30. Mᴇɴᴛɪʀᴀs

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-Suban a la camioneta y aten sus manos, menos a la chica. - dijo el elegante señor, realmente no sabía si esto era algo bueno, o algo malo.

Subimos a la camioneta, el aire acondicionado estaba encendido, el ambiente era sepulcral, supongo que es por el hecho de que uno de nosotros sangra, o más bien porque ambos estamos heridos.

Todas las camionetas nos seguían, esto no era nada bueno, no había matado a nadie, miré al pálido Julian, todavía.

Después de una hora viendo árboles y más árboles, llegamos a una casa, la casa era de madera, lo suficientemente elegante como para entrar en pijama, mi pijama de seda y con patitos, aún no superaba el hecho de que estaba arruinada, me costó mucho conseguirla, con los patitos.

-Bajen, ya saben que hacer con el chico. - alrededor de cinco hombres se fueron, con el individuo que sangraba, gracias a la bala que le di. - Vamos, sigan adelante. - dijo el señor elegante, mientras un tipo fuerte y musculoso, pero serio, me agarro del brazo.

Podría asegurar que tenía de veintidós a veinticinco años, aproximadamente, era alto, moreno, su cabello era marrón, su nombre era Hain, lo decía su placa que se encontraba en su camisa blanca.

-Oye mas despacio. - dije, porque su agarre me causaba dolor.

El tipo miró al elegante señor.

-Hain sueltala, ella puede sola.

Le dio una mirada de afirmación y soltó mi agarre.

Entramos a la casa, trataba de observar todo, minuciosamente, cada detalle, necesitaba sacar información de estas personas, el hecho de que llegaron de la nada, me causaba cierto temor, al principio pensé que era un secuestro en medio de otro secuestro, tal vez era eso, pero el hombre elegante me decía que no lo era, que no era malo, o tal vez si, solo que estaba tan confusa con todo, nadie te rapta y te lleva a una hermosa casa, solo porque si.

Cierto dolor y ardor en mejilla, me hizo salir de mis pensamientos.

-Quién es usted? Como llegó al lugar donde me encontraba?. - dije con un tono demandante.

El elegante señor, tomó asiento.

-Porque no te relajas un poco y te sientas?. - dijo ignorando mi pregunta.

-Por el simple hecho de que me encuentro con un desconocido, que lleva consigo a un monton de hombres, fuertes y musculosos.

Entró a la habitación una señorita, mayor que yo, con agua tibia, toallas y alcohol.

Observe mi reflejo en un espejo, y demonios, daba lastima, en mi cara había un corte, grande pero no tan profundo, tenía la otra mejilla morada, de la fuerte bofetada que recibí. Mi ropa estaba arruinada con lodo seco, monte pegado en ella y sin decir lo mal que estaba mi cabello, de por si, siempre era un desastre pero ahora estaba peor, el cuerpo me dolía, y tan solo pensar en todo lo que había sucedido, me entraban las ganas de llorar y gritar, pero no lo haría con un desconocido.

-Se todo lo que sucedió.

-Como?. - volví a preguntar.

-Astrid. - realmente me asusté cuando dijo mi nombre. - Soy San. Soy tu padre. Tu padre biológico.

Y eso se sintió como un valde con agua fría, que digo fría, con agua de la Antártida, con hielo, y pipí de pingüinos.

-DE QUE HABLA? ESTÁ LOCO?. - Grité, girando sobre mis pies, para salir, me iría de aquí.

-Alice no te lo dijo?. - eso me frenó, no pude dar ni un paso mas, pero eso no me afirmaba nada, todo se podía buscar información en Internet.

-Miente!

-Porque lo haría, Astrid? Alice no es tan buena como dice ser.

Gire, volviendo a ver su cara, el era de tez clara, cabello corto, oscuro y alto.

-Mi padre, murió hace casi un año, usted no sabe de lo que habla.

-Tu madre, estaba en la universidad, en la misma que yo, ella era única, me gustaba, pensé que también le gustaba, fue en una fiesta. - bebió whisky. - una noche, luego desapareció, un tiempo después dijo que estaba embarazada, para ser sincero no quería ser padre a los 28 años, pero cuando naciste, eras una hermosa bebé, me encariñe demasiado rápido, mis padres no apoyaban nada de lo que sucedía, un día tu madre desapareció, pero esta vez nunca volvió.-volvió a beber. Él mentía, mentía. - tu marca, aún sigue en brazo?.

Cómo era posible, de que supiera de aquella marca, era una pequeña marca, casi no se notaba.

El se subió el traje del brazo derecho, dejándome ver su marca, el mismo que yo tenía, el lunar de nacimiento, el no podía, mentía.

-Aún tienes duda, Astrid?. - no sabría descifrar, como se sentía.

-Vuelvo y repito, mi padre murió.

Seguro mis ojos ya estaban llenos de lágrimas, mi madre ma habia mentido todos estos años, toda mi vida había sido un fraude.

-Tu padre, el no era quien parecía ser, en cuanto mi detective descubrió de tu paradero, advertí a tu padre, el era un delincuente, mataba y robaba, mientras decía que era, arquitecto? El día que murió, estaba presente, en la otra calle, los había seguido por varios días, decidí desenmascararlo, ambos hombres lo mataron por robarle a una familia con dinero, había robado muchas joyas y dinero junto a unas pruebas muy importantes, esa fue la causa de su muerte, hoy en día, nadie sabe de aquellas pruebas. - parecía melancólico. - Ver llorar a tu hija, por otro hombre que no es su padre es definitivamente desalentador, triste, duro... Cada cumpleaños compraba un pastel, y encendía el número de velas que cumplías, solo para apagarla yo mismo.

Limpie mis lágrimas, todo, todo era mentira. Solo quería irme.

-Necesito ir a mi casa. - mis palabras fueron secas. Mi madre tenía que darme una buena explicación.

-Antes, tienes que ver esto. - encendió la televisión.

-Últimas noticias sobre el desalentador caso del campamento en las montañas, donde unos adolescentes decidieron ir de paseo escolar, que acabó con la vida de cinco personas y con más de once heridos, dos desaparecidas, una de ellas fue encontrada en una casa montaña arriba, con otro chico, ambos se encontraban con pocos signos de vida. En poco tendremos el retrato del presunto criminal.

El televisor se apagó, de pronto.

***
M

uchas veces, antes de salir de la casa, preguntaron que tan mal me sentía. La verdad esque me dolía un poco el cuerpo, pero estaba bien, pero mi corazón, él estaba triste o enojado, la verdad no tenía idea de que sentía, o tal vez, sentía de todo enojo, ira, fastidio, tristeza, odio.

Llegamos a una clínica privada, Julian venía conmigo, junto con Hain, quien nos separaba para evitar que lo golpeara, aunque era obvio que alguien ya se me había adelantado, y lo había golpeado tanto que apenas y se lo reconocía.

Las enfermeras y doctores nos atendieron de inmediato, cogieron varios puntos en mi mejilla, me inyectaron sueros, tomaron varias radiografías, así que empecé a caminar con la vata de la clínica, aun preocupada por mis amigos, por todo lo que había pasado, aún no conocía quienes fueron heridos y quienes murieron.

Llegué a la cabina telefónica, con el corazón en la mano.

-No te preocupes, el señor ya avisó a tu familia. - me sobresalte asustada, al ver a Hain, el chico era guardaespalda de San, el señor elegante, que ya no era elegante, sino loco.

-Claro, iba a llamar a mi novio. - se me salió.

Marque varias veces, pero nadie contestaba, marque el número de steph, pero tampoco, llame a toda la familia de Eric y ninguno contestó.

Maldita sea!

Me senté, viendo a través de las ventanas el cielo, estaba anocheciendo, vi entrar a la policía, e ir directamente a la habitación donde estaba el asqueroso e indignante, Julian, sabía por las enfermeras, que no estaba tan bien, más bien estaba jodido, pero que con ayuda de Dios se salvaría, sólo para ir directamente a la cárcel, por todo el daño que ha causado.

-El señor está mas feliz, desde que te encontró, hace unos meses. - volvió a decir Hain, que rozó mi brazo, pero me aparte inmediatamente, cada que un enfermero trataba de tocarme, me sobresaltaba, me asustaba, Julian se encargó de arruinar nuestras vidas.

Mire las puertas, que sonaron en cuanto se abrieron, venía mi madre, Madison y Alisha.
Alisha, cuando llegó?.

Me levante de mi asiento, y corrí hacia ellas.

-Alice. - la abrace tan fuerte, estar ahí, era más seguro y tranquilizante, lo siguiente que hice, fue llorar.

-Oh, cariño, estuve tan preocupada por ti. - mi madre empezó a chillar.

-Don-donde está Lluvia, Eric, Harley, Alex?.

Todas me miraron tristemente.

-Que pasó?. - mi corazón dejó de latir.

-Él no, no sobrevivió. - dijo Mads.

Mi corazón se había roto, en miles de pedazos, me costaba respirar, eso no podía ser cierto, era mi culpa, lo sabía.

Más lágrimas salían de mis ojos, me costaba tranquilizar mi respiración, acaso el karma estaba en mi contra, él, no podía estar muerto.
Escuchaba como discutían, pero no entendia, nada, solo pensaba que no vería nunca más a Eric, el chico que se había llevado mi corazón con él.

-Astrid, que haces en el piso. - seguro ya estaba loca, porque podía escucharlo.

Seguía llorando, desconsoladamente, esto era lo más injusto de la vida, yo, yo no quería.

-Astrid, que tienes.

-Él, el ya no está, ya no está.

-Quién Astrid.-esta vez mire a Eric, estaba en muletas, con el pie izquierdo vendado.

-Oh, mierda, te voy a matar Mads.

Me tire sobre Eric, para abrasarlo, y besarlo, tantas veces como podía.

-Pensé que-me interrumpió.

-Tambien pensé, lo mismo, cariño. - la manera en la que lo dijo, paró mi mundo, después de horas de sufrimiento para todos, por fin podíamos darnos un respiro.

Busque entre todos a Lluvia, pero no estaba. Vi entrar a Peyton, quien traía unas fundas plásticas con remedios.

-Ella está bien, está estable, estuvo cuando todo comenzó. - dijo Mads, sonriendo. - todos estamos bien, Astrid.

-Astrid. - había tristeza en la voz de Alisha, pero solo podía mirar su inmensa barriga, bien, no era tan grande, pero si linda y redonda. - Harley y Alex, ellos no sobrevivieron, ellos estuvieron mucho tiempo en ese lugar.

Las últimas palabras de Alisha resonaban en mi cabeza, no odia decir que me sentía feliz, es más un pequeño nudo se hizo presente en mi garganta, todo este hubieron problemas, con los dos, ellos ayudaron en todo, pero no podía evitarlo, no podía odiarlos, no ahora, cuando ya no estaban.

-Estas bien, hija?

Un gran dolor en mi cabeza, hizo que gritara, el pecho me dolía, ardía.

-Necesitamos operarla. YA!.-escuché en la lejanía, el grito de la doctora.
Luego, luego todo era negro, y lo último que sentí, fue el fuerte impacto contra el suelo.



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Disculpen, ayer no pude actualizar, por eso lo hago hoy, no me odies, juju,
Como están? Como va todo?.
🥟

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