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[Año 2013]

—Déjame ir a verte —pedía SeokJin pegado al teléfono.

TaeHyung suspiraba, casi sollozando al otro lado de la linea—. ¿Cuánto tiempo libre tienes? —cuestionaba, aunque sabía la respuesta.

SeokJin suspiraba—. Solo un día.

No vengas —pedía TaeHyung con un esfuerzo desgarrador—. Tengo trabajos pendientes de la universidad. Cursos extras, no me va servir tenerte un par de horas —admitía de forma dura, con un nudo en su garganta—. Ni siquiera yo puedo tomarme un par de horas...

—Pero sería algo —susurraba SeokJin.

Solo sería poner el dedo en la herida para luego extrañarte el doble... —soltaba un suspiro que cortaba a SeokJin a la mitad—. No quiero

— ¿Solo importa lo que tú quieres? —la voz del Alfa era apagada.

La de TaeHyung estaba muerta.

Importa lo que ambos queremos, pero tú eres más fuerte que yo... Y yo me siento fuerte si sigo sin verte —otro nudo—. No me sentiré bien luego de tenerte, no quiero entrar en depresión...

—Y no vendrás conmigo —sentenciaba el castaño.

No... —su voz temblaba—. Mi madre y YeonJun me necesitan

—Tienen a tu padre —susurraba.

Ya hablábamos de esto, Jin... —TaeHyung suspiraba agotado—. Necesito terminar mi carrera aquí y luego veré que hacer con mi vida. No quiero que YeonJun crezca conmigo lejos de él.

SeokJin suspiraba.

—Tienes razón. Ya lo hablamos —exclamaba—. Yo te insisto, tú me rechazas. Dejamos de hablar y luego vuelves, te insisto y me rechazas, otra vez... Es un círculo vicioso

Dejaré de llamarte

—Haz lo que quieras, nunca te negaría una charla o lo que sea que quieras de mi a la distancia —admitía.

Te quiero completo —y no mentía.

—Tus palabras son una contradicción tan dolorosa —susurraba al otro lado de la línea—. Con el tiempo se hace más difícil creerte.

TaeHyung suspiraba, apretaba sus ojos húmedos y sus mejillas se bañaban con lágrimas que venía reteniendo desde que la voz de Jin había dicho "¿Como estás?"—. Tengo que dormir, en serio tengo muchas cosas que hacer mañana y tú también

—Lamentablemente... —admitía el castaño, luego un silencio que alargaba el dolor. Las pocas ganas de abandonar el llamado y a la vez cortar el maldito teléfono para dejar estirar la pena—  Cuídate.

TaeHyung sabía que SeokJin no lo diría, pero él no podía contenerlo aunque quisiera—. Te am-

—Adios —cortaba la llamada de inmediato y dejaba que una lágrima descendiera por su mejilla.

No, no era el fin del mundo. Solo otra charla de despedida... Aunque estaba seguro que había sido la última vez que le insistiria a TaeHyung. Sabía que si la cosa fuera al revés, probablemente, él tampoco dejaría su vida en Corea o quizás si, nunca lo sabría con certeza. Las cosas eran así ahora y seguirían así quien sabe por cuánto tiempo.

Diez años habían pasado desde la última y única vez que habían estado juntos. Diez.

Con el tiempo los aeropuertos habían vuelto a abrir. Las fronteras, los viajes seguros, la vida cotidiana de a poco había sido recuperada. Pero lamentablemente los desaparecidos no habían sido encontrados, habían evitado muchos secuestros y era algo que no podían entender ¿cómo los alborotadores desaparecían tan rápidos que, era imposible de seguir sus rastros?. Llegaban a un punto dónde no había pista alguna y eso solo los desconcertaba. Pero los números se habían reducido y con el tiempo largo transcurrido, habían dado cada desaparecido como un crimen sin resolver.

Eso había pesado en el pecho de muchos alfas. Eso había hecho click en la cabeza de SeokJin, quién de por sí ya era responsable y venía asumiendo su futuro cargo a la par de sus padres. Este tenía un revoltijo dentro de él. Por más que había intentando llegar a TaeHyung, los pendientes, las responsabilidades, el tiempo... Nada era suficiente. Nada parecía coordinar, habían recibido fotos del nuevo miembro de la familia en su momento y TaeHyung le había dicho que se sentía extraño no ser el mimado, ni tener la atención de sus padres sobre él todo el tiempo, en una de sus tantas charlas iniciales.

Obviamente luego de los estudios, el trabajo de ambos y la vida de adultos había vuelto todo cada vez más complicado. Cómo si eso fuera posible TaeHyung trabajaba turnos largos y su trabajo lo hacía también moverse en direcciones opuestas a las de SeokJin. SeokJin no había asumido de todo el cargo, pero ya se veía que no era fácil tener una manada a cargo y tampoco era fácil si trabajabas con las autoridades de la misma.

Habían sido diez años en los que el peculiar lazo psíquico se debilitaba en ocasiones. TaeHyung siempre recurría a llamar a SeokJin cuando el celo lo atacaba y recibía la calma por parte de su alfa, pero lamentablemente con el tiempo, aquello era menos recurrente, aunque ambos seguían sintiéndose fuertemente el uno al otro, era obvio que la necesidad física estaba siendo atendida por otros en ambos muchachos.

Pero lo que tenían seguía allí, esperando por su tiempo para reactivarse, para volver a encenderse y no apagarse ni postergarse jamás. Como los adultos que eran en la actualidad, ellos habían decidido este "break". Esta larga y extensa pausa que ahora en la actualidad había hecho que perdieran cada vez más contacto, sin desaparecer del todo. Pero, dios, eso no era lo mismo. Físicamente estaban lejos, pero interiormente sabían que pertenecían y aunque TaeHyung le hubiera jurado y perjurado que estaría bien, SeokJin seguía velando por ambos. Aunque sus responsabilidades a veces lo consumían una cantidad de tiempo que, lo hacía perderse por completo en responsabilidades, reuniones, planes... Gente que quería conocerlo por ser el único Alfa puro de la actualidad.

Eso era lo más ridículo, exponerse de más porque lo creían fascinante. Luego lo veían y terminaba siendo un maldito bicho raro porque lo esperaban más temperamental, exponiendo e imponiendo sus ideas. Pero SeokJin no era así, era todo lo contrario, hablaba pacífico, su personalidad era calmada. Sus sonrisas eran tranquilas, su forma de hablar era sabia. Si no estaba de acuerdo lo dejaba en claro y terminaba, malditamente, convenciendo al resto de sus ideas. Sin necesidad de enfurecerse y mucho menos mostrar su anomalía, sus ojos rojos.

Eso nadie debía saberlo o lo haría más el centro de atención, tenía suficiente de esa mierda. Un gran esfuerzo por parte de muchos para llegar a la armonía que tenían en la actualidad, muchos cambios para poder seguir avanzando y uno de esos era el señor Min como ayudante y consejero de SeokJin, pese a que su padre no estaba de acuerdo de tener a ese viejo profesor fantasioso, no podía interponerse a SeokJin, por ende, él y viejo Min estaban trabajando en sus propia teorías sobre los desaparecidos, sobre la extraña calma que le parecía demasiado anormal. Y Min, había sido de gran ayuda para que SeokJin pudiera controlar la anomalía en sus ojos y las garras que salían a saludar aún después de una cita a la manicura.

El puro alfa necesitaba un descanso de todo y había una sola persona en la actualidad que estaba listo para recibirlo cada que él quisiera.

WooYoung.

El bonito Omega había sido motivo de discusión en el pasado en algún que otro llamado teléfonico dónde TaeHyung comenzaba a suponer que ya estaban durmiendo juntos, pero se esforzaba en negar que eso no le afectaba. Eran adultos y estar con otros era parte de su maldita naturaleza. Inclusive TaeHyung había confesado cuando había cedido a dicho deseo carnal y animal, tan solo para sentirse más triste después de esto, porque no era SeokJin. Pero tampoco lo dejaba que viniera a verlo porque eventualmente sucedería lo mismo luego de estar con otro. Pero más doloroso, una felicidad pasajera que lo terminaría haciendo añicos si se volvia una mala costumbre.

Si, las llamadas dolían menos.

Ninguno tendría tiempo suficiente como el que realmente deseaban tener para el otro y soltarse había sido lo más doloroso y lo más sabio. TaeHyung tenía bien en claro que no se iría de Japón hasta que su madre tuviera al nuevo cachorro. Luego de su nacimiento, TaeHyung no se iría hasta que estuviera crecido sin depender de él. Siempre había una excusa o un buen motivo, prefería pensar SeokJin. Pero TaeHyung siempre le huía, aún en un viaje que había hecho por negocios, TaeHyung había viajado a China por su trabajo y así.

Era un desencuentro constante, agotador. Y a la vez, las acusaciones de TaeHyung sobre que dormía con WooYoung cuando realmente, no era así la cosa, también lo agotaban. Hasta que una noche con el corazón demasiado roto para velar por él y su Omega, su mejor amigo estaba presente y el encuentro solo había sucedido. SeokJin no se había sentido vacío luego de los besos del Omega, luego de su cuerpo, sus abrazos, a comparación de TaeHyung que había sucumbido a sus deseos animales y los celos que se apoderaban de él.

SeokJin se había sentido bien, no había ni siquiera confusión. WooYoung le gustaba, pero no pasaría más de eso y la posibilidad de una vuelta con TaeHyung era cada vez más difícil de imaginar, aunque no perdía las esperanzas y le había dejado claro a WooYoung que no se mantuviera exclusivo por él. Que siguiera buscando su destinado o con quien hacer click porque sin importar el ánimo de TaeHyung y sus ganas de ir, de no ir, de estar con él, de no estar con él, no cambiaban los sentimientos de SeokJin hacia él.

— ¿Por qué ser adulto es tan repugnante? —soltaba WooYoung, quien descansaba sobre su pecho.

Ambos desnudos y SeokJin más dormido que despierto. Esbozaba una sonrisa, para luego frotar su nariz, moverla en conjunto con sus labios y frotar sus ojos luego.

—Es muy bonito que hagas eso cuando recién despiertas —mencionaba WooYoung con esa sonrisa preciosa.

—Solo es una manía —respondía SeokJin, mientras atraía a WooYoung más cerca.

—Te hace ver muy lindo...

—No exageres —soltaba con voz ronca.

—Odio mi trabajo —suspiraba WooYoung—. Tengo que entrar a trabajar en una hora

—Yo te llevo —mencionaba SeokJin. Soltandolo, bostezando y estirándose para apartar la pereza de su cuerpo.

WooYoung se ponía de pie mientras comenzaba a vestirse—. Huelo a ti, no voy a bañarme esta vez.

SeokJin alzaba sus cejas—. Lo lamento —exclamaba, buscando su ropa.

—Nunca lo haces, nunca impregnas tu aroma en mi conscientemente. Cuando sucede se siente bien —admitía.

—Estaba muy estresado, lo lamento, no volv-...

—No volverá a suceder —repetía WooYoung, luego suspiraba y sonreía—. Solo digo que me gusta tu aroma, me hace sentir bien

—Woo...

—Lo sé, tengo que buscar un alfa. Lo repites siempre después de que tenemos sexo, aunque seas tú el que me busque en ocasiones —lo miraba con una ceja enarcada—. Y estoy seguro que tiene que ver con el celo de tu Omega.

SeokJin se ponía la camiseta y apretaba sus dientes.

—Me follas cuando él está en celo y te lo despierta a ti. Las verdad es que es impresionante como resistes mi aroma sin sentirte asqueado —mencionaba curioso—. Supongo que viene con tus súper poderes de alfa infradotado

—Hueles bien —afirmaba Jin—. Y no tengo súper poderes

—Mi amigo es tan cool que hasta en humildad se sobre pasa —soltaba divertido.

SeokJin negaba con su cabeza. Estaban en el apartamento pequeño de WooYoung que había presenciado más encuentros de los que querían admitir. Una vez en el auto el, ahora pelinegro, comenzaba a jugar con la aplicación de citas.

— ¿Qué piensas de él? —le mostraba la foto de un chico pálido, rostro largo, con pómulos bonitos y ojos rasgados. Su cabello era negro con un mechón blanco en la parte del flequillo—. San...

SeokJin lo miraba por arriba—. Woo, esas aplicaciones no son seguras para omegas. Por favor relacionate de forma tradicional

—A veces me gusta creer que tienes celos cuando te muestro a los alfas —se mofaba—. Aunque ninguno te gana.

SeokJin reía—. No estoy celoso, solo quiero que tengas cuidado... —mencionaba con dulzura.

WooYoung resoplaba—. Te conozco tan bien que me molesta el hecho de que me folles como un Alfa desesperado, pero luego fuera de la cama sigo siendo tu hermano.

SeokJin lo miraba con ternura—. Lo lamento, por eso te pido que sigas buscando a alguien para ti. Estaré bien si me dices que no quieres más esos encuentros fugaces conmigo

—Jin... —WooYoung suspiraba—. No estoy apresurado, aunque este alfa se ve genial. Me recordó al alfa stripper.

WooYoung babeaba.

—Ese era un maldito enfermo, no vuelvas a salir sin el collar —recordaba SeokJin.

—Si, estaba un poquito demente, pero tenía una buena polla

—Aish... Eres increíble —se quejaba SeokJin.

—Tranquilo, tranquilo —soltaba el Omega. Luego miraba a SeokJin seriamente—. ¿Qué haré contigo? si sigues así, construiras una sede de omegas a la deriva y les regalarás un collar a todos

—Ya... ¿Qué tiene de malo que quiera cuidarte? los Omegas se dejan llevar y se pierden muy fácilmente. Su lobo interior solo quiere ser saciado y luego su lado humano sufre... —suspiraba.

WooYoung apretaba su brazo.

—Estoy seguro que TaeHyung utiliza tu regalo —mencionaba, haciendo alusión al collar antimarca que le había mandado en un momento con el transcurrir de los años. WooYoung también había recibido uno.

El azabache en cambio nunca habia dicho nada al respecto, jamás había tocado el tema y SeokJin nunca supo si en realidad lo utilizó o, solo lo guardo con el resto de las cosas que uno no usa, pero que tampoco puede tirar.

— ¿Supiste algo de él? más allá de cortos mensajes en los últimos años —cuestionaba como de costumbre.

SeokJin sentía que ponía el dedo sobre la herida sin cicatrizar, pero necesitaba hablar de vez en mes sobre la situación que, seguía sin cambiar.

—Solo si TaeHyung quiere hablarme, hablamos. Porque si yo lo busco me evita, no atiende mis llamados, no responde mis mensajes —suspiraba—. Lo mismo de siempre.

WooYoung resoplaba—.  No entiendo cómo puede hacerte esto

—Tiene razón

— ¿En qué?—cuestionaba WooYoung.

—No tengo tiempo para una relación a distancia. Sabíamos de antemano que sería difícil de sostener

—Si, bueno. Es cierto —afmitía WooYoung—. Pero podrían ser amigos regulares, que hablan más

—No creo que podamos volver a eso con tanta facilidad luego de saber que el mundo desaparece cuando estamos juntos.

WooYoung alzaba sus cejas, no decía nada y se mantenía callado.

—Tengo paciencia —susurraba SeokJin.

—Demasiada, diría yo —mencionaba WooYoung.

Luego del aventón que SeokJin habia dado a su amigo, se preguntaba si volver a casa era correcto. No vivía con sus padres ya, pero habia noches en las que estar en familia era algo que realmente necesitaba. Luego de tanto trabajo, el fin de semana se acercaba y quizás SeokJin podría descansar. Él se había recibido como Licenciado en servicio social, mientras que TaeHyung, después de algunas dudas había optado por Enfermería.

Así que cada uno estaba muy sumergido con sus responsabilidades, SeokJin, con demasiadas. Por un momento cruzó su cabeza la idea de ver al ex profesor Min y si había avanzado algo en su teoría, pero cuando revisaba su teléfono, encontraba el mensaje del hombre que le decía que fuera directo a casa a descansar. No habían buenas nuevas, o malas nuevas en este caso. De hecho todo estaba extrañamente tranquilo hacía ya un tiempo laaaargo.

—Iré a casa —suspiraba, poniendo su auto en marcha.

Una vez en el hogar en el que había crecido, se maldecía porque había recordado que sus padres tenían una cena con unos amigos. Por ende, la casa estaba sola. Resoplaba arruinado, de todas formas no se iría. Al día siguiente los vería y desayunaría con ellos.

—Te has vuelto un viejo sensible —murmuraba para si mismo. Mientras calentaba unos fideos en el microondas.

Cuando tenía todo listo, se llevaba consigo la comida y una lata de cerveza a su antigua habitación y comía en el escritorio con su—muy pasada de moda—computadora.
Abría el envase de fideos, calientes y humeantes, decidido a sorber una gran cantidad. Las especias de los mismos sabian bien en su boca y su estómago era engañado una vez más por comida rápida.

Abría la lata y tomaba una cantidad considerable, luego suspiraba y exclamaba—. Esto es demasiado solitario y deprimente.

A la mañana siguiente había notado que la habitación de sus padres seguia vacía. No sucedía a menudo, pero a veces solían pasar las noches en casa de los Park, luego de una cena amistosa y eso había sucedido está vez. SeokJin decidía tomar una ducha finalmente, ya que aún sentía el aroma de WooYoung impregnado. El agua caliente caía por su cuerpo y comenzaba a enjabonarse con lentitud, un buen baño mañanero era casi tan bueno como cuando tienes pareja y tienen relaciones sexuales en la mañana.

«No tan bueno» pensaba seriamente.

Una vez abajo, decidía quedarse con unos pantalones de chandal y postergar la camiseta para luego. Su torso blanquesino había ganado más músculos con el tiempo por lo que su confianza—pese a no tener ningún complejohabía mejorado y se sentía bien ver el reflejo de su cuerpo perfecto en algunos espejos que su madre tenía por la casa.

Una vez en la cocina decidía asaltarla, estaba hambriento y quería un buen desayuno para un digno puro alfa como él. Había puesto el volumen de la música más o menos alto y se permitía olvidarse de todo por unos momentos. Mientras estaba muy concentrado en la cocina listo para preparar unos panqueques su teléfono sonaba.

—Woo... —bajaba apenas la música y ponía el altavoz para continuar la mezcla de dichos panqueques.

Jinnie-binnie canturreaba el Omega al otro lado.

— ¿Qué pasó y por qué te oyes tan feliz? —cuestionaba con sus manos ocupadas.

¿Recuerdas que anoche te mostré la foto de ese alfa, en tu auto? —preguntaba feliz.

—No recuerdo su rostro, pero si... Recuerdo dicho acontecimiento —mencionaba relajado—. ¿Qué hiciste?

Yo nada reía divertido.

—Repito ¿Qué hiciste?

Aish, no te pongas sobreprotector exclamaba.

SeokJin reía sacudiendo su cabeza—. Lo intentaré... A ver

Hicimos match y comenzamos a hablar

¿Qué diablos es un match? —cuestionaba, sin dejar de hacer su desayuno.

Necesitas un romance ¡Urgente! —se mofaba WooYoung—. ¿Qué estás haciendo y porque escucho música y ruido?

Estoy de bueno humor, haciendo panqueques. Escuchando música y no me puse remera —respondía feliz.

Ay, agradezco tener pruebas de eso. Haberlo probado y ahora tener una gran imaginación halagaba el muchacho.

SeokJin comenzaba a reír sonoramente—. Ya ¿qué pasó con el alfa?

Comenzamos a hablar y resulta que vive a dos cuadras de mi cafetería un chillido agudo resonaba por los parlantes.

SeokJin resoplaba—. Por favor dime qué es decente

Tiene mi edad y está en su último año a punto de recibirse en psicología unas palmas resonaban—. Y usa lentes ¡Dios! Es jodidamente sensual con sus lentes

¿Ya lo conociste? —preguntaba aturdido.

¡Vino ayer a la tarde! —respondía—. Te agradará, lo juro. Tendremos una cita oficial esta noche... Saldremos a comer y a bailar ¡Y...! —añadía, gritando una octava más alta.

— ¿Y qué? —cuestionaba SeokJin sin aliento.

No es que tuviera sentimientos de índole amoroso por su amigo, pero por alguna extraña razón, WooYoung parecía muchísimo más feliz e impresionado que en otras ocasiones. O será que anoche se sentía demasiado solo y había considerado que, llevar las cosas un nivel más alto con WooYoung no estaría mal.

De hecho, la idea había revoloteado casi toda la noche. Dando vueltas por su cabeza, reconsiderando los pro y los contra de una relación estable con WooYoung. No podría decirse que se enamoraría porque eso era jodidamente imposible, pero creer que TaeHyung tendría espacio para él en su vida, era un panorama difícil de imaginar.

Dejaba caer su cabeza y por primera vez, le costaba estár feliz por el pelinegro.

— ¿Jin? ¿Sigues ahí?

«No»

Sip... ¿y qué? —volvía al hilo de la conversación.

Si tú quieres, para mí calma, él aceptaría una cita doble... Puede llevar un amigo para tí...

El silencio a través de la línea era ensordecedor, solo la respiración de WooYoung y el resoplido que el Omega siempre soltaba cuando SeokJin pensaba demasiado.

¿Un qué? —soltaba finalmente.

Un bonito Omega, se llama... Aish, ¿cómo dijo?

El timbre de la casa sonaba y hasta WooYoung lo oía, por lo que tomaba el teléfono y lo quitaba de altavoz para continuar hablando con su amigo camino a la puerta.

—Woo, ya hablamos de esto —soltaba suspirando y rascando su frente—. Yo no tengo ganas de esas cosas....

Revisando la pantalla para verificar quien yacía fuera, WooYoung exclamaba:

Citas, SeokJin... Ci-tas soltaba WooYoung y continuaba—. No puedes seguir esperando por TaeHyung. El chico ya ni siquiera te muestra esperanza alguna ¿Cuándo fue la última vez que hablaron? Y aparte siempre me pareció demasiado que la comunicación se diera solo si él quería. Es muy poco considerado, eres un hombre sano, hermoso... Necesitas -

—WooYoung, tengo que cortar

¿Pasó algo?

TaeHyung está aquí —soltaba sin aliento—. Adiós.

Los ojos de SeokJin estaban abiertos de par en par. Su mandíbula por el suelo y sus dedos ponían la clave en la puerta, muy temblorosos. Su corazón palpitaba demasiado rápido, un calor en su nuca se asentaba y su cuerpo completo hormigueaba. Se sentía flotar, hasta que la puerta se abría y tenía a TaeHyung en su pórtico mirandole fijamente con sus lentes celestes una vez más. Llevaba un buzo beige, un pantalón de color similar y su cabello ya no estaba lacio y marrón, como lo recordaba.

Era negro azabache y tenía rizos, como había visto en fotos. Su cuerpo estaba más trabajado, al parecer y su rostro tenía esos rasgos de adulto, sus mejillas regordetas de la juventud veinteañera, ya no estaban allí. Aunque seguía teniendo ese rostro angelical que recordaba.

—Hey... —TaeHyung también está sin aliento.

SeokJin parecía mucho más grande que la última vez, mucho más fuerte. Su pantalón caía por sus caderas, la zona en V que iba en dirección a su pelvis se marcaba deliciosamente y su pecho se veía fuerte, musculoso, al igual que sus brazos. Todo estaba marcado de forma justa y en los lugares correctos.

El rojo en sus mejillas era tan obvio, al igual que su aroma y las ganas de saltar encima de su Alfa. SeokJin tenía sus labios entre abiertos, su cabello húmedo hacia atrás y las feromonas en aumento de su Omega lo descontrolaban, demasiado. Más de lo que hubiera imaginado, su respiración se agitaba, su cuerpo se tensaba y sus ojos se ponían rojos.

TaeHyung estaba inestable por aquello, el olor a canela comenzaba a drogarlo, su cuerpo empezaba a responder de inmediato, sus orejas entintadas de un rojo furioso y la ropa rozaba todos los lugares sensibles. Sus pezones se erguían, comenzaba a sentir que se humedecía y su pantalón apretaba demasiado en su entrepierna.

—Joder. Espera un momento... —rogaba el Omega en un gemido, hasta que unas manos se aferraban a su cintura y TaeHyung tapaba su boca para no gemir.

SeokJin parpadeaba y veía unos ojitos curiosos detrás de TaeHyung. De inmediato se controlaba, calmando su deseo animal y el de su Omega, apretando sus ojos y volviendolos de color avellana otra vez, mientras se enfocaban en el pequeño niño de ojos saltones y labios rojizo detrás de Tae.

—Woah... —soltaba la dulce vocesita, bastante más aniñado de lo esperado, para tener diez—. Tete dijo que eras un alfa increíble, pero eres inmenso...

— ¿YeonJun? —soltaba SeokJin, anonado.

El niño tiraba de la ropa de TaeHyung—. Mira sus brazos, Tete. Es más grande que tú...

TaeHyung mordía su labio y no podia evitar reír.

—Lo sé... Es increíble ¿cierto? —soltaba con voz ronca, mientras se comía a SeokJin con la mirada.

— ¿Por qué no me lo dijiste? —preguntaba SeokJin.

TaeHyung alzaba sus cejas—. Mamá se lo dijo a Sunny. Creí que estabas aquí porque sabrías que vendriamos.

SeokJin fruncía el ceño. Ahora recordaba que su madre quería hablar con él, pero se encontraba atestado de trabajo.

—No hubo chance de verla y que me lo dijera —respondía sorprendido.

— ¿Sorpresa? entonces... —soltaba TaeHyung incómodo, al darse cuenta que no estaba siendo esperado.

— ¿Nos harás entrar o nos vas a dejar en la puerta? —preguntaba el niño curioso.

—Lo siento —soltaba SeokJin, viéndolo con un destello de diversión estiraba su mano—. Un gusto conocerte finalmente, YeonJun.

El niño salía detrás de TaeHyung y con una sonrisa preciosa, respondía al saludo del Alfa.

—El gusto es mío, señor SeokJin alfa —respondía, logrando que TaeHyung riera al respecto—. Tete me habló mucho de ti desde que tengo memoria.

SeokJin alzaba su ojos y TaeHyung agachaba la mirada.

— ¿Cosas buenas? —preguntaba al niño.

—Solo cosas buenas, hyung —movía su mano de forma horizontal y le recordaba mucho a Tae cuando hablaba con sus manos.

—Eres muy parecido a... —alzaba la vista de nuevo a TaeHyung—, Tete.

Ese "Tete" había brotado jodidamente sensual y ronco de la garganta de SeokJin y esos ojos tenían promesas demasiados sucias que TaeHyung necesitaba ver cumplidas.

Pasaba saliva y susurraba—. No me mires de esa forma. No estamos solos.

SeokJin sonreía, relajándose por primera vez desde que había visto a TaeHyung en su puerta, tronaba su cuello para dejar estar tan tenso y...

«Quiero lamer. Chupar... Dios, lo quiero completo» TaeHyung sacudía los pensamientos fuera de si.

—Tu cuello es tan largo —mencionaba YeonJun mientras tocaba el suyo propio con intenciones de alargarlo más.

Ambos hombres se miraban y comenzaban a reír.

—Por favor pasen —exclamaba SeokJin, aún creyendo que aquello era un sueño y no tenía ganas de despertar si lo era.

— ¡Genial! —gritaba el niño, mientras pasaba corriendo.

— ¡Yeon, no corras! —Pedía TaeHyung mientras pasaba por al lado SeokJin.

Tan cerca, sin espacios vacíos y se quedaba parado frente a él. Las respiraciones eran pesadas y sus alientos se entremezaclaban. La boca de Tae estaba entreabierta y volvía a recorrer el torso trabajado del alfa. Llevaba su mano al abdomen y subía cuesta arriba.

Un jadeo se le escapaba a SeokJin, al sentir aquellos dedos por primera vez en tanto, tanto tiempo, mientras que TaeHyung soltaba todo el aire por sus fosas nasales y alzaba la vista para ver esos labios rojos y carnosos a solo centímetros. El calor aumentaba, el pulso aceleraba y sus uñas rasgaban el pecho de Jin cuesta abajo con suavidad e intensidad a la vez.

—Mmm... Joder —susurraba SeokJin, pegaba su frente a la de TaeHyung, aspirando su aroma a arándanos e impregnando al Omega el suyo a canela.

—Joder es lo que necesito... Contigo —susurraba TaeHyung gravemente, pero dócil.

SeokJin seguía sosteniendo la puerta y la soltaba de repente para cerrarla al mismo tiempo que TaeHyung tomaba sus caderas y él su cabeza.

— ¿Por cuánto tiempo? —su pelvis se mecía hacia delante y sentía la rígida erección en el pantalón del Omega.

—Volvimos... —decía TaeHyung—. Estoy aquí, para quedarme.

El rostro del Omega estaba a su merced, rozando con su nariz la mejilla de SeokJin y mordiendo esta levemente.

—Pueden hacer eso sin público —soltaba YeonJun.

Ambos se alejaban de repente, algo desorientados. TaeHyung frotaba su rostro y SeokJin apretaba sus ojos para enfocarse.

— ¿Yeon de dónde sacaste eso?

El niño estaba comiendo una barra cereal, muy descarado y cómodo. Sus pies ya estaban descalzos y tenía una mirada curiosa.

—Lo tome de la bajo mesada

—Tienes que preguntar antes, no tomar como si fuera tu casa —soltaba TaeHyung.

SeokJin sonreía—. Tranquilo, déjalo ¿Desayunaste? —preguntaba SeokJin en dirección al niño.

—Nop, Tete iba a venir sin mi, pero yo quería conocerte así que me salte el desayuno ¿harás algo para mí?. Tengo hambre

— ¡Yeon! —soltaba TaeHyung, caminando hacia ellos como su cuerpo le permitía—. No seas tan descarado

— ¿Te gustan los panqueques?  —preguntaba SeokJin, tomando al niño de los hombros y caminando junto a él—. Estaba haciendo unos para mi —mencionaba, caminando por delante de Tae, con dirección a la cocina.

El Omega mordía su labio, lo estaba masacrando de una forma dolorosa. La espalda de SeokJin era una sueño. Ancha, más de lo que recordaba y mientras más bajaba se volvía más angosta su cintura. Era demasiado ardiente para los ojos del Omega y a la vez muy adorable al estar parado juntos YeonJun.

—Me gustan los panqueques —afirmaba el niño, sentándose en la mesa de la isla.

SeokJin tomaba la remera que había dejado por ahí, con intenciones de colocarsela.

—No es necesario que te vistas —pedía TaeHyung de inmediato.

—Si lo es —decía YeonJun rodando sus ojos —. Yo estoy aquí... Y es raro verte descompuesto porque él no trae remera.

SeokJin escondía una risa y TaeHyung fruncía el ceño, rojizo de la vergüenza.

—No estoy descompuesto.

YeonJun asentía incrédulo y miraba a Jin—. Ponte la camiseta, Hyung. Tete no puede pensar claro si no la traes puesta.

«Aunque se vista, no puedo pensar claro»

El azabache chistaba y miraba con incomodidad a un SeokJin que, terminaba cubriendo su torso.

—YeonJun ¿Quieres mirar televisión en la sala mientras me pongo al día con tu hermano?

YeonJun miraba a TaeHyung—. Vas a besar a Tete ¿cierto?

«Por favor» pensaba el Omega.

SeokJin reía—. Solo hablaré con él. Lo prometo. Te llamaré en cuanto tenga el desayuno listo ¿qué dices?

YeonJun miraba entre ambos y luego sonreía asintiendo en dirección a Jin.

—Es fácil de encender, ve. Cualquier cosa me llamas y te ayudo

—La tecnología es lo mío, no necesitaré ayuda, hyung —el niño bajaba de la banqueta.

—No corras... —TaeHyung resoplaba—. Lo siento, es hiperactivo aún sin azucar.

SeokJin asentía con dulzura, ver a TaeHyung ser un hermano mayor era extremadamente lindo. Luego caminaba en dirección a él y preguntaba en un sensual murmullo, manteniendo la distancia:

— ¿Panqueques para desayunar?.

TaeHyung se acercaba a meter su mano debajo de la camiseta y sentir aquella textura de la piel ajena otra vez—. A ti te quiero desayunar.

SeokJin apretaba sus dientes—. Si te beso no me detendré...

—Lo sé —susurraba TaeHyung acercándose. Meditando sabiamente en las palabras dichas, si se besaban, sería un auténtico desastre y no estaban solos para estar rompiendo paredes y muebles.

TaeHyung vigilaba en dirección a la sala para verificar que los ojos curiosos del niño no estuvieran allí fisgoneando. Con su otra mano la llevaba a sus labios, besando dos de sus dedos y los apoyaba sobre los belfos carnosos del alfa.

Este besaba aquellos dedos con dulzura y luego chupaba suavemente. Un impacto directo a su parte trasera y a todo su cuerpo.

Alfa...susurraba con la boca seca.

—Mmm... —el sabor de la piel de TaeHyung en sus papilas lo volvía loco y el aroma del azabache lo drogaba—. Mi Omega.

Holisssss ... UwU

Si ven errores los corregiré luego... Algún día ahre UwU
Que intenso todo o no?

Con amor niñita Nany 💜

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