~25~

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TaeHyung miraba el sótano del viejo Min un poco más que sorprendido y algo alarmado. Era una especie de laboratorio en una parte y una sala de entrenamiento por otra.

— ¿Qué es lo que hacían aquí, exactamente? —preguntaba el Omega con ceño fruncido, revisando todo a su paso.

El viejo Min suspiraba—. Intentando conocer a tu alfa, chico. Seok Jin y yo somos un par de inadaptados sociales, si lo miras desde otra perspectiva—mencionaba, asintiendo.

Sería cómico si TaeHyung no sé sintiera, interiormente un poco alarmado. 

Luego llegaba a una pequeña mesa metálica. Diferentes tipos de escalpelos y objetos cortantes había en ella, el corazón de TaeHyung quería salir de su pecho al igual que su bilis subiendo por su garganta.

Giraba furioso, miraba al par detrás de él.

— ¿Qué significa esto? ¿Para que lo usaban? —preguntaba conteniendo su ira.

Min miraba a Seok Jin nervioso, su Omega era extrañamente intimidante, no le sorprendía, recordaba a TaeHyung con una gran temperamento para su propia casta. Sin embargo, Seok Jin lo miraba con un rostro pasivo y una mueca que dejaba denotar el hecho de que estaba enfureciendose en vano.

—Déjalo así, cariño

—No me hables así de dulce ¿Te das cuenta lo peligroso que es esto? ¿Ya no lo hacen, no? —levantaba una octava más su voz.

Min negaba, casi comicamente.

— Y usted, era el maldito adulto en el asunto ¡No tendría que haberlo insitado! —decía apuntando a Min con el bisturí más peligroso.

Min se escondía detrás de Seok Jin.

—Oye, baja eso, chico —pedía el viejo Min—. Debes saber que no tenía muchas opciones, tu alfa aquí tuvo la idea y bien podría haberlo dejado sólo o tener un ojo en él, estos métodos poco ortodoxos fueron-...

—Pura y exclusivamente mi idea —decía Seok Jin cruzado de brazos.

Su rostro era un poco aburrido, Min estaba detrás de él asintiendo y era nuevamente cómico un viejo alfa escondido detrás de uno joven, pero considerando que Seok Jin parecía ser el más fuerte de todos, tenía sentido.

TaeHyung no quería pensar que se veía jodidamente sexy siendo tan imperturbable.

Con pasos agigantados se acercaba a Seok Jin y Min se alejaba de este porque TaeHyung aún tenía el escalpelo en dirección a ellos—. ¡Podrías haberte hecho verdadero daño!

Seok Jin suspiraba, tomaba la muñeca de TaeHyung dónde su mano sostenía el objeto cortante y se lo quitaba con cuidado para devolverlo a Min y que este lo pusiera en su correcto lugar. TaeHyung tenía su mandíbula apretada porque el agarre de SeokJin era verdaderamente suave y su pulgar acariciaba su pulso.

—Podrías haber salido herido seriamente —susurraba más dulce, o mejor dicho, derritiéndose por la calma que sentía al ver los ojos color avellana de Seok Jin fijos en él.

El alfa se acercaba y acariciaba el rostro consternado de TaeHyung.

—Necesitaba saber con exactitud que tan rápido podía sanar —respondía con suavidad—. Min jamás puso en riesgo mi vida.

TaeHyung quería refutar, pero sentía tanta calma que solo presionaba su frente a Seok Jin, a su alfa y aspiraba fuertemente su aroma suave que lo envolvía casi tan similar a la sensación de tener los brazos de Seok Jin a su alrededor. Aunque estos llegaban segundos despues y el Omega sólo se dejaba abrazar y contener.

Suspiraba sonoramente cuando Min lo miraba de lejos para ver cómo se encontraba.

— ¿Sigues enojado, chico? —preguntaba el hombre.

TaeHyung sonreía y negaba, pero luego enseriaba sus rasgos y se enderazaba, saliendo de debajo del cuello de su alfa y mirándolo seriamente.

— ¿Qué se supone que harán ahora? —preguntaba suspirando—. No voy a permitir ningún corte de nada, no voy a dejar que te hagas daño —exclamaba.

Seok Jin sonreía mientras acariciaba la mejilla de TaeHyung con ternura, pero la garganta del señor Min se aclaraba y llamaba la atención de ambos. La pareja lo miraba ceñudo.

—Tengo algo que quizás... Podría ayudar, no estoy seguro, nunca quise probarlo contigo porque me parecía más peligroso que unos simples cortes superficiales —mencionaba.

El Alfa alzaba sus cejas y las fruncía nuevamente confundido, se alejaba de TaeHyung y se acercaba a Min.

— ¿De que estás hablando? ¿Qué es lo que nunca probamos?

Min suspiraba y se acercaba al escritorio que tenía en su sótano y abría el cajón con llave que tenía allí, sacando una pequeña botella de vidrio con algo escrito en ella.

Seok Jin se acercaba y la tomaba en su mano—. ¿Guttae hallucinogenic?

TaeHyung tomaba el frasco de las manos de Seok Jin—. ¿Para que son las gotas alucinógenas?

Min suspiraba y tomaba asiento sobre el viejo escritorio—. ¿Recuerdas la terapia que te mencioné que usaban en algunos adolescentes dónde su casta aún no se revalaba? —preguntaba el viejo alfa a Seok Jin, este asentía—.Bueno, se basa en ingerir estas gotas, te ponen a dormir e inducen al paciente a tener su peor pesadilla en las cuales no pueden controlar su naturaleza. Ya sea miedo, rabia...

—Cómo lo experimentaría en una situación horrible de la vida real —mencionaba TaeHyung con seriedad.

El viejo Min asentía, Seok Jin lo miraba fijamente.

— ¿Desde cuándo las tienes? —preguntaba curioso.

—Las tengo hace poco, pero sabía hace tiempo dónde conseguirlas... Sólo que nunca me atreví a probarlas contigo —exclamaba con sinceridad.

Seok Jin suspiraba, sus dientes apretados marcaban su mandíbula.

— ¿Incluso cuando mi casta aún no se revalaba? —preguntaba con voz dura.

Min suspiraba—. Tienes que entender que no estaba seguro que tan confiable eran en ese entonces, no iba a exponerte a eso para que tu casta se presentara —mencionaba con honestidad.

Había sido un problema para Seok Jin no definirse en su adolescencia, siendo que Min tenía fácil acceso para poder acelerar el proceso.

TaeHyung sentía la leve irá cocinandose en su interior, por lo que giraba y ponía su mano sobre el brazo del Alfa. Su alfa y su aroma se volvía ligeramente espeso, Seok Jin aspiraba con sutileza y lo miraba, la oscuridad en su mirada desaparecía y se olvidaba por completo que Min estaba allí mirándolos, así que tomaba la nuca de TaeHyung y lo atraía hacia su boca para plantarle un beso apasionado que dejaba al Omega sorprendido y complacido en partes iguales. Seok Jin parecía estar demasiado a flor de piel desde que había despertado.

TaeHyung lo dejaba, no le importaba ser el foco de su atención para dejar toda presión y ansiedad de lado y volcarla sobre el cuerpo de TaeHyung o sobre su boca.

Gemía inconscientemente cuando la lengua de Seok Jin hacía una movimiento que barria por toda su cavidad luego de pasar por la base de su langua y sus dientes se enganchaban en su labio inferior tirando de él al finalizar la maniobra que dejaba a TaeHyung crudo y deseoso.

—Dios. No sé que te pasa, pero no me molesta para nada —susurraba con voz ronca sobre los labios de Seok Jin.

El Alfa sonreía y cuando TaeHyung lo miraba sus ojos eran rojos carmesí. La sonrisa de Seok Jin de desvanecía cuando notaba la mirada de sorpresa de TaeHyung, comprendiendo que sus ojos no estaban de su color habitual.

