🌹Seis

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TaeHyung aún recordaba como se había disculpado por las funciones de su cuerpo ¿Que habrá pensado SeokJin despues de haber visto como el pervertido de su amigo se había puesto duro por sus abrazos fraternales? Y para ser honestos, el abrazo que había recibido de espaldas a SeokJin, tan apretado y duro ¿Acaso SeokJin también había estado duro o su cabeza sucia había imaginado cosas? Tendría que haberlas imaginado, era imposible.

Sin importar lo raro que había sido el abrazo de anoche, tenía que dejar de pensar en ello.

— ¿Estás bien? —la voz de SeokJin lo traía a la realidad.

Había disociado mientras miraba esa piel y cuando levantaba la vista, SeokJin se acercaba a él aún sin remera puesta. Carajo, carajo, carajo.

¡Abortar misión! Sus ojos se prendían de ese torso blanquecino, los pezones de SeokJin eran entre amorronados con sutil rosa, su abdomen era bonito, marcado lo justo y necesario. Probablemente no era un six pack tan vistoso como el de Jang, pero si diez mil veces más atractivo. Era todo piel blanca que provocaba que a TaeHyung se le hiciera agua la boca y sus pantalones apretaran un poco.

«Sí, soy un jodido pervertido»

— ¿Por qué estás en cuero? ¿Que te pasa? Ponte eso —decía señalando la remera.

SeokJino lo miraba, TaeHyung estaba sonriendo. Sus mejillas y la punta de sus orejas enrojecidas mientras mordía su labio inferior. Cuando eran adolescentes, SeokJin creía que lo ponía nervioso, quizás solo lo ponía incómodo ¿O había algo más allí?

Hombre, estás grande para seguir soñando, pensaba SeokJin.

Pero ese era el problema de tanto estrés y tristeza acumulada. Sin Seulgi, aquellos sentimientos que había creído tener enterrados por su mejor amigo estaban queriendo escarbar camino a la superficie para salir a relucir y volverlo loco, ansioso y posesivo.

—Umm, traje una remera que está sucia y no tengo una segunda muda... ¿Tienes una para prestarme? —decía alzando la prenda.

Tenía una mancha de sangre que no había podido limpiar de un rescate pasado.

—Eh, sí... Sí tengo —respondía pasando por al lado de SeokJin lo más alejado posible—. ¿Dónde tienes la cabeza? Nunca olvidas lavar tu ropa —decía abriendo con nerviosismo su locker.

SeokJin llegaba a su lado y se paraba a centímetros de él ¿Siempre había escaso espacio entre ellos? SeokJin estaba muy cerca, no podía decidir si le molestaba o lo inquietaba poniendo su cuerpo más tenso, a este punto terminaría con tortícolis y lleno de nudos en diferentes áreas de su cuello y torso, carajo.

—Aquí, ten —decía estirando su brazo en dirección a SeokJin, pero sin mirarlo.

SeokJin sonreía—. ¿Estás incómodo porque no traigo nada puesto?

TaeHyung apretaba sus labios e intentaba relajarse—. "Nada puesto, nada puesto" —decía imitando a Ned Flanders, sí, odienlo por su obsesión con los Simpsons. SeokJin rodaba los ojos—. No lo estoy, ¿Por qué lo estaría? —decía quitándose su propia prenda superior.

Bien, eso era jugar un poco sucio, pero SeokJin se preguntaba si TaeHyung era siquiera consciente. Cuando SeokJin lo miraba con sumo cuidado, comenzando por su grueso cuello (no era tan largo como el suyo propio) pero tenia unas bonitas clavículas que sobresalían y luego sus pectorales y sus pezones eran llamativos. Los mismos estaban duros y SeokJin relamía sus labios ante la vista ¿Que tan raro era saber con exactitud que tu amigo tenía sus pezones duros cuando ni siquiera lo habías tocado? Dios, eso era enfermo. Obsesivo con cada detalle de TaeHyung.

Luego su bonito abdomen, TaeHyung estaba más marcado que años atrás. Hacía un tiempo no se daba el gusto de verlo con sumo cuidado y atención. Debería moverse, él debería hacerlo.

— ¿Hay alguna razón por la que estés parado viéndome fijo? —preguntaba TaeHyung con un nudo en su garganta.

SeokJin alzaba sus ojos y TaeHyung estaba colorado, si supiera que estaba haciendo un esfuerzo extra por mantener la mirada y no esconderse.

SeokJin relamía sus labios y se acercaba a TaeHyung un poco más—. Tienes un hilo que cuelga de tu pantalón —decía llevando su mano a la cintura de TaeHyung dónde comenzaba su vaquero de color negro. TaeHyung alzaba sus brazos para permitirle a SeokJin acercarse.

El hombro desnudo de SeokJin chocaba con su pectoral y TaeHyung mordía su labio inferior ante el toque de piel con piel y la rudeza de SeokJin al cortar el hilo que le colgaba, había movido incluso a TaeHyung, acercándolos medio segundo un poco más, sintiendo el calor del cuerpo del otro. Obligando a TaeHyung a tomar bocanadas de aire porque sentía que jadeaba ante la cercanía de un SeokJin semi desnudo.

Y no era la primera vez, amigos. No lo era. Sólo que había sido la primera vez en años ¿Quizás? O su cabeza y consciencia estaban sucias y perturbadas y nuevamente se sentía hipersensible al lado de SeokJin. Creía que ya lo había superado para entonces, pero al parecer el efecto era el mismo o peor.

—Gracias —susurraba con voz ronca.

SeokJin lo miraba, ellos estaban frente a frente, semi desnudos, escaso espacio ¿Podrían darse un abrazo de la nada? Solo para sentir la piel del otro, joder. Era una tortura. Tan cerca y tan lejos.

—Te ves tenso, Voo —susurraba SeokJin.

«Con un demonio que estoy tenso y pronto estaré duro ¡Vete!» Pensaba TaeHyung.

— Muerdeme, estoy genial —decía desafiante sólo para pasar el momento.

SeokJin reía ladino. SeokJin había mirado demasiado. TaeHyung iba a maldecir al mismo infierno si SeokJin no se movía.

—Sonríe, osito. No voy a tolerar tu cara de culo —decía SeokJin divertido, relamiendo sus labios y besando la clavícula izquierda de un TaeHyung que sentía una corriente electrica ante el toque superficial y rápido, mientras le daba una nalgada fugaz.

— ¡Carajo, Jin! Me dejaste tu baba —decía amagando con tocar la zona para limpiarla, pero no lo hacía contrario a eso se abrazaba a si mismo por sentirse crudo y sensible.

La nalgada había sido fugaz, pero a TaeHyung le estaba costando pensar en ella como las miles que había compartido con SeokJin de forma impersonal y superficial. Todo había sido una combinación para volverlo loco ¿Que estaba pasando con este SeokJin más físico que de costumbre?

SeokJin se reía a su lado, intentando ponerse la remera que TaeHyung le había prestado, SeokJin estaba igual de alterado que él. No estaba pensando claro cuando veía tanta piel, no estaba pensando correctamente cuando había besado la clavícula de TaeHyung. Él no estaba pensando y ya. Sólo necesitando más toques, más juegos. Más piel y-...

—Ah-... Carajo, Tae —aquello había sido un gemido ronco. Sorpresivo y algo más cuando TaeHyung mordía su hombro de espaldas a él. Sus manos se habían apoyado al locker frente a él.

TaeHyung relamía sus labios ante el gemido de SeokJin, no era la primera vez que lo mordía. Pero era la segunda que SeokJin gemía por eso en vez de sólo gritar de dolor. ¿Qué estaban haciendo? ¿A qué estaban jugando? Por poco y se quedaba prendido de ese hombro, lamiendo un poco más. Acorralando a SeokJin con su cuerpo justo así, de espaldas a él.

Mierda, estaba duro.

Cuando SeokJin giraba con una sonrisa ladina, TaeHyung se recomponia rápidamente—. Estamos a mano ¡También te deje mi saliva! —decía mientras se echaba a correr en dirección al baño, cerraba la puerta y tocaba su pecho.

Una mano estaba allí, la otra presionaba su polla ¿Qué mierda estaba sucediendo? Ellos eran de jugar de esta forma, pero por alguna extraña razón sus bocas y lenguas nunca habían estado implicadas. ¿Qué carajos? Le dolían las bolas y el día recién empezaba.

—Sí, soy un maldito sucio pervertido —susurraba en el baño encerrado mirando al cielo, bueno, no al cielo, pero mirando hacia arriba pidiendo disculpas a alguien que ya no estaba con ellos—. Lo siento, no sé que me pasa.

Afuera, SeokJin aspiraba por aire, la zona de su hombro recientemente mordido aún cosquielleaba, como el viernes pasado cuando TaeHyung había mordido su otro hombro desde adelante y había quedado sentido, no en el modo convencional por haber sido mordido con ganas sino porque su cuerpo estaba despertándose. Su líbido que venía bastante muerta y honestamente no la venía extrañando se estaba espabilando y nuevamente con esa persona que lo había hecho sentir de todo por primera vez.

«¿Por qué estoy jugando con fuego?» se preguntaba vistiendose, para salir al salón antes que TaeHyung saliera del baño.

Ese día y los siguientes a ese antes de la cita doble del viernes en la noche, habían sido una auténtica tortura china. Ellos habían estado tocándose, sin querer (lo cual lo hacía más tortuoso aún no poder controlar que sus cuerpos gravitaran en dirección al otro) demasiadas veces. Más de la que TaeHyung podría soportar estando cuerdo, también habían compartido miradas extrañas. Varias veces al día, a la distancia TaeHyung encontraba a SeokJin mirándolo y viceversa, siempre se sonreían o se guiñaban el ojo ¿Pero que carajos?

TaeHyung no se recordaba tan desordenado como cuando tenía dieciséis años y su cuerpo comenzaba a descontrolarse cerca de SeokJin. Lo peor es que había evitado caer en la casa de su amigo a toda costa. No estaba seguro que podía suceder si se encontraban más solos e íntimos que en la ambulancia durante el día. Él no quería saber, pero no soportaba más cuando estaba fuera de la estación esperando a que Jang saliera de su turno, SeokJin ya se había ido. Ese día, ellos habían limpiado la ambulancia y TaeHyung ya no sabía si lo roces habían sido accidentales o a propósito.

[Horas atrás]

TaeHyung estaba limpiando el piso, agachado muy concentrado cuando repentinamente notaba a la distancia una jeringa usada.

— ¡Jinnie! —llamaba al castaño que estaba a cargo de la parte de enfrente.

De inmediato lo tenía detrás suyo agachado—. ¿Qué? ¿Te hiciste daño?

TaeHyung parpadeaba ante la preocupación y luego sonreía—. Oh, no. Encontré esta jeringa usada ¿Tienes idea de por qué?

SeokJin fruncía el ceño—. ¿No te pinchaste o si? —TaeHyung negaba—. Era insulina. El drogadicto que cargamos hoy. No me extrañaría que de alguna manera la haya encontrado y se la haya inyectado. No tenía ni idea de que día era, hora o dónde estaba.

—Oh —TaeHyung la tomaba con cuidado, la envolvía y la tiraba en la basura que contenía el resto de los residuos—. Listo.

—Seguro no te hiciste daño ¿No? —SeokJin tomaba su mano nuevamente, le quitaba el guante y lo inspeccionaba.

TaeHyung se quedaba en shock ante el suave tacto, no era la primera vez que SeokJin lo inspeccionaba por ser un poco tonto, pero se sentía nuevamente como cuando era adolescente y SeokJin siendo extra atento y extra suave con él. Y ojo, no es que con el tiempo había dejado de ser atento, en absoluto, sólo había dejado de ser... ¿Suave? Con el tiempo el toque de SeokJin se había vuelto impersonal pero considerado, como si TaeHyung fuera un paciente sin importar el contexto de su toque. Si tenía que poner un antes y un después, quizás el después había sido luego de tener en claro sus sentimientos por Seulgi.

—Aish, estoy bien, hombre —decía apartando la mano que comenzaba a picar por esa forma que SeokJin tenía de tocarlo.

Estaba alucinando, era seguro.

— ¿Hice algo que te haya molestado? —susurraba el castaño.

Ellos seguían agachados, bueno, TaeHyung estaba de rodillas y SeokJin en cuclillas.

—No ¿Por qué dices algo así? —preguntaba nervioso.

Mal momento para intentar aparentar que estaba relajado. No lo estaba, ni un poco, SeokJin tenía una mirada fija y pesada sobre él. O TaeHyung estaba en su celo, si eso fuera jodidamente posible, carajo. Cada roce o momento con su amigo se volvía cada vez más difícil de sobrellevar, la peor parte había sido que parte del cuerpo de bomberos conocidos como "los bromistas" sabían que ambos estaban de limpieza, por lo cual la ambulancia estaba casi vacia y los malditos mal nacidos (como TaeHyung pensaba) no habían tenido mejor forma de avisarles del almuerzo que, moviéndoles la ambulancia entre seis de esos bestias logrando que SeokJin terminara encima de un TaeHyung que se golpeaba el codo y apenas había chillado al respecto porque todo lo que podía ver y registrar era que estaba despatarrado de piernas abiertas con un SeokJin entre medio de las suyas.

— ¡La comida, princesas! —había dicho Moon, de los más jóvenes e insoportables.

— ¡Muy maduro, bastardos! —había gritado SeokJin, quien por cierto tenía su mano en la cabeza de TaeHyung.

¿Cómo habían terminado así? Se estaban mirando fijamente de nuevo, pero en una pose demasiado.... Carajo TaeHyung no recordaba tener a SeokJin tan cerca, como en: apoyado sobre él. No podía respirar, estaba duro de nuevo, maldita sea su suerte.

¿Qué estaba mal con él? ¡Dios! Si existía uno, no era amigo de TaeHyung.

Pero claro, cuando los bastardos habían movido la ambulancia, TaeHyung había intentado ponerse de pie,  había miserablemente fallado porque él estaba del lado izquierdo, su espalda había golpeado contra la pared del vehículo, había caído sobre el pecho de SeokJin para el segundo movimiento brusco, y para el tercero había salido disparado hacia atrás, golpeando su codo al caer al piso y SeokJin había puesto su mano en su cabeza para evitar que se golpeara. Ese tercer y último movimiento había dejado a SeokJin encima de él. Muy encima de él.

— ¿Estás bien? —preguntaba el castaño.

TaeHyung pasaba saliva, aspiraba por aire y apretaba sus ojos—. Por favor quítate de encima de mí —susurraba con el cuello caliente y su cara enrojecida.

SeokJin había parpadeado con letargo, claro estaba todo encima de TaeHyung y TaeHyung parecía bastante disgustado aunque él estuviera pasando un extraño buen momento no parecía lo mismo para el azabache, por lo que se alejaba y TaeHyung bajaba de la ambulancia como alma que se la lleva el demonio.

Seguido a eso, se había vengado de cada imbécil del cuerpo de bomberos ese día y ahora necesitaba descargar. Carajo. Era jueves y estaba cansado de tener sus bolas de un color púrpura.

— ¿Me esperabas? —decía Jang, inclinándose para verlo a través de la ventanilla.

— ¿Necesitas un aventón? —preguntaba TaeHyung.

— ¿Y vas a bajar o solo me llevarás hasta la puerta?

—Solo te dejare en la puerta, pero acepto cualquier forma de pago que quieras darme por el aventón.

TaeHyung lo miraba con seriedad, no había un coqueteo previo, sólo un mensaje bastante directo. Quería que Jang le chupara la polla una vez más y el bombero no iba a decir que no a eso, así que se subía al auto con una sonrisa.

—Eres jodidamente demandante —decía el bombero—. Me tendrás en cuatro mañana si no vuelves a cancelarme.

TaeHyung arrancaba el auto, tenía un humor de perros y solo quería correrse en la boca de cualquiera fuera el afortunado y Jang tenía todas las de ganar.

La noche de la cita estaba frente a ellos. TaeHyung llevaba su zapatos de boliche y miraba a SeokJin interactuar con Gyu-Ri a la distancia mientras parecía enseñarle como lanzar.

¿Quien carajos organiza una cita en un lugar con un juego en particular que no sabe jugar?

— ¿Por qué la cara de perro? ¿Estás peleado con Kim? —preguntaba Jang, entregándole una cerveza—. Lo has mirado como si fuera tu peor enemigo.

TaeHyung suavizaba su mirada—. ¿Lo hice? —se preguntaba sorprendido—. Estaba pensando en algo más —decía llevando su cabello hacia atrás.

Había sido el último en llegar, honestamente había pensado en cancelar más de una vez, no quería tener que ver... Eso.

SeokJin estaba riendo con la hermana de Jang. Ella era hermosa, pequeña y delicada, se veía bien con Jin. Él había planeado esta cita, entonces ¿Por qué carajos estaba tan molesto al respecto?

— ¿Estás mirando mal a mi hermana? —preguntaba Jang.

TaeHyung alzaba sus cejas—. ¿Qué?

JoongHyuk reía—. Era una broma, estás en otro planeta. ¿Qué dices, quieres que te arrastre al planeta tierra hoy? —susurraba en la oreja de TaeHyung.

El azabache se alejaba sin poder contener su descontento.

—Estás raro —decía el bombero mientras se alejaba mirándolo de reojo.

TaeHyung resoplaba cuando Jang lo anunciaba y los ojos de SeokJin caían sobre él. Pasando saliva sentía que se le secaba la boca, SeokJin se veía increíble. Para infartar a más de un corazón, incluyendo el suyo. Especialmente el suyo. Pero no se había vestido para TaeHyung, se había vestido para la chica que ahora lo estaba saludando con una sonrisa. Claro.

—Hola Gyu-Ri —decía inclinándose. Luego la chica decía algo a Jang quien anotaba los nombres en la pizarra y SeokJin se acercaba a él mirándolo de arriba abajo.

De acuerdo, TaeHyung venía demasiado estresado ¿Qué había sido esa mirada? Había cientos de miradas de SeokJin en su historial y algún que otra lo habían hecho sentirse la Cenicienta marica de su propio cuento de hadas gay que llegaba vestida de infarto para conquistar a su príncipe. Claramente nunca había conquistado a este, pero ahí estaba la mirada lobuna de SeokJin sobre él.

— ¿No te sientes sólo un poco ahorcado con esos pantalones? —se mofaba con una sonrisa preciosa.

Dios, TaeHyung estaba mal. Estaba muy mal alrededor de SeokJin.

— ¿Así que estás babeando porque miraste mi polla? —decía intentando relajarse, poniendo esa cara de fuck boy que le había dado buenos nombres en su historial de conquistas.

SeokJin lo miraba y sonreía ladino mordiendo su labio y tirando de TaeHyung para un abrazo fraternal, al menos así era hasta que SeokJin hablaba en su oreja:— No sabía que se me tenía permitido mirar a mi antojo.

TaeHyung se quedaba tieso. Tieso, duro... Menos mal que SeokJin jamás, jamás se fijaría en él porque sería una jodida ninfómana, todo el tiempo deseando estar...

— ¿TaeHyung? —Jang lo llamaba y tiraba de él alejándolo de SeokJin para elegir un nombre de equipo.

SeokJin lo miraba una última vez apretando sus dientes, Dios ¿Qué tan normal era que TaeHyung supiera cuando SeokJin apretaba sus dientes molesto por algo debido a que su mentón salía brillando en sus facciones dulces que se volvían duras debidas a sus cejas tupidas y la expresión hastiada?

«Observando demasiado, hombre» pensaba TaeHyung fregando su rostro.

Minutos después, estaban listos para comenzar, aunque no del todo. TaeHyung realmente no sabía jugar a los bolos; era hábil en muchas cosas, pero controlar la maldita bola para que impactara los bolos como él deseaba resultaba frustrante, al igual que con el fútbol.

—Vamos a perder. Si eres competitivo estás perdido conmigo, hombre —decía a Jang—. No sé jugar a esto, no me sale —mencionaba viendo a su derecha.

SeokJin estaba enseñándole a Gyu-Ri como tomar la bola de boliche correctamente y posicionar pies y manos par un tiro perfecto. Mierda.

—Tu hermana propuso jugar bolos ¿No debería saber cómo hacerlo? —cuestionaba TaeHyung mirando a JoongHyuk.

El tipo se encogía de hombros—. Los jueguitos de las mujeres y esas cosas, aunque pensándolo bien yo podría enseñ-...

"¡Si!" Genial, la chica anotaba. SeokJin era bueno enseñando al parecer, pero TaeHyung no quería estar allí. Él realmente no quería, obligatoriamente tener una cita con el bombero, dios. Con el tiempo TaeHyung había dejado de hacer estas cosas. La citas eran para algo serio o a largo plazo o folla amigos, pero Jang JoongHyuk sólo era un buen culo que TaeHyung quería de forma fácil y sin compromiso.

El tipo daba esa vibra, esperaba no estar equivocado.

—Me toca ¡Animame, sexy! —decía el tipo.

TaeHyung forzaba una sonrisa, el tipo era un fanfarrón de lo peor, por supuesto anotaba mejor que su hermana y lo celebraba más en el rostro de un SeokJin que lo miraba esperando su momento, mientras lo dejaba regordearse. Dios, SeokJin era jodido y ahora simplemente esperaba su momento. Le habían quedado solo dos pinos arriba, había sido un buen tiro, pero ahora era el turno de SeokJin.

El castaño miraba a Jang y Gyu-Ri, luego por última vez miraba a TaeHyung, le guiñaba un ojo, tomaba vuelo y lanzaba.

—Presumido —decía TaeHyung con una sonrisa ladina cuando SeokJin tiraba todos los pinos, alzaba su brazos y giraba, siendo repentinamente abrazado por Gyu-Ri—. Agh, carajo.

TaeHyung tapaba sus ojos y suspiraba, era su turno.

— ¡Vamos sexy! —alentaba el bombero—. Tú puedes, acabemos con ellos y salgamos de aquí.

TaeHyung apretaba sus dientes y tomaba la bola de boliche poniéndose en la linea de tiro, dios, como odiaba no saber que carajos hacer o como pararse siquiera. A la mierda con tanto pensamiento, TaeHyung tomaba vuelo y por supuesto fallaba, como los mejores o los peores para ser más preciso. La bola se iba por el carril y Gyu-Ri era la única que celebraba, dios. TaeHyung quería irse, por múltiples razones.

—De acuerdo, hagamos una pausa —decía SeokJin —. Le enseñaré unos tiros a Tae y luego competiremos. Es lo justo —mencionaba acercándose, pero JoongHyuk llegaba antes.

—Yo puedo enseñarle, Kim. Tú puedes ir por unos tragos y papas mientras me ocupo de mi chico.

"¿Mi chico?" TaeHyung y SeokJin tenían el mismo pensamiento. Él no era el chico de nadie, mucho menos de JoongHyuk.

SeokJin ponía las manos en sus bolsillos y aspiraba con fuerza—. Mejor dejemos que TaeHyung elija con quién estaría más cómodo aprendiendo.

El bombero se cruzaba de brazos—. Claro. Elige con quién te sentirías más cómodo —mencionaba Jang, alzando sus cejas.

Al diablo con todo, no se sentía cómodo con ninguno de los dos. Jang estaba ardiendo sobre él, y SeokJin era un peligro para su salud; todo lo que quería era salir corriendo.

—Jin —exclamaba sin pensarlo. Bueno, mentiría si dijera que no deseaba a SeokJin enseñándole—. Hyukssie, esto será vergonzoso, ve por más bebidas y unas papas. Tengo hambre y necesito comer.

Jang miraba a SeokJin, pero SeokJin ni siquiera le dirigía una mirada—. Solo para que tengas energía al salir de aquí —decía, dispuesto a besar a TaeHyung en los labios, pero TaeHyung apartaba la cara.

Ellos no eran novios, no estaban saliendo; solo habían coqueteado durante un buen tiempo, y cerrarían esos coqueteos con sexo. Sexo que TaeHyung desesperadamente necesitaba para dejar de pensar en todo lo que había pasado con SeokJin esa semana.

Así que cuando el bombero apretaba sus dientes y salía de allí, SeokJin le ordenaba tomar una bola de boliche. La cosa era insoportable y temía que lo dejara sin dedos si la lanzaba mal de nuevo. Y por un demonio, por supuesto SeokJin se ponía detrás de él, el calor de su cuerpo pegado al suyo y su rostro cerca del de TaeHyung para hablar a su oído.

—Posiciona la bola de boliche en tus dedos y sostenla con seguridad —ordenaba con voz baja y ronca.

TaeHyung mordía su labio inferior, quizás elegir a SeokJin había sido una mala idea, pero estaba seguro que Jang iba a meterle mano dónde TaeHyung no deseaba, al menos no en público.

—Esa mano no —ordenaba SeokJin—. Usa la izquierda.

—Pero soy diestro —decía TaeHyung con un puchero. Había girado su rostro y carajo, Jin estaba tan, pero tan cerca que tenía que pasar saliva.

—Eres ambidiestro. Te manejas con más confianza cuando usas la mano izquierda ¿Recuerdas que tu padre te obligó a aprender a escribir con la diestra? Bueno, te volviste ambidiestro con algunas tareas. Tienes más control sobre este brazo en los momentos más tensos, es increíble que no lo notarás —decía tocándole el brazo izquierdo, sonaba divertido.

TaeHyung no discutía, cambiaba de mano y miraba a SeokJin—. ¿Estás seguro? No lo había notado.

SeokJin sonreía ladino y mordía su labio inferior ¿Por qué hacía eso? Aquello estaba siendo una tortura y ¿Por qué susurraban? Como si estuvieran custodiando un secreto de proporciones épicas, como si fueran amantes compartiendo confidencias que el mundo no debía escuchar. Y en medio de todo, TaeHyung se encontraba atrapado en una alucinación que no tenía cabida en la realidad.

—De acuerdo, bien. ¿Que sigue? —susurraba intentando parecer relajado.

La proximidad de SeokJin lo dejaba aturdido.

—Bien. La clave para tirar bolos —susurraba SeokJin—, es encontrar el equilibrio entre la fuerza y la suavidad.

Sus dedos rozaban los de TaeHyung, y el corazón de este daba un vuelco.

—Observa —continuaba SeokJin, alineando su cuerpo con la flecha en el suelo—. Imagina que la bola es tu deseo más profundo. No lo lances con desesperación, sino con determinación. Siente la conexión entre tus pies y la tierra, como si estuvieras anclado al presente.

TaeHyung lo miraba aturdido, las palabras eran demasiado profundas para enseñarle a tirar la bola pero asentía, hipnotizado por la intensidad en los ojos de SeokJin a su lado— Poético —se mofaba TaeHyung con una voz suave, pero añadía—. ¿Y qué pasa con el corazón? Hombre, está martillando fuerte. Creí que estarías enojado conmigo por estar aquí. Lo siento —decía como imbécil—. No quería robarte de tu cita después de obligarte a tenerla.

El nudo en su garganta era pesado y su corazón endemoniado latía con fuerza.

SeokJin sonreía—. No digas esas cosas, no estoy enojado contigo —susurraba—. Y el corazón es la parte más importante de este juego —mencionaba con un susurro siguiendo el juego de palabras de TaeHyung—. Cuando sostengas la bola, imagina que es tu corazón latiendo. Siente su peso, su ritmo. Y cuando lo sueltes, hazlo con amor. Como si estuvieras entregando tu corazón al universo —SeokJin alzaba sus cejas—. ¿Poético, no?

TaeHyung sonreía nervioso, lo había mirado unos momentos mientras SeokJin seguía detrás de él, su calor corporal quemando las ideas a TaeHyung, pero sacudiendo el punzante anhelo de hacer una locura que podría arruinar una amistad de años. Así que solo seguía sus instrucciones, sintiendo la bola en su mano como una extensión de sí mismo. Sólo que esta vez la lanzaba con suavidad pero con determinación, viendo cómo los pinos caían uno tras otro al recibir el impacto.

Si tan sólo TaeHyung supiera que el corazón de SeokJin latía en sincronía con el suyo cuando giraba y sonreía aturdido por haber logrado un excelente tiro. A la distancia Gyu-Ri había festejado también, pero el mundo era borroso en los bordes y sólo estaba enfocado en SeokJin.

—¿Ves? —decía el castaño, acercándose aún más, estaba detrás de TaeHyung dándole otra bola—. Es solo una maña, como el romance que no se debería de forzar —decía alzando sus cejas, TaeHyung sabía a qué se refería—. Requiere paciencia, equilibrio y entrega. Y cuando encuentras la combinación perfecta, todo encaja.

—¿Es tu filosófica forma de decirme que no quieres estar aquí y que debería meterme en mis asuntos? —susurraba TaeHyung, conteniendo la respiración.

SeokJin lo miraba fijamente—. Podríamos estar bebiendo en mi sofá esta noche, y sería mil veces mejor que tener que compartirte con Jang.

TaeHyung parpadeaba aturdido—. Pero te ves bien con Gyu-Ri.

—Soy un caballero, y ella es dulce, pero tú deberías recibir un castigo por esto —susurraba SeokJin, acercándose peligrosamente a TaeHyung.

Dios, estaban demasiado cerca. No estaba seguro de qué imagen estaban proyectando ante los demás, pero no se sentía como una cercanía amistosa. Había algo más, o tal vez TaeHyung estaba comenzando a perder la cordura por su amor oculto y sus deseos reprimidos hacia este hombre.

—Estás pensando demasiado —decía SeokJin llevando su mano al mentón de TaeHyung para que este soltara el labio inferior que estaba mordiendo, su pulgar tiraba hacia abajo la carne y TaeHyung dejaba de morderlo. SeokJin pasaba saliva desviando sus ojos—. Hazlo de nuevo —ordenaba.

TaeHyung fruncía el ceño y veía la bola en su mano, claro, él debía de lanzar, así que se recomponía del encanto de su amigo y lo hacía, conseguía un tiro no tan afortunado como el primero, pero era bueno de igual forma y el resto festejaba con él, SeokJin le sonreía y volvía con su cita. Por supuesto, ellos no estaban en una cita entre ellos y aún así, si estuvieran solos tampoco sería un cita de índole amoroso, sólo una salida entre amigos.

Cuarenta minutos más tarde, SeokJin y Gyu-Ri ganaban la segunda ronda.

—Eres sexy, pero apestas en esto  —decía Jang, solo un poco divertido.

—Te lo advertí —respondía TaeHyung.

Cuando miraba en dirección al otro par, Gyu-Ri estaba demasiado sonriente y colgada de los hombros de SeokJin, no estaba ebria pero si más divertida y suelta. Su hermano estaba más mano libre que al inicio. TaeHyung estaba odiando aquello, y odiaba sentirse como el adolescente que recibía migajas de la atención de SeokJin cuando este había oficializado con SeulGi.

«Es tu culpa, él no te pidió una cita» decía su cabeza.

— ¿Nos vamos? —soltaba Jang a su espalda, demasiado pegado a TaeHyung—. Estoy cansado de fingir que quiero estar aquí cuando quiero estar debajo tuyo.

TaeHyung aspiraba con fuerza y rodaba sus ojos de espalda al tipo. Reconocía que tenía labia, pero no funcionaba con TaeHyung ya. Al inicio había sido divertido, pero desde que las cosas con SeokJin se habían puesto extrañas, no toleraba las estupideces de fuck boy que Jang decía.

A la distancia veía al par y notaba a SeokJin hablar por teléfono con un rostro preocupado y luego se alejaba de Gyu-Ri pidiendo disculpas.

— ¿Jin? ¿Qué sucede?

El castaño se veía preocupado—. Umm, Chae. Chaeyoungssie tiene fiebre, la niñera me llamó. Está llorando por mí.

SeokJin comenzaba a buscar sus cosas seguido por el resto.

— ¿Niñera? —cuestionaba TaeHyung—. ¿No están con eomma?

SeokJin negaba—. Salió con NamOh, la llevó a comer, no están en casa. No podía cancelar aquí,  así que llamé a una niñera.

TaeHyung se cambiaba lo zapatos con él, sintiéndose culpable—. Iré contigo.

Los hermanos Jang se miraban entre sí—. ¿Por qué irás tú, Tae? —preguntaba Jang.

—Porque es mi ahijada y SeokJin me necesitará allí para los gemelos.

—Oye, no es necesario. Daré un aventón a Gyu-Ru e iré directo, compraré medicina, me quedé sin tónico para la fiebre —decía SeokJin sacando su billetera y dándole dinero a Jang—. Yo pago esta noche.

—No es necesario, Kim —el bombero rechazaba el dinero—. Si TaeHyung no viene conmigo yo llevaré a Gyu-Ri, nosotros pagamos —decía con su ceño fruncido viendo a un TaeHyung que tomaba sus cosas listo para irse con él e ignorando los deseos de Jang—. Ve con tu hija.

—Haremos otra cita —decía Gyu-Ri con una sonrisa—. Sólo los dos.

TaeHyung se quedaba estático y SeokJin sonreía, nuevamente pensaba solo en decir "Claro, estaremos en contacto" para minimizar los daños a futuro. Él no volvería a verla y luego de despedirse formalmente salía con TaeHyung pisando tus talones.

— ¿Sabes que no tienes que venir, no? —exclamaba en dirección a su auto.

— ¿Sabes que me importa una mierda mis planes si uno de mis niños no está bien, no?

—Voo, Jang quería llevarte con él —decía en contra de su voluntad.

—Y yo quiero estar con mis ahijados y contigo. Cierra la boca y vete, iré por mi auto. Yo paso por la farmacia, tú ve directo a casa —ordenaba sin decir nada más.

SeokJin suspiraba, comenzaba a sentir demasiado placer en esto de arrebatarle a TaeHyung de los brazos del bombero. Mentiría si dijera que lo sentía un poco. No lo sentía . TaeHyung se iba con él y era todo lo que importaba.

—Eres un bastardo castrador —se decía antes de encender el auto y finalmente correr a su casa—, pero no puedo evitar sentirme feliz de llevarlo conmigo de vuelta —murmuraba acelerando.

TaeHyung lo seguía detrás con su auto, sintiéndose para nada mortificado por salir corriendo de nuevo lejos de Jang. Su familia lo necesitaba, si el bombero se ofendía o decidía seguir esperando era su decisión.

«Pero luego quieres que te chupe la polla ¿No?»

TaeHyung resoplaba sin darle un segundo pensamiento, habían cosas más importantes que hacer como cuidar de sus niños y ayudar a su mejor amigo. De todas formas iba camino a dónde si quería estar.

Ambos iban rumbo donde deseaban estar. En casa de SeokJin, él asistiendolo con sus niños y cuidando de ellos como le había prometido a SeulGi que lo haría.


Terminamos maratón de este par para volver a la rueda pequeñita ❤️🥹 gracias por todo su amorcito y apoyo 🫂❤️💜

Con amor niñita Nanykoo 💜

Ps: Ni mis dedos duros me detuvieron de darles este cap extra. Muejejejejejje (se ríe en tendones inflamados y dedos tiesos)

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