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Cuando SeokJin y su omega entraban a la biblioteca de Min, había gente, como de costumbre y TaeHyung miraba el lugar de arriba hacia abajo. No podía captar todos los detalles aunque quisiera.

Era increíblemente grande y tan llamativa. Se perdía en la cantidad de libros, adornos. El aroma.

—Dios... —susurraba sorprendido mientras era llevado por SeokJin—. Había olvidado que este lugar era inmenso.

SeokJin lo miraba y captaba ese bonito rostro sorprendido, tan hermoso y con un aura inocente. Este hombre lo volvía loco.

—Min agregó más secciones de lecturas que no habían en su momento —respondía—. Más arriba hay una pequeña cafetería. Hay mucha gente trabajando aquí para él.

TaeHyung asentía sorprendido—. Recuerdo que solo dejabas los vídeos juegos para venir a la biblioteca de Min —mencionaba.

—Sip. Y fue mi lugar favorito cuando dejaste de llamar —exclamaba, TaeHyung sentía la culpa—. Tranquilo, solo fue una observación —mencionaba SeokJin, llevando a TaeHyung camino a la oficina de Min y saludando a la recepcionista de turno—. Jan-Di ¿Cómo estás?

La chica le sonreía—. SeokJin, oh... Hola —saludaba a TaeHyung y este le saludaba de vuelta, hasta que entraban en la parte trasera sin vista al público.

— ¿Jan-Di? —soltaba TaeHyung—. ¿Es idea mía a todos se les ilumina los ojos cuando te ven?

SeokJin reía a carcajadas, una sensual y negaba.

—Que puedo decir ¿Me has visto? —sonreía ladino, mirando con sus ojos amileados.

—Jodidamente sí. Te he visto todo —susurraba TaeHyung y luego se detenían.

SeokJin tomaba su rostro y lo miraba fijamente mientras relamía sus labios—. Por favor, deja provocarme —susurraba el alfa.

TaeHyung reía—. No puedo evitarlo

—Eres increíble —replicaba, luego se abalanzaba para besarlo...

— ¡Kim TaeHyung! —pero se escuchaba el grito de Min tras ellos, abriendo la puerta de su oficina.

El beso podría retrasarse un poco.

—Señor Min —su Omega se alejaba y se disponía a saludar a su viejo amigo—. Ya ha pasado tiempo, señor.

Min lo recibía con un abrazo fraternal, sí, hacía años que no veía a TaeHyung, pero era El Omega de "su muchacho" por supuesto lo recibiría de forma cálida.

—Que gran gusto verte en Bucheon, finalmente —palmeaba su espalda.

TaeHyung sonreía y SeokJin miraba al viejo Min.

— ¿Cuándo fue la última vez que me abrazaste a mí? —se mofaba.

Cuando el dúo se soltaba, Min ondeaba su mano restándole importancia.

—Siempre lo hago, luego de arrojarte algún libro —mencionaba y TaeHyung reía por eso—. Vengan, entren. Ordené mi oficina y prepare la mesa, tengo la comida lista.

Cuando se adentraban, SeokJin abría enormemente sus ojos.

—Esto está increíblemente limpio ¿A esto te dedicaste el fin de semana? —mencionaba sorprendido. Luego veía la gran mesa que solía tener muchos libros encima, pero ahora estaba limpia, solo con la comida encima—. No recuerdo la última vez que ví esa mesa limpia —señalaba sorprendido. Y un libro impactaban en la parte superior de su cabeza—. ¡Hyung! —se quejaba, tocando la zona recientemente golpeada.

TaeHyung contenía la risa apretando sus labios.

—Por hacerme quedar como un viejo desordenado frente a tu Omega —le respondía, mientras lo señalaba con su dedo indice—. Toma asiento, muchacho —ordenaba y luego con dulzura—. Tú también, TaeHyung.

SeokJin rodaba los ojos y TaeHyung se sentaba a su lado riendo bajito.

