Papá, ellos son tus hijos.

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Los nueve siguieron al hombre por un estrecho pasillo hasta que este se hizo un poco más grande mostrando unas escaleras que bajaban. Todos siguieron el camino hasta llegar a una cocina con una gran mesa en el centro.

Al entrar vieron a varias personas conocidas y otras que no tanto. La profesora McGonagall estaba ahí con una gran sonrisa y los saludó con la mano, luego estaba un mago bajito y con sobrero alto y una bruja alta con sombrero bajito, ambos los vieron sonriendo, estaba el viejo insufrible de Dumbledore, como le decía Chloe, estaban algunos profesores de Hogwarts con los que no hablaban mucho, un hombre bastante mayor y ya por último un hombre bajito.

Los dos de sombrero avanzaron juntos.

-Gran Fénix y joven Lord, que honor, soy Dedalus Diggel– Habló el mago bajito con un gran sombrero hacia Chloe y Franco.

Los dos se vieron el uno al otro antes de sonreírle al mago, no eran unos maleducados.

-Un placer, puede llamarme Chloe, si así lo desea- Se presento la rubia una vez en mago tomó su mano y la estrechó.

-A mi dígame Franco, por favor- Siguió el chico.

La bruja se acercó una vez el otro se alejó un poco.

-Que gran honor, cuentan las leyendas que son muy fuertes, soy Hestia Jones- Habló la bruja saludando con un fuerte apretón.

-Ella es Chloe – Presentó Franco con una sonrisa.

-Y el es Franco- Terminó Chloe de igual forma.

-Ay pero que adorables- Dijo la profesora Sinistra

Ambos se vieron con cara de “Ayuda”, pero no dijeron nada.

-Dedalus, Hestia, ellos son Draco y Ántares – Presentó amable Narcissa.

-Un honor conocerlos – Dijeron ambos antes de volver a sus asientos.

-Mira tú, pero si son iguales a su madre- Habló el hombre anciano acercándose- Soy… -

-Oh Merlín, usted es Elphias Doge- Interrumpió Ántares emocionada – Disculpe, es que sigo su carrera desde hace mucho- Se disculpo la rubia.

-No hay problema, un placer señorita Ántares- El señor Doge besó el dorso de la mano de Ántares y ella sonrió encantada de conocer a su Ídolo- Señorita Chloe – el señor repitió el mismo gesto – Jóvenes Draco y Franco, espero no se molesten que los llame por su nombre- Saludó a los dos rubios de apretón de manos.

-No hay problema- Respondieron los cuatro a la vez.

Fede, Amy, Narcissa y Enzo avanzaron hasta tomar sus lugares alrededor de la mesa, Remus besó la coronilla de su sobrina y de su hija adoptiva y se adelantó con ellos.

Los cuatro jóvenes no sabían si ir con ellos o no, pues no los habían invitado.

-Así que esta es la tan secreta orden- Rompió el silencio Chloe y todos la vieron- ¿Cerraron sus mentes para que no viera esto? – Preguntó a McGonagall.

-Teníamos motivos Chloe – Respondió ella

-Vamos Minnie, creí que nosotras no teníamos secretos- Habló la de cabellos bicolor mientras se adelantaba sonriendo arrogante y guiñaba el ojo.

Todos la veía, los más jóvenes la siguieron.

-Merlín… es como ver un clon- Dijo una voz desde el marco de la puerta de atrás.

Parado en medio del marco estaba Ojoloco, el verdadero, viéndolos con una expresión de sorpresa.

-Profesor Moody, me alegro de que sanara Bien- Saludó Chloe.

-Me dijeron que te debo un gracias por eso- Respondió y Chloe subió y bajó los hombros.

-No es necesario, pero mejor que hice que le creciera el pelo porque medio calvo se veía horrible-

Toda la sala se quedó en silencio antes de que Ojoloco soltara una gran carcajada y se acercara.

-Mira tú, esos chistecitos me los sé muy bien – Les dijo con una mueca aterradora que parecía ser una sonrisa.

-Alastor, toma asiento, ya vamos a empezar- Habló calmado Dumbledore.

Ojoloco siguió su camino hasta su asiento y se desplomó sin dejar de mirarlos.

