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Cuando Seok Jin se detenía en casa de sus padres, sus dientes dolían de tanto apretar su mandíbula. La rabia recorriendolo lentamente. Cocinándose a fuego lento algo que temía no poder detener. El camino silencioso a la casa de sus padres lo hizo repensar demasiado en todo. Por eso no se sentía del todo tranquilo, no confiaba en su temperamento.

Había pensado en lo sucedido con TaeHyung una y otra vez, rememorando lo que estos rebeldes le habían arrebatado. Entendía que su Omega no había querido dejar a su hermano en el pasado, era un consuelo que había sabido sobrellevar y había decidido dedicarse a la crianza de YeonJun junto a sus padres. Mirándolo, consintiendolo, entendía totalmente la conexión de ambos. Sumado a eso, el fanatismo de San, la colección de libros importantes que hablaban del supuesto alfa que él era. De leyendas y mitos que parecian estar llenos de más que simple palabrerís, su acercamiento a Wooyoung y la posibilidad de que quizás no era alguien de fiar y era parte de los rebeldes que le habían arrebatado la posibilidad de tener una familia y arruinar su vida alejando a su Omega por diez años de él.

No, Seok Jin aún no se encontraba tranquilo al respecto.

Cuando entraba a su antiguo hogar, su padre estaba esperándolo en su oficina, por lo que sus pies iban en grandes zancadas hacia dicha dirección y lo encontraba frente a su computadora con el ceño fruncido.

Algo no estaba bien, el puro alfa no sólo lo olía en el aire, sino que conocía la postura tensa de su padre.

— ¿Por qué llamaste? —mencionaba sin saludar.

Su padre ni siquiera había levantado la vista cuando  Seok Jin había entrado sin golpear.

—Porque me mentiste —respondía sin más.

Seok Jin fruncía su ceño—. No tengo tiempo para tus adivinanzas ¿A qué te refieres?

Su padre alzaba sus cejas y se ponía de pie, confundido por la actitud hostil de Seok Jin. Caminando en dirección a su hijo lo miraba fijamente.

—El ataque a tu ex compañero de universidad... Me ocultaste información —mencionaba.

Seok Jin sentía su cuerpo ponerse aún más tenso.

Por supuesto que le había ocultado información, su padre no tenía idea de lo que él era capaz y para ser honestos, nunca se le había cruzado por la cabeza decirle absolutamente nada al respecto.

— ¿Qué información, según tú, no te dije? —susurraba, controlándose.

—No lo sé. Tú dime —respondía—. Enviamos hombres a proteger a tu ex compañero, la víctima del ataque y le pregunté qué no me había dicho —explicaba enardecido—. Dijo que el mensaje era pura y exclusivamente para ti y que si quería saberlo, debía de hablar con mi hijo.

Seok Jin aspiraba bruscamente y lo miraba intentando controlar la furia que sentía. Ya siendo un cúmulo de todo y la actitud de su padre no colaboraba a hacerlo sentir mejor.

— ¿Tienes idea de lo indignante que fue? No quise presionarlo con el simple hecho que soy su maldito alfa y debía decirme lo que estaba pidiendo saber, porque salía de una situación complicada, pero el hecho de que me negará saber lo sucedido, no una, sino dos veces ¡Fue humillante Seok Jin! Y tú me mentiste en ese hospital, así que no te atrevas a mentirme ahora —decía alterado en el rostro de un Seok Jin, quién había cerrado sus ojos con fuerza ante la voz elevada de su padre.

El puro alfa apretaba sus puños temiendo romper nuevamente las gasas que TaeHyung había puesto en su única mano, pero necesitaba controlarse. Controlar a su lobo, controlar lo sea que quería despertarse dentro de él, no sabía de lo que era capaz y claramente seguía inestable luego de la supuesta transformación que Min había mencionado que podría haber sucedido y por eso no recordaba las últimas horas de la noche anterior.

Cuando su respiración lenta se volvía sólo un poco irregular, podía sentir y saborear el pánico que su padre estaba destilando. Jamás había sentido tal olor emanar de su padre. Su alfa, el alfa de la manada a la que pertenecía.

