Capítulo 3

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[Presente]

—¿A dónde me dijiste qué iríamos? — pregunta Yongsun que iba sobre la gran loba blanca mientras esta corría.

Ante la pregunta la loba gruñó, insultaba la emoción que tenía de llevarla a ese lugar.

—Yah, no me gruñas, sé a dónde vamos, pero no creí que iba a ser tan lejos— dijo abrazando el cuello del lobo asegurando su agarre para no caer.

—Ayer soñé con el día en que nos conocimos— dijo de pronto y la loba comenzó a disminuir la velocidad para escuchar mejor.

—Más bien soñé con la segunda vez en que nos encontramos— dejó ir una sonrisa —fue...wow, como si lo hubiese vuelto a vivir.

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[7 años atrás]

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Habían pasado dos semanas desde que Yongsun había vivido aquella situación llena de adrenalina. No le había mencionado nada a su abuela, estaba segura de que no le creería, cierto que siempre le hacía cuentos y le contaba leyendas sobre lobos y ese tema, pero no era más que una preferencia.

Quién en su sano juicio le creería a una niña de diez años que se había encontrado con un licántropo herido y que este luego la salvo de un gran lobo negro, que a su entender podía ser otro licántropo, pero de los malos.

Era momento de ir con tía Sunmi, quien la llevaría de paseo, por lo que su abuela le hizo prometer que esta vez cogería por el camino que mejor se sabía y que apenas llegara a casa se pusiera en contacto para avisar de que estaba bien.

Yongsun, aunque era una niña se negaba a admitir que tenía miedo. Cierto que el licántropo blanco parecía ser bueno, pero y sí no tenía suerte esta vez, ¿y si se encuentra con alguno peligroso?

La castaña iba perdida en sus pensamientos mientras pateaba las piedras del camino y sin mirar al frente, chocó contra algo peludo llevándola a caer al suelo.

—Auch— se quejó al caer, y al elevar su vista lentamente por las grandes patas negras frente a ella, sabía que tenía que ser una jodida broma.

Un imponente lobo negro estaba frente a ella mirándola, pero se veía distinto a aquella vez, estaba calmado y solo la estaba analizando, aun así, era peligroso.

—¿Estás bien? — sintió una voz y a pesar de haberla oído pocas veces supo quién era.

—Tú...— reaccionó al ver a la chica licántropo bajándose del gran lobo negro, y esta vez si estaba vestida.

—Hola—saludó con algo de timidez y Yongsun estaba sin palabras y confundida, ¿qué hacía encima del lobo que las había atacado?

La chica frente a ella al darse cuenta de que miraba con temor al gran lobo negro decidió aclarar la situación luego de bajarse.

—Tranquila, ella no te hará daño— «¿Ella?» pensó.

—Hyejin, baja la transformación, ya te expliqué que ella me salvó— Yongsun estaba con su boca abierta por lo escuchad.

La loba acató y bajó su transformación con la rubia para delante de ella mientras que sacaba de la mochila de esta un vestido para vestirse.

Era una chica lo más probable que de su misma edad o incluso menor, era increíble como ese gran lobo podía ser una niña que seguro era menor que ella. Se veía intimidante pese a su estatura, lo más probable es que no se sentía segura con la presencia de Yongsun.

—Un gusto, soy Kim Yongsun— se presentó pero la pelinegra la ignoró dando paso a la rubia que habló.

—Cierto, no nos habíamos presentado, soy Moon Byul Yi, puedes decirme Byul, y ella es Ahn Hyejin— señaló a la menor junto a ella.

— Gracias otra vez por lo del otro día, pero... ¿qué haces acá otra vez? — preguntó repentinamente y Yongsun contesto lo más natural posible.

—Voy hacia la casa de mi tía, y este es el camino más directo.

—Oh ¿crees que pueda acompañarte? — pregunto la otra chica, se veía emocionada, pero Yongsun estaba insegura.

Cierto que se habían salvado mutuamente, pero eran muchas las historias en las que los lobos eran los villanos y eso la preocupaba.

—ByulYi, vayámonos, si nos ven acá con un humano nos regañaran— dijo Hyejin llamando la atención de Yongsun.

—No seas aburrida Hyejin, si quieres vete— dijo Byul sin mirarla.

—Entonces eso haré— la chica sin esperar se transformó luego de quitarse el vestido y dejarlo al lado de Byul quien seguía mirando a Yongsun como si fuese algo único.

El gran lobo negro dio un aullido y luego de que Moonbyul le gruñera se fue de allí corriendo dejando a ambas solas.

—Por favor, no temas...después de todo eres una niña— dijo Byul y Yongsun no comprendió.

—¿Qué quieres decir?

—Nosotros los lobos...los licántropos tenemos nuestro propio código...— respondió y Yongsun escuchaba con atención.

—Protege a tu familia, honra a los más ancianos, enseña a los más jóvenes, trabaja en equipo, expresa tu opinión, mantén tu posición, juega mientras puedas, esta última es mi favorita— dijo mostrando una gran sonrisa para luego proseguir —Siempre deja tu marca y una de las más importantes, no atacar a las crías de los humanos— dijo recordando la profundidad de su código.

—Crías, ¿te refieres a los niños?

—Si...aunque no todos quieren seguir esa parte —dijo dando un suspiro pesado.

—¿Por qué?

—De todos los códigos, el más reciente fue establecido hace once años, por nuestro actual líder, según él los niños humanos no tienen la culpa de lo que hacen los adultos, y coincido con él, pero ustedes luego crecen y vienen a por nosotros— dijo Byul y se sintió una pisca de dolor en sus palabras.

—Algunos de ustedes tienen como código cazarnos al crecer— dijo sin rodeo y la joven Yongsun no podía creer aquello, cierto que se veían intimidantes y peligrosos, pero por qué acabar con ellos como un código.

Byul cerró sus ojos y al abrirlos un fuerte color amarillo ocupó el lugar castaño de sus ojos, viéndose intimidante y furiosa. Eso hizo retroceder un poco a Yongsun, pero luego de ver una lágrima caer por la mejilla de la chica tuvo la necesidad de acercarse y tomarle las manos.

—Yo...yo nunca les haría daño— dijo sonriente y con sinceridad provocando algo nuevo en Byul sin saberlo.

Con esas palabras había llegado al corazón del joven licántropo y eso la haría querer protegerla desde aquel momento.

Byulyi rápidamente limpió el rastro de las lágrimas que bajaban por sus mejillas.

—Mis padres...fueron cazados— dijo y Yongsun no supo cómo reaccionar —prácticamente estoy sola, yo y mis dos mejores amigas y...

—Yo puedo ser tu amiga— propuso Yongsun sin pensarlo haciendo a Byul levantar la vista emocionada —...si quieres.

—Si...claro— dijo y le dio una gran sonrisa a Yongsun tomando bien sus manos —me encantaría...pero.

— ¿Pero?

—...No nada— negó y volvió a sonreír —¿te acompaño? — preguntó y luego de que Yongsun asintiera, sin soltar la mano de la castaña se dispusieron a caminar.

La menor se sentía protegida, y el calor en su pecho se extendía lentamente al mirar a su nueva amiga.

Fueron todo el camino tomadas de las manos, al comienzo solo Byul la tenía agarrada, pero conforme hablaban entrelazaron dedos, ambas sonreían, se contaban datos al azar sobre ellas y bromeaban al respecto.

Byulyi era realmente divertida, más de una vez hizo reír a la pequeña castaña con sus ocurrencias.

Le contó que tenía 10 años, siendo la misma edad de Yongsun. Confesó que a la chica de antes ella le decía Hwasa y tenía 9 años, que ella y Wheein eran como sus hermanas pequeñas, con quienes siempre entrenaba.

Desgraciadamente para ellas habían llegado al límite del bosque, la autopista cercana a la ciudad.

—¿Te debes ir? — preguntó con cara de cachorro la rubia haciendo sonreír a Yongsun por lo tierna que se veía.

—Sip Byulyi, tía debe estar esperándome, pero tal vez podamos vernos dentro de unos días— dijo la pequeña Yongsun —¿Qué tal si vienes conmigo? Seguro a tía le gustas — preguntó con inocencia, pero era obvia la respuesta.

—Solo los mayores importantes pueden salir del bosque— respondió desanimada.

—Entonces vendré a verte pronto— dijo Yongsun ganándose una enorme sonrisa de parte de Byul.

—Es muy seguro que no nos veamos en un buen tiempo— dijo Byul desanimada.

— ¿Por qué? — preguntó ahora la castaña desanimada.

—Mi clan emigra cada cierto tiempo para que los cazadores no nos encuentren— dijo y dejo ir un suspiro — generalmente regresamos a este bosque cada cinco semanas y estamos por dos meses, y ya es hora de cambiar de localización— explicó.

—Entiendo...pero prométeme que nos veremos cuando regreses— pidió Yongsun y Byul quien pensaba que no la volvería a ver se animó sin planearlo, la volvería a ver.

—Por supuesto, claro.

— ¿Dónde nos veremos? — preguntó ahora Yongsun.

— ¿Recuerdas donde te encontraste conmigo la primera vez?

—Más o menos.

— Ve a esa zona, no debe ser el lugar preciso, yo con mi olfato te encontraré— dijo para luego olerle la mano provocándole cosquillas a Yongsun.

—Está bien, gracias por todo Byulyi—la jaló para sí y le dio un beso en la mejilla haciendo abrir los ojos sorprendida al joven licántropo que se veía más que feliz luego de eso.

—Esperaré a jugar contigo— confesó Byul y sin quitarse la ropa se transformó en el hermoso lobo blanco para después de unos segundos observándola corrió bosque adentro.

Yongsun movía su mano despidiéndose al ver correr a su nueva amiga, y sonrió al verla detener su carrera y aullar con energía en su dirección.

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