-Un gusta saludarlos jóvenes- Saludó Dumbledore.

-Un honor verlo de nuevo- Contestó Ántares sonriendo.

-Gusto de verlo- Siguió Draco.

-Un placer… - Murmuró Franco, no confiaba en el.

-Hola señor ¿Cómo está? ¿Cómo va su plan de criar soldados para que peleen su batalla? – Preguntó Chloe con voz enojada.

Todos la vieron sorprendidos y de nuevo Alastor Moody soltó grandes carcajadas.

-La chica es más valiente que todos aquí, admítanlo, todos lo pensamos- Respondió este moviendo su ojo a todos lados.

-¿Qué es ese ruido? Me pareció oír la horrible risa de Moody ¿Quién nos tortura de esta ma… -

Sirius Black apareció bajando las escolares, su túnica negra, su barba hecha, su cuerpo volvía a ser saludable y ciertamente recuperó todo peso que perdió en Azkabán… en pocas palabras volvía ser el mismo de antes… casi.

El Black se quedó estático al ver a los presentes, parecía que lo habían paralizado, sus ojos no enfocaban a otra persona que no fueran los gemelos, los cuales estaban en medio de Ántares y Draco uno junto a la otro.

Los ojos de Sirius se llenaron de lágrimas rápidamente al verlos ahí, frente a él… por fin podía verlos, por fin podía abrazarlos, pero no se movía… lo único que veía era a los dos bebés de un año y medio disfrazados de calabazas que había dejado en casa antes de salir ese 31 de octubre, pero ya no eran sus bebés.

Ahora tenía enfrente a dos jóvenes de 15 años que lo veían extraño, la chica lo veía como si viera a un fantasma y el chico como si lo analizará.

Ambos estaban ahí, pero él no se movía ni un milímetro. Tenía miedo de que si se movía, si se acercaba a abrazarlos o hablarles iban a desaparecer de la nada como tantas veces lo hicieron en sus sueños.

Amy se levantó y se dirigió hasta el con cuidado, Sirius aún tenía la boca a media articulación de la palabra y ahora por sus mejillas bajaban lágrimas, la mujer se acercó a él y se puso a su lado.

-Es verdad, no se van a ir- Le Susurró

Sirius reaccionó de pronto como si un balde de agua fría le hubiera caído en la cabeza. Corrió sin dar un solo respiró y se lanzó a abrazar a ambos adolescentes como si su vida dependiera de ello….que si lo hacía.

Los gemelos se petrificaron sin saber que hacer, ni siquiera sabían quién era ese hombre o porque los abrazaba, pero en ese abrazo les transmitió un montón de sentimientos.

Ambos sentían la necesidad que tenía el hombre por abrazarlos, la irradiaba hasta por los poros, luego estaba la tristeza, sus lágrimas aún caían, pero al mismo tiempo la felicidad se reflejaba en su cara que ahora tenía una sonrisa con los ojos cerrados porque seguía llorando, pero sobre todo amor… el hombre les irradió tanto amor como nadie se los había dado en la vida, ni siquiera sus padres.

Él no los soltaba, así que ambos le correspondieron al abrazo por instinto, algo les decía que tenían que abrazarlo, algo los llamó hacia ese hombre desconocido, algo muy en el fondo se alivió en la presencia de él, como si por mucho tiempo algo les hiciera falta, mucha falta, como si lo hubieran extrañado por siglos y ahora al fin lo tenían de vuelta.

Sirius sólo sentía como su corazón volvía a latir, como de nuevo el calor volvía a su pecho, como al fin recuperaba la felicidad… al fin tenía todo lo que amaba en el mundo entre sus brazos, al fin lo había recuperado todo…

Los demás veían en silencio, Narcissa sonreía feliz, Fede bajo la cabeza… Chloe jamás lo había abrazado así, Enzo asintió como si por fin todo estuviera bien, Amy lloraba un poco, Remus y Ojoloco notaron cada uno por su parte el amor que había en un solo abrazo, uno por sus instintos y el otro porque su ojo mágico captaba emociones muy fuertes.

-Los extrañé tanto – Susurró Sirius y los abrazó más fuerte- Los amo pequeños-

Ambos gemelos abrieron sus ojos extrañados, al fin el hombre extraño soltó su fuerte abrazo y los miró.


