~2~

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

[Año 2008]

Seok Jin iba por sus 16 años de edad y el bullying parecía recién comenzar. Aunque no era así. La verdad era que el chico era el punto de muchos y eso no había cambiado, de hecho había empeorado luego de la ida de TaeHyung, porque no había nadie quien lo defendiera. Y al ser el centro de atención de muchos abusivos, bueno, el chico tampoco tenía amigos.

El inicio era siempre el mismo:
'Vamos, niñito mimado de Alfas. Muéstranos quien manda'

Y luego llegaban los golpes y las patadas que lo único que hacían era sacarle un par de lágrimas al castaño, pero ningún instinto animal. Ninguna voz de mando que salía desde el fondo de su garganta. Nada. Solo impotencia y cansancio porque era algo de nunca acabar. Ningún despertar de nada, solo nuevos moretones, los cuales al llegar a casa comenzaba a curar por cuenta propia para que sus padres no lo supieran.

Seok Jin siempre se cubría la cara y los abusivos no eran imbéciles. No marcaban su rostro para que ningun superior estuviera al tanto del maltrato. Y mucho menos sus padres, los Alfas de la comunidad. Sino estos chicos quedarían expulsados de la escuela y los mal aprendidos sabían muy bien que el castaño no diría nada a nadie. Así que abusaban peor del muchacho.

El líder era nada más y nada menos que Lee Ho-Seok, apodado Wonho, alguien que hacía poco había tenido su despertar y era un Alfa. Como todos lo sospechaban y otros predecían. El chico tenia a Seok Jin de punto desde que eran niños y debido a que sus padres trabajaban con los de Seok Jin como secretarios principales, bueno... El chico tenía un complejo de inferioridad que no deseaba demostrar con el famosísimo 'puro Alfa' que todos esperaban de Seok Jin. Entonces lo golpeaba y humillaba a más no poder. Pero Seok Jin nunca se quejaba.

Aquel mediodía estaban todos insistiendole en que usará su voz de mando para dominar al chico. Nadie se rehusaba al insoportable chico ahora que utilizaba ese truquillo en el cual había estado practicando para poner por obrar y para tener a todos comiendo de la palma de su mano. Algún que otro Alfa se doblegaba con el imbécil, como era de esperarse. Y Seok Jin era su víctima ese jueves, mientras caminaba con sus libros de química, pero un gran empujón en su espalda lo obligaba a caer de cara y por poco doblar uno de los dedos de su mano al intentar apoyar esta sobre el piso.

Seok Jin había avanzado apenas una cuadra de su escuela y tenía al adolescente hormonal de Ho-Seok, sus lacayos y los mirones que siempre observaban como golpeaban al hijo de los Alfas de la comunidad, caminando trás él.

—Puro Alfa, detente —pedía el chico con vanidad. Seok Jin ya se había puesto de pie en medio las risas y luego había detenido su andar y suspiraba. Mierda, sus costillas aún dolían de la paliza del miércoles pasado, pero aún así, el castaño siguió caminando luego—. ¡Que te detengas, Kim Seok Jin!.

Y ahí estaba la voz de mando, haciendo que muchos se encogieran en sus lugares. Seok Jin se detenía, solo por haberlo oído gritar y le había parecido muy chistoso como el muchacho sonaba. Suspiraba y se giraba:

—Vete al infierno, Ho-Seok —exclamaba.

Los susurros resonaban cada vez más fuerte, era la primera vez que Seok Jin contestaba de esa forma. De hecho era la primera vez que el castaño siquiera hablaba con el tipo en cuestión. Y todos mencionaban que el chico parecía totalmente indiferente a la voz de mando.

—Maldito fenómeno ¿Acaso no te animas a decir 'vete a la mierda'? —se adelantaba el pelinegro empuñando sus manos.

—Sería más entretenido ver cómo te quemas y no mandarte a la mierda porque ya hueles como tal —respondía Seok Jin.

Muchos reían y otros daban por muerto al 'fenómeno puro Alfa'.

¿Qué acabas de decir, pedazo de mierda? —insistía con rabia el muchacho de pelo negro.

—Yo soy al que viven golpeando y sin embargo ¿Tú tienes el cerebro atrofiado y no entiendes unas simples palabras? —replicaba Seok Jin.

