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A ver... ¿Por dónde empiezo? Para ser honesto, no soy una persona muy complicada de descifrar. Pero eso tampoco significa que todo el mundo sea capaz de leerme a la primera. Las personas suelen sacar muchas conclusiones cuando conocen a alguien. Miran su aspecto, su forma de hablar, su vestimenta, toda esa basura que puede decirte mucho o no puede decirte nada. 

Yo, por ejemplo, con dieciséis años soy más alto que mi padre. Soy ancho como una puerta y parezco un jugador de rugby. La gente no se mete conmigo, pero no solo eso. Tampoco me hablan ni se me acercan. 

Tengo solo un amigo en la secundaria, Facundo. Estamos en la misma clase, tiene diecisiete, mide uno sesenta y cinco y es un flaquito escuálido que apenas puede consigo mismo. Ese tipo fue el único que no me juzgó por mi apariencia; se ha convertido en mi mejor amigo y también en el responsable de todos los malos entendidos con la persona que me gusta.

Resulta que a Facundo lo molestaba un tipo más grande que él. Al principio solo lo insultaba, pero una cosa pasó a la otra y terminó pegándole una paliza. Facundo estaba aterrado, pero en ese momento no hice nada porque todavía no hablaba con él. Bueno... No hablaba con nadie.

Un día lo ví venir con la muñeca vendada y un moretón en el ojo. Ese día no solo ví a un Facundo golpeado, ví a un Facundo con el espíritu derrotado, eso me dió un montón de rabia. Cuando terminaron las clases lo seguí sin que se diera cuenta y el tipo lo estaba esperando del lado de afuera del portón del colegio. Estaba con el grupito de imbéciles que asumí eran los amigos. Facundo retrocedió y trató de entrar de nuevo al colegio, pero este tipo lo agarró de un brazo y en ese preciso momento supe que si no hacía algo le iban a pegar otra vez. Así que lo defendí. Me agarré a las trompadas con este tipo y esa fue la segunda vez que me peleaba con alguien. Defendí a Facundo como si fuera mi amigo de toda la vida y justo en el momento en el que sentí que estaba en mi mejor momento, con este tipo tirado en el piso, los amigos arrinconados y Facundo a salvo, apareció ese ángel. Pelo largo hasta los hombros, ojos bien verdes y grandotes, mucho más bajita que yo y muy menuda. Yo me sentía Superman, pero a juzgar por su cara de horror creo que ella me veía como el peor de los villanos.

Obviamente no me atreví a decirle una sola palabra. Creo que lo único que hacía falta para que ella saliera corriendo era que yo me le acercara. Así que preferí dejar las cosas como estaban y buscar el momento adecuado para presentarme y aclarar ese malentendido.

El problema fue que ese momento nunca llegó.

En lugar de arreglar la situación, las cosas empezaron a ir de mal en peor.

—Todo es por tu culpa.

Le di un leve empujón que lo hizo trastabillar. Facundo realmente era un flacucho.

—¿Mi culpa por qué? —atacó—. Para empezar, yo nunca te pedí que me ayudaras. Lo agradezco, por supuesto, pero vos te metiste solo en este baile.

—Si yo no te ayudaba ese tipo te iba a matar —me defendí enseguida.

—Igual ya pasó un año de eso y todavía no le hablaste. Acá el problema no soy yo, sos vos. Muy valiente para algunas cosas pero muy cagón para otras.

Hice un mohín. En cierto punto tenía razón.

—¿Y qué querés que le diga? ¿Cómo le explicás a una persona que no sos un bully cuando esa persona te vio pegándole a un tipo?

Facundo se encogió de hombros.

—Yo me le acercaría y le explicaría toda la situación. Al final hasta podés quedar como un héroe y todo. Yo soy partidario del diálogo, las personas civilizadas conversan y se entienden. Yo sé que detrás de esa fachada de orangután básico que tenés hay algo interesante.

Entre risas, le di un puñetazo en el brazo sin medir mucho mi fuerza, así que esta vez, Facundo trastabilló y casi se cae de culo al suelo.

—Vos tenés pinta de friki tarado y el que te ve lo primero que debe pensar es que no tenés amigos.

Inmediatamente después de decir eso, levanté la vista y ahí estaba ella. La cara de espanto instalada y el lenguaje corporal me dejó muy claro que la había vuelto a cagar. ¿Por qué llegaba siempre tarde a todas las situaciones?

Abrí la boca para tratar de hablarle y en ese momento, ella hizo un gesto negativo con la cabeza, se dio media vuelta y se fue.

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