-Antes del embarazo-

—Esto será bueno— decía Bruce entusiasmado.

—¿Estas seguro, cariño?— pregunto Clark preocupado —Se ve demasiado acantilado.

—Clark, por favor, estamos en Noruega. Tenemos que hacerlo— decía entusiasmado el millonario.

Ese día se encontraban en Noruega, país famoso por su cultura, donde resalta su famosa y antigua mitología nórdica y vikinga.

La pareja se encontraba en Flåm. Un pueblo rodeado de montañas y fardos característicos de las zonas rurales del país. Ambos se encontraban en la orilla de unos de los fardos más altos y acantilados.
El aire frió, la niebla y nubes que decoraban las montañas forestales daban la sensación de tranquilidad y pureza de aquella zona que conservaba aún su belleza natural.

Bruce estaba preparándose para volar en parapente de la montaña hasta orillas de pueblo. Siempre había querido intentarlo, y como era su primera vez haciéndolo en un lugar tan abierto y montañoso lo emocionaba más, menos al kriptoniano.

—Ok. Estoy listo— dijo Bruce terminando de asegurar su paracaídas.

—Por favor, cariño. Piénsalo bien, ¿si?— rogó Clark —¿Mejor no quieres ir Stanvenger?— sugirió —Dicen que sus playas y museos son increíbles. Además, muy pronto va a ver un impresionante evento cultural.

—Primero, está lejos para ir ahora. Segundo, ya estamos acá, tengo que hacerlo. Y tercero, no quiero.— dijo tranquilo —Mañana iremos.

—Vamos, amor— siguió intentando —¿No quieres saber sobre los vikingos y los dioses nórdicos? ¿Odín? ¿Freya? ¿Loki? ¡Thor!— trato de convencerlo —¿No te da curiosidad de su historia o cómo son?

—Ya conozco a los últimos dos. Y, ahora que me lo recuerdas, ese dios del trueno es bastante musculoso y candente. Bastante guapo— dijo tranquilamente, mientras se ponía el casco.

—¿Que dices?— Clark lo miro serio —Así que te gustan así, ¿eh?— interrogo, mientras volteaba a otro lado —Al parecer te gustan altos y poderosos, pero parece que ya no te satisfago y ahora quieres a un dios. 

—Oye, cálmate— lo miro —Eres mas lindo— quiso molestarlo mas.

—¡Bruuuce!— le imploró que parara de jugar con él, ya que se estaba empezando a llenar de celos.

—Además, creo que se quiere echar a Loki o algo así.

—Ah, ¿así que si no fuera por eso, estarías con él?— cruzo de brazos.

—Ya deja el drama. Pareces señora de telenovela— sonrió Bruce ante la conducta infantil de su pareja. —Solo te quiero a ti.

—Y yo a ti, mi amor— lo abrazo. Olvidando de inmediato los celos y el que Bruce estaba a punto de tirarse de una montaña. —Espera... ¿No que Thor y Loki son hermanos?

—Loki es hijo de un gigante, cariño. Así que no— respondió Bruce, haciéndolo ver normal.

—Si pero, ¿no sigue siendo igual de raro?— insistió.

—No, comparado con los dioses griegos, creo que eso sería lo más prudente, ya que no son hermanos de sangre— explicó el mayor.

—¿Eh? ¿Qué pasa son los griegos? Son esos dioses como Zeus y Poseidon, ¿cierto?

—Así es.

—¿Que tiene? No creo que se besen entre los hermanos— dijo inocentemente.

Bruce carcajeó. —Si supieras— suspiro —Cuando estemos en la mansión, te enseñaré un poco de historia griega. Fue mala idea qué tan solo vieras "Hércules" de Disney.

—¿Que tiene de malo? Fue muy bonita— sonrió.

—No se porque estamos teniendo esta conversación— murmuro Bruce —Bueno, ya. Voy a saltar— estaba a punto de tirarse, pero Clark lo detuvo.

—¡Espera!— gritó —¿Estas seguro que esta asegurado? ¿Nada está roto? ¿Como sabes que el paracaídas funciona? ¿Y si hay mal clima?

—Dios, Clark— suspiro —Primero, el paracaídas lo puedes ver que no tiene ningún agujero. Solo tengo que correr para que se eleve solo— vio hacia el cielo y puso cara de sorpresa —¡Clark, mira! ¡Es Thor!— señaló.

—¿Eh?— por instinto, Clark volteó hacia donde estaba apuntando. Y en ese segundo, Bruce vio la oportunidad de correr. —¡Amor!— grito, y siguió a su esposo.

Solo tuvo que trotar un poco cuando, al instante, fue elevado, siendo jalado para arriba por el aire. Junto a Clark que lo estaba siguiendo.

—¿Ves? No pasó nada— dijo Bruce —Que hermosa vista— suspiro al ver el paisaje.

—Tienes razón— sonrió Clark.

—Siempre la tengo— y comenzó a planear su vuelo. Estuvieron volando bastante tiempo. Se sentía tan fresco y puro el aire de aquella zona, que te dejaba ver lo hermosa que era la naturaleza por si sola.

Al final, Bruce llegó a aterrizar donde lo planeado. Se quitó su equipo y habló. —Haré que mis hijos lo intenten. Es divertido— pensó en voz alta.

Obviamente, Clark lo escucho y volteo a verlo impresionado y emocionado, tanto, que no pudo evitar hacer una radiante y sincera sonrisa.

—¡Si!— asintió ilusionado, porque aunque no le agradaba la idea de que su esposo se tirara de un acantilado, le emocionó la parte de que llegarían a tener hijos algún día.

—Vámonos, cariño— tomó la mano del más alto y se fueron caminando al hotel. Bruce lo pensó durante el camino. —<<Hijos...>>— aunque no dijo inconscientemente, no lo había pensado. —<<No estaría mal>>

—Amor— lo interrumpió Clark.

—Dime.

—Sería lindo que se parecieran a ti— sonrió feliz al imaginarse un mini Bruce correteando por la casa.

—Si lo hiciéramos por insiminacion artificial, no estaría mal— dijo lo más obvio.

—Sería más fácil si pudieras embarazarte— pensó en voz alta, asustando al mayor.

—¿Que diablos?— preguntó —Eso fue escalofriante, Clark— carcajeó —Además, es imposible.

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—Carajo...— murmuró Bruce recordando ese día. Ahora mismo, se encontraba recostado en su cama, mientras que su esposo estaba masajeando la barriga del mayor con la crema recomendada por el doctor.

Llevaba cinco meses de embarazo.

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Hola, buenas.

Volví ;)

Este fue un corto, es parte de la historia pero esta en pasado, antes del embarazo.

Digamos que en su segundo año de matrimonio.

Y pues, espero les guste.

Tratare de publicar lo más rápido posible, así terminar algún día la historia, ya que no será tan larga.

Gracias por seguir leyendo.

Aprecio su apoyo.

Bye~