9.

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Advertencias: fluff y poco drama. AU de híbridos y omegaverse

Yoongi cumplió su promesa.

O algo así, porque desde ese día en adelante, ninguno de sus verdugos se le acercó ni le gritó algo en medio del pasillo. A Hoseok se le hizo demasiado raro en un inicio, dándose cuenta de lo acostumbrado que estaba a que medio mundo le molestara, y eso le hizo sentir mal.

No era bueno haberse acostumbrado a los malos tratos. Realmente le hacía mucho daño a su autoestima, haciéndolo sentir menos y casi como si fuera una basura.

Unos días después, Taehyung venía saltando, emocionado.

―¡A que no adivinan! ―dijo, colgándose de Jungkook.

―¿Hiciste una madriguera más grande que la anterior? ―preguntó el conejito.

Taehyung se rió.

―¡Casi, pero no! ―Hoseok notó la forma en la que movía su colita―. ¡Namjoon me pidió una cita hace unos minutos!

Jungkook se soltó, girándose para mirarlo con una amplia sonrisa de emoción. Hoseok le dio un abrazo al zorrito, felicitándolo, y Taehyung no cabía en sí por la felicidad que estaba sintiendo.

―¿De verdad? ―dijo Jungkook―. ¡¿Cuándo van a salir?!

Taehyung puso una expresión pensativa.

―Dijo que para la próxima luna llena ―el zorrito pestañeó―. ¡Le estaba hablando de los conejos en la luna y él insistía en que no había conejos allí! Yo le dije que sí, pero Namu me seguía diciendo que no. Al final, ¡me dijo que cuando fuera luna llena, me enseñaría que no era así!

Hoseok observó a Jungkook. Jungkook le devolvió la mirada a Hoseok. Ambos se encogieron de hombros. No sonaba mucho como una cita, pero estaba bien, Taehyung siempre era muy positivo y sólo lo animarían para que las cosas resultaran bien.

―¿Y tú? ―preguntó Tae, hablándole a Jungkook―. ¿Cuándo saldrás con Jimin?

―¿Aaaaaaah? ―Jungkook arrugó el ceño ligeramente―. ¿De dónde sacas que voy a salir con él? ¡E-es un lobo! ―el pequeño conejito comenzó a ponerse nervioso de forma repentina―. ¡Va a... a co-comerme!

―Deberías apreciar que quiere salir contigo luego de que lo mearas ―replicó Taehyung, antes de quejarse porque Jungkook lo agarró de la cola y se la tiró―. ¡Kookoo!

―No creo que Jimin quiera comerte ―intervino Hoseok―. Él parece realmente interesado en ti.

Jungkook lo miró con enojo, por lo que Hoseok se arrepintió de lo que había dicho cuando vio la sonrisa malvada que esbozaba esa pequeña cosa peluda. El conejito era realmente vengativo a veces.

―Yoongi sí parece interesado en ti ―le dijo, e incluso Tae sonrió con un poco de diversión―. Te lleva a comer helados y te regala aguacates, ¡no cualquiera hace eso!

―¡Ojalá a mi Namjoon me diera de regalo conejos asados! ―se quejó Tae.

Jungkook estuvo indignado el resto de la mañana.

Para la hora de almuerzo, decidieron ir a comer al patio. No les gustaba el comedor, siempre estaba infestado de depredadores molestosos y ellos eran un buen objetivo que acosar. Hoseok llevó ese día una ensalada, mirando su comida algo desanimado porque él quería comer otra cosa que fuera más rica, pero su mamá le dijo que, si iba a hacer una dieta, lo hiciera bien.

Claro, ¡primero lo engordaba y ahora lo torturaba! Hoseok iba a emanciparse.

―¡Hola, Yoongi! ―saludó Taehyung, llamando su atención, y la ardillita levantó la vista de su envase de plástico.

Vieron al híbrido de pantera de pie ante ellos, sonriendo con un poco de timidez. Parecía algo avergonzado allí, mirando a Hoseok, y la ardillita sintió sus mejillas calientes debido a que se pusieron coloradas.

―Ho-hola ―saludó Yoongi.

Hoseok pensó que no le había visto desde que fueron a comer ese helado. Yoongi parecía estarle esquivando esos días, haciéndole sentir un poco triste y pensando que quizás ya le había espantado. Realmente, a pesar del miedo, no quería que el alfa dejara de hablarle. Le hacía sentir muy bonito.

