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WooYoung se encontraba solo un poco desconcertado entre las miradas casi de pánico de TaeHyung y Seok Jin y la mirada fija y entusiasta del señor Min.

— ¿Por qué mi chico tiene un libro donde nos diría que eres? Y ¿Por qué cuando te llamé sonabas asustado? —cuestionaba repentinamente el pelinegro, poniéndose de pie—. Podrías iluminarme, me estás asustando.

Seok Jin fruncia su ceño y se acercaba a Woo, tomándolo de los hombros y acariciando la zona con sus manos.

—Estaba preocupado por ti —mencionaba.

— ¿Por qué? Estoy bien ¿Qué no me estás diciendo? —susurraba WooYoung, llevando su mano a la mejilla del alfa.

TaeHyung no podía evitar sentir una punzada de celos y algo de tristeza. Su aroma se había vuelto espeso e intenso, logrando que Seok Jin soltará a WooYoung de inmediato y el chico incluso retrocediera de su amigo agarrando su propia mano para dejar de tocarlo.

—Lo siento —susurraba el pelinegro.

TaeHyung alzaba sus cejas y abría sus ojos sorprendido—. ¿Qué? Yo no-... —negaba avergonzado, mirando en dirección a Seok Jin—. Perdón...

—No, no —exclamaba el alfa—. Lo siento, no tuve que acercarme así.

Min miraba la escena en completo silencio y TaeHyung se ponía de pie suspirando y casi resoplando.

—Ustedes eran- son amigos —mencionaba—. No quise arruinar el momento

—No arruinaste nada —mencionaba WooYoung—. Prometo guardar distancia de tu alfa.

WooYoung sabía que quería demasiado a Seok Jin y nunca diría en voz alta lo mucho que le había costado no verlo estos días, no saber siempre de él, pero así eran las cosas. TaeHyung era su Omega, siempre lo había sido y ahora TaeHyung, estaba allí.

Le gustaba San, realmente le gustaba, pero todo era reciente y él sabía cómo divertirse, pero eso no quitaba el hecho de extrañar un poco mucho a su amigo. Y por supuesto, negaría totalmente si se le preguntara en voz alta si albergaba sentimientos por su mejor amigo y la ilusión de que, quizás, algún día, ellos podrían ser más que solo eso.

Pero así como se había ilusionado, también se había desplomado dicha esperanza de inmediato con TaeHyung allí.

—Jin está preocupado por ti, pasaron cosas en las últimas horas, podrías estar en peligro —mencionaba TaeHyung, respondiendo las dudas  de WooYoung, minutos atrás.

El chico abría sus ojos y tocaba su pecho—. ¿De qué estás hablando? ¿Por qué estoy en peligro?

—Podrías, pero no voy a dejarte solo —repetía Seok Jin, intentando calmar los nervios de su amigo. Min aclaraba su garganta y Jin se corregía—. Me refiero a que voy a ponerte seguridad, alguien que te cuide y te mantenga un ojo encima.

WooYoung suspiraba y llevaba su cabello hacia atrás—. Amigo, podrías ser más específico —pedía con seriedad—. ¿Es lo que pasó años atrás con los de nuestra especie? ¿Los omegas de nuevo estamos en peligro?

TaeHyung lo miraba con un deje de lástima, él no se encontraba diferente con respecto al miedo de que algo así sucediera de nuevo, pero esta vez estaba con Seok Jin y nada más le importaba. Cómo había dicho antes a su alfa, estaban juntos y eso era lo más valioso.

—Woo, siéntate —pedía el alfa con un tono tranquilizador que lograba calmar los nervios de su amigo, haciéndole obedecer sin chistar. Luego de que tenía su atención, se apoyaba sobre la mesa frente a ambos omegas y comenzaba su relato, de principio a fin, un pequeño resúmen.

WooYoung tenía sus ojos  a punto de salirse de sus cuencas. No quería temblar frente a Seok Jin, pero le era inevitable sentir temor.

— ¿O sea que el blanco de ese ataque, era yo? —preguntaba con su garganta seca. Seok Jin asentía—. Jin ¿Qué está sucediendo? Eso debe dejar a TaeHyung más expuesto —pensaba el chico.

TaeHyung había pensado al respecto, al igual que Seok Jin, pero no quería adentrarse demasiado en ese sentimiento, no quería vivir con miedo. No otra vez.

—Yo estoy con Seok Jin —mencionaba el omega—. Si está manada de cambiaformas anhela tanto tenerlo de su bando, entonces lo último que harían, sería tocarme un pelo a mí —levantaba su mentón al decirlo.

No es que estuviera poniendo a WooYoung en su lugar con respecto a quien era el Omega de Kim Seok Jin, sino más bien, sentía orgullo de ser el Omega de ese alfa. Seok Jin lo miraba con ojos de amor y sonreía como imbécil, para luego sentir un golpe con un libro justo en su omóplato.

—No le sonrías así ahora —le reprendía el señor Min. TaeHyung apretaba sus labios evitando reír.

Seok Jin volvía a centrarse en su amigo—. Quiero ponerte uno de los hombres de mi padre, uno de confianza para mí, para que mantenga un ojo cerca de ti —exclamaba.

WooYoung suspiraba—. El mensaje ya fue dado y no pretendo presumir de valiente porque aún estoy cagado de miedo, pero ¿Creés que lo intentarán de nuevo? —susurraba con temor.

Seok Jin cruzaba miradas con el resto y sus ojos se posaban en los de su amigo, iba a responder, pero en ese entonces, la puerta se volvía a abrir casi abruptamente y San entraba con una bolsa negra en sus brazos que contenía el famoso libro, pero poco le importaba tirarlo en la mesa cuando sentía el aroma de temor del bonito Omega.

Sus manos tomaban el rostro de WooYoung y confundido le preguntaba—. ¿Qué tienes, Woo? ¿Por qué tienes miedo? —su voz era suave, pero demandante y desesperada, queriendo saber que sucedía con el Omega.

TaeHyung alzaba sus cejas y miraba a Seok Jin, el alfa tenía el ceño fruncido ante la escena.

