Capítulo 28

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Muy bien esta persona sin duda es el responsable de todo lo que está pasando y al parecer la conocía, por lo que también iba en la escuela, pero, ¿cómo sabía que hablo con Alice?, según ella nadie la vio entrar a los baños, a menos que haya tenido espías o algo por el estilo. Que patético, hasta sonaba como una película.

—¿Tienes alguna idea de quién más pudo haber hecho lo de la foto y los rumores? —Cuestionó Ricardo cuando leyó la nota, quedando igual de confundido que Teresa.

—No tengo la menor idea, mi única sospecha era Alice y aunque también está la posibilidad de que me allá mentido, no tendría sentido que me dejara una nota diciendo que me equivoque de culpable—en ese instante Teresa se levantó de cama comenzando a caminar alrededor de la habitación pensando en otro sospechoso.

—Podría ser cualquiera...

—Exacto, cualquiera y que tal vez tenga algo en contra mía—interrumpió a Ricardo señalándolo.

—No precisamente algo contra ti—Teresa arqueó una ceja.

—Oh claro y lo que me hicieron fue un favor—respondió sarcástica, cruzando ambos brazos, ahora en vez de sentir vergüenza, sentía algo de enojo.

—Escucha Tere, lo que quiero decir es que esta persona lo que quiere lograr es esto, que te molestes y quieras enfrentarla y te lo digo enserio, no vale la pena eso—Ricardo la miro serio y ella relajó un poco sus facciones.

—Y si me vuelve a dejar notas, ¿qué hago? —Ella desvió por unos segundos la vista del ojiverde.

—Destrúyelas, si continúas leyéndolas vas a querer enfrentarlo y no quiero que lo hagas, ya vez lo que te hizo y no quiero imaginar que otra cosa pueda hacerte—Ricardo se levantó de la cama caminando hacia ella para darle un abrazo—Mejor lee las de tu admirador secreto—ambos soltaron una risa.

—Pero no quiero ilusionarlo, no sé quién es—sonrió algo preocupada.

—Esees el chiste de mandarte cartas anónimas, date tiempo y deja que las cosaspasen—ella asintió no tan segura.

El tiempo había pasado muy rápido, en menos de cuatro meses se graduaban de la preparatoria para irse a la universidad, qué loco, pareciera que ayer fue su primer día en preparatoria y ahora todos estaba realizando exámenes para las universidades.

Fue una semana algo estresante, tenía que estudiar cada sábado y domingo para sentirse segura, aunque había solicitado beca en sus dos opciones, tenía que pasar por una prueba antes, una de ellas la tuvo que hacer en la escuela y otra en línea.

De hecho, esa semana muchos faltaron por esa razón, de cualquier modo, fingió no haber notado que Henry no faltó en ninguno de esos días.

Se sentía raro ya no hablar con él, sentía una parte de ella vacía y solitaria, quería hablarle, en serio quería hacerlo, para pedirle perdón por alejarse debido una situación que no supo cómo sobrellevar, pero tenía miedo, miedo de que él ya no quisiera nada con ella o que estuviera decepcionado.

Por ahora tenía que conformarse con verlo a la distancia, si él quería arreglar las cosas, ¿por qué no se acercaba él?, ¿tenía vergüenza acaso? No, no eso nunca, si no jamás la hubiera invitado a su fiesta sabiendo que estarían sus amigos

¿Ella tendría que dar el primer paso?, probablemente si, después de todo ella dejo de hablarle. Ojalá fuera sencillo, pero considerando que lo era comparado con confesar su enamoramiento... sólo es una maldita cobardía que vive en su subconsciente.

Luego en esa semana también estaba el chico de las cartas, sonaba muy de cliché, pero no sabía su nombre así que le dio ese código. Esos días encontró tres cartas diferentes; el lunes, junto la otra nota, el miércoles y el viernes que sin poder negarlo la hicieron sonreír.

