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TaeHyung sentía su cuerpo tan necesitado del más mínimo toque y la forma en que SeokJin lo veía y como había chupado sus dedos lo tenían a punto de correrse. La dureza entre sus piernas era incómoda y la necesidad de tener al Alfa golpeando dentro de él era demasiado intensa. Agradecía llevar pantalones no tan estrechos en la zona de la pelvis, pero de igual forma estaba hiper sensible en todos los puntos correctos.

-El aroma de ambos es muy cítrico -soltaba YeonJun, apareciendo nuevamente en escena.

TaeHyung ponía sus manos tras él y le daba la espalda al niño, SeokJin se controlaba de inmediato y junto con él, también al Omega.

Ahora miraba al niño atentamente, reprimiendo una risa por lo inoportuno que era-. En serio, una combinación muy cítrica -repetía el niño, mientras movía su nariz y luego la frotaba.

Jin lo veía con dulzura y TaeHyung resoplaba.

-Omega... -mencionaba el Alfa finalmente, refiriéndose al niño quien asentía frenéticamente.

-Uno muy metiche -acusaba TaeHyung, quien recibía una sacada de lengua como burla-. ¿Qué te dije de hacerme eso?

SeokJin miraba asombrado lo responsable que TaeHyung se veía y como intentaba centrarse nuevamente.

-Lo siento, Tete -susurraba con cabeza gacha-. Tengo hambre, no puedo mirar dibujitos si tengo hambre -ponia ojos de cachorro en dirección a SeokJin.

Éste reía sonoramente y TaeHyung lo miraba embobado.

«Dios, te extrañé tanto» pensaba, mientras veía como SeokJin tomaba la mano del niño para llevarlo con él y comenzar a preparar el desayuno prometido.

-Sientate aquí y dime ¿Cuántos panqueques te gustan comer?

- ¡Muchos! -añadía en un grito adorable mientras SeokJin encendía la cocina para comenzar.

TaeHyung los miraba desde el otro lado de la isla mientras conversaban de cuántos panqueques hacer para que tuvieran un buen desayuno y ninguno se quedará con ganas.

-Yo los haré, ustedes corten la fruta -exclamaba el azabache, queriendo ser parte del esquipo.

SeokJin lo veía acercarse, luego de haber hecho un poco más de la mezcla, se la brindaba al bonito Omega.

- ¿Sabes hacer esto, cierto? -se burlaba con dulzura y jugando con su sonrisa.

-Solía quemarlos y arruinarlos -respondía YeonJun-. Pero como son mi desayuno favorito, tuvo que aprender a hacerlos.

SeokJin lo miraba con sus grandes e inmensos ojos, exaltandose de forma graciosa para el niño.

- ¡También son mis favoritos! -alzaba su mano y YeonJun correspondía chocando los cinco, muy feliz.

-No solía quemarlos, Yeonie -añadía TaeHyung avergonzado.

YeonJun alzaba la mirada y adorablemente añadia-. Si los hacías, Tete. Cada vez -mencionana con sus manos a juego.

SeokJin reía al ver el puchero del Omega mayor.

-Y dime Yeonie-ssi ¿Fresas o plátanos?

- ¡Fresas! -alzaba sus brazos.

-También son mis favoritas -replicaba el Alfa, tomando una cantidad de la heladera de su madre.

-Ese es mi aroma -sonreía el niño y desprendía un poco de este, dando a entender que estaba muy feliz y cómodo con el Alfa frente a él.

SeokJin aspiraba y se veía demasiado adorable para que TaeHyung pudiera ponerse cachondo al respecto así que, se encargaba de la sartén sobre el fuego y así comenzar a derramar de la mezcla sobre esta, pero sus ojos se desviaban al dúo trás él, conociéndose.

SeokJin le mostraba como cortar la fresa para que la presentación del panqueque sea perfecta y entre por los ojos, así lo otra persona no lo rechazaría, TaeHyung se reía y negaba, pero YeonJun lo escuchaba y asentía con un puchero, tomando todos los consejos en cuenta.

- ¿Puedo intentarlo? -preguntaba el niño.

-Mmm... No lo sé -Seokjin miraba a TaeHyung-. ¿Sabe utilizar un cuchillo?

- ¿Bajo que concepto? ¿Culinario o amenazante? porque es bueno en ambos -mencionaba y conseguía que SeokJin abriera sus ojos de forma inmensa. Éste se echaba a reír-. ¡Tu cara!

YeonJun se reía a la par de TaeHyung, quien aprovechaba a tomar el cuchillo de la mano de SeokJin, acariciando con sus dedos el dorso de ésta y regalandole una mirada que esperaba fuera desapercibida por el niño y efectivamente lo era porque YeonJun se encontraba comiendo fresas sin permiso.

-Jin... -susurraba, relamiendo sus labios y viendo los del castaño. Quería decirle muchas cosas, tantas que, no sabía por dónde empezar y menos cuando el teléfono de SeokJin sonaba sobre la isla.

El Alfa se soltaba del agarre y miraba la pantalla, WooYoung llamaba nuevamente. Era de esperarse, le había lanzado un increíble chisme y cortado el teléfono, el pequeño pelinegro no iba a resistir tanto. SeokJin veía a TaeHyung explicándole a su pequeño hermano como cortar las fresas, mientras volvía a lo suyo, mirando de soslayo al castaño quizás esperando que se disculpara por el llamado y atendiendo el mismo luego, pero SeokJin, él solo atendía.

-Woo -los ojos de TaeHyung querían ver en su dirección, discretamente.

«WooYoung»

Sabía muy bien como lucía ese chico por fotos y era demasiado bonito. No estaba seguro si sentirse amenazado o no, porque no estaba al tanto de ellos dos y tampoco se sentía con derecho de preguntar ¿o si?. Seguía con su tarea y veía a SeokJin alejarse hacia la entrada de la cocina.

-Si me atendiste, no estás follando -afirmaba el chico

-Ni un poco de filtro ¿cierto? -mencionaba divertido.

