ＷＨＩＴＥ

— Es hermosa — Susurro mientras que de sus ojos salía un gran brillo azul a causa de la preciosa imagen que estos presenciaban. 

— Es cierto, es tan pequeña, que parece que se romperá— Dijo el joven tomando a la recién nacida entre sus grandes brazos, para después acurrucarla suavemente hasta que esta quedara dormida, soltando para ella un muy ligero calor para relajarla — Que haremos?

— A que te refieres? — Pregunto confundida

— Sabes que el gobierno nos la quitara, no podemos permitirlo, se que apenas la conozco pero la amo tanto— Sonrió pensando en los hermosos momentos que podría pasar con su hija, en como le enseñaría a defenderse, en como amenazaría a cada chico que se acercara a la pequeña niña, no quería soltarla, no quería lastimarla, solo quería protegerla.

Y era cierto, el gobierno haría todo lo que estuviera en su poder para tener el control sobre aquella niña nacida entre un AZUL y un NARANJA.

No era algo natural, además de que es producto de dos colores diferentes, su naturaleza es completamente impredecible, pues el azul era agua y el naranja fuego, dos polos opuestos que se enamoraron perdidamente.

Normalmente a los 18 el color que se le era asignado era el mismo que a los padres, y en varias ocasiones se te era asignado otro color por tu personalidad y por tu forma de ser.

Pero, el gobierno había prohibido rotundamente el cruce entre los demás colores.

— Entonces tendremos que esconderla, no la encontraran si no tienen donde buscar — Dijo la mujer muy nerviosa, no quería que le arrebataran a su primogénita y a el producto de su amor.