Su habitación tenía esa sensación de calidez; aquel olor a madera y un leve aroma a vainilla se podía olfatear apenas ponías un pie dentro de ésta.

Las paredes estaban tapizadas de diversos pósters, desde bandas de rock hasta dibujos, pero lo que ahí predominaba eran los de aliens.

Un pequeño sofá esquinado color rojo estaba repleto de mapas y esquemas del sistema solar, lo que me hizo darme cuenta que, en el balcón, casi en la orilla, había un telescopio y una pizarra con varios garabatos y coordenadas apuntadas.

Su techo estaba pintado de un color púrpura oscuro combinado con azul fuerte y algo de negro, también uno que otro punto blanco y fucsia, simulando, lo que parecían ser estrellas.

"Aurora boreal". Me dijo, señalando su muy precioso techo.

Aventó su mochila al rincón, conectando un cable dejando ver en seguida todas sus luces estilo navideñas, las cuales se encontraban pegadas alrededor de las paredes, dando a notar aún más el techo, haciendo que en conjunto, todo luciera espectacular.

"¡Es fabuloso, Venus!" Grité, sin darme cuenta lo emocionado que soné. Mucho menos me di cuenta que le había dicho Venus.

"Yo mismo decoré todo esto. Me gusta mucho". Habló, metiéndose una fritura a la boca. "Jungkook, ¿te molesta si pongo algo de música?" Me preguntó, a lo que yo solamente moví mi cabeza de un lado al otro, diciendo no.
Venus corrió hasta una esquina, sacando un pequeño estéreo color negro.
"Estoy seguro que te encantará". Me dijo buscando en una caja de cartón donde al parecer tenía sus CD's. "A mí me encanta". Sacó uno, poniéndolo rápidamente en el aparato, dejando salir la música.

"¿Es tú banda favorita?" Cuestioné mirando atentamente cada uno de sus movimientos.

"The neighbourhood". Se tiró sobre la esponjosa y suave alfombra. "I Love You". Siguió hablando. "Me encanta esa banda y ese disco es mi favorito. Mi padre me lo regaló en mi cumpleaños".

"¿Cuál es tú canción favorita?" Dije caminando hasta donde él, tomando el empaque del disco en mis manos.

"Flawless". Venus mantenía ambos ojos cerrados y una sonrisa ladina en su rostro. "Aunque puedes cambiarla si no te agrada, Kook".

Yo sólo solté una risita, no sólo por cómo me había llamado, si no, por cómo Venus parecía disfrutar tanto de esa canción. "Me gusta".

"Su música es tan buena que dudo que a alguien le disguste". Suspiró.

Dirigí mi vista a su escritorio, dándome cuenta que en la parte de arriba éste estaba repleto de diferentes tipos de cactus, mientras que la de abajo lo que abundaban eran libros.
Él es muy diferente a lo que me imaginaba.

"Mi padre prometió comprarme una estrella si yo logro graduarme". Su voz se hizo presente al término de la canción, irrumpiendo mis pensamientos.

"El mío decía que iba a comprarme un auto". Reí. "Una estrella es mucho, Venus".

"Me gusta cuando me dices Venus".