—¡Maldito fenómeno! —gritaba el otro chico tomándolo del cuello de forma amenazante—. Pedazo de mierda, discúlpate y quizás la paliza no sea tan fuerte

—¡Aish! —se quejaba Seok Jin—. ¡Ya golpeame que tu maldito pavoneo de media hora me hace perder demasiado tiempo. Pedazo de mierda con patas!.

'¿Qué dijo?'
'¿Cómo va a responderle así?'
'Él usó su voz de mando y el fenómeno lo ignoró'
'Le van a romper todos los dientes'

Y muchas más palabras resonaban entre los alumnos.

Eres un fenómeno muerto y tu cara no va a salvarse ésta vez —exclamaba Ho-Seok.

Y un puñetazo directo al ojo izquierdo de Seok Jin aterrizaba.

Aquel mediodía el castaño había terminado en la enfermería de la escuela, casi desvanecido pero no del todo. Sus padres habían llegado preocupados y pedían que por favor les diera el nombre del grupo de chicos que le habían hecho eso. No estaba bien abusar de una persona de esa forma. ¿Qué tipo de chicos eran los que tenían ese comportamiento y estaban creciendo con el mismo dentro de la comunidad?.

—Mamá, no voy a decirte, a ninguno o se pondrá peor para mí. Ya olvidenlo, estoy bien

—Seok Jin ¡Mira tu maldito ojo, niño! —gritaba su padre—. Esto no está bien y no decir nada claramente no sirvió ¿Hace cuánto eres víctima de este tipo de abuso?

Seok Jin suspiraba y miraba hacia otro lado—. Déjenlo así. No importa y no me ayudaría

—Ayudaría a identificar a este tipo de mentalidad que se está formando dentro de nuestra comunidad —mencionaba su madre más calmada que su padre—. Sino podemos cuidar de nuestro propio hijo ¿Cómo lo haremos con las familias que tenemos bajo nuestro mando?

—Un día se aburrirán —afirmaba Seok Jin.

— ¿Y eso cuando sería para tí? —cuestionaba su padre—. ¿Cuando te definas? ¿Y cuando demonios crees que va a pasar eso?.

Su madre miraba a su padre con una mirada que podría haberlo hecho polvo. Este tema era delicado, pero ellos se esforzaban por no mostrarse ansiosos frente a Seok Jin.

— ¿Tú también crees que soy un fenómeno o tienes miedo que sea un simple beta? —cuestionaba el adolescente.

—Olvida lo que dijo tu padre —exclamaba la mujer—. Danos un nombre

—No

—Seok Jin —su madre utilizaba aquel tono que Seok Jin definía como el 'tono final' antes del castigo. El cual él obedecía por miedo a perder sus video juegos—, danos un nombre, ahora.

Era la voz de mando y Seok Jin jugaba con sus dedos de los nervios, miraba éstos mientras los enredaba y jugaba con ellos. Sus padres sabían que el chico cedería, tenía qué y siempre lo hacía.

—Mamá... —suspiraba y alzaba la mirada—. Lo lamento pero no te daré ningún hombre

— ¡Seok Jin! —gritaba su padre con su voz de mando, mientras que la mujer estaba atónita ante la desobediencia.

—No. Lo. Haré —puntuaba y agachaba la cabeza para no tener que lidiar con la mirada de sus padres.

Seok Jin no había obedecido, Seok Jin ni siquiera había sentido temor. Él solo quería terminar el maldito día y volver a casa, para ser miserable al día siguiente nuevamente. Pero los Alfas quedaban con sus ojos demasiados abiertos de par en par, el niño no había obedecido, el niño de hecho estaba inmutable, sin siquiera temblar bajo la mirada de ambos.

Al llegar a la casa Seok Jin se había ido a duchar y a curar las heridas que la enfermera de la escuela no había visto y de las cuales no estaba al tanto. Tenía que prepararse para hablar con TaeHyung por video chat, y ya se estaba haciendo la hora. Estaba pensando en cambiar de idea y no hablar con él, porque sino notaría su rostro y el enorme ojo negro que tenía ahora. Pero conociendo a TaeHyung, el chico insistiria en saber por qué diablos no querría tener un vídeo chat.

Mientras tanto en la sala, sus padres estaban verdaderamente preocupados.

—Él no respondió ni a mi voz ni a la tuya ¿Cómo es eso posible, Sunny? —mencionaba el señor Kim Gon Huan.

