5. Culpabilizar/Descalificar

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng



 Uno, dos, tres, cuatro, cinco... Exhalo y vuelvo a tomar aire para retenerlo.

Uno, dos, tres cuatro, cinco. Repito, continuo y vuelvo a repetir sin pasar un segundo de más, aun si permanezco horas en esto, debo mantener mi resistencia.

Uno, dos, tres, cuatro, cinco... Ya estoy cansado, pero necesito continuar, necesito probar que puedo con esto, que puedo con cualquier entrenamiento riguroso, que puedo con cualquier reto.

Uno, dos... Tres, cuatro... ¡Y cinco!


- Aahh – Mantengo mi puño en el saco de boxeo, ya no logrando moverlo con mi último golpe por el agotamiento – Ah... Lo logre – Exhalé con fuerza, apoyando mi cabeza sobre el saco, corriendo el sudor de mi frente sobre esta.

- De manera ineficiente, pero si, terminaste – Añadió observándome en el fondo, levantándose de su asiento y acercándose a pasos lentos.


Aun cuando el cansancio me arrebataba toda fuerza de mí, me animé de ponerme erguido y pararme firme, sin poder evitar agitar mi cola rápidamente.


- Te agotas demasiado rápido, pero es porque impulsas tus golpes con toda tu fuerza... - Me tomó de los brazos, moviéndome con él – Debes impulsar tu cuerpo, no solo tus brazos, muévete junto con los golpes – Deslizó sus manos por mi antebrazo hasta llevar mi puño al saco, terminando su mirada sobre la mía - ¿Entendiste?

- Si... - Logré responder con anhelo en mi voz, viendo atontado a mi superior.

- Concéntrate, cadete – Su voz severa fue tanto una advertencia como un incentivo para dar otro golpe al saco como él me había explicado – Por lo menos algo haces bien.

- Gracias, Capitán – Sonreí hacia él, volviendo a pararme firme como soldado.

- Querrás decir, disculpas por hacerme perder mi mañana en la cafetería – Resopló fastidiado dando la media vuelta y marcharse.

- ¡Oh! ¡Si! Digo... Lo siento, ¡Se lo pagare! – Dije antes de que se marchara por la puerta, haciendo que girara para verme de soslayo.


Dejé mi dinero en la mesa del cajero, recibiendo a cambio dos mocaccinos grandes, pasando rápido a una mesa donde el capitán Infinite me esperaba en calma con los ojos cerrados y de brazos cruzados. Deposité los dos vasos sobre la mesa para no seguir quemándome las manos, tomando su atención lo suficiente cuando empecé a sacudir mis manos por lo caliente. Él tomó el vaso que decía su nombre, tomando un sorbo de este y sonriendo levemente. Hice lo mismo y tome mi bebida caliente, sacudiendo mis pies y cola por el fuerte y dulce sabor del chocolate con café, puede que incluso solté un leve gemido de gusto porque los ojos del chacal frente a mí se centraron sobre los míos, haciéndome detener apenado en seco.


- Deberías de comportarte, pareces un cachorro recién parido apenas usando sus papilas gustativas – Dijo en voz baja y molesta, haciéndome tragar saliva, apenado de haberlo molestado.

- Lo siento – Dije igual en voz baja, continuando en beber mi mocaccino.


El tiempo en la cafetería en la base termino y mi superior se retiró, dejándome nuevamente a mi suerte. Tenía que continuar entrenando para poder conseguir para mañana mi puesto en uno de los cabos, tenía que lograrlo para darle el orgullo y honor que Infinite tanto se merecía, no podía decepcionarlo... Y también... Poder estar a su lado en las batallas, combatir codo con codo junto a él y estar cerca de su presencia. Mi corazón revoloteaba con tan vagas ideas.

Apreté mis puños con determinación y me puse en camino al campo de entrenamiento. Tenía que dar lo mejor, tenía que lograrlo y así tal vez lograr ganarme el respeto de él.

Como una marcha sincronizada, todos fuimos tomando turnos de tres por el campo de obstáculo, teniendo barreras y trampas de todo tipo, desde los muros y trincheras de barro, hasta los campos con agujeros y piscinas profundas. Atravesé con gran rapidez cada uno de ellos consiguiendo un nuevo record en terminar el recorrido antes de los diez minutos, solo para continuar con el siguiente entrenamiento del día: Espionaje.

Aun me haya sido algo complicado logre pasar el reto. Escabullirme dentro de un campo lleno de guardias y llegar a su edificio para infiltrarme como un guardia y conseguir los documentos de su computadora fue más rápido de lo que esperaba; claro, todo fue un simulacro de nuestra base, así que solo era una prueba más, creo que por eso conseguí también ser uno en de los mejores en la prueba. Esperaría que en el campo permaneciera igual de calmado y frio y no me atacaran los nervios.

La última prueba que quedaba por hacer era combate... Era en donde tenía la más grande deficiencia. Aun tuviera la fuerza y la agilidad, nunca lograba ganar. El capitán Infinite varias veces me había dicho que era porque no pensaba bien y no leía los movimientos de mi oponente, por eso le había pedido que me entrenara en privado para poder mejorar en mis habilidades de pelea y reacción, sin embargo siempre me decía.


"No lo lograras"


Sabía que podía, tenía que hacerlo. Me concentraba en cada peleador que había para cumplir con el reto, aun cuando no pudiera escoger al luchador oponente, los analizaba, sus expresiones corporales, sus miradas, su tamaño y masa y también sus olores. Todos eran ya cabos, siendo voluntarios para que los jóvenes cadetes terminaran la rutina de entrenamiento, la última rutina...

Los nervios me carcomían, cada uno era fuerte y ágil, no solo por conocer a algunos, transmitían claramente seguridad y crueldad en cada aspecto, estaban dispuestos a acabar con nosotros solo para demostrar el nivel de diferencia entre un cabo segundo y un cadete, solo para aplastarnos la confianza. Esto iba a ser malo.


- ¡Rookie The Wolf! ¡Un paso al frente! – Llamó un teniente, teniendo que dar un paso al frente como una maquina en modo automático, saludando y manteniendo mi mirada firme al frente – Su turno. Pase a la armería y prepárese para el combate para entrar a la arena.


Asentí, ya mi voz se había ido y el sudor broto en todo mi rostro, caminando a velocidad moderada a la armería.


"No estas apto para ser un militar"


Me vende mis nudillos y me prepare con un traje de pelea marcial, teniendo que escoger entre muchas armas blancas de entrenamiento para combatir. Mi gran talón de Aquiles.


"No sirves para esto"


Salí tan nervioso como un chiquillo a punto de ser pateado frente a todos... Es que eso era lo que pasaba, era solo un chiquillo con sueños de poder ser reconocido como un miembro de un gran equipo, un miembro importante y útil, de lograr llenar a mi superior de orgullo, de convencerlo que valía la pena... De que podría tener oportunidad con él.


