Capítulo 21

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Al parecer no era la única chica que venía a los entrenamientos de los chicos, pues al llegar a las canchas lo primero que visualizo fue un grupo de chicos trotando alrededor de la pista, luego su vista se dirigió a las gradas donde también había otro grupo, esta vez de chicas. Intento ver más allá intentando reconocer alguna y por suerte para ella sólo eran cuatro chicas nada relevantes, posiblemente familiares o novias de algunos de los chicos.

Se sonrojo ante ese pensamiento, comenzando a aumentar su paso hasta llegar a la banca donde estuvo la otra vez, en el partido de Henry, supuso que ese era el lugar especial, pues este se encontraba a tan sólo tres metros de la pista.

Henry, quien trotaba en un ritmo moderando, se detuvo al verla, saludándola con un movimiento en mano, interrumpió su recorrido para llegar con ella. Él traía puesto el uniforme del equipo, que era rojo con negro, calcetas blancas y tenis.

—Hola Tere—ambos sonrieron en ese instante. Él se acercó besar su mejilla derecha y en ese momento Teresa quedo estática.

—Ho-hola Henry—se levantó de su lugar.

—Me alegra que ya hayas llegado, ¿viste mis mensajes?

—Sí claro, no te preocupes por eso—sonrió es respuesta.

—Bien, yo termino a las dos cincuenta, así que ponte cómoda—también sonrió y se despidió de ella comenzando a trotar con los otros chicos.

Teresa volvió a sentarse, colocándose sus audífonos y observando los siguientes movimientos que hacían los chicos. Claro que esa paz que había logrado durante diez minutos se interrumpió por unos segundos cuando una de las chicas que estaban en el otro lado se le acerco a preguntarle algo.

—¿Eres novia de Henry?

Quisiera,pensó Teresa—. Mm.... no sólo somos amigos—sonrió un poco incómoda. La chicaasintió en respuesta y se fue de vuelta con sus amigas. Después de eso no hubomás interrupciones.

Durante todo el entrenamiento, Henry reflejo mucha determinación, confianza y liderazgo, ahora entendía porque siempre era capitán, pero aún no había visto a Gideon, por lo que era una suposición.

Después de entrenar Henry, junto con los otros chicos, se dirigieron a los vestidores a cambiarse de ropa y asearse. Antes de irse él le hizo una seña a Teresa de que lo esperará en su lugar por lo que ella sólo asintió en respuesta.

Pasaron aproximadamente veinte minutos, ella seguía en su mundo, escuchando música y observando el cielo. Para ser las casi las tres de la tarde estaba muy brillante el sol.

Fue inoportuno cuando su vista se volvió oscura y una pequeña risa se escuchó de fondo. Ella también sonrió cuando las manos se quitaron. Retiró sus audífonos y volteó a ver a Henry.

—Hey, ¿lista para irnos?

—Por supuesto—tomó sus cosas y ambos comenzaron a caminar hacia la salida de la escuela.

Henry llevaba una sudadera gris, jeans negros, unos tenis blancos y tenía el cabello levemente húmedo y despeinado.

—Por cierto, ¿cómo te viniste o quién te trajo? —Preguntó mientras pasaban por los pasillos.

—Oh vine sola. De cumpleaños me dieron una moto scooter así que me vine en ella.

—Increíble, ¿te molesta que nos vayamos en ella? Mi hermana me paso a dejar y luego se fue con sus amigos, entonces...

—No hay problema, tengo un casco extra—soltó una pequeña risa y continuaron su paso hasta llegar al estacionamiento.

Ahí Teresa retiro el seguro y saco su moto, abrió el compartimiento que estaba en el asiento sacando dos cascos, uno negro y uno morado, guardo su mochila y después lo cerro, pues Henry se llevaría sus cosas consigo.

—¿Te incómoda que tome tu cintura? —Teresa se sonrojo y trato de evitar sonreír mucho. Amaba que Henry fuera tan caballeroso, ¿lo sería con todas o sólo con ella?

—Estábien, no te preocupes—ambos se subieron un poco nerviosos, Henry la abrazó porla cintura sin hacer mucho esfuerzo. En ese momento una corriente eléctricarecorrió el cuerpo de Teresa, tensándose un poco, sin embargo, respiro profundoy echó andar la moto.

Tardaron treinta minutos en llegar a la plaza y unos tres más en lo que guardaban sus cosas.

