Capítulo 9

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(Narra Law...)

—Me parece raro que nadie quisiera adoptarte, pareces la niña perfecta —comenté, después de haber escuchado toda su historia. Debía haber sido triste que todas sus amigas y cuidadoras fueran dejándola durante esos años, pero ella no parecía triste.

—No sé —dijo ella, encogiéndose de hombros—. Me hubiera gustado tener una familia pero tampoco estuvo mal. Hice muchas amigas diferentes, aunque ahora ya no tengo contacto con ninguna. Pero aquí estoy genial también.

—Me gusta mucho tu actitud, es admirable. De verdad —le comenté. Realmente me parecía una chica fascinante. Hacía tiempo que no conocía nadie que me cayera bien, aunque también hacía tiempo que había estado encerrado en mí mismo.

—Gracias... —murmuró, con las mejillas sonrojadas. Otra vez esa expresión. ¿Por qué me sentía así? Me encantaba cuando se ponía a sí por mí. No sabía si eso sería bueno—. ¿Me quieres contar algo de ti? Si no, no importa.

—No me apetece —contesté. Estaba muy a gusto como para ponerme a recordar todo eso otra vez. Creo que me había pasado un poco de borde, así que intenté arreglarlo—. Pero tenemos muchos días para eso.

—Sí, está bien —dijo ella, sonriendo.

Cuando acabamos de comer fuimos a dar una vuelta por el museo. Yo ya había ido una vez al planetario, de excursión con el instituto, pero parecía que era su primera vez aquí. Iba de un lado a otro, emocionada, como si fuera una niña pequeña. A veces me estiraba de la manga de la sudadera cuando quería enseñarme algo de cerca.

Cuando llegó la hora, nos fuimos hacia la sala donde proyectaban el documental. Cogimos un par de gafas 3D que daban en la entrada y nos sentamos en dos de las butacas que había libres. (TN) movía las piernas sin parar. Me ponía nervioso que alguien hiciera eso. Puse mi mano sobre su rodilla y se quedó parada de repente. No sabía si se había sonrojado otra vez, ya que la sala estaba oscura, pero me hubiera gustado verlo.

Fue un documental bastante interesante. O no lo recordaba o lo habían cambiado. Una vez acabó empezó la simulación. Eso sí que no estaba cuando yo vine hace años. La historia era que íbamos en una nave espacial y sufríamos un accidente. Era increíble lo real que parecía. Hubo un momento en el que (TN) puso su mano sobre la mía. Aunque solo fueron unos segundos sentí que un escalofrío recorría mi cuerpo. Hacía tiempo que no tocaba a nadie y que nadie me tocaba a mí, pero con ella ya había pasado varias veces.

—¡Ha sido genial! —exclamó, cuando salimos por la puerta de la sala. Sonreí de lado. No había estado mal—. Aunque al principio me he asustado un poco porque parecía de verdad. Nunca había hecho nada parecido a esto.

No me dio tiempo de decirle nada, ya que nada más salir por la puerta se acercó a una señora que tenía un perrito en una caja. Aceleré el paso y me acerqué hasta allí. Era un cachorro de Shiba Inu. Tenía todo el pelaje blanco a excepción de una mancha negra.

(Narrador externo...)

—Nadie se lo ha llevado... Me tocará sacrificarlo —contó la mujer, bastante apenada.

—¡No! ¡Yo me lo llevaré! ¿Cuánto cuesta? —preguntaste. Te daba mucha pena ese pobre perrito. Seguro que nadie lo había cogido porque tenía unos colores extraños, no era el típico marrón.

—Los he regalado. Solo quiero que tengan un lugar para vivir —dijo la mujer, volviendo a recuperar la sonrisa. Tú sonreíste también mientras cogías al cachorrito en brazos.

—Lo cuidaré muy bien, lo prometo —dijiste, mientras te girabas y te acercabas a Law. Te despediste con la mano y os acercasteis hasta el coche—. ¿Puedo subirlo al coche? Si no... No pasa nada. Puedo volver en autobús.

—Claro, sube —dijo él, mientras entraba en el coche. Abrí la puerta del copiloto y me senté—. ¿Cómo lo vas a llamar?

—Se llamará... Onigiri —contestaste, después de pensar unos segundos. Viste que Law sonrió de lado.

—Es un buen nombre —comentó, mientras arrancaba el coche.

Estuviste todo el camino mirando y acariciando al cachorro. Era lo más adorable que habías visto en toda tu vida. Ahora tendrías un compañero de piso. Pero... ¡Un momento! ¡Tendrías que comprarle una cama! Comida, una correa, champú, cepillos...

—¡Oh, no! —exclamaste, mientras pensabas todo eso. Law se sobresaltó e hizo un movimiento brusco con el coche. Escuchaste que murmuraba algo entre dientes. Sería alguna palabrota—. Lo siento...

—¿Pero qué te pasa? —preguntó, frunciendo el ceño. Le habías enfadado.

—Nada, es que... No había pensado en todas las cosas que tengo que comprar para Onigiri. Espero que me llegue el dinero —dijiste. Estabas preocupada, ya que querías cuidar bien de él. Aun estabas con el poco dinero que te había sobrado del mes de septiembre.

—Tranquila, yo llevo dinero —dijo Law—. En nuestra zona hay una tienda de animales, puedo aparcar y vamos allí un momento.

—¿Vives por mi zona? —preguntaste. Él asintió con la cabeza—. Bueno, pero... Te devolveré el dinero en cuanto lo tenga.

—No hace falta... Pero quiero ver de vez en cuando a Onigiri. Lo hemos adoptado a la vez, aunque lo hayas cogido tú —dijo él. Por fin había dejado de fruncir el ceño.

—¡Sí, claro! —exclamaste, emocionada.

Aparcasteis en frente de casa de Law. Vivía tan solo a dos calles de tu casa, cerca del parque. Fuisteis juntos a la tienda de animales y comprasteis todo lo necesario para Onigiri. Además, el veterinario de allí le hizo una revisión y le puso las vacunas necesarias. Hasta dentro de más o menos tres meses no podría salir a pasear. Law llevaba las bolsas y tú llevabas a Onigiri en el brazo.

—Si quieres te acompaño arriba. Son muchas bolsas —dijo Law. Te quedaste callada durante unos segundos. ¿Un profesor en tu piso? Pero bueno, ¿cómo ibas a subir todo si no?

—Sí, vale —dijiste finalmente, mientras metías la llave en la cerradura del portal.

—Vaya, es un piso muy acogedor —dijo Law, nada más entrar por la puerta. Diría acogedor por no decir pequeño. ¡Oh, no! Tu ropa interior estaba tirada en medio del salón. Notaste que tu cara ardía exageradamente.

—No... No había recogido antes de irme —dijiste, tan dignamente cómo pudiste. A él parecía divertirle la situación. Dejaste a Onigiri en el sofá y recogiste rápidamente tus bragas y tu sujetador para dejarlo en la habitación.

Ordenasteis todas las cosas y pusisteis la cama para el perro en el salón, al lado del sofá. Dejasteis encima un peluche pequeño que le habíais comprado. Law cogió a Onigiri y lo dejó encima de su cama. Te agachaste también para acariciarlo. Estaba medio dormido.

—Bueno, pues ya está todo —comentó Law, levantándose. Te levantaste también y asentiste con la cabeza—. ¿Nos damos el número de móvil?

—¿El número? —preguntaste, casi murmurando. Notaste que te sonrojabas. ¿Qué pensarían tus compañeras sobre esto?

—Sí, bueno, por si Onigiri necesita algo o hay algún problema con él —contestó Law, mientras se sacaba el móvil del bolsillo.

—¡Ah, sí! Claro —dijiste, mientras sacabas también tu móvil. ¿En qué estabas pensando? Eras tonta. Al parecer le había cogido cariño al cachorro. Y tú pensando en otras intenciones...

—Perfecto. No dudes en avisarme si necesitas algo —dijo él. Asentiste- Es casi la hora de cenar, así que me voy ya. Lo he pasado muy bien, gracias por invitarme.

—De nada. Yo también lo he pasado muy bien —dijiste, mientras le acompañabas hasta la entrada y le abrías la puerta.

—Nos vemos mañana en clase —se despidió, mientras salía.

—Sí, adiós —te despediste sonriendo, antes de cerrar la puerta.

Te apoyaste contra ella y suspiraste. Te sentías rara. Estabas muy a gusto cuando pasabas tiempo con Law. También cuando estabas con Chopper y el resto, pero... No era lo mismo. ¿Te estaría gustando un chico por primera vez?

(Narra Law...)

Por fin llegué a casa. Me preparé algo rápido de cenar y me tumbé en el sofá. Encendí la tele pero no le presté atención. Estaba pensando en la tarde que había pasado con (TN). Hacía tiempo que no pasaba tanto con alguien. Solo en las cenas o reuniones de profesores, pero no a solas con alguien. Antes de que mi familia muriera era un chico bastante sociable. Cuando pasó el accidente me encerré en mí mismo, pero con la llegada de Corazón volví a sentirme bien. Incluso hice un par de amigos en clase. Después de su muerte hasta que conocí a (TN) hace poco... Pensaba que jamás volvería a estar a gusto con nadie.

El sonido de mi móvil me hizo volver a la realidad. Vaya. Era un mensaje de ella, bueno, más bien una imagen. Era una foto de Onigiri. Estaba tumbado en la cama, abrazando el peluche con las patitas. Realmente era un cachorro adorable. Estaba pensando en decirle... No sabía si debía, pero... Sentía la necesidad de pedirlo. "¿Y una foto de la dueña?". Estuve unos segundos pensando si mandarlo. Al final le di a enviar. Me la imaginaba sonrojándose al leerlo. Mi móvil volvió a sonar.

Era una foto de ella. Llevaba el pelo recogido en un moño alto y algo deshecho. Unas greñas le caían por la cara. Salía sonriendo y haciendo la "V" con los dedos. "Estoy un poco horrible, pero bueno", escribió después de mandar la foto. ¿Horrible? Era preciosa... Mierda. ¿Puede que (TN) me estuviera empezando a gustar? Tendría la edad de mi hermana o incluso menos... No estaba seguro. Puede que me estuviera confundiendo. Solo estaba a gusto con ella y ya está. Tenía que ser eso.

Law: ¡Qué va! Buenas noches a los dos. ¡Qué vaya bien en el trabajo!

(TN): Sí, ¡gracias! Buenas noches, profesor Law :)

No tardé mucho en tumbarme en la cama. No dormía muy bien por las noches, así que cuanto antes me acostara mejor. Siempre tenía un libro al lado de la mesa. Esta vez cogí el móvil y me metí en el chat para volver a leer el mensaje de (TN). No pude evitar sonreír ligeramente. Sacudí la cabeza y dejé el móvil encima de la mesita. Apagué la luz y me acosté en la cama. Ya faltaba menos para el fin de semana y poder ir a trabajar al hospital.

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