Capítulo 03

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

El "acosador" terminó siendo una persona amable que encontró la placa del collar del Amo Yeontan, al parecer se desprendió de su lugar mientras paseábamos por el parque. Todo el tiempo estuvo intentando devolvérnosla.

—Por fin alguien me entiende —comenté emocionado— No sabes lo difícil que es estar aquí sin saber nada de inglés, necesito llevar el traductor a todos lados para comunicarme.

—¿Si no sabes inglés qué haces aquí? De seguro no estás solo, alguien te acompaña.

—Así es, vine con mi novio. Él está tomando cursos intensivos y quise acompañarlo aunque sea solo para dormir y comer juntos.

—Oh, lo que hacemos los jóvenes enamorados —dijo colocando una mano en su pecho para darle un toque de ironía y gracia a su comentario— lo entiendo perfectamente porque yo también estoy aquí por amor.

—¿Enserio? ¿Cuánto tiempo llevan juntos?

—Llevo enamorado de ella desde que era niño, ahora es mi mayor pasión.

Me lo esperaba, tiene cierto aire de heterosexual. 

—¿Y es de Corea?

El joven negó, sus manos se introdujeron en el bolso que llevaba consigo para poder sacar una cámara realmente linda.

—La fotografía es lo que me trajo aquí, las oportunidades son muchas y grandes.

Bueno, fotosexual entonces.

Me acomodé dando a entender que quería escuchar más. Lo que no sabe es que en realidad mi trasero se ha dormido de estar sentado sobre esta banca incómoda.

—Quiero ser fotógrafo profesional, tomé cursos en Corea es solo que ahora necesito sacar buenas tomas para armar un portafolio digno de presentar y así por fin conseguir el trabajo de mis sueños. Aunque es difícil estar lejos de casa.

—¿Lo armarás recién? ¿En un entorno completamente ajeno a ti? —cuestioné frunciendo el ceño— ¿No habría sido más fácil fotografiar en tu país y tener listo tu portafolio?

—Tengo fotos, sí. Pero lo que ocurre es que Corea para mí es un lugar triste y de tiempos que quiero dejar atrás.

—¿Tenías trabajo allá?

—Tenía trabajo independiente, pero no iba bien y tampoco me aceptaban en ningún lado porque las solicitudes eran muchas, pero las vacantes muy pocas. Ese "nosotros lo llamamos" me tiene harto.

—Lo siento tanto.

—Lo peor es que mi familia no apoya del todo mi pasión por la fotografía. No perdí más mi tiempo y decidí tomar un avión para empezar de cero.

—Vaya, eso es realmente una locura... y bien ¿cómo te va aquí?

—Quitando el hecho de tener que vivir a base de latas de atún, huevo revuelto y arroz hasta que mi economía mejore... me va bien.

Solo sonreí, pues bien sé que podría ser yo si tuviera vida independiente. Ya puedo verme, dándole vuelta a la ropa sucia y durmiéndome a las tres de la mañana. 

—Aquí, las ideas me abruman y los paisajes son hermosos, pero ya tomé demasiado de eso... ahora me gustaría fotografiar personas.

—¿Lo has logrado?

—No encuentro a la persona correcta y si la encuentro entonces me meten amenazas de denunciarme por tomar fotografías sin consentimiento en lugares públicos. 

—¿Y si solo preguntas a los que pasan si quisieran una sesión gratis al aire libre?

—Es que es mejor cuando yo mismo encuentro gente y tomo la fotografía sin pensar. Además es difícil encontrar alguien que te inspire, no siempre tienes la suerte de cruzarte con extraños de buen porte y sus perritos adorables.

¿Se refiere a mí o me parece?

 —Tienes cierta imagen de modelo... ¿podría preguntar si alguna vez te ofrecieron serlo allá en Corea? No creo que los cazatalentos se hayan atrevido a verte y no dejarte su tarjeta.

—En realidad sí, unos cuantos meses accedí a una propuesta. Trabajé de modelo, pero solo porque tuve suerte.

Él asintió y ladeó su cabeza con cierta duda.

—Todos los reconocidos tienen suerte. Y tu cara me parece conocida, ¿fue en Busan que trabajaste?

Yo asentí sorprendido y él sonrió de inmediato.

—Vi tus fotos, tu rostro te ayuda bastante ya que tu belleza es natural. Solo noté que te faltaba más confianza, lucías retraído y por alguna razón... triste.

—Ese era el concepto —me excusé a lo que él negó de inmediato.

—Sé reconocer en el modelo cuando el sentimiento es para la fotografía o si es auténtico. Puedo decir que te tomaron esas fotos en un mal momento de tu vida ¿o me equivoco?

¿Este se cree adivino? ¿Lee mentes? ¡Lee mentes! ¿Podrá ser? Si lee mentes está escuchando lo que pienso... aunque no hace gesto alguno. Quizá lo sabe disimular.

Veamos, si pienso algo extraño, no podrá contenerse.

