Número 12 De Grimmauld Place.

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Al día siguiente todos estaban en un avión con destino a Londres y de ahí a un destino desconocido para los menores. En todo el viaje los adultos intentaban hablar con los adolescentes, pero los cuatro rubios se negaban a dirigir su palabra a alguno de ellos.

Al llegar a la mansión Di Lessio en Londres, Fede rápidamente pidió que cambiaran su ropa de verano por algo más abrigado ya que en Londres hace mucho frío el mes de julio.

Los demás hicieron caso y se dirigieron a sus habitaciones, prepararon sus baúles de Hogwarts los menores, como les habían pedido, y también sus maletas. Una vez estuvieron listos bajaron al vestíbulo.

Fede y Enzo ya los esperaban con todas las escobas de la casa, así que 5 nimbus 2000 y 4 saetas de fuego descansaban en los sofás.

A los gemelos y Draco les brillaron los ojos al ver sus escobas y rápidamente corrieron a ellas.

-¿Iremos en escoba? – Preguntó emocionado Draco

-Así es, pero de una vez les advierto a ustedes dos – Habló Enzo señalando a los dos gemelos- No quiero piruetas, trucos, acrobacias, competencias o giros, mientras vamos de camino-

Los dos chicos se vieron fingiendo inocencia.

-¿Nosotros? ¿Por qué haríamos eso abuelo? – Respondieron a la vez con una sonrisa inocente cada uno.

-Tenías que hablar ¿No papá? – Le dijo Fede sabiendo que no obedecerían.

-¿No hay otra manera de ir? – Preguntó Amy entrando – Odio volar con Cissy, siempre tengo que cuidarla-

Narcissa la vio ofendida, era cierto, pero no tenía que decirlo.

-Yo cuidaré Cissy, ella vendrá conmigo mejor…- Todos vieron a Fede con una ceja arriba- Es que así evitamos accidentes – Dijo rápidamente el hombre.

Ántares y Chloe se vieron para luego rodar los ojos y sonreír.

-Ajá- Murmuraron las tres mujeres Di Lessio a la vez.

-Bien entonces ¿Nos vamos? – Preguntó Enzo

-¿Y las maletas? – Cuestionó Draco- Díganme qué no van a volar con las maletas, por favor, llevo mi traje Gucci–

Los tres adolescentes rieron de su hermano a carcajadas, Cissy se puso una mano en la cara y Amy y Remus se vieron con mala cara.

-Los baúles lo voy a transportar yo amo– Informó Dave, el elfo de la casa.

-Ay que alegría, ten cuidado con mis trajes- Pidió Draco y al escuchar la tos falsa de Ántares rodó los ojos y se dirigió de vuelta a Dave- Por favor y gracias Dave- Dijo

Ántares y Chloe sonrieron satisfechas.

-Ok, iremos en parejas en caso de un ataque ya saben que se protegen entre ustedes… Remus cuidarás de Ántares- Comenzó Enzo y rápidamente la chica fue hacia su padre adoptivo y lo abrazó– Amy cuidarás de Franco y antes de que lo digas no Chloe, Franco no puede ir contigo- La chica hizo un puchero ante esto- Siguiendo yo cuido a Draco, mientras Fede y Narcissa cuidan a Chloe–

Chloe los vio con una ceja alzada antes de examinarlos a ambos.

-Querrás decir que yo los cuido a ellos- Corrigió jugando con una bola de fuego en su palma.

-Pues sí – Contestó Enzo subiendo y bajando los hombros.

Los nueve salieron al patio principal y se pusieron en las parejas, en el caso de Chloe trío, que debían.

Primero despegaron Enzo y Draco, seguidos por Amy y Franco, luego Ántares y Remus y ya por último Narcissa y Fede en una escoba y Chloe en la otra.

Se elevaron cientos de metros hasta quedar por encima de las nubes.

Chloe sonrió respirando el aire fresco del cielo, estiró sus manos y el aire se arremolinó alrededor de Franco y de ella, ambos sonrieron el uno al otro antes de pasarse las corrientes como si de juego se tratará.

-¿Ves eso? Es imposible- Murmuró Narcissa a Fede viendo el juego de los gemelos.

-Son parte Fénix, linda ¿Lo recuerdas? – Respondió Fede sonriendo.

Chloe le lanzó una última corriente a Franco que le dio en la nuca a Draco, este la vio mal antes de mostrar su dedo del medio en un gesto malo.

-¡Draco! – Regañó su madre y el Slytherine rápidamente dirigió su vista al frente.

-¡Oye Fran! – Llamó Chloe y todos la vieron – Supera esto-

Chloe estaba literalmente de pie sobre su escoba como si fuera una tabla de surf y ella estuviera en una ola. Movía su cuerpo para hacer que la escoba zigzagueara y sonreía petulante.

-¡CHLOE ALESSANDRA! – Regañó su padre pálido como el papel.

-Estamos como a diez mil pies Chloe – Regañó Enzo

-¿Y qué? El aire no dejará que me caiga o me haga daño, me respeta- Recordó Chloe las palabras de Alessa cuando aprendió a volar.

-Mira, ya te superé – Le dijo Franco también surfeando, pero el tío un giro completo agachado y agarrando su mango de escoba antes de volver a ponerse de pie.

Amy casi se desmaya al ver eso, Narcissa por poco y la sigue mientras Ántares se mareó de solo verlo.

-Eso no es nada, mira y aprende niñito – Le respondió Chloe.

La rubia se adelantó junto a Franco y con una sonrisa muy socarrona dio tres giros seguidos completos antes de volver a su posición inicial sin tan siquiera marearse.

-¿A si? Pues yo bailo- Franco literalmente empezó a bailar en su escoba ante la risa de Chloe y el temor de los demás.

-Y yo te acompaño- Le contestó la mayor y se pusieron a bailar ambos.

Por los siguientes 15 minutos ambos bailaban y/o hacían volteretas y trucos extraños… incluso hicieron algo llamado el espiral donde ambos daban vueltas en sentido contrario formando un espiral.

-Me va a dar algo- Murmuró Narcissa al verlos.

-A mi ya me dio – Contestó Amy

Los gemelos hicieron caso omiso y siguieron con sus juegos.

Draco y Ántares se veían de vez en cuando preguntándose cuando iban a parar de arriesgar sus vidas.

-Pronto tendremos que bajar- Anunció Enzo

-Buhhh, otro ratito – Pidió Chloe como una niña pequeña.

-Alessandra ya siéntate- Pidió Fede con tono autoritario.

-Mi nombre es Chloe, no Alessandra – Le dijo la de cabello bicolor antes de dar unas vueltas más y sentarse.

10 minutos después aún seguían volando y el frío de la noche los congelaba, menos mal Chloe y Franco tenían la manía de usar guantes de cuero al volar, para mejor agarre.

-¡Bajemos todos juntos! – Pidió Fede

Todos formaron una muy rara figura de ocho lados y fueron descendiendo. Habían volado por más de una hora así que ya debían ser pasadas a las 12 medianoche.

Aterrizaron en un viejo parque frente a una serie de casa en forma de edificios, tenían pinta de ser victorianas y muy grandes, como pequeñas mansiones.

Todo estaba oscuro excepto las ventanas de las casas lo cual les daba una luz muy tenue.

El único farol en medio del parque les sirvió de lámpara mientras los menores cuestionaban en donde estaban.

-¿Qué hacemos aquí? – Repitió Ántares abrazada a Remus porque tenía frío.

-Ya lo verán, toma Draco léelo y dáselo a los demás- Contestó Amy.

Draco leyó el papel, vio hacia el frente y puso cara de asombro, luego Ántares le arrebató el papel y lo leyó ella haciendo la misma cara segundos después, Franco recibió el papel y el y Chloe leyeron a la vez.

“El cuartel general de la orden del Fénix se encuentra en el número 12 de Grimmauld Place”

Ante ellos, y pareciendo de la nada entre las casas 11 y 13, se vio una gran y oscura casa parecida a las otras sólo que de color negro y gris, tenía pinta de ser muy antigua y de que no estaba bien cuidada.

Los dos gemelos se vieron entre ellos y luego a la casa.

-Genial- Dijeron a la vez.

Siguieron su camino hasta la puerta de entrada de esta casa y los cuatro adolescentes junto a Narcissa y Amy vieron aparecer un letrero mágico.

-Me encanta el latín, algo culto, se ve que son educados- Alagó Franco viendo el letrero.

Los tres hombres mayores los vieron con confusión.

-¿De qué hablas hijo? – Preguntó Enzo a su nieto.

-Del letrero abuelo, obvio- Señaló Ántares.

-¿Qué letrero? – Preguntó Remus mientras Fede daba vueltas sobre si mismo buscando la maldita cosa.

-Ese- Señaló Draco a un lugar vacío.

-Ahí no hay nada Draco- Le dijo Fede.

-Sí lo hay Federico, solo que tú no lo ves… Chloe, querida ¿Por qué no lo lees? Draco dice que hablas muy bien el latín-Pidió Narcissa.

Chloe asintió y se acercó para ver mejor las letras ante la atenta mirada de los demás.

“Receperint nobilis senex in domo ex vero Nigris fave.”

Leyó en voz alta y todos la vieron expectantes.

-Bienvenidos sean a la noble y antigua casa de los Black- Tradujo para todos.

Fede, Enzo y Remus se vieron entre ellos antes de asentir incómodos. Fede se acercó a Narcissa.

-¿Porqué no lo podemos ver? – Preguntó en un susurro mientras se acercaba más a la puerta.

-Solo puede ser visto por los ojos de un Black- Explicó en un susurro todavía más bajo.

Enzo tocó la puerta y está se abrió, todos pasaron y Fede se puso delante de todos.

-Soy Federico Charles Di Lessio, miembro de la orden, mi apodo es Rain, me transformo en un águila parecida un ave del trueno y mi mayor secreto solo lo saben los que están aquí- Habló en voz alta Fede.

Los menores lo vieron extrañados por hablarle a la nada, pero entonces un hombre alto y moreno apareció con la varita en alto y sus ojos fijos.

-Digan una verdad- Pidió

Al parecer los mayores comprendieron a la perfección esto.

-Soy miembro fundador de la orden- Comenzó Enzo

-Mi padre era miembro fundador y soy un mentiroso- Siguió Remus y Franco lo vio curioso.

-Lucho porque una vez traicioné a mi hermana – Continuó Fede.

-Soy una traidora y una espía- Habló Narcissa y Draco la vio haciendo el gesto de “x2”

-Esta es mi casa ¿Sabías? Quieres dejar de apuntar a mi cara en mi casa Kingsley- Terminó Amy y todos la vieron- Ay esta bien, la orden del Fénix se llama así por mi hermana mayor y lo que su poder significa-

El tal Kingsley bajó su varita y sonrió.

-Que alegría verlos a todos juntos- Dijo con voz más feliz- ¿Estos son los cachorros? – Preguntó viendo a los niños.

Los adolescentes se vieron entre ellos ofendidos, les había llamado animales.

-Que modales- Le recriminó Draco.

-Lo siento, pensé que sabían el porqué los llamo así… no importa-

El hombre se acercó a ellos con una sonrisa, saludó a los mayores con la cabeza y se acercó a los menores.

-Sí definitivamente, no hay dudas- Dijo examinándolos – Tú – Siguió señalando a Draco que se señaló a sí mismo- Eres idéntico a tu madre- Narcissa y Draco sonrieron orgullosos- Tú – Ántares dio un respingo y se aferró a las manos de sus dos hermanos- Eres muy parecida a tu padre-

Chloe frunció el ceño, este hombre no sabe de lo que habla.

-Y ustedes… - Los gemelos lo vieron haciendo una mueca de confusión idéntica – Sí, en definitiva son sus hijos, no hay duda- Dijo con burla.

De pronto se acercó y los abrazó a los cuatro, entre ellos se veían pidiendo auxilio.

-Creo que debemos ir a la cocina Kingsley – Pidió Narcissa.

-Cierto… los esperan-

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