Capítulo 12

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Finalmente llegó esa semana, un poco pesada la verdad, ya que, al ser de último año de preparatoria, les recordaban constantemente que tenía que elegir una carrera y por ende una universidad.

Exactamente el día jueves, como siempre, Lazy y Mark se encontraban en la biblioteca de la escuela después de clases, esta vez sí haciendo tarea. Mantenían un ambiente silencioso, obviamente, pero no era nada incómodo, en cambio era muy tranquilizador para ambos.

—Oye Lee, ¿a qué te quieres dedicar? —Preguntó Mark susurrando sin despegar la vista de su libro y queriendo romper el silencio.

—Psicología o derecho, ¿y tú? —Respondió igual sin dejar de ver su libro.

—Aún no estoy muy seguro, tal vez arquitectura—antes de que Lazy pudiera decir algo más Mark habló nuevamente—¿Por qué una de esas dos?

Lazy volteó su mirada hacia él por primera vez desde que habían llegado—. Psicología porque me llama la atención el conocer al ser humano de una manera más...como decirlo..., ¿amplía? y derecho porque se me da bien el argumentar, ¿recuerdas el debate que hubo en segundo de secundaria? —Mark asintió—Bueno...la maestra me felicitó mucho que me dio dos décimas extras—sonrió.

Mark también dejo la vista de su libro para voltear a verla, le gustaba verla sonreír, hacía que su hoyuelo saliera y unas ganas de darle un beso justo ahí se pasara por su mente, obviamente no lo hizo y en cambio le sonrió devuelta.

—Estaba pensando Lee...—volvió a mencionar mientras cerraba su libro disimuladamente—¿Qué te parece ir por un café este sábado?, ya sabes para liberar un poco el estrés de la escuela—sonrió desviando la mirada tratando de evitar que notara su sonrojo, Lazy de todos modos lo hizo.

—Me parece genial—sonrió más, no iba negar que se le hacía encantador ver a Mark sonrojado. Dejaron pasar unos segundos hasta que Mark retomó la conversación.

—Otra cosa más Lee...—mencionó mientras guardaba sus libros y sacaba un collar de su mochila, este era de plata y tenía una estrella como llavero.

—Te traje un regalo para ti—sonrió mostrándoselo, las mejillas de Lazy comenzaron a tomar el ya conocido color rojizo mientras trataba de contener la emoción.

—Es muy lindo Mark, pero faltan unas semanas para mi cumpleaños, no tenías que molestarte.

—Esto no es por tu cumpleaños, simplemente lo quise hacer con gusto, no me molesta en nada—Mark se paró de su asiento, dándole entender a Lazy que también lo hiciera.

—¿Quieres que te lo ponga?

—¡Claro! —Respondió mientras se daba la vuelta para quedar de espaldas a Mark, una vez lo hizo él colocó el collar de frente de ella para después abrocharlo por la parte de atrás, soltó un suspiro mientras una sincera sonrisa aparecía por su rostro.

Lazy se dio vuelta, ahora quedando frente a él. Ninguno dijo nada por unos minutos hasta que en los rostros de ambos se comenzó a dibujar una sonrisa que después se volvió una pequeña risa, haciendo desviar un poco la mirada. Lazy notó la hora y su sonrisa se esfumo un poco, ya tenía que irse.

—Gracias por el obsequio Mark, pero creo que tengo que irme—mencionó un poco apenada, quería pasar más tiempo con él.

—No hay de qué Lee y sí está bien—trato de ocultar su tristeza con una sonrisa.

Lazy empezó a tomar sus cosas para irse y Mark sólo la observaba. Cuando tuvo listas sus cosas, se detuvo unos segundos, pensando en algo, antes de hablar nuevamente.

—Nos vemos el sábado—sonrió sinceramente y se acercó a abrazarlo.

Mark, quien estuvo por unos microsegundos estático, correspondió el abrazo igualmente, la chica recargó su cabeza en el hombro de este cerrando un poco los ojos. Mark sintió un poco la respiración de ella sobre su cuello lo que hizo temblar un ligeramente su cuerpo, dudoso empezó a bajar sus brazos ahora abrazándola desde la cintura, ella igual tembló ligeramente.

