Capítulo 2

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Han pasado varios años y es increíble todo lo que ha cambiado en mi vida. Ya no soy la niña inocente de 10 años, sino una chica de 16 capaz de darse cuenta de más detalles de mi entorno.

Desde aquella vez, en este mismo bosque...conocí un distinto mundo prácticamente, cuando los lobos no eran más que mamíferos, que los licántropos no eran más que leyendas, y que el mundo que yo conocía no era realmente como imaginaba.

Le había dicho a mi abuela que iría a casa de tía Sunmi por unos días, por lo que hacía treinta minutos caminaba en dirección a la ciudad atravesando el espeso bosque. Mis sentidos gritaban alerta y el escalofrío que me avisa del peligro recorrió mi espalda. Al buscar con la mirada mis ojos se abrieron como platos al observar el enorme lobo blanco que me observaba junto al tronco de un árbol.

Al notarlo mi cuerpo dejó la tensión por el peligro de lado y lo observé con desafió brillando en mis ojos y mostrando una sonrisa petulante hablé.

— Sabes que acosarme entre las sombras ya no me asusta— dije orgullosa —Baja la transformación de una vez—luego de un gruñido bajo observé como su cuerpo comenzaba a cambiar.

El gran lobo frente a mí se retorció hasta que cambió de forma volviéndose una hermosa mujer, mis ojos recorrieron su cuerpo comenzando desde las piernas para recordar repentinamente como no tenía ropa puesta al observar sus manos frente a su pelvis desnuda.

Coloque ambas manos en mis ojos, con los dedos un poco separados para verle la cara cuando ella me sonrió con picardía sabiendo que la estaba espiando. Mete su brazo en el hueco del tronco para de ahí sacar ropa que había escondido antes.

[...]

—Ya está— la profunda voz me avisa de que puedo mirar y una vez más mi respiración se corta al observar a la hermosa mujer que camina hacia mí.

—Hola—dice tímida «supongo que por volverla a ver desnuda» y camina hasta terminar frente a mí.

—Ayer no te dije nada porque las chicas comenzarían a burlarse, pero, me gusta el cambio— le dije y ella sonrió tocándose el cabello feliz.

—¿Estás lista?

—Siempre— dije y luego deposité un beso en su mejilla.

.

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[7 años atrás]

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Frente a ella había un gran lobo blanco, hermoso pelaje y ojos amarillos que la miraban directamente a los suyos.

Yongsun dio varios pasos hacia atrás presa del miedo, ¿qué tal si no era cierto que los lobos no atacaban niñas? ¿qué tal si tenía hambre?

Su cuerpo tiembla, y termina tropezando con una gruesa rama y es cuando ve la cueva cercana, pero si huía a esconderse allí podría perderse dentro y sería peor, ¿o lo era ser comida por un lobo?

No sabía que hacer, el gran lobo, mucho más grande de lo que ella se imaginaba, daba lentos pasos en su dirección y es cuando ella lo notó. Entrecerraba sus ojos mostrando debilidad, incluso su caminar era lento.

Indecisa se pone de pie y cuando va a decir algo el gran lobo se desmaya, cayendo al suelo con sus ojos entre cerrados y respiración pesada.

En el momento en que la blanca nieve se tiñe de rojo, la joven Yongsun se percata de algo, el lobo estaba herido.

Aun asustada se pone por el costado del gran lobo y ve la fea herida. Parecía que había perdido mucha sangre, pues su bello pelaje era manchado por la sangre. Por mucha empatía que ella sentía hacia otros seres vivos, de algo estaba segura, era peligroso estar allí... ¿y si aparecía otro lobo y la atacaba?

Contrario a lo que su corazón le decía decide irse, pero luego de varios pasos dándole la espalda al gran lobo siente el quejido, para su sorpresa sonó como una niña adolorida.

Se gira y para su sorpresa en lugar del gran lobo había una adolescente que parecía ser un poco mayor que ella, una desnuda chica con una herida en el lado derecho de su torso.

Ella no podía creerse lo que estaba frente a sus ojos, ¿cómo era posible? se preguntaba mientras que se acercaba estando con la guardia activada, era imposible que esa chica fuese el lobo, si era así ella era...un licántropo. Yongsun abrió sus ojos sorprendida por lo que acababa de pensar, y si eso era cierto...era peligrosa, pero, no podía, ella no podía dejar que esa chica muriera.

Luego de respirar profundamente, saco de su mochila el botiquín médico que llevaba con ella y se acercó a la chica inconsciente. Luego de analizar la herida procedió a ayudarla con sus conocimientos. Tal vez no sería mucho, pero si podría evitar que el sangrado empeorara.

Estuvo casi catorce minutos limpiando la herida. La demora se debía a lo incomoda que se sentía al estar la otra chica desnuda, y para disminuir un poco la tensión con su propio abrigo la cubrió lo más que pudo.

Sin planearlo luego de haber terminado, Yongsun se apoyó a un gran árbol mientras que la miraba. No sabía qué hacer, ya había hecho todo lo que podía, pero no podía dejarla allí sola e indefensa. Para su beneficio la nieve era leve y el cuerpo de la chica se mantenía increíblemente a una temperatura alta manteniéndola caliente.

[...]

Se encontraba anocheciendo y Yongsun se había quedado dormida horas antes sin planearlo. Se estiró apretando sus ojos y al abrirlos se llevó un buen susto, chillando y asustando a quien la observaba a poca distancia.

—¡Tú! — señaló asustada a la rubia frente a ella.

— ¿Yo?

— ¿Puedes hablar? — preguntó impresionada.

—Claro que puedo hablar, ¿qué creías? — le respondió la chica con arrogancia haciendo a Yongsun fruncir el ceño.

Ella se pone de pie y la otra chica junto a esta, dejando ver bien su parte inferior desnuda, su torso estaba cubierto debido a que tenía puesto el abrigo de Yongsun.

—Por favor cúbrete— dijo Yongsun dándole la espalda nerviosa, cierto que cuando la curaba la vio por completo, pero ahora que estaba despierta era más incómodo.

Luego de varios segundos sintiendo a la otra chica moverse —Ya— al girarse sintió como sus mejillas enrojecieron.

— ¡Yah! ahora es peor— chillo girándose otra vez.

— ¿Por qué? — preguntó confundida la otra joven.

—De que vale que te quites el abrigo y te lo pongas en la cintura tapándote la parte delante y dejando tu torso al descubierto— dijo y la otra chica se dio cuenta de lo estúpida que se vio.

—Toma— le dijo entregándole el abrigo y Yongsun lo tomo sin mirar

—Gracias por salvarme la vida y...— dijo y Yongsun seguía sin mirarla —Disculpa por haberte asustado...—. Dicho aquello dio varios pasos hacia atrás —Ahora debes irte antes de que te hagan daño— aquello sonó más ronco y peligroso.

—¿Por qué? — Yongsun fue a preguntar al girarse y vio como la otra chica se transformaba en el gran lobo que hacía unas horas la había asustado.

—Entonces si eres un licántropo— abrió sus ojos sorprendida.

La gran loba asintió para responderle y luego le gruño levemente.

—Debo irme...— dijo al darse cuenta en la situación en la que estaba.

En el momento en que fue a recoger la mochila y el botiquín, la loba gruñó bruscamente asustándola por lo repentino que fue y sintió como algo se paraba detrás de ella tapando la luz de la luna que se elevaba entre los árboles. Al girarse había un gran lobo negro mirándola amenazadoramente mientras la amenazaba con sus colmillos.

Yongsun dio pasos hacia atrás cayendo al suelo, pero siendo levantada rápidamente por los colmillos de la loba blanca quien luego de tenerla de pie la empujo con la cabeza, una señal que prácticamente gritaba que se fuera y eso hizo.

Comenzó a correr y al mirar atrás vio como el lobo negro fue a ir a por ella y fue detenido por la loba blanca, pero no podía dejar de correr.

No había parado, estaba reconociendo la zona cuando siente que algo viene corriendo a por ella y al mirar se trataba de la loba blanca, lo cual fue un alivio. La loba aulló y frenó, al parecer había ido para comprobar que estuviese bien.

Yongsun llegó al terreno de su abuela y al entrar por el gran portón a unos metros de la gran casa vio a un hombre salir y ella fue corriendo, tocó la puerta y su abuela le abrió estando muy preocupada y con muchas preguntas, pero de nada valdría decirle, ella no le creería.

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