dos años para la próxima competencia—completo Henry.

—Eso sí es interesante—mencionó Avril para después tomar de su té.

—Cambiando de tema...—dijo sonriendo, Teresa.

Creo que no sería mucha sorpresa si mencionamos el hecho de que mientras Teresa hablaba o tenía la vista en otro punto, Henry la miraba de una forma tierna por así decirlo. Ella había cambiado mucho a lo largo de los años; solía usar lentes, vestir un poco más formal y tener el cabello siempre en una coleta, eso cambió una vez entraron a preparatoria y es que literalmente era un tonto enamorado al considerar ambas versiones de Teresa como lindas, después de todo, sigue siendo la misma persona en el interior.

Cuando Teresa volteó a verlo, parecía estar esperando algo, incluso ladeó un poco su cabeza en confusión, reaccionó gracias a la leve patada que le dio Gideon debajo de la mesa, quién desvió su mirada a otro punto tratando de contener una risa.

—Eh lo siento Tere, ¿qué decías? —Avril también rio dándose cuenta.

—Mm, ¿qué si ya sabes que vas a estudiar? —Sonrió levemente, un poco sonrojada.

—Amm bueno yo... casi nadie me cree, pero...—soltó una pequeña risa—Algo relacionado con la escritura.

—¡¿Te gusta escribir?! —Exclamo muy sorprendida Avril.

—Sí, bueno...

—Es realmente increíble y no lo digo por sólo ser su mejor amigo—interrumpió Gideon.

—Wow, no creí que fueras alguien de escribir sinceramente—mencionó Teresa.

—Bueno todos tenemos una parte que nadie esperaría que tenemos, ¿no crees? —Sonrió guiñándole un ojo a Teresa, quien comenzó a reír un poco nerviosa y comenzando a sonrojarse.

Después de esocontinuaron hablando, está vez sobre algunas cosas más de la escuela y quedaronen que volvería a verse sólo que ahora los seis. Cuando dieron las siete de lanoche Avril y Teresa decidieron irse, pues Ricardo pasaría por ellas, por loque una vez salieron del lugar se separaron, no sin antes darse un abrazogrupal y tomarse una selfie.

El lunes empezó como uno lo esperaría, tanto alumnos como maestros felicitaban a los miembros del equipo de fútbol por su esfuerzo en el partido, celebrando como si hubieran ganado en su totalidad.

Y eso no era lo único relevante, resulta que después de su cita en el cine, las siguientes semanas Lazy y Mark comenzaron a interactuar un poco más, ya no sólo se escribía para jugar, si no que se quedaban al final de las clases en la biblioteca con la excusa de hacer tareas.

Se la pasaban conversando de cualquier cosa, recordando momentos que vivieron en secundaria, riendo y echándose una que otra mirada con una sonrisa que, cuando se daban cuenta, los hacia sonrojar. Lazy podía sentir las mariposas cada vez más inquietas en su estómago.

Cada vez que ella le contaba lo que pasaba a Teresa y Avril, ellas sonreían y brincaban de emoción, como si les estuviera pasando eso y la alentaban a que le confesara sus sentimientos, tampoco de una manera que pareciera tan desesperada, pero era obvio que ambos sentían lo mismo, incluso ya habían comenzado los rumores de que se les veía pasar mucho tiempo juntos.

Como era de esperarse, Mark estaba nervioso de pedirle ser su novio por lo que dejo un poco a lado su promesa de hacerlo a principios de septiembre y opto por mejor la segunda semana de dicho mes, específicamente un sábado dieciocho.

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