Así que abría sus ojos y cuando lo hacía, su padre instantáneamente se ponía en alerta y sus ojos avellanas con detellos de un verde musgo se encendían. Seok Jin aún seguía en su lugar, respirando uniformemente y apretando sus puños. Gon Huan, su padre y alfa, estaba presenciando el rostro de Seok Jin completamente sombrío y sus ojos rojos carmesí brillaban en todo su esplendor y sus piernas temblaban.  Nunca se había sentido tan asustado en el pasado.

— Mírate —susurraba el puro alfa—. No estás listo para tratar con la verdad —Seok Jin daba unos pasos hacia adelante y su padre retrocedía chocando con el escritorio tras él—. Lo que está sucediendo es más grande que tu culo egocéntrico y tiene todo que ver las leyendas y mitos que tanto aborreces y te esfuerzas por prohibir

— ¿Qué estás diciendo? ¿Y que sucede con tus ojos? —preguntaba con una leve voz temblorosa—. Recuerdo ese color y supuse que no había vuelto a suceder

— ¿Cómo diablos esperabas que algo así no volviera a suceder si tú y mi madre estaban intentando tener un maldito alfa puro? —decía Seok Jin con voz gruesa, seguía alzándose por encima de su padre, acorralando al hombre entre su gran cuerpo y el escritorio detrás—. Si debería de culpar a alguien por lo que está sucediendo ahora con los cambiaformas, debería pura y exclusivamente culparlos a ustedes. O precisamente a ti, porque tú querías un hijo que fuera más que el resto, superior. Querías sobresalir en algo porque tú mismo no pudiste hacerlo fuera de ser sólo el maldito alfa de Bucheon, necesitabas algo más y experimentaste con tu mujer y a causa de eso, salí yo... No es mi culpa, es la tuya.

Seok Jin seguía con sus ojos rojos encendidos, su cuerpo parecía más grande para su padre quien no podia dejar de encojerse al tenerlo cada vez más cerca. El alfa quería ejercer su derecho sobre su hijo, pero algo se lo impedía. La presencia y el aroma de Seok Jin obligaban a su lobo interior a doblegarse, su parte humana se sentía más que humillado al respecto. Quería poner a su hijo en su lugar, pero a la vez estaba más que sorprendido de esta faceta de Seok Jin.

No era nuevo que nunca habían tenido una relación dulce y apegada, pero Seok Jin siempre había sido, la mayoría de las veces, diligente y obediente. Aunque nunca había sido fácil domarlo con su voz de alfa, porque sabía que no tenía efecto alguno en su hijo y la vez que había presenciado sus ojos rojos en aquel viaje a Japón hace mucho tiempo, creyó que quizás había sido una anomalía del momento y que luego Seok Jin había vuelto a la normalidad, bueno, a su normalidad. Porque no había nada de normal en la actitud pasiva de un alfa puro como lo era su hijo. Sabía que Seok Jin estaba por encima del resto, pero esto era... Era demasiado, incluso para él.

Seok Jin se veía más que simplemente superior, se veía poderoso como ningún alfa se había visto jamás, exudaba autoridad y causaba temor. Su padre estaba temblando, el alfa de Seok Jin estaba muerto de miedo.

— ¿Jin? —susurraba en un hilo de voz—. ¿Hijo?

Cuando San y Wooyoung llegaban a la biblioteca del señor Min, sólo se encontraban con este y TaeHyung. Cuando los omegas se veían, la incomodidad reinaba en el aire. Pero Wooyoung no era conocido por ser exactamente tímido.

—Tae ¿Cómo has estado? —preguntaba amablemente mientas San extendía la mano primero y saludaba a TaeHyung con una sonrisa.

—He estado... Bien, es bueno que hayan venido tan pronto pudieron —mencionaba el Omega.

—Tuve que salir antes de una clase, pero aquí estoy porque el señor Min mencionó que era urgente y aquí me tienen... —decía sonriente.

— ¿Tienes ese libro contigo, muchacho? —preguntaba el señor Min, mientras entraba y sacudía la mano de San en un saludo amigable.

El joven alfa asentía sonriente—. Por supuesto, señor. Pero debo decir que es mi última reliquia importante. Si se le ocurre buscar por algún otro libro prohibido o importante, me temo que no tengo más. Este y el anterior me costaron fortuna que aún sigo devolviendo a mi padre —decia rascando su nuca.

Wooyoung cruzaba sus brazos a la distancia—. Eso te pasa por ser un maniático fanático —decía el Omega, San reía, luego miraba a TaeHyung—. ¿Y dónde está Jin?

TaeHyung parpadeaba y lo miraba con una sonrisa incómoda—. Su padre lo llamó, debería de estar camino aquí... De nuevo, le enviaré un mensaje.

Sacando su teléfono para evitar la mirada del otro Omega, hacía lo mencionado.

Wooyoung asentía para sí mismo y notaba que TaeHyung se veía tenso, más de lo que debería—. ¿Está todo bien? Sé que no te conozco bien aún, pero pareces nervioso... ¿Sucedió algo con Jinnie?

El nombre "Jinnie" removía algo dentro de TaeHyung, una sensación amarga que quería detener. Un nudo en el estómago que le recordaba todo el tiempo perdido con su alfa. Tiempo que Wooyoung había pasado con él.

—Han pasado cosas las últimas horas y por eso los llamamos —mencionaba distante.

San se acercaba a ambos y se posicionaba tras Wooyoung—. ¿Pudo ver el vivo que le envié? Contaron una historia demasiado delicada, no pude dejar de pensar en el Omega de ese alfa especial.

Wooyoung fruncía el ceño y se giraba para verlo—. ¿Qué historia? —el Omega miraba directamente a TaeHyung y abría sus ojos preguntando en silencio.

Eso dejaba en obvio que Woo aún no había mencionado nada de nada a San, aún mantenía el secreto de Seok Jin.

—Atacaron al Omega del alfa arcano en el pasado —San chasqueaba su lengua y suspiraba—. No puedo imaginar el horror que habrá sentido... Y tampoco puedo entender por qué no lo ha marcado aún si ya sabe quién es... —el alfa volvía a suspirar—. Es una locura. Pero desearía que el alfa arcano se luciera en toda su gloria y pusiera a los rebeldes en su lugar.

El ánimo en la voz de San y el brillo en sus ojos robaba toda la atención de los presentes.

Min lo observaba con cautela—. ¿No estabas a favor de la locura que se está desatando chico?

—No así, señor. Estoy a favor de poder experimentar la transformación y la liberación, pero no estoy a favor de esos alborotadores. Pero aún no sé quién es el alfa arcano, sólo sé que necesita comenzar a tener su batallón y ponerlos a practicar la forma de liberar su lobo interior.

TaeHyung lo miraba fijamente—. No creo que sea algo tan simple

— Definitivamente no lo es —acordaba San—. Estos rebeldes vienen por años practicando y preparándose, los mismos años que nosotros tenemos de retraso, aunque tengo una teoría —decía levantando su dedo índice.

— Compártela, muchacho —mencionaba el viejo Min.

—Creo que el alfa arcano, aún no se ha transformado del todo. Creo que él también tiene años de desventaja con estos locos, pero confío fielmente, en qué una vez que lo haga, será mucho más fácil para todos. Cómo si una sola orden de su parte será suficiente para liberarnos.

Buscando en su mochila, San sacaba el pequeño libro que hablaba del alfa arcano y lo movía frente a los demás.

—Este alfa es jodidamente glorioso. La descripción da miedo, pero es diferente a los que vimos en los vivos de la Dark Web —mencionaba nuevamente tan entusiasmado—. Las bestias que se han visto y que hemos visto en esos vídeos, es lo que uno espera, pero nuestro alfa es diferente, no tiene comparación —decía abriendo el libro y buscando una hoja en particular.

Wooyoung rodaba sus ojos, quería exasperarse por este lado tan frenéticamente fanático, pero a la vez le encantaba. Era una alfa todo musculoso y atractivo con una sonrisa delicada y dulce. Sus hoyuelos cuando sonreía lo hacían ver tan suave. Y era un maldito alfa nerd, todo emocionado, musculoso y adorable.

Joder, a Woo le encantaba y no podía evitar sonreír y comenzaba a reír—. ¡Eres un maldito nerd!

San lo miraba embobado, olvidando completamente el hecho de que estaba buscando algo en el libro. La sonrisa y la risa melodiosa del Omega lo tenía embrujado. TaeHyung los observaba con una sonrisa suave en su rostro y Min le arrebataba el libro al alfa quien comenzaba a bromear con Woo.

—Bueno, este nerd —decia señalándose a sí mismo—. Te enseñó como dar vuelta a un alfa, si se venía encima de ti por tu espalda. Así que no soy tan nerd —decía orgulloso—. Sé cómo debes defenderte y te lo he enseñado.

TaeHyung reía por la escena montada por ambos—. ¿Cómo es eso que puedes dar vuelta a un alfa? Por años intenté que mi padre me dejara aprender defensa personal, pero lo mejor que se lo ocurrió fue Suho.

Wooyoung fruncía el ceño—. ¿Qué es un Suho?

Extrañamente se sentían más relajado el uno con el otro.

TaeHyung reía—. Es mi guardaespaldas. Ni siquiera él quiso enseñarme algo. Lanzo golpes, pero usualmente son cualquier cosa —decía avergonzado—. Es un problema, porque no suelo retractarme de peleas, pero soy pésimo si tengo que lanzar algún golpe. Por suerte para cuando defendía a Seok Jin de niños, lanzaba empujones cuando casi nadie de mi salón tenía su casta definida y eso me hacía ver rudo. Ahora doy vergüenza o posiblemente me haga daño a mi mismo antes de hacerle daño a mi atacante.

Wooyoung y San reían a la par.

—Jinnie me contó historias de como eras su defensor —mencionaba con dulzura, luego miraba a su alfa—. ¿Porque no le enseñas a TaeHyung el mismo movimiento que a mí? Tú eres un Omega poco más curpulento que yo, seguro tendrás éxito a la primera —mencionaba Wooyoung.

TaeHyung sonreía y se sentía extremadamente consciente de que no lucía como un Omega usualmente "delicado" y pequeño, como Wooyoung lo era. Era casi del mismo porte que Seok Jin y definitivamente no se veía tan adorable. Pero se olvidaba cuando San se ponía detrás de él para comenzar a guiarlo.

—Si hay algo que mi raza tiene por muy mala costumbre es tomar a los omegas por detrás e incapacitarlos de esta forma ¿Si me permites? —decía San tomando la cintura de TaeHyung y rodeaba con su brazo el cuello del Omega.

Min no paraba de leer lo que veía en el libro que San había traído—. Deberían dejar de jugar, esto es-... Mi muchacho se va a volver loco —susurraba para él mismo.

Wooyoung apenas había oído las palabras de Min, cuando San explicaba a TaeHyung el siguiente movimiento:

—Lanza tu peso contra el brazo de tu atacante y tira de él hacia adelante. Si usas la fuerza suficiente, tu atacante caerá o perderá el equilibrio el tiempo suficiente como para que escapes —mencionaba San—. Ahora, sin miedo, voy a forcejear con toda mi fuerza y tú intentaras derribarme con toda la tuya ¿De acuerdo?

Para cuándo ambos comenzaban con lo dicho, la puerta del apartamento de Min sonaba con un estruendo que hacía creer a todos que estaba a punto de traspasar las mismas visagras y quedar hecha añicos. La figura de Seok Jin se veía más que sombría, su cabello estaba despeinado y parecía extrañamente más largo, sus zancadas en dirección a TaeHyung y San, no tardaban y el alfa tras su Omega sentía el miedo recorrerlo cuando las orbes rojas se fijaban en él.

La ropa desaliñada que llevaba el alfa puro se rompía en el torso y brazos. Sus dientes y colmillos sobresaliendo de sus labios carnosos. Su aroma haciendo erupción en la habitación mientras su rostro parecía desfigurarse, sus manos más grandes, mientras sus garras se vislumbranban en una fracción de segundos.

— ¡Quita tus manos de mi Omega! —ordenaba con una voz estruendosa mientras apartaba a TaeHyung de San y tomaba al otro alfa del cuello y lo estampaba contra la pared sosteniendo todo su peso con un sólo brazo.

— ¡Seok Jin! —gritaba Wooyoung, aterrado a la distancia.

Min observaba la escena y notaba que incluso Seok Jin estaba más alto, más grande. Sus pantalones desgarrados en sus muslos. Sus zapatillas deportivas desgarradas sobre sus pies. La cinturilla de su pantalón rota, sólo un poco, sosteniendose apenas de los huesos de su cadera para cubrir su desnudes.

—J-jin... —San estaba morado, sus ojos blancos a punto de cerrarse y el aire no llegaba a sus pulmones. Sus manos aferradas al brazo que lo sostenía en el aire y contra la pared.

Min estaba atónito, sin habla y sin reacción alguna observando a la bestia que debía de ser el muchacho adolescente al que se había encariñado años atrás.

— ¡Jin! —TaeHyung se arrastraba y se dirigía camino a la bestia que era su alfa. Su hombro dolía debido al impacto contra el suelo que había dado cuando Seok Jin lo había apartado de San—. ¡Suéltalo! —pedía.

Sus manos iban ayudándolo a escalar el gran cuerpo del alfa, había lugar debido a que Seok Jin tenía a San del cuello y contra la pared, por ende el espacio entre el cuerpo de uno y otro era justo para que TaeHyung entrara allí. Sus manos recorrían el pecho del alfa, dedos temblorosos tocando allí la piel cubierta con vello. No era demasiado, pero definitivamente era más de lo que Seok Jin naturalmente no poseía.

—Cariño... —susurraba, no sentía miedo, estaba extrañamente fascinado y debía de recordar que en primer lugar necesitaba salvar al alfa que estaba a punto de ser asesinado por el suyo—. Suéltalo, él no es una amenaza.

Seok Jin apretaba sus dientes. Estos se veían, blancos relucientes e inmensos. Una mirada enfurecida pintada en el rostro atractivo del alfa puro, pero que en ese instante era el rostro de una bestia que debía de causar terror y pánico. Sin embargo, TaeHyung estaba completamente mareado por el aroma a canela más intenso que de costumbre. Sus ojos se cerraban y su nariz se apoyaba justo sobre el pecho musculoso del alfa, aspirando el aroma como un adicto. Su propio aroma a arándanos y más, increíblemente dulce, se inmiscuia en las fosas nasales de la bestia y la gran mano soltaba el cuello de San quien caía como una bolsa de papa al suelo.

El alfa puro miraba al Omega y en su raciocinio de bestia, notaba a TaeHyung más pequeño y delicado, dulce y perfecto. Su lobo lo quería, lo deseaba. Necesitaba con urgencia reclamar a ese Omega como suyo. Sus dedos  se enredaban en el cabello de TaeHyung, levantando su rostro y los ojos celestes brillaban hermosamente. Pupilas dilatadas que parecían opacar el brillo, pero allí estaba. Con su otro brazo libre tomaba a TaeHyung de la cintura y lo levantaba con facilidad. El Omega rodeaba con sus piernas la cintura estrecha de la bestia y sentía como esos brazos lo apretaban y abrazaban con una fuerza que temía lo partiera en dos.

Luego sentía la nariz del alfa en su glándula y su cuerpo vibraba. Sus brazos también se enroscaban sobre la inmensa espalda de Seok Jin y su respiración se agitaba. La bestia se alejaba de la pared y respiraba como un adicto el aroma de TaeHyung. Wooyoung había corrido en dirección a un San que tosia y sobaba su cuello, Min estaba a la distancia sosteniendo el pequeño libro con fuerza, contra su pecho mientras miraba la escena.

TaeHyung se había olvidado del resto y la bestia también, pero el Omega escuchaba a la distancia la tos ronca de San y recordaba cuál había sido su propósito desde un inicio. Y era calmar a la bestia, a su alfa. Por lo que cambiaba totalmente su objetivo, se había visto demasiado borracho dejándose llevar, pero ahora intentaba calmar a Seok Jin. Sus dedos acariciaban el cabello ajeno y tarareaba una canción que solía cantarle a YeonJun y podía sentir como la bestia se calmaba.

Sus ojos se habían cerrado, pero podía sentir como la bestia que lo sostenía y el cuerpo al que estaba rodeándo parecía perder volumen. La piel áspera debido al vello se tornaban más suave, el aroma a canela se sentía menos intenso y sus brazos abrazaban con más facilidad la espalda del hombre que lo sostenía.

— ¿Cariño? —la voz de Seok Jin era dulce y sólo un poco ronca.

TaeHyung abría sus ojos y salía de su cuello para ver su rostro, recorría por completo sus facciones y lo veía igual que siempre.

—Mi dulce alfa —susurraba TaeHyung con una sonrisa enamorada.

— ¿Te asusté? —preguntaba Seok Jin.

TaeHyung sonreía—. Ni por un segundo.

Seok Jin sonreía aliviado y apoyaba su frente a la de TaeHyung. Suspiraba aliviado, calmando la torrente de rabia que se había disipado cómo veneno en su interior y se había estado cocinando a fuego lento hasta que se desató, pero esta vez sin hacerle perder la conciencia.

— Eres el alfa arcano —susurraba la voz de San con asombro.

Seok Jin se ponía tenso y recordaba tal cual lo sucedido. No había podido controlarse al ver al otro alfa queriendo aprovecharse de TaeHyung. Sus dientes se apretaban recordando, pero luego TaeHyung hablaba:

—Él sólo estaba enseñándome a cómo derribarlo —mencionaba el Omega.

Seok Jin fruncía su ceño y bajaba a TaeHyung, sostenía con sumo cuidado sus pantalones y notaba su estado. Miraba sus zapatillas deportivas y agradecía no haber llevado una de sus favoritas. Había cambiado de ropa en casa de sus padres cuando había dejado a Gon, su padre, solo en su oficina.

Se había controlado de pura suerte porque el miedo que su padre desprendía lo había sorprendido y había hecho que se alejara, subiendo a su antigua habitación, cambiando su ropa y subiendo a su auto para intentar dejar de sentir tanta rabia, despejar su cabeza y volver con TaeHyung y Min.

Pero al entrar y ver la escena a mitad de camino, sólo había empeorado todo dentro de él. Cuando miraba a San, este seguía sobre el suelo frío, tocando su cuello y con Wooyoung a su lado. Ambos lo miraban con temor, pero San tenía tanta curiosidad y preguntas que necesitaban respuestas. Había un destello de desesperada admiración y aún parecía cagado de miedo. Buena forma de ver si el tipo era de fiar. Aunque lo hubiera manejado de forma diferente. La rabia que había sentido no era propia de él, no le gustaba la violencia y pocas veces la necesidad de la misma le había recorrido las venas con tal ímpetu.

San pasaba saliva y se ponía de pie con la cabeza inclinada, su actitud de rendición y pasividad se notaban mientras caminaba en cámara lenta y se paraba a una distancia prudente de Seok Jin.

—Tienes toda mi lealtad —susurraba. Elevando sus ojos y haciéndolos brillar con ese verde musgo que distinguía a los alfas de los omegas, añadía—. Estoy de tu lado, mi alfa.

Seok Jin parpadeaba con letargo y miraba largamente al alfa que le rendía su lealtad. Ciertamente descubrir si San era de confianza, no debía de ser así. Pero cuando evaluaba al joven alfa frente a él, sólo podía percibir honestidad en sus palabras. Luego de casi haberlo matado el alfa se veía dócil y obediente.

Una sorpresa que Seok Jin no esperaba en absoluto.

Espero hayan disfrutado esta doble actualización. No será siempre así, salió largo y lo quise aprovechar, no quiero que se ilusionen ya que si sale largo lo parto en dos, pero sino, sólo será uno.

Y SeokJin se transformó, no sé que les habrá parecido esa narración y momento, pero bueno🧍🏻‍♀️ jeje

Con amo niñita Nanykoo 💜

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