—Puede ser una buena señal. Ya sabes los Alfas son temperamentales y al inicio de su definición se ponen respondones y desafiantes. Ninguno de nosotros es Omega para que él se sienta con ganas de pasar tiempo. Aparte hoy tiene video chat con TaeHyung, es entendible que necesite hablar con él

—Tú sigues creyendo que son destinados ¿Cierto? —cuestionaba el hombre. Mientras se sentaba a su lado y suspiraba.

—Yo creo que sí. Aunque nadie crea en eso hoy en día, yo creo que ellos si son destinados

—Entonces TaeHyung debe estar pasándola como la mierda

—Tae-Eul me dijo que anda algo desganado. Pero cuando se revoluciona se pega mucho a su padre, tiene miedo cuando sea más grande y su cuerpo comience a necesitar otras cosas. Ella tiene miedo que alguien lo lastime, aunque TaeHyung sigue siendo muy temperamental —afirmaba.

—Bueno, la idea de que manden a TaeHyung de nuevo aquí, sigue en pie. Ellos saben que podríamos cuidar bien de él y Seok Jin no estaría tan solo —afirmaba su padre.

—Se lo hago saber siempre que hablamos pero ellos tienen la última palabra —exclamaba Sunny.

Ese día Seok Jin esperó a que TaeHyung se conectará al chat, pero la hora había pasado y su amigo no se había conectado. Lo había llamado minutos después pero su madre le había informado que TaeHyung no se sentía con ganas de hablar ese día. Ni al día siguiente, y al siguiente tampoco. Hasta que TaeHyung y Seok Jin habían perdido conexión por completo. Aunque sus padres seguían en estrecho contacto, el de ellos se había esfumado.

[Año 2010]

Estoy preocupada por tí ¿Piensas venir para el día de los padres? —cuestionaba Tae-Eul, madre de TaeHyung.

—Lo intentaré, pero no prometo nada —exclamaba el azabache al otro lado.

Este año es tu cumpleaños número dieciocho. Esperamos y puedas venir a casa

—Mamá el viaje es muy largo y tedioso, si ustedes no pueden venir por mi, no puedo prometer que yo vaya. Solo es un año más y estoy con muchas cosas

¿Tienes todo lo que necesitas para cuidarte, cierto TaeHyung?

—Ay, dios. ¿En serio vamos a hablar de esto? —susurraba al teléfono.

¿Estás saliendo con alguien, hijo?

—No estoy saliendo con nadie, por favor voy a detenerte ahí. Tengo que ir a ver mi cuarto con mi amigo, mamá. Necesito asentarme en el campus y mantenerme concentrado. Hablamos luego, adiós

Te amo y cuid-...

—Te amo, mamá. Adiós.

TaeHyung suspiraba, desde los diecisiete que tenía que lidiar con una madre extra preocupada por lo que hacía y dejaba de hacer cuando no podía controlar sus celos. Aunque se le daba bien, solo necesitaba poner su cabeza en otras cosas y mantenerse encerrado lejos de todos. Aunque comenzar el Junior College con estadía en pleno campus lejos de sus padres, era un nuevo desafío. Pero no estaba solo. 

Park SeongHwa estaba con él. Un bonito Omega de cabello negro y ojos celestes, tez blanca y juntos eran muy deseados por otros Alfas que los veían juntos.

— ¿Tu madre se encuentra bien?

—Si, solo está preocupada de que haga alguna idiotez mientras estoy tan lejos de ella. Tiene miedo que me cruce con algún imbécil —se encogia de hombros.

—Hablando de imbéciles... —mencionaba Seon—. Kim JongIn también entró.

TaeHyung detenía su andar antes de llegar a las habitaciones.

— ¿Cómo dices que dijiste? —cuestionaba TaeHyung intentado reír pero no le causaba ninguna gracia la noticia.

—Kim JongIn también estudiara aquí, con nosotros... Contigo —mumuraba.

— ¡Hijo de una gran mierda! —soltaba TaeHyung, y echaba a andar de nuevo—. ¿Tendré a ese imbécil detrás de mi culo estos tres años antes de la jodida universidad?

—A menos que te cambies de establecimiento —añadía Seon con inocencia.

Llegaban a la habitación que ambos compartían y TaeHyung arrojaba su teléfono a la cama.

—Dios, va a ser una pesadilla tener al imbécil de rogón y mandón y rogón y mandón. Dios, lo odio —se quejaba el azabache.

—El tipo no aceptará un no por respuesta —soltaba Seon.

Kim JongIn un Alfa jodidamente egocéntrico y con una increíble obsesión por TaeHyung desde la secundaria. El tipo le encantaba porque TaeHyung no se doblegaba con facilidad y eso le parecía atractivo y entretenido. Especialmente cuando alguien como él tenía de regalón a cualquier Omega y Beta, encontrar alguien como TaeHyung lo encendía en demasía y le gustaba el desafío que implicaba porque había notado que TaeHyung no se llevaba mucho con los Alfas, ni siquiera con aquellos que eran medianamente agradables. TaeHyung simplemente parecía no tolerarlos.

—El tipo es un imbécil que le gusta que rueguen por él. No sé qué mierda tiene conmigo —cuestionaba TaeHyung.

—No te gustan los Alfas. Eso llama la atención de JongIn —mencionaba Seon—. ¿Estos años será igual? —preguntaba su amigo curioso—. Tus necesidades serán más... Fuertes. No estaría mal que conozcas a alguien que sirva para sacarte del apuro.

TaeHyung se acostaba sobre su cama y se daba media vuelta para darle la espalda a su mejor amigo—. Puedo con ello. No será tan malo

—Has estado cada vez más y más... Ansioso —mencionaba Seon. Quien lo conocía desde que había llegado a Japón y se habían instalado.

Se había vuelto una gran amigo, casi un hermano. Aunque no suplantaba el vacío que tenía en su corazón debido a Seok Jin.

—Buscaré la forma de calmar mis necesidades —suspiraba.

— ¿Es por ese Alfa tuyo? ? ¿Seok Jin?

TaeHyung apretaba sus ojos, sentía que su corazón latía con fuerza con solo escuchar su nombre.

—Si. Es por él —se limitaba a responder—. Y no. No quiero hablar al respecto.

—Bueno, pero hablando en serio ¿Tienes todo lo que necesitas? La semana siguiente será fecha para tu celo y-...

—Gracias por preocuparte por mi culo, amigo. Tengo todo controlado

— ¿Vas a encerrarte? No va a parecerle muy normal a nadie

—Pues me pueden chupar los pies, porque si quiero me voy a encerrar y tú me traeras los jodidos apuntes —TaeHyung se giraba y lo señalaba seriamente.

Seon le sacaba la lengua y levantaba el dedo corazón para insultarlo y recibía un almohadaso en su bonito rostro.

TaeHyung se encontraba en los casilleros la siguiente semana, estaba lidiando con malestares y dolor de cabeza y a pesar de haber tenido unas enormes ganas de quedarse encerrado en su habitación, no lo había hecho.

—Kim... —JongIn se posicionaba trás él—. Que tu ego no se infle, pero eres el Omega más bonito de toda la jodida institución —se daba el tupé de olerlo y recibía un buen codazo en la boca de su estómago.

TaeHyung giraba verdaderamente asqueado del tipo—. ¿La patada en tus bolas no te sirvió, JongIn? —cuestionaba.

El chico comenzaba a reír y se ponía derecho—. El delicioso aroma a arándanos que tienes me hipnotiza y yo solo olvido tu maltrato a mis buenas intenciones y vuelvo a empezar

—Chúpame el pie, imbécil. —respondía TaeHyung.

Y así durante todo el día. JongIn era insportable, pero no abusaba de su poder. La verdad era que le gustaba mucho TaeHyung, pero no tenía chance alguna. El día avanzaba y el azabache se sentia cada vez mas ansioso y temeroso de que los supresores no estuvieran haciendo efecto. Esto simplemente se debía a qué por primera vez no estaba encerrado y estaba lidiando con su celo fuera de cuatro paredes y tenía miedo de que otros pudieran sentir su aroma y no quería imaginar los diferentes escenarios que podía llegar a afrontar.
JongIn conocía su aroma porque no había dejado de acosar a TaeHyung ni un solo día. Al igual que Seon lo conocía desde que había llegado a Japón. Pero por nada del mundo sería amigo de alguien tan imbécil. Bueno, no era tan imbécil, pero TaeHyung estaba muy sensible con otros Alfas y más de una vez había sido defendido por éste. Pero ni así tendría chance alguna con Tae.

Le quedaban tres clases más por asistir, pero ya no aguantaba, necesitaba volver al dormitorio y así lo hacía, para quedarse allí hasta nuevo aviso. Estaba necesitado y asustado. Necesitaba calmar su ansiedad y ganas pero TaeHyung no deseaba ser tomado por nadie y quería seguir así. El problema es que este celo estaba siendo demasiado intenso para sobrellevarlo, eso era lo que lo asustaba en demasía y no sabía cómo manejarlo. A esto se refería su madre, a esto le tenía miedo. Y TaeHyung maldecia su naturaleza. No creía que se pondría peor, pero ahora se maldecia a si mismo por estar tan equivocado. Se había dado una ducha larga y ahora intentaba distraerse con videojuegos. Poner su cabeza en cualquier lado y no pensar.

Dios, él no quería pensar, porque su celo, su necesidad... Esas ganas de pertenecer y ser tomado por alguien más, tenía nombre y apellido. Sin importar qué, él tenía dueño. Las horas habían pasado y Seon le había dado los apuntes de las clases restantes.

— ¿Cómo lo llevas?

—Como la mierda —le quitaba las hojas de la mano y las relojeaba sin mirar detenidamente—. Esto es una mierda

— ¿Tomaste los supresores?  ¿O te viniste a esconder por pura gracia?

—No me gusta estar fuera cuando estoy en celo. Pero me siento más necesitado que en otras ocasiones

—Y... Deberías considerar hablar con cierta persona para saciar tus gan-...

— ¡Eso nunca!

— ¿Que mierda piensas hacer? —cuestionaba su amigo.

—Mantenerme a salvo y escondido

—Amigo, estás que ardes

—Pero a quien deseo no está aquí.

Seon suspiraba—. No tiene gracia alguna tu obsesión. No te aguantas, aparte ... Dejaste de hablar con él, tú que sabes siquiera si el tipo es un Alfa o no

—Tiene que serlo

— ¿Por qué no se lo preguntas en vez de reservarte? Si es un Omega estás frito, viviste de una fantasía

— ¡Cállate y vete con Yunho si no me soportas! —replicaba TaeHyung.

—Tendré que lidiar contigo esta noche porque Yunho tiene un proyecto mañana y estará trabajando toda la noche en él.

TaeHyung resoplaba y Seon le devolvía el resoplido.

Seok Jin se hallaba en su habitación esa tarde/ noche, leyendo y estudiando. Habia tenido la posibilidad de decidir si estudiar con cama dentro del instituto o seguir en su casa. Él había optado por quedarse, finalmente tenía un amigo y no quería descuidarlo, aparte estar 24/7 en el instituto sería demasiado consumidor para él. Aún era el fenómeno sin casta, hijo de los Alfas de la comunidad.

Si, era insoportable tener todos los pares de ojos encima de él y a veces tener que lidiar con las inseguridades de sus propios padres. Seok Jin se detestaba y sabía mejor que nadie que era el fenómeno más grande de la jodida historia. Dieciocho años y aún sin casta, sin saber qué mierda de lugar le pertenecía en esta jodida jerarquía y odiaba el hecho de que ser hijo de dos Alfas era aún peor. No ayudaba a su jodida inseguridad y su maldita ansiedad.

Esa noche se dormiría temprano porque al día siguiente tenía mucho trabajo por hacer con su padre, quien—cada vez que podía— aún con dudas y todo, se encargaba de meterlo en sus cosas, para enseñarle y prepararlo para un futuro. Encaminando a Seok Jin como el líder nato al que estaba destinado ser, para seguir la línea de mando que le correspondía como buen puro Alfa. Las grandes expectativas para él era un gran peso y eso nunca cambiaría, pero no definirse, no despertarse era doblemente agotador. Si resultará ser el caso de ser un simple Omega, eso sería una porquería pero no tan jodida como la situación actual. Al menos con una casta definida ya no le romperían la paciencia para llevar a cabo ciertas cosas.

La noche avanzaba y se sentía cansado y con dolor de cabeza, había dejado una lectura a medias y se habia rendido a los brazos de Morfeo. Pero no iba a dormir tan pacíficamente como tenía planeado, de hecho sería una noche larga y calurosa la que le esperaba al jóven. Mientras se giraba entre las sabanas de su cama y sentía su cuello empapado en sudor, una voz grave repetía su nombre con necesidad y desesperación.

—jin... Jinnie...

Seok Jin no podía emitir palabra alguna, excepto jadeos y gemidos de dolor.

Jin... Seok Jin. Jinnie...

Más sudor y su cuerpo caliente, intentaba abrir sus ojos pero no podía salir del trance. Era como si la otra persona lo tuviera atrapado y aún si él quisiera despertar no podría al menos que el otro lo hiciera primero. Comenzaba a rasgar la camiseta que llevaba y lo hacía con fuerza, demasiado intenso estaba siendo todo el asunto y terminaría por lastimarse sino lograba despertarse.

—Tae... —susurraba Seon a su lado, mientras zamarreaba al chico.

Jin... Oh, Jin —el chico no estaba sollozando. Estaba gimiendo necesitado, estaba pasando por una fuerte e intensa oleada y estaba bañado en sudor.

—Tae despierta... —pedía su amigo con más insistencia.

Te necesito, Jin

— ¡TaeHyung! —Seon daba un último empujón y zarandeo fuerte, logrando que TaeHyung abriera sus ojos algo desorientado—. Oye, tranquilo...

—Mierda... —se pasaba las manos por su rostro y notaba lo sudado que estaba—. Creo que necesito...

—Toma, aquí tengo una nueva dosis... Tómala y bebe mucha agua

—Lo siento, amigo

—No lo sientas. Si yo no tuviera a Yunho sé que me cuidarías de la misma forma... —el pelinegro se preguntaba si era buena idea contarlo todo, pero se armaba de valor y exclamaba—. Esta vez dijiste su nombre.

TaeHyung se acababa el agua de la botella que tenía a su lado y miraba con sus ojos bien abiertos a su amigo.

— ¿Que yo qué?

—Llamaste a Seok Jin, estabas gimiendo su nombre y me resultó muy complicado despertarte. Más que en otras ocasiones dónde solo te quejabas

—Mierda...

—Si, amigo. ¿Vas a soportar el encierro?

—Tengo que, Seon. Tengo que... —afirmaba—. Me daré una ducha.

Mientras tanto en la habitación de Seok Jin un golpe seco resonaba y sus padres se habían puesto en alerta. Se levantaba rápidamente y salían de su habitación mirando a los alrededores con sumo cuidado cuando un aroma fuerte llegaba a sus fosas nasales.

—Gon... —murmuraba Sunny.

—Seok Jin.

De inmediato corrían a la habitación del joven y cuando intentaban abrir no podían hacerlo, Seok Jin había pasado llave esa madrugada. Así que Sunny comenzaba a golpear la puerta de forma insistente.

—Jinnie... ¿Cariño estás bien?

— ¿Seok Jin? —insistía su padre detrás.

— ¡Estoy bien! —afirmaba—. Solo me caí de la cama

—Jinnie, tú-... —insistía su madre.

—Dije que estoy bien, pueden volver a la cama —pedía con un tono arisco.

—Hijo, acabas de-...

— ¡Lo sé! Solo déjenme en paz... Estoy bien, vuelvan a la cama.

Sus padres cruzaban una mirada de preocupación, ellos querían verificar que Seok Jin se encontrará bien pero no había forma de verlo esa madrugada. Así que tendrían que armarse de paciencia hasta la mañana para poder ver su rostro. Al volver a su habitación ambos se quedaban inquietos hasta que Gon Huan tomaba la palabra.

—Es un Alfa... —dejaba salir todo el aire contenido y comenzaba a reír al respecto—. Seok Jin es un Alfa.

Su madre sin embargo seguía preocupada.

—El golpe fue muy fuerte ¿Crees que se hizo daño?

—Él no nos dejara verlo, tranquila... Si se hizo daño él sabrá curarse, lo hace desde niño.

Sunny suspiraba y tomaba su teléfono para enviarle un mensaje que no era respondido. Mientras tanto Seok Jin estaba anonadado mirando su imagen en el espejo. Su ropa estaba rasgada y por lo tanto su pecho estaba igual, estaba sangrando y tenían marcas de unos arañazos grandes que no entendía como mierda habían salido de sus propias manos y sus uñas pulcramente cortadas. Las heridas causadas no cuadraban con sus propias dimensiones.

No era normal, sin mencionar que le dolía como la mismísima mierda y nuevamente no sabía cómo mierda sentirse al respecto. Al final si era un Alfa, pero no esperaba descubrirlo tan abruptamente y encima hacerse daño de esa forma. Abría su cajón y sacaba el maletín de primeros auxilios para comenzar a curar los rasguños que tenía en su pecho y abdomen.

Esa noche no volvería a pegar un ojo.

Comentarios aquí...

más revelaciones serán dadas en el próximo capítulo 👀 se fueron 4000 y pico de palabras...si ven errores corregiré luego 😔

Con amor Niñita Nany 💜

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro