51

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Al día siguiente de su encuentro, TaeHyun insistió en llevar al omega al trabajo, aún así, BeomGyu se negó siquiera a ser dejado en la parte trasera del restaurante.

Ya había dado mucho de qué hablar como para llegar en el auto de uno de los herederos, TaeHyun ya era reconocido como el heredero por todos en el restaurante.

De eso, ya habían pasado tres días, es decir, cuatro días le habían durado los cólicos, que logró aliviar con pastillas.

TaeHyun no había aparecido más esos días, aún así, le escribía para saber de su estado.

Estaba en su descanso del día, con algo de comezón en el cuello, soltó un quejido estirando sus piernas.

En ese momento, le llegó un aroma a fresas, muy sutil.

Se irgió en su lugar con una expresión de impresión, mirando a los lados, buscando algunas fresas cercanas.

Pero no había nada.

—Huele... Delicioso —comentó alguien entrando a la sala de descanso de los empleados, BeomGyu lo observó.

El único que estaba ahí era él.

—¿Eres tú? —preguntó el otro, mirándolo con algo de curiosidad pero a la vez recelo, BeomGyu dudó pero asintió al final.

—Creo... Que si —afirmó levantándose con rapidez para ir al baño, olió sus brazos, olía a fresas, todo olía a fresas, era un aroma sutil, muy suave pero era él, era su aroma.

Sonrió mirándose en el espejo del baño, sintiendo alegría por ese hecho, volteó a la derecha cuando alguien entró, Solar entró al baño con un tarareo.

—Solar —la llamó, la mujer le sonrió deteniéndose.

—Pensé que no sabías mi nombre —bromeó dejando su bolso de retoque en la encimera— Oh, huele muy rico... —comentó oliendo el aire, BeomGyu se acercó un paso a ella, tímido pero a la vez, emocionado y feliz.

—Uhm... ¿A qué te huele? —preguntó, Solar volteó a verlo, oliendo de nuevo.

—A fresas, es muy suave pero también dulce... Es... ¡Eres tú! —señaló con impresión, mirando a su compañero que asintió con una sonrisa, Solar se sintió a gusto por recibir esa sonrisa.

Nunca lo había visto sonreír tan grande, y mucho menos, a ella.

—¡Nunca olías a nada, pensé que usaba supresores! —señaló sorprendida, BeomGyu rascó su nuca con timidez, sin saber cómo manejar esa emoción que sentía. Aunque era tanta que estaba entablando una conversación por voluntad con Solar.

—No tenía aroma... Por problemas hormonales —mintió un poco, Solar lo tomó de los hombros, agitando al omega con emoción.

—¡Pero ya te curaste! Eso es tan bueno, felicidades —rió la mujer, el aroma era suave, no estaba por completo como debía ser, pero por algo se debía empezar, él lo podía percibir, los demás podían percibirlo.

No sólo TaeHyun podia olerlo aroma.

Hola, ojitos bonitos, ¿Qué tal tu día? —preguntó TaeHyun contestando la llamada del omega.

—¡Puedo olerme! —soltó con emoción, en la parte trasera del restaurante, con un cigarro en la mano— ¡Y todos pueden olerme!

¿¡Enserio!? ¡Eso es genial! —felicitó con emoción el alfa, escuchando la voz emocionada del omega explicarle cómo se había dado cuenta y cuando había pasado.

Ya no había insultos, ya no le decía todo su repertorio de insultos, no le decía que tenía dos neuronas, tampoco le contestaba cortante.

Ahora le hablaba con emoción, confianza, sin insultos.

—¡Si! Es... Es genial —asintió el omega dándose cuenta de la manera que estaba hablando con el alfa, agachó la mirada pateando alguna basura de la calle con una pequeña sonrisa.

Me alegro mucho por ti, ojitos bonitos...

Gracias —agradeció con la misma sonrisa, siguiendo una corta conversación con el alfa sobre su encuentro de ese día.

Su aroma había vuelto oficialmente, y no quería buscarle razones aunque era inevitable darle vueltas al tema.

Tal vez había empezado a superar cosas, tal vez su cuerpo reaccionó y se reguló por sí sólo.

Y a pesar de que sacó varias conclusiones, ninguna se acercaba a la verdadera razón.

BeomGyu había vivido bajo un estado de alerta constante, soportar clientes, toques indeseados, así como maltratos, abusos, un ambiente hostil y para nada seguro.

