003. The Frode Family

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━━ chapter 003
the frode family

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La velada transcurrió en el comedor. El grupo de jóvenes luchadores de dragones (guardaron un asiento a Hiccup porque estaba Thor sabe dónde) se sentó junto a Gobber en una de las mesas centrales, disfrutando de la cena mientras hablaban de lo ocurrido en la arena. Valkyrie jugaba con su sopa, haciendo líneas de hojas con su cuchara antes de comer un poco. La luz era tenue y parpadeaba con el fuego de las antorchas encendidas colocadas a lo largo de las paredes.

—A ver, ¿qué ha hecho mal Astrid en la arena?

Astrid miró el líquido en su copa en forma de cuerno.

—He calculado mal mi salto mortal —dijo con facilidad—. Una chapuza. Y me ha fastidiado el tirabuzón inverso.

—Sí, ya nos hemos fijado —se burló Ruffnut.

—¡No no! —se apresuró Snotlout a asegurarle a Astrid—. Lo has hecho genial. Ha sido muy Astrid —ella puso los ojos en blanco y sus dedos se apretaron alrededor de su bebida como si contemplara si arrojársela o no.

—Ella tiene razón —comentó Gobber—. Tenéis que ser duros con vosotros mismos, pero no era eso a lo que me refería, Astrid —recogió el muslo de pollo con su anzuelo y le dio un mordisco—. Valkyrie, ¿y si nos dices tú que has hecho? A lo mejor ayuda a que lo entendamos.

Valkyrie dejó de jugar con su comida y arqueó una ceja. Tenía la sensación de que sabía exactamente lo que Gobber apuntaba, pero no quería admitirlo, y estaba segura de que Astrid se burlaría si ella también lo admitiera. Aun así, apretó los dientes y respondió:

—Nos centramos en nuestra propia rivalidad en lugar del dragón.

—¡Correcto! —Gobber le apuntó con la pierna de pollo—. Esto puede ser una competencia, pero en el mundo real de matar o morir no peleáis entre vosotros para llegar a lo alto. Si lo hacéis, estáis muertos. Hay que concentrarse en uno mismo al mismo tiempo que os ayudáis mutuamente. Ese es el lema de un verdadero guerrero.

Valkyrie y Astrid compartieron una mirada, sentadas una al lado de la otra. Ahora que estaban fuera de la arena, volvían a ser mejores amigas. Así trabajaban. Siempre que había una competencia, iban por su cuenta. Pero Valkyrie no pensó que fuera lo mismo para luchar contra dragones fuera de allí. No era una competencia para ellas, ¿verdad? Seguramente se apoyarían mutuamente cuando llegara el momento. Valkyrie no dejaría que un dragón matara a Astrid...

Hasta que se dio cuenta de que podría haber causado su muerte a garras del Gronckle por su propio egoísmo, y lo mismo le pasó a Astrid con ella también.

(Eso definitivamente les dio algo en qué pensar. Para ellas mismas, claro. No frente a nadie más, porque eso requería una demostración de emoción, lo que Valkyrie no hace en público.)

La puerta del comedor se abrió y de entre la tormenta surgió Hiccup. Por fin. Valkyrie arqueó una ceja, sus ojos oscuros y entrecerrados mientras lo observaba acercarse lentamente hacia ellos. Estaba completamente empapado, de pies a cabeza. Ella frunció los labios y, como si supiera que tenía una mirada sospechosa sobre él, Hiccup la encontró. Los dos tuvieron una pelea de miradas por unos momentos mientras ella intentaba descifrar dónde diablos había estado, y Hiccup sintió que se le apretaba la garganta. ¡Lo está mirando! Pensó para sí mismo. ¡Oh, idiota, es porque ella te odia!

Entonces, con un suspiro sombrío, recogió el pollo sobrante y no le dio a Snotlout una segunda mirada mientras arrastraba los pies en el asiento para actuar como si no hubiera espacio. Valkyrie continuó observando a Hiccup mientras caminaba hacia la mesa de al lado para sentarse solo.

Al verlo, Gobber le hizo un gesto.

—¿Qué ha hecho mal Hiccup?

Fue una puerta abierta para la fila de insultos que siguieron desde los adolescentes.

—Uh, ¿aparecer? —dijo Ruffnut.

—No se lo han comido —añadió Tuffnut.

Nunca está donde tiene que estar —frunció el ceño Astrid.

Todavía mirándolo con el ceño fruncido y viendo que apartaba la mirada rápidamente, Valkryie dijo:

—Sólo depende de los demás para que lo ayuden.

Gracias, Valkyrie —de pasada, Gobber empujó las cabezas de los gemelos hacia abajo por sus comentarios. No bruscamente, pero sí lo suficiente como para sumergir sus largas narices en la comida—. Tenéis que empaparos a fondo de todo esto —sacó de su chaleco el Manual del Dragones, un libro sobre todo lo que sabían sobre cada dragón que conocían, en resumen. Valkyrie lo había leído muchas veces antes, pero no dijo nada, solo lo miró con su habitual expresión de piedra mientras lo dejaba caer sobre la mesa—. El Manual de Dragones. Todo lo que sabemos de todos los dragones que conocemos.

Afuera retumbó un trueno como un Gronckle dormido con dolor de estómago. Gobber gruñó en respuesta, molesto. Pero pronto suspiró y dijo:

—Esta noche no atacarán. A estudiar.

Tuffnut dejó de jugar con su daga y la dejó caer sobre la mesa con un ruido sordo

—Espera, ¿tenemos que leer? —su mirada siguió al adulto mientras se marchaba.

—¿En esta vida? —soltó Ruffnut, y su hermano echó la cabeza hacia atrás para gimotear.

—¿Para qué leer palabras cuando puedes matar al bicho del que te hablan las palabras? —Snotlout golpeó la mesa con el puño.

—No puedes matar a dicho bicho sin conocerlo, Snotlout —Astrid lo fulminó con la mirada y agitó uno de los huesos de pollo que le sobraron con extrema precisión. Snotlout chilló cuando golpeó su nariz.

—¡Uy! —el rostro de Fishlegs se iluminó—. ¡Yo lo he leído como siete veces! ¡Hay un dragón acuático que te lanza agua hirviendo a la cara! Y hay otro que se entierra durante...

Tuffnut chasqueó los dedos frente a la cara de Fishlegs, un gesto rápido para decirle que se callara.

—Ya. Suena genial. Había una mínima posibilidad de que me leyera ese libro.

—Pero ahora... —finalizó su hermana gemela, y los hombros de Fishlegs cayeron.

Soltando otra burla, Snotlout se levantó y flexionó los brazos. Valkyrie puso los ojos en blanco y volvió su atención a su sopa.

—Vosotros leed. Yo me voy a matar algún bicho.

Salió del comedor y los gemelos y Fishlegs lo siguieron rápidamente. Este último soltó información que fue completamente ignorada porque los gemelos estaban demasiado ocupados golpeándose y empujándose entre sí como para prestarle atención. Los únicos que quedaron fueron Astrid, Valkyrie y Hiccup, quien decidió que sería una buena idea unirse a las chicas en la mesa.

Torpemente, les dedicó una sonrisa.

—Entonces, ¿lo compartimos?

Astrid inmediatamente se levantó.

—Léelo tú —se lo empujó antes de salir del edificio.

Un rígido silencio se instaló entre Hiccup y Valkyrie después. Ella no lo miró y continuó comiendo su sopa. Esperaba que él cogiera el libro y lo leyera en otra mesa, pero frunció los labios, arrastró los pies y se sentó frente a ella en la mesa. Valkyrie apretó los dientes. Espectacular.

Hiccup el Horrendo fue a abrir la boca para decir algo, pero ella rápidamente espetó:

—Sabes que no me gustas, ¿verdad?

Se le cerró la boca lentamente y tragó saliva.

—Eh... ¿sí? —se anduvo con cuidado con lo que decía. La mirada de ella se endureció y él carraspeó. Cogió el libro y observó a la hermosa y temible guerrera vikinga terminarse la sopa con un último sorbo—. Entonces... ¿lo leemos juntos o...? —su voz se apagó ante el ceño fruncido que ella le envió—. O no. También me parece bien. Puedo... Puedo sentarme aquí y leerlo yo solo. ¡Más para mí! —rio nerviosamente, pero Valkyrie no mostró ningún signo de diversión.

—Como sea —dijo en cambio y se puso de pie. Agarrando su mazo, lo hizo girar y dijo—: No tropiece en el camino a casa, alteza.

Hiccup frunció y la vio alejarse. Era una broma por ser hijo del jefe... Pero era la primera vez que ella realmente lo llamaba de alguna manera, incluso si era un insulto. ¿Era... progreso o algo por el estilo? ¿Podría llamarse así? (Si es un progreso, pensó con amargura, va en la dirección equivocada.)

—Entendido, Milady —murmuró para sí mismo.

No creyó que ella lo hubiera escuchado, pero vio a Valkyrie vacilar en su paso. La respiración de Hiccup se entrecortó. Oh, Dioses, ahora sí que se iba a morir... pero ella simplemente continuó su camino, actuando como si no lo hubiera escuchado en absoluto.

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¡Erik, estúpido erizo de mar! ¡Quítate!

—¡No, te quitas tú!

Valkyrie entró a su casa para ver a sus hermanos peleando... lo cual era habitual. Erik, el más joven, un niño de nueve años y muy parecido a su madre por tener cabello castaño rojizo (como Valkyrie), con una fuerte barbilla vikinga y temperamento, peleaba con su hermano mayor, Mak, junto a la chimenea. Mak era mucho más minúsculo, aunque tuviera dos años más; de hecho, el próximo invierno cumpliría doce. Aunque eso no cambiaba su terquedad vikinga, ni el hecho de que crecía con rapidez. Todos esperaban que él los superara en altura una vez convertido en hombre.

Cerca de ellos estaba Hott, el segundo mayor de los chicos y el tercero por nacimiento. No les prestaba atención a sus hermanos pealando, estaba ocupado tratando de dibujar la cabeza del dragón sobre la chimenea: un Deadly Nadder amarillo. Era todo un espectáculo verlo en la noche con sólo una vela tenuemente encendida como compañía. Se parecía más a su padre, con cabello más rubio y pequeños ojos azules (lo que hizo que Valkyrie se preguntara cómo veía lo que dibujaba.)

Por último, estaba el hermano de Valkyrie más cercano en edad. Apenas once meses menor que ella, Asrifth iba a empezar a entrenar dragones el próximo otoño. Le recordaba a Hiccup, excepto que mucho menos molesto. No era el luchador más grande que había, ni el vikingo más fuerte. Prefería quedarse dentro y se aseguraba de que sus hermanitos no salieran a hurtadillas para ver las peleas de dragones. Cada familia tiene al marginado, supuso Valkyrie... no se llevaban exactamente bien. ¿Viste cómo trata a Hiccup? O más bien, ¿cuánto la molesta? Bueno, su hermano puede que no sea tan exasperante, pero no compartían el interés por matar dragones. Eso les hacía enfrentarse.

Al regresar del exterior, la madre de Valkyrie se apartó las trenzas rojizas de la cara y esbozó una sonrisa. Estaba empapada por la lluvia afuera, al igual que su hija, sosteniendo una canasta de flores recién cortadas que sólo florecían por la noche.

—¡Val! ¡Ahí está mi guerrera feroz! ¿Cómo fue tu primer día de entrenamiento de dragones? —al ver a Erik y Mak, pronto estalló—. ¡Chicos! ¡Si no dejáis de pelear os quedáis sin cenar!

Inmediatamente se detuvieron. Mak le dio a Erik un último empujón para que tuviera la última palabra.

—Bien, supongo —Valkyrie actuó como solía hacerlo: misteriosa y casual, balanceando su mazo antes de colocarlo en el colgador de armas que Hott había construido él mismo—. Pero Hiccup lo arruinó todo.

—¿Hiccup? ¿El hijo de Stoick? —las cejas de su madre se fruncieron y colocó la canasta en la pequeña mesa familiar. No tenían una casa grande, como otros vikingos (se refiere a Hiccup.) Todos vivían en una habitación. Se volvía bastante sofocante cuando todos estaban juntos. Pero era la vida vikinga.

—¿Conoces algún otro Hiccup? —murmuró Valkyrie, viendo algunas bayas frescas. Tomó un poco antes de que su madre pudiera decirle que no comiera antes de la cena... aunque ella ya cenó—. Luchamos contra un Gronckle y casi tuvimos que hacerlo explotar, así que...

—Guay —Mak jadeó y pronto sonrió.

—Bueno —su madre se sacudió las manos—, ya que regresaste, puedes secarte en el balde y luego ayudarme con estas flores. Asrifth, deja de sentarte y no hacer nada, ve y ayuda a limpiar. No quiero que esta casa se convierta en una pocilga viviente.

Asrifth puso los ojos en blanco, pero se levantó. Al pasar junto a Valkyrie, murmuró:

—Seguro que hiciste enfadar al dragón, lo asustaste y no tuvo más remedio que defenderse.

Valkyrie entrecerró los ojos hacia él.

—Me gustaría verte en la arena algún día. Serías peor que Hiccup.

—¿Qué? ¿Ser pacífico?

—No —dijo ella—. Ser ignorante e ingenuo al pensar que los dragones son criaturas pacíficas. Ya sabes lo que han hecho. Abre los ojos y crece.

—¿Qué pasa si yo tengo razón y tú estás equivocada?

—No la tienes.

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