Decidieron ir al café donde la otra vez estuvieron con Gideon y Avril. Ambos estaban un poco ansiosos, era la primera vez que salían los dos a solas, sin ninguno de sus mejores amigos. Esta vez cada quien dependía de uno mismo.

Henry tenía la duda constante si tomar o no su mano, era una cita después de todo, eso se suele hacer en una, pero, según él, ella lo consideraba su amigo, no podía hacer eso, ¿o sí?

Qué equivocados estaban ambos al pensar que el otro sólo lo veía de esa forma.

Se dejó de cuestionar y tomó la mano de Teresa haciéndolo de forma lenta para no asustarla. Ella se dio cuenta y miró sus dos manos juntas, no dijo nada y ambos voltearon a verse con una sonrisa y leves mejillas sonrojadas.

—¿Qué te gustaría pedir? Yo pago, después de todo yo te invité—pregunto una vez entraron en el local, sin dejar de tomarse de las manos.

—De acuerdo—rio—, yo quiero...—dijo observando el menú que estaba enfrente de ellos—un frappe de mago.

Henry asintió y se formaron en la fila a hacer sus pedidos. Una vez que tenían sus bebidas (Henry había pedido un frappe de caramelo), fueron a sentarse en una mesa cerca de una ventana. Él le recorrió la silla para que tomase lugar y ella agradeció. Se sentaron uno enfrente del otro.

—Cuéntame un poco de ti Teresa, sé que somos amigos, pero siento que hay cosas que desconozco.

—Bueno...—tomó un poco de su bebida—¿Cómo qué te gustaría saber?

Igualmente, Henry también bebió de su frappe antes de responder—Mm no sé, ¿qué te gusta?, ¿qué no? Cosas así.

—Me gusta dibujar, es algo que me relaja mucho—dio otro sorbo—, también mucho la cultura francesa...tú que vienes de ahí, cuéntame sobre eso—dejo su bebida en medio y colocó ambos brazos sobre la mesa.

—No hay mucho que contar la verdad—cambió la mirada, que anteriormente la tenía hacia la ventana, para ver a Teresa—, me mude muy joven aquí y cuando voy para allá normalmente estoy en casa de mi tía.

—¿Qué parte te gustaría conocer más? —Teresa por primera vez en el día lo miró a los ojos. Ambos soltaron una risa nerviosa.

—La Torre Eiffel sin duda, la casa de mi tía tiene vista hacia ahí, pero jamás he estado de cerca. Lo demás ya lo he conocido.

—Yo jamás he ido entonces... creo que no hace falta decir qué me gustaría conocer—los dos rieron.

—Una pregunta algo fuera del tema—Teresa asintió—¿De qué color son tus ojos? Son como verdes, pero no totalmente...

Teresa bajo la cabeza sonriendo tímidamente, comenzando a sonrojarse—. Bu-bueno yo eh... so-son color verde oliva, o sea si son verdes, pero tiene un poco de tonalidades café. Mi hermano es quien tiene los ojos más verdes—sonrió desviando un poco la mirada.

—Ya veo... debo decir que son muy lindos—Henry volvió a tomar de su bebida tratando de calmar un poco sus nervios.

—Gra-gracias—también tomo de la suya. Por unos minutos el silencio dominó entre ellos dos, los únicos ruidos eran de las personas a su alrededor, de la licuadora, la música del local, la puerta, entre otros.

Henry la notaba nerviosa y se preocupó por eso ¿Estaba haciendo algo mal? Esperaba que no fuese así.

Disimuladamente volteaba la mirada hacia ella, ¡era imposible no hacerlo!, es que ella tiene algo que siempre lo hace suspirar; tal vez su cabello castaño claro ondulado, su sonrisa, su personalidad, sus ojos... Pareciera ser que fue apenas unos meses cuando la vio por primera vez en los pasillos, en su primer día de su nueva escuela. Cómo pasan los años y el sigue con ese sentimiento.

Si quería algo más que una amistad, tendría que salir a más lugares con ella, pero sin sus amigos, no por mala si no para logra formar esa unión.

—Avril mencionó que te gusta One Direction, ¿qué te gusta de ellos? —Recargó una mano en su rostro acercándose un poco más a la mesa.

Ella volvió a sonrojarse y frotó ambas manos por debajo de la mesa, sintiendo que estas estaban sudando—Bueno... tiene canciones muy buenas.

—Eh escuchado algunas, ¿cuál es tu favorita? —Henry sonrió mucho más al ver a Teresa con un brillo especial en su mirada cuando estaba hablando.

—¡Pregunta difícil! No puedo decidir entre tantas—rio—, pero si tuviera que hacer un top...serían Perfect, 18 y Steal my girl.

Perfect tiene una linda letra, ¿es por eso qué te gusta?

—Además de eso...—recargo ambas manos sobre su rostro—tiene un ritmo que siempre me inspira—no se habían dado cuenta que estaban un poco más cerca, por lo que se separó lentamente de él para que no fuera sospechoso. Henry sólo asintió con una sonrisa todavía en el rostro.

—Deberías algún día enseñarme sus canciones, apuesto a que te sabes las letras al derecho y al revés—dijo divertido y ambos volvieron a reír juntos.

—¿Cómo lo supiste? —Fingió sorpresa y soltó una pequeña risa—No tanto así, pero sí, me sé la mayoría.

—Apuesto que sí, se ve que te gustan mucho.

—Pero tampoco te quiero aburrir con todo lo que sé, ni tampoco hartarte—sonrió levemente.

—Tú jamás me aburrirás, eres muy...apasionada con tus gustos.

—Gra-gracias.

Los nervios seguían aumentando cada vez más, cuando dejaron un poco de silencio, otra vez.

—Oye...sabes que se acerca mi cumpleaños, ¿cierto? —Preguntó Henry dejando sus manos sobre la mesa.

—Por supuesto, ¿qué piensas hacer?

—De eso quería hablarte...—rasco su nuca—quiero hacer una pequeña fiesta, sólo con los seis y algunos del equipo de futbol, nada grande en realidad, ¿te gustaría ir?

—¿Don-dónde sería?, ¿en tu casa? —Mentalmente estaba brincando de emoción.

—Sí, no será gran cosa, repito, entonces que no se preocupe tu hermano, además estará mi hermana.

—Está bien, iré—Henry quería saltar a abrazarla de la emoción, pero se contuvo para no asustarla.

—Genial, te daría la hora la siguiente semana.

—De acuerdo...—Teresa sonrió y dejo unos segundos de silencio antes de continuar—Siento que he hablado mucho sobre mí, entonces cuéntame sobre ti.

—No te disculpes por eso Tere, y bueno sobre mí...pues nací en Francia, me mudé a los seis años aquí, me gusta escribir, también leer, entre otras cosas.

—¿Leer? Tú sin duda estas lleno de misterios—mencionó divertida—¿Qué tipos de libros te gustan?

—Digamos que me gusta el romance, la fantasía y la aventura—hasta este punto ya los dos habían terminado sus bebidas.

—Henry Lambert eres alguien que sin duda no esperaba.

—¿Por qué lo dices?

—Bueno... es algo incómodo o raro de decir, que espero que no te moleste, pero quiero aclarar que yo no he creído todo lo que te voy a decir, es sólo que...—comenzó a divagar y hablar un poco más rápido, Henry colocó tomo su mano dándole suaves caricias para intentar tranquilizarla y sonriéndole.

—Lo siento—respiró profundo—, los demás dicen o piensan que eres de cierta manera, pero ahora que convivo más contigo...ellos están en lo incorrecto—sonrió hacia Henry, quien no había soltado su mano.

—Siempre sucede eso con las personas, por eso casi nunca podemos llevarnos bien con todos, te juzgan antes de conocerte—se encogió de hombros sin darle mucha importancia.

—¿Eso no te molesta o.... te pone mal? —Desvió disimuladamente la mirada hacia su mano que seguía unida con la de Henry. Las malditas mariposas volvieron.

—Si te soy sincero, ahora no, porque mientras exista personas que te desprecian, siempre habrá las que te valoren y esas valen la pena. Además, si tú sabes qué es verdad, ¿por qué tendría que afectarte lo que no?

—Para mí es difícil—murmuro con intensión de que Henry no lo escuchara y trato de disimularlo con una sonrisa que igualmente fue correspondida.

Después de eso continuaron por unos minutos más su conversación hasta que dieron la seis de la tarde, habían perdido la noción del tiempo.

Regresaron en la moto de Teresa pasando, obviamente, primero por la casa de Henry para dejarlo. Donde se despidió de ella con un beso en la mejilla cuando bajo del vehículo, provocándole un sonrojo.

—Nos vemos el lunes Tere—dijo mientras caminaba de espalda hacia la puerta de su casa.

—Nos vemos Henry—respondió con un movimiento de mano.

Duranteel camino a su casa no podía dejar de sonreír.

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