—Ah-... No es nada —mentía, pero San torcía su cabeza confundido.

—Tienes miedo, puedo olerte —exclamaba, luego miraba a Seok Jin—. ¿Qué pasó mientras me fui?

Min, quien iba a agarrar el libro con entusiasmo, se quedaba pasmado de la escena y aclaraba su garganta para llamar la atención.

—Chico, tu Omega está bien —mencionaba.

Pero al unisono más incómodo de la historia, Seok Jin y WooYoung soltaban un: "No es su Omega" y un "No soy su Omega" firme y alto.

San soltaba los hombros de WooYoung algo sorprendido y unas mejillas rojas notorias, SeokJin debía admitir que estaba demasiado sorprendido de sentirlo más herido que furioso, otro en su lugar estaría midiendo a WooYoung con sumo cuidado y no sintiéndose descolocado y abatido como el alfa frente a él se sentía luego de esa negación.

Aquello había distraído a Seok Jin medio segundo, hasta que sentía que su propio Omega, TaeHyung, estaba nuevamente entristecido y muy celoso.

—Amor-... —estaba a punto de acercarse a su Omega, pero el teléfono de San resonaba en toda la habitación llena de incomodidad.

—Lo siento, voy a-... —levantaba su dedo índice mientras atendía—. ¿Sí?

Seok Jin se acercaba en silencio a un TaeHyung que se había puesto de pie, solo para alejarse de él. El Omega no pretendía hacer una escena y él realmente deseaba poder calmar, más que nada, sus celos... Pero joder, estaba costando y lo más incómodo era que, todos los presentes lo sabían.

—Sí, lo olvidé. Estaré ahí en menos de media hora, te veo en un rato —mencionaba, llamando la atención de todos—. Olvidé que tenía una reunión de estudios. Señor Min —miraba al ex profesor—. Espero pueda verlo nuevamente ya que debe devolverme el libro —se mofaba, al ver que el hombre lo tenía bien agarrado entre sus manos.

—Oh, chico. Prometo que será devuelto, solo necesitamos estudiarlo un poco, profundo —mencionaba ondeando su mano como si no fuera la gran cosa.

San fruncia el ceño, pero asentía con una sonrisa—. Téngalo y cuidelo, vendré por él cuando ya no le sea necesario —luego volteaba a ver a los otros tres.

WooYoung estaba apenado por lo que había dicho, la forma en que había negado ser su Omega cuando, aunque fuera increíblemente apresurado, aún para él, sentía que San era completamente diferente a otros alfas.

Claro, no se comparaba a Jin, pero sentía que ni siquiera tenía que hacer eso.

—Si quieres, avísame cuando llegues bien ¿De acuerdo? Ten mucho cuidado —mencionaba con voz suave la última parte.

Seok Jin fruncia su ceño en dirección al alfa.

— ¿Por qué le dices que tenga cuidado en ese tono? —cuestionaba con ojos entrecerrados que le hacían ver una mirada filosa sobre el otro chico.

San alzaba sus cejas—. ¿Disculpa?

—Por qué le hablas como si algo fuera a sucederle

—Jin... —WooYoung le llamaba la atención, casi sin aliento por no entender el planteo de su mejor amigo.

—Solo es una pregunta —respondía Seok Jin.

—Chico... —le llamaba el señor Min, con una mirada que intentaba hacer volver a Jin a sus cabales.

— ¿Qué no notaste la forma en que lo dijo? Como si supiera algo —exclamaba en dirección al señor Min, hasta que sentía la mano de TaeHyung en su brazo. Instantáneamente lo miraba a su lado, sus ojos celestes eran un espectáculo que lo tenían hipnotizado.

—Solo fue una expresión —susurraba con su voz grave, pero dulce.

Seok Jin parpadeaba atónito mientras San los miraba con atención y luego volvía sus ojos sobre él, nuevamente, esperando su respuesta.

—Con todo respeto voy a responderte, pero sabes muy bien que las calles son peligrosas para los omegas y me gustaría decir lo eran, pero considerando que eres nuestro futuro alfa, debes estar al tanto de toda la conmoción y relatos de los últimos meses —recalcaba San.

Todos, incluyendo WooYoung, miraban a San con atención debido a sus palabras. El joven Omega era el más perdido al respecto, ya que no estaba al tanto de los ataques puesto a qué Seok Jin no le había contado nada para no asustarlo. Excepto por la última noticia al Omega atacado en su lugar.

Pero ¿Qué tanto sabía este alfa al respecto?

— ¿De qué hablas? —preguntaba WooYoung a San.

El alfa lo miraba con dulzura ahora que sus ojos giraban en su dirección.

—Yo-... —San parecía confundido.

— Chico ¿Qué es lo que sabes? —preguntaba el viejo Min.

San pasaba saliva y rascaba su nuca—. Si les digo lo que sé no me dejaría tiempo para llegar a mi reunión de estudios

—Cancelala —ordenaba Seok Jin con voz grave, seriedad extrema y mirada fija.

San lo miraba atónito, podría decirse que intimidado, pero había algo más—. De acuerdo —susurraba con una sonrisa ladina.

Y eso era admiración y curiosidad, en partes iguales, por lo que tomaba el teléfono y realizaba un llamado, despareciendo centímetros más lejos. TaeHyung iba en dirección a su alfa, pero WooYoung lo había interceptado antes con un ceño pronunciado y sus ojos bonitos directos en su alfa.

Se veía pequeño y delicado, TaeHyung nunca había sido tan pequeño, casi similar a SeokJin, pero imposible ganarle a los hombros y caderas anchas de los que era dueño. Al ver a su mejor amigo a su lado tan delicado y de menor estatura, nuevamente no podía evitar sentir celos. Celos feos, de esos que no le dejaban respirar porque era como una maldita piedra en la boca del estómago. De repente una imagen prefabricada de su cabeza le atacaba. Todo un Seok sjin desnudo y perfecto, follando el cuerpo pequeño de ese Omega que como cualquier otro era precioso.

Él había tenido un pequeño historial con diferentes alfas, pero Seok Jin, solo había estado con WooYoung y eso hacía que su pecho doliera.