—No lo animes con tu risa o me lanzará un libro cada tres minutos —le soltaba con un puchero.

Min chasqueaba su lengua—. Eso depende de que tan despierto estés hoy —se mofaba el ex profesor. Luego de eso, los tres compartían una risa—. Comamos antes de hablar de lo que sea que les preocupa, porque lo puedo oler en ambos. Pero coman —pedía con amabilidad.

Ambos suspiraban mientras el tiempo avanzaba con TaeHyung halagando a Min por lo increíble que se veía su biblioteca. Estaba mejor de lo que recordaba de niño y le encantaba ver qué mantenía dicho lugar tan activo y presentable.

—Gracias, chico —soltaba el viejo Min, luego de haber terminado su comida—. Sabés, yo no estaba a favor de la moderna cafetería en el piso de arriba, pero tu alfa aquí, dijo que debía expandirme y actualizarme para sobrevivir en un mundo tan modernista y a como vienen las grandes bibliotecas hoy en día... Bueno, tenía que admitir que la mía se estaba quedando atrás —luego se encogía de hombros.

TaeHyung sonreía y miraba a SeokJin con dulzura.

—Min es un cabeza dura, pero a veces me escucha... —respondía el castaño.

Y TaeHyung reía nuevamente al ver que la relación con Min era mucho más cálida que con su propio padre. Ahora entendía por qué había pasado tanto tiempo con este hombre. Era de información más que publica que Min no había podido tener hijos porque ya se sabía desde que era niño que su omega era estéril, por lo que podía atar cabos rápidamente y darse cuenta de la vibra fraternal que emanaba alrededor de SeokJin y este incluso se dejaba envolver por ella.

—Gracias por haber acompañado a SeokJin desde siempre —soltaba sin pensarlo.

El alfa se le quedaba viendo con dulzura.

El viejo Min lo miraba sorprendido, luego sonreía—. Fue difícil mantener cuerdo a tu alfa —se burlaba luego de unos momentos—. A veces es un poco cabeza dura. Pero es el mejor alfa que un Omega puede tener. Eres afortunado, él también lo es. Ambos lo son —aseguraba.

TaeHyung sonreía y se echaba encima de SeokJin para abrazarlo, obviamente era muy bien recibido.

Min se les quedaba viendo—. Tienen un aroma particular y muy dulce cuando están juntos —exclamaba—. Cosa de destinados, la pareja tiene este aroma que destila sin siquiera darse cuenta.

TaeHyung abría sus ojos—. ¿En serio?

SeokJin rodaba sus ojos—. Por favor no lo dejes comenzar o te contará diez mil leyendas diferentes sobre los destinados —exclamaba.

Como si aquello no lo hubiera mantenido con la esperanza en alto mientras TaeHyung estaba lejos. Min le hacía una mueca divertida.

—Y bien... Antes de comenzar ¿Quieren un café o té? Yo no puedo comenzar ninguna charla sin mi café luego de esta comida —preguntaba el hombre.

—Café para mí y... —SeokJin miraba a TaeHyung. Mierda ¿Él querría café, té o nada?—. ¿Bebes algo o quieres un postre? La cefeteria tiene cosas dulces muy ricas.

TaeHyung sonreía—. Un té esta bien, cariño —respondía con dulzura.

Min sonreía—. Aguarden aquí, iré a pedirlo y te traeré un libro que me encantaría pudieras leer en tu tiempo libre. —mencionaba a TaeHyung—. Ya vuelvo —Cuando se disponía a levantar la mesa, SeokJin intentaba ayudarlo—. Vuelve a sentarte, muchacho —ordenaba—. No soy un viejo decrépito.

SeokJin caía inmediatamente sobre su silla. TaeHyung encontraba muy divertida la dinámica entre ambos, cuando Min desaparecía, SeokJin relajaba sus hombros.

—Ustedes dos tienen una relación hilarante y muy cálida —exclamaba.

