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Domingo.

8;00 AM




































La elegancia del restaurante era digna de ser apreciada, las luces, todo pulcro, todo organizado, la música suave de un pianista en vivo, una terraza hermosa que no perdía los lujos, con una vista preciosa y llamativa, era digno de ser apreciado y disfrutado.

Pero en otra ocasión.

—Oh, buenos días, señor Kang —lo saludó una dulce voz, suave, en un tono adecuado, TaeHyun volteó a ver a quien le habló, la señorita Kim EunHa estaba ahí, con un vestido corto y con un diseño que mostraba sus clavículas, con joyas finas, desbordando elegancia con sus movimientos, TaeHyun se levantó para abrirle la silla.

Era delgada, pero con una figura hermosa.

—Buenos días —saludó tomando asiento frente a la mujer, su futura esposa.

—No sabía que ya estaba aquí... Llegó un poco antes.

—Si, estaba ansioso —asintió relamiendo sus labios.

—Yo también he estado ansiosa, lo admito, al inicio era una cena pero agradezco que lo haya cambiado a un desayuno —rió cubriendo su boca, TaeHyun la observó fijamente antes de tomar un respiro y hablar.

—Quiero ir al grano —soltó con seriedad, la mujer alzó una ceja— Yo no acepto este matrimonio y no estoy para nada feliz con ésta unión...

—Oh...

—Yo tengo vida privada que no voy a detener o dejar de lado por usted, señorita —admitió, la mujer alzó las cejas.

—No lo estamos haciendo por gusto y lo sabe, esto es por nuestras familias...

—¿Usted está de acuerdo a casarse conmigo? —preguntó, la mujer asintió.

—Claro, es por el bien de nuestras familias...

—Como le dije, yo tengo una vida privada, y tengo pareja...

—Oh, bueno... Su pareja debe entender la situación... —opinó alzando los hombros, TaeHyun ladeó la cabeza.

Que tonta es. Pensó acomodando su traje.

—No me ha entendido, señorita —negó apoyando los codos en la mesa— Estoy buscando la manera de no tener que casarme, primero, porque no estoy dispuesto a someter a mi pareja a esto, y segundo, porque simplemente no voy a casarme con alguien que no conozco...

—Podemos conocernos —propuso, TaeHyun arqueó una ceja.

—No estoy interesado, gracias... Hablé con un abogado y podemos hacer lo siguiente... Tenemos dos opciones y sería preferible que nos quedemos con la primera —empezó a explicar, al pié de la letra como dijo el abogado que contactó, pero la mujer solamente cruzó los brazos.

—Pero yo estoy de acuerdo con casarme, señor Kang.

—Yo no, y para no perjudicar a ninguna de nuestras familias le estoy dando dos opciones... Hagamos un contrato de traspaso y unión de bienes, entre nosotros dos, eso unifica los bienes de ambas familias y ayudará a todos... —explicó, se acomodó en su asiento— La otra opción es casarnos, hacer el compartimiento de bienes en cuestión de semanas y divorciarnos, manteniendo legalmente los bienes que nos corresponden como ex marido y mujer...

—No voy a firmar ningún divorcio, señor Kang, como mujer y omega es perjudicial para mí, ¿Cómo cree que me verá la sociedad si me caso y me divorcio a las semanas?

—Por eso le ofrezco la primera opción —señaló, la mujer lo observó fijamente con una expresión seria.

—Vine aquí a conocer a mi marido y-...

—Mira, lindura —la cortó con un suspiro— No me importa cuáles son tus intenciones conmigo, esto es por nuestras familias y ya, no seas infantil y pon los pies en la tierra, te estoy dando dos opciones para ahorrarnos problemas y solamente por el poco respeto que aún me queda por mi familia, así que colabora...

—¿Me está amenazando, Kang TaeHyun?

—¿Quiero que lo haga, señorita? Porque estoy dispuesto —afirmó mirándola con seriedad, sus opciones eran pocas, pero estaba dispuesto a usarlas todas.

La mujer frunció el ceño.

—¿Y si no quiero firmar nada? Con casarnos es-...

—No firme si no quiere, pero perjudicará a su familia, le estoy dando la oportunidad de hacer un contrato para que nadie salga perjudicado y todos estemos felices —señaló, la mujer relamió sus labios con un suspiro.

Ambos iban con un sólo objetivo, y a pesar de que la mujer tuvo la insistencia de contraer matrimonio sabía que no iban a llegar a nada, y sus familias se verían perjudicadas si no llegaban a un acuerdo.

—Mi padre no estará de acuerdo con esto, se supone que deberíamos tener un heredero o algo... —murmuró mirando a Kang usar su teléfono, llamando al abogado que estaba esperando su llamada para entrar al restaurante.

—Si su padre está tan insistente con el matrimonio pues que se case él, además esto es problema de nosotros dos —señaló colgando la llamada, la mujer mantuvo su ceño fruncido.

—¿Sus padres están de acuerdo?

—No, y no lo estarán, pero es lo que voy a hacer —alzó los hombros. Sabía que se ganaría un regaño por no cumplir al pié de la letra la exigencia de casarse.

Pero seguía negado, y por lo menos estaba haciendo el esfuerzo de no dejarlos mal y solucionar parte del problema, no estaba cumpliendo el deber pero estaba ayudando a su familia.

Y si no les bastaba, se haría el desentendido de la situación, no haría más por muy lamentable que sonara o por muy decepcionante que fuera para su familia.

Estaba ayudando, y estaba manteniendo su vida privada, eso era suficiente para él, se daba por hecho él mismo.

Lo estaba haciendo para no fallarle a su familia, para ayudarlos y poner su grano de arena como Kang.

Y esperaba que todo terminara ahí.
















[...]


















Quedarse en casa de Kai había sido diferente, había sido agradable, reconfortante.

Aunque había sido cansado también por el hecho de que habían hablado y profundizado tanto que habían terminado durmiendo casi al amanecer.

Ahora volvía a casa con Príncipe, dejando al cachorro ir por el pasillo sólo mientras él terminaba de subir las escaleras.

—No ladres, Príncipe, no hay nadie —rió escuchando al cachorro ladrar con fuerza, terminó de subir las escaleras y dobló por el pasillo, mirando a Príncipe.

Que de hecho, si le estaba ladrando a alguien.

—Príncipe —llamó al perro que gruñó antes de ir con él, quedándose en medio de las piernas del omega que lo acarició, dejó de ladrar pero atento a la mujer que estaba frente a la puerta— Buenos días —saludó con seriedad mirando a la madre de TaeHyun frente a su puerta, la mujer mirándolo despectivamente, a él y al cachorro.

Estaba vestida con un traje negro, elegante, con tela fina y joyería dorada que le terminaba de acentúar su belleza, tenía un bolso de mano y también una carpeta.

—Su hijo no está aquí, si lo está buscando —habló ante el silencio de la mujer que afirmó.

—Eso lo sé, él está con su prometida en este momento.

—Si no viene a decir algo importante, puede irse, tengo que trabajar.

—De hecho, no tienes que ir... A eso vengo a hablar —la mujer arqueó una ceja, BeomGyu suspiró, sujetando la correa de Príncipe cuando el cachorro gruñó.

—Hable.

—Estás despedido, no tienes qué trabajar más en nuestra franquicia, en nada que tenga que ver con los Kang... Me da hasta asco pensar que has estado trabajando en la franquicia todo este tiempo, sinvergüenza —espetó con disgusto, BeomGyu frunció el ceño, Príncipe empezó a gruñir, mostrando los dientes, la mujer observó al perro— Has que se calle, es una molestia.

—La única molestia aquí eres tú, cierra el hocico mejor —solucionó cansado, molesto por la presencia de la mujer y sin importar no hablar formal.

—¿El hocico? ¿Crees que soy una perra como tú acaso?

—Que tenga dinero no le quita lo perra —señaló arqueando una ceja igual que la mujer que rodó los ojos.

—Me tomé la molestia de redactar una carta de renuncia ya que no sé si sepas lo que es redactar...

—Ah no, no sé para nada lo que es redactar, de hecho, tampoco se escribir —dramatizó antes de arrebatar la carpeta en manos de la mujer que dió un salto en su lugar por la brusquedad— Ya te puedes ir, bruja —ordenó haciendo un gesto con la mano.

—¿Bruja? ¿Qué carajos te pasa? ¡Por lo menos ten respeto! —exigió acomodando su saco, BeomGyu rodó los ojos.

—Las putas como yo no hacemos eso, ya sabe —hizo de menos, aferrando con más fuerza la correa de Príncipe cuando el cachorro quiso avanzar a la mujer, aún gruñendo.