Duraron unos minutos así hasta que Lazy rompió el abrazo separándose, lentamente, tomó sus cosas y antes de darse vuelta e irse dejo un pequeño beso en la mejilla de Mark, para después despedirse con un movimiento de mano.

Era la segunda vez que, hacia eso, y aunque Mark le gustaría hacer eso, no iba negar que le agradaba; después de todo demostraba que la confianza entre ellos había incrementado.

Por última y primera ocasión, Lazy no contó nada respecto a lo que pasó a sus amigas, incluso al siguiente día oculto con su suéter el collar para que no preguntarán quién se lo había dado. No era por mala onda, sólo que esta vez quería lidiarlo por sí misma y no quería que sus amigas la pusieran más nerviosa de lo que ya estaba, pues estaba decidida a decirle sus sentimientos a Mark ese sábado.

Podría decirse que surgió de manera espontánea la idea, pero si no lo hacía ahora, ¿cuándo sería?, ya no podía negarlo más, le gustaba demasiado Mark, es de eso chicos que cuando lo conoces y te cae bien, piensas que lo único que tendrán es una buena amistad, sin embargo, como siempre, el destino te da otras cartas.

Concordaron verse a las cinco en el café cerca de la plaza de la escuela, cada quién llegaría por separado; a pesar de eso ambos estaban nerviosos y ansiosos, se habían dado cuenta de las señales que daban, pero nunca faltaba la pregunta, ¿y si así es con las personas que tiene confianza?, ¿y si realmente sólo se encariño conmigo? Negaron con tal de desaparecer esos pensamientos negativos.

El primero en llegar fue Mark, quien sostenía un ramo de rosas mientras observaba ambos lados de la zona para intentar visualizar a Lazy, quien llego unos minutos después, vistiendo un outfit que tenía colores pastel, algo muy característico de ella. Ambos sonrieron y se abrazaron al verse, una vez se separaron Mark le entrego las rosas y la chica agradeció con un beso en su mejilla.

Mark abrió la puerta para ella y una vez ambos estuvieron dentro se dirigieron a la caja. El lugar estaba un poco vacío, lo cual Mark agradeció, iluminado levemente con luces amarillentas. Lazy pidió uno vainilla late mientras que Mark un cappuccino, esta vez cada quien pago su bebida.

Ambos concordaron sentarse en una de las mesas de la esquina, ya saben para mayor privacidad, sentándose enfrente del otro. Al principio sólo tomaron de sus bebidas comentando alguna pequeña cosa, ya sea sobre la escuela o sobre el lugar en sí; se sintió un poco incómodo el ambiente pues ninguno sabía cómo dar el primer paso.

Ya sus manos comenzaban a sudar y las mariposas en el estomagó de Lazy parecía que había decidido tener una fiesta. Ambos suspiraron.

—Oye Lee.

—Oye Mark—dijeron al mismo tiempo, causando una risa en ambos.

—Tú primero Lee.

—No, si quieres tú.

—No, no tú en serio—rio.

—¡Qué no!, tú—también rio.

—De acuerdo, yo...hay algo de lo que quiero decirte...verás...—desvió sólo por unos segundos la mirada y respiro profundo antes de continuar—. Desde hace mucho tiempo que somos amigos y....me la pasó genial contigo...e-eres una increíble chica, muy divertida y alegre...

—Gracias por eso—interrumpió Lazy sonriéndole, él sonrió igualmente y esta vez la miró a los ojos.

—De nada, y bueno...también desde hace meses siento que algo cambio en mí respecto a ti.

—¿De una mala manera? —Preguntó preocupada.

—No, no, no claro que no, siento que tal vez buena...lo que quiero decir es...—tomó la mano de Lazy que estaba sobre la mesa, lo que provocó que se sonrojara más y su corazón comenzara a latir más rápido.

—Me gustas Lazy—simple, directo, pero muy difícil de decirlo.

