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Kim Seok Jin descendía de una familia de Alfas. Él pertenecía a una larga lista de generación de esta casta. También debido que ambos padres lo eran cuando él fue concebido. Todos sabían que el chico sería un Alfa puro, el primero en casi cien generaciones.
Su progenitor era el Alfa y su madre también lo era, la cual había cambiado su rango a Delta luego de la Unión con su padre, misma unión que sucedió luego de haberlo concebido con sumo éxito. No sé necesitaba esperar por la "presentación" de Seok Jin para saberlo, él era un Alfa puro.

TaeHyung por su cuenta venía de generaciones previas variadas. Alfas, betas, omegas. Por lo que no se sabía con exactitud a qué casta podría pertenecer una vez que esta se presentara. Debido a la gran amistad que ambas madres habían formado, era inevitable que estos dos crecieran y se criaran juntos debido a que los padres de TaeHyung eran de la manada que lideraban los padres de Seok Jin.

Habían creado un lazo de mejores amigos, inevitablemente. Siempre juntos, husmeando de un lado a otro. Jugando aquí y allá. Haciendo de las suyas mientras sus padres se encontraban trabajando y sus madres se juntaban. Los padres de Seok Jin dirigían la manada que se encontraba en la ciudad de Bucheon. Eran encargados de mantener el orden en la comunidad, defender a aquellos que recién llegaban sin hogar alguno. Mantener la paz entre cada jerarquía.

Se sabía que había rebeldes buscando destruir lo que habían logrado y solo querían desestabilizar todo. Destruir el orden y la paz. Era importante proteger a la gente que estaba bajo el mando de los padres de Seok Jin. Claro que nadie estaba obligado a quedarse si la cosa se ponía muy peligrosa o difícil. Pero si se quedaban bajo su mando, tenían por seguro que serían protegidos.

Ambos chicos habían crecido entre vídeojuegos y deportes variados, disfrutando de la compañía mutua y echándose de menos cuando no se veían lo suficiente. En la primaria TaeHyung solía defender a Seok Jin de aquellos bravucones que lo molestaban y pretendían hacerlo enojar con todo. Pero Seok Jin era demasiado calmado y centrado, algo que iba en contra de su naturaleza. TaeHyung en cambio siempre había sido un niño temperamental, uno que se enfadaba realmente demasiado cuando molestaban a su mejor amigo. Marcando terreno para protegerlo y mantenerlo lejos de los imbéciles. Debido a esto, muchos sospechaban que TaeHyung sería también un Alfa, para aquellos que los miraban desde afuera, él llenaba los requisitos de la casta a la perfección.

[Año 2005]

Habían pasado unos días en los que TaeHyung y Seok Jin no se habían visto, debido a las faltas que TaeHyung había tenido por estar con malestar, así que finalmente lograban reunirse en casa de Seok Jin.

—¡Te dije que fueras para aquel lado! —gritaba TaeHyung.

—Necesitaba sacarme la duda para saber si se podía avanzar o no, lo siento —exclamaba Seok Jin.

TaeHyung bufaba mirándolo de reojo, pero luego notaba el buzo que Seok Jin llevaba arremangado y veía una raspadura en el codo. Aún estaba colorada y fresca. La sangre de TaeHyung hervía y soltaba el joystick de repente y tomaba el brazo de Seok Jin sin cuidado alguno, sorprendiendo a éste.

— ¿Te volvieron a molestar? —preguntaba furioso—. No asistí a clases y ¿lo primero que hicieron fue molestarte?.

Seok Jin suspiraba y paraba el juego, se soltaba delicadamente del agarre de su mejor amigo y le sonreía tiernamente.    

—Tae, te irás pronto a Japón. Ya déjalo pasar es algo que sucederá hasta terminar la preparatoria o si tengo suerte, eventualmente se cansaran

—Dios, Jinnie. Eres un jodido Alfa. Debes imponerte

—Tengo trece, no es algo seguro que sea un Alfa —respondía—. Ese eres tú. Mírate todo temperamental

—Hablo en serio, todos saben que eres un Alfa puro y por eso buscan sacarte de quicio, solo dales lo que quieren —incitaba el otro adolescente.

Seok Jin reía y se ponía de pie para estirarse—. Existe una mínima posibilidad que sea Omega, sin importar que mis padres sean Alfas.