—Oye ¿Qué diablos está pasando? —preguntaba WooYoung—. En serio estás asustandome y ¿Acaso planeas decirle algo a San? —sus ojos estaban bien abiertos ahora.

Seok Jin pasaba saliva y apretaba sus dientes—. Le gustas. Demasiado ¿Él te gusta de esa forma? —preguntaba.

—Por supuesto me gusta, Jin ¿Qué carajos estás diciendo? Te dije que era.... Extrañamente diferente.

Seok Jin rodaba sus ojos, muchos alfas y betas le habían gustado a su amigo, así que lo tomaba de la nuca y lo miraba fijamente, atrayendolo solo un poco más cerca para preguntarle con suma seriedad.

—Dime si podría llegar a gustarte lo suficiente como para dejarle entrar y confiarle tu vida si fuera necesario —exclamaba con voz grave.

El corazón de WooYoung saltaba en su pecho. Jin estaba demasiado cerca y se veía verdaderamente preocupado, algo en él también se asustaba, pero antes de poder responder, un fuerte olor les llegaba a ambos, logrando que la mano del alfa ya no estuviera en su nuca, calentado allí y tomándolo con precisión.

Ambos miraban a un TaeHyung que tenía sus dientes apretados y su mandíbula se marcaba. WooYoung temía ser golpeado en cualquier momento. TaeHyung era poco más curpulento que cualquier otro Omega que haya visto, pero también era extremadamente hermoso. Comprendía totalmente porque Seok Jin nunca se había podido enamorar de él. Los ojos claros de Tae pasaban de su amigo a su pareja.

Seok Jin daba largas zancadas hacia TaeHyung para alcanzarlo y tomar su rostro, pero San volvía luego de su llamado telefónico.

—Listo —soltaba su voz, logrando que Seok Jin se detuviera a centímetros de alcanzar a TaeHyung, bueno, lo hubiese alcanzado sino fuera porque el Omega había retrocedido de él—. Ya cancelé mi reunión de estudios ¿Y ahora? —levantaba sus brazos y los dejaba caer al segundo.

El señor Min se aclaraba su garganta y dejaba el libro en la mesa—. Ahora nos das un segundo. Seok Jin, TaeHyung, síganme —ordenaba, acercándose a la puerta y ordenando a los otros dos a salir rápido. Seok Jin dejaba que TaeHyung saliera antes, pero cuando intentaba poner su mano en la cintura del Omega, este volvía a alejarse. Min suspiraba apretando el puente de su nariz, luego pintaba una sonrisa amable y miraba a San y WooYoung—. Ustedes también podrían arreglar sus cosas, mientras hablo con mis muchachos. Volvemos en un momento.

Luego salía y cerraba la puerta detrás de él.

El suspiro de Woo resonaba en la habitación—. Lamento que haya dicho que no soy tu Omega de esa forma tan brusca —mencionaba con ligereza.

San se encogía de hombros y se sentaba frente a él—. La realidad es que no lo eres, nos conocemos hace ¿Qué? Dos días ¿Tres? —mencionaba con dulzura—. No sé a qué tipo de alfas estabas acostumbrado, pero si hay algo que jamás me gustó es la forma en que los míos se adueñan de los tuyos como si fueran de su propiedad —mencionaba con honestidad—. Me gustas, Woo. Así de simple y me gustaría que no quedáramos en solo un par de salidas porque tú-... —el alfa suspiraba y cerraba su boca.

WooYoung parpadeaba—. ¿Yo qué? —susurraba la pregunta.

San lo hacía sentirse bien y extraño, pero no un "extraño" preocupante. Había algo en él que hacía, lo hacía, pegarse como una maldita garrapata veinticuatro siete y pese a que Seok Jin aún le gustaba, esa extraña necesidad de estar alrededor de este nuevo alfa, se acercaba mucho y hasta se sentía diferente a cuando solo se dedicaba a estar ahí para consolar a Seok Jin.

Era adicto al puro alfa, pero San se sentía bien de otra forma.

El susodicho sonreía—. Eres diferente y sé que sientes los mismo sobre mí. Se nota en tus ojos, pero no pienso apresurarte a nada, lo último que haría es obligarte y lo último que deseo es que a causa de eso te alejaras. No necesitas disculparte, se que no eres mi Omega... —luego sonreía y unos hoyuelo adorables se notaban a los lados de sus finos labios—. Quizás algún día ¿No está mal soñarlo, cierto?

TaeHyung había salido de la habitación y se había mantenido alejado de Seok Jin mientras Min los llevaba a otra habitación cercana que tenía todo lo que necesitaban en el bar café de la librería. Seok Jin había intentado acercarse a su Omega, pero cuando iba a poner su mano en el hombro, Min lo detenía.

—Ahora dime una maldita cosa, muchacho —pedía repentinamente, girando a Seok Jin y logrando que TaeHyung girará al sonido de su voz—. ¿Qué carajos es lo que piensas hacer con el alfa de Woo?

Seok Jin aspiraba fuertemente y se mordía la lengua con tal de no decir qué-...

—No es su alfa —soltaba TaeHyung por él—. Ambos lo dejaron claro —su voz grave era oscura y sus brazos cruzados junto con su rostro serio en dirección a los ojos miel sorprendidos de Seok Jin, hacían que Min aclarara su garganta otra vez.

—De acuerdo, de acuerdo... Hay tensión de la fea aquí y entiendo a tu Omega —le decía a Seok Jin—. Pero enfoquemonos por un segundo ¿Realmente le dirás quién eres?

TaeHyung miraba a Seok Jin con un ceño más relajado, algo de curiosidad y por supuesto, preocupación.

El alfa suspiraba y fregaba su rostro con sus manos, se sentía tan contrariado. TaeHyung estaba celoso, más celoso que triste, como minutos atrás su olor era realmente una confusión, pero ahora había celos.

