capitulo I

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***investigar***

Sus ojos se abrieron de golpe, y al instante lo supo, no estaba en Hogwarts, no estaba en la época de tom ni en su habitación en Slytherin... no, él se encontraba en Privet Drive número 4.

Se sentó en su cama, con un profundo dolor de cabeza, y miro a su alrededor... algo apretujo su corazón al darse cuenta de algo... hasta ahora nada había cambiado... su corbata de Gryffindor colgada en un costado de su cama, el álbum de sus padres encima del destartalado escritorio, y su cicatriz en su frente, tan marcada como siempre había estado.

Con un suspiro tembloroso se levantó de su cama, al instante noto que llevaba toda la ropa puesta, no su pijama habitual.

Se puso las zapatillas y se acercó a la ventana, sus dedos tocaron el frio vidrio, y pensó en lo que había pasado.

Había viajado en el tiempo, había conocido a Tom y se había enamorado... había soñado con Luna numerosas veces diciéndole que tendría que volver, y se cumplió.

Recordó los gritos de tom, y su corazón se apretujo aún más. Gruesas lágrimas comenzaron a caer de sus ojos.

"Harry... mi dulce Harry... el futuro señor Riddle" había llorado... fue lo último que escucho de él. Odiaba tener que dejarlo, odiaba tener que abandonarlo allí... pero le dolía aún más saber que nada había cambiado.

Sintió que subían las escaleras, y un suspiro tembloroso salió de su garganta al pensar que era Vernon, esa grasa inmunda. Pero no fue así, mas pasos iban detrás de este, era como si estuvieran peleando por algo, y aquello lo frustro aún más.

Su puerta fue abierta por todos los cerrojos de repente, eso hizo poner en guardia al menor, levantando su varita a quien quiera que fuera.

Resulto ser la orden del fénix, Moody, Tonks, Kingsley, Remus y algunos otros. Todo aquello le recordaba extrañamente a quinto año, cuando fue rescatado por ellos de la misma manera que ahora.

Pero no había forma.

Pronto todos se encontraban en Grimmauld place, y aquello le trajo una terrible nostalgia, después de todo, Sirius había muerto y ya no estaría allí.

Continuaron su camino y entraron a la casa, el por inercia mirando todo el lugar, que no veía hace años.

- ¡Harry! -dijo una voz feliz que lo congelo totalmente

Su cabeza se levantó hacia arriba instantáneamente, y allí estaba, la persona que creyó muerte.

Sirius se acercó a él y lo abrazo fuertemente, como había extrañado a su cachorro.

Harry estaba helado, pero luego de un tiempo correspondió al abrazo con todas sus fuerzas, intentando no llorar al verlo allí, vivo.

-Sirio- susurro feliz

En ese momento lo supo, cuando vio su reflejo en un espejo en la pared, se encontraba nuevamente en su quinto año, las facciones de su rostro aun adolecente estaban allí.

***TMR//HJP***

Los días en Grimmauld place pasaron más rápido de lo que creyó, acercándose aún más a Hogwarts.

Había pasado gran tiempo en la biblioteca con Hermione, haciendo alguna que otra broma con Fred y George, o en todo caso teniendo teniendo largas charlas con Sirius o Remus, sobre cualquier tema.

Había intentado firmemente hablar lo menos posible con los otros Weasley, e ignorar a la molesta de Ginny, que seguía persiguiéndolo todo el tiempo.

Había tratado de escuchar conversaciones de la orden, para poder encontrar alguna información de lo que sucedía fuera, pero fue todo en vano.

Otro detalle era el cuadro de Walburga Black, que colgaba en la pared, y con la cual no se había animado a acercarse, hasta esa noche.

Todos dormían, incluso el amargado elfo. Los pasillos de Grimmauld place eran oscuros, ilumínanos por viejas lámparas que solo hacían ver el lugar más tétrico.

Iba bajo su capa de invisibilidad, solo por si acaso, y se acercó al cuadro.

Lo miro fijamente, sin atreverse a quitar la tela oscura que lo tapaba. Estiro su mano y la agarro fuertemente, y buscando de su coraje Gryffindor, tiro de ella.

La mujer estaba allí, sentada en su silla, con sus manos cruzadas sobre su regazo. Su ceño fruncido estropeando su hermoso rostro, su pelo negro recogido en un complicado peinado, un vestido violeta oscuro, casi negro. Era unos años mayor de lo que había sido la última vez que la vio, pero seguía tan gloriosa como siempre.

- ¿Walburga Black? -pregunto, a pesar de que sabía quién era

-Lady Walburga Black, niño -gruño la mujer, pero en sus ojos había una pequeña chispa de reconocimiento, pero al mismo tiempo no sabía quién era, supuso que era por su apariencia más joven.

-Harry Evans -dijo, solo para ver si lo reconocería

- ¿Evans? -pregunto la mujer

-Si -dijo esperanzado de que ella lo reconociera

-Creo que oí hablar de un Evans... -murmuro, haciendo que una pequeña chispa de felicidad iluminara el interior del muchacho, pero se apagó rápidamente -ah, si -dijo en reconocimiento, pero un asco burbujeo en su voz - ¿no era esa la esposa de James Potter? ¿La sangre sucia? -pregunto arrugando su bello rostro

La pequeña esperanza se apagó dentro de él, y temía, muy en lo profundo de su interior, que todos lo hayan olvidado.

-soy Harry, Harry Potter -dijo con la voz más baja

- ¡ah!, así que eres su hijo eh... -murmuro mirándolo fijamente, para después mirar su cicatriz -el niño que vivió -

El menor arrugo la cara ante el apodo, pero no lo negó.

- ¿Por qué estás aquí, niño? -le pregunto lady Black mirándolo fijamente de nuevo

- ¡oh! Pues... yo... ¿eres la madre de Sirius, cierto? Pues quería conocerte -mintió

-ah... ese chico... una deshonra para nuestra familia... ¿Cómo puede confiar en alguien como Dumbledore? -pregunto con amargura

-Yo... no lo sé-se encogió de hombros

-Tu tampoco deberías confiar en él --le dijo la mujer

-no lo hago-negó con la cabeza, sabiendo que podía confiar en ella, después de todo, ella sería como su abuela en algunos años, solo que antes, no había creído en sus palabras sobre Dumbledore, hasta que tuvo la prueba frente a sus ojos.

- ¿no lo haces? -pregunto curiosa

-no, no lo hago... yo... se lo que él hizo y hace, no podría confiar en el - susurro con furia

Antes de que la mujer pudiera seguir hablando, se escucharon unos pasos.

- ¿Harry? -pregunto Sirius adormilado mientras se acercaba a donde oía las voces.

-hablaremos otro día, Lady Black -se despidió, mientras se ponía la capa y se escabullía, olvidando completamente poner la tela en el cuadro.

Sirius camino hasta que se encontró con el cuadro de su madre.

-así que te han destapado ¿eh? -gruño mientras se acercaba para poner la tela de nuevo, pero en eso su madre le hablo.

-Sirius -le hablo con tanta calma y pesar que hizo que se congele en su lugar -sé que no quieres oírme, pero escucha esto una vez, y luego tápame cuanto tiempo quieras -le pidió en casi una suplica

El hombre le entrecerró los ojos, pero luego asintió y la dejo proseguir

-Sé que confías en Dumbledore... -un gruñido la interrumpió unos momentos, pero ella siguió -pero debes investigar, fíjate si realmente es de confianza... ¿realmente crees que el gran Albus Dumbledore, que sabe quiénes son los mortifagos y quienes no, no sabría que Pettigrew era el guardián secreto? ¿O el hecho de que ni siquiera hablo por ti, para que te consiguieran un juicio, a pesar de ahora saber que eres inocente? ¿O el hecho de que no te deja ver al joven Potter, ni lo deja vivir contigo? -

-Es por su seguridad... las barreras de sangre... -su madre lo interrumpió

-por favor, Sirius, no hay mejores barreras que las de la casa Black, además ¿no recuerdas la educación que recibiste? Las barreras de sangre no duran tanto tiempo... menos 15 años -le hablo ella.

El Black menor no dijo nada, solo miro los ojos oscuros de su madre, y luego cerro el retrato, tenía muchas cosas que pensar.

***LV//HJP***

Los últimos días de vacaciones pasaron rápidamente. Harry se había puesto a investiga la batalla final entre Dumbledore y Grindelwald, y no encontró nada de un Evans o de alguien interponiéndose en su camino.

No había hablado con Walburga desde la primera vez, sin encontrar realmente la ocasión, y de noche, Ron ya no dormía con el sueño tan pesado, se despertaba hasta con el mínimo movimiento.

Sirius había estado inusualmente pensativo, no sabía que le pasaba, y cuando pregunto, no le respondió con nada más que un simple "nada, Harry, no te preocupes".

Ahora mismo se encontraba en una sala en el ministerio para su juicio sobre magia indebida para menores de edad.

El martillo sonó en la sala, y el silencio cayó sobre todos, dejando al ministro hablar.

-audiencia disciplinaria del 12 de agosto por delitos cometidos por Harry James Potter que reside en Privet Drive numero 4 Little Whinging en Surrey. Inquisidor Cornelius Oswald Fudge ministro de magia -hablo el hombre

Esa vez parece que Dumbledore realmente se estaba retrasando... mejor para el

-los cargos contra el acusado son los siguientes, que a propósito, y con la ilegalidad de sus acciones, hizo un encantamiento patronus enfrente de un muggle... ¿niegas a ver conjurado el hechizo? -le pregunto con la intención de hundirlo.

-No -hablo con calma

- ¿eras consiente de que se te prohíbe usar magia fuera de la escuela mientras no tengas 17 años? -

-Si -asintió de nuevo

-Brujas y magos del Wizengamont... -comenzó, pero fue interrumpido rápidamente

-yo, Harry James Potter Evans, heredero de la casa Potter, atestiguo por mí mismo... -hablo Harry con voz calma, algo que frustro más al ministro, ya que se notó como apretó la mandíbula en un intento de calmarse.

- ¿Qué tiene que decir, señor Potter? -le pregunto

-Heredero Potter, Ministro... y lo primero que quiero decir, es que luego de haber estado en el torneo de los tres magos, fui emancipado automáticamente, por lo que no se me puede expulsar de Hogwarts por magia ilegal, ni mucho menos por hacerlo en presencia de un muggle. En segundo lugar, puedo dar mi recuerdo, para que vean lo sucedido - hablo

El juicio pasó, vieron el recuerdo y le anularon todos sus cargos. En algún momento Dumbledore había llegado, pero al ver que ya no podía interferir, no pudo hacer nada.

Ahora mismo se encontraba en Hogwarts nuevamente, con un pesar en el estómago al tener que sentarse en la mesa de Gryffindor.

Se había encontrado con luna en el viaje en el tren, igual que su tiempo antes. También se les había unido Neville con su extraño cactus.

Hermione y Ron, por el contrario, ahora era Prefectos, así que no podían estar mucho tiempo allí.

Dumbledore dio su discurso habitual, interrumpido por Dolores Umbridge como en este tiempo anterior, y dio su asqueroso discurso.

- ¿cautivador? Qué tontería -había dicho Ronald, tal como la vez pasada.

-concuerdo... este solo es un vago intento del ministerio de entrar en Hogwarts e interferir en el -había gruñido el menor, sorprendiendo a Ron por saber aquello.

Hermione solo estuvo de acuerdo.

Al final había terminado agotado en su cama de Gryffindor, con muchos pensamientos en la cabeza.

***TMR//HJP***

Los siguientes días fueron un caos. Dolores Umbridge era una profesora espantosa, que Harry no provoco esta vez, por lo que no fue castigado, gracias a Merlín. Dumbledore se hacia el importante, el maldito hipócrita, Harry lo ignoro todo el tiempo, como el a él. Ron le insistía en que le diga a la perra de Umbridge que Voldemort si había vuelto. Ah, y para empeorar las cosas, algunos alumnos lo evitaban como la peste después de que dijo que el señor oscuro había regresado, pero él no lo volvió a mencionar, por lo que nadie más lo hizo.

También había comenzado a buscar en la biblioteca sobre la época de Tom, y no hallo absolutamente nada sobre "Harry Evans" no había registro de que un estudiante trasferido de Dumnstrang llegara a la escuela en sexto año. Tampoco había indicios de sus notas, ni fotos en las que estaba extremadamente seguro que había salido.

En conclusión no había nada de él, y eso lo enfadaba y lo aterraba... ¿y si Tom realmente no lo recordaba? Era su constante pregunta.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por Hermione, que se sentó a su lado mirándolo fijamente.

- ¿me dirás que tanto buscar? -pregunto con frustración la mujer

-no puedo hacerlo, Hermione -negó con pesar, porque por mucho que quisiera hacerlo, aun no sabía de qué lado estaba ella, y a pesar de que aún no salía con Ron ni mostraba indicios de estar enamorada, tenía miedo de no este de su lado.

Ella solo lo miro, y luego suspiro.

-bien, comprendo, tienes tus secretos y los respeto... pero si necesitas ayuda en algo pídeme, yo te ayudare, Harry -prometió con voz suave.

Harry la miro fijamente, con sus hermosas esmeraldas.

-lo prometo... y ojala encuentre algo en estos estúpidos libros -gruño mientras fulminaba con la mirada el dichoso cuaderno.

-un libro, Harry, es una de las mayores fuentes de información con la que cuenta una persona, jamás los subestimes -regaño ella -pero, si lo que buscas no se encuentra allí, busca otro medio para hallar la información, ya sea una persona u objeto, porque aunque no lo creas, los objetos dicen más que mil palabras -hablo ella, mientras miro unos segundos el anillo en su mano, que el rápidamente oculto con vergüenza.

-gracias, Mione' -sonrió agradecido

-no hay de que, Harry -le correspondió la sonrisa mientras abría su gran libro y se ponía a leerlo, mientras el comenzaba a pensar.

... "si no encuentras información en un libro, habla con una persona que pueda estar relacionado con aquello que buscas"... dijo su mente, mientras también pensaba las palabras de Hermione.

-una persona- murmuro bajo, solo para él.

"¡el director Dippet!" le grito su mente

Claro ¿Cómo no lo había pensado? Seguramente borro todos los datos sobre él, al ser del futuro, y como ahora se veía más joven y muchos años han pasado, Walburga no lo reconocía.

Si, seguro era eso.

***LV//HJP***

Hacía meses que había revivido, y llamado a sus seguidores libres.

Actualmente el señor oscuro se encontraba en la mansión Malfoy, mientras esperaba que la mansión Riddle fuera arreglada, reconstruida y con nuevas protecciones más fuertes.

El mes anterior había sido la fuga a Azkaban, donde había liberado a sus fieles seguidores, y actualmente eran atendidos por los médicos que había entre sus mortifagos. La culpa de la fuga había sido echada al fugitivo Sirius Black, por lo que no hubo tanto problema por ocultar su regreso, y por más que se empeñe Potter al hacerlo saber, nadie le creería.

Lo curioso era que no lo había intentado.

Lucius había llegado a él hace unos cuantos meses atrás, semanas antes del comienzo de las clases, y le había dicho que el niño se las había arreglado solo en el tribunal, que Dumbledore llego pero no tuvo tiempo para actuar. Y que el chico no había ni siquiera mencionado su regreso.

Por informes que le había dicho el chico Malfoy a su padre y este se lo dijo a él, el muchacho estuvo concentrándose en sus notas, se lo veía gran parte en la biblioteca y que mejoro excepcionalmente en pociones, a tal punto de estar casi igual que Draco.

También se enteró que el chico estaba muy temperamental, especialmente cuando iba a la biblioteca y después salía, decía que era como si investigara algo, pero no hallaba nada.

Otra cosa de las que se entero fue que su relación con el chico Weasley había cambiado casi drásticamente, y ya casi no pasaba tiempo con él, sin mencionar lo molesto que parecía cuando la chica Weasley se le pegaba como una lapa.

Aquel pensamiento hizo que una llama de lo que el no supo descifrar se encendiera en su interior, pero rápidamente la reprimió e ignoro, no queriendo indagar en aquello.

***TMR//HJP***

Estaba furioso, no había encontrado el momento para poder acercarse a la oficina de Dumbledore, y aquello le ponía los pelos de punta.

El viejo siempre estaba allí, casi se había aislado allí y rara vez salía a desayunar o cenar en el gran comedor.

No había podido descifrar la contraseña de la gárgola, otra cosa que le molestaba, y no estaba dispuesto a ir y decir contraseñas al azar para que se equivocara y le avisara al viejo pervertido.

-hola

~harrinskin- hablaron dos voces a sus costados.

Giro su rostro y se encontró con los gemelos Weasley, haciendo que una lamparita se prendiera en él.

-hola chicos ¿Qué tal va todo? -pregunto con una sonrisa divertida

-bien

~genial

-Excelente -dijeron con su extraña sincronización -oye

~Harry querido

-queríamos saber

~si nos queseras ayudar

-A hacerle una broma a Umbridge -terminaron con una sonrisa pícara en sus rostros

Una enorme sonrisa creció en el rostro del menor, que los miro con malicia.

-Quiero algo cambio -dijo en un susurro

- ¿oh?

~ ¿Y qué es eso? -pregunto picaron Fred

-bueno, veras... deseo entrar en la oficina de Dumbledore... tengo que... hablar con el sombrero seleccionador por algo... de una investigación que hago... y no tengo la contraseña... si me la consiguen... les ayudare con lo del sapo -sonrió enorme mientras mentía.

Ambos gemelos se miraron unos momentos, hablándose con la mirada, antes de asentirse.

-Bien -dijo George

~te traeremos la contraseña de la gárgola

-y a cambio

~tu nos ayudaras con la broma -terminaron

-bien, me parece justo -

Ambos gemelos sonrieron y estrecharon la mano con el Gryffindor menor, notando la sonrisa astuta y digna de una serpiente de esta.

***LV//HJP***

Los días pasaron rápidamente

Los gemelos aun no conseguían la clave, pero de todas formas, sabiendo que cumplirían, Harry les ayudo con Umbridge, que apareció días después con un extrañamente familiar traje de Snape, solo que de diferentes colores, principalmente un verde sapo.

El profesor de las serpientes los había fulminado con la mirada, aunque no los acuso, porque a pesar de todo, sabía los castigos que aplicaba la loca de DCLO y no se los deseaba a ninguno de sus alumnos, incluso si eran los odiosos gemelos Weasley.

Hablando de Snape, este se encontraba inusualmente tranquilo. Si, seguía con su lengua mordaz y molestando a Harry y a Neville, principalmente este último, pero aun así no lo hacía tanto. Los puntos de las casas se comenzaron a dar de manera justa por su parte, algo que sorprendió a muchos. Y ni contar el hecho de que ya no aterrorizaba tanto a los alumnos.

También había estado vigilando a Harry, este lo había notado, pero no se animaba a acercarse, pues aún no se habían empezado a llevar bien, y en su línea de tiempo original, fueron meses después donde ambos superaron sus diferencias, y fue gracias las clases de oclumancia, que ambos habían comenzado a conocerse mejor, a tal punto de que ambos se consideraban algo así como padre e hijo, pero aún no sucedía.

Tampoco había querido acercarse a Poppy, que sabía su identidad cuando viajo al pasado, pero esto se debía solamente a que Dumbledore podría averiguarlo, o incluso ella se puede haber puesto de su lado, así que prefirió esperar hasta tener la clave y hablar con el antiguo director.

***TMR//HJP***

Hace unos días, antes de las clases había sido atrapado por ambos gemelos pelirrojos quienes le dieron la clave y le dijeron que la cambiaba cada dos semanas.

No sabía cómo había obtenido aquella información, pero prefirió no preguntar y solo agradecerles honestamente, de todas formas, no era de su incumbencia.

Ahora mismo era la hora de la cena, él había dicho que no iría porque tenía dolores de estómago, por lo que se dirigía bajo su capa de invisibilidad y con su mapa hacia la oficina.

Esa noche el director había ido al gran salón, y fue la oportunidad perfecta, no iba a desperdiciarla.

-Caramelos de limón -dijo, no tan extrañado por la clave, ya que fue una de las primeras en pasar en su cabeza hace unas semanas, pero agradeció no probarla, después de todo cambiaba cada dos semanas.

La gárgola se abrió y mostro las escaleras. Harry comenzó a subir hasta llegar arriba, donde abrió la puerta, que curiosamente no llevaba protecciones, y se adentró.

Comenzó a mirar hacia todos lados.

Primero verifico la oficina, donde había muchos artilugios estúpidos que le hicieron hacer una mueca. Continúo adentrándose, y Harry se encontró con el maldito fénix.

¿Cómo pudo a verlo olvidado?

El maldito familiar de Dumbledore lo miraba fijamente, con sus extraños ojos negros, pero algo en él, le transmitía que no diría nada, así que asintió con la cabeza, cabeceo que el pájaro copio, y comenzó a ver los cuadros.

Allí se encontraba, como muchos otros directores fingía dormir para no ser molestado, aunque el bien sabía que no era así.

- ¿director Dippet? -llamo mientras se terminaba de sacar la capa que colgaba apenas de sus hombros, y apenas ocultándolo.

El director no respondió, pero Harry no se rindió y volvió a llamar.

- ¿profesor? -pregunto

Al parecer el anciano noto que no podría ahuyentar al niño fingiendo dormir, así que abrió los ojos.

- ¿si muchacho? -pregunto con voz calma

-soy Harry, Harry Potter... y deseo hablar con usted -

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Espero les allá gustado el primer capitulo de la nueva temporada.

si tienen alguna pregunta no duden hacérmelo saber en los comentarios o en privado, responderé.

si ven algún error ya sea gramática, ortográfico, o que no concuerde con la historia, te agradecería que me lo digas, así puedo corregirlo <3

3542 palabras

Atte y con mucho cariño: Alaisha Grindelwald

PD: Tal vez en los siguientes capítulos ponga una meta para los votos, cuando se llegue a esta se publicara el nuevo capitulo .

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