—El viejo está loco —le soltaba SeokJin.

—Tú lo adoras totalmente —afirmaba.

El castaño sonreía—. Él es... Está loco —soltaba—. Pero es el único que no me cree un bicho raro... Me encuentra fascinante sin ser... No lo sé, me siento cómodo con él.

TaeHyung estiraba su mano hacia su mejilla y lo acariciaba con dulzura—. Te encuentra fascinante sin ser demasiado obsesivo

—Exacto, aunque hemos hecho cada cosa extraña para saber cómo "activarme"... Pero siempre cuidó de mí —se encogía de hombros—. Quizás me hubiera gustado que mi padre fuera más como él y no alguien que solo me estaba preparando para tomar su lugar en vez de construir una relación padre e hijo.

TaeHyung asentía con lentitud y lo miraba con dulzura—. Tu padre te ama, solo es... Un poco "alfa" —mencionaba, haciendo alusión a qué veces eran así de imbéciles.

Agradecía que SeokJin no fuera así en absoluto. No todos eran imbéciles, pero en su mayoría, era algo común. Min era una excepción.

SeokJin le devolvía la sonrisa y su teléfono sonaba repentinamente.

—Es Woo —mencionaba.

—Atiendelo, verifica cómo está —mencionaba TaeHyung.

—Sí, sí.  Hey, Woo...

— ¡Jinnie! —llamaba con su típico tono alegre—. ¿Cómo estás? ¿Interrumpo algo? Si es así, ya estoy cortando el teléfono.

—No, no. Está bien ¿Cómo estás tú? ¿Estás solo? ¿Tenías que trabajar hoy?

TaeHyung notaba la preocupación, no solo en su voz, podía olerlo. SeokJin quería a su amigo, había cuidado de él todo este tiempo, por supuesto que había quedado preocupado.

Ummm ¿Por qué te escucho preocupado? —soltaba WooYoung sorprendido.

— ¿Estás solo? —repetía SeokJin.

Sí era de día, seguramente no corría peligro, pero igual. Iba a tener que buscar alguien de confianza para que mantuviera un ojo sobre WooYoung. Usualmente los trabajos de seguridad los hacían los betas bien entrenados de gran estatura y porte. Con el tiempo y los ataques del pasado, ser parte de la seguridad de muchas familias o inclusive de SeokJin y su padre, quienes tenían una lista de los mejores, era algo, lamentablemente, común y una entrada laboral de gran demanda en tiempo actuales.

No lo estoy. De hecho, estoy con San... Teníamos pensado ir a almorzar algo y se me ocurrió pensar en si querían unirse... —WooYoung sonaba desconcertado por su preocupación. Conocía muy bien a SeokJin, sabía que este tenía motivos para sonar así—. ¿Qué sucede, Jin?

El alfa suspiraba, tenía una charla importante que desarrollar con Min, pero necesitaba ver a WooYoung con sus propios ojos.

—Estoy con Min en estos momentos, que tal si tú y... Tu novio —aún sonaba extraño, TaeHyung lo miraba de reojo—, vienen aquí y puedo presentarlo, ya que quería conocerlo y de paso hablo contigo ¿Puedes hacer eso? —pedía.

Eh, sí... ¿Por qué no? Pero... ¿Todo está bien?

—Solo ven en cuanto puedas ¿Sí? Y no andes solo

Imbécil, comienzas a asustarme —soltaba WooYoung al otro lado de la linea.

Había sido el imbécil más dulce de la historia. Ese chico no podía enojarse con SeokJin ni aunque le pagarán.

—Lo siento ¿Sí? —soltaba con extrema dulzura. TaeHyung sentía que su piel se erizaba—. Solo, ven con San en cuanto puedan. Y avísame cuando estén aquí ¿De acuerdo?

WooYoung suspiraba al otro lado de la linea—. Seguro, San estará saltando en una maldita pata por conocer al viejo Min, te aviso cuando estemos cerca. Estoy en su casa y no queda exactamente a diez minutos.

