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Yoongi acariciaba la tersa y virgen piel del cuello de su omega, Jimin se alejó y vio el rostro del alfa, él cuál hacía denotar a la serpiente, Jimin sonrió y cerró sus ojos mientras dejaba ver su cuello. Los movimientos siguieron hasta que el orgasmo de ambos llegó, el alfa al sentir esa sensación llevó sus colmillos al cuello de Jimin y lo marcó, la unión se iba formando y ambos corazones comenzaron a latir al mismo ritmo. El alfa se alejó y vio la marca recién hecha en el cuello de su omega, los ojos de Jimin se cerraron por el cansancio y por el poco veneno en su interior, el pollito se recostó en el pecho de su alfa para dormir bajo su seguridad. Yoongi abrazó a su omega y le dio un beso en la frente, él salió con cuidado del omega y se quitó el condón para amarrarlo y tirarlo al basurero, el alfa limpió a su omega y se limpió él. Lentamente, quitó las sábanas y las cambio por unas nuevas de un cajón y se acostó junto con el omega para abrazarlo y sonreír, al despertar el primero que lo hizo fue el omega, él cuál se dio cuenta de que estaba sobre el alfa, Jimin se movió un poco y producto a eso se quejó por el fuerte dolor que sintió en su espalda baja.

Yoongi abrió los ojos y se sentó junto con Jimin sobre él y le comenzó a acariciar la espalda para calmar el dolor, Jimin se sintió diferente aparte del dolor que sentía. El omega llevó su mano a su cuello y sintió la protuberancia de la marca, Yoongi llevó su boca al cuello de Jimin y le dio un beso, Jimin se recostó en el pecho del alfa y no decía nada.

—¿Estás bien Jimin? —preguntó el alfa.

—Me duele un poco la espalda baja. —murmuró avergonzado.

—Pediré el servicio de la habitación y una pastilla para tu dolor. —se alejó un poco. —te siento preocupado Jimin. —le acarició el cabello. —¿Ocurre algo?

—Yo tengo miedo. —lo vio a los ojos. —te di mi virginidad y tengo miedo que todo cambie.

—Nada cambiará. —negó Yoongi. —y de hecho quiero darte algo.

Jimin sintió como era recostado en la cama con cuidado y vio como el alfa se levantó y abría un cajón y de ahí sacaba algo, el pálido le dio una cajita pequeña, el omega la tomó y la abrió y se sorprendió al ver un hermoso anillo con un rubí incrustado.

—¿Quieres casarte conmigo pollito? —preguntó el alfa.

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