Capítulo 15

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Lisa llevó a Taehyung a una cafetería cercana, sin querer que sus compañeros, por casualidad, escucharan algo. Lo que menos deseaba era que pasaran a descubrir cualquier cosa, no cuando quedaba tan poco para que el año académico se terminara.

Llamó con rapidez a Momo para preguntarle si podía quedarse un ratito más con Haerin, y al escuchar su afirmación, pidió un jugo para beber. Taehyung, frente a ella, no tenía cara amigable.

—Creo que Jennie fue lo suficientemente clara contigo —dijo Lisa, incapaz de contener un poco más el silencio. Taehyung no dejaba de observarla—. Ella y yo estamos juntas, ¿acaso no es evidente? Ella ya no quiere nada contigo.

No le importaba si sonaba cruel o mala, porque Taehyung estaba en busca de problemas y Lisa no se dejaría amedrentar por él. ¿Qué era lo que pretendía yendo allá?

—Jennie siempre ha sido indecisa en varios aspectos —replicó el rubio, y le miró despectivamente—. ¿Y no te parece raro a ti que una alfa madura y adulta esté con una chiquilla como tú? De seguro sólo quiere una cosa de ti.

Lisa lo pensó varias veces al inicio, pero ahora, no dejaría que ese pensamiento le comiera la cabeza. Llevaba saliendo con Jennie cerca de cuatro meses, además, tomó el rol de padre de Haerin sin complicarse mucho, y demostró en varias ocasiones que no quería sólo acostarse con ella. Por Dios, ellas hacían varias cosas que no incluía penetración, solo pasó una vez, y Jen jamás insistió para llegar más lejos. Es más, Jennie siempre era la que le detenía para no hacer otras cosas. Lisa era una cachonda de primera.

Vale, pero no debía pensar en eso ahora, ¡estaba en algo serio!

—¿Ese es tu argumento? —le preguntó Lisa, impasible. Taehyung hizo un mohín—. Jennie y yo llevamos bastante tiempo juntas, ¿y sabes qué? Jamás te nombró —alzó su barbilla—. Ella ya no te quiere y deberías dejar de insistir en estar con ella, porque Jennie es feliz conmigo.

—Lo que ella y yo tuvimos fue mucho más serio de lo que tiene contigo —Taehyung parecía enojado a ese punto, probablemente molesto por todo lo que Lisa le estaba diciendo.

—¿Un matrimonio arreglado? —bufó, desdeñosa—. ¿Desde cuándo eso puede ser más serio? Además, terminaron hace... ¿hace cuánto? ¿Siete años? Por favor, supérala —sonrió con un poquito de burla—, ella ya te superó.

Lisa estaba un poco sorprendida por la actitud que tenía, pues jamás actuó de esa forma. Al inicio, pensó que sería tímida y torpe, tratando de hablar con calma, pero parecía que su omega no estaba de acuerdo. Santo cielo, su omega estaba muy enfurecida con ese chico e iba a proteger lo que era suyo. Jennie era suya, no de él.

Casi podía gruñir en señal de defensa.

—Pensé que, tal vez, serías alguien más madura —masculló Taehyung, sin parecer amedrentado por sus comentarios—, pero ahora, mirándote, sólo confirmo que Jennie debe ver en ti una zorra barata.

Su mano tembló cuando sintió la tentación de lanzarle el jugo al escuchar esa ofensa, entrando en cólera por lo que él le estaba diciendo. Era como recordar todos esos insultos en el colegio, cuando se enteraron de que estaba embarazada. Fue mucho más morboso para todos, porque Lisa siempre tuvo un bajo perfil y destacaba sólo en las calificaciones. Qué divertido tuvo que ser para ellos que la santa, inocente y amable Lili hubiera quedado en cinta de un alfa desconocido.

Sin embargo, se controló a tiempo para no hacer una locura. No estaría bien reaccionar así, no en público, al menos.

—Y, aun así —le gruñó—, esta zorra barata es su novia, y no tú —le miró con disgusto—. ¿Eso sería todo, entonces? Tengo cosas más importantes qué hacer.

—No —Taehyung ahora se veía algo alterado—, quiero que termines con ella —Lisa iba a soltar una risa—, y si no lo haces, entonces no me quedará más remedio que ir a la dirección de tu universidad y denunciar que sales con tu profesora.

Lisa abrió su boca con incredulidad ante lo que estaba escuchando, observando el rostro triunfante de Taehyung frente suyo. El alto hablaba muy en serio, se podía notar en sus ojos, y la menor hizo un mohín. De verdad, ¿qué había visto Jennie en él? Cuando le contó de esa relación, parecía recordarlo con cariño, pero ahora que lo veía frente a ella, no podía evitar preguntarse eso.

Bueno, no era nadie para juzgar, ¿cierto? Después de todo, ella se metió con el cretino de Kangsan.

Se puso de pie.

—Hazlo —le dijo, desafiante, y Taehyung puso una expresión de sorpresa—, vamos, te desafío. Hazlo, no me importa —es decir, si le importaba, pero no se lo demostraría—, ¿crees que no puedo ir a otra universidad? ¿O que Jennie tendrá dificultades para conseguir otro empleo? —rodó los ojos—. Acúsame, vamos, te desafío a hacerlo, ¿o piensas que te tengo miedo? —se puso de pie, agarrando su jugo—. No te tengo miedo, Taehyung, así que deja este patético intento de separarme de Jennie, porque no funcionará.

Se dio media vuelta y dio dos pasos, sin embargo, antes de seguir avanzando, se giró a decirle una última cosa.

—Ah, y no te preocupes, le contaré a Jennie todo lo que me acabas de decir. Vamos a ver si le quedan ganas de volver contigo luego de esto.

Se marchó antes de que el hombre pudiera decirle otra cosa, tratando de contener todavía el enojo que sentía por la situación en la que estaba. Y más aún, por la preocupación ante la amenaza dada. ¿Y si Jennie se enfadaba si la echaban por culpa de esa relación?

Como si la estuviera invocando, y mientras tomaba el bus para irse a casa, recibió una llamada. Era Jennie.

—¿Nini? —preguntó, yendo a sentarse en los asientos traseros.

Hola, bebé —suspiró Jennie—, ¿estás libre ahora?

—Mmm... ¿para qué?

Para verte, ya no lo soporto más, te extraño un montón, Lili —sus palabras le causaron una risa—. Llevo comida.

—¿Y dónde estás?

Estacionada fuera de tu departamento.

—¡Jennie!

—¿Todavía no llegas? ¿O estás con algún amante?

Resopló ante sus palabras, soltando unas risitas.

—Estoy en cinco, espérame abajo.

Para su fortuna, el bus no tardó demasiado en llegar fuera del edificio, donde Jennie ya le esperaba, apoyada en su auto estacionado y sosteniendo una bolsa con comida.

—¿Tan tarde saliste de tu examen? —preguntó la alfa al verla llegar, y la abrazó por la cintura.

Lisa le dio un beso en la boca, aliviada de sentir a la alfa junto a ella. También le echó de menos, no se veían hacía más de cinco días y ya le estaba pasando la cuenta.

—Tenemos que hablar —le dijo al alejarse, arreglándole las solapas de su abrigo.

—¿Uh? —Jen parpadeó—. Eso no suena bien.

Lisa le sonrió, agarrándole la mano y llevándola al interior del edificio. Mientras subían, le contó brevemente sobre su día y cómo le fue en el examen, preguntándole también cómo le fue a ella los últimos días. Jennie estaba con la preparación de todos los exámenes, y el viernes de esa semana debía hacerles a ellos el último examen del curso. Lisa estaba aprobando, no con las mejores notas, pero tampoco con la mínima calificación de aprobación.

Haerin se encontraba sentada en su sillita cuando llegaron, con la compota de manzana a medio comer. La bebé las saludó con felicidad, emocionada de ver a su papá luego de tantos días separadas.

—¡Papa! —gritó, contenta, y extendió sus bracitos para que la tomara en brazos. Lisa, mientras, le pagaba a Momo el día.

—Gracias por cuidarla, y lamento llegar tan tarde —le dijo, acompañando a la chica fuera.

—¡Tranquila, Lis! Me gusta jugar con Haerin —Momo se despidió y pronto quedó la pareja a solas.

Jennie sostenía a Haerin en sus brazos, que le agarraba una mejilla y chillaba. Lisa fue a servir la comida, acomodando la sillita de la bebé para que siguiera comiendo con ellas.

—¿Me echaste de menos, bebé? —le preguntó Jennie a Haerin.

—Por supuesto —contestó Lisa, en cambio y con unas risitas—, creo que me estoy haciendo adicta a ti.

—¿Ah, sí? —escuchó el gruñido de la castaña, que acomodó a Haerin en su sillita—. Pues tú me vuelves loca, preciosa... —Jennie la agarró por la cintura—. Oh, eso sonó como una línea de una mala película —Lisa también se rió, dejándose abrazar con cariño.

—Se va a enfriar la comida —le dijo Lisa, recibiendo un beso en la mejilla.

—¿Sabes cómo podemos calentarla? —gruñó la mayor.

—¡Eres un monstruo! —volvió a reírse, y la soltó para ir a sentarse en la mesa.

Comieron un instante, retomando la conversación sobre lo que pasó los últimos días. Cuando estaban en mitad de toda la comida, Lisa decidió sacar el tema en conversación. No podía ocultarle algo así a su novia.

—Taehyung apareció hoy en la facultad —le dijo.

Jennie se atoró con un trozo de papa frita, teniendo que agarrar su vaso con agua y beberlo un poco. Haerin comenzó a reírse ante la visión de la alfa atragantada, sus manitos hechas puños golpeando la mesa. Lisa tuvo que servirle un poco más de agua, viendo su rostro enrojecido.

—¿Muy sorpresivo? —preguntó Lisa.

—Claro que... sí... —jadeó, bebiendo algo más de agua—. ¿Y qué... qué quería él?

Lisa pensó bien en qué decirle. Recordar la conversación le ponía los pelos de punta, en especial acordarse de todos los insultos que el hombre, prácticamente, le dijo. Por un instante, quiso acusar eso con Jennie, sin embargo, decidió que mejor se los guardaría. No quería echar tanta cizaña a esa situación.

—Quería que tú y yo terminemos —le contó, preocupada. Jennie volvió a atorarse—. Y ha dicho que, si no lo hacemos, nos va a denunciar en la universidad.

Jennie no dejó de toser como por diez minutos, hasta Haerin comenzó a preocuparse, abrazando su gatito.

—Mierda, lo siento, bebé —barboteó la alfa una vez logró recuperarse—. No pensé que él... él fuera a hacer algo así. ¿Qué está pensando? Sus padres deben estarlo presionando más para volver a comprometernos. Si tú quieres...

—Le dije que no me importaba —intervino Lisa, ordenando los platos vacíos de comida antes de ponerse de pie y sentarse en las piernas de Jennie—, no me importa si me echan de la universidad por estar contigo. Estoy cansada de tener miedo, Nini.

—Bebé...

—Es decir, si a ti te importa...

—Claro que no —Jennie la abrazó y le dio un beso en la boca—, si me despiden, tampoco me importa, cariño. Quiero estar contigo —la mirada de la de ojos gatunos se oscureció—. Hablaré con Taehyung y le diré que esto es una locura. Me encargaré de él, y que no vuelva a molestarte.

—¿Sí? No quiero verlo nunca más —Lisa le devolvió el beso—. Y tampoco quiero verlo cerca de ti. Es una víbora, Jennie.

—¿Una víbora? —Jen soltó unas carcajadas, pareciendo olvidar su molestia—. ¿Y tú eres la pequeña pollita a punto de ser devorada?

—Devorada por una linda gatita gruñona —contestó Lisa, besándole la punta de la nariz.

—¡Mamiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii! ¡Papaaaaaaaaaaaaaaaa! —chilló Haerin, golpeando la mesita por atención.

Las dos suspiraron por los gritos de la bebé.

Sin embargo, más tarde, Jennie decidió quedarse en el departamento, sin muchas ganas de regresar a su hogar. Una vez Haerin se quedó durmiendo, ellas fueron a la habitación y se acurrucaron una al lado de la otra.

—¿Sigues preocupada? —le preguntó Lisa, apoyando la cabeza en el pecho de Jennie.

—Estoy sorprendida y algo decepcionada —corrigió la alfa—. Jamás pensé que Taehyung fuera capaz de hacer algo así. ¿Te trató muy mal, bebé?

—Sí —Lisa la abrazó con más fuerza—, él dijo que tú no querías nada serio conmigo.

—¡¿Que él dijo qué?! —gritó Jennie, enderezándose con una expresión incrédula.

—Jennie, no es para tanto...

—¡¿Cómo qué no?! —ahora se veía enfurecida e indignada—. ¡Lo voy a matar!

—¡No seas así! —Lisa trató de recostarla en la cama otra vez—. Sólo lo dijo por celos...

—¡Peor aún! —Jennie dejó que su novia la acostara, luciendo todavía muy molesta—. ¿Cómo se le ocurre meterse con mi chica?

—¿Tu chica? —Lisa se rió.

—Mi bebé —la coreana se volteó a verla, llenándole el rostro de besos esporádicos—, mi linda y pequeña bebé, tan bonita y tierna, perfecta para comérmela...

Las risas se volvieron más escandalosas antes de transformarse en un suave gemido cuando se besaron en la boca, suspirando por la forma en que Jennie le agarró de la cintura. Pronto, los besos se volvieron más y más calientes, ambas devorándose la boca a cada segundo.

La temperatura en el cuarto no tardó en subir. La mano de la alfa se deslizó bajo el pijama de Lisa, pasando por sus bragas hasta llegar al inicio de su entrada, justo en su clitoris, donde comenzó a masturbarla.

—Te adoro tanto —le gruñó Jennie, separándose un poco. Un hilo de saliva conectaba ambos labios, y Lisa tenía el rostro enrojecido y los labios hinchados por los besos—, te quiero tanto, mi omega bonita...

—Alfa... alfa... —gimió Lisa, moviendo sus caderas para que Jennie le masturbara más rápido—, ah... Alfa...

Dos dedos de la castaña se frotaron con rapidez en el botón de la menor y sólo bastaron un par de movimientos y besos en el cuello para que la omega llegara al orgasmo, gimiendo contra la boca de su novia para no terminar gritando y despertar a la bebé. En la habitación sólo se escucharon los jadeos de Lisa, tratando de recuperarse, y de los gruñidos de Jennie.

—Eres mi chica —reafirmó Jennie—, y voy a cuidarte como corresponde, bebé.

—¿A mí y a Hae?

—A las dos —Kim le dio un beso dulce—. Hablaré con Taehyung para que nos deje en paz, pero quiero que sepas que siempre te elegiré a ti primero, ¿vale?

—Yo también —afirmó Lisa—, te elegiré primero, Nini.

Jennie le sonrió y Lisa suspiró por la calma y felicidad.

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