—Que maleducado...

—No debería sorprenderle...

—Ni te atrevas a aparecer buscando trabajo en las empresas que pertenezcan a los Kang ni a las empresas de la familia de su esposa...

—Tampoco pensaba hacerlo, no son los únicos en este mundo... Ni los mejores...

—Vuelve a la esquina de dónde saliste a esperar por otro hombre adinerado, o a cualquier bar de mala muerte.

—Escuche, querida suegra... —comentó con sarcasmo, la mujer frunció el ceño— No me provoque, no tiene más nada que hacer aquí y no quiere saber lo que aprendí en los bares de mala muerte, ¿O si?

—¿¡Me estás amenazando!?

—No, ¡Para nada! ¡Sería incapaz! —negó con la cabeza, dramatizando, burlándose de la mujer— Es obvio, inepta.

—Eres un arrastrado, no sé cómo mi hijo se fijó en ti... Te le metiste por los ojos como la puta que eres y-...

—¡Claro! ¡Tiene toda la razón! —afirmó, volteando a verla, la mujer mantuvo su mirada despectiva— Tiene toda la razón, yo me le metí por los ojos y él me lo metió por otro lado, ¿Quieres un consejo de puta a bruja? —preguntó apoyando su mano en el hombro de la mujer que mantuvo su mueca y se asqueó notablemente— Si no cuida a su marido puedo hacer lo mismo para tenerlo loquito como a su hijo, ya sabe a lo que me refiero —le guiñó el ojo, la mujer se enfureció dándole un manotazo para apartar la mano de BeomGyu.

Todo pasó en cuestión de segundos.

BeomGyu aflojó el agarre de la correa de Príncipe por el manotazo, la mujer hizo gesto de volver a manotear, Príncipe ladró.

Y defendió a su dueño.

—¡Ah, carajo, este maldito perro! —gritó adolorida, BeomGyu observó cómo Príncipe mordía el tobillo de la mujer, de inmediato reaccionó tomándolo del arnés.

—¡Príncipe, suelta!

—¡Quitalo de una vez, duele! —se quejó la mujer, adolorida y asustada, también nerviosa cuando el perro empezó a gruñir y a mover su cabeza con brusquedad, agitando su pierna.

BeomGyu alzo la mirada, la mujer dándose cuenta de lo brillante que era su color de ojos.

—¿Debería? —preguntó dejando a Príncipe en paz, la mujer empezó a agitar la pierna desesperada, BeomGyu observó la escena.

—¡Que me suelte, hijo de-... ¡Argh! —se quejó de dolor cuando el perro la soltó, Príncipe se alzó en sus dos patas pero BeomGyu lo tomó y lo dejó tras él, sujetando la correa de nuevo con fuerza.

—Ya, Príncipe —avisó mirando al cachorro tras sus piernas, aún gruñendo y en posición de ataque, atento a la mujer.

La mujer revisó su tobillo, tenía la marca de los dientes del perro, y algunas partes sangraban, dolía y estaba enrojecido. Se irgió furiosa, alzando su mano para abofetear a BeomGyu.

—¡Tu, eres un-... —se detuvo cuando el omega le sujetó la muñeca rápidamente con su mano libre,  apretando con fuerza.

—Escucha, vieja perra... No quiero que vuelvas a aparecer por aquí, y que no te metas ni conmigo, ni con mi perro... Si no tienes a nadie a quien  joder no es mi puto problema, pero conmigo no vas a hacer lo que quieras   —advirtió mirándola a los ojos y apretando más la muñeca de la mujer— Tu hijo no ha vuelto a hablar conmigo, él está cumpliendo tus exigencias y eso es lo que te basta, ¿Si o no, maldita perra?

—Me estás lastimando —murmuró quejándose cuando el omega apretó más, tenía más fuerza que ella obviamente.

—Si te molesta que tú hijo me ponga por encima de ti o que le importe más que ustedes no es mi problema...

—No le importas, se va a casar con otra...

—Ya lo veremos —murmuró dándole un empujón a la mujer, abrió la puerta de su casa, metió a Príncipe primero que no dejaba de gruñir.

—Olvidate de él —advirtió con un dedo, BeomGyu la observó, deteniendo a Príncipe con su cuerpo cuando quiso salir.

—Yo ya lo hice, quien está haciendo dramas extras eres tú, viniendo cuando nadie te llamó.

—Te abandonó, acéptalo...

—¿Quiere que suelte al perro? —preguntó mirándola con el ceño fruncido, la mujer retrocedió rápidamente, BeomGyu suspiró azotando la puerta, miró a Príncipe que le olió los pies con insistencia, meneando su colita.

Se agachó y acarició al perrito que lamió sus mejillas y se encimó a él, asegurándose de que estuviera bien.

—No está bien que muerdas a la gente... Debería agregarle más cosas a tu adiestramiento... Pero... ¡Ese es mi bebé precioso! —chilló besando al perrito que ladró, lo acarició y repartió besos en el perrito que ladró una y otra vez.

Príncipe desde pequeñito se había visto lo mucho que defendía a BeomGyu, y lo había demostrado muchas veces, esa vez incluida.

—¡Hijo, que salvajismo acabo de vivir! —gritó la mujer subiendo a su auto, miró su tobillo, aún dolía y la forma de la mordida se enrojecia cada vez más.

Mamá, ¿Qué pasó?

—¡El salvaje de tu ex y su maldito perro! ¡Me atacó y me golpeó! ¡Ese perro me mordió! —exclamó, TaeHyun suspiró del otro lado de la línea.

¿Por qué fuiste a verlo?

—¿No te preocupa que tengo una mordida en el tobillo y la muñeca adolorida? ¡Que indignante como ese cualquiera me insultó!

Si te hubieras mantenido lejos y no hubieras ido a joderlo, te lo hubieras ahorrado...

—¡Ese perro es un salvaje, y sin correa!

Mamá, Príncipe no ataca si no se meten con BeomGyu y siempre tiene su correa al salir, no me quieras tergiversar las cosas porque sé mejor que tú de quienes estás hablando —aseguró con el ceño fruncido, la mujer  rodó los ojos, avanzando en su auto— Ve a un hospital o algo, avísale a papá y ya.

—¿Y si tiene mal de rabia? ¡Carajo, soy tu mamá, preocupate!

No hablemos de rabia, mamá —fue lo único que dijo antes de colgar, decidiendo hacer otra llamada.

A su contacto más especial.

BeomGyu dejó de acariciar a Príncipe  cuando su teléfono sonó en su mochila, la abrió y sacó su teléfono, miró el contacto.

Tyun 💛

Suspiró antes de contestar, llevando el teléfono a su oreja.

Ojitos, ¿Estás bien? ¿Te golpeó o algo? ¿Príncipe está bien? —preguntó con preocupación, BeomGyu sonrió inconscientemente con la voz del alfa, tenía días sin oírla después de todo.

—Ah no, estamos bien... Sólo me dió un manotazo, Príncipe le mordió un tobillo por eso... Y la sujeté de la muñeca cuando quiso abofetearme... —narró, TaeHyun del otro lado suspiró un poco más aliviado de recibir una confirmación verbal del omega, también sonriendo cuando escuchó su voz.

Me alegra mucho eso, no volverá a pasar, lo lamento mucho por ese mal rato...

—La insulté mucho, así que... Si te dice que la insulté es verdad... Estaba molesto y yo sé que es tu mamá pero... —se quedó callado cuando el alfa soltó una risa suave.

Si, sé cómo eres de grosero cuando te molestas...

—Uhm, incluso amenacé con... Robarme a su esposo... Ah, si le dije cosas feas...

¿A mí papá? —preguntó antes de carcajear, BeomGyu sonrió.

—Si...

Obviamente es imposible, no dejaría que te pusiera un dedo encima... Nadie en realidad...

—¿Ah sí?

Si, así como oyes —asintió, la tensión que manejaban desde el día uno justo en ese momento era palpable hasta por una llamada telefónica, el tono coqueto de ambos, las risas juguetonas.

La conexión entre ellos era innegable.

BeomGyu relamió sus labios, acariciando a Príncipe en su regazo.

—Iré a... A ducharme —mintió, TaeHyun dió una afirmativa despidiéndose con un murmullo, suspirando cuando la llamada se acabó.

BeomGyu aún tenía esperanzas de volver a tener a TaeHyun con él, y había hasta dejado la posibilidad abierta en la discusión con la madre del alfa.

Pero en realidad no estaba tan seguro de que Kang volviera.







































Ando quedando en flop en mis dos cuentas de tt espero que aquí tampoco JJAJAJJAJAJAJ

Qué les pareció?

The_Dark_Diamond04

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