No había estado en calma por todos esos años, tampoco había tenido tiempo de poder relajarse.

Ahora, como un giro de trescientos sesenta grados, simplemente tenía un trabajo a tiempo completo en un restaurante, vivía cómodamente, si bien, seguía arrastrando traumas y dolores, se sentía más calmado.

Se sentía seguro.

Ese día, volvió a casa con una sonrisa, dedicándose a oler su ropa, no tenía un control de su aroma aún, simplemente salía según sus emociones y volver a controlarlo llevaba un proceso con tiempo.

Aún así, estaba feliz de ese acontecimiento.

Abrió su armario, tomó a su peluche y lo abrazó para llenarlo de su aroma, con una sonrisa.

En ese momento, tocaron la puerta, luego el timbre.

—Llegó el baboso —le avisó al peluche que volvió al armario, con un leve aroma a fresas.

BeomGyu abrió la puerta, mirando a TaeHyun del otro lado, sosteniendo una bolsa de compras pequeña.

Una bolsa que él reconocía.

TaeHyun entró, olió el ambiente.

—Huele... —murmuró volteando a ver con una sonrisa al omega que asintió, el apartamento olía a fresas y algo de cigarro, era suave, era delicioso.

—Si... Ya tengo aroma —afirmó quedándose quieto cuando el alfa se acercó a él, oliendo a su alrededor, soltó una risa por el gesto.

—Huele mejor que antes, es más dulce... —comentó, el omega lo observó, desviando la mirada a la bolsa.

—¿Qué piensas hacer con esa bolsa? —preguntó dándole una mirada coqueta, parpadeando un par de veces, el alfa la enseñó.

—Sabes que es —murmuró, el omega se la quitó de las manos con una risita.

—¿Qué quieres ver exactamente? —preguntó con la bolsa en manos.

—Nada peculiar... —contestó rodeando su cintura con una mano. BeomGyu sólo alzó la cara para seguir viendolo a los ojos.

Cuando él alfa entraba en su modo coqueto, no había vuelta atrás.

—Hace frío afuera, ¿Quieres tomarte un café o un chocolate? —preguntó, BeomGyu frunció el ceño.

—¿Y esto? —preguntó señalando la bolsa, TaeHyun sonrió de medio lado, relamió sus labios mirándolo fijamente.

—Irá con nosotros... O bueno, contigo —explicó, BeomGyu abrió la boca, pero nada salió— Te tengo una propuesta, puedes decir que no y no va a pasar nada —aclaró mirándolo a los ojos— No me voy a molestar, tampoco te voy a hacer algo —aclaró, BeomGyu asintió prestando atención— Iremos a un café, algo normal, pasear por algún lado... Y yo tendré el control de esto —señaló la bolsa que tenía el juguete sexual dentro— La meta es... Que aguantes hasta llegar al mirador...

—Está lejos... —murmuró, TaeHyun asintió, el mirador más cercano estaba a más de media hora, contando el tiempo que tardarían en el café, y paseando, era un tiempo considerable— ¿Y... Si no llego al mirador?

—No pasa nada malo —negó el alfa, no había algún castigo o alguna consecuencia por no cumplir.

—¿Entonces cuál es el chiste? —preguntó extrañado, TaeHyun alzó los hombros.

—Sólo quiero saber cuánto aguantas... Y no sé, quiero ver —contestó, el omega suspiró, mirando que era el mismo de la primera vez, hizo una mueca, TaeHyun se separó de él, caminó al sillón para tomar asiento— No pasa nada si dices que no —recordó acomodando su ropa, el bailarín miró al alfa antes de ver de nuevo a la bolsa, notando que había lubricante.

De todas las experiencias sexuales que había tenido, esa era una que no había probado, y le daba curiosidad.

Estaba bien, ¿No? Estaba con TaeHyun, era seguro, además no había nada de malo en tener esa experiencia.

—Por cierto, si aceptas, debo ser yo el que te prepare —explicó, el otro asintió con lentitud, mordió su labio inferior un par de veces.

—Acepto —afirmó haciendo al alfa voltear a verlo, TaeHyun le dió una pequeña sonrisa, palmeando sus muslos.

Quítate los pantalones y siéntate aquí, precioso.







































Se vienen caps... Complicados diría yo jeje

The_Dark_Diamond04

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro