Capítulo 19.

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El edificio donde se encontraba ubicado el departamento de Jeon, dejaba muy en claro que no cualquiera vivía ahí. La infraestructura y las decoraciones gritaban poder y dinero.

Cuando Jimin atravesó la gran puerta de roble oscura, su boca se abrió ante el asombro. Avanzó lentamente hasta la sala de estar, totalmente absorto en la decoración del departamento.

Y es que era increíble, joder.

Ni siquiera el departamento de Taehyung le había impresionado tanto.

Observó con fascinación los grandes ventanales, que le privilegiaban de una preciosa vista tanto de día como de noche. Luego giró su rostro hacia su izquierda, y se encontró una pared cubierta por libros.

Woow, esto es genial.

Le encantó como Jungkook tenía su departamento. Debía reconocer que tenía excelente gusto.

La mayoría de las paredes estaban pintadas de blanco, mientras que el resto de un color gris oscuro. En la sala de estar habia un gran sofá negro y otros dos más pequeños de color blanco. Una alfombra afelpada de color gris oscuro y una mesa de centro de madera con algunas decoraciones verdes. No había televisor en la sala de estar, ni algún aparato de música.

—Bueno, bienvenido a casa —dijo Jungkook mientras cerraba la puerta principal, luego de que su chofer y guardaespaldas se retiraran, dejándolos finalmente solos.

Jimin se giró para encontrar esa mirada oscura y penetrante del alfa. Cuando lo hizo, Jungkook le regaló una pequeña sonrisa que hundió su estómago.

Y antes de hablar, Jimin tuvo que carraspear su garganta.

—Tu departamento es muy bonito —confesó, sintiendo como el calor subía hasta sus mejillas.

Jungkook tarareó, tomando la maleta vieja de Jimin.

—Gracias, supongo.

Suspirando, Jimin desvió sus ojos del alfa para fijarlos en la escalera que había en un rincón. Cada peldaño y baranda eran de un grueso cristal, mientras que el esqueleto de esta era de un acero de color negro.

—Bueno... —Jungkook murmuró, haciendo que Jimin volviera a mirarlo— ¿Vamos a tu habitación?

—Sí, claro.

—Bien, vamos al segundo piso.

Jimin siguió a Jungkook en completo silencio, sin dejar de apreciar cada detalle del departamento, hasta que se detuvieron frente a una puerta negra en medio del gran pasillo en el segundo piso.

—Esta será tu habitación —comentó Jingkook mientras abría la puerta— Mi dormitorio está justo al lado, por si necesitas algo.

—Mmh... vale.

—Entonces... Ponte cómodo.

Jimin entró lentamente, encontrando un amplio dormitorio de color blanco y con algunos cuadros decorando las insipidas paredes, con una gran cama de dos plazas y dos puertas en cada esquina.

—Oh...

Jungkook frunció el ceño ante la extraña reacción de su omega.

—¿No te gustó tu habitación?

Jimin negó con su cabeza.

—No es eso —sonrió, aun cuando le estaba dando la espalda a Jungkook— Es solo que, esto es... demasiado aburrido —refunfuñó Jimin.

Entonces Jungkook soltó una risita ronca. Por supuesto que iba a ser aburrido para su omega.

—Puedes cambiarle el color o decorarla a tu gusto.

Jimin se volteó para mirarlo.

—¿Hablas en serio? —no pudo ocultar el asombro que tiñó su tono de voz.

—Por supuesto. Es tu habitación desde ahora, y debes estar cómodo en ella.

—¿Y si quiero pintar las paredes con cinco colores diferentes?

Jungkook soltó otra risita ronca, que casi derritió por completo a Jimin.

—Me dices qué colores serán y los compro, y contrato a alguien para que venga a pintar.

—¿Y si quiero cambiar las cortinas y la cama?

Jungkook tarareó antes de responder.

—Si quieres mandar a re decorar esta habitación, que jamás he ocupado, puedes hacerlo libremente, Jimin. Solo dime como la quieres y yo contrato personal para que hagan todo. No hay problema.

—¿Aunque sólo me vaya a quedar hasta que encuentre donde irme?

—No te estoy echando, Jimin —Jungkook aclaró rápidamente— No me molesta si... si te quedas indefinidamente.

Las mejillas de Jungkook adquirieron un suave tono rosa, haciendo que el corazón traicionero de Jimin saltara en el interior de su pecho.

—¿Y donde dormiré si la van a remodelar? —preguntó Jimin, queriendo escuchar lo obvio.

Jungkook tarareó nuevamente, alzando ligeramente sus cejas oscuras.

—Pues... ¿Conmigo?

—¿Contigo? —repitió Jimin, con una pequeña sonrisa divertida sobre sus labios.

—No hay más dormitorios disponibles, porque los mandé a modificar para convertirlos en un gimnasio y en una oficina.

—Que conveniente.

—Supongo —respondió el alfa mientras encogía sus hombros.

—Pero bueno, gracias por la libertad que me das para darle algo de vida a este hoyo blanco.

Jungkook soltó un bufido bajo ante las últimas palabras de su omega.

—Bien. Mmh... la puerta de la izquierda es un baño. Todas las habitaciones tienen su baño personal, así como también hay uno en el piso de abajo. La otra puerta es el armario, para que acomodes ahí toda tu ropa.

—Vale —Jimin avanzó hasta la cama y se sentó en el borde, esbozando una encantadora sonrisa cuando sintió la comodidad del colchón— Woow, creo que no voy a querer salir de esta cama.

—Entonces... te dejo para que te acomodes, mientras yo pido algo para comer.

—Está bien. Yo... ¿Puedo darme un baño primero? Es que, aún siento tus fluidos entre mis piernas.

Si Jungkook hubiera estado bebiendo algo en ese momento, se abría atragantado como un idiota por el comentario de su omega.

—Por supuesto que puedes bañarte.

—Pero no tengo shampoo ni nada de eso... —Jimin abultó inconscientemente su labio inferior, pensando que debió haber sacado sus cosas de aseo personal de su casa.

Oh, por amor de Dios, ¿Jimin era consciente de lo jodidamente tentador que lucía haciendo pucheros? Jungkook, quien casi se infarta ahí mismo, estaba seguro de que su omega lo sabía.

—Te pasaré mi shampoo y una barra nueva de jabón para que uses ahora, pero más tarde podemos ir al supermercado a comprarte lo que te hace falta.

—Uhm... vale, gracias —dijo Jimin, caminando lentamente hacia su maleta para abrirla y sacar ropa limpia.

—Vengo enseguida, entonces.

—Bien.

Jungkook no dijo nada más, simplemente giró sobre sus talones para salir del dormitorio.

Joder, ¿qué estoy haciendo?

Avanzó sin prisa hasta llegar a su dormitorio y lo cruzó, con la única intención de adentrarse a su baño privado para tomar lo necesario para su omega.

Cuando tomó la barra nueva de jabón y el bote de shampoo, Jungkook dudó. ¿Estaba haciendo realmente lo correcto?

Por supuesto que sí, maldita sea.

Su lobo gruñó, como ya era costumbre cada vez que dudaba de algo. De alguien. De Jimin, para ser más específicos.

Cállate.

Dejó todo en el mueble del baño y frotó su rostro con ambas manos, para luego mirar su reflejo en el espejo. Se veía cansado, pero con una genuina felicidad que parecía iluminar su rostro.

Se aflojó la corbata y la retiró finalmente de su cuello, dejándola caer al piso sin cuidado.

—Bien. Todo está bien —murmuró bajito— Todo está bien...

Soltando un largo suspiro, tomó nuevamente las cosas entre sus manos y comenzó a caminar, volviendo al dormitorio de Jimin.

Cuando empujó la puerta y entró, Jimin ya no estaba ahí, pero podía escuchar el agua de la ducha correr en el cuarto de baño. Antes de dar un solo paso, observó que la maleta estaba completamente abierta en el suelo, y la ropa estaba desparramada por todos. Jungkook sonrió como un idiota, totalmente fascinado por lo desordenado que parecía ser su omega.

Y antes de poder pensarlo siquiera, sus pies ya se estaban moviendo hacia donde se encontraba Jimin, pero se detuvo abruptamente frente a la puerta semiabierta del baño. Mierda, realmente estaba jodido. Con la mano izquierda, Jungkook abrió hasta atrás la puerta, dejando que una densa capa de vapor por la ducha lo recibiera.

Los ojos oscuros de Jungkook se fijaron inmediatamente en el joven omega desnudo que se encontraba bajo la lluvia artificial de la ducha, con el vapor ondulando las curvas de su contorneado cuerpo.

Mmh... precioso.

No pudo negar las palabras que su lobo ronroneó, porque él prácticamente se encontraba babeando por su omega.

La mirada de Jungkook decidió seguir las gotas de agua que bajaban por la elegante curva de la espalda de Jimin, deteniéndose en ese perfecto y redondo culo. Y, mierda, Jungkook tuvo que recordar como respirar por un momento.

Su polla saltó impaciente bajo su ropa. Dios, estaba tan malditamente duro que ya dolía, con sus manos y boca picando por las ganas de tocar y probar. Él quería tocar, besar y morder ese precioso culo perfecto, enterrar la cara en él para comérselo. Deseaba... joder, Jungkook deseaba poder deslizar su lengua caliente entre las nalgas de Jimin, saboreando su lubricante natural mientras lo follaba con su lengua.

Con la boca repentinamente seca, Jungkook vio como Jimin movía lentamente una mano hacia su culo, entre sus mejillas, sus pequeños dedos acariciando su entrada. Un gemido roto se escuchó por parte de Jimin, haciendo que Jungkook se quedara prácticamente inmóvil, consciente de que su omega se estaba penetrando a sí mismo con sus dedos.

Sus ojos se centraron por completo en ese dedo que se movía con impaciencia, mientras Jimin arqueaba su espalda y apoyaba su frente en los azulejos de la ducha, para tener un mejor acceso.

Jodido infierno, la curva del culo de Jimin era verdaderamente obscena.

El dedo de Jimin comenzó a moverse más rápido, dentro y fuera de su agujero, y Jungkook no pudo evitar que su imaginación volara desvergonzadamente. Imaginó la punta de su enrojecida polla entrando lentamente, empujando hasta la base, desapareciendo por completo dentro de Jimin.

Mierda.

Cuando Jimin agregó un segundo dedo dentro y comenzó a follarse más rápido, dejó que pequeños jadeos de placer le acompañaran, haciendo que repercutieran directamente en la polla de Jungkook.

Jungkook cerró los ojos, tratando de controlarse para obligarse a salir del baño. Debía darle privacidad a su omega, esperar a que terminara o simplemente tocar para avisar que estaba ahí. No quería hacerse ilusiones de que Jimin le dejaría follarlo nuevamente.

No. Vamos, muévete.

La risa burlona de su lobo vibró en su pecho, haciéndole abrir los ojos con su ceño ligeramente fruncido.

Cuando Jungkook decidió moverse, no fue precisamente para abandonar el baño. Se movió hacia Jimin, su omega.

Se detuvo detrás de Jimin, con el agua cubriendo su cuerpo. Jungkook se dejó caer lentamente de rodillas sobre los azulejos de la ducha, dejando los utensilios de aseo a un lado para agarrar las caderas de su omega y arrastrar su codiciosa boca por su suave mejilla húmeda.

El cuerpo de Jimin dio un respingo del susto y sacó rápidamente sus dedos para darse la vuelta, mas no pudo. Jungkook le sujetaba firmemente sus caderas, así que Jimin solo pudo voltear su cabeza para intentar mirar al alfa detrás suyo.

—Ju-Jungkook... —balbuceó Jimin, casi ahogándose con su propia respiración al sentir la lengua del alfa deslizarse lentamente sobre su agujero resbaladizo.

Jungkook alzó la vista, encontrando el rostro totalmente rojo de Jimin, con sus ojos marrones muy abiertos y sus tupidas pestañas oscuras brillando por el agua, mientras mordía sensualmente su labio inferior. Se veía tan malditamente hermoso, que la polla de Jungkook se sacudió, haciendo que sus bolas comenzaran a doler por el deseo que sentía en ese momento.

Maldita sea, se veía lo suficientemente bueno como para saltar sobre él y comérselo ahí mismo.

—Aaah... —Jimin gimió cuando sintió a Jungkook darle una lamida a su agujero— Oh, Dios, sí. Aaah...

Jungkook descendió lentamente sus manos de las caderas hasta las mejillas de Jimin, para separarlas y profundizar dentro. Ronroneó con fascinación cuando saboreó el lubricante endulzado que comenzaba a salir del agujero de su omega.

Mmh... tan bueno.

Los pequeños gemidos rotos de Jimin, resultaban ser tan excitantes que Jungkook sentía que no estaba teniendo suficiente. Su polla volvió a saltar bajo su ropa mojada. Entonces Jungkook supo que su polla deseaba estar donde estaba ahora su lengua.

Dio un suave mordisco a la mejilla derecha antes de pararse. Jungkook comenzó a quitarse la camisa empapada, lanzándola sin cuidado fuera de la ducha, para luego desabrochar su pantalón y bajar la cremallera, dejando libre su polla dolorida.

Mierda, lo deseo. Quiero follarlo...

—Separa más las piernas, Jimin —ordenó Jungkook, empujando su cuerpo mojado contra el de Jimin.

Jimin hizo lo que se le ordenó asquerosamente rápido. Apretó los ojos cuando sintió la mano de Jungkook agarrarle sin mucho cuidado una de sus nalgas, para luego soltarla y mover los dedos hasta su entrada.

—Estás tan mojado —dijo Jungkook cerca de su oído, empujando sus dedos con impaciencia dentro de Jimin, quien soltó un pequeño gemido mal contenido.

Los largos dedos de Jungkook se separaron como tijeras, en un vago intento por preparar a su omega. Pero la verdad era que, no se sentía en condiciones por esperar un segundo más. Queria follarlo, joder.

Jungkook besó el hombro de Jimin, para luego ir a su cuello y dar un pequeño e inofensivo mordisco, justo donde debería ir una marca de algún alfa. No, mejor dicho, dónde debía ir su marca. Retiró los dedos llenos de lubricante y los llevó a su polla, para cubrirla con el resbaladizo líquido de su omega.

—Te voy a follar, Jimin —dijo Jungkook, con esa exquisita voz ronca mientras alineaba su polla.

Jimin relamió sus labios, mientras asentía con un frenético movimiento de cabeza. Se sentía tan caliente, tan necesitado por este alfa, que se veía incapaz de negarle alguna cosa. Había esperado anteriormente, que en algún momento llegara algún tipo de enloquecimiento por lo que habían hecho en su casa, asustándolo y alejándolo finalmente de Jungkook. No paso, por supuesto.

Ahora se sentía incluso más deseoso por este alfa, maldita sea.

Ambos gimieron cuando la cabeza de la polla de Jungkook empujó contra el agujero de Jimin.

—Eres tan jodidamente perfecto —Jungkook siseó, mirando como su polla desaparecía lentamente dentro de Jimin— Pero esta posición no me gusta.

—Pu-pues a mí sí, aaah... —Jimin murmuró, totalmente aturdido por las feromonas que había empezado a exudar el alfa, empujando sus caderas hacia atrás para empalarse por completo con la polla de Jungkook.

Jungkook maldijo entre dientes y se retiró, agarrando del brazo a Jimin para voltearlo.

Cuando estuvieron frente a frente, Jungkook se inclinó y deslizó su lengua por los labios de Jimin antes de besarle, mientras su polla dura se molía contra el vientre bajo del omega. El beso no fue en lo absoluto suave. Fue furioso y salvaje, lleno de algún tipo de alivio primitivo. Jungkook atacó sin piedad la boca de Jimin con labios y dientes, mordiendo y chupando, mientras el omega se retorcía y deshacía en pequeños gemidos.

Sin romper el beso y con un ágil movimiento, Jungkook llevó sus manos al culo de Jimin y lo levantó, haciendo que el omega enredara inmediatamente sus piernas en las caderas del alfa, aferrándose a él como si su vida dependiera de ello. La espalda de Jimin tocó los fríos azulejos, pero no le importó en absoluto. Movió sus brazos y rodeó el cuello del alfa, profundizando el beso, introduciendo aún más su lengua mientras dejaba escapar pequeños gemidos de placer.

—M-mierda —jadeó Jimin cuando rompió el beso, mirándolo desde arriba, enterrando suavemente sus dedos en el cabello mojado del alfa— Vamos a follar. Por favor, por favor, quiero... fóllame, Jungkook.

Jungkook, quien había comenzado a repartir cortos besos en la mejilla y a lo largo de la mandíbula de Jimin, se detuvo, respirando temblorosamente, tratando de reprimir el deseo abrumador que sentía por ensartar a Jimin en su polla y joderlo hasta sentirse totalmente saciado. No podía hacerlo. Debía tener cuidado. Quería tener cuidado.

Pero mierda, era demasiado difícil querer ser delicado justo ahora.

Jimin serpenteó sus caderas con impaciencia, incitando al alfa a que lo follara. Jungkook gruñó, apartando una de sus manos de la cintura de Jimin para tomar su propia polla.

—¿La quieres? —Jungkook frotó la cabeza de su polla contra el agujero resbaladizo de Jimin.

Jimin asintió con su cabeza, mordiéndose el labio para evitar gemir.

—Lo quiero. Vamos, fóllame, por favor...

Con risa áspera, Jungkook presionó sus labios en el cuello de Jimin, justo debajo de su oreja izquierda, donde chupó la piel hasta dejar una hermosa marca rojiza.

—Bien... —murmuró contra la piel, empujando lentamente su polla dentro de Jimin, siseando entre dientes cuando la increíble presión envolvió su polla.

—Oh mierda, esto es increíble —Jimin gimió.

Cuando Jungkook tocó fondo, decidió quedarse quieto por un momento, dejando que su omega se adaptara a su circunferencia. La respiración de Jimin salía con jadeos entrecortados.

Tú eres increíble.

Jungkook cerró los ojos e hizo una mueca ante su pensamiento. Dios, se estaba volviendo un verdadero idiota por este omega, ademas de irresponsable. Y es que no podía creer lo irresponsable que estaba siendo, follando nuevamente y sin algún tipo de protección.

Cuando sintió que Jimin comenzaba a relajarse a su alrededor, Jungkook abrió lentamente sus ojos y enterró su rostro en la vulnerable curva del cuello del omega, aspirando su delicioso olor, a la vez que abría la boca para hincar sus dientes en la tersa piel.

Mierda, definitivamente estaba perdiendo la cabeza por un omega. Por su omega.

Jungkook ajustó el agarre en la cintura de Jimin, tirando de él más cerca suyo, antes de comenzar a moverse dentro y fuera. Se sentía bien, pero nunca tan bien como hacerlo en una cama, donde podría clavar contra el colchón al omega sin problemas.

Mierda.

—Más... vamos, lo quiero más duro —exigió Jimin, con una encantadora sonrisa sobre sus labios. Jungkook cubrió el cuello de Jimin con besos húmedos, para luego volver a chupar y succionar la piel.

Cuando Jungkook se retiró para volver a embestir, Jimin gimió alto y agudo, jalando de sus cabellos.

A la mierda con sus intenciones de querer ser delicado.

Siseando, Jungkook enterró los dedos en la cintura de Jimin y comenzó a mover sus caderas, follándolo como él quería. Jamás imaginó que se vería tan ansioso y desesperado por follar a alguien, pero aquí estaba; tan desesperado y fuera de control.

Cada golpe era más duro y más profundo. Jimin estaba haciendo ruiditos bajos, desvergonzados, casi rebotando al compás de las embestidas, como si no pudiera tener suficiente de la polla que golpeaba una y otra vez su próstata.

—Oh, Dios. Ngh, Ju-Jungkook... —Jimin se estremeció, gimiendo, su polla brillosa debido al líquido preseminal que brotaba sin control.

—¿Qué? —Jungkook preguntó entre dientes, gruñendo con cada embestida.

—Ngh, aaah...

Jungkook le dio más, incluso cuando no logró formular las palabras para pedirlo, hasta que el mundo se tornó borroso y una exploración de puntos blancos nubló su vista. Jimin gritó, arqueando su espalda y apoyando su cabeza contra los azulejos, sintiendo que todo era tan malditamente perfecto, hasta que el orgasmo lo abrazó y su polla se sacudió, expulsando cortos chorros de semen que cayeron directamente en los pectorales abultados de Jungkook.

Jungkook no dejó de golpear dentro de Jimin, porque no podían dejar de hacerlo. Mierda, estaba tan cerca de su propio orgasmo. Sintió como Jimin se sacudía, temblando, apretando su polla, jadeando.

Jungkook se inclinó hacia adelante, apoyando sus labios contra la mandíbula de Jimin para dejar cortos besos, apretando el agarre en la cintura del omega, gimiendo y empujando profundo.

Entonces sintió que su vientre bajo se tensaba. Solo bastaron unos empujes más y se corrió con tanta fuerza que su visión quedó en blanco. Su polla se sacudió en el interior de Jimin, como si no pudiera dejar de expulsar semen, como si se fuera a correr por siempre, hasta que ya no pudo más.

Todo movimiento cesó, y Jungkook apoyó su frente en el hombro de Jimin, sintiendo como el agua golpeaba su piel húmeda.

Lo más lógico ahora era moverse, retirarse del interior de Jimin y dejarlo nuevamente sobre el suelo. Pero Jimin no dijo nada, simplemente se había aferrado a su cuello nuevamente.

El sonido del agua chocando contra sus cuerpos se sentía bien. Sus cuerpos estaban completamente saciados.

—Jungkook... —Jimin murmuró luego de un rato, su voz se escuchaba perezosa.

—¿Mmh? —Jungkook tarareó, arrastrando sus labios sobre el cuello de Jimin.

Nunca antes se había obsesionado tan rápido con los cuellos, hasta ahora.

—Deberíamos bañarnos —sugirió Jimin.

Jungkook frunció el ceño, dándose cuenta de que estaba dejando un gran desastre en el cuello del omega. Se detuvo, sintiéndose ligeramente molesto por eso. Aclarándose la garganta, buscó algo qué decir.

—Deberíamos —terminó por decir, con su voz sonando más seca de lo que esperaba, saliendo finalmente del interior de Jimin.

Jimin se aferró al cuello de Jungkook, soltando un quejido bajo ante el repentino vacío que sintió. Mierda, lo quería dentro de él nuevamente.

Con cuidado, Jungkook dejó a Jimin en el suelo. Se miraron en silencio. Jimin estaba completamente desnudo, mientras que Jungkook aún llevaba puesto su pantalón.

—Quitatelo —ordenó Jimin, apuntando al pantalón de tela del alfa.

Jungkook ni siquiera pensó en negarse, él simplemente se retiró el respeto de la ropa en silencio. Jimin relamió sus labios cuando apareció por primera vez, el cuerpo desnudo y bien trabajado del alfa.

—Deja de mirar así, mocoso —gruñó Jungkook, moviéndose para alcanzar la botellita de shampoo que había sido olvidada en el piso de la ducha.

Jimin mordió su labio inferior mientras sonreía.

—¿Así como? —preguntó con falsa inocencia.

—Como si quisieras ser follado, de nuevo.

—Estás ahí, ¿sabes? Y yo tengo un par de ojos.

—Y acabas de ser follado —destapó la botellita y extendió su mano para agarrar la de Jimin— Lava tu cabello, ya hemos desperdiciado demasiada agua.

Jimin abultó su labio inferior mientras veía como Jungkook apretaba la botella y derramaba un poco de shampoo en la palma de su mano.

—Que aburrido. Podría follar nuevamente y sin problema, para que lo sepas —frotó el shampoo en sus manos antes de llevarlas a su cabello mojado, para luego comenzar a masajear suavemente— Ventajas de ser joven.

Jungkook resopló, imitando la acción de Jimin.

—Mocoso.

Jimin soltó una risita suave, cerrando los ojos para retirar el shampoo de su cabello. Jungkook lo observó en silencio, tentando por inclinarse para besarlo una vez más.

Solo una vez más y se detendría.

Tú y yo sabemos que eso no pasará.

Su lobo soltó medio gruñendo, haciendo que Jungkook torciera los labios.

Bueno, quizás solo sería el último de hoy.

Sin pensarlo más, se inclinó y presionó sus bocas suavemente, nada comparado con los besos crudos y salvajes que se dieron antes. Jimin gimió, moviendo sus manos hacia la cabeza de Jungkook, enterrando nuevamente los dedos en sus cabellos llenos de shampoo, sin siquiera abrir los ojos.

El lobo de Jungkook aulló feliz, porque su omega no lo habían rechazado, sino que se había aferrado a él de una forma tan íntima, correspondiendo el dulce beso que Jungkook le estaba dando.

Mío, mío, mío.

Jungkook deseó poder reclamarlo en voz alta, deseando escuchar un "tuyo" por parte de Jimin. Era su omega, todo suyo, pero no sabía si Jimin se sentía de la misma forma.

Se besaron hasta que sus pulmones reclamaron por oxígeno, entonces se vieron obligados a separarse. Jimin tenía el rostro caliente y rojo, así como sus labios hinchados.

Jungkook sonrió, satisfecho con el resultado. Jimin era un desastre por su culpa.

—Vamos, tenemos que comer algo antes de que se haga más tarde —dijo Jungkook, viendo como Jimin torcía sus bonitos labios.

Quiso reírse y volver a besarlo, pero se contuvo. No podía ceder a cada impulso que tenia por este omega, joder. Debía controlarse. Tenían que controlarse.

—Quiero comer una gran hamburguesa y papas fritas —refunfuñó Jimin, mientras comenzaba enjabonar su cuerpo.

—Bueno.

—Y cerveza.

—Mañana tienes clases y yo trabajo.

Jimin rodó los ojos.

—Vamos, no me voy a emborrachar por una cerveza.

—Solo una.

—Bien.

Siguieron bajo la ducha, asegurándose de enjuagar muy bien sus cuerpos. Entre ratos, Jungkook se inclinaba y besaba los labios de Jimin, quien jamás se negó y respondió con entusiasmo cada beso.


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