SeokJin suspiraba—. No hay apuro, los esperamos. Adiós, Woo.

Adios, Jinnie. Te veo en una hora.

Cuando la llamada terminaba, SeokJin miraba a TaeHyung, El Omega tenía sus ojos bien celestes del tipo azul cielo, nuevamente.

SeokJin parpadeaba—. Estás entre celoso y caliente... —mencionaba.

TaeHyung abría enormemente sus ojos—. Aish, que insoportable que lo digas en voz alta. Lo siento, sé que mis celos son estúpidos.

—Nunca dije que lo fueran, lo encuentro estimulante, pero quizás deba ser más seco con WooYoung... Lo siento, no quería incomodarte... —su mano acariciaba el rostro de TaeHyung y este se echaba sobre su mano.

—No es eso... Yo lo lamento, es solo que fuiste demandante y luego tan dulce. Se me cruzaron los cables —admitía el omega.

SeokJin sonreía y atraía su rostro para morder su labio con delicadeza. TaeHyung sentía su presión arterial elevarse, un calor se acercentaba en su cuerpo y cuando SeokJin soltaba su labio, pasaba su lengua como bálsamo y TaeHyung se abalanzaba sobre su boca.

El beso interrumpido se transformaba en un beso desaforado y buscaba la mano que SeokJin no tenía en su rostro para llevarla directo bajo su ropa y poder sentir esos dedos en su piel. Justo donde SeokJin clavaba suavemente sus uñas y arañaba cuesta abajo, con total delicadeza, sin perder el control, pero TaeHyung estaba comenzando a encenderse de nuevo.

Incluso le estaba costando contenerse con esa forma de ser besado y con lo suave que se sentía la piel de su omega. De repente TaeHyung llevaba ambas manos a su cuello y lo apretaba para atraerlo más hacia él y eso le robaba un gemido a SeokJin.

TaeHyung abría sus ojos y cesaba sus besos.

—Oh, dios... —murmuraba con labios hinchados—. ¿Aún duele dónde te mordí?

SeokJin recordaba la mordida que le había dado TaeHyung durante el sexo y recordaba porque llevaba el suéter que cubría dicha zona.

No es que le importara en absoluto, pero sería algo interesante de ver para el resto. Agradecía que su padre no lo hubiese visto, quien sabe que diría o pensaría al respecto.

—Había olvidado tu arranque de locura... —mencionaba divertido, intentando calmar nuevamente sus necesidades y las de su omega. TaeHyung suspiraba—. Lo siento, prometo que celebraremos tu mudanza como se debe esta noche ¿De acuerdo?

—No, no, no. Yo lo siento, tienes tu cabeza en algo importante y yo estoy pasando de caliente a frío constantemente, perdón —soltaba en puchero.

SeokJin acariciaba su rostro y sonreía—. Es un poema ver cómo te transformas. Es hermoso perderme contigo, no te lamentes nunca y... Oh, mierda déjame ver tu herida —pedía, recordando que él le había hecho daño—. Fuimos demasiado animales en el último encuentro.

TaeHyung reía mientras dejaba que SeokJin lo revisará. Él estaba perfectamente bien, solo que el alfa estaba preocupado creyendo que le habia hecho daño, TaeHyung solo sonreía satisfecho.

Cuando SeokJin levantaba la gasa en la parte posterior de su hombro, notaba que la herida estaba fresca, pero no se veía mal y ciertamente TaeHyung no sentía peor al respecto.

—Sigue fresca —mencionaba.

El Omega reía con dulzura—. Perfecto, estoy bien... No te preocupes —exclamaba, mientras solo lo veía poner ese rostro de novio preocupado—. Dije que estoy bien

—Puedo hacerte verdadero daño si no me controlo... No puedo perderme tan descaradamente —mencionaba consternado.

TaeHyung acariciaba su rostro y besaba sus labios de forma casta y dulce.