La verdad era que, tomaba este llamado como un momento de pausa, no estaba seguro como se sentía al respecto. TaeHyung quería seguir escuchando, pero SeokJin se alejaba muchísimo más en dirección a la entrada principal.

- ¿Sabrías que vendria? oye, lo siento. La curiosidad estaba matándome. Si no atendias era seguro que estaban follando -admitía el pelinegro.

SeokJin reía-. No sabía. ¿Recuerdas la otra noche que tú y yo estabamos en ese hotel y mi teléfono sonaba sonaba?

-Mmm la noche salvaje, si la recuerdo -susurraba WooYoung-. Oh, también recuerdo que era tu madre llamando y tenía algo que decirte, pero nunca lo catálogo de importante

-Exacto -afirmaba SeokJin, girando sobre sus talones y viendo como una pequeña figura se escondía de él-. Woo, te llamo más tarde ¿si? Y por favor, no salgas con ese alfa solo por una noche que lo viste y te pareció encantador -volvia de nuevo a la cocina y veía a TaeHyung y YeonJun preparando los platos-. Siempre te parecen encantadores y luego terminas con cada personaje que, dios me guarde.

TaeHyung alzaba la vista sin mirar a SeokJin directamente, pero era obvio que seguía hablando con el Omega, mientras se movía por la cocina como si nada.

-Jinnie te dije que es una cita doble ¡Ah, ya sé! Tengo una idea...

Resoplaba sacando jugo de naranja fresco del refrigerador.

-No me gustan tus ideas, Woo -mencionaba mientras servía para las visitas y luego para él.

- ¿Qué te parece si vienes con tu Omega? Trae a TaeHyung -pedía de inmediato.

SeokJin, quien justo estaba tomando su vaso de jugo de naranja, terminaba ahogándose y escupiendo un poco del mismo. Logrando que la risa adorable de YeonJun no puediera ser contenida.

- ¿Te ahogaste? ¿Esa es la risa de un niño? -cuestionaba sorprendido.

SeokJin veía a TaeHyung tomar una servilleta y acercarse silenciosamente a él. Su mirada estaba apagada mientras limpiaba su remera. Sentía que su respiración se estancaba y su pulso se aceleraba por el aroma de TaeHyung, por su cercanía. Estaba inseguro e incómodo, también triste y SeokJin ni siquiera se daba cuenta cuando su mano se posaba en su mejilla, acariciando con ternura y viendo como el Omega se echaba contra su palma para fregarse suavemente sobre ésta, como un cachorro herido.

SeokJin pasaba saliva, olvidándose de Yeonjun tras ellos, tragando el desayuno sin esperarlos y WooYoung al otro lado de la línea. Diablos, era imposible no ignorar lo que sucedía cuando estaban juntos. TaeHyung seguía moviendo su cabeza para sentir más el tacto del Alfa y giraba su rostro para besar su palma. Tenía los ojos cerrados y cuando los abría finalmente, estaban celestes, resplandecientes. Su aroma le hacía saber que necesitaba de su atención, todo tipo de atención. Lo suyos se encendían de un rojo furioso hasta que...

-Sabés, sigo creyendo la teoría de que ese cachorro es suyo y tuyo. Lo siento, no puedo abandonar esa idea desde que me lo dijiste -Seokjin sentía como si un baldazo de agua fría le hubiera caído encima.

Sus ojos se volvían avellanas y TaeHyung lo veía alterarse y quedarse estático, también increíblemente sorprendido.

- ¿Jinnie? -preguntaba.

- ¿Ese es él? Déjame hablar con él -pedía WooYoung, tan descarado como siempre.

- ¿Qué? ¡no! No voy a pasarte a TaeHyung -el Omega abría sus ojos también sorprendido y se señalaba a sí mismo luciendo adorable. SeokJin negaba y quitaba su mano del rostro de Tae.

Este se sentía jodidamente abandonado por ello.

- ¡Que me lo pases!

-No, no hablarás con él, ni siquiera los he presentado como corresponde -mencionaba, viendo en dirección al Omega, quien lo veía sin tapujos atentamente.

- ¡Y es hora! Aligerare la carga por

-WooYoung -advertía, logrando que su amigo dejara de insistir, YeonJun se escondiera detrás de la isla y TaeHyung... Bueno, TaeHyung se había tomado supresores fuertes para que su celo estuviera controlado, pero ese hombre no ayudaba y ni siquiera era consciente.

-De acuerdo -susurraba el Omega al otro lado de la linea-. Pero si quieres conocer a San, la cita doble sería esta noche, confírmame ¿de acuerdo? Sino saldré solo con él y eso no me molesta, pero a ti te preocupa así que, me avisas. Te quiero, adiós.

SeokJin notaba la llamada ser cortada y suspiraba. WooYoung tenía razón, él no estaría tranquilo al respecto. Cuando giraba veía a YeonJun tras la isla y a TaeHyung intentando contenerse.

-Le dije que saliera de detrás de la isla -exclamaba, queriendo desviar la atención de SeokJin de él, por primera vez.

El Alfa se acercaba al niño y le sonreía con dulzura.

-Tengo un amigo un poco molesto -mencionaba-. No suelo hablarle así, de hecho no lo hago casi nunca -admitía.

-Me das más miedo que papá Do San -soltaba el niño-. Y solo dijiste su nombre.

SeokJin reía con dulzura y ponía su mano en la mejilla del niño, desprendía su aroma a canela y YeonJun parecía despojarse de todo miedo e incertidumbre. Solo había dicho un nombre con su voz de mando y el niño parecía aterrado por eso, no sabía si sentirse halagado o maldecirse al respecto.

-Tete tenía razón, eres increíble -replicaba luego-. Y los panqueques saben sabrosos.

SeokJin le revolvía el cabello negro y lacio al niño. Este volvía a su asiento y comenzaba a devorarse todo nuevamente. TaeHyung carraspeaba su garganta para llamar la atención del Alfa y lo conseguía.

-Yeon, desayuna y no te muevas de aquí. Necesito hablar con SeokJin. No-toques-nada ¿Me oíste? -advertía, levantando su dedo índice, YeonJun asentía sin dejar de comer.

- ¿Van a besarse? -cuestionaba con sus labios fruncidos en una mueca graciosa.

TaeHyung le hacía un puchero de vuelta y negaba-. Solo hablaré con Jin, máximo te mueves al sofá a ver televisión, pero no entres a tocar nada o Jin no dejará que vuelvas a entrar a su casa.

YeonJun abría sus ojos enormes y miraba al Alfa. Este negaba tras TaeHyung, desmintiendo sus palabras.

-Hyung dice que mientes -afirmaba el niño.

- ¡Jin! -acusaba TaeHyung, girándose.

-Ay, Yeon... No tenías que decirle -se excusaba-. Ahora tu hermano me regañara a mi -el niño se reía divertido-. Puedes hacer lo que quieras, come todos los panqueques...

-No puede comer cuál cerdo -mencionaba Tae-, come moderadamente

-Eres un niño y puedes comer lo que quieras, más si son frutas -añadía divertido y el niño reía a sabiendas que a TaeHyung no le gustaba ser contradecido.

- ¡Jin! -TaeHyung comenzaba a empujarlo fuera de la cocina.

- ¡Y puedes quedarte tranquilo, esta no es mi casa, no puedo prohibirte la entrada!

La risa de Yeonjun eran contagiosa para SeokJin, quien seguía siendo empujado por TaeHyung, hasta estar fuera de la cocina y con los últimos rastros de carcajadas recientes. Su espalda golpeaba la pared con cierta brusquedad y sus ojos enfocaban a TaeHyung frente a él, con sus manos en sus pectorales y su miraba fija en todo su pecho.

-Tú estás... -lo acariciaba con suma suavidad y palpaba el pecho fuerte del que el Alfa era dueño, luego suspiraba y alejaba sus manos.

- ¿Estoy...? -provocaba SeokJin.

TaeHyung apretaba sus ojos y bajaba sus manos.

- ¿Qué pasó en ese llamado? -preguntaba dulcemente-, usaste tu voz, eso fue raro ¿todo está bien?

SeokJin suspiraba, dejando caer su cabeza y rascando su frente al recordar el tema que WooYoung había tocado. La loca teoría de que YeonJun era su hijo y no el hermano de TaeHyung. Obviamente esa locura la había dejado de lado y ni siquiera había pensado en aquello cuando vió al niño, simplemente había apartado la idea hacía mucho tiemp ya, no creía a TaeHyung capaz de ocultarle algo así, por lo que había soltado la teoría, pero a veces WooYoung insistía en aquello.

-Él... -alzaba la vista viendo al Omega y lo notaba con sus ojos algo ¿triste? ¿decaído?, Si. Ambas-. Hizo catch con un alfa y no me agrada que haga esas cosas. No siento que sea seguro descuidarnos y esas aplicac-...

-Espera, espera -pedía TaeHyung alzando sus manos y SeokJin sentía que se venía una escena de celos-. ¿Catch? -replicaba confundido y divertido, para su sorpresa.

-Si, esas cosas de citas -respondía más relajado.

TaeHyung reía de forma adorable y el Alfa sentía como su corazón repiqueteaba en su pecho ante el sonido que había extrañado por todo este largo tiempo.

-Cariño, es match -corregía el Omega.

SeokJin alzaba sus ojos sonriente-. ¿Puedes repetirlo?

-Match -repetía otra vez.

SeokJin tomaba el rostro de TaeHyung entre sus manos, sorprendiendo al Omega por el dulce arrebato.

-Eso no -susurraba, acariciando con su nariz la ajena-. Lo otro... -pedía melosamente.

TaeHyung sentía sus piernas temblar, su cuerpo se calentaba completo y suspiraba, tocando con su aliento los labios carnosos del castaño, centímetros lejos de los suyos.

-Cariño -repetía con voz rasposa-, mi amor. Mi alfa

-Dios. Te extrañe tanto -susurraba rendido.

Su frente se apoyaba en la ajena y absorbía ese aroma dulce del arándano e impreganaba el suyo en el bonito Omega. El consuelo mutuo que se daban era dulce, perfecto e intentaban dejar a un lado la parte más animal y deseosa de querer consumir al otro y ser consumido. Los brazos de SeokJin se enroscaban en la cintura de Tae, mientras que las manos de este apretaban los anchos hombros del castaño.

-Lo lamento -susurraba TaeHyung-, perdón por todo lo que te hice pasar

-Lo sé -susurraba. Pese a que la comodidad estaba y quizás habían muchas cosas que aclarar. SeokJin no era un hombre de resentimientos-. Ya estás aquí...

-Y tendremos mucho tiempo para ponernos al día. Lo prometo -sus manos subían de los hombros al rostro del Alfa, obligandolo a separarse de su frente y a mirarle de frente. Éste tenía sus ojos rojos nuevamente-. Me encantan tus ojos.

SeokJin suspiraba, los cerraba y al abrirlos el color natural estaba allí de nuevo.

-Nunca estuve tan... -fruncía su ceño-. Lo estuve controlando todos estos años. Estás desestabilizandome con tu sola presencia -exclamaba en un susurro que parecía acariciar a TaeHyung en su columna, ascendiendo a su nuca, pasando hacia delante por sus hombros y descendiendo a su bajo vientre.

Eso era demasiado, sin hacer absolutamente nada. El Alfa solo le estaba hablando.

-También me descontrolas... Y no sentía eso desde que te fuiste de Japón -exclamaba. Veía la mirada triste de SeokJin y decidía hablarle lo que le preocupaba y daba curiosidad. Suspiraba y soltaba el rostro ajeno para volver a colocar sus manos en los hombros de SeokJin-. ¿Tu amigo quería hablar conmigo?

El Alfa cambiaba sus facciones de unas tristes a unas sosprendidas y asentía con cierta incertidumbre.

-Él es descarado...

-Se llevaría muy bien con Seon -mencionaba a su amigo-, él también tiene algo por esas apps. Y tal como tú, no lo creo seguro, pero ¿Por qué quería hablarme? ¿O de qué?

SeokJin lo soltaba y se enderazaba, quitándole unos pares de centímetros más.

-Tendrá una cita con el tipo esta noche -mencionaba con esa voz notablemente irritada-. Antes de que llegarás me había mencionado que había organizado una... -suspiraba.

- ¿Una? -repetía TaeHyung, con su corazón latiendo a mil y su boca seca.

-Cita doble -exclamaba aburrido-, el tipo traería un Omega para presentarme y así yo tendría la posibilidad de ver cómo era. WooYoung tiene muy mal gusto

-Mmm... Tú le gustas, no creo que tenga tan mal gusto -mencionaba TaeHyung.

SeokJin ladeaba su cabeza confundido-. No me siento cómodo escuchandote decir eso

-No quiero incomodarte, ¿pero acaso él quería que tú y yo...? -el Omega se señalaba a sí mismo y al Alfa.

SeokJin asentía con otro suspiro abandonando sus labios.

-Sé que te cae mal, así que no tenía sentido dejar que hablara contigo, en cuanto salga de esa cita me encargaré de llamarlo -afirmaba.

-Oh... -TaeHyung se alejaba un poco-. ¿Por qué no aceptamos? -mencionaba.

El Alfa por poco perdía las cejas de su frente.

- ¿Espera qué? -cuestionaba.

-Él no me cae mal, bueno... Dios, sería muy inmaduro seguir en ese papel -susurraba cabizbajo-. Estás preocupado, vayamos. Tampoco confío en que los Omegas andén saliendo con esas apps de citas. Todo está tranquilo, pero no hay que confíar y quizás... Tú y yo podríamos, no sé

-Soy todo oídos -afirmaba.

TaeHyung sonreía-. Te debo mucho de mi tiempo y ahora en la tarde tengo que ir a ver el hospital donde estaré trabajando, pero estoy libre en la noche y tenía un plan totalmente diferente para ambos, pero no serviría de nada invitarte a cenar si estarás preocupado por él.

SeokJin no sabía si disculparse por eso, pero quería creer que TaeHyung no estaba confundiendo sus intenciones.

-Él es mi único y mejor amigo -afirmaba. De inmediato sentía como causaba dolor en su Omega-. Tú eres mi amor -mencionaba-, aceptaré solo si estás seguro de que no confundirás mis verdaderas intenciones con algo más romántico

-No lo haré -afirmaba-. Sé que él te importa -sonreía con cierto deje de tristeza-. Estuvo contigo cuando yo no, entiendo que quieras asegurarte de cerca quien es el otro tipo. Es tu Omega

-No lo es -afirmaba-, es mi mejor amigo. Lo quiero y me preocupo, no puedo evitarlo. Pero no es mi Omega, él lo sabe. Yo lo sé y espero que pueda quedarte claro.

TaeHyung pasaba saliva-. Ni siquiera merezco que me lo expliques -respondía, intentando sonreír-, pero gracias por hacerlo.

SeokJin suspiraba, tomaba el rostro de TaeHyung de nuevo, pero los cambiaba de posición y dejaba a éste contra la pared. Logrando ver cómo tensaba todo su cuerpo y relamía sus labios totalmente vulnerable a él.

-No guardo rencores. Fueron diez años de mierda, si -admitía-, pero estás aquí ahora... Y con el tiempo, si hubo algo más que te retuvo lejos de mi, me lo dirás. Nada podría ser tan malo para que yo llegara a odiarte o mantenerte alejado de mi mientras estás aquí.

Los ojos de TaeHyung se llenaban de lágrimas porque era consciente que no merecía tal trato por parte del Alfa.

-Lo último que quiero es estar alejado de tí -repetía SeokJin-. Si yo te perdono, hazlo tú

-Diré lo siento muchas veces, de todas formas -mencionaba luego de haber tragado el nudo en su garganta-. No merezco que seas tan comprensivo

-Tenías razón en todo -afirmaba luego, mientras acariciaba las mejillas rojizas del Omega con sus pulgares-. No hubiera tenido el tiempo que merecías.

TaeHyung suspiraba e intentaba responder a la sonrisa más dulce que había visto jamás en SeokJin. No lo merecía y quería confiar en sus palabras que, no guardaba rencores y perdonaría cualquier motivo que le hubiera retenido lejos de él tanto tiempo.

Solo esperaba que llegado el momento, SeokJin entendiera.

Suspiraba y fregaba sus ojos antes de dejar que las lágrimas descendieran-. Joder, odio cuando me pongo sensible... -surraba, intentando aparentar que era fuerte.

Eso hacía reír a SeokJin y lo atraía desde la parte posterior de su cabeza para estrecharlo en un abrazo que ambos necesitaban con urgencia. Ambos aromas bailaban entre si, en la sala y TaeHyung aspiraba todo de SeokJin e impreganaba a éste con el suyo mientras lo apretaba con sus brazos fuertemente.

-Dios. Hueles tan bien -susurraba, pegando su nariz al cuello largo del Alfa y apretando su ropa en sus puños.

SeokJin sentía aquellos labios rozarle y el cuerpo de TaeHyung entre sus brazos seguía encajando como ningún otro. Enredaba sus dedos en el cabello ondulado y sonreía.

-Me gusta tu cabello así -susurraba.

-Ahora me hago permanentes -respondía TaeHyung, su voz estaba amortiguada por el largo cuello.

SeokJin lo sacaba de este y miraba su rostro de cerca, se acercaba lo que restaba para rozar con su nariz la mejilla de un TaeHyung a punto de desfallecer, pero la verdad era que, un simple beso era demasiado poderoso, por lo que había que esperar, pero para su sorpresa, aquellos carnosos belfos besaban su mejilla y bajaban a su filoso mentón, para comenzar a raspar suavemente mientras comenzaba a gemir de forma suave, casi inaudible. Apretaba sus ojos y con sus manos apretaba la ropa de SeokJin intentando contenerse. Era demasiado el calor aglomerandose entre ambos, su cuerpo sensible, el aroma de SeokJin y la puerta cerrandose la cuál, les informaba que ya no estaban solos.

- ¿Ese aroma? -Sunny arrugaba la nariz en dirección a su esposo y cuando llegaban a la cocina, YeonJun los miraba con su boca llena de chocolate.

- ¿YeonJunnie? ¡Ah! -se giraba para apretar el brazo de su esposo.

- ¡Oye, ay, ay! -las uñas de Sunny se estaban clavando en el brazo de Gon Huan.

YeonJun bajaba y se presentaba.

-Señora Sunny, mamá me habló mucho de usted -sonreía adorablemente.

Sunny se inclinaba y lo abrazaba, el niño la recibía con una sonrisa divertida en su rostro.

- ¿Viniste con...? -sus ojos se abrían enormemente con una sonrisa feliz.

YeonJun los miraba divertido y la pareja aclamada hacía su aparición.

- ¿Mamá? -Seokjin aparecía con TaeHyung tras él.

- ¡TaeHyung-ssi! -Sunny corría en dirección al Omega y le brindaba un caluroso abrazo también.

-Señora Kim... Sunny -le devolvía el tierno abrazo, luego la mujer lo miraba cariñosamente.

-Dios, la última vez que te ví eras poco más alto que YeonJun -TaeHyung reía adorablemente-. Estás tan grande que me siento vieja

-Y se te olvidan las cosas -mencionaba SeokJin a su lado.

Sunny lo miraba y le daba un golpe suave en el brazo.

-Te dije que tenía que decirte algo importante, no quería decirte por texto que... Los Kim volverían

-A todo esto ¿qué haces en casa? -preguntaba su padre, comiendo junto con Yeonjun más de esos panqueques con fresas y chocolate-. Que rico ¿lo hiciste tú?

-Seokjin Hyung es el rey de los panqueques -añadía el niño sonriente.

TaeHyung lo miraba más de cerca y con atención-. ¿Cuánto chocolate comiste? -cuestionaba con una voz sombría que hacía a YeonJun sentarse recto y olvidar su sonrisa.

-Seokjin hyung me dejó -señalaba al Alfa.

TaeHyung ensanchaba sus fosas nasales-. Te dije que no comieras tanto, no estamos en casa y... -la mano de SeokJin se posaba en su cintura y lo hacía callarse de repente cuando lo veía parado a su lado.

-Yeonjunnie, ven aquí -pedía, el niño obedecía de inmediato, bajando de la silla y acercándose al Alfa.

Este soltaba a TaeHyung y tomaba una servilleta, se agachaba y limpiaba las comisuras de los labios del niño.

-Tete me mira enojado, hyung -susurraba, solo para SeokJin.

Los presentes miraban la escena enternecidos, por alguna razón, a Sunny le encantaba cuando SeokJin se cruzaba con niños y ella había sido la primera en saber las dudas que el jóven tenía sobre YeonJun. Sin embargo parecía muy relajado y pese a que SeokJin no había vuelto a tocar el tema, cuya idea también había rondado su cabeza, al parecer ya estaba libre de esa incertidumbre.

El Alfa alzaba la vista-. No lo veas así -pedía con ternura-. Yo lo deje comer lo que quisiera

- ¿Y cuando le dé un indigestión? -TaeHyung se cruzaba de brazos, intentando ser intimidante.

SeokJin hacía una puchero pensativo-. Mmm, me llamas y le llevaré el remedio casero que nos daba mamá cuando comíamos demasiado chocolate de niños -le guiñaba un ojo al Omega y este se sobresaltaba y se sonrojaba.

-Algo aprendiste -se burlaba su padre.

-Por supuesto -SeokJin cesaba de limpiar la boca del niño y luego lo volvía a despeinar-. De ahora en más, cuando Tete quiera retarte lo amenazas conmigo

- ¡Jin! -soltaba TaeHyung.

- ¡Sshhh! -sentenciaba el Alfa y le extendía su mano para cerrar el trato.

- ¡Hecho! -gritaba el niño entusiasmado, estrechando con su pequeña mano el del Alfa.

-Pero, prométeme que no lo harás renegar tanto, hasta se ve más viejo -falsamente le susurraba.

TaeHyung reía y rodaba sus ojos, mirando a los padres de SeokJin.

-Se conocen hace menos de veinticuatro horas y ya me desplazaron -mencionaba a los padres del castaño.

-La traición -se mofaba Gon.

SeokJin se volvía a parar y tomaba a TaeHyung de la cintura de nuevo-. Mentira, no te ves más viejo -se corregía-. Yeon, ve a ver la televisión mientras.

El niño asentía y desaparecía de la cocina. TaeHyung resoplaba y luego se sentía intimidado al ver la gran sonrisa en el rostro de Sunny y como SeokJin besaba su cabeza.

-Te hace más caso a tí que a mí -mencionaba con un puchero.

-Es mi encanto -se burlaba SeokJin. Luego miraba a sus padres-. ¿Se quedaron en casa de los Park?

- ¿Oh, viniste para pasar la noche aquí? -preguntaba Sunny.

-Me quedé a pasar la noche -afirmaba, mientras acercaba una silla del rincón para TaeHyung y él.

-No fue una cena muy grata -Gon suspiraba.

TaeHyung se enderazaba en su lugar-. ¿Los rumores llegaron aqui? -preguntaba.

SeokJin fruncia su ceño.

- ¿Qué rumores? -su teléfono volvía a sonar en ese exacto momento. Cuando lo miraba un mensaje del señor Min aparecía.

Cuando puedas, te espero chico.

Min 11:25 AM

Su padre suspiraba-. El viejo Min. Me imagino

- ¿Qué rumores? -preguntaba de nuevo-. ¿Y por qué me entero por el señor Min y no por tí? -miraba a su padre.

Este se sentaba recto-. Te estoy informando ahora, Jin... Oficialmente se repartió un boletín al respecto

-No digas que más desapariciones -pedía el Alfa sin aliento.

Su padre negaba-. No, algo más extraño, pero nadie está seguro que sea cierto

-Pero podría -mencionaba TaeHyung con respeto.

Sunny suspiraba y el teléfono de SeokJin volvía a sonar.

- ¿Tienes que irte, hijo? -preguntaba su padre con cierta exasperación, SeokJin tomaba su teléfono sin quitar la vista del otro Alfa.

-Mejor dime las malas nuevas -pedía fríamente mientras abría el nuevo mensaje.

-Es una locura, pero... -mencionaba su madre.

Lo que creíamos está "posiblemente" sucediendo, trae ese trasero a mi biblioteca ahora.

Min 11:30 AM

-Hay un testigo en Taiwán que, dice haber visto un-...

-Shapeshifter -soltaba SeokJin.

Todos los presentes lo escuchaban y TaeHyung abría enormemente sus ojos.

- ¿Un qué? -preguntaba el Omega.

-Cambiaformas -aclaraba.

- ¿Shape qué? -replicaba su padre.

-Se le denomina shapeshifter en el resto del mundo. Solo es el mismo nombre, pero en inglés -mencionaba y luego suspiraba-. ¿Hay un testigo?

Su padre alzaba sus manos-. El tipo está conmocionado, dice haber sido atacado, pero no tiene marcas

- ¿Cámaras de seguridad? -cuestionaba SeokJin.

Su padre negaba-. Es difícil creerle sin pruebas, pero el hombre asegura haber visto un enorme y horrible Alfa. Caminando sobre su patas, sus ojos horribles y demoníacos. Sus colmillos enormes que no se comparan a ningún otro tipo de dentadura... Es una locura, los hombres lobos son un mito de cuentos de fantasía que alguien como tu amigo Min... -señalaba a SeokJin-. Inventan y sacan de sus cuentos de hadas de colección...

-Esos no son cuentos de hadas, en todo caso serían historias de terror... -afirmaba SeokJin.

-El viejo Min tenía buenas historias -mencionaba TaeHyung.

SeokJin lo observaba-. No todas eran solo historias.

El Omega pasaba saliva.

-La información fue dada, pero no hay pruebas y hay que ser honestos, es una locura... El tipo detallo ojos casi dorados y diabólicos. Los alfas tenemos ojos avellanas y cuando estamos demasiado pasados de lo que sea, quizá un destello verdozo -exclamaba titubeante, recordando los ojos de SeokJin. Cosa que permanecía en sumo secreto entre ellos y que al fin y al cabo, luego de aquel viaje a Japón años atrás, no había vuelto a ver. Incluso lo creía haber alucinado a estas instancias-. Luego los Omegas tienen ojos celestes y es lo único anormal que podríamos llegar a poseer. Todos por igual, ninguno más especial que el otro y definitivamente, ninguno puede cambiar de formas.

SeokJin suspiraba, no estaba interesado en entrar en aquella trivia con su padre.

-Sin embargo, si la noticia fue dada, hay que estar atentos al respecto. Lo creas o no -mencionaba poniéndose de pie.

- ¿A dónde vas? -preguntaba TaeHyung.

-Tengo cosas que hacer, puedo llevarte si quieres...

- ¿No vas a quedarte a comer? -preguntaba su madre.

SeokJin negaba y le brindaba un abrazo-. Tengo cosas pendientes, por eso esperaba verlos anoche...

Miraba a su padre y extendía su mano en un saludo muy profesional.

-Mantenme informado -le pedía.

-Sabes que lo haré.

TaeHyung llamaba a YeonJun y Sunny preguntaba si asistirían a la cena que tendrían con sus padres esa noche.

-Tú también puedes y deberías venir, Jin.

El alfa miraba a su Omega y este tomaba la palabra.

-Jin y yo tenemos otros planes.

"Oh" soltaban ambos padres al unisono y sonreían al niño cuando llegaba.

-Dejé ropa sucia en mi habitación, luego vendré por ella -afirmaba SeokJin.

-La lavaré por tí -confirmaba su madre mientras los acompañaba a la puerta.

TaeHyung y el niño se despedían y salían de la mano, delante de SeokJin caminando y curioseando entre ellos.

- ¿Seokjin hyung nos llevará? -preguntaba el niño, mirando hacia atrás y estirando su mano para que el Alfa la tomara.

SeokJin alzaba sus cejas y veía que YeonJun aún sostenía la de TaeHyung, pero lentamente tomaba la mano del niño y caminaban con dirección a su auto. Al subir veía como el azabache ajustaba el cinturón del niño y lo cuidaba con suma cautela y dedicación.

- ¿Cómo vinieron? -preguntaba finalmente.

- ¡Suho! -gritaba el niño.

- ¿Suho? -replicaba el Alfa.

TaeHyung suspiraba-. Desde las desapariciones, papá lo contrató para que nos llevara a todos lados y sepa cómo luchar, por si acaso. Su nombre es Suho, es un delta y hace diez años es nuestro chófer -afirmaba.

-Eso es bueno -mencionaba, poniendo el auto en marcha.

-Es agotador, pero lo acepto porque salgo con YeonJun -respondía sonriente.

-Bien, guíame a tu nueva casa -mencionana el Alfa.

Un viaje relajado, aunque ninguno podía creer tener al otro a su lado, los ojos de ambos se desviaban a la imagen del otro y luego se sonreían. TaeHyung sabía que ese autocontrol no era del todo suyo, sino del hombre a su lado. Cuando finalmente llegaban, SeokJin miraba alrededor curioso y se veía algo chistoso.

- ¿Sucede algo? -preguntaba el Omega.

-Vivo a diez calles de aquí, solo que nunca había venido por este lado y me sé las calles de memoria, pero sin nombre -mencionaba.

-Nosotros vivimos allí -señalaba YeonJun, justo en la casa en dónde la puerta principal se estaba abriendo.

- ¿Les avisaste que llegábamos? -preguntaba.

-Es la niñera de Yeon -respondía, mientras giraba y le quitaba el cinturón-. Ve directo adentro, papá debe estar en su oficina.

-De acuerdo ¿Vas a quedarte para besar a hyung? -cuestionaba.

TaeHyung se ponía colorado, no por timidez, sino por las ganas que se cargaba y deseaba realmente un mínimo beso si era algo posible.

-Solo organizaremos la salida de esta noche -respondía-. Ahora, despídete y adentro. Estaré en unos minutos

-Hyung, fue un gusto conocerte -estiraba su mano y SeokJin la estrechaba divertido-. Espero cuides bien de nosotros

- ¿Disculpa? -soltaba TaeHyung de repente, al mismo tiempo que los ojos de SeokJin se abrían.

-Si se casa contigo, tendrá que sobornarme como tú hermano menor. Es lo mínimo que merezco ¿o no? -cuestionaba en dirección a SeokJin.

-Aish, baja del auto, mocoso -ordenaba el Omega mayor.

-No tengo mocos, ya no estoy resfriado -se corregía, haciendo reír a SeokJin.

- ¡Adios, hyung! -TaeHyung le abría la puerta y la niñera llegaba al encuentro de YeonJun para llevarlo dentro mientras este agitaba su brazo en un saludo.

El cuidado al niño era bastante notorio.

-Ni siquiera puede verte por el vidrio polarizado, pero él te saluda -mencionaba TaeHyung.

SeokJin reía y lo miraba, el Omega se tensaba y suspiraba, luego mordía su labio inferior mientras jugaba con la tela de su saco de hilo.

-Dile a tu amigo que saldremos -pedía.

-Sigo sin estar seguro -mencionaba SeokJin-. ¿Quieres hacer esto?

TaeHyung asentía-. Quiero salir y divertirme contigo. No recuerdo la última vez que me divertí y ciertamente nos separamos en la edad en la que podríamos haber hecho todas esas cosas.

El Alfa asentía y su teléfono volvía a sonar, pero esta vez con una llamada.

-El señor Min... Dame un minuto -pedía-. Señor Min

- ¿Tu teléfono murió, estás con resaca o me ignoras como parte de un nuevo hobbie?

-No, señor -suspiraba-. Estoy camino a verlo, estoy dejando a un... Amigo en su casa.

TaeHyung fruncia el ceño y miraba hacia otro lado, bueno... Él había prometido que podía hacer esto ¿cierto?. No eran oficialmente una cosa, eran dos amigos reencontrándose, pero que horrible había sonado.

«Mierda»

-De acuerdo, te estaré esperando. No te tardes más tiempo

-Lo se, señor Min. Lo veré en media hora más.

El llamado era cortado y TaeHyung volvía a verlo.

- ¿Todo bien? -cuestionaba preocupado.

-No lo sé. No sé que tan bien está todo con ese anuncio -suspiraba.

No quería pensar en aquella posibilidad, pero era un teoría que venía trabajando hacía ya un tiempo con el señor Min. La mano del Omega se posaba en su rodilla y automáticamente lo miraba a los ojos.

-Tranquilo, lo que sea que pueda venir lo enfrentaremos juntos y aún no hay confirmado. Mejor estar despiertos, pero no paranoicos... Salgamos esta noche ¿por favor?

Los ojos celeste de TaeHyung eran un precioso ruego que solo conseguirían una respuesta positiva de SeokJin.

-De acuerdo, hablaré con Woo -respondía, recibiendo una sonrisa rectangular.

-Me gustaría estar más tiempo contigo, pero eres requerido

-Lo lamento, yo-... -apretaba sus labios y no continuaba la frase-. Haré que esta noche te puedas divertir conmigo. Hace mucho no salgo y hacerlo de nuevo, pero contigo, será genial.

Miraba fijamente al Omega y lo veía sonrojarse, TaeHyung estaba haciendo un enorme esfuerzo por no abalanzarse encima de él.

-De acuerdo, voy a bajar... Esto es una jodida tortura. Tendré una tarde ocupada luego de ver a quien sera mi nuevo jefe y mi lugar de trabajo, pero dime dónde nos reunimos e iré

-Vendré por tí -respondía SeokJin, acercándose más-. Es tan extraño verte en mi auto

- ¿Pero es bueno? -preguntaba con voz temblorosa.

La mano de SeokJin se posaba en su mejilla.

-Muy bueno...

TaeHyung relamía sus labios, ponía su mano sobre la de Jin y volteaba el rostro para besar nuevamente su palma.

-Tienes que mostrarme tu casa -ronroneaba de forma seductora.

-Es un apartamento, amplio... Cómodo, algo solitario para una sola persona

-Oh ¿muy solitario? -replicaba aún con ese tono provocador.

-Quizas eso cambie ahora y me guste más que antes estar en él -susurraba con voz rasposa, acariciando el labio inferior del Omega.

Éste pasaba saliva, intentando encontrar su maldita voz dentro del nudo que su garganta era a causa de la tensión-. Voy a bajar...

-De acuerdo -Seokjin tenía sus ojos fijos en el rostro del bonito Omega, quien bajaba su mano para apartarlo de su rostro, pero el Alfa ya no podía resistir.

Ya no más.

Por lo que jalaba a TaeHyung del cuello de su camiseta y lo atraía para estampar su boca a la ajena. Con un gemido de placer y frustración que largaban el mismo tiempo, pero era amortiguado por los labios del otro. El Omega inmediatamente abría su boca desesperado, recibiendo la experta lengua del Alfa. Éste usurpaba su cavidad, deseoso de chocar con la lengua ajena y la encontraba.

"Mmm"

Las manos del Omega rodeaban su cuello con desesperación y tiraba su cuerpo encima de él. Necesitando más besos salvajes y desesperados. Más toques, más piel... SeokJin tiraba del Omega, logrando que este se subiera encima de él con algo de dificultad, pero con sumo éxito al tenerlo en su regazo. TaeHyung tomaba su rostro y lo besaba desaforado, hambriento, gimiendo por un simple beso y unas manos que tocaban los lugares indicados.

-Te extrañe tanto, dios... -gemía el Omega, tirando con sus dientes de los carnosos belfos ajenos y recibiendo un fuerte apretón en ambos glúteos.

Su feromonas inundaban el auto, estaba seguro que se desataría por completo su celo y estarían en verdaderos problemas cuando pasara por completo el efecto del supresor y diablos, tenía una maldita cita laboral.

-Oh, mierda, mierda... -el Omega se mecía encima del Alfa, sintiendo la carne dura debajo de su cuerpo, dentro de los pantalones de SeokJin.

-No podemos... No aquí -susurraba SeokJin, cediendo su cuello al bonito Omega, para recibir besos y chupones mientras sus manos buscaban piel bajo la remera blanca que TaeHyung llevaba.

Sus ojos tenían un rojo furioso que lograba ver por el retrovisor. Pero estaba perdido en las sensaciones del Omega, en la necesidad de éste y su pelvis se movía hacia arriba, necesitando más que simple fricción.

-Sé que no podemos -mencionaba TaeHyung sin aire, despojándose de su saco-. Solo... Tocame, bésame - se quitaba su remera blanca y SeokJin contemplaba el acaramelado torso.

Más trabajado que diez años atrás, pero igual de hermoso. Notaba la piel erizada de TaeHyung y sus pezones erguidos por los cuál, llevaba su lengua y lamía el izquierdo para luego morder.

- ¡Oh, joder! Jin... -TaeHyung echaba su cabeza hacia atrás y ese auto estaba lleno de sus aromas.

Una aroma fuerte, único, entremezclado y delicioso. SeokJin clavaba sus dedos en la zona de la costilla mientras llevaba su otra mano en la parte posterior dentro del pantalón del azabache e intentaba...

-No, no... Ay, dios. No lo hagas -pedía TaeHyung, tomando la muñeca de SeokJin para alejarlo de su parte trasera.

-Pero quiero -susurraba con voz rasposa, mirando hacia arriba, mientras sacaba su lengua y la movía en círculos sobre el otro pezón.

TaeHyung deliraba.

-Mierda, si me tocas querre más

-Tú me lo pediste, déjame dártelo...

TaeHyung alejaba una vez más la mano de SeokJin, con toda su fuerza de voluntad y tomaba el rostro de este entre sus manos.

- ¿El señor Min? ¿Cita con él? ¿Ahora? ¿Recuerdas? -besaba de un chupón los labios ajenos y SeokJin reaccionaba.

Apretaba sus ojos y el rojo furioso desaparecía. Estaba agitado y se sentía drogado por el aroma de TaeHyung.

-Eso fue...

-Casi un bonito viaje de ida... Pero tengo una entrevista laboral, en menos de una hora y tú tienes otros pendientes.

SeokJin asentía-. No tendrías que haberme pedido que te tocará... -mencionaba sin aliento.

-Lo sé -soltaba TaeHyung en un susurro-, pero, hey... Fui el centrado de los dos

-Solo por esta vez... -el Alfa apretaba el cuerpo del Omega encima de él y atrapaba sus labios en un beso más lento, suave y dedicado.

Sus labios no estaban atacando los de TaeHyung, los estaban acariciando, degustando y sus lenguas parecían estar bailando una canción lenta y no atacándose desaforadamente. Luego de besarlo con vehemencia y llenar el auto de esos sonidos de placer, se calmaba y apoyaba su frente en el pecho desnudo del azabache.

Aspiraba con fuerza y dejaba un beso en el centro de su torso.

-Esta noche... Luego de la cita -alzaba la vista y se encontraba la celeste casi azul del Omega-. Te llevaré a mi apartamento

-Oh, definitivamente lo harás

-Y no tendré piedad contigo -advertía.

-Por favor, no la tengas -susurraba TaeHyung de vuelta.

-No me hables así...

-Lo siento -se burlaba en un susurro-. El volante de tu auto me da en el culo y te juro que estoy a punto de entrar en un ataque de frustración.

SeokJin reía ante eso y buscaba la ropa que el azabache había tirado en el asiento copiloto. Abría el cuello de la misma y se disponía a vestir a TaeHyung. Pasaba la prenda por su cabeza, luego el Omega ponía sus brazos y este deslizaba la suave tela por la piel ajena con roces que, de inocente no tenía nada.

-Jin...

-Es tu culpa ¿quién te mando a desnudarte? -replicaba, ahora tomando el saco del Omega.

-Es lo único que quise hacer desde que abriste la puerta. Desnudarme y tenerte encima de mi. Tan salvaje y perfecto -TaeHyung volvía a tirar de su belfo, pero con más intensidad y ganas.

-Sss... Ya, por favor... Esperamos diez años, dame unas horas más y juro que... -pasaba saliva y buscaba la mirada de TaeHyung y con sus ojos fijos en éste susurraba con esa voz que casi nunca usaba, pero que ahí estaba no pudiendo controlar-. No volveré a permitir que te apartes de mi.

El escalofrío que corría por toda la columna de TaeHyung y se asentaba en su nuca, lo hacía jadear sin aliento y asentir desorientado.

-Jamás -susurraba débilmente, suspirando para desinflarse por el aire contenido. Su corazón latiendo a mil por horas y su piel ardiendo en deseo.

Que bien se sentía estar de vuelta. Que bien se sentía estar entre los brazos de su Alfa.

6968 palabras, Jesú' 🙂
Upsída va a matarme.

Con amor niñita Nany 💜

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