Nuevamente fuera de sí, no pudiendo controlarse.

—Tienes que aprender a manejar eso si pretendes que nadie sepa —mencionaba la voz de Min.

La pareja se sobresaltaba, habían olvidado que no estaban sólos, y podían jodidamente oler la incomodidad del alfa junto a ellos.

— ¿Entonces ahora sí sugieres esas gotas? —mencionaba el alfa.

Min suspiraba—. Las pruebas son positivas, siempre y cuando la víctima este vigilada y monitoreada. Una persona que pueda checar su salud, signos vitales... Saber que hacer si la persona se desvanece repentinamente.

Seok Jin asentía y miraba a TaeHyung—. Tú sabrías que hacer conmigo ¿Cierto?

TaeHyung parpadeaba—. Jin... Yo-

—Estaré bien —susurraba—. No va a darme un paro cardíaco

—No lo sabemos, ni siquiera tenemos lo que se necesita para checarte como es debido

—En los tiempos de antes tampoco tenían todas esas cosas modernas... —mencionaba el alfa, restándole importancia y poniendo toda su confianza en su omega—. Tú cuidaras de mí.

TaeHyung suspiraba, Min tocaba su hombro para tranquilizarlo un poco—. Sólo debemos averiguar cómo detenerte, si cualquiera sea tu pesadilla nos deja ver si... Puedes transformarte... —decía el viejo alfa.

Seok Jin suspiraba—. No nos adelantemos, puede no suceder nada al ser hiper consciente que es una pesadilla básicamente inducida —decía el alfa, poniendo en duda el poder de aquellas gotas.

—Bueno, ciertamente no son del laboratorio que me recomendaron... Pero no son ilegales a la hora de venderlas, solo.... Difíciles de conseguir —decía Min.

TaeHyung buscaba la información referente al laboratorio y asentía—. No sé que laboratorio te recomendaron, pero este definitivamente es de los mejores. Los supresores más modernos han salido de allí entre otras cosas.

La voz de TaeHyung sonaba apagada, triste. Seok Jin no sólo podía verlo y olerlo, podía sentir la tristeza de
TaeHyung zumbando bajo su propia piel, entristeciendolo a él aún más, hacía una mueca y tomaba nuevamente el frasco de la mano de TaeHyung y se apoyaba detrás de él, rodeandolo con su cuerpo y su aroma—. ¿Tomaste ya algo referido de este laboratorio? ¿Tus antidepresivos?

Min los observaba sin decir nada, sin preguntar aún cual había sido el detonante de toda la actual situación porque era un claro tema de parejas.

—Estos no eran antidepresivos —respondía TaeHyung con una risa seca y sin gracia—. Funcionaban como supresores para los Omegas en cinta.

Min abría su boca, pero no salía nada de esta.

—Eran momentos difíciles en ese entonces con todas las desapariciones —suspiraba aún con el dolor latente en su pecho y en su garganta—. En ese momento eran muy nuevos, podría decirse que éramos un experimento con mi madre —se encogia de hombros—. Las pastillas disminuían nuestro aroma, algunos síntomas sin hacerle daño al feto. Otra razón por la cual no podrías realmente sentirme es porque todas las señales que podía dar sobre ser un Omega en cinta estaban suprimidas —reía sin gracia encogiéndose de hombros—. De todos modos no sirvió, no a mí. A otros omegas que estaban en cinta en ese año, les sirvió mucho, pasaron desapercibidos y luego ocultos.

Min miraba a Seok Jin atentamente y luego a ambos, entendiendo cuál había sido la razón de la ausencia de TaeHyung y claramente el detonante de la supuesta transformación de Seok Jin.

—Lo lamento mucho, chico —decía el viejo Min, TaeHyung asentía, el viejo alfa suspiraba con su atención en Seok Jin—. Entonces, ya entendí el detonante de toda esta situación ¿Quieres proceder con estas gotas o intentarlo naturalmente?