"Espero que te hayas sonrojado con la anterior carta, te ves muy linda cuando lo haces. XX"

"Verte a los ojos, es como perderse en un bosque del que no quiero salir. XX"

Siendo sincera ahora tenía más curiosidad de saber quién era la persona de las cartas que saber quién era la persona responsable de todo el problema. No le contaría nada a sus amigas hasta estar segura de que la persona estaba hablando en serio y no era algún tipo de broma pesada.

Estaba la cuestión del cumpleaños de Avril que, si bien no hizo nada, no porque no quería si no por la situación en la que estaba. Mark tenía razón, ya casi no salían juntos él y Lazy por lo que decidieron aprovechar ese fin de semana, les dio la razón a ambos, tenían que tener su espacio a solas por lo que estaba pasando entre ellos dos.

Luego estaba Teresa, que, aunque ya estaba relativamente mejor, no podía juntar a ella con Henry, siente que tal vez eso los presionaría y lastimaría a los dos, necesitaban su tiempo. De igual forma no lo estaría pasando sola, pues afortunadamente su cumpleaños caía entre semana.

Por eso pasaría el fin de semana con Gideon, también admite que se ha descuidado con él, que digo, eso no tiene gran preocupación, ¿cierto?, después de todo eran amigos.

Amigos, ¿por qué se sentía muy raro usar esa palabra? ¿Por qué ahora sentía sus manos sudar y su corazón más acelerado?, negó con la cabeza queriendo evitar cualquier tipo de preguntas como esas.

Ambos quedaron de verse en una librería cerca de la plaza, era un lugar muy grande y algo rustico. Lo que lo diferenciaba de las demás es que este incluía una pequeña cafetería, donde ahora mismo estaban sentados uno frente al otro, charlando y tomando alguna bebida. Aún no podía controlar los nervios de sus manos.

—Me siento alagado de que yo sea con quieras pasar tu cumpleaños, pero puedo preguntar, ¿qué pasó con los demás? —Preguntó Gideon.

—Las cosas se han complicado, por una parte. Mark y Lazy querían tener un tiempo a solas ya que no lo habían tenido desde salimos de vacaciones y está bien no me molesta eso...—llevó su mirada hacia él y rápidamente la desvió cuando este le sonrió.

—Y... ¿Con Teresa y Henry? —Pregunto a pesar de tener una idea de lo que podría responder.

—Las cosas son difíciles con ellos, ambos tienen que dar el paso, aquí no es que uno lo de primero—hizo una pequeña pausa—. Pienso que tiene que venir a voluntad de ellos, no por estar en un mismo lugar, cara a cara.

—Mm tienes razón en parte, pero, ¿no sería como darles un empujón?

—Muchas veces eso no funciona o no sale como lo esperabas—fijo su mirada en algún punto del lugar—, a veces intento que Teresa le hable—se encogió de hombros y formo un leve puchero con labios. Que tierna se ve, pensó Gideon.

—Yo también intento lo mismo con Henry, pero siempre que la menciono sólo sonríe ligeramente y me evita—el castaño entrecerró ambos ojos, queriendo analizar las cosas.

—¿Tú crees qué... tiene algo planeado? —Avril jugo con sus manos sobre la mesa.

Esta vez Gideon se encogió de hombros, tomando de su bebida antes de continuar—. Sinceramente no tengo la menor idea, él puede llegar a ser misterioso si se lo propone—dijo esto último con diversión, logrando hacer a ambos soltar una pequeña risa.

—Ya extrañaba el pasar tiempo contigo—sonrió levemente.

—También yo, la escuela me tiene de lo más distraído que ahora ni puedo diferenciar los días—rio.

—No me sorprende, escuché que arquitectura es una de las carreras más pesadas.

—Y eso que aún no estoy específicamente estudiado arquitectura, sólo es como...—rasco su barbilla buscando las palabras indicadas—Ver en general que voy a tener que aplicar, no sé si me entiendas.

—Sí, sí te entiendo.

Soltó un suspiro de alivio—. Por eso eres una de mis grandes amigas, con pocas palabras me comprendes.

Rio nerviosa—Al principio si me costó trabajo, pero...—se encogió de hombros—, uno poco a poco te entiende.

—Mira quien lo dice—dijo divertido, quién recibió un amistoso golpe en el hombro—Avril yo quería decirte algo...—cambió su expresión a una más seria, incluso desvió un poco la mirada empezando a sentirse ansioso. Avril lo notó por lo que ella también se puso nerviosa.

Sólo pudo asentir con la cabeza en respuesta—Tú... b-bueno yo...—hizo una expresión de enojo, al parecer consigo mismo.

—Sin rodeos Gid, dime qué pasa—respondió en un intento de evitar salir una sonrisa.

—Me gusta alguien y no sé cómo hacer que se fije en mí—sin duda nunca espero ese tipo de respuesta. Trato de ocultar varias emociones que sentía en ese instante como sorpresa y algo de enojo o tal vez eran celos, no estaba segura.

—¡Wow! Yo...—mostro una sonrisa intentando mantener esa alegría—Es... ¿tierno? —rio nerviosa.

Gideon se cubrió el rostro con ambas manos—. No lo digas así, es raro.

—No sé qué más decir.

—Pues ayudarme a acercarme a ella, tú eres una chica, sabes de esas cosas—se dirigió a ella con una mirada en súplica. Avril respiró hondo antes de contestar.

—Bien...mmm no es que yo sepa de estas cosas, depende también de la persona—se quedó en silencio unos momentos—tienes que dejar el miedo a un lado y....—frunció una ceja—empezar a tener, ¿interés en sus gustos? —Respondió dejando a Gideon más confundido, incluso a ella misma.

—Dices que, ¿conozca lo que le gusta? —De igual manera Gideon arqueó una ceja.

—Algo así... es como una manera de iniciar una conversación, una que tú tienes que empezar y.... que poco a poco vayan conociéndose, pero tampoco hablen sólo de ella, permite que también te conozca—cambio su actitud por una más seria y frunció una ceja—. Y aléjate de ella si no te presta una pisca de atención en lo que dices y sólo quiere hablar sobre ella—señaló con su dedo índice al chico.

No pudo evitar dejar salir una pequeña sonrisa—. Tú tranquila, en ese aspecto yo sé quién me conviene—guiño un ojo hacia ella. Avril se removió en su lugar sintiendo un poco los nervios.

—Sí... mmm... más te vale tenerme al tanto sobre lo que pasa...y-ya sabes pa-para ayudarte y eso...—dijo esto último desviando la mirada y frunciendo un poco el ceño

¿Por qué se sentía así? Parecía no poder articular una palabra bien y se sentía extraña teniendo una enorme curiosidad por ahora conocer la parte amorosa en la vida de Gideon. No debía pensar en eso sólo son amigos y con quién decida estar es cosa de él.

—Por supuesto Abby, eres alguien muy importante para mí—tomo su mano ofreciéndole leves caricias.

Avril rápidamente levantó la mirada y observo ambas manos unidas, tardó sólo segundos en darse cuenta de lo que estaba pasando y retiro su mano de una manera no brusca para comenzar a acariciar su cabello.

—S-sí... ¡sí, porque somos mejores amigos!, ¿no es así? —Se levantó de su asiento comenzando a juntar sus cosas. Gideon empezó a hacer lo mismo de manera inmediata.

—¡Sí claro que lo somos!, pero Abby, ¿estás bien? ¿A dónde vas? —Ella se detuvo de manera inesperada.

—N-no sé yo... tal vez podamos ir a otro sitio...—pensó lo siguiente por unos segundos—. Todavía no me das mi regalo de cumpleaños—dijo tratando de invadir la primera pregunta al igual que mostro una sonrisa con el mismo objetivo.

No estaba segura de que lo que estaba haciendo, era bueno para ella misma, quería convencerse a sí misma que sólo le estaba teniendo más cariño a Gideon y que ningún otro sentimiento estaba floreciendo, pero parecía ser más complicado de lograr, no quería perderlo por algo que ahora sabe que no será correspondido.

Poruna parte, estaba feliz por él porque al fin conoció a alguien a quién lellame la atención, gracias a ello le evitó un discurso vergonzoso, a menos quelas cosas se pusieran incómodas entre ellos, pero por otro lado... desde lo másprofundo de su corazón desearía ser la otra chica.

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