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"Positivo"

TaeHyung y Seok Jin se encontraban viendo su teléfono. Miradas fijas al aparato con ese correo electrónico importante abierto y confirmando que ellos estaban esperando un bebé.

—Esto es-...

—Es mi momento para decir mi más hermoso "te lo dije" —susurraba el alfa. TaeHyung alzaba la vista y sus ojos estaban húmedos.

—Te vamos a volver loco —decía el Omega con ojos húmedos.

Seok Jin le devolvía la sonrisa—. No puedo esperar.

TaeHyung arroajaba su teléfono al sofá más cercano y abrazaba a Seok Jin colgándose de su cuello y con piernas rodeando su cintura siendo levantado con facilidad por su alfa. Abrír los resultados minutos antes de la gala no había sido la mejor opción, pero habían estado tan ocupados y tan a las corridas que este breve momento, fue el mejor que pudieron encontrar.

Sus labios se besaban con constantes besos húmedos de felicidad. El corazón de TaeHyung no cabía en su pecho y el de Seok Jin mucho menos. Pero era su momento. Seok Jin quería cantar y bailar de la jodida felicidad. Aunque estaba seguro, ésta confirmación por escrito era increíble, aunque sentía que el traje le cortaba el aire.

Un último beso a presión por parte de su Omega y este saltaba fuera de sus brazos—. Ay, carajo. Te arruiné la ropa —decía intentando acomodar nuevamente las prendas de Seok Jin.

El alfa en cambio, necesitaba aflojar esa estúpida camisa—. ¿Puedes dejar de tocarte el cuello? —pedía TaeHyung, apartando sus manos, no podía dejar de sonreír.

La famosa gala de reintegro y presentación, estaba sucediendo. Y lo peor era que, no habían visto a Nathan Marshall antes de dicha presentación. Seok Jin quería calmar un poco las aguas, pero el alfa estadounidense estaba en modo estrella popular y había arribado a Corea pidiendo estrictamente que nadie lo molestará a él y al científico Eustace Smith hasta la hora de la presentación en la cual, quien quisiera podría interactuar con ellos.

—Lo siento, esta camisa me está ahorcando —soltaba el alfa—. ¿Y teníamos que usar moño? —cuestionaba.

TaeHyung sonreía—. Tienes un exquisito cuello de gacela, cariño. Aunque ancho y masculino, un moño te queda precioso. Te ves caliente —susurraba acomodando por última vez el saco gris del alfa y enroscado sus brazos alrededor de dicho largo cuello luego.

—Lamento no haberte prestado suficiente atención, es sólo que...

—Lo sé, Jin. El asunto de que Marshall no quiso verte antes de esta reunión te tiene tenso. Pero tranquilo, por ahora pretendamos que somos todos normales y que no estamos a punto de ser asaltados por cambiaformas —susurraba con ojos bien abiertos.

Seok Jin suspiraba y metía su nariz en el hueco del cuello de TaeHyung necesitando aspirar su aroma. TaeHyung lo complacía soltando sus feromonas y envolviendo a su alfa con este.

—No sé que haría si no estuvieras aquí en este momento —susurraba.

TaeHyung sonreía y acariciaba la nuca de Seok Jin, metiendo sus dedos entre el sedoso cabello lacio de su alfa.

—Prefiero no imaginarlo —respondía Tae—. Ya fui parte de una realidad que nos mantuvo alejados, no quiero revivirla ni de broma —susurraba.

Seok Jin tarareaba en acuerdo y besaba el cuello de TaeHyung con vehemencia.

—Jin, tenemos que salir y eso hace que me ponga cachondo.

—No estoy haciendo nada —decía con voz ronca, pasando sutilmente su lengua—. Este cuello alto de tu camisa es mi nuevo enemigo —decía con calma.

TaeHyung reía con ojos cerrados, aún acariciaba la nuca de SeokJin. Estaba vestido de forma similar. Camisa blanca, moño y blazer azul tirando a gris oscuro. La diferencia estaba en el cuello y solapa, TaeHyung tenía un gris topo y el de Seok Jin tenía un color amarronado con sutiles brillos.

—Dios. Realmente te ves muy bien —decía TaeHyung, mirando la imagen de ambos en el espejo de cuerpo entero que había detrás de Seok Jin en los vestidores del salón especial donde se llevaba a cabo dicha gala.

Las manos del Omega bajaban del cuello del alfa por toda su espalda hasta llegar a su trasero y apretaba.

—TaeHyung~... —el alfa quedaba con la palabra en la boca cuando su Omega presionaba sus cuerpo juntos.

Los ojos de Seok Jin se tornaban rojos y buscaba el rostro de TaeHyung. Su Omega estaba con sus ojos celestes refulgentes y una sonrisa pícara en su rostro.

—Deberías controlarte si no quieres que rompa tu bonito y elegante pantalón —susurraba Seok Jin, mientras sus largos dedos acariciaban la mejilla de un TaeHyung que era tan receptivo que cerraba sus ojos y se tiraba sobre el suave tacto.

Cuando los abría, miraba fijamente a Seok Jin, TaeHyung tenía naturalmente una mirada intensa y atractiva. Su ojo con doble párpado y el otro con un lunar debajo, rozando el borde de sus pestañas eran un toque especial.

—Eres tan hermoso —decía Seok Jin con una voz grave que enviaba una descarga eléctrica al cuerpo del Omega.

TaeHyung relamía sus labios y apretaba más el cuerpo de Seok Jin al suyo, sus manos aún en los glúteos de su alfa.

—Realmente me gustaría que te entierres en mí en este momento —decía TaeHyung, cambiando violentamente su aroma de consuelo a uno que drogaba a Seok Jin de forma intensa.

—Tae~... —las manos del Omega ya se estaban moviendo al frente del pantalón de Seok Jin, acción que hizo reaccionar al alfa, para comenzar a trabajar en el pantalón de TaeHyung.

A la mierda, no iba a contener a su Omega. Estaba tan deseoso como él.

—No estás entrando en celo ¿O si? —preguntaba Seok Jin, mientras era arrastrado por TaeHyung al sofá que tenían en dicho vestidor y era arrojado allí por el Omega.

—No, pero comenzaste a pasar tu lengua por mi cuello y no voy a desperdiciar el hecho de estar mojado por tu culpa —decía con una sonrisa sucia mientras bajaba su pantalón y giraba dándole la espalda a Seok Jin y una vista gloriosa de su pomposo trasero.

TaeHyung iba a sentarse sobre la gruesa polla que Seok Jin estaba liberando ya, pero el alfa había perdido los estribos al ver el lubricante resbalar entre la grieta de los glúteos de TaeHyung y automáticamente sus manos habían tomado posesión de las caderas del Omega, atrayendolo más cerca de su rostro, y pasando su lengua para lamer la humedad de un TaeHyung que rodaba sus ojos y los cerraba ante el placer ardiente y la lengua que quemaba entre sus glúteos.

—Joder~... —abriendo un poco más sus piernas y sosteniendose de las mismas manos sobre sus caderas, TaeHyung empujaba contra la cara del alfa.

"Mmm~..." El alfa medio había gemido y medio gruñido mientras su lengua carnosa y húmeda comenzaba a follar a TaeHyung. No solo saborearlo. Él embestia dentro de su agujero dilatado y hambriento mientras los gemidos de TaeHyung comenzaban a llenar la pequeña habitación junto con los sonidos de lamidas y chupones que Seok Jin daba a su bonito culo.

—Alfa, más —TaeHyung no quería llegar a eso realmente, él quería que Jin se relajara con su aroma, pero se había puesto mimoso y él caliente, y ahora eran una montaña rusa de lujuria que estaba despegando por los rieles y necesitaba elevarse hasta la parte más alta—. Tu polla, ahora —pedía empujando a Seok Jin con dificultad.

El alfa gruñía dando otra lamida y embestida salvaje, antes de dar un chirlo al culo de TaeHyung.

— ¡Jin!

—No voy a disculparme por no dejarme comerte en paz, aún quiero más de eso —decía pasando dos dedos por la grietas de TaeHyung y apenas jugando con su agujero deseoso—. Pero quiero estar enterrado en ti también.

TaeHyung pasaba saliva ante la sutil penetración de esos dedos que apenas habían rascado la picazón del desbordante deseo creciendo en su interior.

—Te dejaré comerme más tarde, cuando esta pesadilla termine —exclamaba acomodándose con cuidado para sentarse sobre esa polla que deseaba con locura.

Seok Jin volvía a decir algo que TaeHyung no registraba, con una voz ronca. Muy oscuro, él realmente estaba gruñendo, su voz más gruesa y atemorizante que sólo lograba poner a TaeHyung peor. Desesperado por sentir esa polla hundiéndose en su interior, el alfa alineaba la misma y le daba el gusto a su Omega quien caía ni tan lento ni tan abrupto, sintiendo como esa bestialidad lo iba abriendo y estirando aún más.

Si espalda caía sobre el pecho de Seok Jin y este lo recibía mientras presionaba su cuerpo cuesta abajo para sentir a TaeHyung totalmente empalado en su polla.

—Mmm, jodido infierno... Te sientes tan bien —decía la voz distorsionada de Seok Jin al oído de un TaeHyung que temblaba mientras podía sentir esa polla hasta lo más profundo.

—Ah, tú te sientes jodidamente glorioso y suena ridículo, pero es así —decía con respiración agitada y risa entrecortada.

Los dientes de Seok Jin pasaban por su oreja y tiraban de su lóbulo. Eran filosos, TaeHyung podía sentirlos y temblaba una vez más.

—Jin~... —sollozaba rodando sus caderas encima de la polla—. Eres tan jodidamente grande...

—Y tú tan apretado y dulce —susurraba la voz grave de Seok Jin. Habían suaves matices de su voz humana y oscuros bordes de algo más primitivo en su timbre de voz—. Salta sobre la polla de tu alfa como querías —ordenaba, TaeHyung gemía, balanceándose sobre la misma para rascar el dolor y la necesidad que lo desgarraban por dentro—. Quiero ver cómo te follas con mi polla —decía Seok Jin con su voz de mando.

Voz que apenas había usado con TaeHyung, voz que hacía que el lobo interior de TaeHyung se volviera aún más sumiso y obediente. Loco por la necesidad de complacer y seguir las órdenes de este hombre, así que el Omega cambiaba sus vaivenes por saltos cortos que lo hacían caer con un sonido obsceno mientras esa gloriosa polla presionaba una y otra vez su punto dulce, volviendolo loco y desesperado.

—Ah, mmm joder...

—Tranquilo —decía el alfa a su oído, apretando sus manos en su cintura y bajándolo hasta lo más profundo, para sentirlo dentro con más intensidad.

—Sí... Hazlo, por favor, por favor —pedía TaeHyung.

Seok Jin entendía. Con toda su fuerza, y no tanta, mantenía a TaeHyung quieto a una justa distancia sobre la punta de su polla y con sus caderas cuesta arriba comenzaban a perforar dentro de TaeHyung con una velocidad aterradora y una justa fuerza e intensidad que debilitaba las piernas del Omega mientras su cuerpo se llenaba de energía eléctrica, demasiado sobre cargado. Demasiado estimulado. Su cuerpo era todo un nervio crudo y su agujero era penetrado por esa gloriosa polla de la que estaba tan enamorado. Se sentía un poco insano pensarlo de esa forma porque estaba locamente enamorado de ese hombre debajo de él que, apuñalaba su próstata con la misma desesperación que él tenía.

Pero el acto se volvía diez mil veces mejor cuando la conexión que ambos compartían debido a las habilidades de Seok Jin y la cicatriz de la marca en la glándula de TaeHyung volvían ese acto muchísimo más intenso. En el interior del Omega ser follado se mezclaba con el placer de tomar y embestir. TaeHyung gemía de forma aguda, confundido y caliente. Su polla erguida cual mástil, mientras apretaba sus ojos y su bajo vientre sentía todo el cosquilleo correcto y sus bolas se tensaban, por un fugaz momento, Seok Jin había temblado físicamente y gemido de forma ronca mientras continuaba su labor logrando que TaeHyung se corriera repentinamente sin saber que había sido aquella conexión demente que lo había hecho sentir la euforia pasional que su alfa experimentaba cuando lo tomaba.

Una necesidad de poseer, un hambre de tomar y una lujuria diferente y exquisita. Un llama de deseo que se sentía satisfecha, pero que nunca sería suficiente, siempre querría más y ese deseo TaeHyung podía entenderlo, porque así se sentia con Seok Jin. El Omega veía estrellas detrás de sus párpados cuando notaba la gran mano de su alfa ordenando los últimos hilos de semen de su polla. ¿Cuando había puesto su mano allí? No estaba seguro, aquello había sido una experiencia única.

—Oh, mucha estimulación —decía con la voz rota, pero no apartaba la mano de su alfa. Suspiraba y lo dejaba vaciarlo hasta la última gota.

Cuando caía sobre el pecho de Seok Jin, sentía los labios carnosos de su alfa posarse en su glándula recubierta por la camisa.  Su pulso volaba cuando sentía la presión de un dulce beso sobre ese lugar.

— ¿Lo sentiste? —preguntaba el Omega con sus ojos cerrados.

Seok Jin tarareaba—. ¿Lo mucho que deseaba extrañamente hundirme en mi propia polla?

TaeHyung abría sus ojos y buscaba la mirada de su alfa—. ¿Fue real? —susurraba TaeHyung perdido aún el éxtasis reciente de su orgasmo.

Apenas registraba a Seok Jin limpiandolo, al parecer había tomado una servilletas de la mesa al lado del sofá donde habían hecho el amor—o follado como animales.

Estaba totalmente decente cuando Seok Jin lo ayudaba a ponerse de pie, acomodando sus prendas, luego las suyas propias y registrando que la ropa de TaeHyung no quedará manchada.

—Tuve que quitarme rápido antes de anudar en ti —decía el alfa, acomodándose a q él mismo mientras lo miraba con una sonrisa juguetona.

Seok Jin parecía mil veces más relajado ahora.

—Quedé algo así como deshuesado, muchas gracias —soltaba TaeHyung, mirándolo atontado. Estaba sentado sobre el sofá ¿Cuando se había sentado?—. Oh, dios. Realmente no recuerdo nada excepto que fue un gran encuentro el que acabamos de tener.

El alfa sonreía y y extendía su mano—. Si lo fue —atraía a TaeHyung a su cuerpo y lo tomaba de la cintura—. No sabía que eso podía suceder

—Creo que es tu culpa. Tú eres tan tú que todo se vuelve una experiencia única e irrepetible en nadie más —susurraba TaeHyung, acomodando el cabello de Seok Jin mientras sonreía angelicalmente—. Adoro ser tu Omega.

El alfa carcajeaba, la tensión sangraba fuera de él y acunaba el rostro de TaeHyung para juntar sus labios en un beso dulce, pero igual de intenso que cada uno de sus besos compartidos. Cada una de sus experiencias juntas era intensa y única. Ninguno cambiaría nada. La puerta sonaba con pequeños golpes ansiosos y TaeHyung se sorprendía, despertadolo repentinamente de su nube post orgásmica.

—Desearía estar en nuestra cama —farfullaba camino a la puerta resplando. Parado detrás de esta, se encontraba YeonJun con un adorable traje celeste pastel. El niño parecía más alto que hacía una semana atrás—. Cariño ¿Estás bien? —TaeHyung acunaba su rostro y Seok Jin se acercaba a ellos.

—Estoy nervioso —decía como si su aroma no fuera tan obvio en la habitación.

—Tranquilo, campeón. Es una breve presentación y luego sólo habrá comida gratis y se volverá muy aburrido para ti —decía Seok Jin.

TaeHyung asentía, acomodando el cabello del niño, pero este negaba con su cabeza.

—No es eso —decía entre dientes—. Soobin está entre los invitados —susurraba.

TaeHyung alzaba sus cejas, Seok Jin fruncía el ceño—. ¿Choi Soobin?

YeonJun abría sus ojos enormemente—. ¿Lo conoces?

TaeHyung lo miraba curioso y el alfa asentía—. Es el hijo del abogado de la familia, Choi Min-Sik.

El Omega fruncía su ceño—. ¿No está un poco viejo para ser padre de un niño de diez, casi once años? —susurraba.

Seok Jin alzaba sus cejas—. Es el hijo de su segunda esposa, es casi veinte años más joven —decía horrorizado.

YeonJun pateaba su pie contra el suelo y la pareja volvía su atención a él—. No quiero salir —decía el pequeño.

Seok Jin no entendía—. ¿Por qué no? ¿Soobin te molesta?

—No. Él me ignora —decía enojado con un puchero adorable.

TaeHyung le hacía una mueca y articulaba con sus labios "Le gusta Soobin" Seok Jin abría sus ojos y alzaba sus cejas.

—Oh, ese es el problema

—Sí. Es un idiota —decía YeonJun

—Hey, la boca —añadía el Omega, acomodando el saco del niño. Era un desastre debido a los nervios.

—Tengo entendido que Soobin es un niño muy tímido ¿Has intentado hablar con él? —decía Seok Jin, poniendo su mano en los hombros del niño, a la distancia veía a los padres de TaeHyung parados en sus respectivos lugares con rostro de preocupación debido a la rabieta del niño. Pero este caminaba pacíficamente con la mano del alfa sobre su hombro.

—Le hablo todo el tiempo, sólo me dice "Buenos días, Kim" y luego cuando nos vamos "Adiós, Kim" pero no sabe hablar conmigo. Me ignora totalmente —decía frustrado.

—Mmm, tengo entendido que Soobin es fanático del animé ¿A ti te gusta?

YeonJun hacía una mueca—. Los video juegos son más lo mío. Creo que no tenemos nada en común —decía preocupado.

Sin notarlo estaban todos parados detrás de la cortina que los cubria antes de su presentación. TaeHyung miraba como Seok Jin se desenvolvía con el niño y su estómago se llenaba de mariposas. Él sería un excelente padre y no dudaba de eso.

—Buebo, Soobin es el único niño de la lista de invitados aparte de ti. Creo que hoy podrán conocerse mejor, a veces los introvertidos funcionan mejor sin público. Quizás en clases lo cohibe que tengas muchos amigos ¿Tienes muchos amigos? —preguntaba curioso.

YeonJun rodaba los ojos—. Betas y alfas, son muy molestos, pero son divertidos —se encogía de hombros.

Seok Jin miraba a TaeHyung—. Supongo que el encanto Kim los persigue —el Omega rodaba los ojos—. Tu hermano era igual, aunque aún no tenía casta cuando íbamos juntos a la escuela, pero tiene sentido sabiendo que sería un Omega.

TaeHyung sonreía—. Y a ti te encantaba tener mi atención por encima del resto.

Seok Jin sonreía—. Era un niño bastante lento, pero sí. Parte de mí adoraba ser visto sólo por ti.

TaeHyung sonreía y lo besaba castamente, luego volvía su atención a su hermano—. ¿Me das la mano para salir juntos? te prometo que será una buena noche con tu amigo.

YeonJun chasqueaba su lengua—. Él no es mi amigo —decía tomando su mano.

Los padres de TaeHyung sonreían y Tae-Eul tomaba el rostro de su hijo—.  Estoy segura que esta noche se harán amigos. ¿Saldrás con nosotros?

YeonJun suspiraba y asentía, seguido de eso, Seok Jin salía por otro lado y se encontraba con una fiesta de reintegro privada bastante poblada, aunque conocía a la mayoría de los rostros, sentía que eran demasiados. Entendía porque el niño—fuera de su amigo introvertido parado en una esquina con cara de asustado—no quisiera salir. Pero esto era necesario y así avanzar, no es que no puediera salir públicamente con TaeHyung, pero sus correos electrónicos y sus llamados telefónicos aún recibían propuestas de omegas importantes y algún que otro descarado alfa.

No sé lo digan a TaeHyung o arrastraría al infierno a cada nombre en esa lista.

Pero sus ojos de entre tanta gente, buscaban a un hombre. Nathan Marshall, quien estaba en una esquina bebiendo una copa de vino y hablando con alguien desconocido y ajeno a la manada de la ciudad.

—Es su guardia de seguridad —decía la voz de su padre.

Seok Jin giraba—. ¿Hablaste con él?

—Un simple apretón de manos, no se encuentra tan sociable. Tendrá una presentación luego de la mención de los Kim.

— ¿El científico Eustace Smith se encuentra aquí? —preguntaba con sus ojos escaneando el salón de fiestas.

—No, tengo entendido que no ha salido de su habitación. No entiendo el punto de su visita al país si no va a salir de su suite —decía su padre, pero eran cortados por la presencia de Sunny en el escenario—. Tu madre hará los honores esta noche —decia Gon Huan.

La delta captaba de inmediato la atención del público cuando abría la noche con su discurso de presentación. Seok Jin sabía que su madre era una mujer hermosa, él era la viva imagen de la mujer con una complexión más grande y masculina, pero su rostro igual de delicado y llamativo. Era de admirar como aún—a pesar de haber sido despojada del título "alfa" debido a su unión—seguía siendo respetada y escuchada como pocos. Emanaba una autoridad, sutileza y elegancia que Seok Jin admiraba.

—Le encanta la atención —decía su padre.

Seok Jin reía—. No puedo ir en contra de eso.

—Por favor, reciban con un fuerte aplauso el reintegro de la familia Kim a la manada —con fervientes palmas el telón se abría y la familia Kim salía con sonrisas deslumbrantes. YeonJun estaba nervioso, pero entre tantos aromas de aquel salón, el alfa olfateaba uno en particular que era todo nervios, ansiedad y oh...

Seok Jin seguía disimuladamente el rastro de ese aroma y escondido detrás de alguien estaba el niño, Choi Soobin. Apestaba entre tantos aromas, no era una fragancia demasiado fuerte para el resto, pero si para sus sentidos. Los ojos del niño no se despegaban de YeonJun, el aroma del Omega se había vuelto más denso.

—Ay carajo —susurraba el alfa.

Su madre decía unas palabras que Seok Jin no oía realmente por estar enfocado en ese pequeño par, pero sus padres y YeonJun dejaban el sofisticado podio mientras que muchos se acercaban a estrechar sus manos en señal de bienvenida. Los pasos de Seok Jin lo llevaban directamente al pequeño alfa petrificado en la parte de atrás.

— ¿Soobin? —el niño lo miraba, apenas había podido enfocarlo a través de la neblina de sus emociones.

—Alfa Kim Seok Jin Hyung —se inclinaba en modo de saludo, intentaba mirarlo, pero sus ojos se iban hacia un YeonJun que estaba decidido a acercarse al chico.

Por supuesto que sí, pensaba Seok Jin.

Suspirando y sacudiendo su cabeza, dejaba de osbtruir la vista del pequeño alfa que miraba ansioso como YeonJun se acercaba a él, con su mano en el hombro de Choi Soobin, el niño alzaba la vista y los ojos de Seok Jin se entintaban en un sutil rojo pastel. Más delicados y no tan feroces.

— Relájate, YeonJun quiere ser tu amigo y presiento que tú también —el niño asentía atontado, casi hipnotizado. Los ojos de Seok Jin, su voz suave y el toque en su hombro, calmaban la ansiedad que picaba debajo de su piel—. Algo me dice que serán muy unidos. No seas tan serio a su alrededor —susurraba con una sonrisa que dejaba vislumbrar un colmillo.

El pequeño alfa sólo asentía y volvía su atención a YeonJun, el Omega estaba ansioso y nervioso. Seok Jin tocaba el hombro de su pequeño cuñado y sonreía, YeonJun le devolvía la sonrisa, sus ojos volvían a su tono amielado y la gente estaba mirándolo repentinamente.

— ¿Seok Jin? —la voz de su madre venía del escenario, estaba parada con TaeHyung, ambos esperándolo y la gente esperando a que él subiera.

Pocos entendían que sucedía, Seok Jin se preguntaba si habían visto algo o sólo estaban esperando a que respondiera el llamado de su madre, pero parecían más curiosos y ansiosos que sorprendidos, y había sido cuidadoso de no levantar la vista de entre ambos niños. Así que avanzaba con paso decidido acelerado, para encontrarse con su madre y su omega. Sunny estaba en medio de ambos.

—Ahora sí, me gustaría hacer los honores, pero dejaré que el futuro alfa de Bucheon se encargue —exclamaba con un tono divertido.

Seok Jin casi rodaba los ojos, TaeHyung sonreía sin levantar la vista, sus mejillas apenas rosadas.

—No voy a tomarme mucho tiempo, porque a mi Omega no le gusta mucho la atención de más —exclamaba. Inmediatamente la sala se llenaba de murmullos y rostros llenos de sorpresa—. Exacto, me complace presentarles a Kim TaeHyung como mi único Omega. El Omega de su futuro alfa. Espero que tengan el respeto que me tienen a mi y mi familia, y aquellos que no me respetan del todo, al menos tengan el respeto por él. Sería mucho más ofensivo para mí si no lo hicieran —susurraba con una sonrisa ladina.

El público reía, algunos se sorprendían porque Seok Jin se veia totalmente diferente y marcaba su territorio cuando ponía su mano en la cintura de un TaeHyung que lo miraba como si fuera el único en el salón mientras este alfa lo atraía a su cuerpo. Seok Jin besaba la sien de TaeHyung mientras ambos recibían una copa de un champagne muy caro por parte de una de los camareros, TaeHyung lantomaba por pura amabilidad, y luego  tomaba el micrófono con la otra mano libre y anunciaba;

—Así que damos comienzo a la velada informando que oficialmente pueden dejar de enviarle correos electrónicos con propuestas de índole amoroso. Este alfa ya está marcado —decía con una sonrisa encantadora.

La música del salón resonaba, algunos entre el público reían y Seok Jin se ahogaba con el líquido burbujeante que pasaba por su garganta.

—Oh, sí. Sé al respecto —susurraba TaeHyung divertido y bajando del escenario para recibir al público que estaba muy interesado en saludarlo.

En el proceso, se escuchaba una breve presentación a Nathan Marshall, lo cual hacía que parte de la atención al Omega se desviará al invitado. Cuando este se abría paso, esperando a que Seok Jin lo alcanzara entre la pequeña multitud, un hombre joven y alto se materializaba frente a él con una sonrisa encantadora y un claro porte y aroma de alfa.

—TaeHyung —le llamaba con una inclinación—. Es bueno verte fuera del trabajo.

El Omega fruncía el ceño—. ¿Trabajamos juntos? —preguntaba confundido.

El alfa sonreía—. Bueno, no exactamente. Al menos no aún. Soy Choi MinHo, pasante en el hospital Bucheon Soonchunhyang, te he visto por los pasillos —decía con una sonrisa que probablemente sería cegadora para otros omegas, mientras extendía su mano. TaeHyung lo miraba y luego de unos segundos correspondía.

El aroma del alfa era similar al café recién molido, revolvía el estómago de TaeHyung a pesar de no ser intenso, estaba allí, revoloteando entre ellos. Él no podía estar intentando ligarlo justo ahora y después de ser presentado como el Omega del futuro alfa, de su alfa ¿Cierto? No podía ser tan descarado.

—Lamento decir que no te he visto, lo siento —decía cubriendo disimuladamente su nariz.

Si bien la marca de Seok Jin no estaba completada, la natural repulsión de TaeHyung hacia otros alfas siempre había estado allí, latente y ahora era más intolerante.

—Tenía la esperanza de que los rumores en los pasillos no fueran ciertos, pero si lo eran.

TaeHyung alzaba sus cejas no comprendiendo, el aroma le comenzaba a parecer nauseabundo y necesitaba controlarse antes de salir corriendo reteniendo un vómito que llamaría la atención de todos los presentes. Y no se trataba de cuidar su imágen, sino de cuidar lo que estaba creciendo dentro de él. Las pastillas servían para ocultar el estado de TaeHyung, nadie debía saber que estaba en cinta, por lo que salir agarrando su boca y tocando su vientre no eran algo bueno por hacer. Necesitaba controlarse.

—Es una lástima que tus esperanzas se vean hechas añicos —decía la voz de Seok Jin, llegando desde la izquierda de TaeHyung, desprendiendo feromonas alfas, rodeándolo cálidamente y marcando la muñeca y cuello de TaeHyung con un sutil beso que Seok Jin dejaba allí. Muchos ojos habían visto dicha acción. Y TaeHyung se sentía en una nube de puro éxtasis, olvidando su malestar y sintiéndose casi drogado por Seok Jin.

—No son las únicas esperanzas hechas añicos —decía una voz femenina con un tono seco intentando parecer divertido.

TaeHyung miraba en dirección a la voz femenina y una mujer despampanante, delgada y de cabellos largos y negros con figura esbelta aparecía en su visión.

—Han So Hee —decía estirando su delicada y femenina mano en dirección a TaeHyung.

—Kim TaeHyung —decía el Omega, el aroma de la fémina no era tan intenso, pero claramente no era de su interés arrojar sus feromonas alfas en dirección a TaeHyung.

Lo hacía en dirección a Seok Jin, hablando de alfas proponiendose.

—So Hee es nuestra Licenciada en relaciones internacionales —decía Seok Jin.

Toda su actitud posesiva con TaeHyung no había cambiado ni un poco, aquello hacía que el Omega ni siquiera se preocupara por la hermosa mujer frente a él. De todos modos, Seok Jin no tiraba para su mismo bando, pero era interesante como el sutil interés de ella permanecía.

—Oh, trabajan juntos —mencionaba TaeHyung, mirándola de arriba abajo.

Pocas mujeres alfas lo habían sorprendido a lo largo de sus años, esta era extremadamente interesante.

—Tenemos reuniones ocasionales —respondía la bonita mujer—. Estuvimos juntos en clase de sociología en la universidad —mencionaba.

—Claro, Licenciado en servicio social —susurraba TaeHyung.

De repente recordaba sus palabras de adolescente a su madre: "Seok Jin está fuera de mi liga".

Por supuesto su estado no pasaba desapercibido para su alfa y nuevamente su mente se nublaba, no sólo por el fuerte aroma a canela que las feromonas de Seok Jin soltaban, sino que algo dentro de él era demasiado intenso para explicar con palabras. Cómo si todo el amor, admiración y devoción que Seok Jin sentía por él, se lo estuviera transmitiendo justo en ese instante.

No podía imaginar cómo sería cargar con la marca de Seok Jin intensificando de forma demasiado cruda su conexión psíquica, física y sentimental. Estaría a flor de piel y sumamente expuesto para ese hombre, todo el tiempo.

No podía esperar.

—Se ven bien juntos —decía MinHo. Claro, el tipo seguía ahí.

Era una mini reunión realmente incómoda. A TaeHyung no podría importarle menos el reclamo público de Seok Jin, contrario a eso, estaba extasiado, pero el tal MinHo se veía cohibido, aunque su casta de alfa no le permitía moverse o su orgullo se vería afectado. So Hee, en cambio se veía elegante y predispuesta a no irse, al parecer.

—Admito que he visto pocas mujeres alfas que realmente me parezcan intimidantes —decía TaeHyung, bebiendo de su copa. Solo uno pequeño, apenas perceptible para no levantar dudas o sospechas de por qué no estaba bebiendo. Por suerte su estómago no estaba revuelto en absoluto, era todo esencia de  Seok Jin lo que abarcaba su sensible olfato.

So Hee reía con gracia—. Si te parezco intimidante, no se debe a mi casta. Eso no podría importar menos. Sino mírate, tienes la presencia suficiente para pararte junto a tu alfa y no parecer menos —halagaba para sorpresa de todos—. No se trata de la casta, sino de tu presencia. Tu personalidad, lo que sabes y puedes hacer. Incluso tu aura funciona también.

—Gracias —soltaba TaeHyung sólo un poco confundido—. Aún así, hay grandes rasgos de nuestra esencia Alfa y Omega que nos diferencia el uno del otro y no se puede elegir quienes somos ¿No crees? 

So Hee sonreía—. Alicia solía pensar en seis imposibilidades antes de comenzar su día —narraba con elegancia—. Una. Hay una poción que puede encogerte. Dos. Y existe una galleta que te hace crecer —decía elegantemente divertida mientras levantaba sus elegantes y delgados dedos, enumerando—. Tres, los animales hablan —decía entrecerrando sus ojos y mirando directamente a un Seok Jin que se paraba más recto, su largo cuello haciéndolo ver más alto de lo que ya era, So Hee continuaba—. Cuatro, Alicia. Los gatos desaparecen y aún le quedaban 2 imposibilidades. Cinco: hay un País de las maravillas —soltaba con una voz soñadora—. Quizás si crees lo suficiente en él, la imposibilidad número siete sería elegir quien deseas ser y no regirte por una supuesta casta de nacimiento —mencionaba son un tono elegante, pero sumamente condescendiente—. Tengan una linda velada, caballeros —decía levantando su copa y dejando el círculo de a cuatro con una extraña energía y silencio incómodo.

MinHo miraba en su dirección frunciendo el ceño—. ¿Cambiar quien eres? Está loca.

Seok Jin lo miraba con seriedad—. Después de mi madre, Han es la mujer alfa más inteligente que he conocido. Vuelve a decir eso en su presencia, me gustaría verte intentarlo.

TaeHyung fruncía el ceño, no podía sentir celos por creer que Seok Jin la había defendido, estaba más que seguro que se trataba de contradecir al alfa que todavía no se iba.

—Bueno, no lo intentaré. No es como si temiera a otros alfas —se encogía de hombros y volvía su mirada a TaeHyung—. Creo que sería genial conocernos un poco más.

— ¿Disculpa? —soltaba TaeHyung confundido, Seok Jin a su lado estaba fijamente concentrado en ese alfa descarado. Si bien se sabía que Seok Jin, hasta el momento, había sido nada más que calmado y respetuoso en todos estos años, no podía asegurar que sus instintos no salieran a relucir al lado de TaeHyung.

— ¡Oh! —MinHo sonreía y se hacía a un lado—preferentemente alejado de Seok Jin—detras de él, se veía a YeonJun hablando con Soobin.

—Él es el hermano mayor de Soobin —decía Seok Jin entre dientes.

TaeHyung olvidaba al alfa a su lado y miraba a su pequeño hermano hablando fascinado de, probablemente vídeo juegos, pero notaba la sutil sonrisa del otro niño más alto que lo escuchaba como si YeonJun fuera la cosa más interesante del mundo.

—Creo que se gustan —decía el alfa de nombre MinHo.

—Podría ser más que eso —decía TaeHyung encantado.

— ¿Tú crees? —preguntaba MinHo mientras lo miraba embelesado.

TaeHyung sentía que Seok Jin soltaba su cintura y se ponía entremedio de él y el tal MinHo.

—Bien, sé que soy conocido por ser extremadamente pacífico, pero eso puede llegar a ser historia pasada si estás demasiado interesado en acercarte a TaeHyung, mi Omega —susurraba "mi Omega" con su voz baja y grave, sonando demasiado amenazante.

Por supuesto el otro hombre con dicha casta y temperamento de idiota no iba a retroceder.

—Con todo respeto, mi futuro alfa. Pero no veo una marca en cuello de TaeHyung, así que todavía puedo tener una leve esperanza —la sonrisa ladina enervaba la sangre de Seok Jin.

Este sentía que el estúpido saco elegante apretaba más en la zona de su espalda, su mandíbula rígida intentando que todo de sí no revelará el color verdadero de sus ojos. Pero ahí estaba ese dulce aroma de arándanos y algo más. Las feromonas de TaeHyung lo envolvían cálidamente, con algo de ansiedad y preocupación por no dejar que Seok Jin se expusiera. Los brazos del Omega tomaban su cintura y empujaban al otro alfa con su hombro, TaeHyung ni siquiera gastaba en una mirada desinteresada en el otro hombre, era total y completa ignoracia hacia su presencia.

—Hey. Te amo ¿Lo sabías? —susurraba con una sonrisa hermosa.

Seok Jin parecía visiblemente volver a su tamaño normal. Dios, eso habría sido un auténtico desastre, su traje no había apretado porque él sólo se sentía enojado, su cuerpo estaba en proceso de cambio. Sin pensarlo dos veces acunaba el rostro de TaeHyung y lo besaba. No era un beso sutil, no era un beso casto. Seok Jin estaba besándolo como si estuvieran a solas, adueñándose de esa boca con lengua y dientes. TaeHyung no podía luchar contra eso, contra este hombre, no podría importarle menos si alguien estuviera viendo. Él intentaba seguirle el paso.

Era aterrador como podía perderse en Seok Jin y viceversa.

—Hay público, futuro alfa —decía la voz de Nathan Marshall.

Seok Jin apenas y había desacelerado el beso consumidor que estaba dándole a TaeHyung, recién en ese instante se controlaba a si mismo y a su omega, el mismo abría los ojos y tenía ese celeste encendido. Era tan jodidamente hermoso que Seok Jin por poco y volvía a flaquear con respecto a besarlo otra vez. Después de una fugaz caricia a la mejilla de TaeHyung, giraba intentando controlarse, pero por medio segundo sus ojos habían estado carmesí al momento de mirar a Marshall.

El otro alfa contenía el aliento y se acercaba a Seok Jin para susurrar a su oído—. Apaga las linternas mi amigo, no todos saben de ti aún.

Cómo por arte de magia los ojos amielados de Seok Jin, casi oscuros—debido a sus pupilas dilatadas—aparecían. El puro alfa se paraba recto y Marshall volvía a mirarlo nuevamente. Había una actitud extrañamente inusual en el tipo que estaba acostumbrado a ser constantemente provocador y desagradable con él.

—Nathan —decía, tenso como cuerda de guitarra.

El alfa estadounidense sonreía ladino—. Tuve un viaje largo, Kim ¿Y adivina qué? —olviden lo de la actitud provocadora, estaba ahí, extrañamente más suave—. Pese a que sé algo de tu leyenda porque se nos fue enseñado, me informé muchísimo mejor al respecto. Tengo que admitir que te envidio tanto como comencé a sentir cierta admiración —TaeHyung se paraba al lado de Seok Jin y captaba la atención de Marshall—. Oh, oficialmente has presentando a tu Omega. Un gusto conocerte en persona —decía extendiendo su mano.

TaeHyung lo saludaba de vuelta. Otro aroma fuerte e intenso, se preguntaba porque el de la mujer alfa le había parecido más sutil.

—Una verdadera goya, Kim —exclamaba riendo ladino.

—No me provoques ahora, espero que seas profesional —sentenciaba Seok Jin.

Marshall reía—. Oh, tranquilo. Entre nos, me interesa la bonita alfa de relaciones internacionales —decía guiñando un ojo.

Seok Jin y TaeHyung cruzaban una mirada, era muy extraño y poco común que un alfa gustará de otro. El caso de los padres de Seok Jin era de los pocos, ya antes mencionado, pero aparte era algo bastante  tabú para la casta alfa y solo un poco más normalizado para los Omegas.

—Bueno, creo que tienen en común eso de fijarse en otros alfas —susurraba Seok Jin más que un poco sorprendido, pero rápidamente recordaba que Nathan Marshall no había venido solo a Corea—. Nos llegó un informe de que vendría con el científico y doctor Eustace Smith ¿Se encuentra por aquí? No lo conozco en persona —decía viendo alrededor.

A la distancia sus ojos se encontraban unos momentos con el alfa Choi MinHo, no era desagradable, pero definitivamente no era correcto denominarlo "agradable" no estaba seguro en que momento se había alejado de ellos, pero estaba conforme que ya no estaba sobre todo su TaeHyung.

Carajo. Apretando los dientes volvía su atención a Marshall.

—El doctor Smith no está aquí. No es aficionado a rodearse de demasiada gente —mencionaba bebiendo de su copa—. Pero el Mayfield Hotel le pareció un lugar cómodo y cálido. Gracias por eso.

— ¿Por qué vino si no piensa salir de la habitación? —decía Seok Jin.

Marshall resoplaba—. Supongo que no sabes sobre las cosas que se dicen de Smith

—Oh, las oí. Un ermitaño de lo mejor, pero aún así, vino aquí ¿Por qué? —cuestionaba Seok Jin con seriedad.

Sabía que la gala de reintegro no era el mejor escenario para tener ninguna charla profunda, pero si Nathan estaba como un intento de aliado, necesitaba jodidamente comenzar a cooperar.

—Tenía una reunión importante.

— ¿Con quién? —intercambiaba rápidamente.

Marshall suspiraba y señalaba con su cabeza detrás de Seok Jin en dirección a la entrada. Cuando el alfa y su Omega giraban, ambos quedaban con la sorpresa pintada en sus cincelados rostros, porque la persona que entraba los hacía quedrse con tantas preguntas y ninguna respuesta.

Jo Ji Moon llevaba un elegante traje negro y daba una de sus mejores sonrisas a los presentes. Una sonrisa que seguía poniendo la piel de TaeHyung como de gallina y seguía sin ganar la confianza de Seok Jin.

Este probablemente sea el ante penúltimo capítulo o por ahí, dependiendo mi narración, pero ya estamos en el final 🥹 les dejo una bonita imagen que hizo mi IA de este Jintae 💃 perdón si se me fueron errores de deditos salvajes.

Feliz año, comenzamos a finalizar Upsida con todo ✨Gracias por seguir conmigo 🫂

Con amor niñita Nanykoo 💜

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