Noche solitaria

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


La luz comenzaba a entrar en la habitación, filtrándose por la cortina entreabierta con la justa cantidad para causarle molestia al niño de blancos cabellos y forzar su despertar, tomándole unos segundos hasta ser completamente consiente de su entorno y rápidamente observar a su derecha, contemplando aquella vacía cama que se encontraba a su lado, olvidando instantáneamente toda su pereza al salir de su cama para dirigirse a esta, viendo el desorden en el que esta se encontraba mientras su respiración se aceleraba, aferrándose a las viejas telas que protegían el colchón, creando una pequeña revuelta en el momento sin ser capaz de controlar su propio pecho que se ensanchaba con su errática respiración mientras sus lágrimas comenzaban a acumularse lentamente en sus ojos. Acción que duro hasta que la puerta de aquella habitación fue abierta rápidamente por Lynn.

- Hijo, tranquilo, estoy aquí

- (sollozando) Papá... yo... tú...

- Tranquilo hijo, ven aquí

En ese momento el adulto abrió los brazos solo para recibir a los segundos el impacto del pequeño quien se había abalanzado sobre este, aferrándose como pudo al pecho de su padre mientras luchaba por calmarse, siendo cobijado por los brazos de su padre mientras acariciaba con calma la espalda de este, repitiéndole palabras en tono gentil sin aflojar su abrazo hasta que la respiración del muchacho se calmo, momento en el que suavemente lo alejo para poder ver la entristecida expresión del muchacho.

- Tranquilo campeón, solo fue una pesadilla

- Pero, era tan real... y tú...

- No lo digas, se que ese día no fue el mejor de todos y lo arruine en más de un sentido pero vamos, no puedes mortificarte por ello cuando hay otras cosas más importantes para el día de hoy ¿No lo crees Lincoln?

- C..cierto - su tono de voz por más que fuese más calmado, también se había apagado ligeramente - hoy era el día

- No dejes que un mal recuerdo y una pesadilla arruinen este día, después de todo no siempre estamos juntos así que aprovechemos este día al máximo, por ello cambia esa cara y ve a desayunar

- Si, gracias... papá

De allí el adulto se retiro de la habitación mientras dejaba solo al menor quien con una expresión aturdida observaba la salida, mientras su mente comenzaba a trabajar y recordaba aquella marea de sentimientos que fue su cumpleaños y como su padre intentaba reparar su daño ese día, era cierto, su padre estaba ahí, habían oportunidades todavía, solo estaba alterado y había sufrido de una pesadilla... todo estaba bien...

Se vistió rápidamente y se dirigió a comer, su padre había dejado el desayuno en la mesa mientras el esperaba paciente sentado a su lado, observándolo comer con una expresión tranquila, dejando que el niño se alimentara sin interrumpirle y sin remover aquella sonrisa de su rostro. Una vez terminado el desayuno ambos ya estaban preparados y habían salido a recorrer las calles del pueblo, caminando a paso tranquilo junto a su hijo, respondiendo a sus juegos, recompensándole con una calmada sonrisa ante las peticiones que pese a que requiriesen dinero eran concedidas mientras visitaban muchos de los lugares que tantas veces el adulto prometió llevarle en el pasado y por fin estaba cumpliendo según el en respuesta a la espera que por tanto hizo mantener al muchacho, siguiéndole el ritmo pese al eufórico e hiperactivo estado del niño quien lucía una expresión tanto cansada como reconfortante.

Con el llegar del medio día ambos se dirigieron a un pequeño parque para descansar, pues era uno de los lugares favoritos del muchacho.

El ambiente era grato, múltiples familias pasando el día con sus respectivos integrantes, niños repartidos por la zona con pequeñas jugarretas, padres intercambiando pases, comida o instrucciones con sus hijos aprovechando el cálido sol y la fresca brisa que les regalaba aquel oasis en medio de la urbanización, lugar donde un Lincoln ya más calmado recorría apacible junto a Lynn en búsqueda de un lugar donde sentarse y reposar de su día.

- Definitivamente la estoy pasando muy bien papá, gracias por el maravilloso día

- Claro campeón, no hay nada que no haría por ti 

- Sabes, creo que a pesar de todo lo ocurrido yo...

En ese momento se enfoco en el rostro del adulto, quien le observaba con aquella misma expresión que había mantenido durante todo el día, algo que no le había prestado atención durante su mañana de diversión pero que ahora, por alguna razón, no terminaba de convencerle.

- ¿Papá?

- ¿Si campeón?

- ¿Está todo bien?

Ante esa pregunta y la expresión incomoda de Lincoln el adulto simplemente suspiro.

Pese a que ambos llevaban caminando un tramo considerable tomados de la mano Lynn se detuvo, siendo aquella reacción la que detuvo el avance del pequeño provocando que perdiera ligeramente el equilibrio, algo que rápidamente compenso y giro su cuerpo, notando que en dicho proceso su padre había soltado su mano mientras le miraba con gran calma, manteniendo aquella serena expresión característica de aquel día.

- Creo que ya es hora de irme

- ¿Irte? Pero si la estamos pasando genial ¿Por qué te irás?

- Hijo - Lynn ante la extraña pregunta el pequeño le devolvió una suave sonrisa mientras colocaba gentilmente su mano en el hombro de este - ¿Ese era tú deseo no?

- ¿Mi... deseo? 

No era capaz de comprender esas palabras, no entendía porque se lo decía con aquella calma ni en un lugar tan expuesto como lo era el parque. No entendía porque una sensación de soledad reemplazo instantáneamente su felicidad.

Al fijarse en su padre pudo notar como este comenzaba a retroceder lentamente en la dirección contraría a la que caminaban hace unos pocos segundos mientras comenzaba a darle la espalda, Lincoln intento mover sus piernas pero era como si se hubiesen adherido al piso, por lo que haciendo un esfuerzo sobre humano pudo recuperar la movilidad de sus piernas no sin antes sentir como su piel era victima de aquella fuerza que le mantenía inmóvil escuchando un fuerte sonido de desgarro al momento de recuperar su libertad adicionando a cada paso un enorme dolor junto a un intenso olor a hierro, era como si la piel de la planta de sus pies se hubiese quedado en el lugar.

Con ello fue que pudo correr hasta donde su padre, no podía irse así, no podía quedarse solo de esa forma, lo mínimo que necesitaba era una explicación, por lo que tragándose aquel dolor que comenzaba a irradiarse al resto de su cuerpo tomo la mano de su padre, obligándole a verle antes de hablarle.

- No entiendo, por favor papá dime ¿De qué deseo hablas?

En su desesperación apretó con más fuerza la mano de su padre, notando rápidamente como aquel contacto pasaba de ser una sensación agradable a una fría y húmeda mientras aquel aroma a hierro aumentaba cada vez más.

Lynn por su parte solo comenzó a reír.

- ¿Era tú mayor deseo y lo dudas todavía? Supongo que el deber de un padre nunca termina, pero por el momento - en ese momento Lincoln pudo notar como el color del cuello de su padre comenzaba a apagarse lentamente algo que provoco una rápida reacción en ver la mano por la que lo estaba sujetando, viendo como esta no era más que vestigios de lo que alguna vez fue una extremidad, ahora era un miembro en estado de putrefacción - ¿Tú deseo era mi muerte no?

Horrorizado intento soltar la mano de este pero ahora el le devolvía el agarre, pudiendo notar como su contacto había comenzado aquel proceso que ahora ya podía evidenciar tanto en el rostro del castaño como en su otra mano expuesta, algo que intento evitar al bajar su mirada solo para notar que el suelo donde yacían sus pies rotos y descalzos había comenzado un proceso de deterioro similar al de adulto, ya sea con el concreto que comenzaba a romperse o la hierba circundante que comenzaba a marchitarse.

En pánico total intento romper definitivamente el agarre solo para que el adulto le abrazara provocando el contacto de sus cabezas, en su entorno las familias quienes descansaban en calma al entrar dentro de aquella zona comenzaban un proceso similar al del castaño, todos por igual, padre e hijos, mascotas, arboles, todo cuanto antes rebozaba algún atisbo de vida era victima de ello.

Todo cuanto se acercaba a él perecía.

Llorando en desesperación hizo un último intento de separarse del adulto, pero este fue quien se replegó ligeramente para poder observar a los ojos a su hijo, momento en el que el niño pudo ver su rostro nuevamente, uno que estaba parcialmente caído, pudiendo observar partes donde la piel ya no existía y fisuraciones en las zonas de cráneo expuesto, siendo la peor zona el lugar donde sus rostros se habían topado, aun así, pudo notar una sonrisa en aquella aberración que antes era el castaño.

