[Pazguato]

Suspire extrañado, pensando en aquella mujer cuya pureza resalta en apariencia; blanca como hermosa y caótica. Apenas había cruzado un par de palabras con ella y solo salió corriendo con temor llevándose suspiros entre sus pasos.

La comprendía, pues solo había escuchado calamidades en cada boca del pueblo, después de todo temían a todo lo desconocido y diferente a ellos, y ella era realmente diferente... Maravillosamente diferente...

Diferente en el sentido desconocido, nunca había cruzado mirada con ella, ni mucho menos sabia de su existencia; había descubierto otro cielo.

Sin embargo, la curiosidad me carcomía...

Volví a buscarla en el mismo lugar con la esperanza de encontrarla, pero no encontré más que un pendiente de cristal azul.

—¿Será de ella? — me cuestiono; si es así, tendré la oportunidad de verla otra vez.

Es algo difícil de explicar, solo quería verla, como si fuese un capricho visual; como si yo fuera aquella pluma deseosa de escribir sobre una hoja en blanco.

[...]

Todos me miraban extraño, sentía las miradas en mi nuca, cada susurro inteligible y yo tragué duro frente la blanca puerta.
Suspire nervioso y ansioso, tocando suavemente un par de veces.

Pasaron uno, dos, tres minutos, pero nadie abrió...

Paciente volví a tocar, esperando que aquella mujer me atendiera y aun así no lo hizo.
Me resigne a dejarla e intentarlo y quizás volver mañana...