"Deja de intentarlo"


Me detuve frente a otro luchador mayor que yo, un mapache café, viéndome indiferente en posición de descanso antes de moverse rápido y rígido para mostrar la posición de pelea, usando su pie para levantar una gran vara del suelo, haciéndola girar por los aires antes de tomarla y hacerla girar entre sus dedos para maniobrar movimientos coordinados de combate, dejando la punta de su arma frente a mi rostro como una demostración de su gran habilidad. Como si no estuviera suficientemente acojonado con estar frente a alguien superior en rango y en habilidad, tenía que restregarme su técnica de combate como tirarme mierda en la cara.

Sonreí nervioso, estando demasiado rígido para poder moverme de mi lugar hasta que escuche el llamado del teniente en espera de que nos diera el indicativo de comenzar.


- ¿Preparados? – Dijo en voz alta, teniendo que moverme de una buena vez.

- ¡E-espera! – Dije asustado, haciendo que todos los espectadores confundidos viesen hacia mí – De-denme un momento por favor.

- ¡En el campo de batalla no tendrás tal oportunidad! ¡Apresúrate en prepararte ahora o tu contrincante acabara contigo! – Regañó el teniente oso, haciéndome encorvar por la sola idea de ser apaleado con la vara.

- Solo denme un momento de centrarme, por favor, no necesita... - Mí mirada paso donde las bancas, viendo como alguien llegaba para observar el combate... Era Infinite.

- ¿¡Y bien!? ¿¡Estás listo o no!? – Escuché al teniente hablarme pero mis ojos no se apartaron del capitán cuando se mantuvo de pie en una esquina, viéndome directamente con sus bicolores ojos fríos y hermoso, congelándome como un tempano de hielo en el medio de un vacío y silencioso mar - ¡Cadete!

- ¡S-si! ¡Estoy listo, teniente! – Pude contestar poniéndome firme y cambiando mi posición de pelea, sacando mi cuchillo de juguete y girarlo en mi mano rápidamente, viendo a mi oponente como si fuese un estorbo.

- Bien... ¡¡Comiencen!!


Saltaba entre las calles oscuras, iluminadas con las farolas amarillas de las tiendas y licorerías abiertas a esa hora. Cargando con mi bolso con todas mis cosas, me dirigía junto con mi superior a las recamaras de traslado, donde pasaría la noche entrenando un poco más y dormiría para él día siguiente presentar mi examen y estar finalmente en la infantería junto al capitán Infinite.


- ¿Podrías parar de estar brincando como un cordero? Es realmente molesto – Masculló incomodo, viéndome en todo momento.

- Jajajaja, lo siento, no puedo evitarlo ¡Estoy tan feliz de que finalmente pude ganar! – Di un gran salto, cayendo fuerte al suelo y golpeándome mi espalda con mi bolso - ¡Auch! Jajaja...

- ... Pareces un niño – Comentó, esta vez de manera menos severa, solo haciéndome reír aún más – Debes de mantenerte fresco y concentrado. Aun te falta el examen principal para estar fuera de peligro, soldado.

- Lo sé, lo sé, estoy tan nervioso y asustado, que creo que podía morir ahora – Contesté aun en mi tono alegre, trotando un poco al caminar.

- ¿Entonces porque estas tan feliz? – Preguntó molesto, formando un ceño en su rostro.

- Porque el entrenamiento con usted funciono – Contesté feliz, dándome cuenta como se detuvo en seco – Fue gracias a usted que logre conseguir ganar en una lucha cuerpo a cuerpo, logro fortalecer mi debilidad. No podría estar más feliz por eso – Le regale una gran sonrisa, escuchándose el abanicar de mi cola inquieta – Es el mejor maestro de todos.


Su rostro revelo consternación hacia mí, quedándose tan quieto que pensé que era una estatua, pero rápidamente volvió a caminar, pasándome de lado con actitud errática y ruda.


- ¿Qué esperas? Necesitas entrenar para mañana. ¡Andando! – Gritó más adelante, teniendo que apresurarme y seguirle para no perderle el paso.


Uno, dos, tres, cuatro, cinco. Esta vez no había un saco de boxeo.

Uno, dos, tres, cuatro, cinco. Entrenaba con movimientos simples de combos con él, no poniendo mucha fuerza en cada maniobra de manos y pies para hacer una secuencia de ataques básicos para practicar.

Uno, dos, tres, cuatro, cinco. Me corrigió una y otra vez, diciéndome lo malo y patético que era, que aseguraba que si golpease con todas mis fuerzas no lograría derribarlo.

Uno, dos, tres, cuatro, cinco. No sabía porque... Pero cada descalificación e insulto no llegaban a mí como un daño, parecía un incentivo que me motivaba a demostrarle que estaba equivocado, que no estaba perdiendo el tiempo, que pronto, incluso, lo superaría.

Uno, dos, tres, cuatro, cinco.


- ALTO – Dijo al alzar la voz, deteniéndome en seco en una posición de golpe en su antebrazo – Lo estás haciendo todo mal otra vez.

- ¿¡Qué!? ¿¡Ahora qué!? – Reproché cansado, esperando que explicara mi error.

- No estas posicionando bien el puño. Observa – Tomó mi puño, extendiendo mis dedos hasta abrir mi mano y entrelazar los dedos con los suyos para juntar su mano con la mía.

- ¡A-aha! ¡Ca-capitán!

- Silencio, soldado, no te emociones fácilmente – Me mandó a callar junto con un gruñido. Apretó su mano con fuerza hasta que mi mano quedo totalmente cerrada con la suya – Cada parte del cuerpo encaja con otra, tus golpes deben encajar en las partes exactas con las de tu enemigo para derribarlo y acabarlo – Soltó mi mano, volvió a cerrar mi puño y lo posiciono sobre su pecho – Impulsa toda tu fuerza aquí y abras acabado con el enemigo, pues al romper el esternón afectaras tanto los pulmones como el corazón – Volvió a llevar mi puño a donde antes había tratado de golpear – Romper unas costillas no serán suficiente, el enemigo continuara aun con un pulmón perforado.

- ¿E-es enserio? – Pregunté nervioso, obteniendo una afirmación con un cabeceo – N-no lo sabía.

- Jajaja, tranquilo – Me soltó, relajando su cuerpo al sacudirse – Lo aprenderás cuando mates a tus primeros enemigos.

- Matarlos...

- ¡Bien soldado! Ahora quiero que me demuestres que realmente vales la maldita pena. ¡En guardia! – Se puso en posición de pelea y tuve que reaccionar rápido para tomar el mío - ¡Ya!


