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Tae-Eul estaba caminando en dirección al pasillo por el que había visto irse a TaeHyung hacía unos minutos atrás. Pese a estar buscando a YeonJun no había ignorado el tiempo de ida de TaeHyung, especialmente porque iba acompañado del hermano mayor del niño que estaba con su hijo menor y había relacionado automáticamente que ambos los estaban buscando.

Cuando estaba a punto de girar para el pasillo, YeonJun aparecía y la Omega no podía evitar suspirar de alivio.

— ¡Ah! YeonJunie-ah, llevo buscándote un buen tiempo —exclamaba sólo un poco exagerada. El niño sabía que no debía desaparecer de su vista por mucho tiempo.

La Omega se inclinaba y abrazaba al niño, aliviada, pero cuando lo olfateaba con cuidado, sentía el terror debajo de la extraña sumisión de su hijo. Notaba el pequeño trance en el que estaba cuando se alejaba y acunaba el rostro de YeonJun.

— ¿Junie? —Tae-Eul notaba que TaeHyung no había entrado por esa puerta aún, pero un leve rastro de su aroma, estaba apenas impregnado en el niño—. ¿Dónde está TaeHyung?

El pequeño Omega la miraba, sus ojos celestes en llamas y húmedos mientras negaba con su cabeza y apretaba sus labios. Tae-Eul se precipitaba y se disponía a ir a la salida—. Vuelve adentro y no vuelvas a salir —ordenaba, encaminando al niño al salón otra vez, para rápidamente dirigirse una vez más a la salida y abrir la puerta con su ansiedad en su punto más alto.

— ¡TaeHyung! —salía gritando con desespero mal fingido—. ¡Tae! ¡TaeHy-...!

—Ayuda... —un susurro proveniente de un auto más adelante, hacía a Tae-Eul detenerse de repente con su corazón latiendo en su garganta y su pulso acelerado. Sus pasos no fueron lo suficientemente rápidos para llegar a dónde se escuchaba la voz pidiendo ayuda.

Recuerdos de aquel ataque que se había llevado a su primer nieto y había mantenido a su hijo con un horrible temor por varios años. Casi tropezaba cuando giraba bordeando uno de los autos estacionadas y veía a Choi MinHo en el suelo con su pequeño hermano Soobin, también sobre el suelo a su lado, pero inconsciente.

—Oh, dios —se aproximaba para ayudar al grandote a que se sentará en el suelo.

El alfa tocaba su nuca con una mueca y cuando miraba su mano, tenía un poco de sangre.

—Oh, mierda... Soobin-ah —decía desorientado, alcanzando el cuerpo del niño.

Tae-Eul lo ayudaba a revisar al niño, pero no tenía ningún golpe y respiraba pacíficamente, pero estaba inconsciente.

—Tranquilo, él está bien —decía la omega—. ¿Has visto a TaeHyung? Lo estoy buscando —decía intentando sonar serena y mirando alrededor del estacionamiento, estaba sosteniendo al pobre niño.

—Yo-... No, vinimos-... Salimos al mismo tiempo, pero vine por este lado porque sentía el aroma de Soobin por aquí y él se había ido por allá —señalaba con lentitud.

Tae-Eul lo miraba con ojos de ruego y el alfa asentía tomando a Soobin en su regazo, la Omega salía disparada en la dirección señalada.

— ¡TaeHyung! ¡TaeHyung, carajo. Responde! —pedía corriendo de un lado a otro. No había señal alguna  del azabache y la Omega sentía que se desvanecía.

Los pasos del alfa se aproximaban, lentos y apenas audibles. Llevaba a su hermano en brazos, se veía desorientado y adolorido.

—Me golpearon con fuerza antes de revisar a Soobin, sólo logré escuchar que TaeHyung había encontrado a YeonJun y luego todo fue negro —decía apenado.

Tae-Eul tragaba y asentía frenéticamente—. Tengo que-... Tengo que entrar, debemos entrar —decía igual de desorientada y tratando de mantener la calma.

Ella no quería causar una escena, pero estaba segura que entraría a la habitación donde su esposo estaba reunido con Seok Jin y gritaría desesperada, pidiendo que encontrará a TaeHyung. Pero no podía hacer eso, Seok Jin tenía un temperamento delicado y lo último que quería era ocasionar más caos. Sabía que era inevitable, pero justo ahora con el nudo en su garganta, ojos húmedos y lágrimas cayendo sin su consentimiento, tiraba del alfa con el niño en brazos para entrar al salón con cuidado, pero la joven madre de Soobin pegaba un alarido cuando veía a su hijastro cargar al niño en brazos.

Suficiente para causar disturbios.

La gente se estaba comenzando a aglomerar sobre ellos, así que Tae-Eul salía de inmediato en busca de un YeonJun que estaba parado en una esquina temblando.  A la distancia, Sunny había mirado en dirección a los sucedido y no lograba entender que estaba pasando, hasta que veía a Tae-Eul corriendo con YeonJun en dirección a las habitaciones.

—Controla la situación —decía a su secretario y hombres de seguridad, sin entender cuál había sido la conmoción reciente.

Corriendo detrás de su amiga, la llamaba confundida—. ¡Tae-Eul!

— ¡Sunny! —respondía la omega—. Ta-TaeHyung —decía sin aliento. Sosteniendo de la mano a un YeonJun asustado—. Seok Jin debe saber que TaeHyung no está y Junie tiene una clara orden de un alfa. Él no-no dice nada.

La mujer temblaba mientras el niño sollozaba a su lado.

—Mierda. Tranquila, ven conmigo —exclamaba tirando de ella, Sunny sabía dónde se estaban reuniendo y cuando llegaban no golpeaba para entrar porque justo la puerta se estaba abriendo.

Momentos antes en la reunión a puertas cerradas de Seok Jin, su padre y suegro, junto con Nathan Marshall y Jo Ji Moon, la tensión estaba palpable en el aire. Parte de él se había desconcentrado por las emociones que llegaban desde TaeHyung. Más de una vez se había movido con intenciones de salir, pero su padre lo había inmovilizado con una mirada. Luego las palabras de Ji Moon y el estado emocional relajado, pero sutilmente tenso de TaeHyung lo habían hecho prestar más atención al sentir a su Omega en total control de él mismo.

—Tiene que ser una jodida broma —decía Seok Jin mirando fijamente al doctor, luego de toda la información que había escupido.

Las cosas que habían hecho a espaldas de Seok Jin, lo mucho que sabían de él, incluso mas que él. Jo Ji Moon alzaba su mentón con esa actitud arrogante perteneciente a su casta y personalidad.

— ¿Acaso ve que me río, joven Kim? —susurraba.

—Tiene que ser una jodida bro-... —el alarido de la madre de Soobin, llegaba apenas audible a la habitación.

Todos miraban en dirección a la puerta, Seok Jin fruncía el ceño al sonido de voces llegando, se concentraba en TaeHyung y aún lo sentía en extraña calma. El aroma de tantos alfas a su alrededor y los presentes de la fiesta tenían su olfato sobrecargado como para ubicar exactamente a TaeHyung sin concentrarse como era debido.

—Está sucediendo algo afuera —decía Do-San, caminando hacia a la salida.

—Si es una emergencia, vendrán a buscarnos. Hay una decisión que tomar con respecto a la información brindada por Jo —decía Marshall.

Seok Jin fruncía el ceño y apretaba sus dientes—. Lo que están diciendo no es algo del todo seguro. No se sabe si va a funcionar. Por lo mencionado, recién se está probando —añadía el alfa—. No podemos dar anuncios de dicho proceso si no estamos seguros de que no matará a nadie en algún momento.

— No lo hace —una voz femenina resonaba en la habitación.

Han So Hee entraba por otra puerta que había en la sala, todas tenían una que conectaba habitación por habitación sin salir de ellas.

—Es algo seguro, Seok Jin —afirmaba la mujer alfa—. Y es la mejor solución.

—No todos van a aceptar —exclamaba el alfa puro.

—Lo haremos de índole necesario, pero de libre albedrío. Quien quiera puede acceder y quién no, deberá de tener cuidado de no cometer errores por culpa de su naturaleza. Si no tienen control, será obligatoria —exclamaba la mujer—. Y quién no tenga ganas de pertenecer, puede optar por hacerlo. El tema es que esté disponible para todos.

Seok Jin la miraba fijamente—. ¿Tú por qué lo hiciste?

So Hee sonreía—. Cansada de ser encasillada —se encogía de hombros—. Para nuestra casta todo es fácil y a la vez somos un peligro para los más débiles. Pero para los Omegas será una bendición.

— ¿Bendi-..? —Seok Jin cortaba sus palabras y miraba en dirección a la puerta.

El aroma a terror, ansiedad y desesperación de su madre, suegra y YeonJun llegaba en una oleada que lo mareaba.

— ¿Jin? —llamaba su padre.

Repentinamente todo era ruido sordo para el alfa cuando se concentraba simplemente en buscar el aroma de TaeHyung de entre los presentes.

"Hay una decisión que tomar, Kim" (Marshall exclamaba) "Deberían dejar que lo piense mejor" (Do-San estaba absorto en la conversación como para prestar atención al aroma de su esposa e hijo que aún estaban lejos de ellos, pero que Seok Jin podia oler de igual forma)

"Es demasiada presión" (Gon-Huan decía sin titubear) "Tu naturaleza estaría agradecida" (añadía Marshall) "No podemos esperar que él la tome" (decía la mujer alfa)

"Sería una terrible perdida obligarlo a exponerse cuando sabemos que es único en su especie" (la voz de Jo Ji Moon llamaba la atención de Seok Jin).

El alfa puro giraba en su dirección unos momentos y sus ojos estaban rojos carmesí. ¿Él sabía?

Ji Moon alzaba sus manos—. No le dije a nadie acerca de tu existencia —susurraba con un suave aroma de temor hacia Seok Jin.

El alfa apretaba sus dientes, el aroma nauseabundo de terror y desesperación se colaba en sus fosas nasales y con un gruñido poco humano se dirigía rápidamente a la puerta, segundos antes de que Tae-Eul pudiera abrirla y la veía. Ojos rojos, húmedos y lágrimas cayendo. Su madre detrás con respiración agitada, YeonJun temblando. Seok Jin no necesitaba las palabras.

—No~... —susurraba sacudiendo su cabeza.

Los presentes detrás de él miraban en dirección a la puerta.

—TaeHyung no está —decía Tae-Eul sollozando—. No-n no puedo encontrarlo y Junie tiene una orden alfa sobre él, no dice n-nada.

Seok Jin sentía su pulso elevarse y tomaba al niño de una manera poco suave, pero no terminaba de ser completamente rudo, metiéndole dentro, la Omega y delta entraban en la habitación. El resto rodebaba a Seok Jin y al niño que temblaba entre sus brazos.

Sus ojos seguían rojos, sus dientes se romperian si seguía apretando su mandíbula para evitar que la furia se desatará—. Dímelo todo —su voz de mando lograba sacar un sollozo al pequeño YeonJun, quien finalmente rompía en llanto:

— ¡Lobos! ¡Se llevaron a TaeHyung! ¡Ellos se lo llevaron, Hyung! —decía en total pánico.

El alfa puro sentía nuevamente que todo era ruido sordo mientras soltaba a YeonJun que recibía consuelo de su madre, quien rompía en llanto junto a un esposo demasiado shockeado que apenas podía contenerlos. En su visión periférica notaba el rostro de alerta en el resto de los alfas que estaban en la habitación. Ji Moon y Marshall lo miraban con cautela Su padre y madre decían algo respecto a que mantuviera la calma, pero él lo sentía.

"Jin, cálmate" pedía su padre.

"Si te transformas ahora será un caos" la voz de Ji Moon sonaba preocupada para su sorpresa, pero no podía importarle menos.

"Kim, tu Omega no necesita a la bestia ahora" Marshall sonaba razonable, él lo sabía, sin embargo.

La cruda conexión con su lobo, la desesperación y la ira volviéndose una combinación aterradora para que la transformación en su cuerpo comenzará con una sensación de incomodidad y dolor. Sus manos deformándose con huesos estirándose y rompiéndose para volverse más grande con esas garras que habían causado daño a si mismo y a su Omega y ahora querían desgarrar a esos malditos. Su piel caliente por todos lados, la furia comiéndolo por dentro, sintiéndose como una fiebre que iba subiendo. Sus pies comenzaban a llevarlo en dirección a la puerta, mientras que sus huesos tronaban listos para el cambio salvaje cuando sentía su blazer romperse en el centro de su espalda y luego...

"Carajo, Kim. ¡Ahora no!" La voz de So Hee era lo último que registraba.

Y luego pinchazo en el centro de su espalda. Dentro de su furia y shock, giraba con ceño fruncido y veía a la mujer con ojos grandes, sorprendida y alerta. No entendía, no podía hacerlo y luego todo se volvía negro y caía desvanecido en el frío suelo de la habitación del salón de fiestas, frente a los pies de Han So Hee.

TaeHyung había tocado su pecho al instante en que su lobo comenzaba a sentir la pena y desesperación que su alfa estaba comenzando a experimentar. Era muy sutil y suave. Casi apenas perceptible debido a la distancia, pero estaba ahí. Su propio dolor y uno ajeno, agudo. Una desesperación que no era la suya a pesar de estar en un auto con cuatro desconocidos que lo miraban con suma cautela.

— ¿Sucede algo, Omega? —preguntaba Shownu. Estaba sentado frente a TaeHyung.

Era un modelo de camioneta exquisito, el Omega tenía que reconocerlo. Cuatro asientos, dos de a dos, enfrentados. Y sí, necesitaba pensar en cualquier cosa para no entrar en pánico, pero la sensación de que Seok Jin sabia que ya no estaba, seguía allí.

—Ya lo sabe —decía TaeHyung.

Notaba el momento exacto en el que el alfa frente a él apretaba sus dientes y sus puños. Su cuerpo recientemente relajado, estaba tenso y su respiración intentaba ser calmada y constante.

—Eso fue rápido ¿Pero cómo lo sabes? Aún no te marca para poder tener dicha conexión —su voz estaba intentando parecer calmada y pese al riesgo de llevarse a TaeHyung, él le temía a Seok Jin y TaeHyung usaría eso a favor antes que nada.

Levantando su mano descubría su cuello—. La marca no se completó. Pero la pequeña mordida y cicatriz de sus dientes allí, no sanan... Y hace que pueda sentir sutilmente sus emociones. ¿Increíble, no?

La voz de TaeHyung era burlona, de forma sutil y muy orgulloso de ser el Omega de Seok Jin.

—Sí. Lo es —decía el alfa secamente, pero luego reía de forma ladina—. Aún así. Él no te va a encontrar —susurraba.

Y TaeHyung no sabía dónde estaban yendo, porque sus ojos no estaban cubiertos, pero la camioneta tenía sus vidrios cubiertos desde adentro de una forma que no era facil de quitar con un simple arranque de locura suya. Sería en vano ponerse esquizofrénico en un momento así. Necesitaba mantener la calma por la pequeña vida que estaba creciendo en su interior. Él no haría nada para provocarlos, aunque se sentía tentado, guardaría su lengua afilada.

— ¿Y por qué este acto tan estúpido de secuestrarme? —bueno, no podía dejar de ser quien era de un segundo a otro con respecto a su lengua.

—No te estamos secuestrando —decía el alfa con una sonrisa ladina—. Tú viniste amablemente con nosotros. Secuestrarte implicaría cometer el mismo error que la primera vez —decía con un susurro venenoso.

TaeHyung sentía el nudo pesado de tragar en su garganta.

—No caigas tan bajo —susurraba en respuesta, forzando su voz. Intentando que no sonara temblorosa—. Estoy seguro que lo último que deseas es recordarme un momento tan difícil para que cuando mi alfa me encuentre, vea que estoy emocionalmente atrofiado y eso haga que su lado salvaje te termine despellejando.

A Shownu se le borraba la sonrisa.

—TaeHyung, no necesitas estar a la defensiva.

—No me invitaron cordialmente a tomar el té con ustedes para ser simpático —decía entre dientes.

—No busco atrofiarte de ninguna manera. Tienen explícitamente ordenado no tocarte un sólo pelo azabache de esa bonita cabeza —susurraba—. Sólo queremos que tu alfa nos dé a conocer y no como los malos de la película.

—Ustedes secuestraron omegas jóvenes y niños sin casta para su absurdo experimento y batallón contra ¿Quién? ¿Eh?

—Sólo queremos justicia para nuestra verdadera naturaleza. Que tú y un par más no estén  interesados en conectar verdaderamente con su lobo, no significa que el resto no lo quiera. Y sabes que lo quieren —susurraba.

—Secuestraron niños que ni siquiera sabían que carrera seguir cuando fueran adultos. Tu justificación es estúpida ¿Tanto te lavaron el cerebro? Porque estoy seguro que tienes mi edad y no fuiste de los pioneros en esta locura. Cometieron un crimen.

—Liberamos lo mejor de cada uno —exclamaba.

—Los separaron de sus familias ¿Estás seguro que nadie va a levantar cargos por eso? ¿Creés que la gente es tan ingenua y lo dejara pasar?

—Todos querrán esto y quiénes no lo quieran, nos temeran. Sin necesidad de amanezas, sólo queremos convivir. No crear un caos.

—El caos ya está creado y por ustedes —afirmaba TaeHyung.

Shownu sonreía de forma condescendiente—. ¿Creés que después de años, alguien tendrá el tupé de siquiera quejarse cuando noten que no hay daño alguno en sus familiares? Créeme todos están bien y cualquier doctor puede asegurarlo.

TaeHyung fruncía el ceño—. Es una locura. Están locos. Y por más que quieras tenerme por tiempo indefinido, Seok Jin no estará a favor de esta locura. Los expondrá de una forma u otra.

Shownu suspiraba y asentía—. Es un riesgo, sí. Pero no buscamos hacer el mal. Sólo queremos que sean consciente de sus opciones. Tienen derecho a elegir y tenemos la posibilidad de ser magníficos.

—¿Magníficos? —replicaba TaeHyung—. Habrán matanzas. Será una locura y lo sabes

—No hemos matado a nadie, TaeHyung. Saben de nosotros y nuestras apariciones, pero no hay muertes por ello.

— ¿Qué me dices del amigo universitario de Seok Jin? Lo atacaron para llegar a él. ¡Me atacaron a mí! Me amenazaron por años —decía con una ira que no podía evitar. Finalmente la chance de escupir su odio a los rostros correctos.

—No lo atacamos, empezó a correr asustado y se causó daño él solo. Nosotros sólo queríamos darle un mensaje y contactarnos con él —uego suspiraba y miraba en otra dirección—. Tu caso fue delicado y el peor error que cometimos. Lo hicimos mal en un inicio, aprendimos mejor luego —decía mirándolo una vez más y levantando una ceja.

Nunca una maldita disculpa. No es que a TaeHyung le hiciera algún cambio, pero notaba que no había remordimiento por lo que habían causado. Lo que le habían arrebatado.

—La gente no lo verá así. Y no será tan seguro, será una masacre —susurraba con voz tensa, el nudo en su garganta era difícil de soportar—. Habrán bandos, siempre los hay.

—No se puede esperar que todo sea civilizado. Y ciertamente el mundo no lo es, cariño. Con o sin cambiaformas, pero nuestra existencia no tiene porque ser tomada como algo negativo y al fin de cuentas, aunque seamos los pioneros, no dimos inicio a esto.

TaeHyung apretaba sus dientes—. No puedes esperar que la culpa recaiga en él sólo porque es-... El alfa Arcano —susurraba con su garganta apretada—. En el fondo, ustedes siguen siendo una amenaza.

Shownu sonreía de forma ladina—. No buscamos culparlo, lo queremos de nuestro lado. Si él sale en nuestra defensa, nadie sabrá de su existencia.

—Mientes. Ustedes siguen siendo peligrosos para él y para todos —exclamaba el omega—. Eres jodidamente ingenuo si crees que tienen todas las de ganar.

Shownu entrecerraba sus ojos y lo miraba fijamente—. Quizas sí, lo somos, pero estoy seguro que no quiere un enfrentamiento en dónde se vea quien y como es realmente —inclinandose hacía adelante susurraba—. Nosotros podemos ser peligrosos, pero él le causará pesadillas a los niños y a sus padres. Y muy en el fondo, lo sabes, TaeHyung.

El Omega apretaba sus dientes y sus puños. No sabía que saldría de todo esto, no sabía que iban a hacer con él alejado de Seok Jin, pero rogaba a todos los dioses que nadie supiera sobre la existencia de su alfa, porque en un mundo moderno como en el que vivían, no estaba seguro—a pesar de los fanáticos o interesados en conectar con su lobo interior—que alguien como Seok Jin, tan magnífico como aterrador para el resto, fuera a ser bien recibido y no estudiado por algun científico demente que lo terminara alejando de él.

La respiración de TaeHyung se entrecortaba un poco pensando que, para nada casualmente, el científico más importante del mundo estaba en Bucheon. El Omega rogaba que Seok Jin estuviera en control o no podría vivir sabiendo que hicieron algo con Seok Jin para alejarlo de él por ser quien era.

A estas instancias, estaba más preocupado por su alfa que por él mismo.

Cuando el alfa despertaba se sentía demasiado adormecido en la parte de sus piernas, jodidamente desorientado y aún furioso. Oh, sí. Pero sus piernas pesaban toneladas.

— ¡¿Qué mierda?! —gritaba con esa voz estruendosa.

— ¿Jin? —su madre era la primera que veía en su visión periférica en esa pose horizontal sobre una clara camilla dura.

—Llama a So Hee, esa maldita perra va a pa-...

—Woah, nunca te había oído maldecir desde que nos conocemos —decía la voz femenina de la susodica.

Ya no estaba vestida de gala, por lo que alcanzaba a ver, nadie lo estaba. Solo él.

—Te juro que si algo le pasa a mi omega-...

—Esperemos que nada le pase y lo que hice, lo hice por tu bien —respondía de brazos cruzados. No le temblaba el pulso, Jin le daba eso.

—Muchacho. Tranquilo —la voz de Min se hacía presente. Claro, conocía ese techo, estaba en su habitación de entrenamiento, debajo de la librería de Min—. Hey —el viejo tomaba su mano—. Tranquilo mi muchacho. Resolveremos esto.

—Se llevaron a Tae, hyung —susurraba. Extrañamente mostrándose más vulnerable con el viejo Min que con cualquier otro.

Gon y Sunny veían la escena con cierta tristeza y alivio, el vínculo entre ambos era especial. El viejo alfa palmeaba su mano para reconfortarlo.

—No le harán nada —susurraba—. Necesitas controlarte. Si la señorita Hee no te dormía, hubieras causado caos, atacando a cualquiera en tu camino y eso hubiera sido terrible, Jin. Sé que en el fondo lo entiendes —decía hablando con calma.

El alfa sentía sus ojos húmedos y una lágrima se derramaba—. ¿Qué me diste? —preguntaba en dirección a So Hee.

—Un sedante el doble de fuerte del que Min usaba contigo aquí —respondía—. Cortesía de Moon —exclamaba mirando hacia donde estaba el doctor Jo Ji Moon.

Seok Jin apretaba sus ojos y se esforzaba por sentarse—. ¡San! —ordenaba al ver al chico parado a distancias de él. Corriendo rápidamente, lo ayudaba a sentarse—. Mis piernas no responden —decía entre dientes con una mirada asesina hacia el doctor.

—Tranquilo, Hyung —decía San, ayudándolo a sentarse ya.

—Y es normal que no respondan, porque tú no deberías estar despierto aún —decía el doctor.

—Tu sobrino está con esos imbéciles. Él atacó a TaeHyung años atrás —decía entre dientes—. Si algo le sucede otr-...

Moon alzaba sus cejas—. No sabía esa parte de la historia.

—Lo dudo mucho —decía Seok Jin entre dientes.

—Sí. Sé que dudas, pero no deberías. Sé de tu existencia hace mucho. Soy parte del movimiento que está a tu favor —decía como si no le agradará confesarlo.

San se inclinaba y susurraba a su oído—. El email que mandé para saber quiénes están de tu lado y quienes no ¿Recuerdas? —Seok Jin fruncía el ceño y asentía—. Bueno, él realmente es parte de lo que se llama la resistencia. La señorita So Hee también salía en la lista.

Seok Jin aspiraba con fuerza—. ¿La resistencia? —soltaba entre dientes mirando a los presentes.

—Realmente no sabíamos que estabas dispuesto a hacer para tomar el mando como se debe —decía Moon—. Te estuvimos vigilando en silencio

—Tendrían que haberme dicho que vigilaban a mi hijo —decía Huan.

Ji Moon lo miraba—. Con todo respeto, señor Kim. Usted apenas está comenzando a creer en todo esto. No estaba en nuestra lista de aliados realmente.

—Podrían haberse comunicado conmigo —decía el viejo Min.

—No queríamos interrumpir en la vida de Seok Jin sin antes tener una solución —exclamaba So Hee.

El viejo Min, San y un Woo Young que se acercaba a la camilla dónde Seok Jin estaba, los miraban confundidos.

— ¿De qué habla muchacho? —preguntaba Min.

Seok Jin aspiraba con fuerza, no quería estar perdiendo tiempo en charlas triviales. Él debía estar buscando a TaeHyung, aún con sus piernas adormecidas, pero su gente necesitaba un poco de contexto.

—El científico Eustace Smith sabe de mi existencia hace un tiempo ya, al igual que la existencia de los rebeldes por lo que en su retiro en la sombras no perdió tiempo —exclamaba.

— ¿A qué te refieres? —preguntaba Woo Young.

Seok Jin lo miraba unos momentos—. Creó un antídoto.  Una vacuna de tres dosis fuertes en las que el genoma Alfa u Omega se pueden debilitar y aplacar las necesidades de dicha casta. Debilitarla y limpiar el sistema al punto en el que para la tercera dosis, quien lo desee, básicamente podría no tener casta alguna o incluso... —el alfa relamía sus labios—, una segunda opción que se está reconsiderando y es que-... Pueden cambiar

Los tres de confianza de Seok Jin cruzaban miradas—. ¿Cambiar? —susurraba el viejo Min.

—Sí. Pueden pasar de Alfa a Omega o viceversa —decía—. Y por supuesto, lo más tentador de la propuesta, no habría cambiaformas si esa dosis llega a ver la luz —susurraba.

Chan chan

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Perdón si hay errores de deditos.

Con amor niñita Nanykoo 💜

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