―Hola ―dijo Hoseok, tratando de sonreír, pero sin saber si lo logró. A veces realmente se ponía muy nervioso.

―Uh... Yo quería... ―Yoongi rascó su nuca, tragando saliva―. Hobi, ¿quieres tener una cita conmigo?

Jungkook abrió la boca. Las orejitas de Taehyung se levantaron, sorprendido. Hoseok quiso transformarse en una ardillita y salir corriendo lejos de allí gracias a la vergüenza.

―¿Qué? ―terminó preguntando, sin saber si lo escuchó bien.

―El sábado ―trató de explicar Yoongi―, ¿quieres salir conmigo? En una cita. Sólo los dos ―añadió, para que no se le colaran sus amigos.

―Oh... pues...

―¡Claro que sí! ―dijo Jungkook, sobresaltando a Hoseok―. ¡Por supuesto que Hoseok irá!

―¿De verdad? ―la colita de Yoongi se movió de un lado hacia otro.

―Pero... ―trató de decir Hoseok.

―¡No te preocupes, Yoongi! ―dijo también Taehyung, sonriente―. ¡Hoseok va a salir contigo!

Una vez Yoongi se marchó, cinco minutos más tarde y con una sonrisa enorme en su cara, Hoseok se volteó hacia sus amigos y les tiró dos bellotas.

―¡No tuvieron que aceptar!

Jungkook dejó de buscar ropa del armario de Hoseok, volteándose a verlo y sonriendo al ver las pequeñas ondas en su cabello que Taehyung le hacía.

―¿Por qué no? ―preguntó Tae―. ¡Yoongi es muy agradable!

―Porque... porque... ―Hoseok trató de buscar algún motivo―. ¡Porque quizás sólo quiere reírse de mí!

Jungkook agarró una playera blanca enorme y un short-jean que llegaba a sobre las rodillas. Ese día, había un sol especialmente caluroso.

―¿Por qué se reiría de ti? ―dijo Jungkook, dejando las prendas sobre la cama―. ¡Ponte esto, Hobi!

―¡Porque... porque estoy gordo! ―trató de explicar Hoseok―. Quizás sólo quiere ilusionarme y luego romperme el corazón. ¡Taehyung, ¿qué haces?!

Taehyung le agarró el borde de la toalla, soltándola para dejarla sin ella y que comenzara a vestirse. La pobre ardillita batalló para que no lo hiciera.

―¡Debes vestirte! ―dijo el zorrito―. ¡Yoongi llegará pronto!

―¡Pero...!

―Hobi ―la voz de Jungkook se volvió seria―. Yoongi no quiere reírse de ti, ¿está bien? Tú realmente le gustas.

Hoseok observó los ojos oscuros del conejito, leyendo la gravedad allí, y se cohibió un poco. Trató de pensarlo bien: Yoongi no había puesto cara de asco en ningún momento en lo que llevaban saliendo. Sólo le decía que olía bien y que le parecía adorable. ¿Era posible que el alfa estuviera realmente interesado en él? La lógica, por supuesto, le gritaba que era más que obvio. Sin embargo, esa parte insegura y miedosa del híbrido, le decía que eso era imposible.

Ningún alfa iba a querer estar con una ardilla gorda.

―Pero... ―trató de hablar, su voz temblorosa―, si él...

―Si él llega a jugar contigo ―dijo Taehyung, su voz dejando el jugueteo y volviéndose grave―, lo mataremos con Kookie, ¿bueno?

Hoseok sintió un escalofrío, pero sólo asintió, algo conmovido de que sus amigos estuvieran dispuestos a cometer un asesinato por él. Qué tierno.

Así que, finalmente, terminó vistiéndose con esas prendas. La playera le quedaba enorme, a pesar de todo, y le ayudaba un poco a cubrir sus rollitos. Tae le estaba poniendo unas extensiones a su cabello, unos reflejos brillantes, mientras que Jungkook le pintaba las uñitas y le ponía florcitas allí.

―¿Quieres que le ponga brillo a tus labios? ―preguntó Jungkook.

―¿Crees que me vería bonito con eso? ―dijo Hoseok, nervioso.

―¡Siempre te ves bonito! ―respondió Taehyung, concentrado en su tarea.

Hoseok sonrió ante los intentos de sus amigos por relajarlo y hacerlo sentir más calmado ante esa cita. Su primera cita.

Volvió a ponerse nervioso, pero Jungkook se apresuró en ponerle brillo en sus labios. La puerta de su habitación fue tocada dos segundos después, y Jiwoo se asomó.

―Hobi ―dijo ella, sonriéndole―, hay un chico muy guapo en la puerta, dice que viene por ti. ¿Debería echarlo o es verdad?

―¡Vamos, Hobi! ―dijo Jungkook, animándole, y Hoseok agarró su bolsito rojo, con bellotas, colgándose cruzando su pecho―. ¡Con TaeTae te esperaremos aquí para que nos cuentes todo!

Hoseok tragó saliva, despidiéndose de ellos y siguiendo a su hermana mayor.

―Te ves hermoso ―le dijo ella, sonriéndole y yendo hacia el comedor―. ¡Mucha suerte, Hobi-bebé!

Hoseok se despidió de su hermana, caminando a la puerta de entrada. Sus papás habían salido luego del almuerzo para ir a ver a su abuela, así que Jungkook y Taehyung se quedarían en su cuarto mientras, esperándole. Ellos insistieron en eso, y cuando tenían una idea, no había forma de quitárselas.

Abrió la puerta, quedándose mudo al ver a Yoongi. ¡Se veía demasiado guapo! Llevaba una chaqueta de cuero y unos pantalones rasgados, con una camisa blanca. Hoseok se sintió intimidado enseguida.

―¡Hope-ah! ―saludó el alfa―. ¡Wow, estás bonito!

Hoseok quiso morder su labio inferior, pero recordó el brillo y concluyó que no sería bueno. Así que sólo cerró la puerta, caminando junto a Yoongi.

―¿Tú crees? ―dijo, inseguro―. Hace mucho no uso estos pantalones...

―¡Te lo prometo! ―Yoongi sonrió de lado―. ¿Puedo tomarte la mano?

El omega sintió sus piernas temblar y el aire escapar de sus pulmones, por lo que sólo asintió con la cabeza. Estaba seguro de que, si hablaba, su voz sería un chillido ahogado. No quería humillarse de esa forma.

Yoongi se sintió satisfecho con sólo el movimiento de su cabeza, agarrándole la mano y entrelazando sus dedos. Las manos del alfa eran muy bonitas, con sus dedos largos y las venas marcadas, ¡se veía súper fuerte!

―¿Quieres ir a ver una película? ―preguntó Yoongi una vez agarraron el bus―. Luego podemos ir a comer algo, ¿qué te parece?

―Está bien ―dijo Hoseok―, pero... ¿qué tipo de película?

―Hay una de terror que quiero ver hace mucho ―respondió Yoongi, entusiasmado.

Hoseok se sintió palidecer ante la mención de eso, su estómago revolviéndose. ¡Odiaba demasiado ese tipo de películas, le provocaban ganas de llorar y hacerse bolita en una esquina!

El alfa pareció notar su cara descompuesta, mirándole con preocupación.

―¿Pasa algo, Seok-ah? ―dijo la pantera―. ¿No te gusta el terror?

Hoseok no quería arruinar esa cita. Su primera cita. ¿Qué tal si Hoseok le decía que vieran otra cosa y Yoongi se enfadaba? Realmente no quería truncar los planes de Yoongi. ¿Y si después no quería salir más con él?

―¡No, no! ―la ardillita trató de sonreír―. Sólo me maree con el movimiento del bus, ¡no te preocupes, Yoon!

El más bajo sonrió ante el diminutivo.

Varios minutos después, estaban ya entrando al cine. Yoongi compró unas palomitas de maíz con la bebida, a pesar de que Hoseok quiso comprar esas cosas. No tardaron en entrar a la función y el pobre omega trató de tomar aire, preparándose para lo que iba a venir a continuación.

Fue un fracaso. Hoseok comenzó a gritar desde el primer segundo en que esa novia fantasma-asesina apareció, encogiéndose en su asiento y molestando a medio mundo. Yoongi trataba de calmarle, diciéndole frases dulces, pero realmente no servía de mucho. Hoseok se puso a llorar en algún punto por el miedo, escuchando las palabras hirientes que algunas personas decían detrás de él, y Yoongi le agarró la mano, sacándolo de allí.