Con impulso de su cuerpo y pies, logro acercarse rápido a mí, atacándome con un gancho derecho, dándome en el estómago. El aire se fue de mis pulmones y no pude recuperar el aliento cuando otro golpe me dio al costado de mi rostro, moviéndome hacia un lado aturdido y adolorido. Me puse en posición de defensa para evitar una patada alta, empujándola para que Infinite perdiera equilibrio y me diera tiempo de recuperarme tan solo un segundo antes de que él volviera a acercarse para atacar, ya recibiéndolo mejor preparado.

Como dagas, moví rápido mis garras hacia su cuello, esquivándolo fácilmente pero teniendo el costo de recibir un rodillazo en su torso, tumbándolo al suelo, pero uso eso para rodar e impulsarse y tomar distancia. No espere más y corrí hacia él, derrapando cerca de sus pies para hacerlo caer, lográndolo pero terminando en recibir una patada en mi nuca en el proceso, no siendo tan fuerte el golpe pero si provocando que mi frente golpease con el suelo y se me cayeran los lentes.


- ¡Espera, tiempo fuera!

- ¡Mañana no habrá tiempo fuera, soldado! – Tomó mi mano y logro posicionarse en mi espalda, estando sentado y jalando mí brazo.

- ¡¡AAH!! – Grité adolorido, tratando de tumbarlo, pero más me tocio la muñeca al intentarlo - ¡Me rindo, me rindo!

- ¿Te rindes? ¿Eso dirás mañana cuando el oponente te tenga así? ¿Eh, Rookie? – Me apretó más. Lloriqueé avergonzado por que sabía muy bien que era cobarde al dolor.

- ¡No señor! – Contesté firme.

- ¿¡Entonces que harás, soldado!? – Me torció más la muñeca ya queriendo retractarme de mis palabras.

- ¡¡Mmhg!! – Gruñí desesperado, impulsando todo mi cuerpo para darle un codazo al rostro del chacal, tumbándolo lejos - ¡Seguiré hasta ganar o perder la vida! – Dije para luego levantarme y ponerme en posición.


Pude apenas ver con mi poca visión como él me observo con una sonrisa, limpiándose el labio lleno de su sangre antes de levantarse al usar sus manos para impulsarse y caer de pie sin apoyo alguno, rodeándome ansioso para volver a atacar.

Apenas espabilé cuando el volvió a correr hacia mí, dando un salto para lazarme una patada, pero al mantener mis sentidos alertas logre tomar su pierna a tiempo para tumbarlo al suelo con todas mis fuerzas, pero él fue más ágil y apenas logre golpearlo contra el concreto, el me dio una patada en el rostro con su otro pie, liberándose al hacerme daño.

Cansado ya a este punto, traté de calmarme y no dejarme llevar por la euforia, concentrándome para buscar la manera de ganar, la estrategia para poder derribarlo y tenerlo a merced, pero la idea no llego cuando el corrió hacia la pared y salto sobre esta para correr en esta e impulsarse para atacarme de lado, tumbándome nuevamente al suelo.

Pude ver algo brillar cerca de mí, suponiendo que eran mis lentes. Me arrastré para tomarlos, pero apenas me los coloque él volvió a ponerse sobre mí, usando su brazo para sujetar mi cuello y apretarlo.


- ¡¡Aagg!! – Traté de mover mis brazos para golpearle pero él me sujeto con su mano libre. Intente agitar mis piernas para patearlo, pero el enrosco las suyas en las mías, terminando en inmovilizarme del todo - ¡¡NNGH!! ¡No!

- Otra vez bajaste la guardia en la misma posición. No voy a dejarte ir esta vez ¿Sabes porque? Porque no aprendiste nada – Dijo con voz áspera, apretándome más fuerte el cuello – Estas totalmente indefenso ahora, no puedes atacar ¿Qué harás soldado?

- Yo... ¡Ngh! – No me estaba apretando con todas sus fuerzas, solo la necesaria para inmovilizarme y dificultarme respirar – Bu-buscar una forma de salir.

- Exacto, cualquier cosa, la más mínima, ¡Tómala y consigue liberarte soldado! – Ordenó impaciente, sujetándome con más fuerza aun.


Pensé lo más rápido posible, me moví inquieto para buscar la manera de conseguir liberarme, de tener una abertura donde poder escapar del agarre o golpearme, pero estaba bien sujetado de brazos, piernas y también de la cabeza, solo quedaba mi...


- ¡Hng! ¡Ggrr! ¡Hnngr! – Moví con fuerza mi cola de un lado al otro, tal vez para hacerle cosquillas o para hacer que moviera su pierna y pudiera atacar con una patada, ¡lo que fuese! - ¡Ah! ¡Ahg!

- ¿Q-que haces? – Preguntó desconcertado, también algo curioso con su voz al no poder lograr nada.

- Todo... ¡Ag! Lo posible – Respondí nervioso por no estar logrando nada.

- Mmh... - Soltó un monosílabo, poniendo todo su peso sobre mí, inmovilizando todo mi cuerpo, costándome más mover mi cola.

- ¡N-no te vayas a burlar! ¡Pu-puedo liberarme! – Dije angustiado, solo esperando más tiempo para conseguir alguna escusa o idea para salirme de esa.

- No, tranquilo... Creo que estas consiguiendo algo ahí – Respondió calmado, no comprendiendo a lo que se refería, teniendo que mover mi cola más rápido – Jejejeje...

- ¡Dije que no te burlaras! ¡No es justo! Si tuviera unos lentes de contacto podría luchar mejor – Me quejé, tratando de mover mis brazos para levantarme.

- Si se te perdiesen serias hombre muerto, por lo menos puedes encontrar tus enormes lentes aun con tu pobre visión en el medio de un campo de batalla. Tu fallo aquí es que no piensas bien bajo presión – Recostó más su cuerpo, comprimiéndome un poco el pecho por su peso.

- ¡Ah! L-lo sé... Por eso necesito su ayuda capitán – Dije apenado, continuando en mover mi cola, esta vez involuntariamente por los nervios.

- ¿Me necesitas, cadete?

- Nadie más quiere entrenarme, solo usted. Aun cuando dice que no sirvo, usted no se rinde conmigo – Confesé con voz triste, agitándome sin rendirme aun en tratar de liberarme.

- Así es, eres un tanto inservible.

- ¡Pero! – Me levante un poco, aun si ser soltado – ¡Daria todo para demostrar lo agradecido que estoy por ayudarme, capitán!

- Mmmhh... Ya veo – Él me volvió a empujar contra el suelo y esta vez, sentí algo tras de mi ¿Un arma? – Puede que al final seas útil.

- ¿Capitán Infinite?

- He perdido suficiente tiempo contigo y parecieras un caso perdido después de todo. Pero logras tener un poco de brillo en tus pequeñas victorias... Veo cómo te emocionas, cadete. Como te alegras tanto al verme cada mañana en tu puerta para ir a entrenar – Otra vez... Eso volvió a tocar mi cola – Cada vez que corrijo cada cosa mala que haces, te alegras sobre manera.