Seok Jin suspiraba—. No sabría cómo hacerlo naturalmente —rascaba su nuca.

—Bueno, eventualmente tendrás que ponerte sobre ello, Jin —decía Min con mortal seriedad—. Ya te dieron una advertencia, no esperes una segunda.

Seok Jin suspiraba y miraba a TaeHyung con ojos dulces y preocupados, sabía que TaeHyung se sentía algo inseguro al respecto, pero su Omega comprendía dentro de su preocupación y le sonreía, se acercaba acariciando su mejilla y depositaba un beso casto en sus labios.

—Estaré de este lado por si algo pasa —mencionaba, mirando a su alrededor, tenía bastante material para trabajar por si algo sucedía con Seok Jin—. Este sótano es realmente turbio.

Min encogía sus hombros—. Pero solo es entre nosotros, confiar en terceros con el estado incierto de Seok Jin, no era confiable. Aún no sé si lo sea.

TaeHyung asentía y suspiraba, luego Seok Jin tomaba su mano y besaba el dorso de esta mientras se recostaba en la camilla. Min se acercaba y apretaba su hombro mientras le sonreía y Seok Jin asentía.

—Pondré cinco gotas en tu boca, es lo que recomiendan —exclamaba.

Seok Jin asentía con su ceño fruncido—. ¿Y cuánto dura?

—Lo que duré tu pesadilla —mencionaba el viejo alfa.

— ¿Y si me agarra un paro cardíaco del miedo? ¿O lo que sea que vaya a enfrentar? —preguntaba Seok Jin.

TaeHyung suspiraba y se acercaba a Seok Jin para besarlo, un beso intenso, pero a la vez suave. Muy reconfortante, ponía a Seok Jin en un estado de docilidad increíble cuando TaeHyung se apartaba y lo miraba con amor.

—Cuidaré de ti aquí afuera, tú cuida de ti mismo allí adentro y esto solo será un experimento más con una posibilidad del sesenta y cinco por ciento de éxito —exclamaba sonriente.

Una sonrisa dulce que daba a Seok Jin la seguridad que le faltaba. Luego asentía y pretendía soltar la mano de TaeHyung, pero este no se lo permitía. Sin más que añadir el viejo Min se acercaba con frasco en mano, desenroscando la tapa.

— ¿Cinco gotas serán? —preguntaba  Seok Jin.

—Es lo aconsejado —respondía el viejo Min—. Pero si tu cuerpo es diferente al del resto, no sé si cinco serán suficientes para causarle algo a tu sistema —hacía una mueca mirando el frasco.

TaeHyung suspiraba—. Solo dale tres de más. Si eso no funciona, haremos dos más, dándote una dosis doble de lo que recomiendan —exclamaba suspirando—. Aún no sabemos con exactitud cómo funciona tu cuerpo.

Seok Jin asentía de acuerdo con TaeHyung y luego procedían.

Cuando los minutos en silencio pasaban, Seok Jin se sentía más cansado, pero no sentía como si sus ojos realmente pesaran.

—Un poco más... Solo me siento decaído —mencionaba.

Min miraba a TaeHyung y este asentía, dándole las tres gotas restantes para hacer una doble dosis.

—Creo que estás gotas deben de estar vencidas porque yo no sien-... —la cabeza de Seok Jin caía a un costado en su posición ya horizontal.

Min alzaba sus cejas y miraba la pequeña botella—. Hubiera intentando diez de estás en el pasado cuando se ponía insoportablemente negativo —mencionaba.

TaeHyung no quería reír, pero no podía evitarlo. Sentía como el agarre de Seok Jin había totalmente disminuido sobre su propia mano.

Su ceño se fruncía y miraba a Min—. ¿Negativo?

Min se encogia de hombros—. No entendía porque no volvías —susurraba.

TaeHyung suspiraba y miraba a Seok Jin dormido sobre la camilla, lo observaba bastante calmado, su pulso tranquilo. Le era inevitable no acariciarlo con sus dedos.

—No sabía cómo decirle —respondía TaeHyung luego de unos minutos.

—Lo lamento, chico —susurraba el viejo Min—. No sé que sucedió, pero claramente perdiste al cachorro.

TaeHyung sentía el nudo en su garganta—. Umm, sí. Fui atacado y lo perdí en el proceso en el que habían intentado secuestrarme. Ellos quería llegar a Seok Jin a través de mí.

Min aspiraba fuertemente mientras sus dientes se apretaban.

— ¿Han intentando contactarte antes de todo lo que está sucediendo ahora y luego de aquella primera vez? —preguntaba consternado.

TaeHyung negaba—. No lo hicieron, supongo que no quieren la irá del Alfa arcano sobre ellos —respondía en un susurro.

El viejo Min suspiraba—. TaeHyung, esta manada está varios pasos adelante de nosotros, tenemos que tener nuestro propio ejército

—Seok Jin no quiere que aún se desate el caos, tampoco yo... Posiblemente lo único en lo que él coincide con su padre —mencionaba.

—Incluso yo coincido con Hwan, pero no podemos dormirnos en los laureles y especialmente, tú no debes creer que no sigues en la mira.

TaeHyung alzaba sus ojos—. No quiero volver a temer, Hyung —exclamaba—. Me quitaron varios años de mi vida por culpa del miedo y por lo que me arrebataron —respondía TaeHyung suspirando y volviendo su mirada a Seok Jin—. No me tocarán un pelo con Seok Jin a mi lado, estoy seguro de eso. No serían tan estúpidos.

Min suspiraba y asentía—. Tienes un punto, pero aún así, necesitamos más gente de nuestro lado y-...

—Su pulso se aceleró —mencionaba TaeHyung, presionando sus dedos sobre la muñeca de Seok Jin y su ceño fruncido mirando como el alfa se movía sutilmente sobre la camilla y sus ojos se movían de lado a lado bajo sus párpados.

Su mano incluso estaba apretando la de TaeHyung.

—Carajo-... —se quejaba el Omega. Intentando soltarse del agarre—. Duele, no puedo... ¡Ah, mierda!

Min corría a su lado y tomaba la mano de Seok Jin para intentar abrir su puño, pero le estaba costando horrores.

—¡Es demasiado fuerte...! —decía entre dientes.

—Me está haciendo daño —decía TaeHyung retorciéndose—. ¡Jin! ¡Seok Jin! —pedía entre sollozos, mientras Min seguía intentando abrir la mano de Seok Jin, hasta que repentinamente el alfa soltaba la mano del Omega, TaeHyung y Min caían hacia atrás directo al suelo y la mano de Seok Jin tenía dedos extremadamente más largos, con garra filosas sobresaliendo de estos.

Nada más lejos de un lobo de cuatro patas.

TaeHyung estaba sobando su mano entre el asombro y la incredulidad cuando el cuerpo de Seok Jin se retorcía sobre la camilla con sonidos que salían de su garganta, los cuales eran muy inhumanos. Se escuchaba como una bestia queriendo salir, deseando ser liberada, pero no sabiendo con exactitud cómo hacerlo.

—Dios~... —Min estaba a su lado sudando y exudando temor por todos sus poros cuando la imagen de Seok Jin sobre la camilla se alzaba sobre ellos.

Ambos se miraban con la sorpresa pintada en sus orbes.

Su espalda y hombros más anchos que de costumbre. Sus músculos rompiendo la camiseta, sus brazos marcandose al levantarse de la camilla con dificultad y dolor. Sonido de huesos quebrándose, la piel tirante. Era una bestia agonizando sobre la pequeña camilla y cuando creían que todo se saldría de control, Seok Jin se caía de la misma directo al suelo.

Su espalda golpeando la fría superficie logrando que la poca transformación retrocediera, su cuerpo volviendo a la normalidad. Sus ojos apretados y cerrados hasta el momento en que se abrían en un rojo carmesí furioso y sus dientes eran filosos, temibles y más largos de lo que deberían para cualquier alfa promedio. Se veía perdido, furioso y...

— ¡Seok Jin! —Taehyung se iba encima del alfa y tomaba su rostro.

Estaba desorientado y parecía desconocerlo medio segundo, hasta que su respiración se calmaba y sus manos tomaban el rostro de TaeHyung. No había garras en sus dedos. Sus caninos retractandose y volviendo la estructura ósea de su rostro nuevamente a la normalidad.

Pequeños cambios, sutiles que no había llegado a desatarse del todo porque Seok Jin había despertado.

— ¿Estás bien? —susurraba TaeHyung.

Sus dedos acariciaban las mejillas de Seok Jin y su aroma le inundaba.

—Fue una pesadilla~... —susurraba el alfa, sudado y más calmado.

—Exacto —susurraba el Omega—. Solo una pesadilla.

Min se acercaba con cautela y Seok Jin reaccionaba repentinamente en alerta, casi arrastrando a TaeHyung al otro lado de su cuerpo para cubrirlo con él.

Min alzaba sus manos—. Soy yo, muchacho.

Seok Jin dilataba sus fosas nasales y luego largaba todo el aire y se recostaba sobre el frío suelo, suspirando. Sus latidos desacelerando y su respiración volviendo a ser estable. TaeHyung y Min cruzaban una mirada preocupada.

— ¿Qué soñaste? —preguntaba Min.

Seok Jin chasqueaba su lengua—. Nada que valga la pena contar, solo sé que era consciente de que era un pesadilla y buscaba despertar... ¿Sucedió algo conmigo o fue un total desastre fallido? —cuestionaba viendo su camiseta rota—. Carajo, rompí más ropa.

TaeHyung y Min se miraban mientras Seok Jin se ponía de pie y tronaba sus huesos.

—Puedes transformarte, muchacho —decía Min.

Seok Jin se quedaba en pausa, mirando incrédulo a ambos.

—Estoy igual ¿No debería de haber durado? ¿Están seguros? —preguntaba.

TaeHyung suspiraba—. Muy seguros, solo que no termino la transformación. El nivel de adrenalina en tu cuerpo es lo que debe hacer que simplemente tu lobo interior sea más que solo-... Interior —decía alzando sus cejas.

Seok Jin apretaba sus dientes—. No tengo sangre ni nada, eso significa que debí de haber herido a alguien allá afuera anoche —decía con la preocupación brotando de su cuerpo.

—Oye, oye, cálmate —pedía Min—. Te lastimaste a ti mismo anoche, esta vez no hubo tiempo de nada porque despertaste de inmediato

—Demasiado consciente de que era un sueño —agregaba TaeHyung—. Pero un incentivo suficiente para ver qué realmente eres un cambiaforma.

Seok Jin dejaba escapar un suspiro exasperante.

—No sirve de nada si no puedo controlarlo sin perder el conocimiento o inducido a una maldita pesadilla.

TaeHyung ponía su mano sobre el cuello de Seok Jin—. Oye, tranquilo. Sólo necesitas tiempo-...

—No tenemos tiempo. Necesito tener esto controlado... Necesito poder hacerlo bien, ellos no van a dejar más avisos. Si el día de mañana quieren comenzar una maldita revolución, no van a esperar a que yo sepa cómo transformarme.

Seok Jin volvía a suspirar mientras tiraba su cabello hacia atrás, fuera de su rostro. Sé alejaba del toque de TaeHyung unos momentos.

—Ellos pretenden tenerme de su lado, pero seguro como el infierno, sospechan que es una probabilidad del ochenta contra un veinte por ciento de que yo quiera aceptar unirme —girando miraba entre TaeHyung y Min—. Ellos se están preparando para una guerra y nosotros deberíamos hacer lo mismo, pero no sirve de nada que sea como ellos si no sé cómo controlarlo y no sirve de nada si no tengo más gente conmigo.

TaeHyung fruncia su ceño y lo miraba atento—. ¿Qué estás sugiriendo, Jin?

Recordaba su charla con Min momentos atrás de Seok Jin queriendo todo lo contrario a lo que ahora insinuaba. No sabía que tan bueno o malo era eso.

El Alfa alzaba su mentón y y dejaba el aire salir de sus fosas nasales, sus puños apretados y su cuerpo lleno de tensión y nervios.

—Estoy sugiriendo que es hora de dejar de ocultarme si soy la principal causa de que un hechizo de añares se haya roto sobre nuestra raza y ahora tengamos bestias de cuatro patas amenazando nuestra existencia y la de nuestros seres amados.

Min suspiraba y TaeHyung sentía la carga y el pesar de lo que eso significaba.

—Tengo que formar un ejército, porque ellos saben tan bien como yo que no me voy a unir a su distopia dónde las bestias gobiernan por encima de los humanos. Hay una maldita civilización que mantener o todo lo que se ha construido a través de los años se irá por la borda como sucedió tiempo atrás y yo no quiero volver al inicio.  No sé ustedes.

TaeHyung suspiraba, estaba entre el orgullo y el temor porque no había forma de que Seok Jin no fuera la cabeza de tal movimiento, Seok Jin era el principal motivo de la locura que estaba a punto de desatarse. Pero temía perderlo en el proceso, temía perder mucho incluso si Seok Jin decidía no hacer nada públicamente.

No había forma de escapar de lo que venía, él estaría junto a Seok Jin, muchos estarían con él. Pero nadie aseguraba que no hubiera bajas en el proceso.

—Estoy a favor de nuestros ancestros y sus bestias libres, pero no estoy a favor de la masacre que salió de todo eso. Si tú estás listo para dejarte ver, estaré a tu lado muchacho, como siempre lo he estado. Pero necesitamos más que solo tres lobos locos para iniciar.

Seok Jin asentía—. Y yo necesito urgente saber cómo controlarme, sino no podré hacerlo con el resto. Esto está jodido, ellos entrenaron toda su vida ¿Cómo carajos vamos a entrenar a personas que tienen toda una vida de desventaja?

TaeHyung relamía sus labios y se acercaba a Seok Jin para tomar su rostro entre sus manos—. Una vez que tú lo logres, será todo más fácil. Un paso a la vez, sé que no tenemos tanto tiempo como quisiéramos, pero una cosa a la vez o nos vamos a terminar enredando en el proceso sin lograr ni una cosa ni otra —susurraba con dulzura. Seok Jin lo veía embelesado mientras asentía—. Un paso a la vez.

Seok Jin asentía solemnemente—. Un paso a la vez. ¿O cuatro pasos como dan los animales de cuatro patas¿ —decía intentando sonar divertido entre tanto estrés.

TaeHyung hacia una extraña mueca y Min aclaraba su garganta. Seok Jin notaba la incomodidad.

— ¿Qué no me están diciendo? —preguntaba a ambos.

TaeHyung relamía sus labios—. Jin tú-... Cuando estabas sobre la camilla —exclamaba el Omega, luego miraba a los ojos a su alfa—. Verás, no creo que seas-...

—No eres un simple lobo de cuatro patas, chico —mencionaba Min por encima de TaeHyung—. Creemos que eres... Más que eso.

Seok Jin abría sus ojos con incredulidad y luego miraba a TaeHyung nuevamente.

—Mucho más grande que eso... —susurraba el Omega.

Perdón la demora, UPSIDA me está costando horrores.

Si en algún momento les desaparece de su lista, fue porque me saturó y antes de dejarla incompleta, saben que la retiro hasta poder traerla nuevamente con más ganas e inspiración 🥹

Gracias la paciencia y el apoyo. Perdón por tan poco.

Con amor niñita NanyKoo 💜

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