🌹Siete

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Cuando SeokJin finalmente salía de la habitación de ChaeYoung, ya pasaban las una de la madrugada, pero la pequeña finalmente estaba tranquila. La fiebre había descendido y sus mejillas ya no rebosaban de un rojo furioso.

— ¿Está mejor? —preguntaba TaeHyung.

Tenía a ChaeSin en brazos, bebiendo su biberón con los ojos entreabiertos o entrecerrados. SeokJin lo miraba y no estaba seguro.

—Estás mal acostumbrando a ese pequeño demonio —decía, acercándose para ver al gemelo dormitar y beber a medias su biberón, el cual TaeHyung le daba con sumo cuidado para evitar que tomara demasiada leche o chupara aire.

SeulGi le había enseñado que si chupaba aire a través del biberón, le daría gases luego. Por lo tanto, TaeHyung se esforzaba en ser sumamente cuidadoso.

—Ya casi se queda dormido. No me molesta pasear con él mientras le doy el biberón —añadía, meciendo al pequeño en brazos.

SeokJin alzaba la mirada, y sus ojos se cruzaban con los de TaeHyung. El azabache le sonreía orgulloso.

— ¿Y cuando yo esté demasiado cansado para mecerlo como lo hace su padrino? Quien probablemente esté muy cómodo en su apartamento de soltero o en alguna cita con algún idiota ¿Qué?

TaeHyung rodaba los ojos—. Me llamas y vendré al rescate. Me hago cargo del pequeño consentido —decía con un puchero, mirando al niño.

SeokJin no debería sentir la vorágine de ternura y cariño que lo presionaba a levantar su mano y tomar a TaeHyung del mentón para besar ese puchero. Él no debería querer besarlo con esas ganas reprimidas que había tenido dormidas y ahora parecían estar incontrolables.

— Voy a tomar una ducha, acuesta a ese pequeño consentido. Duchate y haré algo de comer para ambos —ordenaba, besando la cabeza de ChaeSin con ternura.

TaeHyung sonreía, nunca tendría suficiente de ver a SeokJin siendo el padre ejemplar y cariñoso que era. Pero repentinamente, el castaño alzaba la vista de la cabeza del niño y ellos se quedaban viendo el uno al otro. TaeHyung relamía sus labios secos, demasiado consciente de la cercanía y de cómo los ojos de SeokJin se habían desviado a su boca.

—Ve, yo lo acuesto. No puedo ducharme contigo... —se mofaba, abriendo sus ojos, intentando sonar divertido. Hacer bromas, volver a la maldita normalidad donde sus bolas no estuvieran azules veinticuatro siete.

—Mmm, tentador —decía SeokJin con una sonrisa ladina, y luego le daba un beso en la mejilla para huir en dirección al baño.

TaeHyung sentía su corazón latir en sus oidos. El beso de SeokJin picaba, una distancia cerca de la comisura de sus labios que dejaba a su cordura prendiendo de un hilo.

—Es incómodo que mis pantalones apreten cuando tengo un bebé en brazos —decía con ceño fruncido, encargándose de dejar el biberón del niño sobre la mesa y llevándolo a la cama.

Cuando estaba todo listo, salía de la habitación de los gemelos, fregaba su rostro y suspiraba. Su polla estaba atormentada aún por el día que había tenido y que al parecer aún no llegaba a su fin. Llevando el biberón de los gemelos a la heladera y lavando algunas platos que estaban sin lavar, TaeHyung pensaba que lo mejor sería volver a su apartamento o buscar a Jang.

El tipo seguía mandando mensajes sobre estar completamente disponible si quería caer en su apartamento pasada la noche.

Él no quería, pero tampoco quería estar con las bolas azules por la actitud de SeokJin. Ya ni siquiera estaba seguro si había una "actitud" en su amigo o él estaba demasiado caliente luego de haber dejado su vida sexual en pausa. Bueno no exactamente en pausa, había tenido encuentros esporádicos cortos y para nada repetitivos. Su líbido ahora estaba un poco en su punto más alto, no dejándolo pensar y eso hacía que cada acción de SeokJin fuera demasiado, pero si lo pensaba con sumo cuidado, SeokJin estaba demasiado físico con él.

¿O siempre había sido así y él había logrado superar su enamoramiento en algún punto de todos esos años que no lo había notado?

