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TaeHyung se encontraba en su descanso de esa segunda semana laboral turno tarde, por el momento.

Habían tenido una semana tranquila, pero llena de ansiedad. No habían noticias de avistamientos extraños de bestias de cuatro patas. La Dark web estaba demasiado tranquila, pero lamentablemente seguían esperando la cita con el conocilio de alfas y eso tenía a Seok Jin con su presión por las nubes. Pero en cierta forma TaeHyung creía que era bueno, porque cada día lo había usado para entrenar en el sótano del señor Min que de laboratorio se había transformado en una sala de entrenamiento.

Decoración pura y exclusivamente a cargo de Seok Jin y San. El joven alfa estaba de sol a sombra entrenando con el arcano. Aún no había conseguido una transformación de su parte y Seok Jin había logrado transformarse por voluntad propia, dos veces... Menos de quince segundos. El Omega sabía que su alfa se encontraba con demasiadas cosas en la cabeza y entre sus horarios medianamente cruzados, el tiempo de calidad en pareja estaba justo. Cada vez que estaban juntos en la misma habitación, Seok Jin era demasiado cuidadoso, atento, pero al punto de hervir la paciencia de TaeHyung.

Al día siguiente ellos tendrían finalmente el turno con el doctor Park que su madre había conseguido. El hombre estaba trabajando fuera y llegar la primera semana había sido demasiado complicado para él, pero considerando que TaeHyung necesitaba ese tiempo para realmente comprobar que su alfa había estado en lo cierto con respecto a una nueva vida formándose en su vientre, no encontraba problemática la espera.

Con respecto a las gotas que servían para pasar desapercibido con su estado, habían sido conseguidas para el tercer día de dada la noticia a su madre. Había sido rápido dentro de todo y TaeHyung ya las estaba tomando como se lo habían recetado años atrás. Aún recordaba el rostro de Seok Jin cuando sentía muy leve y sutil, casi imperceptible ese aroma especial aparte dol arándano. Ese aroma extra dulzón que delataba el estado del Omega en cinta. Le encantaba como Seok Jin lo aspiraba cual adicto, pero las gotas eran necesarias para su seguridad. Sin llamar a la desgracia.

Así que haber comenzado a trabajar con esas gotas en su poder luego de dos días de trabajo tenso, él estaba finalmente relajado y entusiasmado, excepto cuando recordaba la bienvenida de Joo Ji Moon cinco horas despues de su comienzo labora el primer día.

El tipo se había presentado en el almuerzo de TaeHyung, sigiloso y con una sonrisa que TaeHyung denominaba parecida a la del guason, pero diez mil veces más tenebrosa. Era extrañamente perturbadora y algo sardonica. O quizás él sabía demasiado y se sentía afectado ante el más mínimo roce con este hombre. Pero la verdad era que no se sentía para nada cómodo ante su presencia, lo bueno era que no tenía que lidiar demasiado con él, naturalmente. Lo malo era que cada vez que se movía con algún paciente, pedía a TaeHyung para que "conociera más" a cada uno y su estado clínico.

El Omega estaba preparándose mentalmente para visitar a una paciente luego de su almuerzo y tener que ver a Joo otra vez. Si no fuera por eso, todo estaría perfecto, aunque muchos lo mirarán con ojos realmente curiosos y susurraran a sus espaldas, él estaba cómodo. Le gustaba el ritmo, le gustaba el ambiente laboral y sus compañeros. Dios, él necesitaba esta acción rutinaria. Aunque extrañará a Seok Jin horrores.

Para la vuelta de sus labores, TaeHyung se sentía sólo un poco más pesado debido a que Seok Jin mismo le había armado su almuerzo con más de lo debido. Carajo, iba a salir rodando si comía lo que su alfa pretendía y la cosilla en su interior recién se estaba comenzando gestar como era debido para ser captado más naturalmente y no solo por su padre.

TaeHyung sonreía cual soñador cuando pensaba en Seok Jin como el padre su futuro bebé. Su sonrisa era rectangular y la más hermosa de todas sus sonrisas mientras caminaba.

—La gente en los pasillos no miente cuando dicen que eres el Omega más hermoso que ha trabajado aquí.

TaeHyung se congelaba cuando miraba a un costado del siguiente pasillo. Joo Ji Moon lo estaba esperando varias metros antes, cuando se suponía que lo encontraría en la habitación de la paciente. Intentando sacudirse el mal gusto que sus palabras le habían provocado, él ponía su mejor sonrisa de fábrica y se apresuraba a alcanzarlo.

—Lo siento ¿Llegó tarde? —preguntaba amable, pero serio.

—En absoluto, vamos bien —decía moviendo su cabeza en dirección a la habitación de la paciente en cuestión. El silencio tranquilo de los pasillos se tornaba incómodo para un TaeHyung que sentía la mirada de reojo del alfa a su lado—. ¿Cómo ha sido esta segunda semana? No he visto a Seok Jin venir —mencionaba.

SuHo y un joven alfa curpulento de nombre Song MinGi,  especializado en los mejores ataques y tácticas de defensa, de los mejores guerreros que Seok Jin había conocido en tiempos complicados, era el encargado de cuidar a TaeHyung por Seok Jin. Y solo había un guardia extra fuera de SuHo porque TaeHyung le había prohibido rotundamente que fueran cinco en total. Eso ya era una locura y derroche de dinero, así que el trato fue solo uno o solo SuHo. Y Seok Jin tuvo que apretar sus dientes y elegir a Song de entre el resto.

—Este horario es más complicado, él ya no está en casa cuando me toca salir —respondía el Omega y luego daba gracias al cielo que entraban en la habitación de la señora Kang. Una vieja alfa que había sido internada de urgencia por una operación al corazón.

Había salido todo excelente, pero ahora estaba en constante revisión debido a su edad. A TaeHyung le parecía adorable y realmente lo era. El agrado era más que mutuo.

—Oh, trajo al bonito Omega con usted, doctor Joo —decía dando palmadas suaves y sonriendo pacíficamente.

Le faltaban algunos dientes, pero la sonrisa seguía siendo adorable para TaeHyung quien le sonreía genuinamente y besaba sus manos.

— ¿Me extrañaste, cierto? —decía con su voz grave, pero dulce.

—Oh, es que eres un príncipe de lo más hermoso —halagaba la anciana—. Pedí exclusivamente al doctor Joo que volviera contigo, eres un encanto de niño —exclamaba.

TaeHyung sonreía—. Me encanta que alimentes mi ego, muchos suelen encontrarme poco adorable al no ser más pequeño debido a mi casta —mencionaba TaeHyung, revisandola con cuidado mientras Joo miraba a ambos con una sonrisa que debía de ser la sonrisa de doctor agradable.

A TaeHyung no le gustaba ninguna de sus supuestas sonrisas "amables".

—Oh, tu eres bello. El más bonito de todos —repetía la mujer.

—Tranquila, señora Kang —decía Joo—. Tengo entendido que por ahora, está tomado —susurraba en broma.

TaeHyung lo miraba fijamente por primera vez desde que se lo había cruzado y aclaraba—. Por ahora y para siempre, doctor —mientras volvía a revisar los signos vitales de la señora Kang y todo lo que la pobre mujer tenía conectado a ella.

— ¡Oh! Que afortunado debe ser el alfa que vea esos bonitos ojos negros tornarse celeste como el cielo —añadía—. Debes verte más despampanante.

TaeHyung sonreía auténticamente y la miraba con seriedad mal fingida y hacía brillar sus ojos en su bello color azul cielo de Omega—. No lo sé ¿Tú qué dices?

La mujer reía adorablemente—. Me recuerdas a mi nieto, tan bello de adentro hacia afuera... Él es un Omega igual de adorable que tú —añadía la mujer—. ¿Y cómo se llama tu alfa?

TaeHyung le sonreía mientras se hacía a un lado y Joo revisaba otras zonas y anotaba más cosas en el historial de la paciente.

—Umm, él se llama Seok Jin —decía sonriendo más que enamorado. Dios, estaba hasta los huesos. Hasta el alma lleno de amor por ese hombre.

La vieja alfa abría los ojos—. Oh... ¿Es acaso...?

—Sip, querida —decía Joo metiéndose en la conversación—. Dime si te duele aquí —preguntaba a la anciana, ella negaba con su cara aún pintada de sorpresa—. Quita esa cara, aunque te sorprenda, estás viendo, por ahora, al Omega del futuro alfa de Bucheon.

TaeHyung entrecerraba sus ojos ignorando los sonidos de sorpresa y felicidad de la señora Kang.

—Por ahora y para siempre, doctor Joo —aclaraba TaeHyung con dulzura fingida.

Joo Ji Moon lo miraba unos momentos que crispaban los vellos de la nuca de TaeHyung y luego pintaba su sonrisa sardonica.

—Por supuesto —decía de forma cortante.

— ¡Que increíble! Tantos años soltero y muchos Omegas peleando por él y él jamás había cedido ante ninguno —decía la señora Kang, ajena a la tensión entre el alfa y el Omega de la habitación.

TaeHyung suspiraba y recordaba la amistad de Seok Jin y WooYoung, pero también recordaba que él se había rascado cada vez que lo había necesitado también. Quizás sería bueno pensar que se negaron al amor, pero no al sexo. Mierda.

— ¿Por qué esa cara, cariño? —preguntaba la vieja alfa.

TaeHyung negaba—. Estuvimos apartados un tiempo por fuerzas mayores. Pero siempre fue mi alfa y yo su Omega —aclaraba, viendo si Joo hacía alguna cara a sus palabras recientemente dichas.

Joo seguía checando a la paciente como si no lo oyera, TaeHyung intentaba sonreír a la mujer, pero se sentía más que irritado al respecto por sus anteriores palabras que ponían en duda su relación. Minutos más tarde cuando el doctor salía y se despedía de la señora Kang, dejaba a TaeHyung con sus quehaceres finales y en paz.

—Creo que le gustas al doctor —decía la vieja alfa, mientras arrugaba su nariz y TaeHyung cambiaba su suero.

El Omega fingía no sentirse incómodo al respecto.

—Esperemos que tu olfato esté fallado —decía sonriendo.

—Oh, él te mira demasiado cuando no lo notas... ¿Lo sabías?

Un escalofrío del tipo horripilante recorría la nuca de TaeHyung mientras forzaba una sonrisa.

—Prefería no saberlo, querida —decía con dulzura.

—No te preocupes, si tu alfa es Kim Seok Jin, él no hará nada al respecto. Es bueno que tengas tu alfa ¡Y que alfa!... Pero ¿Por qué no portas su marca? —preguntaba curiosa.

TaeHyung pasaba el nudo en garganta y le sonreía tocando la zona de su glándula vacía, añorando esas fauces allí—. Estamos esperando el momento propicio para eso —respondía educadamente—. Y aún faltan detalles —agregaba, pensando en todo lo que debían de hacer con respecto a los rebeldes—. Cabos que atar y eso... —susurraba.

—Oh, deben ser presentados en sociedad. Tu padre es el secretario Kim ¿Cierto? Lo conocí una vez, es muy amable, tiene sentido que seas su hijo —exclamaba.

TaeHyung sonreía feliz de dejar atrás el tema de Joo Ji Moon.

—Sí, tenemos la presentación en sociedad dónde sabrán de mi hermanito YeonJun públicamente y oficialmente que Kim Seok Jin me tiene a mí —decía poniendo sus manos en sus caderas y sonriendo de forma rectangular para hacer reír a la señora Kang.

—Oh, tan adorable que eres... Deben verse hermosos juntos, él es muy apuesto y hermoso... Incluso varios y varias alfas se sienten atraídos hacia él... Cuídalo con garras y dientes —mencionaba ondeando su mano.

—No te preocupes. Ese alfa está marcado —decía en tono de broma, aunque era cierto. Seok Jin aún poseída su marca en su cuello dónde estaba su glándula.

Luego de un par de revisiones extras y charlas vanales, TaeHyung dejaba a la señora Kang en perfectas condiciones y continuaba con sus labores, pero era sorpresivamente interceptado en el elevador.

La presencia de Joo entrando en la caja cuadrada con él, hacía que el Omega se sintiera sofocado.

—Tae... —decía con una sonrisa que carecía de amabilidad.

TaeHyung relamía sus labios y asentía en modo de saludo. ¿Qué carajos quería ahora?

—Me gustaría hablar contigo cuando termines tu turno, en mi oficina —decía mirando hacia adelante los pisos que iban pasando.

Le daba la espalda a TaeHyung por lo que no veía su cara de sorpresa. El Omega intentaba contener sus emociones para que su aroma no lo delatara.

— ¿Por qué? ¿Sucedió algo? ¿Hice algo mal? —preguntaba preocupado.

Él nunca hacía nada mal, ni un trabajo a medias, pero considerando que este hombre ponía sus pelos de punta, quizás algo se le había pasado e intentaba rememorar todos los procedimientos de observación y cuidados recientemente dados a la señora Kang.

—Oh, no te preocupes, cariño —soltaba el alfa—. No es nada malo.

La piel de TaeHyung se volvía de gallina debido al rechazo ante el apodo "cariñoso". Pero gracias al cielo, las puertas se abrían y el doctor salía, aunque girando sobre sus talones añadía una vez más—. Te veo luego.

Y sí, su tarde había sido estresante luego de que Joo mencionara una reunión antes de irse. No se quejaba de la mucha actividad que había tenido, pero cruzarse a doctor Joo en los pasillos debido a que había mucho trabajo y él parecía estar siempre en todos lados y eso ponía todo el cuerpo de TaeHyung tenso. Y lo peor de todo era que, este turno de tarde hacía que fuera imposible comunicarse con Seok Jin debido a los horarios de ambos y sabía que el alfa estaba ocupado con muchas cosas más, aparte de sus labores conocidos por el público.

Seok Jin había comenzado oficialmente su entrenamiento y a pesar de su propio cansancio había estado en ocasiones para moniterearlo. Lamentablemente no había tenido el éxito que se esperaba porque el alfa había logrado calmarse debido a su actividad laboral. Por ende, le estaba llevando tiempo, pero lograba sacar algunas garras... Algunas fauces salvajes que habían hecho a TaeHyung preguntarse como se sentirían en su carne marcandolo mientras Seok Jin le hacía el amor duro y sucio contra cualquier superficie y lo reclamaba como lo que era, su Omega.

—No sé que estás pensando, pero apagalos —decía una de sus compañeras, su nombre era Sana, una bonita omega una año menor que él y casualmente nacida un día antes de su fecha de cumpleaños.

La chica rubia, había sido de las más amables con TaeHyung y ellos se cruzaban en ocasiones, dándose ánimos. El resto, miraba a TaeHyung con algunas preguntas sin decir en sus rostros, el azabache sabía que los rumores habían corrido la vez que había venido aquí con Seok Jin de la mano cuando el Omega, ex compañero de su alfa, había sido atacado. Sin mencionar que la primera semana laboral, Seok Jin lo había traído o bien recogido y muchos ojos miraban con atención conociendo de antemano la patente del auto del alfa, aunque Seok Jin no bajara, por pedido exclusivo de TaeHyung, muchos sabían que era él.

Sin embargo, Sana, sólo parecía ver a TaeHyung y agradarle TaeHyung y no temer a su posición o su pareja.

—Umm, lo siento —decía el Omega apretando sus ojos y aplacando sus ganas y sutil aroma.

Aparte de la ayuda de Seok Jin a través de los años, él también intentaba controlarse como podía por cuenta propia.

—Eres un cabeza sucia —se mofaba, mientras ubicaba unas cosas para su próxima revisión.

Ellos no se cruzaban tanto como quisiera ya que Sana era enfermera pediátrica, pero sus horarios habían combinado bastante y a TaeHyung realmente le agradaba. Tenía una vibra similar a SeongHwa, a quien extrañaba como un demente en ocasiones. Ellos habían retomado el contacto luego de la primera semana caliente e infernal de TaeHyung en Corea y le hacía bien poder hablar con su mejor amigo de la adolescencia.

—Lo siento, solo fueron unas breves fantasías que iluminaron mis ojos. Ya tendrás tu alfa y sabrás a lo que me refiero. No es necesaria la envidia —se mofaba.

La chica reía—. A lo único que te tengo envidia ahora, es que sales en menos de treinta minutos y a mí me quedan dos horas más —luego sonreía angelicalmente y palmeaba el hombro de TaeHyung para irse a cumplir sus quehaceres.

TaeHyung sonreía, terminaba su agenda de ese día y cuando estaba más que listo cuarenta minutos después, bañado y cambiado. Tomaba sus cosas, suspiraba y notaba un mensaje de su padre.

"El concilio de alfas finalmente fue aprobado para dentro de cuatro días. Seok Jin no responde a Gon, avísame cuando lo veas, por favor. Te amo hijo y ten cuidado".

TaeHyung sentía su pulso normal elevarse y lo primero que hacía mientras iba camino a la oficina de Joo, era llamar a Seok Jin, pero efectivamente su teléfono sonaba y nada. La segunda llamada, fue dirigida al viejo alfa, Min. Ellos tenían que estar juntos en pleno entrenamiento o investigación, si Min no llegaba a responder-...

—Muchacho... —la voz del alfa sonaba agitada.

—Hyung... ¿Por qué Seok Jin no responde el teléfono? —cuestionaba con calma camino a la oficina de Joo.

Si no aclaraba ahora por qué Seok Jin no respondía su teléfono no iba a concentrarse en absoluto en su charla con el doctor.

—Oh, eso... Sí, no puede responder ahora —mencionaba.

TaeHyung se detenía a centímetros de la puerta de la oficina de Joo Ji Moon.

— ¿Qué está sucediendo?

—Eh, no nada... Bueno, él está- ¿Cómo decirlo? —exclamaba el viejo Min.

—Min ¿Qué carajos sucede con Seok-...? —TaeHyung estaba dando la vuelta para salir del hospital cuánto antes, pero la puerta de la oficina se abría y TaeHyung se detenía, una oreja en el teléfono con las excusas extrañas y balbuceantes de Min y la otra en Joo Ji Moon que acaba de salir de su oficina.

—Me estaba preguntando si vendrías —exclamaba el alfa.

TaeHyung giraba y en ese momento Min hablaba—. Oye, muchacho. Él está bien, sólo ven en cuanto puedas... La transformación de hoy fue exitosa, adiós ¡No te preocupes, pero ven pronto!

La llamada era cortada y TaeHyung apretaba sus dientes. Genial, tomaría todo de sí concentrarse ahora.

—Ven, entra —pedía el doctor.

TaeHyung se quedaba de pie afuera, quería ir con su alfa de inmediato, pero Joo lo estaba mirando atentamente esperando a que tomara la decisión correcta y en ese momento, era básicamente entrar a la maldita oficina a tener la charla que le había pedido durante su turno.

Apretando dientes y puños, TaeHyung avanzaba rápidamente dentro de la oficina para acabar con esta charla lo más rápido posible y tomaba asiento cuando Joo le señalaba la silla en la que había estado la primera vez en su entrevista. El hombre intimidante tomaba asiento frente a él y le sonreía con esa sonrisa que TaeHyung detestaba realmente.

— ¿Cómo te has sentido en tus primeras dos semanas? —preguntaba amigablemente.

TaeHyung largaba el aire por su nariz—. Doctor Joo, estoy un poco corto de tiempo. Si esta reunión es para saber si estoy desenvolviendome bien, le aseguro que sí, pero estoy con apuro y yo ne-

— ¿Te molesta pasar tiempo conmigo laboralmente? —preguntaba sin vueltas—. Muchos Omegas trabajan a la par mía con los pacientes, pero eres el único que parece incómodo hasta el momento y ya vamos dos semanas en esto.

TaeHyung relamía sus labios y suspiraba negando con una sonrisa sutil—. En absoluto, me he sentido bien como con cualquier otro doctor a cargo. Es mi trabajo asistir y luego seguir con el cuidado de cada paciente. Solo hago mi trabajo.

TaeHyung estaba poniendo todo de sí para mantenerse atento a la charla, pero lo único que quería era correr hacia donde Seok Jin se encontraba. Esto era lo que en cierta forma molestaba a TaeHyung por no tener una marca, si Seok Jin no estaba completamente atento a él, TaeHyung no podía sentirlo. Su lazo psíquico no funcionaba del todo de lado de TaeHyung porque TaeHyung no era el especial aquí.

—Me gustaría creer que dices la verdad, pero sutilmente huelo tu incomodidad y aprecio que quieras ocultarlo —mencionaba—. Pero hay noté que hubieron roces en la habitación de la señora Kang ¿Dije algo que te ofendió? —decía alzando sus cejas y tocando su pecho fingiendo inocencia.

TaeHyung se preguntaba si de ahora en más, dependiendo su respuesta, su trabajo aquí sería más simple o más complicado. Joo Ji Moon tenía el aspecto del típico alfa al que le gustaba presumir de su autoridad y tú tenías que ver si sumabas o restabas en su ecuación perfecta por el control total.

—Seré honesto con usted —exclamaba con la ansiedad intentando no brotar en su voz porque no quería estar allí teniendo esta charla—. Me molesta cuando se menciona con cierta duda sobre si tengo un alfa o no. Hablar de mi relación con Seok Jin, no es parte de mi trabajo. Y la forma en que lo dijo, el tono que empleó como si no fuera algo seguro o duradero, fue molesto. Y lo digo con respeto, creo que es algo de lo que no se debería hablar porque estamos trabajando.

El alfa sonreía, una sonrisa horrible de sus tantas sonrisas horripilantes que TaeHyung tenía en diferentes categorías.

—Lo siento, cariño. Yo no pre-

—TaeHyung. Llámeme TaeHyung o Kim, el "cariño" me incomoda y no es para nada profesional —pedía el Omega.

Notaba como la mandíbula del alfa mayor se marcaba y asentía apenas de forma vistosa.

—Es la costumbre. No lo tomes personal, TaeHyung —repetía con voz grave—. Yo sólo quiero que puedas encontrar una segunda familia aquí. Todos somos unidos fuera de algunos problemas o chismes que puedan surgir en un gran grupo laboral, pretendemos ser la segunda familia del otro porque pasamos muchas horas aquí

—Y lo entiendo, aún así... "Cariño" a mí no me hace sentir cómodo, ni en familia —aclaraba el Omega.

Joo Ji Moon estrechaba sus ojos—. Bueno, definitivamente puedo ver ese niño de temperamento fuerte que recuerdo —exclamaba.

TaeHyung relamía sus labios y el escalofrío tenebroso recorría su espina dorsal. Que recordaba como era de niño y que lo dijera con ese tono de voz, era espeluznante realmente.

— ¿Eso era todo lo que quería hablar conmigo? Necesito volver a casa, estoy a cargo de la cena —decía TaeHyung forzando una sonrisa.

Joo Ji Moon lo miraba unos segundos que hacían sudar a TaeHyung bajo el escrutinio de esos ojos que parecían esconder algo oscuro y cruel. No le extrañaba que podría ser. Había estado esas dos semanas viendo como Seok Jin y San llevaban a cabo el plan de enviar correos electrónicos, para descartar los posibles sospechoso o desertores. Los hombres de confianza en la lista de Seok Jin habían aumentado, pero aún así estaban a prueba. Pero todo seguía siendo de forma cautelosa.

Realmente el alfa arcano no podía comenzar nada sino podía mostrarle al resto como él mismo se controlaba y transformaba, volviendo de su bestia a su forma humana. Dios, TaeHyung necesitaba estar con él ahora. Ya.

—Puedes irte —decía Joo, TaeHyung se ponía de pie, se inclinaba en forma de saludo y cuando llegaba a la puerta la voz del alfa lo detenía—. Sabes, si yo fuera Kim... No podría dejar que un Omega tan hermoso como tú anduviera sin mi marca por ahí.

TaeHyung apretaba sus dientes y juntaba todo de su valor para girarse y enfrentar a Joo una vez más.

—La marca sucederá —añadía con seguridad—. El retraso de ella es una decisión en conjunto. Pero si usted quiere, podemos organizar con mi alfa, Kim Seok Jin que, seas uno de los primeros en verla. Primera fila para usted y unos pares —sonreía lo poco que podía y salía de la habitación con largas zancadas.

Estaba más que seguro que la última setencia le costaría algo, pero no tenía más tiempo que perder con Joo en esa oficina. La llamada de Min no había sido para nada clara ni tranquilizadora, así que cuando salía, tocaba su pulsera minutos antes para que SuHo estuviera listo y esperando por él en la entrada. Cuando salía, subía de inmediato al auto conocido y se sentaba atrás ajustando su cinturón de seguridad.

—A la biblioteca de Min —pedía.

—Lo sé —exclamaba SuHo.

TaeHyung fruncía el ceño mientras el auto arrancaba y miraba hacia atrás, el auto de del nuevo guardia MinGi no estaba tras ellos como era de costumbre.

— ¿Dónde está MinGi y por qué sabes que quiero ir a lo de Min? —cuestionaba.

Su guardaespaldas hacía una mueca—. Llamaron a MinGi pidiendo su ayuda, algo sucedió con Seok Jin —exclamaba SuHo.

Y por supuesto que él estaba al tanto de las últimas noticias, por lo que TaeHyung sabía a lo que SuHo se refería con Seok Jin en problemas, pero que tipo de problemas.

— ¿Por qué no me avisaron antes? —decía estresado al máximo y preocupado a más no poder.

—Tae, tranquilo. No es nada malo, solo necesitaban un poco de ayuda con el grandote —respondía.

— ¿Un poco de-...? Dios, apresúrate antes de que te deje calvo por arrancarte el cabello —añadía.

SuHo había bajado detrás de TaeHyung por si acaso, las noticias que habían llegado era que Seok Jin había pedido por el alfa joven y fuerte, MinGi, por si San no podía controlarlo. Lo cual era algo seguro, nadie podía controlarlo si él podía finalmente, transformarse.

Lo bueno de cada pequeño vistazo de transformación fue que, no lo habían hecho perder el conocimiento, aún así quería ser cauteloso y cuidadoso con San, Min y WooYoung. Pero esa tarde, se sentía más inestable que de costumbre debido a que el malestar y la tensión que TaeHyung había sentido en el hospital más temprano, con la señora Kang y el doctor Joo, habían llegado al alfa y eso lo había puesto inestable, furioso y con ganas de despedazar a quien había hecho sentir a TaeHyung de esa forma. Pero claro, la transformación estaba a medias, San había intentando calmarlo junto con WooYoung.

El Omega apenas había tenido el coraje de acercarse porque Seok Jin estaba más que imprimado en TaeHyung, esa parte salvaje de él. Ese lobo físico que habían visto, estaba simplemente más hundido profundamente en su Omega, por lo que WooYoung no servía exactamente para guiarlo o calmarlo. Nadie servía, aunque Seok Jin no estaba atacandolos, pedía con esa voz infernal que ponía los pelos de todos  de punta que salieran de su camino.

Lo que TaeHyung no sabía era que...

— ¡¿Seok Jin?! —el Omega entraba desesperado al sótano de entrenamiento y encontraba a su alfa arcano sobre una colchoneta de entrenamiento profundamente dormido y tapado a medio cuerpo con una manta—. ¡Jin!

Corriendo desesperado, caía en sus rodillas cerca del alfa que aún estaba transformado. Era una cosa inmensa de puro músculos, su rostro era como quien mal diría, algo diabólico y atemorizante, pero seguía reconocible, sin embargo TaeHyung lo encontraba jodidamente atractivo. Había pelo en varias partes donde, un hombre como Seok Jin en su forma humana no poseía. Pero TaeHyung veía su marca en la zona de la glándula de ese lobo bestia y se regocijaba de reconocerlo en cualquiera de sus formas. Este era su Seok Jin.

Poniendo su cabeza en su pecho escuchaba el corazón de alfa y latía con calma y regularidad. Cuando alzaba la mirada Min estaba parado frente a él al otro lado del cuerpo.

— ¿Qué pasó? —preguntaba sosteniendo el rostro ajeno. Aún había facciones como las pestañas y la forma de sus ojos rasgados que dejaban en obvio que era Seok Jin, su Seok Jin, su alfa.  Sus labios seguían allí tentadores y su nariz era solo un poco más fina y respingona de la natural.

—Quiso salir de aquí así cuando sintió que algo estaba mal contigo, tuvimos que hacer unos malabares para dormirlo —respondía el viejo Min.

— Órdenes de él mismo, TaeHyung —añadía San—. No queríamos interrumpir tu jornada laboral, pero nos preocupamos cuando él sintió que algo andaba mal contigo

—Pero dejarlo salir así no era lo conveniente —añadía WooYoung—. Le dimos la inyección que ustedes nos recomendaron, la que serviría para dormir a un caballo, pero queriamos tenerte cerca para que puedas revisarlo.

TaeHyung sentía sus ojos húmedos, sus manos acariciaban el rostro de ese alfa que su lobo interior reconocía y se volvía demente por treparlo, él reconocía a su compañero debajo de esa transformación increíble.

— ¿Hace cuánto lo inyectaron? —preguntaba más calmado, tomando el pulso del alfa y recibiendo la información deseada. Checando el tiempo miraba a los presentes—. Salgan de aquí, no va a tardar en despertar, prefiero simplemente estar a solas cuando lo haga.

El resto se miraba con cierta preocupación.

— ¿Y si no lo reconoce? —preguntaba el nuevo alfa y guardia, MinGi.

—Me reconocería entre miles de personas o miles de Omegas —respondía TaeHyung sin dejar de verlo y ajustando la manta sobre su cuerpo para que nadie lo mirara de más—. Vayan, no tardará en despertar. Subiremos en cuanto esté de nuevo en sus cincos sentidos —exclamaba.

El viejo Min recibía las miradas del resto y aleteaba sus manos en dirección a la salida para que vayan camino a ella, WooYoung observaba la escena una vez más y encontraba fascinante la forma en que TaeHyung no había mirado a nadie más que a Seok Jin. Su amigo merecía ese amor y esa devoción luego de tantos años. Era simplemente encantadora la vista de ambos sobre esa colchoneta mientras TaeHyung lo miraba como lo que era, su todo.

Cuando la puerta se cerraba detrás del Omega, este suspiraba, una de sus manos aún sobre el rostro de Seok Jin y la otra sobre el abdomen firme y trabajado. Sus dedos tocaban allí con sutileza y relamía sus labios. Era solo cuestión de minutos para que Seok Jin volviera en sí y pudiera verlo con esos ojos únicos. Cuando volvía al rostro del alfa, notaba que sus labios estaba levemente secos, pero seguían tentadores. Relajado y dormido, las facciones hermosas de su alfa estaban ahí, muy fáciles de reconocer.

Era simplemente increíble verlo dormido, en todo su glorioso esplendor. Su mirada iba a la par de su mano, acariciando el rostro de Seok Jin, sus mejillas, los belfos carnosos, la mandíbula más marcada al igual que la zona de sus cejas. Luego bajaba y su cuello largo estaba más ancho, su dedos pasaban cuesta abajo por sus pectorales dónde se hallaba vello allí.

Era puro musculos macizos e infartantes, su corazón latía en su pecho, debajo de la palma del Omega. Era fuerte y conciso. Luego su mano pasaba por su hombro y de su hombro al enorme bícep que TaeHyung estaba seguro tenía el tamaño de sus muslos por brazos. Era simplemente fascinante. Volviendo el pecho del alfa, pasaba sus dedos por ese six, casi eight packs, era una locura.

El cuerpo de Seok Jin y el alfa en sí, era hegemónico en su forma humana, pero de esta forma, así, él era todo una bestia sexy que hacía sentir a TaeHyung caliente por todos lados, duro y resbaladizo. Bueno, cualquier versión de Seok Jin lo ponía así, pero esa tarde había alucinado con este Seok Jin. La manta que cubría su cuerpo estaba allí haciendo poco por dejar algo a la imaginación. Seok Jin había estado vestido en su anterior transformación, dejando retazos de telas en lugares claves, y para cuando comenzó el entrenamiento había estado usando un pantalón ridículamente grande que encajaría con su cuerpo de bestia y se ajustaba a sus medidas.

Seguramente estaba vestido y él tenía que dejar de alucinar con el cuerpo infernal de la bestia o habría problemas, pero cuando el alfa se movía y la tela que lo cubría vacilaba sobre sus caderas, TaeHyung relamía sus labios y su mano no pedía permiso cuando levantaba la tela y su pulso se disparaba ante la gran vista. TaeHyung sentía que un calor lo envolvia y se maldecía por sentirse cachondo en ese momento, sólo por la gran polla que Seok Jin tenía en ese estado y la tela de su pantalón deportivo no había resistido.

—Sucio lobo interior pervertido —se decía colorado hasta la médula y volviendo a tapar la pelvis de su amante.

El problema era que su cuerpo no había escuchado razones y estaba caliente, con la temperatura elevada y a punto de arruinar su boxer y pantalón. Enojado consigo mismo y checando que Seok Jin aún respiraba con normalidad, se ponía de pie y se quitaba la chaqueta que aún llevaba puesta y no hacía nada por ayudar a su estado acalorado. Llegando a la mesa más cercana TaeHyung dejaba allí la prenda, se apoyaba con sus manos y dejaba caer su cabeza mientras intentaba que su cuerpo no reaccionara ante la imagen de Seok Jin en esa forma tan bestial y salvaje con esos rasgos aún delicados entre tanta transformación animal.

— Respira y controlate —exclamaba—. Quizás pensar en algo asqueroso te sirva en este momento —decía apretando sus piernas y recordando los roces de mierda con Joo Ji Moon en el hospital. Pero nuevamente su lobo interior recordaba que Seok Jin había sentido su malestar a la distancia y por eso estaba en las condiciones actuales. Transformado, dormido y esperando a despertarse para volver en sí.

Suspirando tronaba su cuello—. Las ventajas de ser un alfa arcano hacen que tú puedas saber cómo estoy, pero yo no tenía idea de que tú estabas a punto de perder el control por mi culpa —susurraba—. Eso me sigue pareciendo caliente y a la vez me enfurece.

TaeHyung suspiraba y llevaba su cabello hacia atrás, su cuerpo seguía encendido sin importar nada más. Incluso el aroma de Seok Jin parecia intensificarse más detrás de él, iba a volverse loco si no lograba calmarse, así que giraba para volver al lado de Seok Jin, pero cuando lo hacía, el alfa estaba de pie a poco metros lejos de él. Desnudo y en toda su gloria con sus ojos encendidos en rojo sangre.

— ¡Jin! —la mano en su pecho era señal de que se había llevado el susto de su vida—. ¿Por qué no dijiste nada? —exclamaba apretando sus dientes y evitando bajar su mirada.

Toda esa piel cubierta de finos vellos en lugares que hacían a la bestia verse demasiado caliente. Vello en su pecho, una tira fina sobre su abdomen, desde su ombligo hasta su-...

— ¿Estás bien? —preguntaba TaeHyung sosteniendose de la mesa detrás de él para no avanzar en dirección al caliente hombre lobo inmenso que lo miraba como su único objetivo.

El ceño fruncido y los ojos rojos, calentaban la sangre del Omega que intentaba no sentirse tan débil y necesitado. Pero sus piernas temblaban cuando el alfa caminaba en su dirección, parte de sus fauces reluciendo allí por debajo de esos labios carnosos. Era un Seok Jin que dejaba a TaeHyung totalmente indefenso. Su aroma lo envolvia a propósito y su cuerpo temblaba. El gran cuerpo musculoso se inclinaba apoyando las manos sobre la mesa detrás de TaeHyung y el rostro de Seok Jin estaba a centímetros del de TaeHyung.

—Hey... ¿Estas bien? —sus manos apretaban el borde de la mesa y tomaba todo de sí no tocarlo.

—Tú... Estabas incómodo y harto. Nervioso y tenso —exclamaba. Sus cejas presuntuosas fruncidas y su rostro se inclinaba para rozar su nariz a la de un TaeHyung que temblaba—. ¿Estás mejor? Dime quién te puso así —la voz tenía el caudal y brillo particular de la voz de Seok Jin y una parte más grave y electrizante que hacía eco en todo el cuerpo de TaeHyung con esa transformación.

Se había olvidado lo bien que se sentía estar envuelto en los brazos de este Seok Jin, no, no le gustaba más que el humano, le gustaba exactamente lo mismo. Era Seok Jin toda esta bestia sumisa y preocupada y el hombre temperamental y dulce que lo tenía enamorado desde hacía años.

Finalmente su mano salía disparada y tocaba el pecho del alfa y descendía con suaves caricias, sentía su respiración inestable y la respiración de Seok Jin más rápida también.

—No importa. Estoy donde quiero estar ahora —susurraba a modo de respuesta. Seok Jin comenzaba a oler su mejilla, luego pasaba por su oreja y bajaba por su cuello. Todo eso tenía a TaeHyung duro, húmedo y adolorido—. Jin... —gemía con su mano acariciando cuesta abajo y miraba curioso la gran erección del alfa, gloriosa, deliciosa e intimidante, pero dura como roca.

Ambos estaban mal y necesitados.

—Omega... Mi dulce y hermoso, TaeHyung —decía la voz grave y ronca. Luego lo sentía aspirar con fuerzas y esos ojos rojos se iluminaban casi de forma fluorescente—. Mío.

TaeHyung temblaba con la boca seca y el cuerpo tenso, sus dedos pasaban por el falo erecto de la gran polla que Seok Jin poseía en estado casi animal, pero no podía hacer más cuando era girado repentinamente, viendo en dirección a la mesa, sus manos eran presionadas allí por las del alfa y lo sentía pegarse a toda su espalda, respirando en su oído. Los ojos de TaeHyung se tornaba celestes, hermosos y brillosos. Totalmente perdido, párpados pesado a causa del exquisito escalofrío y sensaciones placenteras envolviendo su cuerpo y sentidos. Él sentía las filosas fauces de su alfa raspar su oreja y su cuerpo se sacudía, las grandes manos se posaban en su cadera y tanto pantalón como su boxer, eran bajados al mismo tiempo dejando a la vista su bonito y pomposo culo, el cual estaba goteando toda su esencia que iba cayendo por sus muslos y dejaba en claro que estaba más que listo para Seok Jin.

Pero no esperaba en absoluto el fuerte agarra de esas manos con garras peligrosas abriendo su glúteos para luego sentir el golpe de esa lengua dentro de su esfinter.

— ¡Ah, Jin! —TaeHyung se sacudia visiblemente ante la invasión de la lengua chupando toda su esencia que salía a borbotones de su culo.

Los sonidos sucios de esas lamidas  saciandose de su esencia tenían a TaeHyung gimiendo sonrojado y necesitado, empujandose contra esa lengua gruesa y decidida. Seok Jin lo estaba follando con esta mientras se alimentaba, gemía de forma ronca y balbuceaba algo referente a la dulzura de TaeHyung. Dios, él estaba totalmente entregado y drogado. Más que listo para sucumbir ansioso a las necesidades de su cuerpo y a las necesidades de Seok Jin en ese modo animal, supremo y bestial.

Joder, TaeHyung lo quería, lo deseaba golpeando duro y rápido dentro de él hasta sentirse saciado de su alfa. De este Seok Jin, le temblaban las piernas por sentirlo golpear dentro de él de una jodida vez y él lo dejaría.

Por supuesto que lo dejaría.

Se viene lemon de SeokJin bestia con Omega humano y cachondo 🫠🥹🌚

Perdón que lo corté, no era parte de este capítulo 💩 mis disculpas si hay fallas de dedos salvajes o autocorrector wacho.

Con amor niñita Nanykoo 💜

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