—Tú nunca me harías daño, lo sé. Deberías saberlo y solo disfrutar conmigo —susurraba—. Me gusta verte completamente consumido por mí —añadía, luego sonreía de forma sensual y llevaba sus dedos al suéter de SeokJin para bajar su cuello y poder verificar su herida, abría sus ojos enormemente—. Oh...

— ¿Qué tengo? —preguntaba curioso por la expresión de TaeHyung, pero no podía verse con certeza.

—Mi mordida sique aquí... Creí que habrías sanado para esta hora —mencionaba sorprendido, pasando sus dedos por la sutil marca.

— ¿Sanado? —mencionaba la voz de Min.

El alfa en cuestión entraba con una bandeja que tenía un pastel dulce para compartir, junto las tazas de café, té y el libro que había prometido a Tae. Dejaba la misma sobre la mesa y miraba a la pareja.

— ¿Mordiste a SeokJin? —preguntaba sorprendido.

TaeHyung tapaba la mordida y se sonrojaba, sentándose derecho y alejándose de SeokJin.

—Fue un momento —mencionaba incómodo.

Min miraba entre ambos y luego entrecerraba sus ojos en dirección a SeokJin.

—Déjame verte —ordenaba al castaño.

SeokJin arrugaba el ceño—. No. Déjalo pasar, no es nada

—Que me dejes verte —repetía, acercándose a SeokJin.

El alfa puro rodaba sus ojos y suspiraba, bajaba el cuello de su suéter y Min podía obtener una perfecta vista de la mordida de TaeHyung. El hombre acomodaba mejor sus lentes y fruncia el ceño.

—Ciertamente no tiene la fuerza de desgarre como la de un alfa, pero... Es una buena mordida —mencionaba a TaeHyung—. ¿Hace cuánto lo marcaste?

TaeHyung aclaraba su garganta y bajaba la mirada—. Hace unas horas —mencionaba.

—Mmm... —tarareaba en respuesta.

SeokJin se relajaba y lo miraba—. ¿Qué con tu "mmm"? —cuestionaba.

Min se enderezaba y tocaba su mentón pensativo, volviendo a su asiento.

—Tú sanas increíblemente rápido. La mordida no es tan fuerte, sin embargo aún no has sanado —mencionaba.

La pareja se miraba, TaeHyung pensativo y SeokJin incrédulo.

—Ya sanaré. Solo han pasado horas, para la  tarde seguramente o mañana, ya no tenga nada... —afirmaba despreocupado.

Min lo miraba entrecerrando sus ojos.

— ¿Qué está pensando? —preguntaba TaeHyung, al hombre mayor.

—Mañana seguramente ya no esté ahí tu mordida. Los alfas sanan rápido, pero este hombre aquí con nosotros, sana mucho más rápido. Lo cual significa que tu marca ya no debería estar allí... Sin embargo lo está —volvía a mencionar.

—Solo es cuestión de horas y sanará, no hagas algo raro de algo común —pedía SeokJin.

— ¿Sanará? —cuestionana Min.

—Seguramente... —mencionaba el castaño, entrelazando sus dedos con TaeHyung, luego lo miraba con una disculpa en sus orbes—. Sé que no te gusta la idea de que se desvanezca —mencionaba a su omega.

— ¿Solo a TaeHyung le disgusta? Porque para estas horas, ya no tendrías que tener nada ¿Acaso quieres que la marca sane o no?

El Omega abría sus ojos y miraba a SeokJin, este tenía su ceño fruncido.

— ¿De qué hablas, Min?

—De que tu cuerpo se rehúsa a sanar la marca que tu omega te hizo, de eso hablo.

—Los alfas no pueden controlar tal cosa —le respondía de nuevo.

—No, los comunes no podemos... Pero tú, quien sabe —exclamaba sorprendido y luego tomaba el libro que había traído para TaeHyung y lo sacudía frente al omega—. Es un libro que habla sobre los destinados, te encantará, chico.

El hombre se disponía a abrirlo y parecía buscar algún capitulo y párrafo en particular.

—Aquí está —señalaba, aclaraba su garganta y leía en voz alta—. Cuenta la leyenda que los destinados lograban tener un aroma particular. Uno que no podía ser especificado con palabras, como el aroma personal de cada casta, pero sin poder compararlo a un aroma ya conocido. Eso era otro indicio que dejaba en evidencia que se pertenecían. Sin importar quién pudiera olfatearlos, el aroma siempre era de agrado a los presentes.

Luego alzaba la mirada y sonreía feliz hacia la pareja.

TaeHyung tenía boca y ojos bien abiertos—. ¿En serio dice eso?

—Toma, léelo tú. Es tuyo, te lo obsequio, como bienvenida.

TaeHyung miraba a SeokJin y tomaba el libro con emoción. El alfa incluso lo leía junto con él, luego miraba a su amigo.

— ¿En serio tenemos un aroma diferente? Venimos del hospital, mi padre no dijo absolutamente nada y nadie lo hizo

—Bueno ¿Por qué lo harían? —se encogía de hombros—. La gente no sabe de eso, probablemente sintieron un aroma nuevo, más no lo relacionaron a ustedes o inclusive si tu padre lo hiciera, si los hubiese ofalteado con atención ¡ese hombre lo ignoraría por completo! —acusaba.

—Estuvimos con mi madre también. Con Woo, su novio... Nadie dijo nada

—Aquí dice que solo ocurre cuando el alfa y el Omega, ya-... — TaeHyung alzaba la vista del libro y sus mejillas se enrojecían—. Umm-... Dice que ocurre una vez después de que tú y yo hayamos... —apretaba su labios y juntaba sus dedos.

SeokJin fruncia el ceño confundido, hasta que comprendía—. ¡Oh! Oh, luego del-...

—Luego del sexo —añadía Min—. Son dos adultos por el amor de Dios —soltaba.

TaeHyung reía divertido, pero sus ojos seguían ojeando aquí y allá.

—Gracias, Hyung —mencionaba con una sonrisa amable.

—Bienvenido de vuelta chico. Mi muchacho aquí comenzaba a ser un desastre —exclamaba.

SeokJin chasqueaba su lengua—. Estás exagerando

—No lo está —acusaba TaeHyung.

Min reía y luego los dos jóvenes se unían a la risa. Después de repartir a cada uno su taza caliente y humeante, el alfa mayor se ponía serio.

—Ahora, pese a que realmente quería volver a ver a TaeHyung y que querias juntarnos, tu llamado sonaba algo alarmante... ¿Por qué estás aquí realmente? ¿Qué querías hablar conmigo? —preguntaba Min a SeokJin.

TaeHyung dejaba su regalo de lado y se ponía tan serio y tenso como su alfa.

SeokJin suspiraba—. Ciertamente estoy aquí porque sucedio un ataque en la madrugada

— ¿Un ataque? —se alarmaba Min.

—Un Omega, ex compañero mío de la universidad...

— ¿Él está bien? —preguntaba preocupado.

—Un poco golpeado y algo traumado, pero sobrevivirá

— ¿Qué mierda fue, muchacho? —preguntaba con ojos grandes.

SeokJin suspiraba.

—Esto sonara descabellado o quizás para ti no, pero fue atacado por un cambiaformas...

— ¿Otro alfa cambiaformas? ¿Aquí? ¿En Corea? —preguntaba alarmado.

SeokJin asentía—. Sí, bueno no exactamente

—Jin, muchacho, sé claro

—No era un alfa, Min. Era un Omega. Hyun Bin, la víctima, tenía saliva de su atacante, era de Omega... Él, reconoció por su aroma que la bestia era Omega

— ¿Y si vió una bestia por qué confirmas con exactitud que era un cambiaformas? —preguntaba el mayor.

—Porque cambio justo a su lado. Él no pudo verlo por miedo, pero cuando el humano habló, pudo sentir el mismo aroma que tenía la bestia... Y le dejó un mensaje pura y exclusivamente para mí —mencionaba SeokJin.

Min sentía que el corazón se detenía y su aire se atascaba en sus pulmones.

— ¿Qué te dijo? —preguntaba sin aliento.

—Que soy el causante de lo que está sucediendo. Que debo de tomar una buena decisión el día de mañana o harán mi ascenso muy complicado —Min abría sus ojos a más no poder—. También dijeron que atacaron a Hyun Bin por conocerme, pero que en realidad el objetivo era WooYoung.

— ¿Woo? —repetía el mayor—. ¿Lo llamaste, Jin? ¿Él está bien? —preguntaba preocupado.

SeokJin asentía—. Sí, está bien. Estaba con San, su nuevo chico. Le pedí que viniera aquí, necesito mantenerlo al tanto y necesito que me expliques o busques una respuesta lógica a sus palabras porque te juro que no entiendo qué mierda me quisieron decir en el mensaje que me dejaron con Bin.

TaeHyung miraba en SeokJin y Min y ambos se veían preocupados, pero había esta complicidad sobre que estaban informandose al respecto. Ese hombre había mantenido a SeokJin con su mente abierta y pese a que el alfa estaba algo confundido, sentía que podía encontrar la respuesta con su profesor y amigo. Y eso era una esperanza, TaeHyung incluso agradecía que el padre de SeokJin no lo había desterrado tiempo atrás. Sino serían una bola de ignorantes en este momento y aunque lo eran, en su mayoría, tenía una idea de a que podrían llegar a enfrentarse, sabiendo en que libros buscar y como intentar proceder.

—Leí algo al respecto —mencionaba Min.

—Por favor no digas que lo viste en el maldito libro que no encuentras —soltaba SeokJin.

Min se encogía de hombros—. Es posible.

SeokJin resoplaba cansino.

— ¿Qué libro? —preguntaba TaeHyung.

Min suspiraba—. Tengo un libro

—Tenías —corregía SeokJin.

— ¡Cierra la boca! —ordenaba Min—. Tengo un libro, muy antigüo que, hablaba de una raza de alfas diferentes. Una que hacía mucho no se veían en la tierra. Una leyenda, un mito y-...

—Y no lo encuentra...

— ¿Se lo robaron? —preguntaba TaeHyung.

Min abría sus ojos y cruzaba una mirada con SeokJin.

—No es posible, lo tenías aquí, no con el resto de los libros. Nadie entra a tu oficina ni han entrado jamás... —afirmaba SeokJin.

Min alzaba sus cejas—. Ciertamente no ha sucedido.

El teléfono de SeokJin sonaba y un mensaje de WooYoung le hacía saber que ya estaba allí.

—WooYoung ha llegado, le diré que venga aquí —se ponía de pie, alejándose de la mesa.

—Hazlo, hazlo —afirmaba Min, luego miraba a TaeHyung—. ¿Ustedes ya se conocieron al final? —susurraba.

TaeHyung sonreía con amabilidad—. De hecho, sí. Lo hicimos, él es muy agradable.

—Es bueno que se lleven bien —mencionaba cuando SeokJin abría la puerta y recibía a WooYoung y otro joven que lo miraba con una jodida expresión de admiración.

—Pasen —pedía SeokJin—. Tomen asiento.

—Señor Min ¿Cómo está? —saludaba WooYoung.

—Muy bien, pequeño. Muy bien, siéntate ¿Y quién es tu amigo? —sí, Min era poco disimulado, pero era una cualidad agradable en él.

—Soy Choi San, señor. Es un honor conocerlo finalmente —extendía su mano.

— ¿Conocerme finalmente? —preguntaba con diversión.

WooYoung rodaba los ojos y se sentaba a un lado de TaeHyung.

—Es un jodido fanático. Una charla con Min y ya no querrá irse —mencionaba el pelinegro.

TaeHyung reía.

SeokJin los miraba cruzado de brazos y no podía evitar rodar los ojos por lo adulador que sonaba el otro alfa.

—... Usted hizo que me adentrará a un mundo diferente. Fui parte de su charla, años atrás. La pequeña conferencia que dió aquí sobre mitos y leyendas. Lo admiro desde ese entonces. Abrió mis ojos a un mundo nuevo.

— ¿Oh, estuviste en esa charla? —preguntaba asombrado.

—Señor, consumí cada palabra que dijo. Incluso compré uno de los libros que leyó en ese entonces, no muchos le preguntaron, de hecho creo que nadie y probablemente no me recuerde, pero me acerque a usted y le pregunté en cuál libro había leído tales fantásticas historias y me costó años encontrarlo porque estaba prohibido en muchos lados —el chico hablaba de forma entusiasta, con sus manos inclusive.

De repente, Min, SeokJin y TaeHyung caían en las palabras que San había mencionado.

— ¿De qué libro hablas, San? —preguntaba SeokJin.

El alfa lo miraba sorprendido—. Oh, bueno fue uno de los tanto que leyó esa noche. Un libro grande, viejo...

—Dime el nombre, chico —pedía Min.

—Claro. Sí, bueno está en griego "αψίδα" , algo así como Apsída - Upsída. Nadie lo tiene, se dice que se quemaron varios ejemplares, nadie volvió a reimprimirlo. Pagué fortuna, hace años. Es mi mayor reliquia, siempre lo llevo conmigo —mencionaba orgulloso, tocando su pecho y sonriendo, un hoyuelo adorable se dejaba ver en su mejilla.

Min abría sus ojos y tomaba a San por los hombros y lo sacudía con alegría—. Dime qué tienes ese libro contigo, muchacho. Aquí y ahora.

SeokJin cruzaba mirada con TaeHyung y WooYoung no entendía absolutamente nada.

San sonreía orgulloso, nuevamente y asentía—. Por supuesto, señor. Un libro como ese no se deja en casa en su pequeña biblioteca. Lo tengo en mi auto ¿Lo necesita? ¿Usted no tenía el suyo? —preguntaba inocentemente.

Min reía, contagiando a San quién no entendía, pero le devolvía la sonrisa y luego miraba a SeokJin fijamente y lo señalaba.

—Hoy te voy a sacar todas tus dudas, mi muchacho.

SeokJin no podía evitar apretar sus labios por la poca discreción y San fruncía el ceño sin entender.

— ¿Quiere que vaya por él? —preguntaba, al notar tal entusiasmo.

— ¡Corre, chico, corre! —le alentaba el viejo Min y San salía entusiasmado.

— ¿De qué me perdí? —preguntaba WooYoung.

—El libro que tiene tu novio, es un libro muy antigüo, lleno de muchas leyendas y mitos... Un libro que no encuentro hace mucho aquí —el hombre rascaba su cabeza—. Pero es una reliquia que podría decirnos que tipo de alfa es mi muchacho especial, Kim SeokJin —Susurraba con entusiasmo.

El puro alfa suspiraba y miraba los tres pares de ojos que lo miraban con cierto asombró destellando en sus orbes. No estaba seguro si San era de fiar, pero que podría hacer cuando el chico, tan fanático de lo sobrenatural tenía el libro que su Hyung había perdido hace un tiempo y que más encima, cómo había mencionado, tenía, al parecer, la información sobre qué era él.

Y SeokJin necesitaba saber urgentemente qué es lo que era y por qué se le había catalogado como la razón, de las cosas que estaban sucediendo en la actualidad.

Chan Chan chaaaaan...

¿Que seríamos sin San, si fanatismo y su libro?

¿Y Jin no sano su mordida. Recuerdan que TaeHyung le clavo sus dientitos en pleno setttso?

Y... Tienen un aroma indescriptible junticos UwU 💜

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