No, no, SeokJin estaba más físico. Ese día había tenido dos besos de parte de SeokJin. Uno en su clavícula y otro en su mejilla... Y SeokJin nunca lo había besado dos veces en un día, a veves ni siquiera lo besaba dos veces en un mes.

— Estás disociando mientras dejas correr el agua y hay muchos que no tienen acceso a ella en el mundo. Incluso en nuestro país —mencionaba la voz de SeokJin.

TaeHyung reaccionaba y cerraba el grifo.

—Lo siento. Yo realmente estaba dis-... Carajo —TaeHyung no había evitado tragarse la maldición cuando veía a SeokJin sin remera, otra vez.

Sólo que esta vez estaba usando su pantalón de pijamas, estaba descalzo y su cabello estaba húmedo. Dios, él se veía tan bien.

—Deberias abrigarte el pechito... Te puedes-... Te podrías resfriar y tienes tres hijos, sabes —balbuceaba.

SeokJin relamía sus labios y reía—. Tengo una salud de hierro. Mis defensas están a la perfección. Tomo mis vitaminas, no voy a resfriarme —se burlaba acercándose, TaeHyung retrocedía instantáneamente. SeokJin fruncía su ceño—. ¿Te estás alejando de mí?

TaeHyung pasaba el nudo en su garganta—. ¿Yo? No ¿Por qué? —balbuceaba con una sonrisa perdida.

SeokJin relamía sus labios y entrecerraba sus ojos, por supuesto que la mirada de TaeHyung había caído en ellos, sonriendo se alejaba y señalaba en dirección al baño—. Te dejé tu pijamas limpio y un par de toallas. Ve, date una ducha. Cocinaré algo rápido.

Cuando se dirigía al refrigerador y se encargaba de buscar algunas cosas, TaeHyung se alejaba caminando hacia atrás sin quitarle la vista. Había algo diferente en SeokJin, estaba seguro y él debería salir de allí antes de volver a terminar demasiado expuesto por ponerse duro de nuevo.

—Creo que iré con Jang... —susurraba.

SeokJin se quedaba quieto, su brazo dentro de la heladera buscando por algo. Suspirando sacaba pan y algunos víveres más. Mientras miraba a TaeHyung, apoyaba su cadera en la mesada y cruzaba sus brazos mirándolo seriamente.

«Jodidamente caliente» pensaba TaeHyung, luego se golpeaba mentalmente.

— ¿Por qué? —preguntaba SeokJin.

¿Por qué? ¿POR QUÉ? bueno, él no podía verbalizar la verdadera razón por la cual estaba corriendo lejos de él.

—Me envió un mensaje, dijo que si quería caer después de hora, no tendría problema alguno en recibirme —mencionaba sosteniéndose de la pared.

SeokJin se acercaba a él y TaeHyung cometía el error de apoyarse contra la columna y quedar acorralado. Su subconciente era un lugar jodido y su cuerpo su propio enemigo.

— ¿Y tú quieres ir? —preguntaba SeokJin, alzando su mano para acomodar un rizo salvaje del cabello de TaeHyung.

Le gustaban mucho los rizos de su amigo. No eran naturales, un día hace un par de años TaeHyung se había levantando con la idea de hacerse la permanente porque estaba cansado de su cabello lacio, lo hacía verse demasiado joven y le molestaba. SeokJin pensó que era una ridícula idea, hasta que lo vió y se esforzó en decir que se veía bien y no volver a pensar en que se veía increíble porque eso era irrespetuoso con su esposa.

Ahora, en la actualidad, si bien no era fácil, tampoco era complicado pensar que se veía jodidamente caliente con su cabello rizado y abundante.

TaeHyung pasaba saliva ante aquel ademán simple. No era la primera vez que SeokJin acomodaba un mechón de su pelo, o tocaba su pelo (por cualquiera sea el jodido motivo) pero ahora... Carajo, no quería ser tocado por SeokJin ahora.

Bueno en realidad, sí. Pero ese era el quid de la cuestión.

—No lo sé —susurraba TaeHyung.

« ¿No lo sé? ¿NO LO SÉ? ¿Qué mierda pasa contigo?» se reprendía en su cabeza.

SeokJin sonreía de forma ladina—. Si te pido que te quedes ¿Lo harías?

TaeHyung suspiraba—. Si te digo que necesito follar con desesperación ¿Me dejarías ir?