―Lo... lo siento... ―lloriqueó la ardillita, sentada en el suelo del pasillo―, no quise... lo siento...

―Hobi, Hobi ―Yoongi se arrodilló frente a él, agarrándole las mejillas―, ¿qué dices? No importa, cariño, ¿está bien? Sólo... si no te gustan estas películas, debías decírmelo. Pudimos haber visto cualquier otra cosa.

―No quería... ―Hoseok sorbió su nariz y, sin poder evitarlo, se pegó a Yoongi―, no quería arruinarlo, tú parecías querer mucho la película...

―Sí, pero puedo verla en cualquier otro momento ―Yoongi le limpió el rastro de lágrimas―. La película era para divertirnos los dos, no sólo yo ―Hoseok sollozó bajito―. ¿Quieres un besito en la mejilla?

En cualquier otro momento, Hoseok habría dudado y pensado si aceptar un besito. Ahora, estaba tan asustado que sólo quería un poco de amor.

―Bueno ―aceptó, sintiendo los labios suaves de Yoongi sobre su piel húmeda enseguida―. Otro ―pidió, porque no fue suficiente. Escuchó la risa suave del alfa, pero no le importó―. Otro ―volvió a pedir―. Otro, otro, otro...

Estuvieron así varios minutos, hasta que el llanto de Hoseok desapareció por completo, mucho más calmado, aunque su corazón seguía latiendo de manera acelerada. Los besos de Yoongi realmente tenían un poder curativo, ¡ya se sentía mejor! Ahora su estómago rugió, porque luego de llorar, siempre sentía mucha hambre.

La pantera le sonrió, dándole un último beso en su mejilla.

―¿Vamos a comer? Yo te invito ―dijo Yoongi, feliz.

―Bueno ―aceptó Hoseok, dejando que el alfa le ayudara a ponerse de pie.

Decidieron ir a un local de comida rápida, porque era barato y no tan íntimo. Yoongi no quería cohibir demasiado a Hoseok con algo tan serio, además que sabía que ahora la ardillita necesitaba algo más ligero para relajarse.

Cada uno pidió algo distinto para comer. Hoseok decidió una ensalada, aunque pidió también unas papas fritas para compartir con Yoongi. La pantera, en cambio, quiso una hamburguesa.

Se sentaron algo alejados del resto de personas.

―¿Cómo se llama tu hermana? ―preguntó Yoongi.

―Jiwoo, es la mayor ―respondió Hoseok, aliñando su comida con una expresión enfurruñada. Él quería también una hamburguesa, pero sabía que no le haría bien―, pero luego le sigo yo. Ahí vienen los gemelos, Somin y Haein, ¡y luego la pequeña Chaeyeon!

Yoongi sonrió, algo sorprendido.

―Son muchos ―contestó.

―¡Uh, no has visto a la familia de Jungkook! ―se rió Hoseok―. ¿Y tú? ¿Cuántos son?

―Sólo tres ―respondió Yoongi―. Mi hermana mayor, Chaerin, le sigo yo, y finalmente mi hermanita menor, Ryujin.

―¿No te acompleja ser el único hombre? ―bromeó Hoseok. Yoongi le sonrió―. Es decir, yo igual casi que lo soy, Haein es muy pequeño como para ser un hermano cercano.

―Te entiendo ―Yoongi le agarró la mano por sobre la mesa―. ¿Ellos también son un poco miedosos?

―¡Oh, no! ―Hoseok se sintió un poco avergonzado―. Soy yo el problema. Es decir, las ardillas tenemos un instinto de presa y todo eso, pero yo soy cobarde con muchas cosas. Las alturas, las películas de terror, las abejas, las tormentas...

―¿Las tormentas? ―Yoongi le miró, atónito.

Hoseok hizo un pequeño puchero.

―Una vez, cuando era pequeño, me perdí en el bosque y se hizo de noche. Hacía mucho frío, así que me transformé en ardillita y subí a un árbol, pero en la madrugada hubo una tormenta horrible y el árbol se movía mucho ―la ardillita se estremeció―. Fue muy horrible. Cada vez que hay una tormenta, me oculto bajo la cama en mi forma ardilla.

Yoongi puso una expresión un poco triste, acariciándole la mano, y Hoseok se sintió muy bien de que alguien le estuviera consolando de esa forma. Nunca pensó que pudiera llegar a vivir algo de ese estilo en algún momento, pero era realmente agradable.

―No te preocupes, ahora yo te protegeré de todo eso ―afirmó Yoongi, con firmeza.

Hoseok soltó una risa pequeña.

―¿Qué estás diciendo, Yoongi? ―dijo, algo divertido―. ¡Dices cosas muy raras a veces!

―No ―Yoongi movió su silla, acercándose más a él―. Me gustas mucho, Hobi.

El omega parpadeó gracias a la sorpresa de sus palabras, sintiendo otra vez cómo se cohibía y los nervios hacían aparición. En especial porque Yoongi no dejaba de mirarlo con esos ojos tan profundos, tan oscuros.

―Yoongi... ―comenzó a decir―, somos distintos.

La pantera arrugó el ceño levemente.

―Hobi, ¿alguien de tu familia ha tenido alguna relación inter-especie?

Hoseok bajó la papa frita a medio comer, algo sorprendido por su pregunta tan curiosa. No contestó enseguida, tratando de pensar bien en una respuesta.

―Sí ―dijo, finalmente―, pero... pero no del tipo que piensas, Yoongi ―Hoseok tomó un sorbo de su bebida―. Las ardillas solemos... Si nos relacionamos con otras especies, siempre son especies pequeñas. Como... ardilla-conejo. Nunca... No algo como... ardilla-pantera.

Vio que los ojos de Yoongi brillaron con algo que no supo identificar en un inicio, pero se quedó quieto en su lugar. El alfa no parecía particularmente decepcionado por sus palabras, ni herido, ni molesto.

―En mi familia si ―dijo la pantera―, mi tío se relacionó con una híbrida de hámster.

Hoseok se atragantó con su saliva y una papa frita, así que Yoongi tuvo que golpear su espalda para que dejara de toser. Una vez el omega se sintió algo mejor, el más bajo decidió seguir hablando:

―Sé que suena súper raro ―le dijo―, pero ellos se quieren. Mi tío y mi tía hacen una pareja muy rara, pero son muy felices juntos. Tienen un hijo, mi primo Jin, que es también un hámster. Es un odioso.

La ardillita seguía algo sorprendida ante sus palabras, entendiendo de forma inmediata porque Yoongi no parecía acomplejado con esa relación que estaban estableciendo. Por cortejarlo de una manera distinta a la de una pantera. Yoongi no era para nada prejuicioso, siempre pareciendo firme con cada palabra que decía.

―Y realmente, realmente, me gustas mucho ―continuó Yoongi―. Cuando te veo, quiero... quiero llenarte de amor. Sé que puede parecer raro, pero... ―se inclinó un poco―. ¿Puedo darte un beso en los labios?

Hoseok enmudeció, incapaz de decir algo en ese momento, sintiendo su respiración acelerada. El alfa no se movió de su lugar.

―No ―dijo finalmente, y Yoongi no lucía indignado por su negativa―. Es decir... Me gustaría, hyung, pero... pero tengo miedo ―terminó por confesar―. Tengo mucho miedo de que yo deje de gustarte o que me ilusiones y luego termine con el corazón roto ―su voz tembló―. Eres... eres el primer chico que gusta de mí y eso me da mucho miedo.

―Lo entiendo ―afirmó Yoongi, levantando su mano y dándole un beso allí―, no voy a presionarte, ¿vale? Estoy contento con esto, así que te demostraré que yo... que realmente me gustas y quiero que seas mi omega ―la pantera le agarró un mechón de su cabello, despejándole el rostro―. Pero ¿puedo seguir besándote la mejilla?

―Eso sí ―se rió Hoseok, feliz.

―¿E impregnarte en mi olor?

―Que atrevido eres.

Yoongi se rió también. Hoseok pensó que era el sonido más bonito que alguna vez escuchó en su vida.

―Me gustas mucho ―dijo Yoongi, sonriéndole y mostrando sus encías.

Hoseok se dejó abrazar por el alfa y envolver en su olor. Olía demasiado bien, además.

―Tú también me gustas ―contestó Hoseok, antes de recibir un beso en la mejilla que le hizo muy feliz.

¡gracias por leer!

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