—Puedo ponerle a Woo alguien de confianza, de mi grupo de seguridad o de mi padre —mencionaba—. Betas entrenados que lo mantendrían a salvo, pero al fin de cuentas si alguien que realmente se preocupara por él sin un sueldo de por medio puede hacerse cargo, creo que optaría por esa opción. San es un alfa

—Y está jodidamente metido con tu amigo —mencionaba TaeHyung, hablándole con seriedad y mirándolo a los ojos—. Aún así ¿Creés que es buena idea decirle quien eres?

—No le diré quién soy porque no tenemos una maldita idea de lo que soy —mencionaba suspirando—. Pero la forma en que le pidió a Woo que se cuidara, no pueden decirme que no creen que sabe algo

—Chico, entiendo que soltar a WooYoung es  extraño —mencionaba con delicadeza, mirando entre TaeHyung y Seok Jin—, pero venimos de un masivo ataque a Omegas, muchos desaparecieron y no los recuperamos y él está interesado en tu amigo, por supuesto iba a decirle que se cuidara, Jin.

Seok Jin negaba con su cabeza—. No, hay algo más y lo sabré ahora —afirmaba—. Espero por su jodido bien que no me mienta.

TaeHyung alzaba sus cejas, casi queriendo rodar sus ojos, el señor Min pasaba saliva, sentía la molestia del otro hombre por lo que se disponía a suspirar y mencionar que los esperaría en la habitación de al lado, volviendo así, nuevamente con Woo y San. Cuando la puerta se cerraba, Seok Jin enfrentaba a un TaeHyung que tenía sus ojos con una mirada del tipo sombría.

— ¿Quieres golpearme? —preguntaba en un suspiro—. Lo entiendo, te dejaré hacerlo —mencionaba con una mirada de disculpa.

TaeHyung cruzaba sus brazos y suspiraba, intentando apartar la sensación de mierda de su pecho.

El alfa notaba que evitaba sus ojos, mirando a cualquier lugar menos a él y que aún seguía en silencio, así que con paso lento se acercaba y cuando iba a tocar el brazo de TaeHyung, este volvía a alejarse.

—Amor-... —sollozaba.

TaeHyung alzaba su mano en dirección a él—. Solo dame un maldito momento —pedía, luego fregaba su rostro con sus manos y le daba la espalda.

—Solo me preocupó por él —exclamaba Seok Jin.

—Lo sé —decía entre dientes, luego se apoyaba sobre la pared y dejaba caer su cabeza—. Solo no puedo evitar detestar como te ves con él y como lo miras y lo atento que eres. Por dios~... —gemía aún destestandose a sí mismo.

Seok Jin fruncia sus cejas confundido.

— ¿Cómo me veo? —cuestionaba.

TaeHyung reía amargamente—. Solo te ves bien con él —mencionaba—. Sí, suena jodidamente estúpido, pero él es precioso

—Tú también, no tiene sentido lo que dices

— ¡Lo sé! —exclamaba irritado—. Es una estupidez, pero aún así me molesta. Y la forma en que negaron al mismo tiempo que no es el Omega de este chico San... Joder, Jin —finalmente se giraba con sus ojos celestes encendidos—. Me jodió, como la mismísima mierda que tú siquiera decidieras si es o no el Omega de alguien más.

El alfa alzaba su mentón mientras suspiraba.

—Lo lamento  —susurraba.

— ¡Y eso me enfurece peor! —gritaba acercándose repentinamente a Seok Jin, este lo miraba atónito—. Sé que lo sientes. Lo sé, pero solo te sale tan natural ser territorial con él

—No es eso, Tae

—No me digas "Tae" —soltaba casi, evitando poner un maldito mohín en sus labios.

Seok Jin por poco y sonreía, pero prefería mantener la seriedad.

—No es por la atracción que sentía-...

—Sientes —corregía TaeHyung—. Aún estás atraído hacia él.

El alfa abría su boca y negaba, casi sorprendido—. Ya te dije que consideré en un momento tener algo con él, si no había esperanza contigo, pero apareciste en mi puerta y yo simplemente olvidé toda posible "reconsideración" pero aún siento la necesidad de cuidarlo —susurraba sin fuerza—. Sé que está mal y que no debería, pero él solo me tiene a mí.

TaeHyung suspiraba—. Creo que entiendo eso, pero si soy honesto contigo-...

—Por favor, se honesto —pedía Seok Jin con dulzura.

—Tienes un historial con WooYoung. Un pasado muy reciente  —exclamaba.

Seok Jin alzaba sus cejas—. Olvida el pasado y deja mi historial de lado, él es mi amigo y lo quiero como tal. Pero te amo a ti.

TaeHyung rodaba sus ojos, los cuales se llenaban de lágrimas—. Ese es precisamente el problema. No puedo olvidar nuestro pasado. El mío —Seok Jin fruncia sus cejas y TaeHyung continuaba—. Ambos tuvimos encuentros con alguien más a pesar de que prometimos no hacerlo

—Eramos adolescentes e ingenuos —susurraba Seok Jin—. No voy a recriminarte  con quién hayas dormido para saciar las necesidades que yo no pude

—Ese es el problema —susurraba TaeHyung—. Me acosté con diferentes hombres, mientras que tú solo estuviste con él.

Seok Jin apretaba sus dientes, sintiendo la picazón de los celos.

—Jamás sentí la necesidad de marcarlo. Jamás fue nada tan seriamente romántico. Lo quiero y mucho, pero siempre le dejé en claro que no podría amarlo, él merece ser el primero en la vida de alguien más-...

—Ahora lo es y pareciera ser que no lo toleras —mencionaba TaeHyung.

El alfa apretaba sus dientes y agachaba la cabeza—. Tae, mi ex compañero fue atacado y le dijeron que Woo era el objetivo ¿Cómo crees que eso me hace sentir cuando lo he mantenido a salvo todo este tiempo?

TaeHyung suspiraba, la sensación de mierda no se iba—. ¿A él le diste un collar?

Seok Jin abría sus ojos, TaeHyung jamás había dicho nada acerca de ese regalo, WooYoung le había asegurado amigablemente que seguro lo usaba, pero jamás lo supo.

—WooYoung es muy... Salvaje, tuvo encuentros turbios dónde casi, más de una vez, un imbécil quiso reclamarlo. Me pareció que era lo correcto regalarle uno a mi mejor amigo y a mi-... —Seok Jin apretaba sus labios—. A mi Omega.