- ¿Ca-capitán?... ¿Qué es eso que está empujando? – Pregunté lleno de preocupación, sintiéndolo mejor luego de que se deslizo bajo mi cola para estocar en mi trasero - ¡¡Aha!!

- Silencio, soldado... No quieras que nos oigan en este lugar, estamos entrenando ¿Recuerdas?

- Ca-ca-capitán ¿Qué está haciendo? – Trate de ver tras de mí, asustado de lo que trataba de hacer.

- ¿Y tú que crees soldado? Lo que haría cualquier hombre con un cachorro desesperado de atención – Su voz, escuche mejor su voz... Sonaba grave, ronca, hablándome bajo desde mi oído, estremeciéndome fuertemente – No actúes tan inocente, tú mismo me has tentado todo este tiempo. Querías esto ¿No?

- ¡N-no! Yo... - Él continuo empujando, frotándose en mi posterior – Yo, yo no quería algo así, no, no sé qué-

- Ooowww, no me digas que tu poca visión tampoco te hizo dar cuenta de lo que hacías – Su hocico se deslizó por mi mejilla, dando varios besos sobre esta, consiguiendo que me estremeciera con violencia, gimoteando bajo con mucho miedo - ¿Sientes mi verga? ¿La sientes? Es por tu culpa que esta así, cadete ¿Qué vas a hacer ahora?

- P-por favor, capitán, yo no quiero, no... No de esta manera – Pedí aterrado, temblando sin control con cada empuje que ejercía - ¡Ah! Por favor, perdóneme, no era mi intención.

- Escucha bien, Rookie – Puso su mano en mi boca, callándome para verme de lado con una mirada lujuriosa – Vas a obedecer a tu capitán y cumplir cada una de mis horas que he dado a tu entrenamiento, harás que valgan la pena ¿Entendido?

- ¡Ujum! – Asentí rápido, viendo como una suave sonrisa se dibujaba a su rostro, relamiéndose los labios para soltarme.

- Quien sabe... Tal vez pueda hacer algo para ayudarte mañana... Me llenaras de orgullo ¿Verdad soldado?

- S-sí, capitán... - Sollocé bajo, reteniendo que mis lágrimas salieran.

- Muy buen chico – Me palmeó la cabeza, sonriéndome con calma – No pongas esa cara, o me vas a decir ahora que no deseabas aunque fuese un beso.

- Yo... - Me sonroje por completo, viéndolo apenado – Si, pero, yo esperaba que...


No me dejo terminar cuando centro la mirada con la mía, acercando su boca para besarme. Un beso casto, bonito sintiéndose hermoso en tantos aspectos que gemí bajo de este, finalizando rápido para luego notar como él me sonreía de forma pervertida.


- ¿Te gusto el beso, soldado? – Pregunto, acariciando mi torso suavemente.

- M-me-e... - Tragué grueso, asintiendo rápido y bruscamente – Si... Sí, me gusto.

- Por supuesto que sí, pero ni siquiera puedes pedir más ¿O sí? – Volvió a besarme, metiendo su lengua en mi boca, no pudiendo evitarlo aun cuando quisiera al dejarme amedrentar con sus caninos mordiendo mis labios y mi tímida lengua que trataba de participar en el baile que ejercía su lengua en mis fauces, dando todo de mi para lamer y mover mis labios contra los suyos – Jajajaja, demonios, hasta necesito entrenarte en los besos – Dijo al separarse, riéndose de mí y mi tonta reacción tímida. Me sujetó de la nuca volviéndome a acercar a su rostro – Pero puedo entrenarte toda la noche de ser necesario.


Me tumbo al suelo, cayendo de espaldas y recibiendo sus labios nuevamente para continuar con más mordidas, jalando mi piel entre risas y acariciar mi cabeza con suavidad. Estaba totalmente perdido en él, en sus movimientos, en su respiración, en el olor de su cuerpo, no paraba de frotarse, tocándome en mi cintura para ir jalando mi camisa y meter sus manos bajo de esta.


- ¡Ahh! Capitán – Llamé desesperado al lograr separarme, no permitiéndome hablar con tener que besarme nuevamente, asfixiando mi voz con su lengua en mi boca, jugueteando con la mía, siendo sometido fácilmente son sus besos apasionados.

- Vamos, colabora y quítate la ropa – Dijo ansioso, terminando en abrir mi camisa militar.

- Capitán... ¿Qué va-vamos a hacer? – Pregunté miedoso, recibiendo una mirada molesta de él.

- ¿Qué? ¿También tengo que explicártelo? – Gruño fastidiado – Claramente tienes que resolver el problema que has hecho bajo mis pantalones.

- Pe-pero... ¿E-es necesario que me quite mi ropa? – Dije apenado, tratando de volver a abotonar mi camisa

- ¿Entonces como piensas que te vaya a coger, animal? – Me tomo de mi mano para detenerme, viéndome con furia en sus ojos.

- Pero yo... - Mis ojos se aguaron, no pudiendo resistir por mucho más en retenerlo – N-no quiero, no quiero, capitán. Estoy muy asustado, es mi primera vez y no esperaba hacer algo como esto tan pronto. Por favor, por favor, capitán – Lamentablemente termine en derramar unas lágrimas de impotencia, manteniéndome inmóvil y callado para no dejar escapar más lágrimas.

- No es mi problema. Algo tienes que hacer.


Me jalo hacia él, terminando en deshacer mi camisa y lanzarla lejos, dejando solo mi camiseta bajo de esta que procedió en subirla para también quitármela.


- P-por favor, capitán. No quiero hacerlo así, me tie-emblan mucho las piernas y de seguro es muy grande para mí – Dije nervioso al imaginarme su tamaño luego de sentirlo empujar en mi trasero, terminando en llevar mi cola entre mis piernas al ver que había quedado descubierto en la parte de arriba – No po-podre con usted.

- Uurrg... - Un gruñido reprimido salió de sus fauces, soltándome y desviando la mirada – Mierda... Así no podrás pelear mañana – Dijo al notarme temblar demasiado – No podrás ponerte de pie siquiera de la cama si estas así.

- Si, por favor.

- Aun así... - Me tomó nuevamente de las manos, tumbándome cerca de sus piernas y tomar mi cabeza para ponerla en su entrepierna – Hazte responsable de lo que provocaste, cadete.


Mi nariz fue lo primero que percibió lo que estaba tocando, olfateando rápidamente el potente aroma de las descontroladas hormonas del capitán. Jadee fuerte, siendo impulsado a oler más, olisqueando y sacudiendo mi nariz sobre el pantalón de mi superior, siendo tan adictivo su fuerte olor. Oh demonios. ¡Olía tan bien! Su alta carga de testosterona y sudor topaba en mi nariz y la drogaba totalmente, siendo imposible no amar esa fragancia, el dulce olor que identificaba Infinite, su olor.


- Oh por caos – Dije impresionado, tentado a llevar mis manos a ese enorme bulto frente a mí, tocándolo y apretándolo, escuchando un gemido de él. Su hermoso gemido.

- Mmh, jaja ¿Te gusta? Ni siquiera lo has visto. Vamos, sácalo de ahí.


Asentí nervioso, agitando todo mi cuerpo mientras mis temblorosas manos iban tras el cierre de su pantalón, bajándolo lentamente. El olor se intensifico, aturdiéndome un momento antes de meter mi mano y escarbar hasta conseguir la abertura del bóxer del capitán, entrando y consiguiendo el origen del adictivo olor que me estaba volviendo loco. Lo saqué con cuidado, presenciando con emoción y excitación su gran pene frente a mí, comenzando a jadear de tan solo verlo, poniéndome duro de inmediato.


- ¿Lo ves? ¿Sabes lo que tienes que hacer? – Alcé mi mirada donde el me hablo, consiguiendo una sonrisa perversa, su sexy rostro observándome mientras sostenía su miembro viril.

- Y-yo... No lo sé – Confesé apenado, bajando mis orejas por hacerlo exasperar.

- Dime... ¿Qué se te antoja hacer con él? ¿Qué es lo que te provoca hacer al verlo?... ¿Al olerlo? – Empujó más mi cabeza para que mi rostro chocara con su carne húmeda y palpitante, provocando que jadeara más fuerte, relamiéndome los labios al estar transpirando demasiado.

- Quiero... - No lo pensé demás, pase mi lengua sobre su buena verga, no solo obteniendo su salado y fuerte sabor en mi paladar, sino también un ronco gemido suyo. Podría hacer esto tan contento de la vida que nada más me importaría – Sabe tan bien... Huele a usted... Y así... ¿Es como sabe?

- Jajaja, así es, cachorro – Me palmeó la cabeza, rascándome tras de mi oreja – Disfrútalo.


Ya me había desentendido del porque estaba tan recio a hacer algo como esto, si a su simple permiso comencé a lamer todo tu tronco, desesperado, hambriento en saborear más de él. Era tan bueno tan fuerte, tan embriagador que no me basto con lamer, necesitaba más. Abrí bien mi boca, sacando mi lengua para dejar deslizar la cabeza de su pene dentro de mis fauces, introduciendo todo lo que pude de su miembro hasta llegar a lo más profundo de mi boca, sintiendo ya el reflejo nauseoso al casi golpear con mi epiglotis, aumentando el reflejo al ser afincado con sus manos para tragármelo por completo.


- ¡Así! ¡Aaha! Profundo – Dijo entre jadeos y gemidos, empujando más mi cabeza al yo tratar de retirarme – No te vayas a detener hasta terminar de hacerme correr.


Me costaba respirar cuando él me obligaba a introducirme por completa su verga, tosiendo con cada intento en forzar a meterla hasta el fondo.


- ¡Vamos! Hazlo bien.


Sus manos palmearon mi cabeza, deslizándose entre mi pelaje hasta llegar a mis mejillas, acariciándolas, inclinando mí cabeza hacia atrás para que lo viera.


- Vamos, cachorro, hazme sentir bien. Complace a tu capitán con una buena mamada de un subordinado cachondo – Dijo con su voz más suave, seductora, tomando por completo mi devoción en proseguir, aun fuese difícil, aun me ahogase, quería escuchar que me hablase así, me encantaba – Eso es, eso, muy bien – Me acarició con gentileza, emocionándome su tacto, su voz animándome, indicándome – Abre más la boca, no vayas a rozar tus dientes con mi verga – Me explicaba y guiaba como siempre, haciendo caso omiso a cada orden y sugerencia – Así, usa tu lengua bien.


Empujaba con mi lengua su tronco, acariciándolo, manteniéndolo dentro de mi boca y absorbiéndolo por completo en cada bocanada que daba, siéndome más fácil conseguir introducirlo bien sin molestarme. Me sentía bien, lo estaba haciendo bien y era alentado por mi superior. Me sentía bien recompensado.

Moviendo mejor mi boca y mi lengua, ayudando a masturbarlo con mis manos, yendo al mismo ritmo en cómo iba mamando su grueso miembro, saboreando a ese punto en sabor más fuerte y salado proviniendo de su punta, de seguro su pre-semen escurriendo ya de esta.


- Aahh, oh, caos... Eres... Ah... Sigue así, ya falta poco... - Sus manos fueron acariciando mi espalda y mi cabeza, logrando observar como él jadeaba fuerte y dejaba colgar su lengua fuera de su boca, deslizándose su saliva de la comisura de sus labios. Era una espectacular vista – Aah... Aaahaaa... Oh Rookie~ - No podía contener mi excitación por más tiempo, comencé a tocarme sobre el pantalón, sobando la punta de mi pene entre mis dedos mientras aumentaba mi velocidad en introducirme su parte - ¡Ahg! Abre la boca.


Sin poder acatar al él adelantarse y sostener mi cabeza para alejarme, empezó a jalarse rápidamente, mordiéndose los labios mientas ahogaba un largo y furioso gemido. No pode ver más de sus gestos lujuriosos al ser llenado de su corrida en mi cara, logrando atrapar un poco de su semen al seguir manteniendo mi boca bien abierta. Era amargo, fuerte, como su olor, satisfaciendo mis sentidos al tragármelo, necesitando un poco más de ello que tuve que limpiar mi rostro con mis manos para luego chuparme los dedos como si se tratase de una crema de repostería.

Él sacudió su longitud en mi frente, depositando más de su semilla en mi cabeza, siendo una cruel burla para que no pudiese saborear sus últimas gotas. Sus risas por mis acciones se hicieron presentes, recompensándome con caricias pocos sutiles en mi pelaje, sacudiéndome, apretando mis mejillas y agitando mi cabeza.


- Jajajajaja, buen chico~ - Dijo viéndome directamente a los ojos, cayendo nuevamente en esos bicolores que no se apartaban de mi visión, que no me hacían pensar al tener sus halagos y sus caricias – Ya ha sido bastante por hoy.

- S-si... - Me soltó y se fue acomodando sus pantalones, más tanto yo logre pararme, colocándome mis prendas faltantes antes de girar a verlo aun con los nervios que yacían en mi corazón.

- Gana mañana y habrá más – Dijo en voz baja, algo de manera cortante antes de recorrer su mirada por mi cuerpo – Y no te salvaras esta vez. Aun me debes la cogida.

- E-e-sta bi-bien, capitán – Asentí lentamente, cerrando los ojos e inclinando un poco la cabeza para acercarme a él.

- ¿Qué haces? – Me empujó del rostro, alejándome – No te voy a besar otra vez, estas todo cubierto de semen. Vete a lavar, soldado, y más vale que te cepilles los dientes.

- ¡E-eh! ¡Si, capitán! – Respondí nervioso, parándome firme y viendo cómo se alejaba, cerrando la puerta del salón al salir – Aah... Ahh – Mi cuerpo flageó, encorvándome al no tener mi estabilidad para seguir firme, doliéndome mi entrepierna con frustración al estar demasiado dura bajo mis pantalones – Infinite... Por qué... ¿Es tan malo conmigo? – Solo un beso habría deseado, tal vez así todo hubiera terminado románticamente, pero no era mi decisión.


Apenas logre dormir, pasando casi todo el resto de la noche en lo que habíamos hecho mientras me auto complacía, imaginándome el sexy rostro de Infinite. Sus gemidos, su voz ronca, su mirada, todo y aun cuando había acabado, no me fue suficiente.

La mañana llego con mal augurio. Un día sin sol, gris y conmigo sin haber descansado. No lograría dar la talla hoy. Y aun con mis expectativas baja, me arregle y salí de mi habitación para ir con mi batallón a la prueba.

Pronto todos los cadetes acudieron al salón de pelea, entrando en orden con mi grupo para luego esperar frente a cientos de espectadores y jurado para mi evaluación final.

Solo se podía llegar a este punto si en todas las prácticas anteriores se habían pasado con excelentes notas, o por lo menos, la mayoría de ellas. Solo estaba ahí por haber sido uno de los mejores en todas las pruebas... Menos la de combate, y gran sorpresa, pues el examen final sería ganar en combate contra un cabo tercero, un nivel mayor a comparación con quien me enfrente el día anterior.


- ¡Cadetes! ¡Atención, firmes! – Todos nos movimos en perfecta sincronía para golpear con fuerza el suelo con nuestras botas – Serán evaluados ahora, pasen en orden.


Paso el primero en nuestra fila, dejando un silencio antes de que el cadete se presentase al jurado y se preparase.


- Jajaja, que nervios. Nos enfrentaremos con cabos más fuertes y experimentados – Dijo un marsupial al lado mío, hablando con su compañero de al lado.

- Si. Dicen que si lo logras vencer antes de los ocho minutos te pasan de cabo tercero de una vez ¿No es genial?

- Como en una montada de toros – Continuaron mascullando en voz baja, consiguiendo la atención del general que los vigilaba para que se mantuviesen callados – Seria genial ya ser un cabo tercero.

- ¿Tiene algo que compartir con todos, soldado? – Preguntó el general oso al acercarse al susodicho hablador.

- No, señor, disculpe, señor – Respondió rápido y firme.


No hubo más inconvenientes luego de eso, pero los nervios no se apartaron de mí, no conseguía calmar mi miedo al ver como poco a poco avanzaban nuestros compañeros y ninguno... Había ganado al único y competidor para nosotros.


- ¡Rookie The Wolf! – Me llamaron con molestia. Di un paso al frente mientras apretaba los dientes para evitar algún quejido de miedo – Preséntate y prepárate para el combate.

- Sí, señor – Respondí sin mucha fuerza en mi voz, avanzando para quedar enfrente del jurado... Al lado de mi oponente - ¡Cadete en formación, Rookie The Wolf! ¡Batallón 12, subordinados del capitán Infinite! ¡Permiso para presentar mi prueba, señores!

- Permiso concedido... - Dijo uno de los jurados, un puma de pelaje gris, tomando una hoja para ir llenando los formularios.


Iba a girarme para quedar frente a mi oponente, pero nuevamente como interrupción... Llego él.

Con su traje y medallas conmemorativas, avanzo por la sala hasta quedar donde los jueces, saludando de manera militar y sentarse junto a ellos luego de intercambiar palabras.

Eso era más que motivación suficiente para mí.


- ¿Hmm? Permiso concedido, cadete. Avanza o retírate. No tenemos todo el día – Volvió a decir el mismo juez al verme titubear luego de la llegada del capitán Infinite.

- ¡S-si! ¡De inmediato!


Me gire como un engranaje flojo, viendo de frente a un bisonte verde musgo, con enormes cuernos apuntando en mi dirección como oses. Él se presentó y con una sonrisa crédula tomo su posición de pelea, en espera de que yo igual lo hiciera para empezar.

Era intimidante saber que me enfrentaría a alguien mucho más fuerte y hábil que yo, pero... No debía de sentir miedo. Todos los días peleaba con alguien superior a todos estos soldados, contra mi querido capitán. Si él estaba ahí, no tenía las de perder, si él estuviese presente, no lo decepcionaría...

Moví mi pie, deslizándolo por el suelo para tomar postura de pelea, viendo con determinación al bisonte quien resoplo antes de avanzar y comenzar...


- ¡ALTO! – Gritó el general, ordenando en detener la pelea.

- Aaah...Aahhhh... Arh...


Mis manos tensadas por la pura adrenalina entre los brazos del bisonte fueron aflojando lentamente, resistiendo en soltarlo para luego encontrarme temblando un poco por la euforia. Todo había pasado demasiado rápido. Primero fui lanzado con una envestida al suelo, volviendo a perder mis lentes como siempre, entonces solo tuve que guiarme por el sonido y las vibraciones del suelo con cada paso de mi contrincante, fue así que logre levantarme y contraatacar un golpe del mismo, continuando con más absurdos golpes y patadas que nunca llegaron a mí, agotándolo rápidamente antes de tomarle de un brazo y hacerle una llave.


- Soldado – Llamó otra vez el general, tendiéndome algo brillante frente a mí, tomándolo y colocándome mis lentes – Buena pelea.

- ¿Uh? – Vi mejor su rostro, girando donde el jurado quien se encontraba concentrado anotando en sus papeles.

- Rookie The Wolf. Has demostrado calificar en todos los entrenamientos menos el de combate, más hoy en tu prueba, has logrado vencer en menos de los ocho minutos a nuestro mejor cabo, aun sin uno de tus sentidos – Dijo el juez puma, sonriendo a mi dirección.

- ¿E-enserio?...

- Sabiendo bien lo que significa, no estamos del todo seguros en ascenderte tan rápido de nivel al conocer tu historial de fallas en las pruebas de pelea en tu entrenamiento – El mismo juez giro donde se encontraba Infinite, dándome cuenta que tenía su vista totalmente centrada en mi – Capitán Infinite... Usted conoce mejor a su subordinado y ha estado entrenándolo. A comparación de su equipo es el único que ha dado la talla. ¿Cree que debería ser ascendido a cabo tercero?


Al escuchar esto, mi cola tímida comenzó a moverse ansiosa, tratando de controlar en que no se agitase demasiado. ¿Podría ser ascendido a cabo tercero? Sería algo más allá de lo que había esperado, pero no podía evitar emocionarme con la simple idea de demostrar mi valía a todos, incluso a mi capitán.


- ¿Él? – El capitán Infinite me señalo, mostrando una sonrisa egocéntrica – Jajajajaja, por favor. Sé que es el primero en derrotar pero no es para tanto – Se burló de manera cruel, viendo a los jueces – Solo es un cadete torpe que tuvo suerte. Podría suponer que su vitoria fue porque su combatiente ya se encontraba cansado luego de tanta pelea.

- Ca-capitán... - Musité sorprendido de la crueldad de sus palabras, tratando de averiguar si tenía razón de estas.

- ¿Supone entonces que no debe de ser promovido a cabo tercero? – Volvió a preguntar el juez.

- Ni a segundo. Sé de lo que hablo, no arrojen la casa por la ventana solo por este soldado de pacotilla, aún le queda mucho para llegar a esa altura – Continuó, totalmente seguro de sus palabras sin siquiera ver cómo me lastimaba la forma en que hablaba de mí.

- No estoy del todo de acuerdo – Mencionó otro juez, un cóndor algo mayor. El ave meneo la cabeza en negación, viendo sus notas escritas – Él muchacho demuestra fuerza y velocidad, aun sin su vista, actúa frio y calculador en momentos de estrés y peligro, debería ser ascendido a cabo segundo aunque sea...

- Comandante, sin ofender... Pero he estado entrenando en privado a este perro y no veo como él pueda formar parte de un grupo más alto que él – Chasqueó la lengua, sacudió la cabeza, una mirada llena de desprecio cruzo con la mía y solo ahogue un gimoteo de dolor al ver que no estaba bromeando.

- ¿Entonces no deberíamos ascenderlo siquiera a cabo? – Dijo el puma, quien vio con un seño al capitán Infinite, sospechando un poco de sus intenciones.

- Mmmm eso sería muy cruel... - Dijo con una sonrisa de oreja a oreja, viendo a mi equipo que estaba tras mío – Pero hay que darle una lección a este batallón. Si creen que por ser simplemente buenos ganándole a un solo soldado para ser ascendidos, están totalmente equivocados... - Se levantó de su asiento y subió la tarima donde yo estaba – Estas son las ligas mayores, aquí no habrá compasión, aquí no habrá un solo soldado, habrán cientos de ellos dispuestos a cortarles la garganta – Pisó con fuerza el suelo de madera, acercándose a mi – Así que será mejor dar una simple demostración de porque no están listo para tal reto.


Ya estando frente a mí, agache la cabeza, aterrado y avergonzado de que estuviera a un paso de mí, solo observando sus pies para evitar su mirada fría. Su mano se movió, haciendo gesto para que alzara la mirada, obedeciendo pero no viéndole a los ojos.


- ¿Por qué tiemblas, soldado? – Preguntó con un tono afán en su voz.


No podía verlo, no quería, dándome cuenta que de hecho estaba temblando, temblando por la impotencia.


- Sabes que no perteneces aquí y aun así sigues, finges ser mejor de lo que eres... - Se acercó más, estando cerca de mi oreja – Tu y yo sabemos que solo sirves para una cosa... - Solté un ahogado quejido, abriendo más los ojos, apretando mis puños inconscientemente – Pero tú lo quieres, lo harás, así que conoce tu posición – Se apartó un poco y se puso en posición de pelea – Derríbame soldado, ahora, y admitiré que estoy equivocado.

- Capitán. Enfrentarse a uno de sus subordinados en una prueba como lección esta fuera de nuestras normas y éticas. Si usted pierde...

- General, no me haga reír. En todo el entrenamiento este perro no ha logrado hacer nada, no lo hará ahora y en tal remota posibilidad se cuáles serán las consecuencias – Contestó molesto, manteniendo su vista en mi – Mi deber en esta prueba es demostrarle a todos el nivel de exigencia que hay, la calidad de nuestros soldados que nos hace el mejor ejército, no niños llenos de sueños de ser un héroe. Aquí queremos guerreros...


Él se movió antes que yo, alzando su puño en alto para golpearme. Tuve el tiempo suficiente para moverme, pero irremediablemente me quede paralizado viendo su mirada oscura. El golpe fue lo suficientemente fuerte para lanzarme lejos en el suelo, apenas si logrando moverme un poco para retirar mi cara de la mancha de sangre que había dejado bajo de mí.

Escuche las exclamaciones y quejidos de mis compañeros, asustados por algo, solo note como el capitán se iba acercando a mí, sin siquiera dejarme levantarme. Me arrastré rápido y me levante, tomando distancia de él. Él no disminuyo velocidad, avanzando hacia mí con pasos firmes, agitando sus manos como marcha de soldado, hasta estar a una buena distancia y lanzar otro golpe. Me cubrí esta vez, pero al no estar prestando atención fui pateado en mis costillas luego del golpe, tumbándome nuevamente al suelo.


- ¡Rookie! – Gritó uno de mis compañeros.

- ¡SILENCIO! – Vociferó Infinite, acercándose a mi ser tendido tratando de levantarse – Pelea, soldado, levántate... - Me tomo de la camisa, levantándome y sacudiéndome – No pareces el lobo que acabo de derrotar a un bisonte. ¡Vamos! ¡Pelea! – Me golpeo en el estómago, sacando de mi un quejido agudo, provocando que me encorvara y me sostuviera mi vientre - ¿Qué paso con todas las practicas? – Me golpeo en la columna espinal, tumbándome nuevamente al suelo - ¿Qué paso con las llaves con las que te defiendes?

- C-a-ca-pitán... Por... - Recibí una patada que me hizo rodar hasta quedar boca arriba, viendo como mi agresor avanzaba hacia mí.

- ¡SUFICIENTE! – Dijo el juez cóndor. El capitán Infinite se detuvo en seco y volvió a tomar posición firme frente al general – Deja de intimidar a su subordinado. Hemos visto suficiente.

- ¿Intimidar?... – Preguntó con todo confuso, volviendo su mirada a mi – Rookie... ¿Te estoy intimidando? – Sonrió de manera compasiva, viéndome desde arriba mientras yo apenas lograba sentarme y limpiarme la cara llena de sangre y sudor - ¿Y bien? ¿Te sentiste intimidado?

- ... No, señor... - Respondí con un ceño en mi rostro, logrando pararme a su lado, cruzando mis brazos tras mi espalda – Solo nos está educando a todos... Tomándome como ejemplo...


El capitán Infinite volvió su vista al jurado con una sonrisa tranquila, esperando respuesta de ellos. Unos varios segundos que pasaron rápido al cuchichear entre ellos.


- Rookie The Wolf, serás ascendido a cabo primero y nada más – Dijo el puma de brazos cruzados, viéndome con un rostro apenado – No has demostrado la suficiente determinación para ser ascendido a más.