Seok Jin hablaba muy despistado y metido en su mundo mientras que TaeHyung aprovechaba esos momentos para mirarlo detenidamente, hacía varios meses que se sorprendía de si mismo por mirar a su mejor amigo de esa forma tan intensa. Por mirar con detenimiento sus ojos rasgados y sus labios carnosos. Y esos hombros que parecían crecer un poco más cada mes.

Desde que habían entrado a la pre adolescencia había notado que Seok Jin era increíblemente apuesto, como decían en los pasillos de la escuela. Y aunque este lo negara tenía ese porte de Alfa siendo de contextura más ostentosa que la suya propia. Era dueño de ese bonito rostro que TaeHyung pensaba demasiado en las noches. Repasando las sonrisas que su amigo le brindaba en lo que iba del dia.

— ¿Escuchaste lo que dije? —soltaba Seok Jin en su oreja. Obligándolo a voltear de repente y quedar cara a cara.

—Yo... ¿Qué? —balbuceaba el chico.

Seok Jin tocaba su frente—. ¿Estás seguro que te sientes mejor? —TaeHyung le quitaba la mano de repente y el castaño se alejaba y apoyaba sobre la puerta riendo de lo distraído que era su amigo—. A veces me pregunto ¿En qué piensas cuando te vas por unos segundos? —se cruzaba de brazos y entrecerraba sus ojos. TaeHyung se ponía rojo de la vergüenza, si tan solo supiera—. En fin, dije que quizás tengan razón. Que tú seas el Alfa y yo el Omega.

TaeHyung se ponía de pie de inmediato—. Oh, Jinnie. Si es así....sabes que voy a marcarte —decía en tono burlon, mientras se acercaba peligrosamente.

—Si, claro. ¿Lo harás por llamado telefónico mientras tú vives en Japón y yo aqui? —TaeHyung se ponía serio, haciendo un pequeño mohin—. Aparte no vas a marcarme solo por ser tu amigo, ni yo a ti. Dado fuera el caso de que sea Alfa. Puedes conocer a tu pareja destinada

—Esa idiotez no existe y ahora me deprimí porque debo irme —se cruzaba de brazos frente a su amigo. Seok Jin no tardaba en poner sus manos sobre los hombros de TaeHyung, éste lo miraba de inmediato.

—Cuando se confirme que eres un Alfa, no olvides decírmelo. Y ten cuidado, no seas una bestia irracional queriendo morder por ahí —empujaba a TaeHyung y este bufaba, pero se recomponía de inmediato acortando la distancia con el otro chico.

—Y tú no vayas a estar de desesperado buscando un Alfa —se burlaba acercando su rostro—. Prométeme que no te dejaras marcar por ningún imbécil si resulta que eres Omega

—Mmm... ¿Lo prometo? —cuestionaba.

—Y si eres Alfa...bueno, yo me encargaré de buscarte un Omega —mencionaba, haciendo estallar a Seok Jin en una risa estruendosa.

—De acuerdo, siempre y cuando vuelvas de Japón —mencionaba el castaño, más serio.

—Prometeme que no dejaras que nadie más te moleste, Alfa u Omega ponlos en su lugar —TaeHyung levantaba su mano y dejaba ver su dedo meñique.

Seok Jin suspiraba, pero entrelazaba su meñique al de su amigo—. Prometo que pondré en su lugar al que quiera molestarme. Puedes estar tranquilo

—Hablo en serio Seok Jin. Que nadie quiera venir a exigirte nada solo por ser hijo de dos Alfas, que da la casualidad son los superiores de la manada

—Bueno, mi madre ahora es Delta

—Pero eso no cambia su naturaleza, ellos tuvieron éxito. Aunque no hayan sido una pareja destinada —TaeHyung resoplaba otra vez, mientras cruzaba sus piernas y se paraba formando un cuatro con éstas. Como si estuviera apoyado contra una pared—.  Parejas destinadas, nadie cree en esa porquería hoy en día

—No digas esas cosas, sé que bajo todo ese temperamento sueñas con encontrar a tu pareja destinada —le daba un empujón que desestabilizaba al azabache por su ridícula parada y por poco terminaba en el piso, pero Seok Jin lo sostenía con fuerza de su cintura. El rostro del adolescente quedaba pegado al del castaño quien de inmediato sonreia—. Lo siento... —susurraba Seok Jin.

TaeHyung comenzaba a sentir un calor que venía acrecentandose de a poco cada vez que estaba cerca de Seok Jin. Pero que ahora lo estaba haciendo sentir demasiado ansioso. Su rostro se había puesto rojo y eso había llamado de inmediato la atención del otro chico.

—Oye, Tae ...

—Creo que me ha vuelto levantar fiebre... —se alejaba de Seok Jin de inmediato dándole la espalda. Pero de repente notaba el olor que el otro jovencito emanaba, preocupación—. No te preocupes, te dije que estoy bien.

Seok Jin ponía su mano en el hombro de TaeHyung y lo volteaba. La sensación que había inundado el interior de éste al ver los ojos avellanas del castaño lo habían hecho llenarse de temor y también sentía otras sensaciones que habían querido despertar antes junto a Seok Jin pero TaeHyung lograba escabullirse. Solo que justo ahora ahí en aquella misma habitación, no había forma de negar lo que estaba aconteciendo.

—Ay, mierda ... —susurraba. Seok Jin lo miraba sorprendido completamente ajeno a lo que TaeHyung estaba experimentando—. De-debo irme.

Salía corriendo de la vista del castaño y tomaba sus cosas presuroso, Seok Jin no entendía el arrebato pero tampoco había sido la primera vez que TaeHyung se alejaba de esa forma. Sabía de antemano que correrlo era en vano. Al bajar lo escalones se encontraba de lleno con la madre de Seok Jin.

—¡Oh, Tae! Cariño ¿Estás bien? —preguntaba la mujer.

TaeHyung comenzaba a rodearla para ir en dirección a la puerta—. Lo siento, señora Sunny

—Oh, Tae... —la madre de Seok Jin se tocaba la nariz—. Cariño...

— ¿Que suced- oh...? —el padre de Seok Jin aparecía y Taehyung se ponía rojo de la vergüenza mientras se rascaba con ansiedad diferentes partes de su cuerpo.

—Oh, dios. Seok Jin ... —exclamaba la señora Kim.

—Lo siento, necesito irme. Adiós —TaeHyung se despedía de inmediato y salía corriendo sin mirar atrás.

Los padres del castaño se miraban sorprendidos al haber notado el aroma que destilaba TaeHyung ahora. Ya no era uno neutro, era dulce muy dulce, ambos habían corrido escaleras arriba esperando sentir el aroma de Seok Jin y confirmar lo que sospechaban y lo que habían querido. Su hijo siendo un Alfa puro. Pero mientras más se acercaban notaban que realmente no había aroma alguno. Solo el dulce que TaeHyung había dejado, entremezclado con el olor de los nervios.

— ¿Jinnie? —sus padres entraban y notaban al castaño guardando la consola y sus juegos.

—TaeHyung dijo que se sentía mal y se fue. De nuevo salió corriendo de mi —exclamaba con algo de tristeza—. ¿Le avisas a su mamá que estaba descompuesto otra vez? Voy a llamarlo en unos momentos.

Sus padres se miraban y notaban el olor neutro que Seok Jin aún poseía. Por un momento habían especulado que los niños se habían correspondido mutuamente y eso había hecho que la "presentación" no solo fuera en TaeHyung, sino también en Seok Jin. Pero el castaño seguía igual.

— ¿TaeHyung-ie no te dijo nada antes de irse? —preguntaba su padre.

—No, solo comenzó a sentirse mal...creo que la fiebre le había vuelto ¿Por qué me ven así?.

Su madre se preguntaba si era buena idea revelarle lo acontecido, ya que claramente él era el causante por el cual TaeHyung finalmente había definido su casta. Era Omega, y había sido obvio para ambos padres que Seok Jin había sido el motivo.

— ¿Creen que él ya se haya definido? ¡Oh, que tonto soy! —el chico se golpeaba la frente—. Seguramente eso y yo ni siquiera lo supe notar. Que mal amigo soy, que mal amigo soy —repetía acongojado—. Estoy seguro que es eso, se debe sentir ansioso y seguramente asustado, porque TaeHyung no lo dirá en voz alta, pero aparte de estar naturalmente irritado, tiene miedo.

El jovencito hablaba con tal seguridad que su madre seguía haciéndose la misma pregunta. ¿Eran destinados? O ¿Solo eran muy buenos amigos?. Seok Jin aún no se había definido, de hecho le estaba llevando bastante tiempo, por un momento pensaron que se debía a qué su madre también había tardado en despertarse. Eso podía pasar, pero aún así también creían que sería obvio al sentir el aroma del niño, pero eso los desconcertaba un poco porque no lo habían sentido ni una vez. Y por sobre todas las cosas, Seok Jin ya se encontraba en una edad en la que tendría que haber desarrollado un temperamento fuerte debido a su naturaleza, pero el chico era relamente pacífico y centrado. Aún con la burlas que recibía, no pasaba más allá de un enojo normal.

Todavía seguían con la inquietud de alguna falla en la genética del niño y era algo que ni ellos ni su manada esperaban. De hecho su Unión era muy riesgosa para Sunny, pero lo habían intentado de igual forma. Eso había aumentado el respeto en la comunidad, y hacía más llevadera su autoridad. Dos Alfas que habían logrado congeniar y procrear, era algo de respetar.

Esa misma tarde noche, Seok Jin se encontraba llamando a su mejor amigo pero a cambio su mamá había atendido el teléfono. Le había dicho que se quedará tranquilo que TaeHyung estaba bien y que no, que no había tenido su despertar ni mucho menos, él solo estaba descompuesto. Seok Jin le creyó porque había sido lo mismo que sus padres le habian dicho. Él por su parte no había sentido aroma alguno de su amigo porque no había desarrollado el olfato, ni la vista, ni absolutamente nada.

Pero como era de esperarse los días pasaban y Seok Jin necesitaba ver a TaeHyung, podía apostar que el chico no estaba bien. Y él tampoco lo estaba, el día de irse a Japón se aproximaba y era algo inevitable debido al trabajo del padre de TaeHyung. Pese a que estaban siendo ayudados, no estaban teniendo los ingresos que necesitaban. Debido a esto había surgido la posibilidad de crecer en otro país. Los Alfas de la manada tenían contactos allí que cuidarían de la familia Kim.

Si en algún momento volvían nuevamente, su lugar en la manada seguiría allí, y si no volvían sabían que de igual forma tenían un lugar con ellos. Así era como se arriesgaban a salir de su comunidad para ir a otro país que le ofrecía a su padre un mejor puesto laboral. Los últimos días TaeHyung y Seok Jin casi no coincidían. TaeHyung estaba estudiando desde casa y Seok Jin, seguía lidiando con los imbéciles de la escuela. Se comunicaban mediante correo electrónico, pero el castaño sabía que TaeHyung estaba triste y eso lo entristecía. Y TaeHyung, éste definitivamente sabía cómo Seok Jin se encontraría. Pero lo mejor  era continuar, Seok Jin no había sentido lo que TaeHyung si, eran niños. Sus padres le habían dicho que quizás solo su atracción a Seok Jin había despertado su Omega, pero que este fuera su pareja destinada era imposible por dos cosas.

Nadie creía en las parejas destinadas y Seok Jin, quien estaba al otro lado del extremo receptor, no había sentido absolutamente nada. El chico aún seguía sin casta alguna. Así que no, no se quedarían en Bucheon solo por la fascinación que TaeHyung parecía haber desarrollado por su mejor amigo con el correr de los tiempos. Tanto sus padres como los de Seok Jin le habían asegurado que éste solo había ayudado a despertarse y a definirse como tal. Que no tenía que sentir miedo alguno porque la conexión que sentían solo se debía a la buena relación que tenían.

Aunque Sunny tenía sus sospechas pero no iba a ir en contra de lo que la familia Kim había decidido. De hecho gracias a ella los padres de TaeHyung habían accedido a qué estos dos pudieran despedirse una noche antes de irse. Ya que cenarían una última vez juntos y verían a los mas cercanos de la manada para una digna despedida. Seok Jin se encontraba demasiada ansioso esperando poder ver a su mejor amigo y TaeHyung se encontraba de igual forma, pero también incómodo a más no poder. Incomodidad de la que todos los presentes sabían menos Seok Jin.

Al abrirse la puerta para que la segunda familia Kim pudiera ingresar, TaeHyung venía detrás de sus padres con un aire más cohibido que de costumbre.

—¡TaeHyung-ie! —Seok Jin pasaba por en medio de los adultos y se abalanzaba para abrazar al muchacho. Él no correspondía al abrazo frente a los adultos.

—Jinnie, hey ... —pedía TaeHyung, logrando que Seok Jin cortará el abrazo.

—Logré pasar al siguiente nivel del juego ¿Que te parece si jugamos un par de partidas hasta de que esté la cena? —pedía el castaño con inocencia.

TaeHyung miraba a sus padres pero rápidamente Sunny daba la orden—. Pueden ir a jugar arriba, cuando esté la cena yo me encargaré de llamarlos. Vayan.

Seok Jin daba un golpe a TaeHyung para sacarlo de su letargo y que lo siguiera a su habitación. TaeHyung iba a paso lento, todos los adultos sabían la ansiedad que el chico estaba sintiendo y se sentía jodidamente expuesto, venía ya tiempo con esa ansiedad desde que se había definido. Al llegar a la habitación de Seok Jin lo encontraba parado en el centro con esa bonita sonrisa que había recordado todos estos días que no lo habían dejado verlo.

Entraba en silencio cerrando la puerta mientras miraba sus pies y rascaba su nuca incómodo—. ¿Y cuál es el nivel al que pasaste?

—No respondiste mi abrazo cuando te saludé en la puerta ¿Te encuentras bien? —Seok Jin ladeaba su cabeza y TaeHyung sentía ésta extraña necesidad de ...

—Lo siento, seguro y me extrañaste demasiado ¿No? —TaeHyung se acercaba con porte relajado y abrazaba a su amigo.

Seok Jin correspondía apoyando su barbilla en el hombro del otro chico y éste se escondía en la curvatura de su cuello, aspirando la fragancia neutra que Seok Jin tenía, pero que de igual forma le quitaba la ansiedad y tristeza que venía sintiendo por haber estado alejado del chico.

Seok Jin no lo sabía, no tenía como notarlo pero TaeHyung estaba impregnando su aroma inconscientemente en él en aquel abrazo. Había suspirado y se había aferrado con fuerza. Seok Jin sentía que ese abrazo era diferente a cualquier otro que habían compartido alguna vez, así que se le devolvía con la misma intensidad.

—Prométeme que no tendrás otro mejor amigo como yo. Soy irremplazable, Kim TaeHyung —murmuraba Seok Jin.

TaeHyung apretaba sus ojos y asentía—. Siempre lo serás —respondía de forma débil—. Esto es una porquería —murmuraba luego.

Seok Jin cortaba el abrazo y lo miraba curioso con un deje de tristeza—. Espero y no te refieras a mi abrazo.

TaeHyung reía secamente y tomaba al castaño por los hombros—. Eso fue lo mejor de estos días

— ¿Te sientes bien? Digo, yo creí que tú te habías definido pero mis padres dijeron que no fue así ¿Entonces, te sientes mejor? —preguntaba inocentemente.

TaeHyung reía desganado y se forzaba a responder—. Estaré bien ¿Jugamos?.

El adolescente lograba distraer a su amigo e intentaba distraerse él mismo, disfrutando aquel último día. Estar con Seok Jin lo había calmado en demasía y los adultos lo habían notado en la cena. TaeHyung ya no se encontraba ansioso, pero tampoco podría decirse que tenía un gran humor. Había tristeza, pero las cosas ya estaban decididas, se irían y si con el tiempo lograban mejorar podrían volver, pero no era algo de lo que se hablaba demasiado. La casa de los Kim se habían llenado de las familias más cercanas y conocidas dentro de su comunidad, que habían asistido a despedir a la familia Kim.

Habían más niños y otros adolecentes correteando en el patio de la gran casona que la familia de Seok Jin poseía. Les habían pedido a los mayores chicos cuidar de los más pequeños, y por lo tanto habían terminados involucrados en un juego de escondidas. Escapando del radar de los menores. Todos se habían disipado para correr a diferentes escondites, pero TaeHyung se encontraba siguiendo la fragancia neutra de Seok Jin y terminaban escondidos en el cuarto de limpieza.

—Oye, ya está ocupado —soltaba el castaño dando un manotazo a la figura que recién entraba.

—Soy yo, Jinnie —exclamaba TaeHyung.

—Aún así está ocupado y no entramos ambos —decía entre risas.

—Oh, vamos. No quieres lidiar con esos niños y yo tampoco. No me abandones allí afuera —daba un débil puñetazo al abdomen del castaño.

—Ten cuidado —pedía Seok Jin susurrando.

TaeHyung se acercaba más a su amigo, podía verlo a la perfección aún en medio de la oscuridad.

"Vi a Seokjinnie por aquí" soltaba una voz aniñada.

—Ojala y no nos encuentren —susurraba el más alto de los dos—. Podría esconderte aquí y que tus padres no te lleven ¿Es una gran idea, no? —mencionaba con risa triste.

—Me agrada esa idea —respondía TaeHyung, dando un paso hacía adelante.

Seok Jin se encontraba por completo contra la pared.

— ¿Volverán? —preguntaba con tristeza.

TaeHyung suspiraba—. Mi padre dijo que eventualmente lo haríamos, pero no sabe cuando tiempo le tomara crecer como él espera. Me explico detenidamente y nos conviene irnos. ¿Vas a extrañarme? —preguntaba con cierta inquietud dando otro paso que acortaba la distancia entre ambos.

—Sabes que si, pero no olvides que prometimos hablar todos los días —susurraba Seok Jin.

—No lo olvídare, soy pésimo hablando japonés. No creo que vaya a hacer amigos —se burlaba TaeHyung de él mismo. Mientras otro paso lo dejaba mucho más cerca de Seok Jin.

—Puedo darte clases online. Eso me asegurará que seguirás frecuentándome aunque te vuelvas un Alfa popular —se burlaba con cierto desgano—. No vayas a olvidarte de mi, aunque te vuelvas un Alfa super cool.

Ambos reían bajito para que los demas chicos no los escucharán, TaeHyung daba un último paso y Seok Jin suspiraba entrecortadamente.

—No voy a olvidarte si prometes no olvidarme —mencionaba TaeHyung, en un susurro.

— ¿Pinky promise? —Seok Jin levantaba su mano y dedo meñique. Pero TaeHyung posaba su mano encima de la suya para bajarla—. ¿Que haces? ¿Por qué lo bajaste? —cuestionaba el castaño.

— ¿Puedo darte algo antes de irme? —preguntaba el azabache.

— Si, claro que puedes.

"¡TaeHyung es hora de irnos!" Gritaba su madre a la distancia.

— ¿Puedes cerrar los ojos, Jinnie? —exclamaba TaeHyung apresurado.

Seok Jin suspiraba—. No veo nada de todas formas

—Oh, vamos  hazlo por mí —pedía TaeHyung.

—De acuerdo.

TaeHyung aprovechaba el momento y hacía lo que venía deseando en demasía desde hace tiempo, se acercaba para sellar la promesa con un suave primer y casto beso. TaeHyung tenía sus ojos cerrados, no podía notar la cara de sorpresa, pero si sabía que Seok Jin estaba completamente sorprendido. Notaba como los labios de éste eran suaves y pomposos.

Mejor de lo que había imaginado.

Seok Jin sentía sus orejas arder por lo que su amigo había hecho, pero no se había alejado. Se había dejado besar, le había gustado el suave roce. TaeHyung había esperado poder despertar literalmente algo dentro dentro del chico, pero seguía siendo el mismo. Luego de unos segundos se separaba de forma lenta y miraba atentamente a Seok Jin en la oscuridad.

— ¿Por qué-...? ¡Oh! —Seok Jin notaba los bonitos ojos celestes que por poco y brillaban en aquel cuarto oscuro.

—Soy un Omega, Jinnie —mencionaba en un susurro que no sonaba desganado por no haber sido Alfa, como todos esperaban.

Sonaba desganado por no haber despertado lo que Seok Jin si le había despertado a él.

—Eso es... ¿Cuándo lo supiste?

—Esta semana. La picazón fue horrible —mencionaba con la intención de hacer reír a Seok Jin, pero éste seguía anonadado.

—Ten mucho cuidado —pedía Seok Jin.

—Debes ser un Alfa, Jinnie —susurraba el azabache—. Mi Alfa —pedía.

La puerta se abría y la niña que estaba a cargo de encontrarlos gritaba un fuerte—: Piedra libre, Seok Jin y TaeHyung.

Bueno, saliendo de lo que suelo escribir. Tengan en cuenta que más allá de lo que hayan leído o conozcan, cada escritor hace lo que se le plazca con este mundo o en si en el género fantástico y universos alternativos (mientras tenga coherencia y cohesión, repito) busque mucha información y logré formar esta historia.

En fin. Muy pronto, tenganme paciencia y espero no arruinarles el género. Y no, ninguna historia será abandonada, no se preocupen.

Díganme qué piensan, yo quedé enamorada de la portada jejejeje

Nany

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