SeokJin pasaba el nudo en su garganta—. No —decía sin titubear.

— ¿Qué? —Taehyung parpadeaba aturdido.

— ¿Qué? —replicaba SeokJin parpadeando anonadado.

—Dijiste que no —se burlaba TaeHyung. Eso tenía que ser una broma.

— ¿Lo dije? —SeokJin fruncía el ceño.

Genial, ya verbalizaba correctamente sus deseos. Bueno, casi.

TaeHyung reía, a la mierda con todo, no quería irse. ¿Lo necesitaba? Sí, necesita jodidamente correr lejos de este hombre. ¿Quería hacerlo? Esa era una pregunta con una respuesta totalmente diferente.

—Si lo dijiste, idiota —se burlaba con una sonrisa ladina, empujando a SeokJin del hombro, pero este tomaba su muñeca y tiraba de TaeHyung para un abrazo—. Mmm-... —había sido mortificante la forma en que había gemido por estar siendo apretado por este hombre.

Y era aún más mortificante como se había aferrado a SeokJin por ese abrazo, sus manos tocaban toda esa piel en la zona de su espalda. Su nariz absorbía el olor del shampoo y la crema de afeitar que provenía de SeokJin. Todo fresco, cuerpo caliente y la mano de este en su nuca, entre sus cabellos dándole ese toque eléctrico que disparaba el sabroso escalofrío desde su nuca, atraves de su espina dorsal, se asentaba en su bajo vientre y sus bolas estaban comprometidas de nuevo en la jodida situación.

—Mierda... —susurraba de forma ronca, justo en la oreja de SeokJin mientras aspiraba su aroma descaradamente.

El brazo de SeokJin que estaba en su cintura se apretaba, el abrazo era demasiado intenso, TaeHyung no estaba alucinando sobre no ser el único que estaba faltó de aliento, jadeando sutilmente. Apretando demasiado en el silencio de ese momento en el que el corazón de ambos palpitaba con locura, acelerado. Cuerpo caliente y rodillas débiles.

—Dios, yo-... —TaeHyung no reconocía su propia voz cuando buscaba alejarse, lo hacía SeokJin se lo permitía, pero la mano posesiva en su nuca lo hacía estar a centimetros del rostro de su amigo—. Necesito...

— ¿Qué necesitas? —susurraba SeokJin, su mano en la nuca se movía a la mejilla de TaeHyung.

—Ducha —balbuceaba TaeHyung demasiado perdido y caliente—. Necesito ducharme.

—Claro... —SeokJin se alejaba y ninguno bajaba la vista, TaeHyung estaba duro, y había sentido que SeokJin también.

Eso era una locura, pero necesitaba salir corriendo de allí. Así que giraba en dirección al baño:

— ¿Te irás? —preguntaba SeokJin con voz ronca e inestable.

TaeHyung sentía que iba a correrse en sus pantalones tan solo por escuchar esa voz ronca y suplicante. Apretando sus ojos aspiraba por aire—, No. Me quedó contigo —susurraba con el mismo tono de voz ronco y bajo.

Cuando entraba al baño se apoyaba en la puerta y suspiraba, incluso gemía bajo, presionando la palma de su mano contra su polla.

— ¿Qué carajos?

¿Que había sido eso? No le podía llamar abrazo, estaban por poco queriendo escalar al otro, respirando el aroma ajeno. Apretándose contra el cuerpo caliente entre sus brazos. Eso no había sido un abrazo fraternal. No había sido como ningún otro abrazo que TaeHyung pudiera recordar, pero luego reía como imbécil, tanto por estar en shock, como por estar caliente y ansioso de que suceda de nuevo.

SeokJin por su lado había vuelto a la cocina, se había apoyado contra la mesada y simplemente había respirado ondo. Desde la perdida de Seulgi y básicamente desde que su estado había deteriorado, no recordaba que su polla se pusiera dura por el simple roce, olor ajeno, fantasía o recuerdo de algo. Simplemente su líbido estaba muerta con el recuerdo de su esposa. Pero desde que TaeHyung había comenzado a acompañarlo más  en ese años de recuperación, su corazón simplemente no podía seguir enterrando esos sentimientos.

TaeHyung era su primer amor.

Y ahora su cuerpo y su cabeza estaban locos, descontrolados. Quería tocar a TaeHyung, sentirlo contra su cuerpo. Quería piel con piel. Quería besarlo y eso no estaba ayudando a disminuir el problema en sus pantalones, pero se rehusaba a tocarse. Al inicio de esta travesía se sentía sucio e infiel, pero ahora ya no podía seguir luchando en contra de lo que quería.

De lo que su cuerpo y por sobre todo, su corazón quería. Y él quería al hombre que estaba en el baño tomando una ducha, desnudo y mojado. Probablemente tocándose a sí mismo, porque TaeHyung se ponía duro con tanta facilidad que le hacía cuestionarse si sólo era la necesidad del chico o realmente había algo más allí. Algo que TaeHyung jamás verbalizo. Una confesión enterrada que podría hacer latir su corazón como probablemente romperlo un poco por el tiempo perdido juntos, pero lo hecho, hecho está.

Y ahora solo eran ellos.

—Lo siento, Seulgissie... Estoy cansado para fingir que no lo quiero —susurraba con pesar.

Y sólo para dejarlo claro, él no había fingido amar a su esposa, SeokJin había aprendido a amarla. Se había enamorado de Seulgi y había prometido respeterla hasta el día en que uno de los dos dejará de existir, pero nunca creyó que eso sucedería con Seulgi, ellos habían sido felices, con altas y bajas como todos, pero SeokJin le había dado toda su devoción, respeto y fidelidad. Ahora su memoria siempre sería honrada a través del amor que le daría a sus hijos, por ambos.

Pero como hombre, SeokJin estaba agotado... Se sentía perdido y solo, pero no le pasaba eso cuando TaeHyung estaba cerca. Y simplemente ese amor inocente y puro de su adolescencia se estaba volviendo algo hambriento, posesivo y ansioso.

— No sé que carajos estoy haciendo —decía apretando sus ojos e intentando calmar su cuerpo.

No quería tocarse, no así.

¿Qué pasaría si hablaba con TaeHyung? Temía que al hablar sobre sus sentimientos, TaeHyung saliera corriendo. Que no quisiera lo mismo, pero lo quería, TaeHyung deseaba lo mismo que él. ¿O quizás sólo era físico por parte de su amigo y no había realmente sentimientos?

—Estoy viejo para esto —susurraba mientras sentía que su polla se desinflaba luego de unos minutos.

— ¿Para qué estás viejo? —susurraba la voz de TaeHyung.

SeokJin suspiraba y agradecía que su cuerpo estaba más tranquilo ahora.

—Para seguir despierto a esta hora —respondía SeokJin de inmediato.

TaeHyung estaba con su cabello húmedo y traía en su mano la parte superior del pijamas de SeokJin.

—Ven, ponte esto... Estás viejo para andar medio desnudo ¿O quieres enfermarte tú también? —decía más tranquilo.

SeokJin admiraba y envidiaba que TaeHyung se viera imperturbable, sin embargo este estaba muy lejos de estar tranquilo, pero estaba pretendiendo como los mejores. Relamiendo sus labios se acercaba y dejaba que TaeHyung le pusiera la prenda superior.

— ¿Sabes? En mi casa suelo andar ligero de ropa —susurraba con un tono divertido.

—Seguro que sí... Pero déjate esto puesto —mencionaba TaeHyung con su voz nerviosa.

—Me gusta no tener nada encima. Sabes que mi cuerpo es caliente y no hablo de como se ve —mencionaba SeokJin divertido.

—Es cierto. Vives con calor, pero por el bien de tu salud y la mía —susurraba alzando la vista y mirando fijo a SeokJin—. Déjate esto puesto —añadía con voz baja y ronca.

SeokJin notaba como la manzana de Adán de TaeHyung subía y bajaba al tragar. Estaba nervioso. Él conocía al TaeHyung ansioso. Al TaeHyung divertido. Al TaeHyung odioso, al malhumorado. Al pesimista, al personaje peculiar. Al divertido, al somnoliento y cansado. Pero quería conocer al TaeHyung caliente.

Ese que lo estaba mirando fijo ahora mientras abrochaba los botones de su pijamas, así que llevaba su mano a la muñeca de su mejor amigo para impedirle continuar prendiendo la camisa superior.

—Tengo calor ¿Puedo al menos quedarme con la camisa abierta? ¿O eso es demasiado para ti? —se burlaba.

Intentar sonar relajado y juguetón cuando quería saltar encima de TaeHyung era todo un desafío.

—Bien —decía la voz coqueta de TaeHyung. Él no debería estar coqueteando con SeokJin, pero no podía evitarlo. Estaba loco, estaba jugando con fuego—. Dejémos tu camisa abierta, supongo que de paso puedo disfrutar la vista.

«¿Qué carajos?» pensaba TaeHyung, su rostro cálido y colorado.

SeokJin lo encontraba hermoso—. Bien, comenzaré a cocinar algo. Muero de hambre —decía alejándose de TaeHyung.

El azabache largaba el aire contenido agradeciendo las pequeñas clemencias.

— ¿Necesitas ayuda?

—Si tú quieres —exclamaba SeokJin, muy entretenido en preparar la cena de madrugada.

—Puedo preparar unos tragos ¿Es muy irresponsable beber mientras tenemos dos gemelos y una niña que estaba volando de fiebre? —se preguntaba—. Dios, me siento horrible.

SeokJin reía—. Bebemos desde que tenemos dieciséis. Un poco de alcohol y tragos con una baja dosis del mismo, no nos hará nada. ChaeYoung está bien, gracias al cielo. La volví a revisar antes de dejar tu ropa en el baño y no volvió a levantar fiebre.

TaeHyung iba al pequeño bar que SeokJin tenía en la sala para preparar algo ligero, de todas formas no iba a hacer algo extravagante. El mini bar había sido idea de Seulgi, la mujer tomaba como un veterano de guerra y era de las cosas favoritas de TaeHyung.

Eso lo hacía volver a la realidad. Dios, había coqueteado con el esposo de su difunta amiga. Bueno, no era exactamente así, SeokJin había sido suyo ante... Su amigo, su amigo. Carajo. Necesitaba hablar de esto con alguien y había un sólo ser humano casi tan confidente para él como lo era SeokJin.

No podía hablar de SeokJin con SeokJin, necesitaba a su otro confidente.

Tomando su teléfono enviaba un texto rápido que contenía la siguiente frase: "Necesito verte, avísame cuando estés libre".

No estaba seguro si esto era adecuado, pero esta persona ya había sido su confidente en el pasado y tenían una buena amistad y él necesitaba escupir todo lo que estaba sucediendo entre SeokJin y él. O lo que estaba sucediendo en su cabeza, ya no estaba seguro de nada. Pero enviaba el texto, ignoraba el de Jang pidiéndole que dejara a SeokJin y fuera a verlo para cerrar la noche con sexo desenfrenado y volvía a la cocina minutos más tarde de elegir una película. Aún no tenía sueño, jodidamente estaba ansioso y ni siquiera sabía de qué.

Cuando volvia, veía a SeokJin preparando su clásico gimbap, rico en nutrientes y rápido de comer. Estaba casi listo mientras terminaba de cortar en pequeñas porciones.

— ¿Se te antoja? —preguntaba el presumido, con su camisa de pijamas abiertas.

¿Si se le antojaba qué, con exactitud?

— Apresúrate o voy a comerte un brazo —decía entregándole a SeokJin su vaso con su bebida especial que decidía compartir con su amigo. SeokJin lo miraba con esos ojos salvajes y TaeHyung pasaba saliva.

— ¿Sólo un brazo vas a comerme? Ten —se mofaba el bastardo, poniendo su muñeca cerca de la boca de TaeHyung—. Adelante, hazlo.

Los ojos de SeokJin brillaban con diversión y algo más que TaeHyung no podía descifrar (o no queria alucinar y creer que lo había descifrado, pero solo era su imaginación) sin embargo caía en el juego, deseoso de quien sabía qué, hasta que se diera contra la pared del rechazo o la gran incomodidad cuando SeokJin se diera cuenta que el pervertido de su amigo se ponía cachondo con simples juegos.

Pero luego pensaba en que no había sido el único con el mástil en alto en ese abrazo extraño... ¿Y si tan sólo presionaba? «Te sentirás como la mierda después» pero ¿Y si investigaba el terreno con SeokJin «¿Y luego qué? Recuerda que detestas a los heterosexuales curioseando contigo»

SeokJin seguía sonriendo divertido con su brazo en alto y TaeHyung perdía la cabeza cuando agarraba su ante brazo y ponía sus labios en la muñeca de SeokJin, desde la parte de adentro y succionaba un chupón allí.

—Ah, Tae-... Carajo —SeokJin había soltado un gemido y afirmado su mano en la nuca de TaeHyung, tirando allí, justo el cabello de esa zona, enviando un escalofríos a la nuca de TaeHyung que lo hacía soltar la muñeca de SeokJin con una sonrisa traviesa.

Carajo, eso de no coquetear, no estaba funcionando.

—Tú ofreciste tu brazo y yo accedí. Tengo hambre —decía con un puchero.

Carajo, SeokJin estaba cerca de nuevo, sus dedos enredados en el cabello de TaeHyung y este tiraba de ellos y a TaeHyung se le escapaba un gemido, su cabeza maquinaba rápido. Esos dedos nuevamente en su nuca, enredados en su cabello pero empujandolo en dirección a la pol-...

— ¿Y si te hubiera ofrecido otra cosa, chico listo? —susurraba SeokJin—. ¿También lo hubieras chupado?

¿Qué carajos estaban haciendo? Se lo preguntaban ambos, pero no podían detenerse. Era como el juego de la gallina gay, pero ninguno admitiría nada.

—Perdiste tu chance, Jinnie. Tú ofreciste tu brazo y yo lo comí... —sonreía inseguro—. Ya —decía moviendo su cabeza—. Suéltame, idiota —susurraba con voz temblorosa.

Ni siquiera reconocía esta voz que estaba empleando.

SeokJin lo soltaba y sonreía ladino—. Tu turno —susurraba.

TaeHyung imaginaba millones de escenarios con respecto a su supuesto "turno". ¿SeokJin quería dejar un chupón en su brazo? ¿En su clavícula otra vez? Dios, la cabeza de TaeHyung iba a mil por horas—. ¿Mi turno? —susurraba.

—Sí. Suéltame, no puedo cortar gimbap y preparar la bandeja para comer si tú no-... —SeokJin señalaba la mano de TaeHyung, estaba enmarañando la camisa del pijamas—, si tú no me sueltas, no puedo terminar.

—Oh, claro... Sí, que idiota —aclarando su garganta llevaba otro vaso para servirle a SeokJin su propio trago—. Te prepararé un trago.

—Lleva una copa, prefiero vino. Me golpea menos, por si acaso —decía a espaldas de TaeHyung.

—Bien, vino beberemos entonces —afirmaba, terminando su trago.

—Tú puedes beber —exclamaba SeokJin. TaeHyung negaba y llevaba dos copas más el vino favorito de SeokJin.

Minutos más tarde, sentados en el sofá, a una distancia considerablemente cómoda y para nada íntima, habían comido, bebido y opinado sobre la película que TaeHyung había elegido. Habían sido cuarenta minutos tranquilos. Ningún coqueteo, nada de toqueteos que ponían a TaeHyung cachondo y SeokJin finalmente había abotonado la camisa de su pijama.

Ahora solo bebían vino. Pero el teléfono de TaeHyung no dejaba de vibrar.

—Por favor no me digas que es Jang —exclamaba SeokJin, rodando sus ojos.

TaeHyung apretaba sus labios—. De acuerdo, no te lo diré —decía con una voz chistosa y tecleando una respuesta.

SeokJin apretaba sus dientes, bebía su trago de una vez y se tiraba encima de TaeHyung para quitarle el teléfono.

— Mírame a mí —exigía.

— ¡Jin! —decía TaeHyung, gritando en un susurro y riendo—. Dame eso —intentaba tomarlo, pero SeokJin estaba encima de él, prohibiendole tomar el teléfono—. Ya, carajo. Dámelo —decía entre risas graves.

SeokJin no sabía que tenía, pero era muy sexy. Jang era un imbécil en llamarlo así, pero tenía razón.

— Quitamelo —se mofaba, moviendo el brazo para el lado contrario al que TaeHyung atinaba a mover el suyo.

—Ya, carajo. No tenemos diez —se abalanzaba para tirarse encima de SeokJin entre risas, pero era interceptado por el brazo libre de este, sosteniendolo fuerte de la cintura para que no se mueva—. Ay, carajo. No respiro, imbécil.

—Debilucho —decía SeokJin, su pulso acelerado al tener a TaeHyung encima de él hasta que este hacía un movimiento sorpresa y caían del sofá.

¡Mierda!

TaeHyung terminaba debajo del cuerpo pesado de SeokJin, sobre el suelo alfombrado y gemía entre risas roncas. SeokJin sonreía al verlo tan hermoso y tenerlo debajo de él. Su mano había, nuevamente, quedado debajo de la cabeza de TaeHyung para evitar que se golpeara.

Cuando TaeHyung dejaba de reír notaba la posición, estaba debajo de SeokJin una vez más, sus piernas abiertas, el cuerpo de SeokJin sobre él. Y oh... Esa era su polla, abortar, abortar, otra vez. Pero se encontraba congelado, su cuerpo reacio a escapar debajo de SeokJin, claramente.

Maldito bastardo, su razón traicionada por su cuerpo y su mente. Y posiblemente su corazón.

— ¿Qué pasó? ¿Ya no quieres tu teléfono para hablar con tu noviecito cachondo? —se mofaba SeokJin.

TaeHyung relamía sus labios, le estaba costando pensar en esa posición—. Yo no tengo novio y tu teléfono también vibró. ¿Su hermana no te mando nada? —el tono de su voz estaba teñido de celos.

No tendría que haber sido así. Lo había dicho en broma ¿Cierto?

—No me importa. No miré mi teléfono —respondía SeokJin con seguridad y luego arrojaba el teléfono de TaeHyung al sofá. Ellos seguían en el suelo, él seguía entre las piernas de TaeHyung y ambos se volvían hiper conscientes de esa posición cuando SeokJin los miraba a ambos.

Genial, la maldita tensión se disparaba de nuevo. En la atmósfera que los rodeaba y en sus cuerpos. TaeHyung aspiraba con fuerza, su cuerpo tenso debajo del cuerpo (también muy tenso) de SeokJin.

— ¿Estás buscando aplastarme? Deberías moverte —susurraba TaeHyung, sin intenciones de quitárselo de encima.

— ¿Estás diciendo que tengo sobrepeso? —cuestionaba SeokJin empujando a TaeHyung.

Bueno, había sido un empuje con su pierna derecha, pero había sido una mala idea, eso era cualquier cosa, menos lo que sea que podría llegar a parecer un empujón. TaeHyung había mordido su labio inferior para evitar que un gemido saliera de su boca,  pero relamía sus labios y miraba a SeokJin. Había sentido el cuerpo de este empujar contra el suyo en esa posición y sus ideas ya estaban por doquier. No podía tener un puto pensamiento decente.

Sólo era un nervio crudo de sí mismo.

—No. No tienes sobrepeso, pero tu polla está sobre la mía —decía con una voz ronca e irreconocible.

SeokJin apretaba sus labios evitando reír—. ¿Debería decir que lo siento? —susurraba SeokJin, sus labios secos y su pulso acelerado.

TaeHyung podía sentir su respiración inestable, haciendo que su pecho subiera y bajara con grandes bocanadas, apoyándose sobre sus codos se elevaba un poco más cerca del rostro de SeokJin—. No lo sé, Jin ¿Lo sientes? —decía con un tono de voz coqueto.

La cabeza de SeokJin daba vueltas—. Bueno... —su mano se dirigía al pijamas ajeno, sus dedos temblorosos intentando desprender los botones de la camisa de un TaeHyung que relamía sus labios y miraba lo que SeokJin estaba haciendo—. ¿Mal momento para hacer un chiste pervertido? Porque si lo siento —decía con una sonrisa ladina que no tenía derecho a ser tan sensual que ponía a TaeHyung más duro.

Y no, no estaba hablando sobre una maldita disculpa, sino sobre el asunto en los pantalones de ambos.

—Joder... —susurraba TaeHyung cuando sabía que incluso SeokJin había sentido como palpitaba su polla. Pero poco importaba cuando este había desabotonado todos los botones de su pijamas y le quedaba solo uno. ¿Que tan rápida eran las manos de SeokJin? ¿Qué tan embobado y nervioso estaba él para no haberse dado cuenta que su pijamas estaba toda desabotonada?

SeokJin lo miraba una y otra vez, pero TaeHyung tenía sus ojos fijos en su mano, en sus dedos trabajando en su último botón y luego abría la pijamas de TaeHyung y todo el pecho de su amigo estaba libre. TaeHyung jadeaba, bajo y suave, intentando calmarse, pero relamiendo sus labios susurraba con voz ronca—. No estamos en igualdad de condiciones.

SeokJin levantaba la vista de su pecho desnudo y sus miradas se cruzaban por primera vez tan de cerca. El rostro cálido y colorado de TaeHyung era la cosa más bonita. Sus ojos brillaban y él se encontraba un poco muy obsesionado con esto. El silencio era ensordecedor, la película de fondo no importaba, solos sus corazones latiendo atolondrados a la par que sus pollas palpitaban en los confínes de sus pantalones.

La lengua rosada de TaeHyung relamía sus labios y su mano salía disparaba para desabotonar la pijamas de SeokJin. Por supuesto que este lo dejaba, pero cuando uno de los dedos de TaeHyung rozaba su abdomen, su frente caía sobre la ajena, sus alientos se entremezclaban intentando respirar con calma, pero la misma se perdía cuando SeokJin quería desabotonar su propio pijamas más rápido y TaeHyung metía sus manos para ayudarlo. Era desprolijo, era desesperado y urgía llevarse a cabo rápido para sentir la piel del otro.

Ninguno sabía que seguiría después de esto ¿O quizás si? La oscuridad de la sala les daba cierta valentia, pero no podían pensar, necesitaban piel con piel mientras TaeHyung era prisionero del cuerpo de SeokJin y cuando finalmente este tenía la pijamas abierta de par en par, gracias a la ayuda ansiosa de TaeHyung, iban a continuar jugando con fuego para molerse entre ellos. Piel con piel, el cuerpo pesado de SeokJin sobre el de TaeHyung. SeokJin necesitando restregarse contra el cuerpo de su mejor amigo y TaeHyung demasiado cegado por la necesidad de tener ese pecho desnudo sobre el suyo que no podía evitar gemír cuando se encargaba de apartar la prenda del pecho y hombros de SeokJin con desesperación.

La cabeza de TaeHyung iba a mil por horas, no quería detenerse a pensar ni siquiera en el después. Estos eran él y SeokJin, en el suelo, a medio vestir listos para moverse con desesperación contra el otro.

—Hazlo... —ordenaba SeokJin, mientras tomaba el rostro de TaeHyung y mordía su mandíbula.

Un pequeño shock eléctrico—. Ah ¿Que estamos haciendo? —decía con sus párpados pesados y su piel caliente, listo para sentir a SeokJiln contra su cuerpo mientras parecía irreal tener esa boca delineando su mandíbula. Con lengua y dientes.

Había sentido el pecho desnudo de SeokJin firme y caliente contra el suyo. La polla de su mejor amigo moliéndose contra la suya mientras él lo sujetaba de la nuca para que SeokJin siguiera con esos besos a un lado de su rostro que lo tenían drogado.

— A-ppa... —llamaba Chae desde su habitación, siendo el balde de agua fría que necesitaban—. A-ppa, ven —decía con su voz aniñada.

SeokJin parpadeaba y TaeHyung entraba en pánico—. Ah-... Mierda, mierda, mierda —rápidamente empujaba a un SeokJin que salía de su trance, se ponía de pie y acomodaba su camisa.

—Yo-...

—Ve con Chae, ve. —decía TaeHyung de pie, dándole la espalda y abotonando su camisón rápidamente.

SeokJin hacía lo mismo, maldiciendo al universo, no a su hija y salía de la sala, TaeHyung miraba hacia atrás y luego fregaba su rostro. Su cuerpo aún ansioso, su líbido en su punto más alto. Sus manos temblaba con sus piernas. Su lujuria suelta y su deseo por ese hombre desbordando su propio cuerpo, necesitaba un jodido trago más fuerte.

Carajo. ¿Qué mierda estaban haciendo? ¿SeokJin siquiera era consciente? ¿Se sentía demasiado sólo como para haber jugueteado de esa forma con TaeHyung?

Sirviendo un rápido vaso de whisky lo bebía de una y se rehusaba a huir. Tenía muchas ganas de hacerlo para ser honestos, pero si ChaeYoung no se encontraba bien y SeokJin corría con ella a la guardia, él iba a tener que cuidar de los gemelos.

No, huir no era una opción, pero quedarse era una locura. Especialmente cuando su polla seguía dura como mástil dentro de sus pijamas.

Ah karay se desacataron... 🧍🏻‍♀️🔥

Lxs leo UwU 😊

Con amor niñita Nanykoo 💜

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