Madre e hijos

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Orquídea suspiró mientras se secaba las lágrimas que se habían escapado de sus ojos, era tan lamentable, tenía a sus hijos allí mismo, al otro lado de esa puerta y ni siquiera podía acercarse. Tantos años esperando por conocerlos y cuando por fin ocurría la rechazaban, bueno, dos de ellos lo hacían, Edwyn era más comprensivo, pero no era eso lo que quería, ella quería poder darle amor a los tres, no a uno solo. Era tan patética que lo único que podía hacer era esconderse detrás de una puerta para escuchar sus conversaciones y tratar de conocerlos un poco mejor, aunque fuera de manera indirecta.

En medio de este llanto de tristeza fue que la encontró Hollow. Él dudó un poco antes de acercarse, conociéndola trataría de rebanarle la cabeza en cuanto se diera cuenta de que estaba allí, pero la estaba subestimando, habían pasado varios años y ella ya no era la misma de antes, además de que había mejorado en muchos aspectos, no sólo en su carácter.

—Soy un desastre ¿Cierto Hollow?

El caballero dio un respingo al verse descubierto ¿Cómo lo había hecho? ¿Cuándo se percató de su presencia? Llevaba varios minutos observándola ¿No dijo nada a propósito?

—Soy una madre terrible —continuó Orquídea— Abandoné a mis hijos, durante siete largos años estuve ausente en sus vidas, no los vi nacer, no escuché sus primeras palabras, ni estuve en su primer día de escuela... No es de extrañar que ahora al verme no quieran saber nada de mí.

—Ah... No te lo tomes personal... Quiero decir... Aster siempre ha tenido un carácter complicado... Pero seguro con el paso de los días se acostumbra a tí, luego se despertará su curiosidad y en la medida que él mismo te haga preguntas ya podrás contarle todo.... Solo dale tiempo.

—No sé si tenga tanto tiempo, no puedo quedarme....

—¡Cómo que no te puedes quedar! —Hollow alzó la voz pero Orquídea le puso una garra en la boca.

—Shhhh, los niños están durmiendo.

—Lo siento —dijo con voz notablemente más suave—. Pero ¿Qué quieres decir con que no te puedes quedar? ¡Han pasado siete años! ¿Acaso eso no ha sido tiempo suficiente para arreglar todo en la tribu? No me dirás que todavía se quieren matar entre ellos.

—No, ya no, pero todavía no logro todo lo que me he propuesto, aún no consigo que abran su mente a las nuevas ideas y formas de vida.

—¿Y acaso será eso posible?

—¡Claro que lo es! ¡Hay muchas mantis que piensan como yo! De hecho.... Aún antes de que empezara a actuar ya habían mantis que lo hacían... Pero no podían decirlo... Solo guardar silencio y resignarse a su existencia... ¡Pero ya estamos haciendo grandes avances! Hacemos seminarios en secreto y he escrito cosas sobre la vida fuera de Páramos Fungicos, incluso a las crías que entreno a veces les cuento historias en las que se plantean otros puntos de vista, hasta he conseguido un poco de apoyo de mi hermana Lavanda, ella estuvo de acuerdo en modificar parte de las politicas de crianza de larvas....

Orquídea siguió hablando emocionada, su cola se agitaba de arriba a abajo, cosa que a Hollow le parecía adorable, aunque a mitad de la conversación perdió el hilo y se dedicó pensar en lo que le gustaría almorzar al día siguiente. Lo que entendió fue que Orquídea había logrado algunos pocos cambios pero que le faltaban más para darse por satisfecha y que por eso no se quedaría con él permanentemente. Por un momento se sintió tentado de obligarla a quedarse, así como la había obligado a ir con él al castillo y conocer a sus hijos, pero sabía que al final eso no resultaría y solo traería más dolor, no podía encerrarla, si ella lo sentía necesario, escaparía como fuera y solo habría dolor y resentimiento de por medio.

Suspiró cansado, el último mes había sido horrible, tanto por el estrés de sus pesadillas como por el dolor de la pérdida de sus hijos y el odio de Big, pero parecía que por fin algo bueno le estaba ocurriendo, otra vez tenía al amor de su vida con él, así que tomo una decisión, aún si era por pocos días, aprovecharía su tiempo con ella lo más posible, empezando por esa misma noche.

Hizo callar a Orquídea con beso y sonrió al ver su reacción. Su cola se puso tensa, un jadeo escapó de su pecho y su rostro se tornó rojo, aún con todos los años seguía teniendo ese efecto en Orquídea, claro que mucho más suavizado que cuando la conoció ahora que no estaba en celo.

—¿Vamos? —Le tendió la mano.

—¿A donde? —Contestó ella con cautela.

—¿A donde más? Tú ya lo sabes, vamos, ven aquí —La cogió por la cintura con total confianza.

—Ho-ho ¡Hollow! —Se puso tan nerviosa que le costó articular palabra— E-e ¿Estás seguro de esto? Tú... ¿Cómo pu-puedes actuar asssí?

—¿De qué hablas?

—Yo... Te aba-bandoné.... Y... Esto.... ¿Aún me me me amas?

Como respuesta Hollow la besó de nuevo y luego extendió su mano para acariciar las antenas de la dama, eso fue suficiente para tranquilizar a la mantis, quien lo abrazó y se apoyó contra él reposando.

—Te amo tal como te amaba hace 7 años atrás... Sigues tan hermosa como siempre... Tan dulce como siempre... Tan loca como...

—¿Podemos omitir la última parte?

—Como quieras. Entonces.... ¿Vienes conmigo?

—Hasta el fin del mundo.

Hollow la llevó a su cuarto, el mismo en el que Orquídea se quedó cuando llegó al castillo la primera vez y en donde había puesto sus huevos, la nostalgia de esos tiempos la golpeó como un mazo y suspiró al pensar en todos los bellos momentos que pasó ahí, pero sobre todo se sorprendió cuando Hollow sacó alagunas cosas de debajo de su cama.

—Será posible... Esos son...

—Si, tu vieja corona y tu manto

La mantis las sujetó entre sus garras, no eran solo unos objetos de estatus, también eran el símbolo de una época y de un pensamiento diferente, el día que se desperendió de ellos perdió mucho más que solo una corona y un manto. 

—Mira Orquídea ¿Te acuerdas de esto?

Ahora Hollow sujetaba un bonito peluche de tik tik.

—Oh... ¡Todavía lo tienes! —La mantis cogió el juguete y lo abrazó encantada.

—Sí, ese pequeño me ha hecho compañía desde que te fuiste. 

—Es tan lindo como lo recuerdo —La mantis lo sujetó a la altura de su cabeza unos momentos, luego de los cuales dijo— Oye... Eh... ¿Sería muy difícil conseguir uno de verdad?

—Un que... ¿Un tik tik?

—Sí... Digo... Parecen mascotas bonitas.

—Ah si, he visto que algunos bichos los tienen como mascotas, pero si tú no estás aquí no podrás cuidarlo... Pero bueno, si prometes quedarte conmigo te conseguiré un lindo tik tik.

—Tal vez más adelante —Abrazó el peluche y observó que Hollow buscaba otra cosa bajo su cama— ¿Todavía te quedan recuerdos? Hasta donde sé no tenía más psesiones materiales, el vestido que usé en la fiesta de presentación de la herederade Nido Profundo quedó roto así que no creo que...

—Ta-chan, aquí está —Hollow extrajo un par de esposas de debajo de su cama.

—Eh... ¿Qué son esas cosas?

—Son esposas, sirven a para atar las manos de alguien o para atarlo a algo. Eh... Son interesantes ¿Cierto?

—Son para atar a alguien...

Orquídea desvió la mirada tratando ocultar inutilmente el sonrojo de su rostro, su cola se meneaba suavemente mientras abrazaba su peluche de Tik tik, su mente ya había volado lejos para adentrarse en pensamientos bastante curiosos por decir lo menos. Hollow suspiró aliviado, definitivamente seguía siendo la misma Orquídea que conocía, había estado algo reticente de mostrarle las esposas, podría pensar que era raro, pero ella seguía siendo más rara que él y con el paso de los años, algo de investigación y plática con otros bichos comprendía mejor las implicaciones de los gustos de Orquídea y estaba más preparado para lidiar con ellos, al fin y al cabo, ella era así, para bien o para mal.

Fue un encuentro apasionado, pero más dulce de lo que se podría suponer, lleno de palabras dulces, caricias tiernas.

Al final la mantis terminó suspirando de placer en los brazos de su amado que no dejaba de acariciar su cuerpo, era increíble que en todos esos años nada hubiera cambiado, se seguían quierendo como siempre, aunque quizás de una forma más madura, aunque eso lo diría el tiempo, de momento todavía estaban embargados por la emoción del reencuentro y todavía debían ponerse al día en muchas cosas.

—Hollow— La mantis se estiró y giró para quedar de cara a él, entonces rosó su rostro con su garra— Eres maravilloso.

—¿De verdad? —Sus ojos brillaron con la ilusión de un cachorro enterneciendo a Orquídea.

—Sí, todo fue hermoso. Y... No sé si será mi idea o por todo el tiempo que ha pasado ya no lo recuerdo bien, pero creo que has mejorado en esto.

—Gracias, estuve practicando.

Y en un instante la dulzura se tornó en brutalidad, Orquídea agarró un cuerno de Hollow y miró a su pareja con tal intensidad que se sintió intimidado.

—O-o ¿Orquídea?....

—¿Como que estuviste practicando? ¿Con quién?

Solo entonces Hollow entendió el problema y supo que habia metido la pata.

—No-no es nada, la reina abeja no cuenta, sus crías tampoco —balbuceó desesperado.

Y siguió un torpe monólogo que resumía la situación sexual de Hollow de los últimos años, sin entrar en detalles y tapizado de excusas innecesarias gatilladas por la mirada penetrante de Orquídeas que no dijo ni una palabra, solo se mantuvo observándolo en silencio sin soltar su cuerno. Pero finalmente la mantis cedió, liberó a su pareja, se colocó boca arriba para mirar el techo y suspiró.

—Bueno... Tampoco tengo derecho a recriminar nada, yo te dejé y no tuvimos tiempo de dejar en claro nuestra relación, además sería hipócrita de mi parte enojarme considerando que tampoco estuve sola.

—¡¿Como que no estuviste sola!? ¿Con quién estuviste?

—Con Cris, un amigo... Pero no es algo para tomarse muy en serio, solo... Pasó y pues... Nada... No hubo nada más allá de eso, no te preocupes.

—Quien es Cris.... —Gruñó Hollow con mirada asesina y Orquídea rió.

—Ah Hollow, no te enojes.

—Pero, pero.

La mantis lo calló con un beso. Hollow trató de retomar la palabra pero otro beso lo impidió y Orquídea siguió hasta que el caballero desistió. Así fue como un enfrentamiento de grandes proporciones fue evitado y reemplazado por muchos abrazos, más esto no logró sosegar el corazón de la mantis, Hollow no tardó en encontrarla mirando hacia la nada con rostro preocupado.

—¿Orquídea? ¿Estás bien?

—Si... Solo.... Estaba pensando en los niños....

—Ah.... Supongo que esa preocupación no se te va a quitar tan fácil, ni siquiera si es para dormir bien.

—Antes de dormir es cuando más pienso.

—Vaya... Normalmente estoy tan cansado que ni siquiera tengo tiempo de pensar en algo antes de dormirme... Aunque claro, tampoco logro descansar bien durante la noche debido a las pesadillas.

Orquídea volteó la vista hacia él y entonces notó lo agotado que se veía, quizás obnubilada por todos los encuentros no fue capaz de verlo, pero en verdad Lucía desastroso, aunque mucho más tranquilo que cuando recién se encontraron.

—¿Y sobre qué son tus pesadillas?

—Edwyn... Y mi padre.... Y eso solo empeora mi miedo....

—Ah, ven aquí —acurrucó a su pareja entre sus brazos—. Patatita es un buen niño, con un corazón amable, no hay nada que temer, de hecho, quizás de todos los niños, sea el más dulce... Para ser capaz de aceptar a una madre tan mala como yo...

—Eso es porque pasó tiempo contigo, te aseguro que los otros niños te aceptarán también, solo no dejes de intentarlo, acércate a ellos de a poco, cuando convenzas a Aster Jazmín de inmediato te querrá, ella siempre acepta las decisiones de su hermano.

—¿Que acaso esa niña no tiene criterio propio?

—Eh... Ahora que lo dices...

—¿Nunca te pareció preocupante que no tuviera opiniones propias?

—La verdad no, era tan obediente y fácil de cuidar sin cuestionar nada....

—¡Hollow! ¡Eso a la larga es malo!

—¿Por qué? Si es una niña muy buena.

—Pero no siempre será una niña, y algún día tendrá que decidir las cosas por ella misma, ¿o acaso tú vas a elegir a su pareja cuando llegue la hora de formar familia?

Sabía que algún día su niña crecería, pero nunca se detuvo a pensar en eso y la idea de que algún macho le pusiera las garras encima lo enfermaba.

—Ya ya, no pienses en eso ahora —decidió calmarlo al percibir su perturbación— hay mucho tiempo antes de que eso pase. Pero en fin, la cosa es que ella tiene que aprender a decidir por sí misma, no quiero una hija débil y sumisa, ya es bastante con que sea una mestiza.

—¿Y que tiene que sea una mestiza?

—Es horrenda, me preocupa que nadie se interese en ella, por eso necesita desarrollar una buena personalidad, si no tiene belleza, que encandile a todos con su forma de ser.

Hollow no estaba de acuerdo con ella, a sus ojos Jazmín era la niña mas linda del mundo, pero supuso que eran los residuos de su pensamiento racista de mantis, algo tan arraigado en el interior de alguien era díficil de eliminar, pero al menos lo tranquilizaba que estaba dispuesta a quererla y pensaba en su porvenir.

—Ay, ser padre es díficil —Se quejó Hollow— parece que no lo estoy haciendo muy bien.

—Ya lo hiciste mejor que yo.

—Si... Bueno.....

—¿Pasa algo? —Noto el nerviosismo en el caballero.

—Orquidea... Hay algo que no te he dicho...

—¿Que cosa?

—Pues.... He.... Los huevos que pusiste siete años atrás.... Eran seis ¿Recuerdas?

—Sí, pero no se iban a abrir todos.

—Se abrieron cuatro.

—Pero solo hay tres crías.

—Una murió...

Hollow cerró los ojos esperando un ataque de ira, un golpe o a lo menos gritos, no la tranquilidad con la que se tomó la noticia.

—Una lástima... Pero esas cosas pasan.

—¿Así tan tranquila?

—Es algo común. Mi mamá en su primera nidada tuvo cinco huevos, solo Lirio y Lavanda llegaron a adultas, en su segunda nidada tuvo cuatro huevos, solo Higo y yo llegamos a adultos. Mi hermana Lavanda tuvo cuatro huevos, solo dos niños están vivos todavía, Lirio tiene tres, aún no muere nadie pero todavía no llegan a la edad de meterse en problemas.

—Ah....

—Bueno, con la extraña condición de tu familia seguro todo esto es muy raro para ti.

Hollow asintió y luego siguió unos momentos de silencio.

—Hollow, cuéntame de mi hijos, de todos, incluso del que no está.

Durmieron muy tarde esa noche, y es que en 7 años habían demasiadas historias que contar, decenas de historias graciosas, peligrosas, o tiernas y con cada palabra, Orquídea cada vez tenía más ganas de pasar tiempo con ellos, además de solucionar unos cuantos problemas que había detectado. Como fuera, esa noche tomó la decisión de no rendirse, aún si sus hijos no la querían ella los amaría igual y les brindaría todos los cuidados y la ayuda que pudiera mientras estuviera allí.

............................

Al día siguiente Edwyn despertó asustado, estaba en un lugar que no recordaba y de inmediato corrió a esconderse debajo de una almohada, ya pasados algunos segundos recordó todo lo que había ocurrido el día anterior y que ahora estaba en el lugar más seguro del mundo, el Palacio Blanco.

Solo entonces asomó su rostro fuera y observó a sus hermanos que se refregaban los ojos quitándose la modorra, para luego reemplazar sus expresiones de sueño por unas de curiosidad.

—¿Que haces ahí Edwyn? —preguntó su hermana.

—Nada, ya salgo.

Sí, todo había vuelto a la normalidad, estaba en casa, en su cuarto, en su cama con sábanas de seda y allí estaban sus hermanos, Jazmín tan alegre como siempre y Aster... Se notaba cambiado, de ser un muchacho robusto con un cuerpo fuerte ahora era una criatura delgada de aspecto frágil, aunque se veía mejor que ayer, se había puesto de pie y caminaba lentamente por la cama, como si aquello representara un desafío y quizás sí lo era.

—Uf... No recordaba esto tan díficil —Se quejó el niño, que luego se sentó a descansar— Quizás ya no pueda volar otra vez. —Miró hacia el techo preocupado.

—No te preocupes, solo necesitas comer y recuperar fuerzas —Lo animó Edwyn.

—¡Si!

Y ahí estaba otra vez esa actitud tan extraña en Aster, quien ahora miraba a Edwyn como un cachorro emocionado, como si solo tenerlo cerca fuera lo mejor del mundo, en cierta manera era lindo, pero se sentía demasiado raro.

—Buenos días.

Hollow abrió la puerta y entró en el cuarto, detrás de él estaba Orquídea. Las reacciones de los niños al ver a la mantis fueron diversas, Aster de inmediato puso mala cara, Jazmín retrocedió y se colocó detrás de su hermano y Edwyn corrió hasta el borde de la cama y alzó sus garras para saludar.

—¡Señorita Orquídea!

La mantis disimuló el pequeño malestar que le provocó que se refiriera así a ella, ahora ya sabía que era su madre, pero supuso que era complicado llamar a un desconocido de esa manera, además de que ya se había acostumbrado a decirle "Señorita Orquídea" era demasiado complicado cambiar el hábito.

—Hola Patatita ¿Que tal amaneciste?

—Muy bien.

—Genial ¿Como están los demás?

—¿Ahora te importamos? —Gruñó Aster.

—¡Aster! —Gritó Hollow enojado.

El niño mantis iba a decir algo más pero notó la mirada de reproche que le dedicaba Edwyn, así que guardo silencio.

Luego de eso siguió una situación bastante intensa e incómoda, eso hasta que llegó Kairi.

La contenedor estaba radiante de alegría, por fin podría retomar sus labores como guardiana de Edwyn, desde que el pequeño se había ido sus días se sentían más vacíos, por eso entró emocionada y sin saludar a nadie se arrojó en la cama, los tres retoños rebotaron y salieron volando, Aster y Jazmín cayeron al suelo pero Edwyn fue atrapado en el aire por Kairi. La contenedor entonces salió con el niño en brazos brincando de contenta directo al baño.

—¿Que fue eso? —Preguntó Orquídea.

—Fue una Kairi —contesto Hollow —Ah, niños. ¿Están bien?

—Sí.

Y así inicio la mañana para los tres retoños, luego de un baño rápido siguió un desayuno abundante, sobre todo para Aster a quien le dieron una dieta especial para que subiera de peso. Para Edwyn todavía era un sueño poder comer la comida exquisita del palacio y estaba tan ansioso que le resultaba complicado mantener los modales, sobre todo porque había perdido la costumbre.

—Edwyn ¿Que maneras de comer son esas? —lo regañó Hollow.

—La señorita Orquídea lo hace igual —Se excusó el niño.

—Orquídea... —Hollow le dedicó una mirada suplicante.

—Ay, es que ya no me acuerdo de las reglas de etiqueta, hace siete años que no las uso y en la tribu ni siquiera usamos cubiertos.

—¿En serio aguantaste vivir en un lugar así? —Le preguntó Aster a su hermano recordando lo remilgado y exquisito que solía ser

—Si... Pero aún así no es tan terrible, quiero decir, es mejor que comer en tierras salvajes encima de la tierra escondido debajo de un hongo.

Aún les resultaba difícil creer que de entre todos él había sobrevivido sometido a todas esas penurias, por eso lo miraban con una mezcla de lástima e incredulidad, excepto por Orquídea, ella estaba muy orgullosa.

—Ese es mi niño, todo un sobreviviente.

Con esto poco a poco les iba quedando claro a Aster y a Jazmín qué clase de hembra era su madre y comenzaban a preguntarse cómo su padre se había involucrado con semejante persona, ni las mantis de Tierras verdes eran tan salvajes. Pero el momento culmine de todo eso llegó luego del desayuno, cuando fue hora de entrenar.

—Jazmín —dijo Hollow— al igual que los otros días entrenarás solo conmigo, quizás Aster está mejor pero está lejos de estar en condiciones de pelear.

—Mpf.... Ni modo —se quejó ASter— Pero papá ¿Al menos puedo mirar?

—Claro, no hay Problema.

Ya se notaba por todos lados que Aster había recuperado su entusiasmo y esto hacía muy feliz a Hollow.

—¿Y Patatita no entrena? —dijo Orquídea agarrando al niño por la cola como siempre hacía.

—¡Orquídea! ¡Ya te dije que no agarres al niño así!

La mantis bufo y reacomodó al gusano tomándolo por debajo de las axilas.

—¿Así?

Puso al niño frente a Hollow, pero aquel acercamiento tan repentino activó su miedo por lo que retrocedió de un brinco. Edwyn al ver a su padre tan asustado alzó sus garras y gruñó.

—Grrrrrr, témanme.....

Esto le saco una carcajada a Hollow.

—No funciona así Edwyn.

—Entonces ¿Patatita va a entrenar? —insistió Orquídea.

—Edwyn no entrena.

—¿Por qué?

—Porque.... Vamos Orquídea.... Es un gusano ¿Qué va a poder hacer él? Además no quiero que se sienta mal y baje su autoestima comparando sus habilidades con sus hermanos.

—¿Y como va a mejorar sus habilidades si no lo dejas intentarlo? Además, es cierto que jamás podría aspirar a ser un luchador, pero al menos debería poder defenderse, si sólo le dices que no puede eso sí que le va a bajar la autoestima.

—..... Está bien... Creo... ¿No saldrá herido? Como algo le pase a Edwyn Big nos va a matar.

—Es solo un entrenamiento, nadie tiene intenciones asesinas aquí. Vamos.

Y así fue como la familia se vio reunida, pero en lugar de usar la sala habitual de entrenamiento, se reunieron en los jardines interiores del palacio, según explicó Orquídea, en ese lugar Edwyn tenía más posibilidades de defenderse.

La mantis madre organizó un pequeño combate de práctica entre Jazmín y Edwyn, este sería supervisado por sus padres, mientras que Aster y la tía Kairi que quiso quedarse con ellos serían espectadores.

Jazmín estaba muy insegura al respecto, ella tampoco tenía mucha fé en que Edwyn pudiera luchar, además, ella tenía un pequeño aguijón, Edwyn no usaría arma alguna, decidió que iría suave contra él, quizás incluso podría darle ventaja para que agarrara algo de confianza.

Ambos contendientes se colocaron en posición de combate, y Orquídea dio la señal de inicio.

Edwyn inició enterrandose bajo tierra con tal velocidad que casi parecía que se hubiese hundido en el agua. Jazmín de inmediato bajo la guardia y caminó hasta el agujero para mirar por este, estuvo un par de segundos ahí pensando cómo haría a su hermano salir, hasta que repentinamente Edwyn salió detras de ella y la atacó.

La niña brincó lejos para evitar el ataque y se quedó mirándolo impresionada

—¿Pero que haces Jazmín? ¡Atacalo! —Gritó Orquídea.

La niña trató de obedecer, pero fue tan lenta que el gusano otra vez se puso a salvo bajo tierra.

Ahora Jazmín estaba aterrada, miraba hacia todos lados sin saber por dónde aparecería su hermano. El público por su parte ya había tomado interés en la pelea, ninguno de ellos pensaba que Edwyn tendría alguna posibilidad, ni siquiera contra Jazmín que no era la guerrera más talentosa.

Mientras tanto, en otro lugar, Big volvia de la biblioteca algo triste y preocupado, había ido a buscar a Edwyn para pasar un rato con él, supuso que estaría allí ya que era el lugar donde más tiempo pasaba, pero por alguna razón que no sé explicaba no estaba allí y ahora trataba de deducir donde encontrar al joven gusano.

Seguía en medio de sus cavilaciones cuando un jalón a su capa llamó su atención. Soul, uno de sus hermanos lo miraba con curiosidad.

—Ah, hola ¿Has visto por casualidad a Edwyn?

—(fue con su papá, su mamá y sus hermanos a entrenar a los jardines).

—¿A entrenar? ¿Entrenar que?

—(¿Defensa personal? ¿Batalla? No sé cómo llamarlo)

—¡¿Están haciendo pelear a Edwyn?!

Big corrió como una flecha hacia los jardines, sentía el miedo en la garganta y no dejaba de pensar en toda clase de situaciones horribles en las que su querido sobrino terminaba horriblemente herido. Era tan frágil, tan blandito ¡Era imposible para él resistir una pelea!

Y llegó a su destino, donde presenció el combate mucho más avanzado, Jazmín había agarrado algo de confianza y ahora arremetía contra su hermano con una serie de golpes veloces que Edwyn sorprendentemente bloqueaba con sus garras.

Aún estaba a salvo pero no por mucho si seguía así (según Big). Así que se teletransportó al jardín donde cayó desde arriba golpeando el suelo y creando una onda de poder que empujó a los niños y los hizo caer.

—Oye, se estaba poniendo bueno —reclamó Orquídea, Big la miró con furia.

—¡QUE SIGNIFICA ESTO!

—Estábamos entrenando.

—Que Aster o Jazmín entrenen está bien ¡Pero no Edwyn!

—¿Por que esa discriminación? Él es muy capaz de lograr cosas.

—Claro que tiene capacidades, pero lo suyo es el intelecto, no lo físico, lo destrozarían en batalla.

—Big, no exageres, es una batalla de práctica, los aguijones no tienen filo.

—¡Eso no importa, es peligroso para Edwyn! ¡Ya lo perdí una vez! ¡No me arriesgaré a que pase de nuevo!

—¡Por el Señor de las Sombras! Sobrevivió a un Garpies Fúngico, seguro puede sobrevivir a Jazmín.

Pero Big no la escucho, tomó a Edwyn y se lo llevó de allí.

—Big ¡Oye! —Pero no hubo respuesta, a los que Orquídea bufó molesta— Ya lo recuperaremos más tarde

—Entonces... ¿Acabó el entrenamiento? —Preguntó Jazmín con inocencia.

—Claro que no, ya que tu hermano no está ahora yo pelearé contigo ¿No es divertido?

La niña tragó espeso y miró a su padre buscando ayuda pero él parecía muy entretenido mirando una pelusa que flotaba por ahí y no le prestó atención.

—Rayos.

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Voy a ser honesta, cada vez me está costando más escribir un capítulo porque simplemente no tengo ganas de escribir. Trataré de terminar la historia pero no esperen mucho.

En fin, en otro tema, para fortuna de su salud mental, ahora tocan algunos capítulos más tranquilos y con poco drama, donde los niños están a salvoy les tocará vivir situaciones comunes domésticas y ojalá adorables.

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