𝕸𝖎𝖊𝖉𝖔

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Suele ser cierto que un recuerdo duele mas que una memoria, ¿no sabes la diferencia una de la otra?. Un recuerdo tiene sabor, olor, color, es algo que sientes. Una memoria no, una memoria es tan solo la imagen fija de algún momento, o suceso. No la sientes igual, sobre todo no duele igual.

Para mi el se convirtió en un recuerdo, un recuerdo que me dolió por miles de años luz. Una flor con sabor a el. Una estrella con un brillo como el de sus ojos.

Una galaxia Pegaso, que lleva su nombre tatuado en sus estrellas.

-Que haces jin?- pregunto un dudoso castaño acercándose a donde su amigo se encontraba sentado- ya empieza a hacer frio y es tarde- el contrario no se inmutaba por su presencia, seguía erguido viendo a la nada.

-voy en un rato, aun no quiero entrar- el castaño se acerco a el lentamente dispuesto a sentarse- tu si deberías de ir, te enfermas muy fácil- sentencio volteando a verlo por primera vez.

-No lo hare hasta que tu vengas conmigo- chantajeo terminando de sentarse- vamos, hice pan con jamón- dijo mientras se dibujaba una sonrisa en el rostro del contrario

-Entonces ambos nos tendremos que quedar aquí, por que yo no pienso ir, ni tu dejarme solo- sonrió victorioso por la conclusión a la que había llegado. Giro para ver al castaño y esperar su respuesta.

-Pues bien- respondió este cruzando los brazos poniéndose mas cómodo en su sitio- ¿Qué se hace aquí? o ¿Cuál es tu afición por sentarte y ver a la nada?.

-se piensa nam, tan solo eso. Miras a la nada y piensas en todo- menciono mientras extendía su brazo para arropar al contrario, que ya había empezado a temblar inconscientemente por el frio de la noche.

-¿Y tu que piensas?- cuestiono dejándose abrazar- ¿Qué es lo que vienes a pensar?

-En nosotros- soltó con dolor en la voz, como si la garganta le quemara al decir aquellas palabras, como si se quemase con cada segundo que aquella palabra se mantenía en el aire.

Todo se quedo pasmado, los pequeños puntos en el cielo y la gran bola con un conejo pasmado en ella se quedaron en silencio observando a las dos almas debajo de ellos. Las nubes sintieron un pequeño dolor al escucharles hablar, y las pequeñas luciérnagas que alumbraban la escena lloraron.

Lloraron por que esta no era la primera vez que presenciaban algo así. Dos corazones ardiendo en la cálida llama del "sentimiento que no venia en ningún libro". Dos corazones a punto de romperse por el miedo. Miedo, otra gran palabra.

Miedo era lo que sentían, miedo a entender que es lo que existía entre los dos. Miedo a no ser buenos ángeles, miedo a ser diferentes.

Miedo, Miedo, Miedo, Miedo.

Miedo del "Nosotros" miedo de que el nosotros no fuera real y se quedara solo como un recuerdo del que ambos sentirían nostalgia. Por que no, nunca existió aquel gran día que las alas de uno de ellos presintió.

-¿En nosotros?- cuestiono con miedo en su pregunta, miedo a la respuesta.

-Sin namu, nosotros, lo que somos, o mas bien lo que queremos ser, es difícil comprendernos, es difícil comprender lo que implica una palabra tan grande- dijo apunto de llorar, aunque no sabia realmente la razón.

-Jin, lo siento tanto, pero no puede haber un nosotros, no cuando sea salirse de las reglas... Y lo sabes- bajo la cabeza lentamente, por un momento todo se sintió muy incorrecto, ellos eran un pecado andante , el abrazo que se estaban dando, la cercanía que mantenían y de lo que estaban hablando. Sintió que las flores los juzgaban y los ángeles mas correctos escuchaban.

-Mañana se acabara, mañana será el inicio del gran final- hablo el pelinegro cambiando totalmente de tema, el castaño le miro confuso sin entender a que se refería.- mañana podremos ser libres... me revelare- hablo con una voz muy tranquila.

El castaño se paro exaltado dándole vueltas a lo que estaba por decir, sintió que un nudo aparecía en su garganta, la respiración le hacia falta todo le daba vueltas y en su cabeza solo se repetía la palabra revelarse. El gran pecado en el paraíso.

Tenia miedo, estaba empezando a tener miedo, miedo del real, del que te hace temblar, del que te provoca pesadillas, del que te cúrcuma la mente hasta acabar con ella, te come poco a poco hasta que quieras olvidar quien eres también. Tenia miedo de que fuera mañana.

-¿Namjoon?- pregunto este buscándole la mirada que se encontraba perdida.- ¡NAMJOON!- se acerco a el rápidamente para tomarlo en aire.

Namjoon había perdido el equilibro, sus piernas flanquearon y estaba a punto de caer sin embargo Jin lo tomo antes de que esto sucediera. Lo ayudo a llegar al pasto con cuidado, tomándole la mano. Estaba helada, sus piernas y quijada estaban temblando, inmediatamente lo abrazo intentando transmitirle todo el calor que tenia.

Sin pensarlo dos veces lo cargo y llevo en brazos hasta el hogar, llegando lo acostó y tapo con todas las telas que encontró como si eso no fuera suficiente lo arropo con su ala, cuando se dio cuenta de que había dejado de temblar recogió sus alas y tan solo lo abrazo.

Miro con delicadeza su cara, el castaño se había quedado dormido en sus brazos.
Sus cejas del tamaño ideal con aquellas pestañas largas y oscuras, sus labios, tan rosados y delgados.

¿Cómo no caer ante los encantos de tal ángel?. Entonces jin sintió miedo, mucho mas miedo del que namjoon sintió.

Tuvo miedo de perderlo, de perder a aquel ángel que le hacia sentir completo aun cuando no sabia que significaba eso, miedo de arruinarlo todo, miedo de el mismo.

Sin darse cuenta empezó a llorar en silencio intentando no despertar al contrario con sus sollozos. Mientas que sus lagrimas aumentaban se aferraba mas al cuerpo del castaño. Quizás abrazándolo por ultima vez, o tan solo sintiéndolo por una ultima eternidad.

Levanto la mirada levemente encontrándose con los panes con jamón encima de la mesilla del otro lado de la habitación. No pudo evitar sentirse peor. Por que tenia miedo, miedo de saber que aunque lo que estaba por hacer mañana lo arruinaría todo, no se echaría para atrás.

Aunque se culparía todas sus vidas por perder aquellos ojos y esa sonrisa con hoyuelos...

¿Tu te tienes miedo?







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