~Epílogo~

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TaeHyung llevaba ya dos horas en ese lugar. Si es que su sentido del tiempo no estaba dañado. No había reloj en el lugar donde estaba encerrado. Había una cómoda silla donde estaba allí, atado con sus manos hacia atrás y sabía que había un alfa al otro lado de la puerta. No lo habían dejado un momento.

No le habían hecho daño, pero no estaba en condiciones cómodas, por así decirlo. El lugar era húmedo y polvoriento, sus sentidos hipersensibles debido a su reciente estado estaban a flor de piel. Él aroma de cada persona allí dentro le llegaba con tanta facilidad. Dónde él estaba, no habían ventanas, pero si prestaba oído al exterior sólo podía apreciar oírse el viento fuerte golpeando contra árboles.

Cuando lo habían bajado del auto, habían puesto una bolsa en su cabeza, anterior a eso el auto tenía los vidrios cubiertos del lado de adentro, así que no habia forma de saber dónde estaba, su teléfono claramente lo había perdido desde un inicio en el que habían cerrado la puerta del auto con él dentro. Su pulsera en cambio la había perdido tiempo después de andar un largo trecho.

No se habían dado cuenta alguna de su existencia, hasta que al parecer, uno de los alfas que había estado con Shownu la primera vez que este se le había presentado a Seok Jin en el estacionamiento luego de hacerse sus estudios, había recordado haber visto una pulsera de SOS en su muñeca. TaeHyung había maldecido interiormente. Él sabía que la misma tenía un rastreador y había rogado a todos los santos que SuHoo lo hubiera rastreado para entonces, pero luego de casi tres horas en total desde su partida de la gala, estaba comenzando a creer que en realidad, no habían encontrado forma de ubicarlo.

Menos si estaban en el medio del bosque.

—Ojala Corea del Sur no tuviera tanto de estos malditos lugares verdes —hablaba mirando su abdomen. Un puchero se dibujaba en sus labios, se rehusaba a sentirse asustado. Él confiaba en su alfa, él saldría sano y salvo de allí—. Tu appa está furioso —susurraba y su nariz picaba—. Puedo sentir que quiere matar a alguien por nosotros —mencionaba sorbiendo su nariz y sus ojos se humedecían—. Esta gente lo está corrompiendo, él no es así. Sólo está preocupado por ti y por mí  —continuaba susurrando.

El olor de tantos alfas a su alrededor lo descomponía, quería vomitar a causa del rechazo que le nacía por cada uno. Estar en una habitación aparte no hacía nada para ayudarlo.

—Te prometo que saldremos de aquí. Te prometo que voy a aguantar y esto sólo será un mal recuerdo.

— ¿Qué murmuras? —decía una voz desde la puerta.

¿Cuando se había abierto? Carajo. Cuando alzaba la vista, Ho-Seok estaba allí parado. Era inmenso, todo músculos por doquier, TaeHyung lo detestaba tanto.

—Tengo entendido que tu amigo dijo que no me molestaras —soltaba con un tono grave y una mirada de puro rechazo.

Agh, sus brazos comenzaban a doler.

El grandote rodaba los ojos—. No estoy molestándote. Te escuché hablar y quise venir a ver.

— Estoy solo ¿Creíste que había alguien más aquí o qué? Me encerraron completamente solo. ¿No que no estaba secuestrado? —decía con sarcasmo letal.

El alfa suspiraba—. No podemos confiar en que te quedarás quieto, de todas formas.

TaeHyung entrecerraba sus ojos—. Claro. Porque un Omega puede vencer a seis, siete alfas que están allí afuera —más sarcasmo.

Ho-Seok alzaba sus cejas—. No eres cualquier Omega, siempre fuiste muy boquifloja y temperamental para tu propio bien. No me extrañaría que intentes escapar y quisieras luchar contra siete alfas allá afuera.

TaeHyung rodaba sus ojos—. Gracias. Creo —soltaba dudoso.

Ho-Seok sonreía cabizbajo. Eso era extraño.

— ¿Por qué te uniste a ellos? —preguntaba TaeHyung curioso con su voz tranquila y suave.

Cuando el alfa alzaba la vista y lo miraba, sus entrañas se retorcían entre sí.

— ¿Por qué no? —respondía.

—No respondas con otra pregunta. Claramente no fuiste traído a la fuerza ¿Por qué te uniste? —repetía el azabache con seriedad.

El alfa se cambiaba su peso de un pie a otro, TaeHyung podía sentir su incomodidad.

— ¿Sólo lo hiciste porque detestas a Seok Jin? —atacaba—. ¿Ese es tu fundamento para estar aquí? ¿Para haber hecho lo que hiciste?

—Yo no hice nada —decía repentinamente cerca, el pulso de TaeHyung se había ido por los cielos cuando las orbes del alfa se volvían doradas—. Tú no sabes nada.

TaeHyung temblaba sutilmente—. Esos ojos me dieron pesadillas por años —susurraba.

Los ojos del alfa se apagaban y miraba a otro lado—. Yo no quería causarte daño, fuiste de mis primeras misiones. No creí que sería tan complicado —luego volvía a mirarlo fijamente—. Lo lamento. Realmente lo lamento, TaeHyung —susurraba.

El azabache fruncía el ceño al sentir que el grandote realmente estaba siendo sincero. Era extraño, una cosa era ver el live de Ho-Seok la noche que Seok Jin experimentó su primer cambio, pero era muy diferente saber que se estaba disculpando frente a él. O era sincero, o era un maldito sociopata.

—Bien —decía con un nudo en la garganta.

Ho-Seok bajaba la vista y se posaban en el abdomen de TaeHyung—. Seok Jin debe de estar muy feliz ¿No? —su mano iba a dirigirse al abdomen de TaeHyung.

—Ni se te ocurra —decía el Omega, el alfa instantáneamente retrocedía su brazo. TaeHyung suspiraba—. Justo ahora, no se encuentra muy feliz que digamos.

Ho-Seok se enderazaba y cruzaba sus brazos—. Yo no lo odio, para que conste

— ¿Justo a mí pretendes mentir? Crecimos juntos. Te ví molestarlo cientos de veces —decía entre dientes—. Y darle más de una paliza.

—Eramos adolescentes. Es lo que hacen —decía encogiendose de hombros.

—Eso es de abusador, no de adolescente ¿Cuál era tu maldito problema?

—Él era un culo engreído —añadía con rabia—. Siempre creyéndose por encima del resto por ser el futuro alfa. Siempre mirando por encima de uno —añadía entre dientes—. A otros ni siquiera los creía capaz de ser dignos de su atención —susurraba.

TaeHyung fruncía el ceño—. Seok Jin nunca fue así. Era introvertido.

—Oh, vamos. Tú eras el único digno de su atención. Ciertamente siempre me miró como si yo no la mereciera... Estaba seguro que sería un maldito Omega —decía mirando en dirección a la pared.

Su porte estaba todo tenso y emitía ráfagas de rencor.

TaeHyung lo estudiaba un momento—. ¿Tienes un Omega ya? —preguntaba de la nada.

Ho-Seok lo miraba horrorizado—. No necesito un maldito Omega. Ustedes son tan dependientes y necesitados.

TaeHyung iba a sentirse ofendido, pero él era un jodido dependiente y necesitado de Seok Jin, por lo que se ofendía a medias. Pero nuevamente estudiaba al alfa frente a él, iba a dolerle el cuello si seguía mirando para arriba desde su posición. Hasta que la nuez de Adán del alfa subía y bajaba, nervioso. Ocultando algo.

—Oh, dios mío —susurraba TaeHyung. Ho-Seok lo miraba con desdén—. Te gusta Seok Jin —susurraba.

Ho-Seok se ponía repentinamente de todos los colores por medio segundo antes de volver a ponerse una máscara de hierro y acercarse a TaeHyung amenazante.

— No digas estupideces. Que tú estés enamorado de él y lo idealices no significa que todos quieran con ese imbécil. Soy un alfa ¿Recuerdas? —decía entre dientes. Como si reafirmar tal cosa le doliera en cierta forma.

TaeHyung estaba demasiado sorprendido para asustarse—. Te fuiste porque él te gustaba.

—Basta —susurraba.

—Querias a Seok Jin —continuaba TaeHyung atónito.

—Cierra la maldita la boca, no podrías estar más equivocado —decía con sus ojos dorados y su ira envolviendo a TaeHyung.

—Aún lo quieres —susurraba el Omega no pudiendo salir de su asombro—. No detestabas a Seok Jin por creerlo un culo engreído y nunca te fijaste en nadie porque esperabas que él fuera un Omega. Tu Omega

—No lo repetiré TaeHyung —decía respirando agitado. Posiblemente una transformación estaba cerca, pero TaeHyung estaba siendo como un perro con un hueso como para dejarlo ir.

—Te fuiste porque aún siendo un alfa, a tí te seguía gustando y no querías lidiar con su rechazo inminente —susurraba viendolo fijamente—. Él nunca iba a quererte.

— ¡Cállate! —exclamaba con una voz más grave mientras su mano peligrosa y con garras, se dirigía al cuello de TaeHyung para apretar allí—. Cierra la boca. Cierrala, tú no sabes nada —decía con desesperación e ira.

TaeHyung estaba intentando respirar ante el apretón, pero no conseguía ponerse morado porque Ho-Seok se daba cuenta de lo que estaba haciendo y lo soltaba de inmediato, retrocedía mientras TaeHyung carraspeaba su garganta intentando respirar por su boca con desesperación y sacudía su cabeza.

—No vuelvas a insinuar algo así otra vez —decía suavemente y salía de la habitación.

Cuando el Omega quedaba solo en la habitación, intentaba respirar con calma, para luego de unos momentos, automáticamente pedir perdón:

—Lo siento, bebé. No pensé que él reaccionaría así. Aún no dejo de sorprenderme con el encanto de tu padre en otros alfas —decía pasando saliva dolorosamente por su garganta.

Cuando se calmaba apretaba sus ojos para evitar ponerse nuevamente nervioso, pero la puerta se abría de repente y con brusquedad por una patada.

— ¡No diré na- ..! —estaba a punto de decir, pero no era Ho-Seok, era Shownu y se veía desquiciado. Pasaba por detrás de TaeHyung y de un tirón cortaba las sogas que sostenían sus manos por detrás arruinando las muñecas de su esmoquin y lo levantaba de repente—. ¿Qué te pasa?

— Cállate —decía entre dientes tirando de TaeHyung con fuerza y luego sacándolo de ese cuarto húmedo y sentandolo con demasiado ímpetu en una silla frente a su laptop.

Recién ahí notaba que Seok Jin estaba en vivo. Se veía extrañamente arruinado en un lapso de tres horas de estar TaeHyung lejos de él y básicamente desaparecido. Su cabello parecía un débil intento de tenerlo decente y parecía más largo. Se veía como si una nube negra estuviera encima de su alfa dándole un aspecto sombrío y más duro.

— ¿Qué está haciendo? —susurraba confundido.

—No lo sé, tú dime —susurraba el alfa en su oreja—. Han pasado casi tres horas y él está ahí haciendo un maldito anuncio de quien sabe qué cosa y tú estás aquí conmigo y lo que sea que vaya a decir, va a repercutir en ti —susurraba amenazante.

TaeHyung confiaba en Seok Jin, en cualquiera fuera su plan, pero era verdad que ya habían pasado varias horas y... Bueno carajo, él no quería estar más de eso allí. Él necesitaba estar con Seok Jin, su Seok Jin que se veía arruinado en sólo un par de horas.

Mientras el vivo avanzaba, la paciencia de Shownu desaparecía. Seok Jin se veía mortalmente serio en cada palabra que decía y cuando el vídeo de "la bestia", el original se publicaba, todos los presentes que, TaeHyung notaba eran los mismos del vídeo, se tensaban.

—Shownu ¿No se suponía que el vídeo original había sido borrado? —preguntaba un alfa grande y poco más viejo que todo el resto, su ceño estaba fruncido y su aroma mareaba a TaeHyung.

—Se suponía que debía de estar borrado de todos lados —decía Shownu entre dientes, mirando a quien parecía ser el hacker del grupo.

— ¡Lo hice! ¡Lo borré, carajo! Tienes que ser demasiado jodidamente bueno para recuperarlo —exclamaba.

—Pues alguien fue "jodidamente demasiado" más bueno que tú —susurraba gravemente

— ¿Cómo iba a saberlo? Lo borré, mierda. El tipo debe ser un condenado cerebrito para recuperar el original

—O se te paso algo por alto, Ki-Hyun —decía Ho-Seok—. Ese video nos hace los monstruos ¿Qué se supone que sig-...?

Ho-Seok no continuaba hablando porque Shownu había levantando su mano mientras miraba el vivo y escuchaba al doctor y científico Eustace Smith hablar.

— ¿Tampoco viste que el alfa norteamericano traería al mejor genetista científico de los últimos tiempos? —repetía al muchacho que estaba sudando la gota gorda como el hacker del equipo.

— ¿Eustace Smith? —cuestionaba Ho-Seok sorprendido.

El alfa hacker apretaba sus labios—. No salía en los archivos. Y no teníamos a nadie dentro del equipo de Marshall. El tipo es un perseguido de lo mejor ¿De todos modos que podría hacer ese viej-...?

—Cierra el hocico —ordenaba Shownu con seriedad mientras se inclinaba para escuchar el relato de la creación de la "Diagoni".

TaeHyung abría sus ojos enormemente ante la sorpresa. Una vacuna, tres dosis... Y oh, casta cambiada.

—Tiene que ser un jodida.. ¡Broma! —un vaso sobre la mesa era tomado repentinamente y lanzado al otro lado de esa oficina. Y de repente tomaba a TaeHyung del cuello de su esmoquin y de su camisa, desordenandolo aún más, dejando el cuello de la fina tela por encima del traje y tiraba de él para que TaeHyung lo mirara—. ¿Tu sabias? Podrías haberlo dicho y salvar tu pellejo.

TaeHyung escupía en su rostro, se había vuelto bueno en atinar—. Vete a la mierda, enfermo. No sabía absolutamente nada, pero deberías pensar dos veces antes de hacerme algo a mí.

Justo en ese instante, la amenaza de un Seok Jin de ojos rojos, era dicha y recibida a los rebeldes. Shownu sentía la ira construirse con una rapidez tóxica. Lo siguiente había sido inesperado para todos y cada uno. La forma de agarrar a TaeHyung, arrastrarlo hasta afuera, luego unos pequeños pasos a través del bosque y arrojarlo con su fuerza antinatural lejos.

Había sido algo inesperado para Ho-Seok quien había intentando detenerlo, porque una de las partes principales de este plan era no volver a dañar a TaeHyung. Si bien la posibilidad de una guerra con Seok Jin era algo más que mencionado en sus largas charlas, dañar a su Omega significaba la muerte. Claramente si Shownu no recibía la libertad que esperaba, la seguridad de TaeHyung prendía de un hilo y a él no le importaba si eso era un pase directo a su destino final.

Estaba seguro que los deseos de Shownu eran egoístas, si no las amanezas contra Seok Jin nunca hubiera comenzado. Esto se habría hecho diferente y ahora una vez más ñ, TaeHyung perdería algo preciado y Seok Jin perdería dos personas preciadas. No habría forma de salvarse de la ira del arcano. Y nuevamente se preguntaba por qué había sido tan estúpido de unirse a eso sólo porque nunca sería correspondido por un amor imposible.

Había intentado interceder, pero cuando veía la fuerza y la maldad con la que Shownu había arrojado a TaeHyung en medio del bosque, su corazón se había detenido por un momento. Hasta que veía al Omega caer sobre el lomo de un lobo inmenso de color gris con ojos celestes que brillaban refulgentes y que no pertenecía a su manada.

[Horas antes del anuncio]

Seok Jin no quería pensar, necesitaba actuar. Pero su padre y su suegro tenían razón.

—No vas a salir sin un maldito plan —exclamaba Do-San—. Es mi hijo el que está con ellos y sé que lo amas con tu vida, pero salir ahora no asegura que le des una vida en paz y como dijo Min, ellos lo necesitan vivo. Sin tu propia marca sobre ellos o sin tu propia marca en TaeHyung, sus transformaciones son nada  y si bien quiero tenerlo conmigo o mi esposa, mi hijo menor y yo colapasaremos en cualquier momento.... Necesitamos una distracción antes de comenzar a investigar por la última ruta que nos quedó registrado de su pulsera.

San carraspeaba su garganta—. Tengo una idea —decía alzando su mano. Seok Jin lo miraba fijamente—. Podemos grabar el anuncio ahora, pero no hacerlo realmente en vivo —mencionaba.

El resto lo miraba confundido. Seok Jin alzaba su mentón—. Puedo grabarlo para que luego podamos reproducirlo en vivo, como si fuera en ese momento exacto, pero no.

— ¡Claro! Pero tendría que ser un anuncio que carguemos en un par de horas. El concilio puede hacer un anuncio oficial de que hablaras en breves. Subiremos la grabación  como si fuera en vivo, nos dará tiempo, será una distracción hasta encontrar a TaeHyung —mencionaba San.

—Lo voy a encontrar. Una vez que esté en esa última ubicación, puedo ubicarlo. Puedo olerlo —aseguraba Jin.

— ¿Estás seguro de eso, hijo? —preguntaba su padre.

Seok Jin asentía—. Pero no puedo hacerlo solo. Los voy a necesitar —decía mirando a todos y cada uno.

—Bueno —SoHee alzaba la voz—. Puedo encargarme de la reproducción del vídeo en vivo, no serviré para ir contigo. Estoy en mi segunda dosis de la Diagoni, la transformación es imposible para mí.

Esa era la razón por la cual su aroma era demasiado débil para TaeHyung en comparación a otros en la gala.

—SoHee, mi madre, Tae-Eul y YeonJun se quedarán aquí con el señor Min y el guardia de confianza de ustedes junto con el señor Smith en cuanto llegue aquí —decía a Do-San y a su padre—. No sé si ellos ya tienen algunos ojos aquí, alrededor. Pero voy a marcar a tu guardia ¿Estás seguro que es de fiar? —preguntaba a su suegro.

—Lo es, como SuHoo —decía señalando al guardaespaldas de TaeHyung.

—Ustedes vendrán conmigo de forma humana —señalaba a su padre y suegro—. MinGi se quedará con ustedes. Llamarán a las autoridades. San, Moon, SuHoo, Marshall y WooYoung vendrán conmigo.

Moon asentía, estaba tenso sabiendo el escenario con el que podría llegar a cruzarse y miraba a Seok Jin con ojos vulnerable por primera vez.

—Dejaré que te encargues de tu sobrino a tu manera, pero si tu manera y sus modales no van conmigo, no me pidas que tenga clemencia —decía Seok Jin.

Moon suspiraba—. Es todo lo que pido.

El arcano alzaba su mentón y luego miraba a Marshall—. ¿Qué? ¿No te vas a involucrar?

El rubio sacudía su cabeza—. Sí lo haré. Tengo cuatro hombres de confianza si quieres... —el rubio movía su mano y la llevaba a su nuca haciendo un sonido extraño con su boca—. Si quieres clavarle las garras para colaborar.... Por cierto ¿Eso duele? —miraba a Moon y a San con curiosidad, relamiendo sus labios.

—Es genial —decía San.

Nathan Marshall lo miraba atónito—. Tú estás obsesionado con él, tu opinión no me sirve ¿Moon?

El doctor lo miraba aburrido—. Es placenteramente doloroso.

Marshal hacía una mueca—. ¿Eso tuvo una connotación sexual? —Moon fruncía su rostro—. Lo siento es que estoy un poco nervioso. De acuerdo, hazlo.

Seok Jin apretaba sus dientes—. Tus hombres irán con nosotros y no te voy a marcar aún. Hay que ponernos en marcha ¿Cuánto falta para que Smith esté aquí?

—Moon habló con su amigo personal la última vez —decía Marshall.

—Está cerca —mencionaba este—. Y no es mi amigo personal, es un colega al que respeto.

—Bueno, ciertamente deberíamos agradecerte que tuvieras esa idea revolucionará años atrás. Ahora sirve —decía el alfa rubio—. Informaré a mis hombres para que se preparen.

Seok Jin fruncía el ceño y miraba a Moon—. ¿Tú pensaste en esa idea del cambio de casta?

Moon apretaba sus dientes—. Sólo fue una sugerencia antes de saber que hacer con mi vida y mi carrera. Nada más... No creí que Smith podría lograrlo.

Frunciendo el ceño, Seok Jin se acercaba a él—. ¿Por qué lo sugeriste? ¿Para tener algo que usar en mi contra?

Moon suspiraba—. No. No lo pensé por ti, se me ocurrió para-... —Jo apretaba sus dientes—. Ho-Seok. Se me ocurrió por él.

Seok Jin fruncía el ceño—. Tu sobrino estaba más que orgulloso de ser un alfa —decía—. Y al parecer una maldita bestia-

—No —decía Moon, sacudiendo su cabeza—. Ho-Seok se encontró con ellos en un momento demasiado vulnerable de su adolescencia. No entenderías.

—No me interesa entender de todas formas.

—Sólo te pido que le des una chance —decía con un tono vulnerable—. Si al atraparlo, porque sé que lo harás, él opta por mantener su posición de rebelde, haz lo que quieras, pero dale la opción de la Diagoni.

Jin soltaba una risa seca—. Dudo mucho que elija desistir de su naturaleza. Siempre adoró ser un maldito alfa mandón y abusivo. No tiene problema alguno con su casta.

—No, él... Su problema eras tú —decía en un susurro.

—Oh, sí. Lo dejó muy en claro antes de marcharse sobre que no quería estar bajo el mando de un alfa blando. Pero podría haberse ido a otra provincia ¿Sabes? No necesariamente necesitaba ponerse del lado equivocado

—Él no-... Su problema contigo no era ese —decía bajando su mirada.

Seok Jin fruncía su ceño, al parecer, marcar a sus alfas también lo conectaba con sus emociones de una forma un poco más superficial que con su Omega, pero estaba allí. La vulnerabilidad de Moon a flor de piel.

— ¿Y eso que significa?

—Jinnie —WooYoung aparecía detrás de Seok Jin.

La conversación era terminada sin dudarlo para el alfa—. Sal de aquí y prepárate —ordenaba Seok Jin al doctor con naturilad, el tipo obedecía sin decir nada, pero Seok Jin lo miraba irse una última vez algo confundido.

— ¿Todo bien? —preguntaba su amigo, Seok Jin lo miraba y por primera vez en toda la noche caótica, su ceño parecía relajarse y se dejaba ver sólo un poco vulnerable—. Lo siento fue una pregunta estúpida.

—No importa. ¿Qué sucede?

WooYoung aclaraba su garganta—. ¿Me necesitas allí afuera? Porque te soy sincero, entre tantos alfas que serán de utilidad por más que quieras transformarme, siento que seré una carga. El único Omega entre tantos alfas —decía con un puchero dudoso.

Seok Jin aspiraba por aire y ponía su mano en el hombro de su mejor amigo quien había sido su sostén y más en mucho tiempo, y luego nunca jamás le reclamo nada.

—No sé contra quienes y cuántos nos vamos a enfrentar, pero sé que no podré ser yo quien vaya directamente por TaeHyung —añadía en un suspiro frustrado.

WooYoung abría sus ojos—. ¿Quieres que sea yo?

El arcano asentía—. Una vez que estemos allí, porque los voy a encontrar, necesitaré que te concentres en buscar el aroma de TaeHyung para ir por él. Luego San se encargará de cuidar a ambos.

—Oh, de acuerdo... Está bien, sí —decía aunque estuviera lleno de dudas—. Sólo no seas muy brusco cuando-... Tú sabes —decía tocando su nuca.

Seok Jin apenas sonreía, dios estaba agotado—. Nunca te haría daño. Seré cuidadoso, lo prometo.

Su amigo asentía y Min aparecía detrás de él—. Muchacho, no quiero quedarme aquí —decía sin rodeo.

Seok Jin apretaba sus dientes—. Estás viejo, no irás.

—Muchacho, mi muchacho —decía tomando a Seok Jin de los hombros—. Yo no te preparé y acompañé todos estos años para quedarme sentado cuando más gente de confianza necesitas a tu lado —susurraba y con sus ojos húmedos hacía su petición—. Déjame saber que se siente, al menos una vez. Por favor.

El castaño suspiraba elevando sus anchos hombros, dios—. Bien. Pero no te apartaras de mi vista y si la cosa se pone fea, huyes ¿Me oíste?

—Jin-...

—Te vas, Min. Fin de la discusión.

El viejo alfa suspiraba y asentía. Seok Jin era llamado por su madre para que esta pudiera dejarlo un poco pasable antes del vídeo. Luego de aquello, finalmente se ponían en marcha, directamente en dos camionetas por separado, hacia la ubicación 154-4 Gogang-dong, por la ruta Sosa-Ro.

El tiempo no corría lento, pero Seok Jin se estaba impacientando y estaba cansado de escuchar que todos dudaran sobre si podría encontrar o no a TaeHyung desde dicho lugar. Era de noche, estaba oscuro y cuando Seok Jin salía de la camioneta, tronaba su cuello, sus ojos se volvían rojos y con suma concentración, se volvía uno con la bestia que habitaba en su interior. El tronar, el quebrar y estirar de sus huesos y piel no dolía. Al menos no como las primeras veces y el resto de los hombres que lo acompañaban esa noche, no podían no contemplar la magnificencia en el control de Seok Jin con boca abierta.

La luna llena le daba un toque terrorífico y magistral al mismo tiempo. La enorme criatura diferente al resto, no era un animal de cuatro patas. Era inmenso con garras peligrosas, brazos y muslos que podrían ser el de cuatro hombres musculosos juntos. Los rasgos de Seok Jin apenas deformándose en su rostro. Sus fauces atemorizantes y era simplemente algo único de observar.

—Dios, nunca me acostumbraré a esto —decía San con una sonrisa.

WooYoung rodaba sus ojos. El viento de esa noche era frío, más que de costumbre. Cuando el arcano giraba, los hombres de Marshall retrocedían poniéndose en guardia.

—Tranquilos, él no les hará nada —decía Moon, quien recibia una fija mirada carmesí del arcano y luego también a San—. Nuestro turno, chico.

—Oh, sí —el joven alfa miraba a WooYoung y antes que nada lo besaba castamente. Un beso firme con un agarre seguro en su nuca—. Te veré del otro lado, estaré detrás de ti en todo momento.

Cuando soltaba al Omega, él y Moon recorrían una pequeña distancia con sus pies para luego saltar y descender en cuatro patas. Rápido, indoloro y liberador.  Seguido a eso, el arcano, Seok Jin, se dirigía a los cuatro guardias que Marshall había traído consigo, llevaba sus manos a sus nucas de dos en dos y con un susurro grave y ronco arrojaba a los hombres a una distancia prudencial y nuevamente, como si fuera magia cuatros lobos más se unían a los otros dos. Cuando se dirigía a Marshall y SuHoo, el norteamericano temblaba.

—Sé que te he sacado la mierda en ocasiones con mi bocota, pero no hay necesidad de ser rud-... —las garras de Seok Jin habían sido clavadas en su nuca con firmeza.

SuHoo había saltado del susto, pero no se movía. Estaba firme esperando su turno mientras Marshall sollozaba clavado en la mano izquierda de Seok Jin, sin embargo, con él, el arcano había sido tranquilo y cuidadoso y luego estaba allí la orden. Y la transformación de cada uno. Dos lobos más se unían al resto haciendo un total de ocho lobos aparte de Seok Jin.  Cuando era el turno de Min y WooYoung, ambos miraban hacia arriba, reconociendo demasiado bien esas ojos rojos carnesi. No les haría daño, a ninguno. Era sumamente suave la forme en qué Seok Jin se encargaba, pero no era lento. Min no podía espera WooYoung estaba muerto de miedo.

"Ambos a mi lado" resonaba en la cabeza de cada uno y luego estaba allí la orden. Woo sabía nada de lenguas muertas, pero entendía lo que Seok Jin le ordenaba y su lobo dentro de él estaba más que ansioso de obedecer y salir. Min sabía lo que Seok Jin pedía en ambas formas, su lado humano y su lobo interior querían esto, logrando que la transformación del viejo fuera instantánea. Gon y Do-San lo veían a la distancia. Un gran lobo de pelaje amarronado con ojos dorados. Sin embargo Woo, tenía miedo y estaba sufriendo sobre las garras de Seok Jin, sollozando por la transformación.

"Woo, sólo déjalo ser. Te necesito ahora" cuando aquellas palabras resonaban en su cabeza, WooYoung se dejaba ir y finalmente sus huesos sufrían la transformación, su piel se estiraba y rompía para otro tipo de piel y pelaje. Sus sentidos más agudos y cuando Seok Jin lo soltaba, no lo lanzaba a diferencia del resto, caía sobre el pavimento de la ruta desierta, y toda se sentía diferente. Pero Seok Jin seguía siendo más que familiar.

—Esto es increíble —susurraba el padre de TaeHyung.

—Sí lo es, Do-San. Espero y tengan suerte —decía Gon, antes de recibir una última mirada rojiza y firme del arcano, una última orden para que las autoridades sean llamadas y luego todos presenciaban el momento en el que la gran bestia cerraba sus ojos, agudizaba sus sentidos y allí estaba.

El aroma de TaeHyung viajando en el aire a través del bosque cercano, su interior sintiendo que su Omega estaba teniendo alguna discusión que lo mantenía despreocupado de su situación actual, pero aún podia estar cien por ciento conectado a su Omega y sus emociones mientras su aroma le llegaban desde el sur y comenzaba a correr en esa dirección con el resto de los lobos siguiendole el paso.

Los rebeldes no lo sabían, no sabían que el video había sido pregrabado, ganando tiempo para que ahora, justo en el momento en que Shownu decidía eliminar a TaeHyung, ellos ya estuvieran ahí. WooYoung estaba posicionado en un lugar en donde sentía a la perfección el aroma de TaeHyung, siguiéndolo cautelosamente, pero no esperaba que cuando se abriera esa puerta, el líder tuviera al Omega arrastrando. Seok Jin no había visto eso, pero sabía que TaeHyung estaba aterrorizado y WooYoung tenía una sola orden. "Saca a TaeHyung de aquí".

Para cuándo el cuerpo del Omega volaba por los aires, WooYoung estaba corriendo para amortiguar la caída, esperando no asustar a TaeHyung y rogaba a los dioses que aquello reduciera el impacto de la caída. Se sentía más que satisfecho y apenas adolorido cuando el cuerpo de TaeHyung aterrizaba sobre su lomo.

— ¿Woo-... WooYoung? —TaeHyung estaba atónito, pero podía sentir por debajo de su miedo, que Seok Jin estaba cerca—. ¿A donde-...? ¡Oh, carajo! espera a que me sostenga —decía temblando al instante en que el lobo se ponía de pie para comenzar a correr en otra dirección—. ¡Woo! ¿Dónde está Jin? Por favor dime qué no está solo —susurraba sosteniéndose del inmenso lobo que el otro Omega era.

En el proceso en que buscaba sostenerse mejor, sentía allí, cuatro marcas frescas. Y TaeHyung lo sabía, lo había visto en San y ahora WooYoung también portaba la marca de Seok Jin. Su estómago se apretaba un poco, era estúpido sentir celos en un momento tan delicado. Así que se concentraba en mirar hacia atrás para ver qué nadie más los siguiera, pero cuando volvía su vista al frente un enorme lobo de un gris más oscuro con ojos dorados aparecía frente a ellos.

— ¡WooYoung! —era un grito de advertencia por parte de TaeHyung.

Frente a ellos, había un alfa y estaba más que decidido a atacar a un TaeHyung y WooYoung que frenaba con sus patas, pero recibía el impacto de un empujón de parte del otro alfa y el cuerpo de TaeHyung volvía a volar lejos al no poder sostenerse como era adecuado. Pero nuevamente, no caía sobre el suelo, era el pecho de otro inmenso lobo.

Un alfa que había atajado el cuerpo de TaeHyung y estaba siendo arrastrado contra la tierra por el impacto y TaeHyung sabía quien era.

— ¿Tú? —cuando se giraba, se alejaba de la bestia horrorizado—. No lo hagas, por favor Ho-Seok —pedía con su mano frente a la bestia, pero repentinamente otro alfa aparecía.

Era San quien se debatía entre su propio Omega y TaeHyung. El lobo negro se posicionanaba y en vez de ir en contra de San iba en contra del lobo que estaba atacando a WooYoung, un arrebato contra el otro lobo y de inmediato lo sacaba del Omega quien apenas había sido herido, pero se levantaba y volvía en busca de un TaeHyung que miraba atónito como Ho-Seok peleaba con uno de su misma manada para que él pudiera huir y así lo hacía, subiendo nuevamente sobre el lomo de WooYoung, pero esta vez, San iba con ellos de cerca.

Luego de enviar a dos de sus alfas en busca de TaeHyung y ese lobo que lo había salvado—uno de los cuales era Ho-Seok, pero del que no sabía que había cambiado de bando—Shownu había cerrado la puertas cuando había visto a la distancia a un lobo que no era de su manada. Tomando consigo a los alfas más rudos para enfrentarse a la manada del arcano, tenía un único problema y era que a pesar de ser más hombres... Su transformación era efímera y estaba más que seguro que la de los otros lobos junto a Seok Jin, no tenían ese inconveniente.

— Matenlos —ordenaba—. De todas formas ya iremos a la cárcel si nos atrapan.

El alfa hacker de nombre Ki-Hyun quedaba asombrado—. ¿Que hay del resto? Y ese no era el plan. Nunca fue matar a nadie, Shownu —el susodicho lo tomaba del cuello con fuerza y este cortaba su reclamo.

— Te meterán a la carcel o te darán esa vacuna ¿Eso quieres? No hay libertad, de ninguna forma ¿Serás una maldita carga o lucharas?

Ki-Hyun apenas podía respirar para contestar.

— El arcano está entre la gente —anunciaba agitado uno de los hombres de Shownu.

Este soltaba al otro alfa el cual caía sin gracia sobre el suelo, intentando respirar y miraba a sus aliados los cuales no estaban tan dudosos como él con respecto a atacar a muerte a los otros.

— ¿Quién está conmigo? —los rebeldes mayores con la cabeza demasiado lavada y entre otros lo mas jóvenes, levantaban su mano.

Había más alfas y algunos omegas que eran los encargados de ir adelante de este inevitable enfrentamiento.

—Bien —gritos de sorpresa y voces resonaban desde donde se encontraban el resto de las personas—. Definitivamente tenemos un invitado especial. Si él nunca entendió nuestra causa y prefiere castigarnos, entonces de una forma u otra, sabíamos que no obtendríamos nuestra libertad. Así que acabemos con el arcano.

La multitud encerrada en esa especie de búnker era un locura, pero incluso Seok Jin sabía que no todos estaban allí, probablemente estarían divididos y tendría que ir buscándolos luego de a poco. Aún así era un mundo de gente. El aroma de todos mezclados con incertidumbre, terror y ansiedad había llegado a Seok Jin de forma que incluso casi lo hacía perder el aroma de TaeHyung antes de guiar a WooYoung por el lugar indicado.

Su lobo se había revelado a apartarse, pero no podía quedarse. Así que había confiado la vida de TaeHyung a su mejor amigo y a San. Ellos lo sacarían vivo, estaba seguro de eso, pero él tenía que encontrar al resto o esto nunca se acabaría. Así que cuando su inmensa mano había tomado la palanca de esa puerta extremadamente segura, su fuerza animal la había hecho volar lejos. Habían diferentes entradas al lugar. Una por la cual habían sacado a TaeHyung, la principal por la cual estaba entrando Seok Jin y luego una más, una puerta trasera de emergencias.

El arcano se encontraba con Moon, Min, SuHoo y uno de los guardias de Marshall. En la otra puerta de emergencias, Marshall y los tres restantes de sus hombres. El porte del arcano, inmenso e intimidante caminaba mirando en dirección a la gente que estaba oculta ahí, simples víctimas que esperaban algo bueno para su futuro a manos de dementes. Mujeres y más niños, definitivamente parecía solo una cuarta parte de todos los desaparecidos. Todos los ojos fijos en él y en los cuatro lobos que le seguían, hasta que en el centro de esa gente comenzaban a sonar palmadas de aplausos.

— ¡Felicitaciones arcano! Esa fue una entrada majestuosa —decía Shownu—. Lamentablemente tu Omega no se salvó —decía con una sonrisa ladina.

Seok Jin, el arcano apretaba sus puños desde la parte superior de ese búnker, la gente que lo veía y lo oía gruñir bajo, se alejaba por temor.

Escóndanse, él no dudará en vengar a su Omega y su casi hijo —decía provocando.

La gente alrededor se conmocionada intentando volver a sus habitaciones, pero varios gritos se escuchaban cuando Seok Jin se impulsaba en un salto que lo dejaba  en unos segundos en el piso más abajo donde se encontraban todos. Intentando contener su ira, miraba a su alrededor con ojos rojos.

Shownu lo observaba fijamente y luego recapacitaba en el silencio que había de repente.

— ¡No lo escuchen! ¡Lo que sea que le esté diciendo, es mentira! —decía moviéndose alrededor desesperado—. Déjalos —apuntaba hacía la gran bestia magnífica que era Seok Jin—. No van a seguirte, estás loco si crees que se dejarán dominar ¡Por una maldita bestia de pesadillas! —gritaba agitado.

La gente a su alrededor estaba conmocionada e inquieta, hasta que alguien comenzaba a correr cuesta arriba y no en dirección a su habitación.

— ¡Atrapenlo! —ordenaba Shownu, pero en ese instante Moon, en su forma animal, saltaba por encima de la víctima y se interponia entre ella y el alfa que estaba con intenciones de atraparla.

—Se irán conmigo —decía la voz grave de Seok Jin.

—Son mi manada —decía entre dientes Shownu, sus ojos dorados centelleantes.

Una risa ladina se dibujaba en el arcano—. Ya no más —decía mientras daba la orden al resto de salir y a sus hombres a defender, pelear y evacuar a la gente de allí.

Y Shownu perdía la calma mal fingida con un estruendoso grito para simplemente avalanzarse sobre el arcano mientras cambiaba a su forma animal. Un inmenso lobo entre negro y gris oscuro, con ojos diabólicamente dorados, y un hocico de fauces inmensas que iban directamente a clavarse en el cuello del arcano. Sus hombres no habían recibido orden alguna de transformarse, pero lo hacían junto con él.

Eran unos diez hombres contra cuatro, pero cuando Shownu volaba hacia el otro extremo contrario debido al simple golpe que Seok Jin le había dado, todos quedaban en silencio, mientras otras personas seguían intentando huir.

"Saquenlos de aquí" volvía a ordenar.

Min se había movido en dirección a la puerta de atrás dando una aullido que anunciaba a los otros que se prepararan, la misión principal de ellos era salvar a aquellas personas, para aquellos que estaban más cerca de esa salida habían corrido con urgencia en dirección a ella cuando veían como el resto de los hombres se transformaba y el único objetivo de ellos era Seok Jin.

Era fascinante y aterradora la imagen. Cuando la otra puerta se abría, Marshall y el resto estaba allí esperando, Min y uno de sus hombres serían los encargados de liderar el camino de vuelta, y habían evacuado una gran parte hasta que cuatros alfas comenzaban a atacarlos. Pero rápidamente eran alcanzados por dos hombres más de Marshall. Eran cuatro contra cuatro mientras la gente intentaba huir y no salir herida en ese enfrentamiento. Seok Jin había ordenado explícitamente a Min que no se fuera de su lado, pero a mitad de camino le había dado la misión de salir rápidamente de allí con la gente, para no salir herido, excepto que ahora, estaba luchando por su vida con un alfa mucho más joven que él.

Aunque en el proceso, la manada del arcano notaba que incluso su fuerza era el doble en comparación a los rebeldes, por lo cual, los mismos no tenían muchas esperanzas de un triunfo a menos que jugarán sucio. Misma razón por la cual el otro alfa no había logrado herir en demasía a WooYoung en su momento, porque este era igual de fuerte que ese alfa. Mismo alfa que luego había sido derrotado por Ho-Seok minutos atrás.

Pero ahora, dentro de ese búnker, diez alfas más Shownu estaban encima del arcano, con fauces y garras, atacando e intentando... No herirlo, sino matarlo. Esa era la orden de esos hombres. Moon junto a SuHoo en su forma animal, habían interferido para quitarle un par de alfas de encima y lo lograban, pero seguían siendo siete bestias contra una y un Shownu que esperaba el momento exacto para atrapar a Seok Jin en un momento vulnerable de ese ataque, fingiendo haber estado desvanecido en el suelo minutos atrás, hasta que veía su oportunidad y se lanzaba contra la espalda del arcano, clavando sus fauces en su hombro logrando que aquello fuera una punzada de dolor para un Seok Jin que caía de rodillas, recibiendo al resto de los lobos sobre él para despellajarlo.

Y Shownu lo creía su victoria cuando saboreaba la sangre del arcano en sus fauces y lengua.
Moon y SuHoo estaban listos para salir en su defensa, pero aún había gente que defender de los otros alfas que habían intentando detenerlos, así que en ese momento complicado la única orden de Seok Jin había sido: Salgan de aquí y salven a todos juntos con ustedes. ¡Ahora!

Mientras que a la distancia, TaeHyung comenzaba a sentir el sufrimiento de Seok Jin tocando su pecho, una tristeza lo inundaba junto con la desesperación ajena.

—No, no, no... ¡Para, detente! —pedía a un WooYoung que obedecía frenando con sus patas en el suelo del bosque—. Necesito volver.

San miraba a TaeHyung con sus ojos dorados, era un lobo inmenso y TaeHyung sabía que estaba en contra de sus palabras y deseos, a pesar de no entenderlo.

— ¡Por favor, él-...! Necesito volver, voy a volver —decía bajándose del lomo de WooYoung, pero San se ponia frente a él e inclinaba la parte posterior de su lomo para que TaeHyung se montara sobre él. Luego San miraba a WooYoung y TaeHyung no sabía que sucedía entre ambos, pero WooYoung comenzaba a correr hacia la misma dirección en la que estaban antes mientras que San se pocionaba para volver hacia atrás—. Gracias —susurraba TaeHyung sosteniéndose del alfa.

San sabía que era una mala idea, pero TaeHyung necesitaba volver y él también había sentido que Seok Jin estaba en aprietos. Así que se ponía en marcha.

Dentro del búnker de los rebeldes, Shownu estaba listo para ir por la parte más vulnerable del cuerpo de la bestia que yacía sobre el piso, esa era directamente su cabeza y sin pensarlo demasiado tomaba vuelo desde su patas traseras y cuando se abalanzaba, dos lobos salían literalmente volando y aullando del dolor. Aquello hacía retroceder a Shownu mientras veía que ambos lobos caían sobre el suelo como bolsa y ambos tenían una pata en pésimo estado, totalmente quebrada y comenzaban a perder su transformación.

Ya no había tiempo.

El resto de los hombres sufrían el mismo destino, solo una pata quebrada en cada lobo y luego todos habían vuelto a su estado humano. Si sufrían una herida, el cuerpo no soportaba y volvían a como era. Shownu había sentido el miedo por primera vez desde que toda su locura comenzó y cuando el arcano, cuando Seok Jin se ponía de pie, herido, pero aún inmenso y magnífico sus patas lo llevaban a correr hacia afuera para huir. El resto de la manada de Seok Jin había luchado superficialmente con algunos mientras salvaban al resto.  No había sido tarea fácil, pero los hombres de Marshall se habían quedado atrás específicamente para ese trabajo, para que nadie los siguiera mientras llevaban a las víctimas en dirección a Gon y Do-San con el resto de los hombres del alfa y las autoridades que ya estaban cerca.

Esa parte había sido complicada, pero estaba a nada de ser una misión completada.

Así que cuando el lobo de Shownu salía al exterior para escapar de Seok Jin, temiendo por su vida por primera vez, estaba esperanzado en lograr huir antes de que su transformación terminara, pero sus patas cansadas y el dolor en sus huesos le advertían que estaba a punto de volver ser un simple humano, hasta que se cruzaba justo de frente con San y un TaeHyung que se sujetaba con todas sus fuerzas para no caer cuando el lobo frenaba.

TaeHyung tenía sus ojos abiertos de par en par mirando la llama dorada de los ojos ajenos del otro lobo. Se veía atemorizante y horripilante, y en parte quería gritar de la frustración por haber convencido a San de volver, ahora temía por la vida del alfa más que por la suya propia. Y pese a que TaeHyung no podía saber si entre ellos se estaban comunicando, estaba seguro que el gruñido y las fauces salivando que tenía ese enorme lobo, en el medio de la noche de ese bosque, tenían una sólo mensaje.

Bajándose del lomo de San le daba una orden—. Vete —La mirada confundida del alfa no lograba entender por qué TaeHyung pedía tal cosa—. No me des esa mirada. Vete de aquí, soy el Omega de tu futuro alfa, hazme caso —decía mirando hacia atrás.

En ese instante, Ho-Seok aparecía. El gran lobo negro de sus pesadillas quien había sido su salvador momentos atrás, pero ahora él y San se encontraban en el medio una vez más. El lobo negro, Ho-Seok, estaba herido, Shownu veía a su amigo a la distancia y sabía que no estaba solo en esta batalla. Sabía que entre él y Ho-Seok, podían hacer pagar al arcano, especialmente con su Omega quien el alfa estaba más que creído que se había regalado en bandeja de oro. Un ladrido monstruoso salía del lobo que era Shownu, ordenando a Ho-Seok hacerse cargo de San.

—No sé que mierda están diciendo, pero te dije que te fueras —decía señalando a San.

En ese instante una rama sonaba a los lejos del bosque, captando la atención de todos y antes de que San pudiera hacer algo por TaeHyung, Shownu se movía más rápido y saltaba en dirección al Omega clavando sus fauces en el hombro izquierdo de un TaeHyung que pegaba un grito doloroso cuando era arrastrado más lejos de la imagen prominente de un Seok Jin que caminaba con lentitud y sangraba por diferentes lugares.

— ¡Jin! No~... —TaeHyung sollozaba del dolor, pero no por tener al lobo con sus colmillos en su hombro, si no porque la imagen de su alfa herido le dolía diez mil veces más.

Cuando el arcano veía a TaeHyung sobre el suelo, con Shownu agarrado con fauces feroces a su hombro, su respiración se ponía peor.

—Piensalo dos veces y suéltalo —decía con esa voz para nada humana. Era grave, baja y amenazante.

San inclinaba su lomo y bajaba sus orejas en modo de disculpa, pero Seok Jin sólo tenía ojos para el lobo que tenía a su Omega, a su TaeHyung, en sus fauces. Poco notaba que Ho-Seok estaba a la distancia.

"Un paso más y le desgarro el cuello" sonaba la voz de Shownu en la cabeza de Seok Jin. Los dientes del arcano se apretaban y sabía que no le tocaría un pelo más a TaeHyung. Él iba matarlo, Seok Jin lo quería. Lo deseaba. Todos podían sentirlo, San y Ho-Seok temían que el lado humano de Seok Jin no soportará la carga de arrebatar una vida.

"Ho-Seok y yo acabaremos con él si das un paso más"

Los ojos de Seok Jin se desviaban al lobo negro a un lado de Shownu, estaba mucho más cerca de ellos dos que San, pero estaba sospechosamente callado, aunque podía sentirlo. La duda y el miedo en su interior. Ho-Seok observaba las orbes rojas del arcano y lo escuchaba en su cabeza:

"Επιτεθείτε του"Atácalo.

El lobo negro se movía antes de siquiera pensarlo dos veces y cuando se iba encima de Shownu, el mismo lobo abria su hocico una vez mas para ir directamente hacia el rostro de TaeHyung, quien cerraba sus ojos entregándose a su destino, pero en esa fraccion de segundos en las que Shownu había soltado su hombro para el siguiente ataque, había sido más que suficiente para que Ho-Seok, el gran lobo negro lo atacará y barriera con él, el suelo espinado del bosque, alejándolo de un TaeHyung que habia sido inmediatamente arrebatado por un Seok Jin que se había lanzado al mismo tiempo que Ho-Seok, pero para salvarlo, sostenerlo entre sus brazos y arrastrándose más lejos.

La punzada de dolor en el hombro de TaeHyung poco importaba cuando se aferraba a la gran bestia que estaba de espaldas contra la tierra, amortiguando su cuerpo en esa arrastrada para alejarlo de Shownu, ese cuerpo inmenso con el cual Omega tenía demasiada familiaridad.

—Jin... Seok Jin~... —sollozando respiraba el aroma del alfa y se aferraba con desesperación mientras lágrimas se le escapaban en el momento en que hundía su rostro en el musculoso pecho del arcano. De su Seok Jin.

Se sentía pequeño. Pequeño y a salvo, al fin.

— ¿Qué te hicieron? —susurraba sorbiendo sus lágrimas cuando tocaba el cuerpo del arcano y sentía las heridas—. Jin...

TaeHyung estaba tan absorto mientras su alfa simplemente lo presionaba con fuerza y por un momento el mundo había desaparecido y todo parecía perfecto y en calma, aunque ambos estuvieran heridos, pero no era así. Cuando despertaba de su letargo escuchaba como Ho-Seok y Shownu peleaban cuerpo a cuerpo con fauces feroces y gruñidos que ponían la piel de TaeHyung de gallina.

— ¡San! —Seok Jin llamaba al otro alfa con esa voz poderosa y dejaba a TaeHyung sobre el lomo del alfa.

—Jin, no... —TaeHyung agarraba la inmensa muñeca del arcano y este lo miraba con sus ojos rojos, ese rostro tan familiar y hermoso seguía allí. Seok Jin era único a comparación del resto, TaeHyung nunca se cansaría de verlo, en ninguna de sus formas. Nunca se cansaría de apreciar esa belleza. Esos ojos en cualquiera de sus dos colores... Y TaeHyung lo sabía—. No lo hagas. Te arrepentirás.

Un aullido sonaba de los otros dos lobos y cuando miraban, el lobo negro, Ho-Seok, tenía a Shownu desde su robusto cuello con sus colmillos clavados allí con firmeza. Su sumisión y obediencia ante Seok Jin le había dado más resistencia y fuerzas de las que le quedaban a Shownu. Un alfa que se sentía sumamente traicionado ante su amigo.

Seok Jin se soltaba del agarre de TaeHyung con suavidad y caminaba en dirección al lobo que todavía gruñía y mostraba sus fauces, no había intenciones de ceder, nunca las tendría. Estaba demasiado cegado y si bien Seok Jin podía obligarlo a ceder y obligarlo a obedecerle. ¿Cuál era el punto de obligar a alguien que nunca le daría su auténtico respeto? Obligarlo y someterlo, no entraba en el método con el que Seok Jin quería liderar a su manada, a su gente. No era el punto si la lealtad no era real.

Alzando su brazo derecho y sin pensarlo dos veces, lanzaba sus garras en dirección a la cabeza del lobo y desgarraba el lado izquierdo de lo que sería el rostro y hocico de la bestia. Lo último que Shownu veía era la mirada rojo carmesí del arcano que parecía de puro odio y luego su vista se volvía negra.

Había terminado.

Toda la odisea de esa noche y de años, había acabado al fin. El mundo ya sabía de Seok Jin. El mundo ya sabía de la existencia de la Diagoni y cada rebelde que compartía el mismo pensamiento que Shownu sería apresado o eliminado.

Aquella noche, casi madrugada, finalizaba una era y comenzaba otra.

Este SeokJin que ven acá... Aish, la IA no lo hace como deseo, por lo que edité algo semejante a lo que he narrado en el libro. (Tuve que utilizar dos imágenes y editarlas en una porque nunca conforme con lo que hace la IA 😅) epílogo lanzado, espero leer sus reacciones. Próximo, capitulo final AL FIN 😭

Perdón si ha errores de deditos salvajes con tanto texto. El epílogo más largo de la historia 🥹 no sé si habrá gustado, pero gracias por haber aguantado hasta el final conmigo a pesar de ser un Omegaverse muuuuuy narrado y lleno de pura información. Y finalmente... ¿Lo marcara en el capítulo final?

Con amor niñita Nanykoo 💜

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