- Y en cuanto a usted, capitán Infinite – Continuó el cóndor, viendo con desagrado a mi superior – Más vale que le enseñe a este soldado a responder ante el ataque de alguien mucho más fuerte que él.

- Lo haré, general – Respondió con un saludo militar, bajando su mano y tomándome del brazo – Ahora si no es molestia, llevare al cabo Rookie a la enfermería.

- De acuerdo – Dijo el general, haciendo un gesto con su mano para que nos apresuráramos en irnos.


Fui jalado con un fuerte apretón en mi antebrazo, viendo al resto de mis compañeros con mucha vergüenza por haberme visto rendirme así, al verme perder de manera tan patética en frente a todo el mundo, ante el capitán...

Continuamos por un largo pasillo vacío, ya no soportando más el silencio entre nosotros cuando sentí el momento oportuno para hablar.


- ¡Capitán, Infinite! – Llamé sin siquiera hacerlo detener – ¿Por qué? – Hice un leve intento de frenar, pero seguí siendo jalado con mayor fuerza para avanzar - ¿Por qué hizo eso? Yo... ¿No valgo para ser un cabo segundo?


Alentó la caminata, jalándome para que quedara a su lado, viéndome impaciente ante mis palabras, suspirando pesado antes de mostrar un ceño.


- No te convenía, soldado.

- ¿No me convenía? – Repetí sin comprender.

- Tonto, cachorro – Continuó hasta llegar a la enfermería, empujándome adentro donde varias enfermeras me vieron con impresión por mis heridas poco inusuales de las que siempre acudía ahí – Cúrenlo y una vez terminen con él, escriban una constancia de reposo... - Ordeno a las enfermeras, pasando luego su atención a mí – Ven a mi oficina inmediatamente terminen contigo – Se dio la vuelta y me dejo ahí, sin más, sin explicar, sin apaciguar el ruido que se hacía en mi cabeza al escuchar a las enfermeras trabajando, al escuchar al resto de personas en la sala y fuera de esta al estar en sus oficios, solo podía escuchar ruido mientras mi mente trataba de pensar... ¿Por qué me lo negó?


Camine a la dirección donde me habían indicado acudir, con vendas en mi torso, en mi mejilla y en mi cabeza. Me había dado un fuerte analgésico y me habían dicho que debía permanecer en enfermería hasta mañana pero logre escaparme cuando todos habían tomado un descanso para la cena. Me encontraba mejor, sin dolor, moviéndome rápido sin que nadie me viera hasta finalmente llegar frente a la puerta de la oficina del capitán.

Toque la puerta lentamente, escuchando desde el otro lado como concebía que me adentrase. Al abrir la puerta y ver al chacal en su escritorio escribiendo en unos papeles, mi corazón comenzó a latir demasiado rápido, no sabía si era por miedo o porque... Me sentía aliviado de verlo con un rostro más amigable.


- Cierra la puerta con seguro, Rookie – Dijo con seriedad, haciendo rápido lo que me pidió – Ven acá – Dejó lo que estaba haciendo y me hizo señas con su dedo.


Tímido, avance hasta llegar tras su escritorio, viendo nuevamente a sus pies, con miedo a volver a encontrarme esos ojos despiadados de esa mañana y que volviese a degradarme aún más.


- ¿Qué ocurre? Mírame a los ojos, cabo – Ordenó y yo con lentitud levante la mirada viendo los bicolores brillantes, adornados de un suave carmesí en sus mejillas acompañados de una sonrisa pícara – Has conseguido ascender a cabo ¿No te alegra?

- Yo... - Titubeé, pero él frunció un poco el ceño, esperando mi afirmación – S-si... Estoy feliz, capitán...

- Qué bueno... Porque casi lo arruinas...

- ¿Qué? ¿Pero que hice? – Dije sin entender, desde esa mañana, aun con esa confusión que me había dejado. Él se levantó de su asiento y se acercó a mí, tomándome de mis mejillas, apretándolas con fuerza - ¡Ahh!

- Tú, bueno para nada. Todo el trabajo que había puesto en ti para que ascendieras a cabo, solo para que de la nada quisieras alardear y querer ascender a otro nivel ¿Sabes lo que hubiera significado, pequeño y tonto cachorro? – Apretó más mi mejillas, jalando mi quijada, haciéndome lloriquear con su fuerte agarre – Habrías quedado en otro batallón con otro capitán, soquete... ¿O acaso hubieras querido eso?

- ¡N-no, capitán!

- ¡Pues deberías agradecerme! – Me soltó, tomándome de la cintura y pegarme a su torso – Por tu culpa ahora tengo que llenar un montón de papeleo como explicación de lo que ocurrió esta mañana, solo por ti, pequeño tonto... - Mostró los colmillos, furioso, acercándose – Sabes lo que significa ¿No, cabo?

- S-sí, capitán – Respondí nervioso, bajando mis orejas, preocupado de lo que realmente quisiera hacer.

- Buen chico – Sujeto mi mentón, acercándome para besarme.


El capitán tenía razón... Debía de tenerlo. Después de todo, yo estaba siendo dominado con un simple beso aun luego de todo lo que me había hecho, media a sus labios como si fuese mi néctar, lo único que lograría aliviar mi confusión e impotencia.


- Oh, Rookie – Me arrulló con su suave voz, acariciando mi mejilla donde me había lastimado – Tienes que pensar mejor la próxima vez, tienes que pensar en siempre estar conmigo, así, si llego a ascender, debes de hacerlo conmigo, no al revés, tonto... - Continuó acariciando hasta llegar a mi camisa, retirándola lentamente – Después de todo, no estarías aquí sino fuese por mi...

- Si... Capitán – Musité débilmente, observando cómo me retiraba la ropa mientras yo lo dejaba sin protestar, avergonzándome cuando finalmente me quito todo – Aahhhh, capitán...

- Tienes dos días de reposo... Más vales que lo uses bien para pagar todo lo que me debes, cachorro – Se relamió los labios, acercándose a mi oreja, dando lamidas sobre este, bajando a mi cuello con lentitud.

- Aaah, l-lo haré... Aaha – Lo rodeé con mis brazos, sintiéndose bien cada lamida y toque, agitándome al escuchar su respirar y sus gemidos cerca de mi oído – Lo haré...





============================================


¡Hola! ¿Cuanto tiempo? ¿Como les va en la cuarentena? Yo apenas sobreviviendo uwu pero todo bien gente =w=

Me doy cuenta que en cada capitulo voy avanzo más de la cuenta en el violentometro, pero reitero que es algo que ocurre tarde o temprano. Por ejemplo en este capitulo hay algo de humillación y violencia física, pero esta en contexto por el comportamiento militar, aun que se sabe que aquí esta interviniendo la descalificación y culpabilizar por conveniencia. Todo dependerá de la situaciones que de uwu

Espero les haya gustado el lemon por que ahora continuare un poco más 7w7

Se les quiere >w< bye

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro