Capítulo 30

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Dylan Paul

Al despertar, ambos poco a poco fuimos recuperando la conciencia, nos miramos a los ojos, me he vuelto a perder en aquella laguna verde, como si fuera la primera vez, no la puedo sacar de mi mente, de mi ser y ahora que apareció, no quiero que se vaya.

Mire la hora, abrí mis ojos, es viernes. Todavía no acaba la semana.

—¡Mierda!, tengo una junta —reviso mi móvil, Frank envía un hermoso mensaje — Bueno, tenía… —reí nervioso, ella se sienta y se cruza de brazos.

—¿Cómo es que llegas a ser buen empresario así?, eres el  que hace el dinero. —ella se baja de la cama, esas palabras realmente me jodieron el día. —Da igual, somos diferentes, ya estoy lista, tomaré un taxi.

Por Dios, me sentí utilizado.

—Espera, tu...

—Esto fue todo, no puede pasar a más, las cosas deben ser así, no puedo estar con alguien más que no sea con él. ¡Me comprometieron! Lo siento.

Ella me mira con tristeza y sale de la habitación como si huyera de aquí, o de mí.

¿Qué carajos había sido todo eso?, se supone que... Aaaggg.

Me acomode rápidamente, en la madrugada era diferente. Antes de dormir también, y al despertar, es como si fuera una mujer cruel y despiadada con la que le gusta jugar con las personas.

¿Qué le pasa?.

......

Al llegar a la empresa me puse al corriente. Solo queda un día para que ella. ¡Se valla! No he sido capaz de llamarla, y decirle que me debe una cita.

Cae la noche, y mejor salí de mi casa, deseo descansar.

Al llegar a esta, mis hijos estaban jugando Left 4 dead, les gusta estar matando zombies, sonreí, me senté a su lado, ellos me miraron sin entender, reí nervioso, tomé otro control, ahora éramos tres matando a los zombis, como siempre Julieta la impaciente, por que nosotros dos nos quedamos atrás

—¡¡MATALO PAPÁ  MATALOOOO!! —me matan es a mi, y ella me alega.

Los tres caemos, debíamos comenzar la partida, nadie podía morir o sino esto pasaba, todos iniciamos de 0.

—Hace rato que no estás con nosotros. Gracias papá.

Los abracé a ambos, quiero estar no solo con ellos, también con Camila, soy capaz de olvidar todo por ellos tres, pero...

Camila no es la misma, y su abuelo la tiene ante su poder.

Si tan solo nuestras vidas fueran otras.

—Aquí les traigo algo de tomar, hijos. — mi madre como siempre pensando en todo. Nos trajo botanas  y jugos, la noche se volvió larga, le pedí que descansará, ya estaba tarde además…

Terminaré de pasar mi tiempo con mis hijos.

.....

Suspiré con cansancio, dejó a mis hijos en sus habitaciones, revisó la hora. Ya eran más de las once de la noche, mi cuerpo no daba para más.

Al rato mi teléfono no dejaba de timbrar, hasta que me canse y lo tome de mala gana.

—¡Qué quieres! — le gritó, estaba cansado del sonido.

Lo siento, no pensé que te molestaría, solo quería... Lo siento. — cuelga, cerré mis ojos con fuerza, era ella, pestañeó. ¿Cómo hizo para saber mi numero? Jamás la llamé, porque no fui capaz y ahora ella lo hace.

Nuevamente.

Verdad, ella todo lo está investigando, el problema es que ella da con toda la realidad y terminara mal.

Le volví a marcar, sonaba y sonaba, pero ella no respondía, maldición, la he cagado otra vez.

Al rato responde —Camila, perdóname, yo..

Tranquilo, fue mi culpa, lo merezco.

—No, para nada, lo siento, lo que pasa es que, Aaaggg no ha sido mi día. — suspiré —, dime ¿Por qué me llamas?

Te debo una salida, no me quería ir sin despedirme, ¿qué tal si almorzamos antes de irme?.

—Estaré encantado, ¿te recojo?

—¡No! — que rápida — Nos vemos en el restaurante que me indiques. Me escribes un mensaje y nos vemos allí. Besos.

Cuelga la llamada. No se que pensar en estos instantes. Ahora no podré dormir.

.......

Al siguiente día nos citamos en un restaurante a las afueras de la ciudad. Camila estaba bellísima, me había dicho que dejará sus maletas en recepción, en caso de que llegue un poco tarde, era coger sus maletas e irse..

Estaba emocionada por irse, pero a la vez no, su hijo es su prioridad, pero también quería conocerme más..

—Dylan —me asombra —¿Te puedo hablar por tu nombre? ¿También en mi lenguaje? Es como más íntimo, creo — asentí, algunas veces es ella, mi Camila— Creó que hasta este punto. No se que en verdad pasa y lo que en verdad deseo.

—Sólo déjate llevar —tomó su mano. Ella enlaza nuestros dedos con los míos. Me sonríe — El tiempo te dará las respuestas.

—¿Pero cuando? Cuánto tiempo debe transcurrir ¿Hasta que muera?, ¿hasta que mi hijo me odie por no tomar las cartas del juego como debe ser? No, yo no puedo esperar ese tiempo. Además siento que mi vida es una mentira.

Mi corazón se encoge cuando ella dice eso, porque yo también le he mentido. Yo también estoy jugando con ella, por que no le acepto que si la conozco y que nuestros cuerpos quieren estar juntos, y que es por que estuvimos juntos  en un pasado, y no solo eso...

Que soy el verdadero padre de su hijo. Y que me estoy aguantando no gritarlo a los cuatro vientos que la amo y que quiero crecer con nuestra familia y ahora esto.

—Lamento todo lo que pasó, no fue... —la callo con un dedo en sus labios, ella se asombra.

—Seamos amigos, cuando necesites de mi, solo dímelo y estaré a tu rescate, así sea un respiro que tengas.

—Gracias, Dylan

.....

Ha pasado una semana desde que Camila se marchó, las cosas estaban más complicadas de lo normal, mis hijos volvieron a Estados Unidos. Debían acabar con sus estudios. Además de realizar su universidad.

Ese es su futuro, quiero que ellos construyan su propio futuro, sin necesidad de pensar en los problemas que se abordan aquí en Francia

En las noches de Inglaterra, Camila me llama. Durante el día, ella no atiende el llamado, ya que, su trabajo la absorbe, y sumando…

El tiempo que pasa con nuestro bebé

—¡Dylan! — reviso la hora. A mi si me toca aguantar este trote, una de la mañana. — Saluda al amigo de mamá, Damian — jamás pensé que me lo fuera a presentar. Pero no de este modo. ¿Amigo?

Quisiera decirle…

¡No soy tu amigo Damian, soy tu padre! —eso es lo que le quiero decir, así su madre se enoje, pero no  debía hacer ese daño. Es perjudicial para todos. No puedo ser egoísta, el que sufriría más sería él.

Mi hijo.

Ya bastante sufren los mayores, este apenas está viviendo esta estúpida realidad en la que viven sus padres.

—Hola Damian, ¿cómo estás? — no puedo evitar ponerme feliz, un niño de dos años, así de lindo. Pequeño y frágil a la vez, con su padre lejos y sus hermanos al otro lado del mundo.

—¿Cómo va todo, estás bien? — Camila me mira con preocupación — Mientras hablamos dormiré al bebé.

—¡Pero él escuchará tu voz!.

No te preocupes. Está acostumbrado, todos los días me escucha y así se duerme. Le cuento historias, no sé, pero solía hacerlo con alguien. — ella suspira con tristeza. —Esperó recuperar todo.

—Yo también.

—¿Qué?

—Nada, ¿y tu vida como esta?.

Cancelaré mi compromiso con Denil,  estoy decidida, todo es mentira. Yo no lo quiero, por mas que me demuestre su cariño, no me parece que yo le siga haciendo esto, pienso que juego con él. No lo quiero lastimar.

Muchos te están lastimando, hasta yo Camila, no mereces esto, pensé para mi.

—¿No te trae problemas? —ella niega. Una parte de mi se pone muy feliz de escucharla decir eso, Camila está tomando decisiones para ella, y eso me encanta.

Para mí no, pero su apellido, creo que sí, sería su ruina, los podría ayudar. Aunque Conrral si se salva. —ella se alegra más por el hermano mayor — No me gusta el trato que le dan sus padres, además Monik   tampoco lo quiere, aunque sean esposos, es solo fachada. Los vemos mas que una linda amistad

Que chica, me cuenta todo, como si no fuera a decir nada.

—¿Cuando hablaras con tu abuelo?.

No se, todavía no se, cambiando de tema, ¡quiero preguntarte algo! — asiento en afirmación — Lauren, me pide que deje de tomar mis medicamentos, aquí no puedo investigar mucho de mi misma, no me dejan investigar mi historial clínico, no me dejan ver nada acerca de mi salud, necesito que me ayudes con eso, estoy  tomando propranolol. Es para ayudar que mi memoria vuelva a mi. Pero Lauren me pide que no haga eso. Que no es así. No soy doctora, me ha dejado preocupada. Las dejé de tomar desde que estuve en París y me volví más llorona de lo normal — ella ríe —No me he sentido bien, no se si son efectos adversos al dejar de tomarlas, ¿me podrías ayudar?.

Me deja un poco preocupado lo que me dice, ¿Lauren? —Claro que te ayudaré, cuenta conmigo.

Gracias Dylan, debo colgar, mañana tengo dos juntas bastante largas, gracias por todo, besos. —y cuelga la video llamada.

Mañana iré al médico y preguntaré, tal vez, el médico de la familia pueda indagar al doctor que atiende a Camila.

Tal vez encontremos algo, aunque lo dudo mucho, esa familia es muy complicada.

....

—Señor, buenos días, espero que tenga un excelente día, su agenda de hoy arranca con una cita, lo están esperando en la sala de junta —me le quedé mirando, ¿hoy y sin avisar? — Señor, la señorita Muriel le urge hablar con usted, ella dice que es de carácter urgente, por eso ella vino a usted sin avisar.

Mi secretaria sabe cuando mi mirada curiosa le dice. ¿Quién carajos viene a mi empresa sin ser anunciado o pedir una cita? Y que sea aceptada.

Asentí, ingresé a la sala de juntas; una joven muy hermosa se levantó de la silla, abrí los ojos, se muy bien quien es, venía con alguien más.

—Dylan The Paul, necesitamos hablar contigo, es sobre…  ¡Camila! —me asombro sus palabras — Él es Lauren. Su mejor amigo — con que lauren ya veo. Ellos dos son los mejores amigos, siempre están allí para Camila —El niño corre peligro. —ahora la furia me come — Y se que Camila estuvo aquí, lo planeo su abuelo, prepárate Dylan, si yo lo sé, él también

Maldición.

.....

Sakura Walsh O'kelli

Han pasado dos semanas desde que llegué a Reino Unido, mi vida no para, las juntas, los negocios, todo se acumula sin dejarme respirar.

No he podido ver a mi abuelo.

El tiempo sigue pasando. Hasta que mi trabajo comienza a disminuir, ya estamos mucho más estables con todo el trabajo que se está haciendo.

Ha pasado un mes y tampoco he podido hablar más con Dylan, lo extraño y quiero verlo. Aunque creo que eso debe esperar, debo tratar de localizar a mi abuelo, debo hablar con él, no quiero que se me adelanten.

Por fin un domingo, descansaré, tomé a mi bebé y salí al jardín a jugar con él. Por un rato estuvimos corriendo, después se lo dejo a mi madre, ya que por fin veo a mi abuelo, ingresó al despacho, él estaba fumando su habano como siempre, le sonrió. Él hace lo mismo.

—Abuelo, ¡necesitamos hablar! — él asienta — Quiero anular mi compromiso, no deseo estar al  lado de alguien que no quiero. No sería justo que yo..

—Querida Camila, eso se construye con el tiempo. —negué —, con el tiempo lo aprenderás a querer.

—No lo creo, seguiré al frente, si ese matrimonio no se realiza, no perjudicará nada la empresa y todo lo que has creado.

—Pero ellos sí, ¿estás segura que lo deseas?

—Si.

—Lo aceptaré si acabas con la familia Paul y si tu no lo haces, lo haré yo — abrí mis ojos. No comprendo el punto, él se levanta de su silla, coloca sus manos hacia atrás —Camila, hija. ¿Pensaste que no me daría cuenta que harían tú y tus primas en Francia?. Te envié a trabajar, y eres tan rápida que acabaste con todo y te tomaste dos días de descanso incluyendo tu cumpleaños, cerraste solo un contrato, y ¿Adivina con quien? —lo mire seria, no iba a retirar nada.

—¡Ahora soy la dueña y directora de la compañia!. Sabre como manejar esto.

—¿En la cama de alguien más? Ya lo creo Camila, pensé que eras diferente

—Yo… —mire que mi abuelo tomó su móvil, enarque una ceja, se supone que habla conmigo, que grosero. Fruncí mi ceño.

—Buenos días, si prosigan —él cuelga la llamada. No es una persona de hablar mucho por  el teléfono

—¿Prosigan con que? —el miedo se apodera de mí, aunque no lo demuestre.

—Tú anulación es aceptada, la quiebra total de los Paul también.

—¡Abuelo no puedes hacer eso! —le doy un fuerte golpe a su escritorio, él me mira con odio.

—No quiero que sigas los caminos de tu madre, harás lo que te diga o sufre las consecuencias Dmian, tu decides.

—NO TE METAS CON MI HIJO, NO TE METAS CON NADIE MÁS, ¿PORQUE LO HACES? NO ME HACEN NADA.

—¿Estás segura? ¡Te has enamorado, Camila! —no dije nada —¡No lo permitiré!

—Tu no eres un Dios para decir que si es bueno y que no, déjame en paz, ya estoy haciendo lo que tu dices, cosa que detesto y te lo he dicho una y otra vez, pero solo porque soy tu heredera, renunciare a todo.

Él se levanta tirando su silla, abrí mis ojos. El miedo invade mi ser.

—No harás tal cosa por que no puedes, tu hijo o tu, te vas pero no él, será mi sucesor y punto.

—Eres despreciable ¿Sabes?.

Salí del despacho azotando la puerta, los hombres que rodean la casa no me dejaran salir de la mansión con mi bebé, debía protegerlo si quería moverme como debía ser.

Maldita sea, ¿qué debía hacer?.

........................
Continuará
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