TaeHyung sentía sus piernas temblar, él era su Omega, pero su consciencia le recordaba lo sucio que había sido en ocasiones.

—Cuando recibí tu regalo me sentí tan furioso —mencionaba. El alfa se sorprendía—. Solo significaba que me dabas rienda suelta a hacer lo que quisiera

—Sé que no es fácil para tu casta no sucumbir a sus deseos. Es doloroso y muy frustrante-... Yo lo sabía, podía sentirte

—Aún así, estaba tan enojado... Luego solo comencé a "rascarme cada vez que me picaba" y no estabas allí para calmarme... Pero lo usé cada vez, porque siempre fui y soy tuyo, pero nuevamente para mí, ninguno tenía peso. Pero él-... —señalaba en dirección a la habitación contigua—. Sé que no tengo derecho de sentirme así, pero no puedo evitarlo, es todo un maldito cúmulo de culpa y celos.

Seok Jin negaba con su cabeza mientras se acercaba lo que restaba y tomaba el rostro de TaeHyung entre sus manos, finalmente. El Omega soltaba un jadeo cuando el contacto ocurría.

—Amor, nunca llegué a entender las razones que te mantuvieron lejos de mí. Pero debes de creerme que al momento en que perdí la fe o casi perdí la fe en nosotros, apareciste en mi puerta al día siguiente —luego sonreía a su Omega con dulzura—. Te amo y WooYoung es parte de mi familia. Sí, me cuesta quizás, soltarlo, pero es más mi lado sobreprotector con él que aquellos sentimientos que casi me hacen considerarlo como algo más que un amigo de cama y quizás si estuviera en tu lugar también me sentiría como la mierda, pero... —el alfa suspiraba y apoyaba su frente en TaeHyung quien, de inmediato enroscaba sus brazos en su cintura—. Solo dime qué debo hacer para que dejes de sentirte así...

Cuando sus palabras abandonaban sus labios, TaeHyung, quien había cerrado sus ojos cuando sintió su frente en la suya, los abría y estaban nuevamente de un celeste radiante y cegador.

— Márcame, alfa —susurraba en un ruego.

Seok Jin apretaba sus manos a los lados del rostro acunado de TaeHyung y largaba todo el aire por su nariz mientras que suavemente lo empujaba contra la pared y su pelvis empujaba hacia adelante, encendiendo cada parte del cuerpo de su Omega que apretaba sus brazos para más fricción.

Cuando Seok Jin abría sus ojos, allí estaba ese color rojo carmín, TaeHyung sentía una sonrisa tirando del borde de sus labios cuando lograba poner a su alfa tan inestable que no podía esconder esa mirada tan imponente. Otro empuje y TaeHyung entreabría sus labios con un gemido suave escapando de estos y se sorprendía con un golpe de calor repentino y fuerte cuando los dientes de Seok Jin se clavaban en su labio inferior con una precisión que lo prendía fuego.

Su aroma a arándanos se volvía espeso e intenso, mareando a Seok Jin quien soltaba suavemente el belfo inferior, sacándole otro gemido y cuando lo soltaba, TaeHyung volvía a inclinar su cabeza al lado contrario para dejar esa zona entre su cuello y hombro a merced de Seok Jin.

No le importaba dónde estaban, no le importaba con quién y no le importaba que no estuvieran completamente desnudos y anudados. Él solo lo anhelada, lo deseaba desde siempre. Aquí y ahora.  El alfa incluso sonreía, perdido en la nube que formaban la feromonas fuertes que TaeHyung había soltado. Pero nuevamente cerraba sus ojos y se calmaba, consigo a TaeHyung. Nuevamente controlando el salvaje libido de ambos.

TaeHyung sentía como la intensidad del calor disminuía y eso apagaba el destello celeste de sus ojos. Calmaba su respiración y desaceleraba su pulso. Iba a sentirse solo un poco patético hasta que los labios carnosos y suaves de su alfa se posaban sobre la zona sensible que unía su cuello y hombro. Justo donde su glándula se hallaba.

Un suspiro casi frustrado se desprendía de sus labios mientras que sus dedos se aferraban a la polera que Seok Jin llevaba esa mañana.

—Lo haré, solo déjame estar listo. No quiero que sea una necesidad animal reclamarte —mencionaba en su oído—. Te amo, desde siempre y para siempre. Solo déjame hacerlo en el momento indicado, sin que tengas que rogarme y sin dudar.

TaeHyung apretaba sus ojos—. ¿Por qué dudas? —susurraba.

Seok Jin suspiraba y todo su aliento acariciaba la piel de esa zona, la piel del Omega se erizaba en los lugares correctos.

— Dudo de mí —respondía, TaeHyung abría sus ojos y buscaba los de Jin, mirándolo fijamente a escasos centímetros—. No sé que soy. Ni de lo que soy capaz de hacer, ya te dije que no quiero hacerte daño. No quiero lastimarte.

TaeHyung suspiraba, él sabía que Jin jamás podría lastimarlo, pero quizás, sería bueno avanzar con la lectura a ese libro, para que Seok Jin supiera de todo lo que era capaz de hacer. Lo sabía, lo sentía en su corazón y cada vez que miraba a su alfa, sabría que sería grande y único.

Con su mano en el pecho de Seok Jin, le sonreía con dulzura—. Es hora de saber de qué eres capaz —luego buscaba su mano, la tomaba y antes de salir de allí agarrando a Seok Jin, con voz grave, susurraba en la oreja del alfa—. Y verás que eres el último en hacerme cualquier tipo de daño. Tú solo me amas, me cuidas y me das más placer del que merezco —su voz era ronca al final de esa frase—. Solo eres capaz de hacerme tocar el cielo con las manos y gemir cómo un jodido demente debajo de tu cuerpo o encima del tuyo, contigo enterrado en mí, hasta el fondo —terminaba en un grave susurro que hacía estragos con Seok Jin, quien apretaba su mano en una positiva señal. TaeHyung reía ladino, bajaba el cuello de la polera que Jin llevaba y veía nuevamente su marca. Fresca y radiante en el cuello de su alfa, relamía sus labios y su lengua pasaba nuevamente por esa marca.

Podía sentir un suave siseo abandonar los labios de Seok Jin. Podía sentir solo un poco de sangre y el sabor de la piel del alfa. Sus ojos celestes se encendían, pero podía sentir como Seok Jin tomaba su nuca y besaba con dulzura su frente. Nuevamente su alfa, los mantenía en control, así que se tiraba sobre su hombro y compartían un breve abrazo de consuelo y comfort. Lo necesitaban antes de volver al ruedo.

Para cuándo finalmente volvían, el señor Min y Woo estaban a los lados de San, quien había tomado prestada la laptop del viejo alfa para buscar quien sabía que cosa. Cuando WooYoung alzaba la vista los veía entrar de la mano y una dulce y fugaz sonrisa se dibujaba en sus labios, rápidamente desaparecía, pero TaeHyung lo había visto.

—Jin, tienes que ver esto —mencionaba el pelinegro, llamándole con la mano.

El alfa cruzaba una mirada con TaeHyung y luego se acercaban para ver la pantalla. Había un chat abierto, diferentes fotos y un vídeo reproduciéndose.

— ¿Qué carajos...? —soltaba sin aliento, cuando en el vídeo en cuestión, un tipo que no mostraba su rostro comenzaba una serie de doloroso cambio físico.

TaeHyung no podía evitar tapar su boca ante el sonido de huesos rompiéndose y parte de piel desgarrándose mientras el tipo gruñía con dolor y en otras partes gruñía como un jodido animal. La piel de Seok Jin se erizaba, todo un escalofríos recorriendo su espina dorsal cuando veía que el tipo en cuestión lograba un tortuoso, pero efectivo cambio a una bestia. Un lobo poco más grande del común que conocemos, con ojos dorados, salivando alrededor de sus fauces que si tan solo tocarán la piel de un ser humano lo desgarrarían con tanta facilidad.

El brazo de Min Ji Hoo se estiraba para alcanzar el de Seok Jin y apretarlo con su mano ocasionando que el alfa y por poco saltará del susto. Estaba demasiado compenetrado en ver a la bestia en la pantalla mientras millones de comentarios era entre halagador, otros llenos de horror y algunos que no creían absolutamente nada.

Hasta que luego de unos minutos en los que San subía la velocidad para que avanzará más rápido a pedido de Seok Jin, la bestia en cuestión, sufría otra transformación dolorosa dónde nuevamente se veia a un ser humano allí, claro que no mostraba su rostro. La parte trasera del vídeo era una cortina negra que no daba indicios de dónde diablos estaba.

Cuando San pausaba el video, el horror en las orbes de TaeHyung y WooYoung era al mismo nivel, pero el viejo Min Ji Hoo tenía sus dedos alrededor de la muñeca de un Seok Jin con ceño fruncido.

— ¿Qué mierda acabamos de ver? —susurraba con voz grave.

San suspiraba y acomodaba sus lentes sobre el puente de su nariz—. Esa es la razón por la cual me pediste que me quedara —respondía, mirando hacia atrás a un Seok Jin que estaba apoyado tras él, sobre la mesa y casi toda su imponente figura, estaba encima del otro alfa.

—Es la razón por la cual le pido a WooYoung que tenga cuidado y estoy más que seguro que al ser nuestro futuro alfa, estás más que informado al respecto de los rumores sobre alfas convirtiéndose en bestias.

Seok Jin apretaba sus dientes y cruzaba una mirada con su consejero y viejo amigo, Min.

— ¿Qué es ese sitio? —preguntaba TaeHyung de repente.

San chasqueaba su lengua—. Digamos que mi fanatismo por las leyendas urbanas de nuestra especie, me llevaron a un sitio del tipo Dark Web para gente que piensa como yo... O ¿Nosotros? —cuestionaba, mirando a todos los presentes.

—Son unos malditos dementes —soltaba Woo de repente.

San alzaba sus cejas en sorpresa—. Sí, bueno. En realidad hay de todo en la viña, estoy aquí porque compartíamos leyendas, experiencias extrañas y luego el sitio se fue llenando de más y más gente que ha visto estas bestias en persona, pero solo por unos segundos —San miraba a Seok Jin—. Seguramente sabes de los ataques en Taiwán, por ejemplo. Se disperso por la Dark Web.

El alfa apretaba sus dientes y presionaba el puente de su nariz.

— ¿Jin, eso es cierto? —preguntaba Woo.

Seok Jin fusilaba a San con la mirada—. Evitamos esparcir esta información hasta saber con qué nos enfrentamos. Claramente están ocasionando conmoción

—Jin~... —susurraba WooYoung.

El alfa lo miraba—. Un testigo dijo que fue atacado por un alfa en forma de bestia y ojos dorados... Pero no tenía rasguño alguno, Woo. No podemos saber si dice la verdad

—Claramente lo hace —mencionaba TaeHyung con seriedad.

Min resoplaba, soltaba a Seok Jin y quería evitar decir mucho frente a San, quien era prácticamente una nueva adhesión muy útil, pero aún así, notaba que Jin no confiaba en él aún. Y si su muchacho no confiaba, él se mantendría al margen.

—De todas formas —hablaba San—. No duran mucho tiempo así. Y claramente como todos vimos, les resulta muy doloroso el cambio. Hay un par de vídeos más, nadie sabe quienes son~...

—Unos malditos cobardes y alborotadores —soltaba Seok Jin, por decir lo menos.

—Sí, también —afirmaba San—. Pero esto prueba de que ese libro no miente —exclamaba con sus ojos grandes, brillosos y emocionado al respecto.

Seok Jin lo estudiaba—. ¿Por qué siquiera te pone feliz que este tipo de demente ande por ahí suelto?

—Oh, no... No es eso lo que quise dar a entender —exclamaba rápidamente—. Estoy a tu favor de que son unos malditos alborotadores, pero esto significa que ese libro no está lleno de pura habladurías sobre nuestra raza. Sobre su época gloriosa y superior...

