~Final~

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Los ojos le pesaban, un lado de su rostro le quemaba y estaba sobre una cama. Era una cama de hospital, no tenía que ser un jodido adivino para saberlo, pero no podía evitar estremecerse cuando sentía la gasa que cubría la mitad del rostro que le quemaba y cuando abría los ojos, sólo uno podía abrirlo con facilidad.

- Cálmate -sonaba esa voz.

- ¿Qué me hiciste? -Shownu articulaba su pregunta entre dientes. El rostro le ardía, pero no era tan intenso, claramente estaba sedado.

Y Seok Jin se ponía de pie para que pudiera verlo mejor. Llevaba un maldito traje negro, sin corbata con una camisa del mismo color. Su cabello pulcro y tan presentable y atractivo como siempre.

-Estás sedado y bajo custodia -exclamaba el arcano.

-Quiero levantar cargos en contra tuya -decía entre dientes. Apenas podía moverse, se sentía débil y pesado. Necesitaba concentrar todo de sí para poder transformarse y salir de allí.

Seok Jin reía ladino-. ¿Tú quieres levantar cargos en mi contra? -se inclinaba sobre el rostro vendado de Shownu-. Has estado casi nueve días pasando de cirugía en cirugía y de sedante en sedante hasta que se solucionó el problema en tu rostro.

-Tú intentaste matarme.

Seok Jin negaba con su cabeza relajado-. Para nada. Yo te golpeé, un poco fuerte -decía moviendo sus hombros y haciendo una mueca desinteresada-, y tuviste suerte de que hubieran pedazos que lograron unir. Matarte hubiera sido demasiado fácil para ti

-Aún así, quiero denunciarte.

-No hay nada que puedas hacer. Todos saben de tus crímenes y de los que estuvieron antes que ti. Todos confesaron contra ti y un par más, Son Hyun-woo -susurraba Seok Jin, el nombre verdadero de Shownu.

El pelinegro intentaba forcejear, pero tenía sus manos esposadas a la cama y la mano de Seok Jin se posaba en su hombro.

- Quédate quieto, no tiene sentido que te lastimes. Te quitarás el suero y la intravenosa con tu tercera dosis de Diagoni -exclamaba con calma mirándolo fijamente.

Cuando decía aquellas palabras, Shownu miraba en dirección a los sueros colgados junto a su cama, su respiración agitada y la desesperación apoderándose de él.

-No, no, no ... Yo no acepté. ¡Dijiste que era de libre elección!

-No para ti y los otros -decía Seok Jin con seriedad, quitando su mano del hombro del ex alfa y mirándolo fijamente-. ¿Sabes? La Diagoni es de suma efectividad. Le llevó años al doctor Smith perfeccionarla y que no tuviera efectos secundarios, pero su proceso es básicamente arte -susurraba, esa forma grave y pacífica de hablar que tenía con un tono sólo un poco condescendiente para Shownu-. La primera dosis, la más fuerte, te despoja de la posibilidad de transformarte y suaviza tu aroma... -el arcano bajaba su cabeza y añadía-. La segunda dosis evita los celos que te vuelven irracional y corta toda conexión única a tu destinado -aclarando su garganta y recuperándose alzaba su cabeza-, No puedes ir a la segunda sin pasar por la primera dosis, y si optas por el cambio de casta, la segunda dosis es más fuerte que la primera y comienza con el cambio genético que intesifica tu aroma y tus celos debido al cambio de casta. Para llegar a ese cambio, es un proceso más complicado y más cuidadoso de llevar a cabo, el cambio de casta no es de libre elección -informaba mientras Shownu apretaba sus puños y dientes ante la calma y arrogancia de Seok Jin-. La tercera dosis sin cambio de casta, termina por hacerte beta. No hay transformación, ni conexión a tu destinado. No hay aroma ni celos, nada. Ahora para el cambio de casta, finalmente cambias a aquella que decidiste tener.

-Lo que creó fue una abominación y en el fondo lo sabes -susurraba Shownu.

Seok Jin suspiraba-. En parte lo creo, no te equivocas con eso. Pero debido a mí, las reglas han cambiado -exclamaba-. Excepto que tú no elegirás, ese es tu castigo. Te van a sentenciar a prisión, y el castigo extra para ti y los que no quisieron ir en tu contra fue la Diagoni. Su forma de pensar y manejarse es peligrosa, no obtendrán el extra poder de su naturaleza porque eso los haría cometer los mismos errores o peores.

-Eres un cobarde -decía forcejeando en vano con las esposas-. Tú no mereces lo que tienes. Nunca lo mereciste. Eres cobarde y egoísta.

Seok Jin entrecerraba sus ojos-. Soy el alfa de Bucheon y oficialmente el líder del concilio. El resto me eligió, pasaron muchas cosas en estos pocos días en los que estuviste dormido. Tus palabras sólo están llenas de rencor y si yo realmente fuera egoísta, optaría por dejar de ser quien soy, pero eso sería un auténtico hurto para el resto. No habría elección alguna, serían lo que yo decido que ustedes sean -inclinándose lo miraba fijamente una vez más y sus ojos rojos se encendían-. Pero no lo haré, lamento que tú tengas que lidiar con el hecho de que estoy a cargo y soy superior por encima de cualquier raza. Ahora vas a calmarte y vas a descansar hasta que te den el alta y recibas tu sentencia -decía con su voz de alfa-. Fue simple amabilidad anunciarte la buenas nuevas directamente cuando podría haber enviado a mi nuevo secretario. No te agites de más.

Shownu se quedaba con las palabras en la boca cuando Seok Jin se enderazaba, acomodaba su saco y salía de su habitación dando vuelta la página con él. Mientras que Shownu no estaba para nada feliz con su destino y sabía que no habría forma alguna de cambiarlo si todos sus aliados estaban en su mismo estado. Había perdido la batalla y para esas instancias, hubiera deseado que Seok Jin no fuera tan correcto con él y hubiera eliminado su existencia antes que tener que vivir como un simple beta.

Pero era.lo que era, y él había perdido. Ellos habían perdido en contra de Seok Jin.

Cuando Seok Jin salía de la habitación de hospital, se apoyaba en la puerta y suspiraba. Tener que hacer, en ocasiones el papel de malo y hostil, honestamente lo agotaba. Aunque fuera natural con Shownu porque le tenía tanta rabia y realmente le desagradaba. Pero cuando miraba su rostro se sentía culpable y satisfecho en partes iguales, ese hombre ahí dentro merecía su castigo, casi le arrebataba lo único importante para Seok Jin.

-Mi turno terminó y mi hombro está sanando rápido -decía la voz de la única persona que necesitaba ahora a su lado.

Cuando abría sus ojos, TaeHyung estaba radiante y hermoso, con una sonrisa rectangular en su rostro y sus ojos brillaban cual galaxia. Seok Jin suspiraba y se acercaba a él tomándolo de la nuca y besándolo con fervor. Un choque de labios justo y necesario al que TaeHyung no se negaba.

Sus lenguas saliendo en busca de la otra, deseosos del sabor ajeno y la textura de sus labios. TaeHyung le seguía el paso al beso hambriento de su alfa y lo entendía, él estaba igual. Seok Jin había tenido casi díez días ajetreados de puras reuniones y viajes en los cuales apenas había descansado y llegado a tiempo para ser él quien enfrentará a Shownu y le diera la noticia. Su cuerpo estaba drenado de energía, pero las estaba renovando en ese beso necesitado.

TaeHyung había estado a cuidado de su madre y al cuarto día había decidido volver al trabajo. Un lugar en el que ya no se sentía inseguro y estaba más que en calma con Moon alrededor. Quien había cambiado totalmente su trato con TaeHyung y eso hacía al Omega sentirse más cómodo con él y ya no había peligro alguno. Ahora solo importaban ellos... Bueno, entre miles de cosas más, pero todo estaba en marcha y finalmente estaba entre los brazos de Seok Jin. De su alfa, quien lo levantaba y lo apoyaba contra la pared contraria más cercana y TaeHyung quería dejarse llevar, pero una garganta carraspeaba cerca de ellos y los traía a la realidad.

Seok Jin miraba en dirección a la persona que los había interrumpido y sus ojos estaban rojos, al igual que los celeste refulgentes y hermosos de TaeHyung.

-Lamento la interrupción y sé que es la primera vez que se ven luego de varios días, pero sigue siendo un hospital -exclamaba Moon mirando hacia cualquier lugar, menos a la pareja-. Y tus ojos están rojos, Kim.

Seok Jin suspiraba y bajaba a un TaeHyung que sonreía tímidamente, Moon suspiraba rodando sus ojos y entregaba unos papeles a ambos.

-Los resultados de TaeHyung salieron todos bien, aún así, reduce tus horas de trabajo... Sufriste un fuerte shock y deberías descansar un poco más -añadía con seriedad.

-Me voy a volver loco antes de tiempo si desde ya comienzo a trabajar menos -soltaba TaeHyung con un puchero.

-Hazle caso a Moon, intentaré trabajar más desde casa. Tienes que tener cuidado -susurraba cerca de la oreja de TaeHyung, besando su sien.

TaeHyung se derretía a su lado-. De acuerdo. Sólo reducire una hora

-Reduce dos -ordenaba Moon-. Tienes una herida en el hombro y ya tuviste un aborto accidental. No provoques al destino -añadía con seriedad y luego miraba a Seok Jin-. Ho-Seok está en mi oficina, está listo para verte -decía.

El alfa no se había cruzado con el grandote luego de toda la revolución. Tenía una agradecimiento que darle porque quizás, el final hubiera sido otro si Ho-Seok terminaba siendo leal a su desquiciado amigo.

-Bien, marca el camino -pedía a Moon-. Espérame con SuHoo en el auto -decía a TaeHyung.

Minutos más tarde, cuando entraba a la oficina del doctor, veía a Ho-Seok en su forma humana, estaba contemplando unas fotos familiares que Moon tenía allí, en las cuales estaban él y sus padres. Aún no miraba a Seok Jin, pese a sentir su aroma y haber oído la puerta abrirse. Cuando se cerraba, aspiraba por aire y se giraba para ver al alfa cara a cara después de mucho tiempo, al menos en su forma humana.

-Tu tío dijo que estabas listo para verme -decía Seok Jin, dando unos pasos hacia el otro alfa. Este llevaba una remera negra y unos vaqueros con rotura.

Seok Jin admitía que era más inmenso de lo que recordaba. Para Ho-Seok, Seok Jin, en persona, era más infartante de lo que había visto por fotos y videos en todos esos años apartado.

-No me llevará mucho tiempo y no quise molestar en estos días que estuviste yendo y viniendo -decía sin verle a la cara.

Seok Jin se preguntaba por qué no podía verlo a los ojos, pero como sea. Tomando asiento, invitaba a Ho-Seok a hacer lo mismo.

-No necesito sentarme.

- Siéntate con un demonio, estoy cansado no voy a levantar mi cabeza mientras hablas -decía Seok Jin suspirando.

Ho-Seok obedecía, apretando sus dientes por haberlo hecho más rápido de lo esperado. Estaban frente a frente, hasta que decidía verlo. Cuando lo hacía, Seok Jin lo miraba con seriedad, sólo esperando, quizás por primera vez, no lo miraba con su ceño fruncido.

Suspirando desviaba la mirada-. Necesito que apruebes la Diagoni para mí -decía sin vueltas.

Seok Jin fruncía el ceño, si bien sospechaba que podía suceder por lo que Moon había mencionado, no esperaba realmente que luego de años, Ho-Seok quisiera acceder a ese procedimiento.

- ¿Por qué?

-No te importa -respondía viendolo de nuevo.

Su ceño fruncido, su tono tosco y su cuerpo tenso.

Seok Jin suspiraba-. Por dios, estamos viejos para esto -se quejaba por la actitud hostil del otro hombre-. Tu obediencia y sumisión conmigo fue natural, lo pude sentir. No sé si querría perder a alguien como tú. Esperaba que estuvieras a cargo de enseñarles a otros como hacerlo, como transformarse. Confío en ti.

Cuando decía eso Ho-Seok lo miraba sorprendido-. ¿Tú confías en mí?

Seok Jin aspiraba por aire y llevaba su cabello hacia atrás y cuando lo hacía, podía notarlo y olerlo. La leve excitación debajo de la piel de Ho-Seok que lo dejaba totalmente expuesto, la sutil conexión a las emociones del alfa frente a él lo hacían mirarlo con ojos abiertos de par en par y Ho-Seok sentia que su rostro ardía e intentaba no bajar la mirada, pero no podía soportarlo.

-Dios, quita esa cara de imbécil -decía a Seok Jin entre dientes, fregando su rostro para intentar quitar el sonrojo de este.

Seok Jin carraspeaba su garganta y se sentaba erguido, cuando Moon dijo que el problema de Ho-Seok era él, no esperaba que fuera ese tipo de problema.

-Fue hace mucho -se defendía, aún no miraba a Seok Jin.

-No parece -decía el arcano.

-No me hagas querer golpearte, Kim -decía Ho-Seok con su voz grave.

Seok Jin reía ladino-. Quiero verte intentarlo -soltaba con su voz grave, sólo un poco consciente y nuevamente sentía que tenía una efecto en Ho-Seok que no era exactamente ira-. Dios. Lo dije de forma condescendiente.

Ho-Seok fruncía el ceño y lo miraba enojado-. Entonces no pongas esa cara atractiva de imbécil -exclamaba resoplando, Seok Jin se sorprendía por el medio cumplido, medio insulto. Pero Ho-Seok estaba cansado y tronando su cuello añadía-. Ya... Por favor, Jin.

Su voz era más suave y vulnerable.

-Lo siento es que esto es raro y sorprendente, nunca lo hubiera sospechado

-No estamos aquí para hablar de mis sentimientos no correspondidos. Quiero que me autorices a la primera y segunda dosis de la Diagoni, no deseo dejar de ser un alfa del todo, al menos no aún... Pero no quiero ceder antes los celos de un Omega por mi casta. Quiero estar con quién yo desee realmente, no con quién la naturaleza de mi casta quiera... No soy el primer alfa ni el último en fijarse en otros alfas -añadía pasando el nudo en su garganta-, nos sentimos similar a los Omegas cuando necesitan un nudo en su interior para calmar la picazón y luego se sienten horribles porque en su interior probablemente no deseaban al alfa en cuestión y quiero dejar de sentirme así. ¿Entiendes eso?

Seok Jin suspiraba-. ¿Te irás de Bucheon? -preguntaba de la nada.

Realmente había esperado que Ho-Seok fuera de los alfas que entrenarían a otros.

- Honestamente, no tengo donde caer muerto, Kim. No tengo donde ir, no tengo un rumbo fijo, pero puedo quedarme si me necesitas... Sólo si me dejas acceder a la Diagoni

-Pero ¿Cómo podrás enseñarle a otros?

-No necesito transformarme para enseñarles a otros como hacerlo. Puedo, créeme
-afirmaba..

Seok Jin suspiraba-. ¿No extrañarás tu libertad?

Ho-Seok sonreía, posiblemente la primera sonrisa pacífica en años que jamás le había visto-. Sólo quiero vivir en paz conmigo mismo. Quizás lo extrañe, pero si elijo eso, significaría que el día de mañana conoceré a alguien a quien mi lobo desee ¿Pero que hay de mí? Sé que en el fondo lo aborrecere y tendré rencor hacia esa persona. Nadie merece eso, nadie merece tener un compañero que en el fondo lo odie y no merezco estar con alguien a quien no voy a amar realmente como deseo. Quizás tu existencia y nuevamente los destinados es una bendición para alguien como TaeHyung y tú qué se amaron toda su vida -decía entre dientes con ojos brillosos-. Pero no significa eso para mí. Tampoco para el viejo Min, a él le concediste la Diagoni junto con su esposo ¿Cierto?

Seok Jin aspiraba y sus hombros se ensanchaban más, Min había renunciado a su añorada naturaleza porque ya sabía que su esposo no era su destinado. Para ese punto, no le importaba quien fuera, él amaba a su Omega y no lo abandonaría. Y su Omega no podía pensar en estar con alguien más que no fuera su alfa cascarrabias y atento.

A Seok Jin le había costado trabajo aceptarlo, pero lo entendía. El lado positivo de la Diagoni era también salvar la vida de aquellos que no estaban enlazados a su destinado. No habría muerte alguna por la tristeza de no estar con quién supuestamente debían, la Diagoni era una salvación en muchos sentidos.

-De acuerdo. Está bien, si me aseguras de todas formas que puedes entrenar a otros sin la necesidad de transformarte, te lo concedo... Es una lástima -añadía.

Ho-Seok reía ladino-. Deberías golpearme, no creer que es una lástima. Mi lobo causo demasiados problemas y te causé una gran perdida, lo lamento -decía con un tono de voz duro, pero Seok Jin sabía que era sincero.

-De acuerdo. Esto es un cierre -mencionaba Seok Jin alzando su cejas y mordiendo sus labios. Otra oleada proveniente de Ho-Seok-. No hice nada -decía con ojos abiertos.

-Es tu estúpida expresión cuando levantas las cejas. Carajo -Ho-Seok se ponía de pie, ya no quería estar en la misma habitación que Seok Jin-. Sólo déjame obtener mis primeras dosis y ya, hombre. Y no te rías, es humillante.

Seok Jin alzaba sus manos y se ponía de pie-. Le diré a Moon que puedes acceder a la Diagoni. De todas formas la idea de dicha vacuna, fue por ti. Si lo deseas no lo impedire, pero espero contar contigo... Aunque te parezca sumamente atractivo.

-Dios. Eres insoportable -decía entre dientes-. Es una reacción física común. No eres tan especial.

-Como tú digas -decía suprimiendo una sonrisa.

Ho-Seok chistaba con su lengua y negaba con su cabeza apenas evitando sonreír-. Gracias -decía en un susurro-. Por darme este voto de confianza cuando podrías encerrarme si así lo quisieras.

-No lo quiero. Ya no -afirmaba Seok Jin.

Ho-Seok asentía-. Eres un blando, lo sabía.

Seok Jin reía-. Shownu no piensa lo mismo y los cirujanos que intentaron reconstruir parte de su rostro, tampoco lo piensan así.

-Dios. No quiero verlo -decía el otro alfa.

-Nadie te obliga a que lo hagas. Pero gracias, si no hubieras estado de mi lado, la historia sería otra -estirando su mano, esperaba a que Ho-Seok la estrechara y pese a que lo miraba con cierta vacilación, luego de unos momentos, sucumbia al deseo de estrechar la mano de Seok Jin porque a pesar de sus errores había tenido una segunda oportunidad y un cierre.

Incluso tenía un futuro y estaba verdaderamente agradecido por eso. Estaba agradecido con este hombre, con Seok Jin.

Cuando el alfa entraba en su apartamento con TaeHyung colgado de su cintura, besándolo desaforadamente y desprendiendo su camisa, el alfa agradecía estar de nuevo en casa.

-Necesito piel -decía TaeHyung con voz ronca.

Seok Jin sonreía y lo dejaba hacer, pero su teléfono sonaba.

- ¡Nooo! -TaeHyung se quejaba porque conocía el sonido. Era del concilio de alfas.

Seok Jin suspiraba, se veía cansado-. Es la última reunión del día. Lo prometo.

-Estuviste casi diez días con ellos, ya no me gusta que seas alfa de Bucheon -decía con un puchero. Sus brazos enroscados en el cuello de Seok Jin y sus piernas en su cintura-. Te necesito -decía con sus ojos celestes hermosos y brillantes, con su aroma espeso y abrumador encima de Seok Jin.

-No juegues sucio -decía el alfa con voz ronca-. Cinco minutos y juro que te voy a sacudir de pies a cabeza -su voz baja y grave, provocaba escalofríos placenteros en TaeHyung.

-Por favor y gracias -pedía el Omega bajando de Seok Jin, acción que conseguía que la mano del alfa amasara y apretara sus glúteos, robándole un gemido. El rostro de TaeHyung se aproximaba al de un Seok Jin que dilataba su fosas nasales para absorber su aroma. Su nariz acariciaba la de Seok Jin y luego acercaba su boca para morder el labio inferior del alfa. Instantáneamente los ojos rojos de Seok Jin estaban allí encendidos, como todo su cuerpo y Tae sonreía satisfecho-. Cinco minutos -repetía, alejándose de Seok Jin sosteniendo su mano hasta último momento-. Me daré una ducha.

Cuando el arcano se dirigía a su oficina, se quitaba su saco y se acomodaba en su asiento, encendía su computadora y otra pequeña reunión se hacía presente. Él sabía que Gon siempre tenía compromisos, pero los suyos eran el doble debido a quien era y se sentía agotado. Aunque no sentía rechazo hacia el papel que debía cumplir. Lamentablemente la reunión no había sido de cinco minutos, se había extendido media hora y agradecía que TaeHyung entendiera. Pero estaba desesperado por volver a sus brazos. Por acariciar la piel de TaeHyung, besarlo hasta dejarlo sonrojado y sin aliento, dónde todo lo que su hermoso Omega viera, fuera él.

-Lo siento, hombre. Sé que te robamos mucho tiempo, pero bueno... Es hasta retomar el ritmo contigo, cualquier otra cosa de menos importancia lo hablaremos con tu padre para no agobiarte -decía Marshall quien ya estaba asentado en su país-. ¿TaeHyung se encuentra bien, cierto?

Seok Jin asentía-. Lo hace. Todo está bien por el momento y gracias por haber estado aquí en ese momento. Tú y tus hombres fueron de gran ayuda, no tuve oportunidad de agradecerte con toda la locura de los últimos diez días -suspiraba fregando su rostro.

-Fue una experiencia interesante y volví totalmente renovado, así que no hay nada que agradecer. Estaremos en contacto, te dejo descansar. Adiós Jin.

Cuando la reunión finalmente acababa, Seok Jin masajeaba su sien. La conversación con Ho-Seok había sido para nada lo esperado. La reunión en sí no había sido mala, sólo más cosas que controlar y ordenar y... La puerta se abría cuando sentía el aroma de TaeHyung entrar por allí.

"Tuve que venir a ver qué estuvieras despierto después de terminar" sonaba la voz de su omega.

-Lo siento, sé que dije que duraría cinco minutos, pero-... -Seok Jin se quedaba con la palabra en la boca cuando vislumbraba un gran lobo de pelaje blanco, hermoso. Inmenso y con ojos celestes brillantes e increíbles.

El lobo pasaba por su lado y su cabeza sobaba una de sus piernas mientras que buscaba posicionarse entre ellas. Seok Jin estaba demasiado atónito para hablar, pero él sabía quién era.

-Claro....-susurraba viendo en demasía al lobo entre sus piernas y llevando su mano para acariciarlo-. Por supuesto que tenías que ser hermoso ¿No? -susurraba sorprendido.

TaeHyung reposaba su cabeza en la gran mano de Seok Jin y luego comenzaba a volver a su forma humana. TaeHyung no tenía tanta experiencia en aquello, pero en esos días en los que Seok Jin había estado ausente, él había pedido a San y WooYoung que lo ayudarán a ver qué se sentía. Para ser honestos, TaeHyung estaba bien con mantener su lobo a raya, pero quería sorprender a Seok Jin y tenía curiosidad de como sería en esa forma animal.

Sabía cómo se veía, San le había tomado una foto porque él solía sentirse un poco desorientado al volver a su estado normal. Su doctor suponía que se debía a su delicado estado actual. Así que ahora, la transformación a humano de nuevo le estaba costando y como lobo estaba sollozando entre las piernas de Seok Jin.

El arcano lo sabía, sentía el dolor de TaeHyung y a la vez sabía que su Omega quería sorprenderlo, pero no toleraba verlo sufrir, así que lo miraba fijamente y con sus manos sostenía su cabeza, llevando una de esas a la zona de la nuca.

-Tranquilo -susurraba, luego sus ojos rojos se encendían y el lobo blanco emitía un sollozo-, vuelve a mí -susurraba sin dejar de verlo.

TaeHyung sentía las garras de Seok Jin clavadas en su nuca y podía volver a su forma humana sin dolor alguno. Todo de sí estaba más que concentrado en esas garras marcandolo como parte de su manada. Pero en su interior sabía que significaba mucho más entre ellos y podía sentir el anhelo desbordante y ardiente que Seok Jin tenía por clavar sus fauces en su glándula y marcarlo desde adentro hacia afuera.

El lobo que sollozaba en el proceso del cambio, ahora era humano. Era TaeHyung nuevamente, gimiendo con las garras de Seok Jin clavadas en su nuca. Un gemido que de doloroso había pasado a ser de mero placer. Las terminaciones nerviosas de TaeHyung cantaban gozosas por la sensación escalofriante que le recorrían.

-Por favor dime qué el resto no lo sintió como yo lo hice o comenzaré a sentir celos -susurraba con su voz ronca. Estaba faltó de aire y sus ojos celestes eran hermosos y brillantes.

Podía sentir como la garras de Seok Jin se retraian y salían de la zona de su nuca haciéndole sentir vacío, ansioso y anhelante, pero cuando miraba a su alfa este estaba mirando su cuerpo.

Claro, estaba desnudo entre las piernas de Seok Jin.

-Juro que se me había pasado por alto que terminaría sin ropa.

Seok Jin finalmente lo miraba y aún tenía sus ojos rojos fijos en TaeHyung. En su hermoso rostro y ahí estaba esa sensación que ponía a TaeHyung a temblar. El deseo de adueñarse de él. De marcarlo como suyo y de nadie más.

Lo siguiente que el Omega sentía eran los labios de Seok Jin sobre lo suyos, hambrientos y feroces, forzandolo a recibir su lengua y él dejándose y despojándose de toda barrera dejando que Seok Jin se adueñara de él, sintiendo en su interior lo mucho que le encantaba lo dócil y maleable que se volvía en sus brazos. Los mismos que ahora lo levantaban del suelo con facilidad mientras sus piernas se enroscaban en la cintura de Seok Jin, y su entrada comenzaba a lubricarse por su cuenta, mientras su polla dura se apretaba contra la pulcra ropa del alfa.

"Mmm"... Seok Jin le robaba ese gemido cuando sus dientes mordian su labio y sus dedos pasaban por entre medio de sus glúteos húmedos. TaeHyung estaba tan mojado, necesitado y listo que, cuando llegaban a la habitación lo posicionaba en la cama con seguridad y al instante sentía las manos de TaeHyung en su pecho y la forma en que el Omega rompía su camisa y lo desvestía con rapidez y desesperación. Ambos entre besos salvajes y respiraciones agitadas, pero Seok Jin dejaba a TaeHyung hacer cuando lo despojaba de sus pantalones, tirando hacia abajo y liberando su atormentada polla. Veía el momento exacto en el que TaeHyung relamía sus labios y podía sentir como propia la necesidad de chupar su polla.

Era extraño, excitante y único. Así que dejaba a su Omega tomarlo y básicamente chuparlo de un tirón más que decidido y gimiendo satisfecho cuando sentía el sabor agrio de Seok Jin en su boca.

"Delicioso" pasaba por la cabeza de Seok Jin con la voz de TaeHyung, sus piernas habían temblado ante la necesidad desesperada de su Omega quien comenzaba un vaiven con su cabeza para chupar su polla, hacer sonidos ahogados. Gemidos sensuales y chupotones bruscos que salían de su boca y salivaba alrededor de esta.

-Joder... -gemía con su voz grave y baja, viendo a TaeHyung como su único foco, el mismo alzaba la mirada y sus ojos no habían perdido su tono celeste cielo refulgentes con pupilas anchas, volviendolos casi negros, pero muy brillantes y hermosos. Sus manos peinaban el cabello húmedo de TaeHyung y sutilmente enredaba sus dedos allí. Su cabeza cabizbaja viendo a su Omega quien lo hacía gemir con un puchero en sus labios hinchados y a TaeHyung le gustaba el contraste de la mirada roja intensa y los labios hermosos e hinchados en forma de puchero mientras gemía y siseaba bajito por culpa de la atención que estaba dándole a su polla.

Cuando TaeHyung sentía esos dedos más firmes sobre su cabello, ponía una de sus manos sobre la de Seok Jin dándole a entender que lo tomara con fuerzas, y follara su boca.

-De acuerdo, sí... -Seok Jin definitivamente estaba en un trance y cuando sus caderas empujaban sobre la dulce boca de TaeHyung, se perdía allí en el momento.

Sentía la necesidad de follarse esa bonita boca suya y la necesidad de chuparse a sí mismo. Era la confusión más caliente que ambos estaban sintiendo. TaeHyung quería chupar a Seok Jin tanto como follarse su boca. Era excitante, era único y sus uñas se clavaban en las caderas de Seok Jin mientras abría su boca y lo dejaba hacer lo que quisiera.

"Mmm, más. Más por favor. Vente en mí, correte dentro de mi boca, por favor" pensaba TaeHyung.

Pero Seok Jin, se alejaba, TaeHyung gemía decepcionado, pero no tenía tiempo de quejarse cuando su alfa lo besaba desesperado, llevando su cuerpo al centro de la cama, abriendo sus piernas y finalmente, Seok Jin cortaba el beso, mordiendo su labio inferior y miraba a TaeHyung a los ojos fijamente mientras empujaba de un embiste su polla dentro de su agujero dilatado y necesitado.

La cintura de TaeHyung se había arqueado en el proceso en que gemía desgarrado y satisfecho, Seok Jin había literalmente gruñido cuando se sentía apretado y mojado en el interior de TaeHyung. Casi, casi se venía como un adolescente precoz y TaeHyung se sentía igual. Pero era una locura las sensaciones de uno mismo y del otro, dioses. Era jodidamente intenso.

Seok Jin miraba el cuerpo de TaeHyung debajo del suyo, arqueado y sollozando de placer, sus manos grandes alrededor de la pequeña cintura de su Omega, sus manos blancas en contraste a la piel trigueña y hermosa de TaeHyung sus caderas entre medio de esos muslos macizos de los que TaeHyung era dueño y su polla enterrada en su único amor. Su hombre, su Omega. Su mundo entero.

Las manos de TaeHyung se aferraban a la sábana de seda debajo de su cuerpo y mordía su labio, abría sus ojos y Seok Jin se veía magnífico entre sus piernas en su interior, mirándolo como si fuera la cosas más interesante del mundo y sintiendo que quería partirlo a la mitad hasta marcarlo de adentro hacia fuera. TaeHyung movía sutilmente su pelvis, mientras Seok Jin respiraba por su boca, labios carnosos abiertos y su lengua relamiendo estos. Era un Adonis , ambos lo eran, se veían perfectos y TaeHyung estaba desesperado y se ponía peor cuando en uno de sus movimientos la polla de Seok Jin cepillaba justo en su próstata.

-Oh dios... -TaeHyung había apretado sus ojos y Seok Jin sus dientes, mientras clavaba sus dedos en la cintura de TaeHyung, hasta que comenzaba a clavarse justo en esa zona, justo en el punto dulce de un TaeHyung que rebotaba una y otra vez contra la cama y en dirección a la polla de su alfa-. Joder, joder.... Sí, más duro. Por favor, por favor.

Seok Jin literalmente se abalanzaba sobre el bonito cuerpo del Omega y comenzaba a follarlo duro. Levantando las piernas de TaeHyung por encima de sus hombros y colocándolas allí, se dejaba caer sobre un TaeHyung que estaba doblado gimiendo demasiado ido como para importarle la pose. Los ojos rojos de Seok Jin estaban encendidos mientras su interior era una vorágine de poseer y tomar. Las sensaciones que TaeHyung sentía en ese momento eran demasiado fuertes. El placer era asfixiante y cegador para incluso centrarse en el suyo propio. Era una locura para Seok Jin lo mucho que quería hundirse en TaeHyung porque este lo necesitaba incluso más profundo.

-Eres insaciable -susurraba con una sonrisa ladina, recibía la misma sonrisa por parte de su Omega y luego soltaba sus piernas y tomaba el rostro de TaeHyung para follar su boca con su lengua, desesperado por poseerlo de todas las formas posibles. Habidas y por haber, mientras su pelvis seguía golpeando entre los muslos de TaeHyung y su polla se hundía dentro de este.

El sonido de la auto lubricación de TaeHyung para que fuera más fácil tomarlo hacía resonar más fuerte sus embestidas. TaeHyung estaba ligero y dilatado, aún así, lo apretaba deliciosamente mientras gemía por cada embiste que daba a su Interior y lo besaba sin dejarlo respirar.

-Joder... Te amo -susurraba TaeHyung mordiendo su labio inferior-. Te amo, te amo, te amo.. ¡Ah! -el gemido de puro placer que TaeHyung soltaba cuando las garras de Seok Jin volvían a clavarse en su nuca eran agudls y la sensación electrizante.

Un escalofrío se había disparado por su columna vertebral y burbujeaba en su bajo vientre haciendo que su polla doliera y su culo se sintiera más hambriento.

-Sí, ah... Jin -podía sentir las garras incrustadas en su nuca y no era doloroso. El pico de placer se disparaba más alto en su interior, mezclado con un sutil dolor que necesitaba ser aplacado mientras movía su pelvis debajo del gran cuerpo de Seok Jin para encontrarse con cada empuje.

TaeHyung tenía sus ojos del tipo de cervallito desesperado por saciar su hambre y mordía su labio, se veía perfecto y Seok Jin sabía lo mucho que le gustaba sentirlo dentro. Sus uñas incrustadas en TaeHyung no parecían suficientes, necesitaba adueñarse más de ese hombre. TaeHyung lo miraba con sus ojos celestes rogándole.

"Hazlo, por favor, hazlo" rogaba viéndolo a los ojos y clavando sus uñas romas a la espalda de Seok Jin.

El alfa apretaba sus ojos y continuaba golpeando desesperadamente dentro de TaeHyung mientras apoyaba su frente a este. El Omega buscaba la mano de Seok Jin y la dirigía a su muslo, en dirección a la vieja cicatriz de su primera vez juntos, Seok Jin aspiraba con fuerzas cuando sentía la misma sobresalir de la piel trigueña y sutilmente bronceada de TaeHyung.

La habitación estaba llena del sonido de sus cuerpos rebotando contra el otro. De sus gemidos y respiraciones aceleradas y TaeHyung necesitaba más, mientras acomodaba la mano de Seok Jin en su muslo y mordía su belfo inferior otra vez, demandando y rogando. Su voz en la cabeza de Seok Jin pidiéndole:

"Por favor" y Seok Jin abría esa vieja herida con sus garras clavándose justo en el mismo lugar. Una punzada de dolor y placer consumidor atravesaba a TaeHyung, quien gemía y sonreía borracho. Estaba ido, sus ojos vidriosos mientras su visión era un túnel enfocado solo en Seok Jin.

-Tan bueno... -gemía buscando la boca del alfa. El dolor en su nuca y en su muslo eran cables de corrientes conectados entre sí que hacían vibrar su cuerpo. Todo Seok Jin dentro de él-. Es-estoy cerca -gemía clavando sus uñas en la espalda baja de Seok Jin y en sus glúteos para enterrarlo más dentro de sí mismo.

- Déjate ir -susurraba Seok Jin con su voz ronca. La sensación del interior húmedo y apretado de TaeHyung junto con la carne de este que se colaba entre sus garras, era una locura. Era embriagador-. Te amo, mi Omega -Seok Jin comenzaba a dar sus últimas estocadas en el punto delicado de un TaeHyung que estaba comenzando a quedar deshuesado sobre la cama y debajo de su cuerpo. Sus labios besaban su rostro con vehemencia, sus dientes raspaban y luego exclamaba-. Eres mío. Todo mío.

TaeHyung sentía que explotaría y estaba listo para ellos mientras recibía los besos desgarradores de Seok Jin por todo su rostro. Quizás algún día tendría más que las marcas de sus garras. Quizás algún día, él portaría la marca de su alfa en su cuello, sobre su glándula. Orgulloso de pertenecer a este alfa. A este hombre, algún día... Aunque no fuera en ese momento.

-Te amo, ah... -TaeHyung sentía como explotaba entre medio de su cuerpo y el de Seok Jin-. ¡Jin-... Alfa~...! -los ojos de TaeHyung casi rodaban por detrás de su cabeza cuando su cuerpo estallaba y sus párpados caían viendo fuegos artificiales en estos. Su cuerpo temblando y drenandose mientras escuchaba como Seok Jin gruñía y se venía dentro de él justo después de clavar sus colmillos en su glándula sin restricciones, sin cuidado alguno.

"Mmm~..."

"Jin, oh... Joder" TaeHyung llevaba su mano a la nuca de Seok Jin y lo presionaba allí, estaba seguro que su fuerza no sería suficiente si Seok Jin quería soltarlo, pero podía sentirlo. Podía sentir la marca asentándose en su piel, podía sentir su interior arder junto con el de Seok Jin, el nudo de su alfa creciendo en su interior. Ambas cosas intesificando su orgasmo y haciendo que su cuerpo temblará ante el impacto de los espasmos.

Aquello era el cielo. No sabía cómo era exactamente, pero este era el suyo.

Incluso Seok Jin apretaba sus ojos y aspiraba el aroma de TaeHyung, tan espeso, dulce y embriagador mientras sus fauces sentían la sangre de su Omega. Dulce, suyo.

Mío, mío, mío. Para siempre, sólo mío.

TaeHyung escuchaba esas palabras en su cabeza y sonreía como imbécil.

-Para siempre... Sólo tuyo.

Sus dedos en la nuca de Seok Jin aflojaban, tenía una sonrisa de ebrio estúpido y enamorado, pero no podía sentirse más pleno. Completo y radiantemente feliz, si la expresión era correcta.

Minutos más tarde, casi gemía de la decepción cuando sentía las garras de Seok Jin retraerse de su nuca y muslo. Y luego esa fauces dejaban su glándula y la lengua de su alfa comenzaba a pasar como bálsamo. Contraria a la opinión popular e ignorante, la marca era cruda y desgarradora, pero Seok Jin no podía sentirse más feliz y satisfecho al respecto. Su lobo, él. Ellos, uno solo.

-Esto será un desastre, pero no podría importarme menos -susurraba Seok Jin.

TaeHyung reía somnoliento-. Todo está en marcha, lidiaremos con cada obstáculo en el momento. Juntos y unidos de la forma más íntima e intensa en la que dos personas pueden estar unidas.

Seok Jin salía de TaeHyung cuando su nudo se desinflamaba y su Omega hacía un puchero.

-Ya estás más que lleno de mí, no pongas esa cara... No será la última vez -susurraba, luego llevaba su mano al abdomen de TaeHyung-. Vas a casarte conmigo -decía alzando la vista a TaeHyung.

El Omega alzaba sus cejas-. ¿Esa es tu idea de una propuesta romántica?

Seok Jin sonreía y lo miraba fijo e intenso-. No es una propuesta. Es un hecho.

-Dios, perdiste el romanticismo

-Te amo -decía Seok Jin con una seriedad mortal-. Tenía mucho miedo de perderte.

TaeHyung sonreía y acariciaba el rostro de Seok Jin-. No ibas a perderme.

-No debiste volver -susurraba.

-No iba a dejarte solo, si bien no podía hacer nada, mi deber era estar a tu lado y no voy a aceptar regaño alguno por eso -alzaba su mentón decidido.

Seok Jin acariciaba su rostro y su pulgar viajaba por sus labios y descendía a la marca en su glándula, aún fresca. TaeHyung hacía una pequeña mueca entre el dolor y el placer, aún punzantes e intensos.

-Sera cuando nazca -susurraba.

TaeHyung parpadeaba un poco desorientado-. ¿Hablas de la boda?

Seok Jin asentía-. Su primer tarea será entrar con los anillos -susurraba con su mirada aún en su marca sobre el cuello de TaeHyung.

El Omega sonreía-. De acuerdo, no tengo apuro alguno y me gusta la idea.

Seok Jin lo miraba y sonreía-. Kim Eunwoo -susurraba.

TaeHyung aspiraba por aire-. ¿Eunwoo?

Seok Jin lo miraba con dulzura-. Tiene que compartir un nombre con su hermano -susurraba y luego miraba a TaeHyung-. ¿No te gusta? Estoy seguro que será un niño.

TaeHyung sonreía con sus ojos húmedos y tomaba el rostro de Seok Jin para subirse encima de su cuerpo y besarlo. Besarlo hasta el cansancio repetidas veces. Profundo, superficial, mordidas suaves y roces hasta que volvía a besarlo metiendo su lengua en aquella boca de ensueño mientras era sostenido fuertemente por su alfa. Eran preciosos y eran perfectos.

Por siempre y para siempre.

La mordida no le salía a la IA, la imagen nuevamente editada porque no fue lo que creo, pero gracias IA, te queremos por intentarlo....

Prepárense para un extra de 🎁

Nanykoo 🔥💜

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