- Feliz cumpleaños Lincoln


--------------------------------------


La noche siempre había sido un momento donde el trabajo no era grato, ni siquiera cuando el pueblo de Royal Woods era un lugar tranquilo y la delincuencia era baja, teniendo que mantenerse al tanto de cualquier posible situación o emergencia que pudiese surgir, aun cuando fuese un pobre diablo que se había estacionado mal ocupando más de un espacio o el pánico de algún anciano delatando carreras clandestinas debido al rápido movimiento de un vehículo apenas por sobre el limite de velocidad frente a su hogar, casos que muchos incluso dentro del mismo departamento de policías de la ciudad pensaban que no ameritaba de sus servicios.

La llamada había sido hecha a nada de que el sol se ocultase una vez más después de un largo día en la ciudad, llamadas a esa hora no eran frecuentes y sabían distinguir cuando era una broma proveniente de la única muchacha en el pueblo que encontraba gracioso hacerles un mal juego de palabras para "alegrarles la noche" cada cierto tiempo, por la forma en la que el ciudadano había mencionado el suceso no parecía ser nada agradable, y no lo fue en lo absoluto.

Encontrarse con el cuerpo quien ya comenzaba a presentar los primeros rasgos del deceso junto a un ambiente adornado grácilmente para una fiesta de cumpleaños infantil coronado con un pastel que mostraba un número 10, una bizarra forma de comenzar el turno nocturno que solo se vio empeorada cuando los pocos metros, sentado en el suelo mientras se apoyaba en el sofá desde un ángulo que evitaba ser observado desde la entrada... pudieron observar a un pequeño abrazado a sus piernas en el mayor de los silencios.

Si de por si la escena no era agradable ver al niño en medio de todo con las mejillas marcadas por surcos de lágrimas secas, mirada vacía y nula respuesta a cualquier intento de llamar su atención fue algo que no olvidarían fácilmente.

Al momento de sacar al muchacho del lugar los oficiales hicieron su mayor esfuerzo en ocultar su vista del cuerpo, algo complicado debido a la posición en la que se encontraba, provocando que en el intento el muchacho tropezase con el brazo del que asumían era el cadáver de su padre pero para mayor preocupación tampoco reacciono a ese estimulo, era como si fuese un títere al que le habían cortado sus cuerdas.

Debian proceder y el pequeño no podía quedarse en el lugar, era demasiado tarde para entregarlo a un agente de protección de menores y el niño no respondía a ninguna pregunta, sin saber que hacer los uniformados improvisaron y se lo llevaron a la comisaria.

En el lugar intentaron que comiera, intentaron sacarle alguna palabra de lo que fuese o como mínimo una reacción pero el muchacho era reacio a los estímulos cayendo dormido en algún momento en la silla donde se encontraba sentado. 

Los oficiales se turnaban cada poco para observar al pequeño que dormía con una frazada improvisada en el asiento, pensaron en colocarle en una de las celdas donde pudiese estirar su cuerpo pero estimaron que si el niño llegaba a despertar en un entorno no conocido sería peor además que sentían la necesidad de verle cada pocos minutos, entre ellos y el oficial a cargo discutían sobre el destino del muchacho y el aviso a primera hora sobre la autoridad pertinente, en parte preocupados por el estado de shock en el que se encontraba y no había logrado reponerse todavía, cuestionándose cuanto tiempo había pasado en ese lugar hasta que el cuerpo fue hallado y se les notifico al respecto, momento en que comenzaron a escuchar ruidos provenientes de la cercanía.

Rápidamente los oficiales fueron a investigar los sonidos, sabían que provenían de donde el muchacho se encontraba durmiendo por lo que podían imaginar lo que estaba ocurriendo y para su desgracia, era dicho escenario.

El niño se encontraba gritando descontrolado, se podía observar como su cuerpo tiritaba y se encontraba totalmente alerta a cualquier estimulo de su entorno mientras lloraba mientras un charco de vomito se posaba frente a él, se encontraba ligeramente enredado con aquella tela ligeramente manchada con la que le habían cubierto para que conservase calor por lo que uno de los oficiales se acerco para ayudarle, pero en el momento en que le vio y noto que estaba por aproximarse la intensidad de miedo se incremento y comenzó a luchar con más fuerza, como si tuviese que mantenerse lejos de esa persona sin importar que.