Ya sé, hablo con el perro que tienes en frente quien me emparejó con su dueño y gracias a eso soy un pasivo feliz. 

Nada, ni una risa.

—¿Hola? —cuestionó moviendo sus manos frente a mis ojos provocando que me exaltara— parecías como atrapado en una especie de viaje astral o yo que sé.

—Disculpa, solo quería comprobar algo —dije avergonzado por mis pensamientos de hace rato. 

—Descuida, no debí haber preguntado eso de todas formas, es solo que quería preguntar si ¿No has pensado en tomar cursos para ganar confianza ahora que ya estás en un mejor momento?

—No, no sirvo para posar frente a las cámaras —dije de inmediato— no soy para nada fotogénico. Las poses que me sé son de memoria y si las cuento con los dedos de la mano entonces me sobran.

Él comenzó a reírse ante lo que dije, luego se puso de pie.

—Bien, joven poco fotogénico. Me debo ir o la dueña del departamento que alquilo me regañará por despertar a los vecinos.

—Yo también me debo ir —realicé una pausa— es solo que no sé por dónde.

—Te ofrecería que llames a tu novio desde mi teléfono, pero la verdad es que no tengo saldo —dijo apenado— lo que puedes hacer es mandarle un mensaje con la ubicación para que te venga a recoger.

—Muchas gracias, Hyunwoo.

Él me entregó su teléfono y yo lo tomé agradecido. Anoté de inmediato el número de Taehyung y envié la ubicación como lo sugirió, cuando estaba por escribir quien era, Hyunwoo me interrumpió.

—Con respecto a lo de ser modelo, ¿qué te parece si te presento una propuesta de beneficio mutuo? -su pregunta provocó que levantara mi mirada- Mañana estaré aquí desde las tres de la tarde porque necesito fotografiar a alguien, si decides venir me ayudas a conseguir mi carta de presentación con las tomas que haré y yo te ayudo a desenvolverte mejor. Así quien sabe y despierto tu gusto por el modelaje, tienes un don, no lo desperdicies -animó sonriente.

Una muy buena oferta, estaría ayudando a alguien.

—No me des una respuesta ahora, la sabré dependiendo de si vienes o no —comentó extendiendo su mano para que le devolviera el teléfono.

—Estaré pensando —comenté entregándoselo— muchas gracias.

Él me regaló una última sonrisa antes de comenzar a alejarse poco a poco. Yo lo único que pude hacer fue sentarme nuevamente en la banca y tomar al amo Yeontan en brazos.

Mientras acariciaba al perro, comencé a pensar en la propuesta. Le di mil y un vueltas al asunto hasta que sin darme cuenta había oscurecido, el ambiente pasó de ser cálido a ser un ambiente frío y con viento soplando cada tanto.

Estaba desconcentrado cuando un cuerpo se estampó contra el mío.

—¿¡Sabes lo mucho que me preocupaste!? —cuestionó en voz alta sin soltarme.

—No fue para tanto —emití sin darme cuenta de lo que decía— ¿Qué hora es?

—Once de la noche, Kook —reveló serio y mostrándome su teléfono el cual aún tenía como fondo de pantalla una fotografía del amo Yeontan y yo dormidos.

Rayos, la hora pasa volando cuando piensas mucho en algo. 

—Ya entra al auto, quieres —pidió aún con su semblante serio y al ver que yo no reaccionaba, tomó al amo Yeontan en brazos para luego entrelazar nuestras manos y guiarme al vehículo.

Estando dentro, le pidió al conductor de taxi que avanzara. No me dirige la palabra, ¿está molesto?

—Tae...

—Hablamos en el hotel —soltó de la forma más seca posible, dejándome callado.

El camino a casa no duró más de siete minutos. En el transcurso ninguno de los dos habló, creo que hasta el chofer notó lo incómodo del viaje por lo que buscó calmarlo con la primera estación de radio que encontró.

Como de costumbre no entendí nada, podrían haber estado diciendo que las sirenas existen y yo ni enterado.

Al llegar, tan solo bajamos del auto y de camino a la habitación, Taehyung no sujetó mi mano como lo solía hacer. Se limitó a caminar con su perro en brazos.

El can me miraba con una cara de "ya te fregaste" que estaba más clara que agua de grifo de primer mundo. Es decir cristalina, para los tercermundistas que deben hervir agua para poder tomarla.

—Entra —ordenó colocándose a un lado luego de haber ingresado el código correcto en la puerta.

Obedecí, no sin antes quitarme los zapatos y dejarlos en el lugar respectivo. Estando dentro, limpié las patitas del amo Yeontan mientras Taehyung se hacía el cambio de zapatos respectivo. Una vez listos, me quedé en silencio esperando a que él hable.

Cuando me miró de verdad sentí miedo por lo que me diría, él soltó un suspiro antes de comenzar.

—¿Sabes cómo me sentí cuando siendo las diez de la noche llegué aquí y no te encontré? ¿Y que cuando intenté llamarte, el teléfono que olvidaste cargando sonó sobre la cama?

Se acercó a mí con semblante molesto, con la mandíbula tensa y los ojos llorosos.

—¿Sabes el miedo que tuve al saber que la persona que amo y mi pequeño perro, podrían haber estado perdidos en cualquier parte de esta ciudad a esas horas?

—Taehyung, yo...

—¡¿Y que cuando revisé los mensajes, no tuve más que una dirección de un número totalmente desconocido?! Ni siquiera te esforzaste en escribir que estabas bien, solo había una dirección y yo pensé lo peor. Yeontan y tú podrían...

No aguantó más, había roto en llanto.

—Fue el susto de mi vida —dijo cubriendo su rostro con las palmas de sus manos— los podría haber perdido estando bajo mi cuidado.

—Ya no digas eso —pedí acercándome a él para poder abrazarlo, hundió su cara toda empapada en mi hombro— lo que importa es que estamos bien y no volverá a pasar. Discúlpame por haberte asustado de ese modo, discúlpame por favor.

—Mi vida —habló con su vocecita toda temblorosa, envolviendo sus brazos alrededor de mi cintura— luego de esto me doy cuenta que si te llega a pasar algo entonces mi mundo se viene abajo. Eres realmente importante para mí y no quiero perderte, quiero tenerte a mi lado y que no me dejes nunca, al menos no sin avisar. No quiero volver a sentir el miedo de no volver a verte nunca más, la idea de alejarnos es aterradora.

—Voy a estar aquí, el Amo Yeontan y yo estaremos a tu lado por mucho tiempo más, Taehyung —respondí acariciando su cabello— no volveré a salir sin el teléfono. No me alejaré mucho sin ti y me aprenderé las calles cercanas, lo prometo.

Él asintió sin dejar de sollozar, haciendo que me sienta culpable por lo que estaba sucediendo.

—Tae —hablé tratando de hacer que me mirara— Tae —repetí buscando su mirada.

Al tener sus ojitos llorosos sobre mí, le regalé una sonrisa.

—Ya estamos los tres juntos de nuevo, no quiero verte llorar porque me hace mal saber que yo causé esas lágrimas.

Él respiró profundo y asintió, rápidamente limpió sus lágrimas con las mangas de su camisa. Esperamos unos momentos a que lograra calmarse y hablar correctamente.

—Tienes razón, ya pasó. Ya estás aquí —emitió tomando mis manos para luego observarme preocupado.

—¿Pasa algo con mis manos? —cuestioné posando la vista en el agarre que sostenía.

—Pasa que sigues estando como un témpano de hielo —comentó llevando mis manos a su boca y soplando sobre estas, buscando abrigarlas— necesitas entrar en calor.

Cuando escuché esas palabras de inmediato pensé en algo que dudé en decir. 

¿Será momento? Acabamos de salir de un malentendido. Aunque estoy en falta, debo hacer mérito.

—Podrías haberte enfermado si te quedabas fuera por más tiempo, no dejaré que te muevas hasta que caliente tus manos por completo.

—¿Mis manos necesitan entrar en calor? —pregunté acercándome un poco más a él.

—Así es, jovencito irresponsable, descuidado, despistado—respondió concentrado en lo que hacía.

Me causa ternura la manera en la que trata de abrigarme y la forma en la que intenta regañarme. Se siente lindo saber que alguien me aprecia de este modo.

Sonreí ligeramente ante mis pensamientos e hice que soltara mis manos.

Una vez libres, las deslicé suavemente sobre su ropa hasta lograr introducirlas bajo su camisa. Posé mis manos heladas sobre su abdomen cálido y se sobresaltó al sentir el roce por lo que las quitó de inmediato.

—¿Por qué haces eso? 

—Porque no quiero entrar en calor del modo que elegiste —realicé una pausa para bajar el volumen de mi voz— es lindo, pero no es el que quiero ahora.

—¿Cómo?

Di unos jaloncitos en la manga de su camisa y luego posé mi vista en la cama detrás de nosotros. 

—Jeon Jungkook... ya sé a dónde quieres llegar.

—¿Y a caso no estoy en lo correcto? El calor corporal es el mejor calor que puede haber.

Sonreí apretando los labios esperando a que Taehyung diera el siguiente paso.

Así lo hizo pues se acercó erguido hacia mí, observándome desde arriba debido a la ligera diferencia de altura a su favor. Posó su mano bajo mi barbilla, levantando mi vista.

—¿O es que acaso estás cansado, Taehyung? —cuestioné ladeando mi cabeza.

Él negó y observé claramente cómo relamió sus labios antes de hablar.

—¿Por qué lo preguntas? ¿A caso me necesitas para algo más que abrigar tus manos?

—Sabes perfectamente para qué te necesito.

—Oh, alguien está intentando disculparse usando métodos más efectivos. —afirmó acercándose a mi rostro.

Sonreí y ambos comenzamos con aquel simple beso que desencadenaba todo, claro que antes había una cosa obvia que debíamos hacer y Taehyung se encargó de recordármela.

—Guarda al perro —susurró en mi oído.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro