Capítulo XIX

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Sus dedos rozaron el edredón como el más suave de las telas, sus ojos entrecerrados a la luz del sol que le daba en el rostro.

El aire puro inundaba sus fosas nasales, dándole la paz de haber salido de aquel lugar. Su cuerpo, a pesar de seguir tenso, sabía que ya no estaba en las mazmorras y se permitía relajarse levemente.

—Sabes porque te deje salir —susurro Voldemort parado frente a él, de una manera imponente, observándolo como si fuera poco o nada.

Aiden levanto su mirada y la fijo en el lord frente a él. No le tenia miedo, tampoco respeto. El por lord voldemort no sentía nada.

—Lo sé—asintió, levantando la barbilla con orgullo, sin apartar sus ojos de los rojos sangrientos.

—Lo protegerlas con tu vida, con todo lo que puedas dar, e incluso cuando ya no puedas dar nada, lo seguirás protegiendo. A él y al niño en su vientre —susurro de forma escalofriante, una amenaza escondida tras todas las palabras dichas.

Aiden asintió entendiendo. No hacía falta que el lord se lo aclarara para que fuera así, porque el protegería a Harry con su vida.

—Tu brazo —ordeno. Aiden abrió los ojos sorprendido, y sin embargo apretó sus labios en una fina línea, odiando cuando obedeció y mostró el antebrazo, sabiendo lo que vendría.

Voldemort no dudo en levantar su varita y clavar la punta blanca con dureza en la piel pálida, tersa y con manchas de tierra. Vio cómo el señor oscuro murmuró algo por lo bajo, y un dolor agonizante lo recorrió de arriba abajo, sintió como sus músculos se tensaban y como mil agujas calientes atravesaban su piel.

Voldemort siquiera hizo una mueca ante los gritos, y simplemente lo miro desde arriba con frialdad en su rostro, sin perturbarse.

Cuando el hechizo finalizó, Aiden término arrodillado jadeando contra el suelo, su brazo aún agarrado con fuerza por la mano pálida, pero sin temor la jalo y la libero del agarre, aferrando su brazo con fuerza contra su estómago.

—Severus te alcanzará una pomada para adormecer esa zona del brazo, sanará en unas semanas —advirtió, una satisfacción oculta por ver al chico sufriendo de aquella forma, arrodillado en los suelos fríos, reconociendo su lugar —Pronto verás a Harry —fue lo último que dijo, antes de darse la vuelta e irse.

Aiden se quedó solo unos momentos, aún jadeando con su mano ardiendo como los mil infiernos, sus ojos cerrados con fuerza tratando de calmar aquel dolor agonizante.

Cuando la puerta se abrió nuevamente, esta vez entro Severus, que caminaba con su rostro serio como siempre, mirando al adolescente sin siquiera perturbarse, bastante acostumbrado a estas reacciones.

Se arrodilló frente a él, y tomo su brazo con una nueva suavidad que Aiden no sabía que el hombre tenía, sacando otro pequeño jadeo de sus labios. Pero el dolor pronto se convirtió en un cosquilleo cuando sintió los dedos de su profesor rozar su antebrazo con el ungüento, dezlisando aquella crema pastoza por toda la zona con calma.

Cuando el dolor se calmó, por fin abrió los ojos, sintiendo su respiración agitada, y su corazón latiendo más rápido de lo normal. Y cuando levanto la mirada vio al profesor examinar confundido la marca. Sus ojos bajaron hacia abajo con la misma confusión y allí lo vio. La típica serpiente con el cráneo no estaba, estaba en su lugar la flor de lis, que significa lealtad, fidelidad y honor. Detrás de la flor estaba una mariposa de lado, con alas oscuras, casi negras y tirando al azul, con un significado que no podía asociar, y alrededor de ambos había pequeñas estrellas que lo rodeaban. La luz en la oscuridad.

—La marca representa a Harry —susurro Severus, rozándola con el pulgar.

— ¿Que? —pregunto en un susurro.

—Nada, ve a darte una ducha, lo necesitas —murmuro, parándose de su lugar —Tienes una túnica se gala en el armario, tu varita dentro de la mesita de noche. Esta noche hay un banquete y Harry asistirá, debes protegerlo —le informo, antes de tal como hizo el lord oscuro, retirarse sin más.

***TMR//HJP***

Harry suspiro y tironeo levemente su túnica azul rey, intentando inútilmente que sea más cómoda

La noche había caído pronto, y las personas comenzaron a llegar con sus trajes de galas caros. Harry sentía que estaba totalmente desencajado en ese tipo de ambiente, incluso aun cuando no había entrado.

Bella se estaba tardando mucho, y Severus había dicho que los iba a ver más tarde, al parecer venía con pareja, algo que ninguno esperaba.

Su pie repiqueteaba levemente, y sus manos agarraban sus codos con nerviosismo, mirando cada que sentía un ruido de afuera hacia la puerta, esperando que está se abriera para que su madre pasará por ella.

Cuando por fin paso, la puerta chillo levemente y su reacción fue instantánea, giro sobre sus talones y miro a quien entraba, esperando a Bella sonriendo con locura y un hermoso vestido cubriéndola, pero contrario a lo que pensaba, Aiden cruzo la entrada.

Su rostro estaba algo perdido pálido por la falta de luz solar, y un poco más flaco que de costumbre. Parecía buscar algo por la habitación con rapidez y desesperación, hasta que rápidamente su mirada cayó en Harry, dejándolo en blanco y embobado.

—Yo- —susurro con la voz ronca, entrando y cerrando con rapidez detrás de él.

—Aiden —murmuro, inconscientemente acomodando las arrugas de su túnica. — ¿Cómo es que tu-? —pregunto confundido, sin saber cómo seguir.

— ¿Salí de las mazmorras? —completo con una sonrisa divertida, llevando una mano a su nuca y revolviendo su cabello.

—Exacto —sonrió con nerviosismo, cambiando su peso de un pie a otro.

—Voldemort me ofreció un trato, o más bien no tuve más opción que aceptarlo —sonrió dudoso, dando otro paso adelante. —era mi libertad a cambio de cuidarte a ti, y al niño en tu vientre —relamió sus labios, sin saber que más decir al respecto.

—Oh Aiden —murmuro Harry con los ojos abiertos y sorprendidos.

—Oh, no, no. No creas que me siento obligado, en realidad de todas formas iba a aceptarlo, es un honor cuidar de ti y estar a tu lado —dijo con rapidez, tratando de remediarse al darse cuenta de sus palabras equivocadas.

Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Harry, quien soltó una risita pero asintió.

—Te vez bien —susurro el mayor, observando al niño, y su vestimenta.

Harry miro hacia abajo, sonrojándose furiosamente.

—También te ves bien —contesto, volviendo a mirarlo.

El mayor vestía una túnica negra que llegaba hasta un poco arriba de sus talones, hasta el final de sus pantorrillas. Sus pantalones ajustados, y una camisa oscura. La varita estaba sostenida al cinturón con una funda, a la mano en caso de ser necesario. Su cabello, siempre peinado pulcramente hacia un lado, como Tom, y sus bellos ojos avellana que resaltaban a la luz de la luna.

—Me alegra saber eso —sonrió torpemente mientras se frotaba su brazo con nerviosismo.

— ¡Estoy lista! —dice una voz alegre mientras la puerta vuelve a abrirse y cerrarse con rapidez.

—Madre —susurro el menor observándola de arriba abajo.

—Mi niño —sonrió con locura para ir a abrazarlo con alegria, plantando un beso en su frente, para luego girarse y mirar al otro habitante de la habitación —. Y tú debes ser Aiden, mí Lord me dijo que estarías aqui —dijo mientras se giraba a mirarlo de arriba abajo.

—Ese soy, un placer madame... —respondió algo incómodo con la situación, dejando unos segundos de silencio para que ella completara con su apellido

—Lestrange —dijo Bella tendiendo su mano, la cual de inmediato fue tomada por Aiden, quien se inclinó hacia adelante y le beso los nudillos con respeto.

—Eso me recuerda ¿Y Rodolphus? —cuestiono interesado Harry, descubriendo que no se encontraba alrededor.

—Rebastan causo un problema y se tuvo que quedar a solucionarlo, volverá pronto pero lo veremos en la gala —contesto con una gran sonrisa, pasando un brazo por los hombros de Harry —. Y tu galán, espero que estés preparado para ser la llama de atención de todos los mortifagos —dijo, mirando la cara de mortificación de Harry, quien estaba absolutamente espantado —O casi todos —remedio de inmediato, comenzando a caminar hacia la puerta de salida —Tu no te preocupes —dijo con una sonrisa tensa, besando su cabello.

Harry solamente compartió una mirada de puro espanto con Aiden, quien sonrió divertido.

***LV//HP***

Harry estaba seguro de que a lo que Bella se refería con casi todos los mortifagos" era más de la mitad de ellos, tal vez un 75%, lo cual era mucho.

La mansión Malfoy estaba rebasada de personas, todos cabiendo en aquel salón que Harry estaba cien por ciento seguro de que era más pequeño pero que ahora se veía más grande. Las personas vestían elegantemente, todos con trajes oscuros de colores discretos como el verde, el azul, o el negro, en algunos casos el gris y en otros el beige, y eran tan elegantes que sofocaba. No era su ambiente sin duda, era un aire opresivo, y parecía que los ojos querían comerlo vivo, aunque nadie se acercaba, Harry lo debía a Bellatrix quien miraba a todos con aquella mirada amenazante, aterradora y con absoluta locura, porque Aiden parecía más como un pequeño perro guardián que no parece para nada feroz, aunque no dudaba en que el sacaría su varita y mataría a quien intentara tocarlo con malas intenciones.

—Sabes... —susurro Harry, completamente tenso mientras caminaba con Bellatrix por la multitud, tomando un vaso de champagne de los elfos domésticos que caminaban elegantemente vestidos por el lugar, con sus bandejas de plata y muchas otras copas —Estoy seriamente pensando en huir de aquí ahora mismo —dijo, recibiendo una mirada amenazante de Bella, haciendo que se remedie de sus palabras de inmediato.

—Concuerdo totalmente —susurro Aiden cerca de su oído, ya que la fuerte música que provenía de un pequeño escenario en una esquina no le permitía hablar correctamente, sumado a las múltiples voces de los invitados.

Harry bufo una pequeña risita y se giró a mirarlo. Realmente necesitaba hablar con el de todo lo que estaba sucediendo.

—No puede beber alcohol señor Potter —dijo una voz neutra tras él, sacándolo de su pequeña conversación con Aiden, y arrebatándole la bebida sin tomar de sus manos.

Los ojos del menor se iluminaron automáticamente, y con una gran sonrisa se giró a mirarlo.

— ¡Padre! —dijo extasiado, sintiendo como cada parte de su cuerpo se relajaba ante aquel hombre, pero se volvía a tensar cuando noto a su acompañante.

Sirius se paraba orgulloso como un Black a su lado, con su mentón en alto y sus perfectos rizos peinados con elegancia sin un solo cabello fuera. Su traje de tres piezas, de color negro y gris, con el escudo Black en su pecho y el anillo de señor brillando en su dedo índice, indicando a cada persona que lo viera quien es.

Orión —susurro extasiado, observando a la réplica de Orión Black ante sus ojos, observando al hijo de orión Black a su lado. Costaba ver la diferencia, el creía que si no supiera donde estaba absolutamente creería que se trataba del antiguo señor de la casa Black. Una parte de él deseo que así fuera, la parte que quería volver atrás 50 años en el pasado.

—Supongo que me lo merecía —dijo Sirius con una sonrisa triste, observando a su cachorro con sus ojos brillando levemente con lágrimas no derramadas.

—No es sano guardar las lágrimas en tu interior con todas las emociones cargadas que tienen, algún día se acumularan tanto que simplemente estallaran y no podrás detenerlo —dijo Harry, tal cual un viejo amigo se lo había dicho. (Fleamont Potter 1942, corrección "El aleteo de una mariposa" capitulo 7)

Y las lágrimas se derramaron lentamente de Sirius, observando a su ahijado con incredulidad, sintiendo que todo aquel peso que traía encima, todas aquellas preocupaciones y el estúpido temor se suavizaban de inmediato al notar lo sano que se encontraba.

—Dime por favor que no tuviste un romance con mi padre —dijo en forma de broma con la voz algo rota, mientras se acercaba y abrazaba a Harry.

—No precisamente —respondió en cambio, devolviéndole el abrazo con todas sus fuerzas, escondiendo su rostro en su pecho y aspirando su aroma, descubriendo solamente con esa pequeña acción cuanto extrañaba a su padrino —. Dime, por favor, que al menos tú eres el activo en esta relación —susurro, haciendo referencia a él y a Severus.

—No precisamente —se burló, apoyando su nariz en el revoltoso cabello de Harry.

—Humillante, Sirius, Humillante —dijo con una risita, lentamente separándose de sus brazos.

—Sin duda —asintió, agarrando con ambas manos el rostro de Harry, su pulgar limpiando una lagrima derramada.

—No es que no disfrute de este hermoso reencuentro —comenzó con la voz neutra Severus, haciendo que los tres lo miraran —Pero están en medio de una gala, donde cada ojo los está mirando ahora mismo, y no sé dónde diablos esta Bellatrix, estoy segura de que le dije que se quedara a tu lado —dijo con los ojos entrecerrados hacia ellos.

—Oh... —susurro Aiden, girando su mirada a su alrededor para buscar a la bruja demente —Estaba seguro de que hace unos minutos estaba aquí —dijo, recibiendo una ceja levantada de parte de Severus.

— ¡Oh mi amado primo! —grito una voz totalmente alegre, haciendo que Sirius bufara.

—Mi odiosa prima —respondió, girando a mirarla.

—Hablando de la reina de azkaban —murmuro irónico Severus, cruzándose de brazos.

— ¿Cómo estas Siriunskin? —pregunto alegre, atrapándolo en un abrazo sofocante.

—Bien, gracias por preguntar —bufo, alejándose rápidamente de la loca de su prima.

— ¿Así me tratas después de tantos años de no vernos? —Lloriqueo —Ni siquiera te dignaste a hablar conmigo cuando estabas al lado de mi celda —dijo, haciendo un puchero y sacando una risita de Harry.

—Que... bonito reencuentro —dijo una voz serpenteante, haciendo que el silencio cayera de inmediato. Nadie lo había visto venir, todos absortos al drama que se desarrollaba en medio del salón.

—Mi señor —respondieron Bella y Severus, inclinándose de inmediato, contrario a Harry y Aiden, quienes solamente se inclinaron. Lord Voldemort no comento nada ante la falta de título proveniente de Harry, tampoco lo vio necesario.

—Veo que ya se están divirtiendo —dijo cuándo se enderezaron, observando como Harry simplemente levanto la cabeza y lo vio fijamente sin vacilación alguna, lo vio fijamente como si algo que lo había estado impidiendo hacerlo durante todos esos meses se hubiera roto, dejando nuevamente a aquel valiente Gryffindor.

—Así es, mi señor, es una gran fiesta —contesto Severus, ignorando el bufido de Harry detrás de ellos, que decía algo así como "se suponía que era una cena".

— ¿Lo es? —sonrió levemente —Fue realmente organizado por Narcissa, los halagos van dirigidos hacia ella —dijo con modestia, fijando su mirada en Sirius —Señor Black, me alegra ver que... por fin ha decidido ponerse en el bando correcto —una sonrisa se formó en su rostro, haciendo que los vellos de Sirius se pusieran de punta pues por muy valiente que se creyera la forma de Lord Voldemort seguía siendo espeluznante.

—Estoy del lado neutral ahora mismo, señor —contesto Sirius en cambio, tratando de parecerse realmente a las actitudes de la sangre pura en esa sala.

—Sigue siendo un bando correcto —dijo sin más —. Ahora ¿me acompañan? —pregunto, señalando con la cabeza hacia donde estaba la puerta hacia la siguiente sala.

—Pasemos al salón, por favor —pidió Narcissa, quien en algún momento había aparecido junto con su esposo, indicándole a las personas que pasaran del salón de baile al salón donde comerían.

***LV//HP***

La cena era incomoda, o al menos para Harry. Todos estaban sentados en sus respectivas mesas asignadas, el círculo íntimo en una mesa rectangular, siendo la principal. Harry se encontraba a la izquierda de Voldemort, quien estaba en medio de la mesa, con Severus a su derecha, y Sirius a su lado. Al lado de Harry se encontraba Aiden y al lado de él Bellatrix Seguido de otros mortifagos que a Harry no le importo señalar, debido a su poca relación con ellos, o su mala relación en todo caso. Frente a Voldemort estaba Lucius y Narcissa, quienes hablaban plácidamente con el señor de diferentes cuestiones interesantes.

— ¿Cómo has estado, Sirius? —pregunto Cissa con voz suave en cuanto Voldemort desvió su atención a otras personas.

—Bien, gracias por preguntar, prima —contesto con una sonrisa un poco tensa, incomodo por su entorno para nada habitual, aunque Harry noto que estaba mucho más relajado que con Bellatrix —. ¿Tu cómo has estado? No he sabido mucho de ti —pregunto intentando iniciar una cómoda conversación.

—He estado bien —dijo con una sonrisa suave, llevando un bocado de la comida hacia su boca.

— ¿Y tú, Lucius? —pregunto, girando su mirada hacia él, esta vez un poco más picara por algo que solo ellos entendían y lamentablemente Harry quien era uno de los pocos que escuchaban la conversación, no.

—Excelente —respondió con una sonrisa de comer mierda, para luego llevarse un bocado de bistec con elegancia a la boca.

Harry solo bufo y puso los ojos en blanco, llevando su atención también al plato, que se veía delicioso pero por alguna estúpida razón no se le apetecía actualmente.

—Si no quieres comer podemos pedir otra cosa —susurro Aiden a su lado, mirando la mirada de desagrado de Harry hacia la comida.

— ¿Debería? —murmuro, desviando su mirada hacia todos los demás, que comían sin quejas lo que se les había dado.

—Claro, no debes apenarte por ese tipo de cosas —sonrió con suavidad, y abrió la boca a punto de decir algo más, pero en ese momento el platillo desapareció de frente del menor, sorprendiendo a ambos adolescentes, y luego reapareció con algunas verduras al horno, haciendo que el estómago del menor rugiera muy levemente, y haciendo que se sonroje ante eso.

La mirada de Harry se desvió de su plato hacia Voldemort, que comía y hablaba con algunos mortifagos como si no notara absolutamente nada, sacando una pequeña sonrisa del azabache.

***LV//HP***

—Las fiestas son aburridas —bufo Harry con la cabeza apoyada en el hombro de Aiden, mirando a todas las personas de vuelta en el salón hablar con elegancia con la música del violín y el piano de fondo.

—Lo son —sonrió divertido el chico mayor, aunque parecía totalmente acostumbrado.

—Pareces haber estado en estas fiestas antes —señalo Harry, mirándolo de reojo.

—No de mortifagos —resoplo y negó con la cabeza —Pero si en galas de sangre puras —conto, frunciendo levemente el ceño como si recordara algo de repente, algo que ignoro en todas esas semanas —Mi familia es sangre pura, es normal para nosotros asistir a esta clase de eventos, y más aun con el estatus que tenemos. Mi madre solía quedarse conmigo hasta que terminara la fiesta cuando era pequeño, aunque recuerdo que intento hacer que me quedara con otros niños –dijo con una sonrisa nostálgica —Nunca pudo —bufo.

—Nunca te he visto cerca de muchas personas, no pareces tener ningún amigo —comento de repente Harry, levantando su cabeza de su hombro y mirándolo como si hubiera descubierto algo de repente —Tu madre tampoco te ha estado buscando desde que desapareciste, de hecho, no he oído de casi nadie que te estuviera buscando realmente —dijo, mirándolo con desconcierto —O al menos luego de un par de semanas —aclaro, recordando haber oído lo insistente que era madame McMahon al principio, aunque luego pareció haberse silenciado de repente.

—Madre siempre fue... extraña —comenzó, desviando su mirada hacia la fiesta —Nunca me dijo porque, pero yo se... que nada lo hace porque si, es como si supiera cosas, como una vidente, aunque jamás lo confirme ni me lo confirmo... si ella no me ha estado buscando debe ser a porque lo creyó conveniente de esa forma —dijo, mirando nuevamente a Harry, quien fruncía el ceño y abría la boca como si estuviera por decir algo totalmente enfurecido —Y respecto a mis amigos... —dijo rápidamente, acabando por la diatriba que comenzaría —No tengo. Solo son conocidos que me agradan, pero nunca logre encontrar a nadie a quien llamar realmente un amigo. No me molesta, estoy realmente bien de esta forma —sonrió, intentando aliviar la tensión, y tratando de ignorar la mirada de Harry, que parecía irse a algún recuerdo, y Aiden suponía de quien podría ser, desde que se conocían pasaban estas cosas.

Y así era realmente "Estoy realmente bien de esta forma, no necesito amigos, solo aliados y seguidores que estén dispuestos a ayudarme a llegar a donde quiero" eso había dicho Tom una vez durante una conversación en su pequeño estudio mientras Harry posaba para que Tom pintara su silueta (para más información buscar en mi perfil la corrección de esta misma historia, pero ahora llamada "El aleteo de una mariposa"). Y Harry respondió lo mismo que había dicho aquella vez:

—Todos necesitamos un amigo —susurro con sus labios apretados en una fina línea, mirando fijamente los ojos avellanas —. Puedo ser el tuyo si quieres —ofreció con duda.

El tardo en responder, pero cuando lo hizo, fue solo un susurro.

—Claro —respondió simplemente, una sonrisa suave y triste pasmada en su rostro.

Porque dolía, realmente dolía.

Nota de la autora: ¿creo que todos sabemos a lo que se refiere, cierto?

***LV//HP***

La fiesta había transcurrido sin problemas, el baile había sido iniciado por Lucius y Narcissa y luego muchos otros se les habían unido. Harry no lo hizo. Él no sabía bailar y prefería mantener completamente la distancia con la pista de baile. Y Aiden solamente era un guarda espaldas en ese lugar, no está en posición para alejarse y dejarlo por bailar.

Voldemort tampoco parecía muy dispuesto a hacer nada más que hablar con los funcionarios y hacer cosas de señores oscuros, cosas que actualmente no le estarían importando.

Aunque por suerte no tuvo que quedarse mucho tiempo allí, Voldemort lo había enviado a descansar antes de la 1, así que alrededor de las 12:30 Harry estaba plácidamente durmiendo.

Sus ojos no habían podido evitar cerrarse con cansancio ante lo agotado que estaba su cuerpo y mente, y ni siquiera recuerda realmente haber soñar algo, aunque sabe que lo hizo, por las grandes manos que acariciaban sus cabellos con dulzura, y frases que ahora no recordaba susurradas a su oído con suvidad. Pero todo siendo interrumpido por alguien que lo sacudió suavemente.

Sus ojos se abrieron con lentitud y se enfocaron en la persona que estaba frente a él, aunque su silueta estaba poco iluminada por la luz de la luna que entraba por la ventana, Harry supo reconocerla de inmediato, sus cabellos alborotados le supo decir de quien se trataba.

—Harrinskin, cariño —susurro locamente maternal la mujer, arrastrando su dedo índice por su mejilla —Debemos irnos, tenemos tan solo unas horas —aviso, viendo al menor levantándose lentamente y asintiendo.

—En unos minutos salgo —dijo con la voz ronca, recibiendo un asentimiento de Bella, quien se dio la vuelta y salió del cuarto, probablemente a esperarlo en la puerta con Severus.

Harry no tardo en levantarse y conjurar un lumos, iluminando la habitación de forma tenue. Fue primero hacia el baño y se lavó la cara, los dientes y luego hizo sus necesidades. Para luego salir y cambiarse a unos simples pantalones negros con una camisa y botines de piel de dragón. Para luego caminar con rapidez hacia la salida.

Al salir de la habitación no solamente estaban Bella y Severus, sino que se encontraba Aiden, algo tenso pero con rostro determinado, sorprendiendo levemente a Harry con su presencia.

— ¿Qué...? —pregunto confundido, girando su rostro hacia el profesor de pociones con duda.

—Es tu guarda espaldas, el juramento lo obliga a venir —respondió simplemente, recibiendo un asentimiento de Harry —. Vámonos, no debemos perder tiempo —dijo, comenzando a caminar por el pasillo hasta las escaleras.

No tardaron mucho en llegar fuera, ni tampoco lo hicieron en llegar al final de las protecciones. Y lo único bueno de estar en la mansión Malfoy, era que no avisaba a Voldemort de la retirada de ciertas personas, podían irse con tranquilidad. No tanta, pero lo suficiente como para saber que al volver el señor oscuro no estaría esperando en la entrada para asesinarlos.

Aparecerse en Hogsmeade no fue difícil. El silencio del pequeño pueblo inundaba el lugar, todos estaban ya durmiendo plácidamente en sus camas, y el único sonido que se escuchaba era el de la cigarra. El ambiente era algo tétrico, el viento que soplaba la copa de los árboles y los suaves chirridos de algunas ventanas abiertas que se movían levemente. Sus pasos en el asfalto también era algo de lo que era difícil no percatarse, al igual que el suave ondeo de la túnica de Severus que era quien guiaba el camino hacia el cementerio.

Al llegar al final del pueblo pudieron ver las cercas y la puerta de metal que tenía escrito "Caídos" haciendo referencia a todos los muertos en la batalla final. Al abrirla emitió un chirrido escalofriante que le puso los pelos de punto tanto a él como a Aiden. Las tumbas estaban dispersas de forma aleatoria, deterioradas y llenas de musgo que seguía creciendo. Todas iguales, grises y con nombres de diferentes personas en ellas. Excepto una, una que se encontraba al fondo, casi apartado pero cerca, para que no se notara mucho la distinción.

Harry supo de inmediato que esa era la suya. El poder inimaginable que exudaba magia de Tom y de Harry, fuerte y escalofriante. Camino con pasos lentos hacia ella, sintiendo que cada vez que se acercaba más el poder crecía, la magia crecía, y Harry cada vez la reconocía aún más, y quería golpear a Tom por haber hecho algo como eso con su cadáver.

—James Evans (Harry Evans) —susurro Bellatrix posicionándose en uno de sus lados, mirándola fijamente.

Harry salió de su ensimismacion y la miro a ella, y a Severus, quien se encontraba a su otro lado, y no tardo en notar la ausencia de Aiden.

— ¿Dónde está? —pregunto, sabiendo que sabrían a quien se refería.

—Debe quedarse a vigilar la entrada —respondió simplemente Severus, sin despegar sus ojos de la lápida, como si una parte de sí mismo aún no se lo creyera.

—Y nosotros debemos apurarnos —dijo Bella, haciendo que den pasos atrás mientras apuntaba su varita en la tierra, haciendo que esta se moviese turbulentamente, corriéndose hacia los costados como si algo de abajo la estuviera levantando.

Harry miro maravillado la escena, su corazón latía cada vez más fuerte, el poder que sentía latir alrededor lo ponía ansioso, y la oscuridad de la noche no ayudaba para nada.

Pronto un ataúd blanco como un lirio, algo opacado por los años salió completamente hasta posicionarse a un lado en el suelo de pastos verdes. Harry lo miro con algo parecido a la adoración, aunque una parte de si hubiera preferido solo un ataúd normal, uno como cualquier otro, pero no podía negar la belleza de haber sido enterrado de este. En la tapa escrito con una pulcra letra cursiva estaba su nombre, o el nombre que todos creyeron que era suyo, en dorado decía "James Evans" (Harry Evans) haciendo que sea aún más especial.

—Háganse a un lado —llamo Severus, haciendo que de otros pasos atrás. Esta vez el apunto con su varita y murmuro una serie de hechizos para que la protección del ataúd se rompiera y la tapa se abriera por fin —hazlo ahora —dijo, llamando a Harry para que por fin levantara la tapa.

La duda solo lo embargo unos momentos, pero rápidamente la obligo a retroceder cuando la levanto con algo de dificultad por lo pesada que era. El olor nauseabundo los embargo de inmediato, la putrefacción y los años de encierro salieron y los hicieron contenerse de vomitar. Los huesos en proceso de descomposición, amarillentos por los años, los gusanos que atravesaban los ojos y las costillas más miles de otros bichos. Sin duda era algo asqueroso y traumático, era traumático saber que aquí estaba su cadáver, que ese era realmente él.

Sus manos se encontraban en su pecho, juntas y sosteniendo un lirio de cristal de donde Harry ahora veía que provenía todo el poder. El poder de lord Voldemort.

Y ahí fue cuando lo entendió, ahí fue cuando todo cayo en su lugar.

Él no era el horrocrux, él nunca lo fue.

Él tenía el horrocrux.

El lirio que estaba en sus manos era la parte del alma de Voldemort, era la parte que siempre había estado con él, que a pesar de ser sostenida por su cadáver, el alma lo acompañaba a todos lados.

Pero había algo más, un poder desconocido también estaba dentro del objeto mágico, algo que acompañaba al horrocrux.

—Es la respuesta —susurro Severus, mirándola fijamente —Esta es la respuesta y la solución, Harry —dijo, levantando la cabeza para mirarlo ahora.

Los ojos esmeraldas brillaban esperanzados, y observaba a Severus como si tuviera todas las respuestas del mundo. Y su corazón ahora latía más fuerte que antes ante la emoción que lo embargaba.

— ¡Harry! —grito una voz, sacándolo de su emoción de inmediato ante el horror que se escuchaba.

Los tres giraron su mirada hacia la entrada, donde Aiden venia corriendo con desesperación hacia ellos.

— ¡Tienes que irte de aquí! —Grito — ¡De inmediato! —La desesperación en su voz fue suficiente para que todos sacaran sus varitas, ambos adultos poniéndose enfrente del menor protectoramente — ¡El vino! —Dijo cuando llego frente a ellos —Dumb...

—Sabía que eventualmente vendrían —dijo la voz escalofriantemente fría de Dumbledore —Los estaba esperando —su túnica de colores se arrastraba por los suelos, mientras su varita estaba en sus manos, pero Harry noto que no era la varita —Solo que... —sus ojos se enfocaron en los negros de Severus —Estoy decepcionado —murmuro —Creí que me eras leal, Severus —suspiro como un padre decepcionado, negando suavemente con la cabeza.

—Yo solo le soy leal al señor oscuro —dijo, levantando el mentón con orgullo —Y a su consort —el hechizo fue inmediato, voló de su varita hacia el anciano, quien no tardo en ejercer un escudo y cubrirse del ataque.

—Eres solo un traidor, Severus. Lily estaría decepcionada de ti —esta vez el encantamiento salió de su varita hacia mortifago, que dio un paso adelante, indicando que esa iba a ser su batalla.

—Ella está muerta —dijo, arrojando un hechizo rápidamente, distrayendo solo un leve momento al anciano que se protegía, y aprovechándolo para arrojar un traslador detrás de él.

—Y sin embargo ella estaría decepcionada —reitero, lanzando aún más encantamientos.

La batalla no tardo en comenzar. Harry solo tuvo unos pocos momentos de maravillarse de lo buen duelista que era Severus, antes de que Bella tomara el pequeño frasco de poción lanzada, y digiera una palabra murmurada que solo los llevo a Aiden, a Ella y a él, dejando a Severus luchando con el director, tal cual él quería y la mujer vio.

Antes de desaparecer se escuchó el grito furiosos de Dumbledore ante su desaparición.

***

Okey, no estoy segura del capítulo.

Aunque no lo estoy con casi ninguno, pero este tiene aún más razones. Tarde una eternidad en publicar, y realmente lo lamento, pero me costó un montón seguir la historia, y creo que me sigue costando. Ya está llegando a su final, creo que muchos ya lo notaron, y eso me frustra aún más, porque es más razones para publicar más rápido. Aunque creo que lo que me dejo varada en este capítulo fue el baile, realmente fue ese maldito baile, y creo que se nota ante la escaza mención.

Peeero, por otro lado... REENCUENTRO DE HARRY Y EL CHUCHO... habrá más de ellos, lo prometo, pero aquí estaban en medio de la Fucking gala, no podían simplemente entablar la charla sentimental de padrino ahijado (al igual que con Aiden)

Y BUENO, EL LIRIO ES LA RESPUESTA ¿entendieron las referencias? En la corrección Harry no se hace llamar Harry Evans, sino que James Evans, y el Lirio representaría a Lily, ósea, James y Lily. ¿Y lo de la sala de Tom que menciona Harry? Tom en la corrección tiene un talento con el arte, así que claramente será mencionado en los próximos capítulos, al igual que la pasión de Harry por la escritura, en la corrección Harry ama escribir pequeños relatos, es su forma de des estresarse. Sabrán mas si lo leen, lo pueden encontrar en mi perfil como otra historia llamada "EL aleteo de una mariposa" o en ao3 como "El juguete de Fate" da igual ajdnsja, super recomendable, incursiona más en el tiempo que pasa Harry en la época de Tom... y algunos que otros detalles que suceden allí.

Sin más que decir, me voy, bai, nos vemos en el próximo año...

Nah, es broma jfjdjsj, prometo intentar de publicar lo más rápido que pueda.

5014 palabras

Atte.: Alaisha Grindelwald.

MarLove

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