Abrió más los ojos, estando en shock, ¿acaso estaba soñando?, ¿esto es real? Sinceramente no se lo esperaba, sintió una gran tranquilidad cuando Mark comenzó a acariciarle su mano y sonrió, le entro unas grandes ganas de llorar de alegría, le gustaba al chico que le gusta, ¿qué tan común es eso?, y justo el mismo día que también le iba a confesar sus sentimientos.

—T-tú también me gustas—sintió una lagrima resbalar sobre sus mejillas.

—¿De verdad? ¿Estás bien? Estás llorado—retiro su mano para acariciar la mejilla de Lazy limpiando la lagrima que salía y mirándola preocupado.

—D-de verdad es sólo que...—rio sintiendo un poco tonta por llorar por algo simple—. Justo hoy pensaba decirte lo que siento, que me gustas demasiado, tienes una personalidad tan única que simplemente me demuestras confianza, además me encantan tus pecas y tu cabello rojizo—dijo secando sus lágrimas de emoción.

—Igual, no sólo tu personalidad me gusta Lee, también el cómo eres; tus ojos, simplemente no puedo para de verlos, son tan claros, brillantes y pacíficos como el cielo, y esa vez que llevaste el cabello suelto—suspiro enamorado—, simplemente me enamoraste más—ambos sonrieron.

—De hecho...quería preguntarte algo ahora que aclaramos nuestros sentimientos—en este punto ya Lazy ya no sabía que esperar—¿Quieres ser mi novia? —la ojiazul literalmente se cubrió el rostro, obviamente sonrojado, y se levantó de su asiento, lo que hizo que Mark también lo hiciera rápidamente ella inmediatamente lo abrazó por el cuello susurrando varios sí en repuesta y él, ya con más confianza, la abrazó por la cintura con una gran sonrisa dibujada en su rostro.

Se separaron sólo un poco para mirarse frente a frente, sonriendo en grande y perdiéndose en los ojos del otro. Mark tomo la mano de Lazy haciendo un movimiento de cabeza dándole a entender que salieran del lugar, de todos modos, ya habían terminado sus bebidas, por lo que Lazy tomo su ramo y su bolsa; tiraron los vasos a la basura y salieron del café caminando hacia un parque que estaba al lado de la plaza.

Se podía notar la gran felicidad que sentían, ellos caminando por la calle tomados de la mano, oficialmente saliendo, era muy bonito y tierno.

Llegaron al parque, ya estaba un oscuro cielo, por lo que el lugar estaba iluminado por faroles ubicados alrededor. Se sentaron en un banco con vista a un pequeño lago enfrente de ellos, sin soltarse de las manos y sonriendo más. Lazy al estar más tranquila y relajada recargo su cabeza en el hombro de Mark y este sonrió dejándole un pequeño beso en su cabeza.

Ambos ya habían soltado eso que los hacia frenarse de hacer ciertas acciones por miedo, ahora se sentían más libres y con más confianza el uno al otro. Lo que llevo a Mark a separarse, volteándose hacia ella sonriéndole y comenzando a acercarse un poco más a su rostro.

Lazy notó su intención y también se acercó, comenzando a cerrar sus ojos; el tiempo paso lento, sentía su cuerpo temblar, sin embargo, estaba feliz.

Pasaron segundos cuando ambos, finalmente juntaron sus labios en un tierno beso, sin movimiento alguno, sólo sintiendo la sonrisa del otro, lo que hizo sonrojar a ambos. Se separaron después de unos minutos y, ¡dios! No sabían cuánto necesitaban eso.

Después de besar sus labios, le dio un beso esquimal, que la hizo sonreír y reír, apareciendo su hoyuelo, está vez no desaprovechó la oportunidad de besar aquella zona.

—No sabía que eras un cursi—mencionó Lazy en voz baja pues habían juntado sus frentes dejando una distancia de sus rostros casi nula. Manteniendo aún los ojos cerrados.

—Tú me haces serlo—respondió riendo volviendo a besarla.

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