-Perfectos- Dijo con una sonrisa.

De nuevo ambos se vieron con cara extraña, no había ni una sola alarma en su interior que les dijera que se alejaran de este hombre, solo había la necesidad de volver a abrazarlo, como si realmente hubieran esperado por eso por mucho tiempo.

-Gracias… supongo – Habló Franco.

Sirius sonrió por primera en vez años de manera sincera, había escuchado por primera vez la voz de su hijo y se parecía a la suya.

-Lo siento ¿Nos conocemos? – Preguntó Chloe amable.

Sirius sonrió aún más y se limpió una lágrima más al reconocer la voz de su hija, nunca la había escuchado, pero era tan maravillosa como siempre la imaginó.

-Mucho más de lo que crees- Respondió Sirius y con sus ojos grises examinó a ambos gemelos.

-Usted… - Comenzó Chloe como si o reconociera.

Sirius comenzó a sentir un gran calor en su pecho, tal vez si lo recordaban.

-Ojos grises – Murmuró Franco ahora – Extraño, se parecen a unos ojos que veía siempre en mi sueño, bueno que veíamos- Se corrigió señalando a su hermana y a él.

-Creo que si eran mis ojos – Respondió Sirius.

Nadie de la orden o de los demás quería hacer ningún ruido para no romper su burbuja así que se quedaron quietos.

-Yo sé quién es usted- Habló Chloe y Sirius la vio esperanzado – Sirius Orión Black- Terminó

Sirius sonrió por escuchar salir su nombre por primera vez de la boca de su primogénita.

-Lo soy… -

-Qué bueno porque sería muy vergonzoso confundirlos- Siguió Chloe.

-¿Confundirme? – Preguntó Sirius.

-Con el tío Regulus, se parecen muchísimo-

Sirius abrió mucho sus ojos ante la mención de su hermano, le habían comentado que tuvo contacto con sus hijos, pero no que lo había visto.

-Lo tomaré como un insulto- Murmuró Sirius en tono de broma.

Franco sonrió, una voz llegó a su cabeza, casi como un susurro “Dile al sarnoso ese que tiene suerte de ser casi tan guapo como yo”. Franco soltó una pequeña risa y la atención se fijó en el.

-Él dice y cito “El sarnoso tiene suerte de ser casi tan guapo como yo”- Dijo imitando muy bien la voz de su tío.

Sirius lo vio con sorpresa, ese inútil aún lo atormenta después de muerto, soltó una risa.

-Inútil- Dijo en voz alta hacía el techo.

-Un gusto conocerlo al fin señor Black- Comenzó Chloe

-Sirius… dime Sirius-Pidió con algo de dolor, pero aún no es el momento.

-Señor Sirius, gracias por todo lo que ha hecho por Harry, por cómo lo cuidó cuando yo no estuve para hacerlo y por todo lo que hace por el- Agradeció Chloe.

Aún cuando nunca lo hacía, la rubia se lanzó hacia el hombre y lo abrazó con una sonrisa y este le correspondió al instante, incrédulo, pero emocionado, tenía a su pequeña bebé en brazos ahora… de nuevo.

-No hay porque princesa- Respondió en un tono muy diferente al que usa normalmente, muy paternal.

-Gracias también por cuidar de mi padre en estos años- Siguió Franco.

Sirius dejó de sonreír y dirigió una muy mala mirada de casi odio a Remus y Fede, o como el los llama “Los roba hijos”

-He cuidado más de él de lo que imaginas- Respondió entre dientes.

-Sí… gracias por eso señor Canuto- Dijeron a la vez.

Sirius volvió a sonreír al escuchar a sus pequeños llamarlo así, cuando eran pequeños los sobornaba con chocolates y regaliz para que dijeran como primera palabra “Canuto” o “Papá” al final la primera palabra de Franco fue “Mamá” y la de Chloe “Catuto” que se parecía a Canuto, eso lo hizo sentir muy orgulloso.

-Estoy tan feliz de verlos- Soltó sin pensar- No me podía dejar de imaginar sus caras… lo último que recuerdo es que tú – Señaló a Franco – andabas por la casa con el pañal en la cabeza- Franco sonrió avergonzado y Chloe burlona- Y que tú – Señaló a Chloe que dejó de sonreír – Fuiste quien se lo puso cuando te robó tu dulce-

Chloe soltó una carcajada muy ruidosa que Sirius reconoció como la suya.

-Bien merecido te lo tenías, ojalá estuviera sucio- Le dijo a Franco una vez dejó de reír.

-Muy graciosa Alessandra – Le dijo Franco entre dientes.

-Yo me voy a reír de esto por años Alessandro- molestó Chloe

Sirius frunció mucho el ceño ¿A quién se le ocurrió ponerle esos nombres? Y lo más importante ¿Por qué les cambiaron los originales? El mismo había escogido los súper nombres de sus súper hijos…

Vio con mala cara hacia Remus, Amy y Fede, rápidamente los dos primeros señalaron al último como el culpable y el susurro un “Me pareció buena idea en el momento”

-¿Vamos a comenzar ya o seguimos con los sentimentalismos? – Habló un mago bajito.

Sirius, Chloe y Franco soltaron a la vez un característico gruñido que hacían cuando se molestaban.
Luego se vieron entre ellos divertidos.

-Niños deben ir a buscar sus habitaciones- Pidió Narcissa amable.

-Tranquila Cissa, yo los llevo- Se ofreció Sirius.

-¡No me digas Cissa, o yo te diré Sirión!– Regañó Narcissa a su primo.

-Pues dilo ¡Cissa, Cissa, Cissa! – Cantaba una y otra vez Sirius.

-Yo voy con ellos- Hablaron Amy y Remus a la vez.

Los 4 adolescentes y los 3 adultos salieron de la cocina, Chloe y Ántares miraron hacia atrás a la vez.

-Buenas noches a todos- Dijeron ambas y luego salieron.

Siguieron a Remus y Amy, que iban a la cabeza, luego Draco que veía todo con interés, Ántares que sonreía y tenía cara de dormida y ya por último cerrando la marcha estaban los gemelos y Sirius, quien no se les despegó ni por un segundo.

-¿Saben niños? Esta es mi casa la… -

-Antigua y noble casa de los Black- Interrumpieron los cuatro menores.

-Lo leímos en la entrada- Explicó Draco.

-Bonito letrero, amo el latín- Alagó Franco.

Sirius sonrió a más no poder, otra prueba de que realmente sus hijos estaban en casa al fin.

Subieron al primer piso y fue cuando Chloe notó una habitación muy conocida, sonrió y se desvío del grupo mientras todos la veía y luego la siguieron.

-Anda, el tío Reg tenía razón… todo sigue igual de polvoriento- Dijo a Franco y él sonrió.

-Limpia tú entonces- Se burló el chico

Chloe sonrió con arrogancia palpable y agitó sus manos, rápidamente toda la habitación quedó limpia, como en un principio era… de vuelta a su antigua gloria.

-Seguro que así se deja de quejar, eso espero al menos- Se dijo Chloe en voz alta.

Los demás la vieron con cara de confusión excepto Franco.

-Es que… bueno habló con mi tío Reg a veces, ya lo saben, el siempre me trae aquí y dice que es la representación de como esta en la actualidad y siempre se queja de que un tal sarnoso no sabe ni usar una escoba para barrer- Explicó Chloe

Sirius soltó una risa, él era el sarnoso…

-Fingiré que no me ofendí- Bromeó.

-Ahh usted es sarnoso… sí tiene sentido, con eso de que es un perro- Le respondió Franco.

-Auch, no dejan de ofender- Siguió Amy a su hijo.

-No me ofende, hasta mi esposa me decía que era un sarnoso- Habló Sirius con nostalgia.

De pronto Chloe recordó unas palabras que su tía le había dicho antes de entrar a su primer partido en Ilvermornie “Busca a Sirius y dile que lo amo y siempre supe que es inocente”

Suspiró y se acercó a Sirius que la vio confuso.

-Ella… su esposa, mi tía- Sirius arrugó el ceño con enojo ante lo último, pero se dijo a sí mismo que no podía cagarla ahora- Ella me pidió que le dijera que lo amaba y siempre supo que es inocente–

Sirius sonrió abiertamente, era lo único que le había importado todos esos años, que ella creyera que era culpable… cuando salió y supo que ya no estaba… eso lo destrozó.

-Gracias Chloe –

Había pronunciado por primera vez en años ese nombre y sonrió abiertamente.

-Vamos a sus cuartos, cada uno siempre ha tenido una habitación en esta casa- Explicó Sirius – Draco tu cuarto es el que era de tu madre cuando venía, está en el tercer piso, tiene tus iniciales- Explicó

Draco sonrió, apenas iban por el segundo piso así que apresuró el paso y llegaron al tercero. Se dirigió a las puertas que le señaló Remus.

-“D. L. M”- Leyó con orgullo- Nos vemos mañana ¿Le dicen a mi madre que necesito mi abrazo de buenas noches? Gracias- Se metió a su cuarto sin decir más.

-Sí… mini Cissy- Murmuró Sirius – Bueno pequeña Anty, tu cuarto es este – Señaló un cuarto que estaba frente al de Draco.

-“A. A. B”- Leyó Franco y luego vio a su madre - ¿No debería ser una D? –

Amy vio a Sirius y a Remus con nervios.

-Es una confusión, luego se arregla- Mintió Sirius con facilidad, de alguien lo tenía que sacar Chloe.

-Pierdes tu toque de mentir Amy- Le recordó Remus en un susurro.

-Buenas noches mamá - Ántares se acercó a Amy y la abrazó con fuerza – Buenas noches papá- Se despidió de Remus y él sonrió.

-Al menos no sólo me roba a mis hijos- Murmuró Sirius.

-Buenas noches C, buenas noches F- Abrazó a sus dos hermanos con fuerza – Y buenas noches tío Sirius- Vio su error sólo cuando ya lo había dicho – Si no le molesta que le diga así, después de todo usted es amigo de mis padres- Dijo rápidamente.

Sirius sonrió orgulloso, si es hija de Regulus.

-No hay problema, ya te amo como a una sobrina – Sirius la abrazó – Buen trabajo, eres realmente hija de tu padre- Le Susurró y Ántares sonrió.

Amy sonrió y Ántares entró al cuarto cerrando la puerta.

-Vamos ahora con los gemelos- Habló Amy- Es que son muy parecidos- Hizo como si le explicará a Sirius.

-Se ve, seguro son idénticos a su padre- Respondió Sirius y ambos mayores lo vieron enojados.

-¿Podemos ir a dormir ya? – Preguntó cansado Franco.

-Claro, sígueme-

Sirius los guió un piso más arriba hasta donde solo había cuatro habitaciones dispuestas en un círculo. Amy sonrió triste, aquí había roto fuente hace 15 años… hay que recuerdos.

-Estas son sus habitaciones- Señaló Sirius a la segunda y tercera puerta.

-Muchas gracias señor Sirius- Le dijo Franco y luego se volvió a sus padres y hermana- Buenas noches madre – Besó la coronilla de Amy – Buenas noches padre- Abrazó a Remus y luego recordó su enojo- Pero sigo enfadado – Señaló al separarse.

-¿Seguirías enojado si te compro una nueva escoba? – Preguntó Amy.

-No me chantajes madre – Se escandalizó el chico – Sabes que a mi me compras con más… mucho más- Besó la frente de Chloe – Iré corriendo si me llamas, lo sabes- Le dijo antes de irse a la puerta con las iniciales F. R. B, estaba tan cansado que ni se fijó.

Todos los adultos voltearon a ver a Chloe y ella los vio a ellos.

-Bueno, buenas noches tío Rems- Remus sonrió y se acercó a besar su coronilla sabiendo que es muy orgullosa para abrazarlo- Buenas noches tía Amy- le sonrió y la abrazó.

-Buenas noches pequeña – Le dijo Sirius.

-Buenas noches señor Sirius, gracias por recibirnos en su casa y darnos tal atención-

Chloe se acercó a la puerta y vio con él ceño fruncido las iniciales “C. A. B” rodó los ojos y se volvió hacia Sirius.

-Esta también está mal señor, pero de igual forma gracias- Le dijo

-Claro, lo arreglamos mañana… descansa pequeña, mi habitación es la de junto por si necesitas algo y la de Amy es la última – Le recordó Sirius.

Sirius sonrió una vez ella entró... Sus bebés estaban al fin en casa.

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