—Oh, hablas de la leyenda Plenilunio —soltaba el señor Min.

"¿La leyenda Plenilunio?" Soltaban los omegas y Seok Jin al unisono.

— ¡Exacto! —afirmaba San sonriendo, Min sonreía inevitablemente.

Seok Jin sentía una punzada de celos, no es que no creyera jamás en esas leyendas, repitamos que, eso lo mantuvo vivo y con esperanzas ante su distanciamiento con TaeHyung y la leyenda de los destinados que Min le había leído tiempo atrás, antes de perder su propio libro.

—Podrían jodidamente orientarme aquí —pedía impulsivamente.

—No maldigas mi muchacho, no maldigas —soltaba Min, palmeando su hombro—. Permíteme, chico —decía a San, tomando el libro y buscando en la concordancia del mismo, el capítulo que hablaba de La Leyenda Plenilunio—. Aquí —abriendo el libro, señalaba la misma.

San asentía freneticamente y comenzaba a relatarla de memoria—. La leyenda habla sobre un chamán que estaba asqueado de nuestra raza. Los alfas y omegas, gobernando la tierra. Siendo superiores y temidos ante simples humanos o betas, como les llamamos. Resulta ser en la historia que nuestra raza termina subestimando demasiado al viejo en cuestión. Una guerra entre humanos y hombres lobos se desatan —explicaba concentrado, poniéndose de pie y moviéndose de aquí hacia allá, moviendo sus manos en cada parte del relato—. Cuando el viejo chamán y sus seguidores terminan perdiendo ante esta raza superior, lanza un hechizo... Una maldición

— ¿Una maldición? —susurraba Seok Jin.

San asentía—. La noche en que esta guerra se lleva a cabo, era una noche de "Ciclo Lunar", "Día de la Luna Roja" o  como se titula la leyenda: "Plenilunio"... Dónde nuestra especie, se juntaba y revelaba su lado más salvaje, volviéndose más fuertes. Los humanos no tenían esperanza alguna, había sido una masacre que el chamán no dejaría pasar, por lo que al morirse, básicamente condena a nuestra raza a ser tan simple y ordinarios como ellos. Solo con los problemas de feromonas, aromas y el celo que nos ataca... Podría decirse que perdimos lo que nos hace más superiores e increíbles, lo cual es la posibilidad de la transformación.

Sus ojos estaban tan, pero tan llenos de entusiasmo, que por poco decaen al ver que el resto lo miraba como si fuera un maldito lunático. Menos Seok Jin, el alfa, su futuro alfa, lo miraba como si le estuviese haciendo con rayos equis, pero a la vez, sabía que Seok Jin, quería saber más.

—Esa es la razón por la que no podemos cambiar —añadía Min—. Y la razón por la cual, los destinados no existen. Encontrar a tu pareja destinada en un "Plenilunio" era la perfección. El aroma de ambos entremezclandose, reclamandose tan solo al segundo de verse...

— Sintiéndose correspondido, en su lugar seguro, con su otra mitad. Una mitad que no sabías que te faltaba hasta que lo veías y todo tenía sentido... —susurraba San, mirando directamente a WooYoung con sus ojos miel y el destello casi verdoso de todo alfa.

WooYoung sentía sus mejillas rojas y su aroma a fresa se disparaba de repente.

TaeHyung miraba en su dirección, sintiendo el dulce aroma. Sentía que olía mejor que el suyo propio, pero antes de que pudiera sentirse más cohibido o molesto al respecto, Seok Jin chasqueaba sus dedos frente a ambos y los traía a la realidad.

—Si se supone que estamos malditos ¿Por qué mierda, este grupo de personas está logrando cambiar?

San parpadeaba con letargo, Min movía su dedo índice de forma frenetica en dirección a Jin.

—El libro debe tener la respuesta... Pero mi memoria está comenzando a fallar —chasqueaba su lengua—. La edad no viene sola.

San sonreía y palmeaba su hombro con suavidad—. Por suerte, he leído hasta entre líneas este libro y creo tener la respuesta para nuestro alfa aquí...

Seok Jin se cruzaba de brazos, imponente y expectante—. Dime el por qué...

—Simple —el alfa se encogía de hombros—. Toda maldición tiene forma de romperse. El chamán creyó que la solución jamás se presentaría ni llegaría a ocurrir porque era simplemente imposible —alazaba sus cejas—. En ese momento y ahora los alfas actuales son tan prepotentes. Lo que quieren lo toman, hasta el día de hoy... Se aprovechan de su casta, hacen desastres... Y los alfas puros, son peores, no siempre funciona la unión de dos alfas, por eso son escasos. Imagina una maldición con una solución tan diferente a su problema inicial —miraba a Seok Jin encogiéndose de hombros.

El alfa rodaba los ojos—. Claro, estás diciéndome que soy un maldito temperamental por ser el único puro alfa de la actualidad, entre otras cosas.

San sonreía metiendo sus manos en sus bolsillos—. En realidad, te ves como todo lo contrario —decía con sinceridad, luego alzaba su dedo y ponía play al vídeo que había pausado.

La voz del alfa en cuestión estaba con efectos para no ser reconocida, cuando comenzaba a explicar:

"Aún no podemos dominar la transformación, no es posible del todo, pero podemos unos breves minutos porque definitivamente él se encuentra entre nosotros. Si no saben a quien nos referimos, lean el apartado de la leyenda del Plenilunio. La posibilidad de estos minutos de transformación es porque nuestra maldición está llegando a su fin. Él se revelará pronto y cuando lo haga, todos seremos libres y a quien no le guste, terminara del otro lado de la barrera que se está dibujando entre nuestra especie y los humanos".

El vídeo finalizaba allí. San volvía a mirar a Seok Jin.

—Estamos viviendo una era en la que el alfa que predice el chamán en "La Leyenda del Plenilunio" es muy probable que esté entre nosotros ya...

TaeHyung miraba a Seok Jin y lo notaba atónito—. ¿Quién es él? —decía con su voz apenas temblando.

El alfa arcano —respondía San—. Uno superior. El libro habla de él en diferentes escenarios que dejan ver el tipo de alfa que es. Se dice que el chamán lo conjuro como la solución de la maldición ya que un alfa con esas características había existido hacía ya mucho tiempo, pero que nadie recordaba porque no parecía ser sobresaliente frente a un alfa prepotente que toma lo que desea, manda y reta a todos constantemente, dejando ver su superioridad. Se dice que el primero de todos era así y que otro nacería luego de no sé cuántos años... —San se encogía de hombros—. Como el mesías de los cambiaformas... Y que obviamente está ligado a su destinado, una unión fuerte y única que se basa no solo en encontrar a quien será para siempre su compañero y complemento, sino que representa lo perfecta que es nuestra raza, teniendo la posibilidad de encontrar el amor y el sustento de dos seres de una forma que ningúna otra especie puede hacerlo. Acomplándose a otro de por vida, en cuerpo y alma.

TaeHyung se quedaba sin aliento, no se daba cuenta en qué momento sus dedos se habían entrelzado a los de Seok Jin, quien no podía evitar mirarlo.

—La maldición se rompe cuando el arcano, marca a su destinado y lo reclama como suyo. Algo que en un mundo como hoy, tan moderno, ordinario y común, sería casi imposible porque si el arcano está entre nosotros, quien sabe si pueda encontrar a su destinado...

— ¿Y si lo hace? —preguntaba WooYoung, mirando a Seok Jin y luego a San.

—Fácil, cariño. La maldición se rompe con su unión y lo que el alfa del vídeo dijo, se cumpliría palabra por palabra.

Min Ji Hoo miraba a Seok Jin con suma seriedad, sabía lo que su muchacho se estaba debatiendo y el aroma abatido de TaeHyung se desprendia con fuerza. Seok Jin apretaba su mano y San no entendía la repentina tristeza del otro Omega.

—Eso significa, que dado el caso que exista, lo encuentre y lo reclamé... ¿Será el fin de una era y el comienzo de otra que puede ser un total y completo caos? —susurraba Seok Jin.

San alzaba sus cejas y suspiraba—. Depende desde que punto de vista quieras verlo. Ciertamente esta especie de rebeldes deben ser contenidos, pero ¿No hay de todo en la viña del señor? No seríamos los primeros con algunos dementes a limpiar, y por otra parte lo considero que sería algo tan genial y revitalizador. Conectarte con tu lobo interior es una experiencia increíble, pero imagina simplemente liberarlo. Liberarte —susurraba San, Min asentía con él.

—Lo mejor que podríamos experimentar. Dejar nuestro lobo ser —susurraba el viejo Ji Hoo.

Seok Jin apretaba sus dientes—. Siempre y cuando no suceda lo que pareciera querer suceder —mencionaba—. Unos rebeldes queriendo tomar un poder que fue muy mal utilizado en tiempos pasados y revitalizador o no, los humanos y los nuestros encontramos un punto de paz y acuerdo —sin darse cuenta, por tener la costumbre de hablar de vez en cuando con sus manos, soltaba a TaeHyung y exclamaba—. Si el supuesto arcano existe y reclama a su destinado, solo significa una sola dos cosas: caos y revolución.

TaeHyung inhalaba con fuerza, saliendo repentinamente de la habitación con sus ojos ardiendo. San seguía sin entender, Woo comprendía y Min también. Seok Jin suspiraba.

— ¿Puedes darme tu libro? Y la forma de entrar en esa Dark Web para vigilar a este grupo de cerca, las cosas se están saliendo de control si más gente sigue hablando al respecto.

San abría sus ojos y asentía, buscaba el libro y miraba al señor Min, quien asentía para que se lo diera a Seok Jin.

—Debo ir por TaeHyung... —susurraba mirando el gran libro en sus manos—. Woo te dará mi número. Min —se despedía del viejo alfa con un asentamiento y salía de inmediato.

San no podía evitar curiosear un poco al respecto porque vamos, el tipo había estado en su salsa hablando frente a Min Ji Hoo y Kim Seok Jin. Se había sentido importante y obviamente había sido de ayuda... Aún así, preguntaba:

— ¿Ellos están bien? TaeHyung estaba muy triste

—Estarán bien... —respondía Woo—. Y tú tienes que llevarme a casa porque no estoy muy tranquilo al respecto ahora —setenciaba.

Cuando Seok Jin salía afuera y llegaba a su auto, encontraba a TaeHyung apoyado en la parte trasera y limpiando sus ojos. Metía el libro de inmediato en el vehículo y se acercaba a su Omega, tomando su rostro, notaba la mirada de tristeza con sus ojos húmedos y rojos

— ¿Qué sucede?

—Lo sabes —respondía TaeHyung.

Seok Jin suspiraba y dejaba caer sus manos—. No soy ese alfa

— Si lo eres —afirmaba—. Lo sabes y lo sientes. Eres ese alfa

—No, solo soy una anomalía de nuestra raza. Como el resto de esos enfermos de la Dark Web.

TaeHyung negaba y secaba sus ojos. Estaban rojos del llanto que no había podido contener y el celeste se veía mucho más claro—. Eres él. El alfa arcano que romperá la estúpida maldición. Eres. Él —puntuaba—. Eres tan diferente como seguramente ese estúpido libro menciona y por algo te dejaron ese mensaje... Y eso le da sentido a~... —TaeHyung se callaba repentinamente, apretando sus dientes y negando con su cabeza.

— ¿A qué le da sentido?

— Olvídalo —exclamaba—. Eres él y si me reclamas, esas bestias se liberarán... —TaeHyung sentía el nudo en su garganta que le dificultaba el habla—. Eres tú y yo soy tu pareja destinada... Si me marcas, sería el Omega más feliz del mundo, pero para ti solo significa que será caos, locura y destrucción.

Perdón la tardanza y errores de tipeo 😔
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PD: No estoy abandonando historias, solo trabajo mucho y llegó cansada. Pero decidí que UPSIDA te dará capa largos, pero no con muchos caps, básicamente estamos en el apogeo.... Bueno casi.

Con amor niñita NanyKoo 💜

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