Estuvo en ese estado casi media hora antes de caer nuevamente rendido esta vez por el cansancio y el estrés en su cabeza, dejando en un nuevo nivel de preocupación a los oficiales.

Esa noche nadie estuvo tranquilo en ese lugar.

Todavía de madrugada fue que el muchacho despertó nuevamente, su rostro lucia totalmente descompuesto como si aquel descanso hubiese tenido el efecto inverso en su cuerpo, momento en que el oficial a cargo fue el que se acerco esta vez donde el temeroso muchacho.

- Hola chico ¿Me puedes decir tu nombre?

El peliblanco se mantenía con sumo recelo, imágenes vividas se sobreponían en su mente pero esta vez no entro en pánico, más bien no tenía las fuerzas para hacerlo.

- Vamos muchacho, no te voy a hacer nada - intento acercar su mano para apoyarse en su hombro, acción de la que desistió al ver el terror en los ojos del chico entre más se aproximaba, aunque relajo aun más el tono de su voz - somos policías, nuestro deber es asegurarnos que estés bien ¿Por lo que puedes confiar en mi no crees? Solo quiero saber tu nombre

Tras una pausa de unos minutos el muchacho por primera vez hablo.

- (casi susurrando) Li...Lincoln

- Bien, gracias chico, ahora ¿Sabes que estas en el departamento de policías verdad?

- S..si

- Bien, bien, eso esta bien, ahora ¿Tienes hambre, frío, quieres algo? 

- N..no, gracias

- Niño, estoy seguro que ayer no comiste nada, puede que no tengas los deseos pero no es bueno para ti estar así ¿Al menos me aceptarías algo para comer? Puedes pedir lo que quieras

El niño se quedo en silencio por unos momentos, tras lo que tímidamente levanto su rostro y observo al oficial de bigote.

- Co...comeré si usted m..me hace un favor

- Lo que quieras niño ¿Qué necesitas?

- Guantes, por favor, deme guantes

Aquel pedido fue sumamente extraño para el adulto, pero si con ello podía ayudar a calmar un poco más al niño y que este se alimentara valía la pena intentarlo.

No tardaron mucho en encontrar unos guantes tácticos negros para el pequeño, los cuales por más que le quedaban grandes insistía en que estaban bien y se los apretó lo más que pudo, momento tras el que accedió a seguir al oficial quien lo llevo al lugar de descanso de estos preparándole una bebida caliente y recopilando algunas cosas entre los presentes para que el niño comiese algo, algo que hizo tras varios minutos desde que arribo al lugar observando fijamente los alimentos y evitando totalmente el contacto con cualquiera de los adultos.

Con el pasar de las horas y la proximidad al termino del turno intentaron volver a conversar con el chico quien había se había quedado sentado en silencio donde mismo había comido, pudiendo sacarle unas pocas cosas como su apellido, su edad y que vivía solo con el adulto en ese departamento, información a la que tuvieron sumo cuidado de no sacarle directamente y que recordase el estado del adulto...

- Bueno chico ¿Tienes alguna persona a la que puedas ir a ver en este momento? Ya sabes, un tío, un abuelo, algún familiar al que quieras mucho, todo sirve

- ...

- Vamos Lincoln, estoy seguro que debes de conocer un adulto con el que te sientas seguro ¿No?

- Seguro...

Aquello fue dicho casi a la nada, más como un pensamiento o un suspiro que una respuesta.

- El señor Dawkins 

Aunque el volumen con el que hablo casi hizo que pareciese un susurro el oficial fue capaz de escucharlo.

- ¿El señor Dawkins?

El niño esta vez no respondió con la voz sino que asintió con la cabeza, el oficial decidió que no iba a seguir insistiendo por el momento, finalmente tenia un nombre y una forma de evitar el orfanato para el pequeño antes que se abriera su caso debidamente, por lo que pudo suspirar más tranquilo.

Todavía quedaba mucho por hacer, pero al menos, por ahora, era cosa de esperar a que el nuevo día realmente comenzara.




Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro