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Las personas que vivían en el distrito donde solo habitaban los pollos y algunas parejas más miraron con asombro el auto de lujo que se estacionó en la entrada de la pequeña residencia, los pollos retrocedieron al ver el emblema de la serpiente en el auto. Un imponente alfa bajó de su auto y abrió la puerta del copiloto para dejar ver al pequeño omega rubio que se sentía un poco avergonzado por toda la situación.

—Mañana vendré por ti. —habló el alfa. —ponte la ropa que te compre.

—¿A dónde iremos? —preguntó Jimin mientras miraba la bolsa que le extendía el alfa.

—Es una sorpresa bonito. —le dio un beso en la mejilla. —espero verte aquí mañana.

—Yoongi. —habló Jimin y el pálido lo vio. —gracias por todo.

—Serás mi omega pollito Park. —lo vio. —tendrás mucho más de lo que te mereces.

Jimin le dio un corto beso en la mejilla al alfa sorprendiéndolo ante ese tierno acto, el alfa vio como el pollito salió corriendo, eso hizo que sonriera por lo lindo que se miraba, las personas miraban curiosos y con miedo al alfa él cuál no se iba hasta perder de vista al omega. Yoongi vio a las personas y sacó de la cajuela de su auto unas cajas, la cual se las entregó a los pocos alfas que estaban ahí protegiendo a sus omegas y a unos omegas que no tenían alfa.

—Repartan estos alimentos a todos los que viven aquí. —dijo para cerrar la cajuela del auto y verlos. —me encargaré de que tengan lo que necesitan.

Él solo dijo eso y se subió al auto para irse del lugar, las personas comenzaron a hacer lo que el alfa les dijo, Jimin ya estaba en su casa mientras miraba la ropa que Yoongi le había comprado. Su pollito le decía que confiara en él, que este lo iba a proteger y a cuidar mucho, su sonrisa creció al imaginarse un hermoso futuro con el alfa, el omega se asustó al ver que su puerta era abierta por su padre y madre que lo abrazaron.

—Cielo nos tenías preocupados. —dijo su madre mientras lo tomaba de las mejillas.

—Estoy bien mamá. —sonrió. —de hecho hay un alfa que me está cortejando.

—Hijo no debes de confiar en ellos. —habló su padre. —no quiero que sufras lo que muchos omegas de tu casta sufren.

—Él dice la verdad. —los vio. —mi pollito me lo dijo y ese alfa me defendió de los abusivos del colegio.

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