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—La señorita Orquídea es su madre.

Las palabras hicieron eco en la mente de los niños que miraban incrédulos a su padre buscando algún resquicio de mentira en su mensaje, alguna mueca que delatara la broma o algo que demostrara la falsedad de sus palabras, pero su padre se veía demasiado serio, se notaba que creía firmemente en lo que decía. Pero que esa mantis fuera su madre era imposible.

—Eso no puede ser —dijo Aster— Mamá está muerta ¿Cómo podría ser ella nuestra mamá?

—¿Les dijiste que estaba muerta? —Gritó Orquídea escandalizada.

—¡Yo nunca dije eso!

—¡Sí lo hiciste! —Replicó Jazmín—. La vez que te preguntamos porqué no teníamos mamá dijiste que estaba en un lugar mejor y luego te pusiste a llorar. 

—Yo no dije que estaba en un lugar mejor, dije que estaba en un buen lugar, eso no es lo mismo.

—Uhmm.... Si puede ser, pero... ¿Por qué te pusiste a llorar entonces?

—Porque me daba penita acordarme de ella.

Orquídea se golpeó la frente con una garra y meneó la cabeza.

—Claro... Debí suponer que podía pasar algo así... Era obvio que tenía que pasar algo así, era Hollow después de todo, en fin... Aclaremos las cosas, no estoy muerta y soy su madre.

La mantis entonces se quedó en silencio esperando por la reacción de sus hijos, quizás aparentaba fortaleza, pero en realidad estaba muy nerviosa, no se había preparado para este momento, a duras penas había tenido tiempo de asimilar lo que iba a pasar. Tantas noches soñó con esto y se imaginó muchos escenarios posibles, desde una emotiva reunión donde la recibían con los brazos abiertos, hasta la peor situación donde la repudiaban por su abandono ¿Qué ocurriría? ¿Qué opinión tendrían sus hijos de ella?

—Entonces... ¿De verdad eres nuestra madre? —Preguntó Jazmín.

—Sí, lo soy.

—¿Y por qué te fuiste?

Y ahí estaba la pregunta que temía, era algo difícil de explicar a unos niños, hablar de implicaciones políticas, siglos de costumbres y tradiciones obsoletas, guerras civiles y responsabilidades de lider era muy complicado, dudaba que le fueran a entender o siquiera escuchar, ellos necesitaban una respuesta rápida y simple, eran solo niños.

—Yo... Yo me fui... Porque había alguien que me necesitaba.... Muchas personas me necesitaban y debía estara con ellos o cosas horribles pasarían....

No estaba segura si era la mejor explicación de todas, pero se estaba esforzando, no esperaba un abrazo emotivo, pero al menos pretendía que no la juzgaran.

—¿Otras personas te necesitaban? ¿Entonces nosotros no te necesitábamos? —Quien había alzado la voz era Aster, el pequeño la miraba con rabia y los ojos empañados en lágrimas— ¿Otras personas son más importantes que tus propios hijos? ¿Aquí nada malo iba a pasar si tú te ibas? Acaso tú....

—¡Aster ya basta! —Edwyn saltó en defensa de Orquídea— ¡Tú no sabes como fueron las cosas! O cómo son las cosas... ¡No  la culpes así sin saber su historia!

—¿Por qué la defiendes? 

Aster se sentía intimidado, lo que menos quería era pelear con su hermano luego haberlo recuperado de la muerte y haberle pedido perdón.

—Porque yo sé más cosas sobre toda esta historia y la conozco mejor...

—¡Claro, porque tú siempre lo sabes todo! Pero ella nos abandonó ¡No la justifiques! Ella....

Aster no pudo continuar su rabieta porque un mareo repentino lo hizo desplomarse en el suelo, tanto sus hermanos como el resto de sus familiares corrieron a ver que pasaba, pero por estar más cerca, la primera que lo tomó y lo levantó fue Jazmín.

—¡Aster! ¿Estás bien?

—Y tú... ¿De qué lado estás Jazmín? ¿Quién crees que tiene razón?

La niña quedó muda sin saber que contestar, le hubiera gustado decir que él, porque siempre apoyaba todo lo que decía, pero ahora Edwyn tenía una postura totalmente contraria y él era listo, a menudo tenía razón en lo que decía, pero si lo apoyaba a él quizás Aster se enojaría. La verdad Jazmín ni siquiera se estaba planteando tener una opinión propia, su razonamiento se basaba en apoyar a quien consideraba más idóneo, pero ahora todo era gris, no había nada que indicara claramente quien tenía razón.

Por fortuna para la niña, la intervencion de los adultos impidió que tuviera que decidirse en ese momento. Hornet tomó a Aster en sus brazos para revisarlo y sobre todo para calmar a Big que en cinco segundos ya había entrado en pánico respecto a la salud del retoño.

—Tranquilo Big, solo está débil por la falta de comida, no hace falta que entres en pánico —lo tranquilizó Hornet.

—Bueno, la verdad es que tengo un poco de hambre —dijo el niño para alegría de su familia.

—¡Aster tiene hambre! —Gritó Hollow loco de alegría.

—Rapido, a la cocina, díganle a la cocinera que prepare su comida favorita —decretó Big.

La noticia del renovado apetito de Aster aplacó la tensión del ambiente y todos olvidaron el drama que se habían vivido con Orquídea, o más bien fingieron olvidarlo, no era fácil ignorar la tristeza que inundaba los ojos de la mantis, quien aunque se mantuvo firme y no soltó una sola lágrima, se notaba lo destrozada que estaba por dentro, pero nadie iba a decir nada, no querían quebrar su orgullo, si necesitaba llorar ya lo haría cuando estuviera sola.

Así fue como la mayor parte del grupo se alejó de la sala del trono,  excepto por Orquídea, Hollow y Edwyn. Cuando Jamín los vio quedarse atrás quiso instar a su padre y a su hermano a seguirlos.

—Adelántate tú pequeña, yo me quedaré aquí un momento más.

—De acuerdo.

Bajó las antenas desanimada, por lo que veía su padre apoyaba a la señora mantis, eso la hizo preguntarse si quizás el lado de Edwyn era el correcto, pero aún tenía dudas, no las suficientes como para tomar una decisión por su cuenta, pero en el fondo de su corazón sabía su postura, esa mantis le daba miedo y no la conocía lo suficiente como para considerarla su madre.

Cuando finalmente la cola de la pequeña Jazmín desapareció detrás de una puerta, Orquídea se permitió mostrar debilidad y se dejó caer sobre sus rodillas en el suelo, tembló suavmeente mientras trataba de contener el llanto, aquello había sido horrible, uno de los dolores más severos que había soportado en su vida. Pero una mano amiga llegó en su ayuda cuando recibió sorprensivamente a Edwyn entre sus brazos, el pequeño sabía como sacarle provecho a sus alas.

—Patatita... —su voz sonaba quebrada— Tú... No me odias por abandonarte...

—Pr favor... yo viví en la aldea mantis, yo sé como son las cosas allá, sé que quiere cambiarlas y ya vi que ha logrados cosas... Entiendo por qué se fue... No me gusta pensar que nos abandonó... Me duele... Pero la entiendo... Y ellos también lo entenderían si hubieran visto todo lo que yo vi y además... Yo estoy muy feliz de saber que tengo una madre como usted.

—Ay Patatita —Lo estrechó en sus brazos dejando caer algunas lagrimas— Eres un buen niño... En verdad eres un buen niño....

Y para su sorpresa la mantis recibió un abrazo afectuoso de parte de Hollow.

—Y tú eres una buena mantis... Una mjuy buena mants —Agregó Hollow.

.................................................

El ambiente en el castillo había cambiado de forma abrupta, de la melancolía constante habían pasado a la alegría y el regocijo, el pequeño príncipe blanco había regresado de la muerte,  Aster había recuperado la energía y los deseos de comer y Jazmín volvió ilesa de su pequeña aventura, el rey estaba más que feliz. Casi parecía un mal sueño toda la tristeza que hubo que enfrentar las semanas pasadas, pero la ausencia de Coco dejaba en claro que lo que había pasado era real y que las consecuencias estarían ahí para siempre.

Aún así, en pocas horas se había reestablecido hasta cierto punto la sensación de normalidad en la familia, como solía ser antes, Aster era el centro de atención, ahora estaban todos pendientes de su salud y de lo que quisiera comer, pero había un cambio radical que afectaba principalmente a Edwyn, ahora Aster mostraba consideración por él.

Cuando le ofrecieron algo de comer, primero preguntó si Edwyn no tendría hambre, y aunque el gusanito dijo que estaba bien, Aster insistió en compartir algunos de sus bocadillos con él, además se mostró muy interesado en saber cómo estaba y que le contara todas las aventuras que había tenido que vivir en Páramos Fúngicos.

Fue un gran cambio para Edwyn, un cambio tan grande que hasta lo hacía sentir incómodo, jamás en su vida esperó que Aster fuera amable con él, hasta hace un tiempo pensó que era algo imposible, tanto así que nunca se molestó en desar tener una buena relación con él, le bastaba con que no lo tratara mal, pero ahora tener a este fiero mantis tan manso como un trepasetas se le hacía demasiado extraño. Poco a poco se hacía una idea de lo mucho que había sufrido, su baja de peso y la falta de fuerza en sus extremidades lo tenían muy preocupado, pero ahora todo estaba bien, no pensaba apartarse de su lado en las próximas semanas y lo ayudaría a mejorar, tenía un montón de conocimientos de medicina, algo se le ocurriría.

Edwyn tuvo que contestar un montón de preguntas de parte de sus familiares, algunas eran fáciles de responder pero otras se le hacía más complicado, en particular cuando se trató el tema de Coco. Durante varias semanas evadió el hecho al estar más preocupado de su propia subsistencia que de otra cosa, pero ahora que estaba en un lugar seguro y que le preguntaban directamente que pasó con él, le tocaba por fin enfrentar el trauma y revivir lo ocurrido. Con lágrimas en los ojos relató cuando fueron devorados, las instrucciones precisas que le dio para sobrevivir y el sacrificio mortal que hizo para salvarlo.

Con su crudo relato finalmente terminó de matar la esperanza que tenían de que regresara, ya que al haber vuelto él de la muerte, pensaban que quizás lo mismo ocurriría con el pequeño. Vio la tristeza en sus familiares ante su relato pero para su sorpresa, Aster estaba tranquilo al respecto, se veía mucho más resignado que todos los demás, como si fuera una muerte superada hace mucho tiempo, o quizás como si supiera algo que nadie más sabía, era algo extraño y misterioso.

Esa noche Hornet y su familia se quedaron en el palacio, con todo lo que estaba pasando no querían dejar solos a Hollow y a Big, la relación había estado algo tensa entre ellos y si bien, con la llegada de los niños y de Orquídea las cosas se suavisaron un poco, aún había asperezas que limar por lo que preferían quedarse para apoyarlos.

Luego de la comida los hijos de Hollow fueron a sus cuartos, o más bien a un solo cuarto, estaban tan felices de verse reunidos que decidieron dormir todos juntos, aunque lo que menos hicieron fue dormir porque tenían muchas cosas que contarse, sobre todo Jazmín, ya que su relato de secuestro palideció ante las asombrosas aventuras que narró Edwyn, no le preguntaron demasiadas cosas ese día, pero ella tenía muchas ganas de hablar.

—¿Un circo de mestizos? —Preguntó Aster extrañado— ¿De verdad hay algo así? O vamos, ni que los mestizos fueran monstruos tan raros ¿Quién pagaría por ir a ver a un montón de mestizos?

—O sea, no es solo porque sean mestizos que pagan para verlos —explicó Jazmín— Son artistas, hacen shows y acrobacias y tocan música y todo eso.

—Ah, eso ya suena mejor.

—Aunque no lo creas hay lugares del mundo donde la gente odia a los mestizos —comentó Edwyn— Las mantis de Páramos Fúngicos son así.

—¿Por qué?

—No tengo idea pero es así, es por eso que la señorita Orquídea...

—Ah... Edwyn, por favor no trates de justificar a esa señora que se hace llamar nuestra madre, ella nos abandonó.

—Pero es que tú no entiendes....

—Edwyn basta, no quiero pelear contigo.

—¡Oigan! ¡Se suponía que estabamos hablando de mi visita al circo! —se quejó Jazmín.

—Lo sentimos —se disculparon sus hermnos.

—Bueno, como les decía había un montón de bichos muy muy raros allí, pero la cosa más rara era el líder de su grupo, el cual no es un bicho mestizo... ¡Ni siquiera es un insecto! ¡Es un murciélago!

—Espera... ¿Estás hablando de esas criaturas aterradoras de los cuentos de la tía Hornet? —Aster no se creía lo que escuchaba— Debes estar mintiendo.

—Ah, entonces esa cosa que vi era un murciélago —Ante cada palabras de Edwyn, Aster se asombra—. Ya decía yo que se me hacía familiar pero no podía recordar qué era.

—¿¡De verdad viste un murciélago!? ¿Y cómo era?

—Pues.... ¿Me vas a creer que era bonita? Digo... No exactamente una belleza, esas formaciones cartilaginosas de su cabeza eran un poco repulsivas y esa cola que se movía como un gusano daba miedo, pero aún dentro de todo... Era muy elegante.

—¡Y eso que ella no es la líder! —Jazmín brincó emocionada— Ella es la hija del líder, Su padre Grimm... Ah Grimm.... —Puso una mirada soñadora— Nunca había visto a una criatura tan encantadora... Era tan hermoso... Imponente... Y hablaba tan bonito... No entendía nada de lo que decía pero sonaba bonito.

—Eso suena como un problema.

—Sí lo era. Lo bueno es que el señor Bocadillo traducía sus mensajes raros.

—¿Bocadillo? ¿Pero qué clase de nombre es ese? —Aster soltó una risillla.

—También me causó esa impresión cuando lo oí —Jazmín se unió a su hermano en la risa—. Según me contó el nombre se lo puso el jefe del circo cuando era una larva, porque se lo quería comer, pero al final lo adoptó y prácticamente lo crió.

—¿Y qué clase de bicho es Bocadillo? —Preguntó Edwyn interesado.

—Es la polilla que viste con Scarlet, esa blanquita, pequeña, muy peluda con media máscara roja cubriendo su cara.

—¡Esperen! —Aster los miró sorprendido— Eso que están describiendo... Una polilla blanca, pequeña, con media máscara roja...

—¿Qué pasa con eso? —Jazmín estaba algo asustada por lo alarmado que estaba su hermano.

—Es que... Yo soñé con esa criatura... 

—¡Yo también! —Excalmó Edwyn— Antes de verlo el día de hoy... Estoy seguro de que lo vi antes... Alguna vez en un sueño...

—¿¿Queee??? ¿Cómo es eso posible? ¿Fue un sueño premonitorio o algo? ¿Y qué estaba haciendo Bocadillo en tu sueño?

—Pues.... —Aster dudó un poco antes de contestar, le afectaba mucho—. Es que yo... Estaba soñando con Coco —Las lágrimas se hicieron presentes—. Soñé que había venido a verme para despedirse de mí... Fue bonito, pero triste... Era raro... Él sabía que estaba muerto pero no tenía problemas con eso y.... —Ya no pudo continuar.

Edwyn lo abrazó para tratar de calmarlo un poco.

—Y bueno pues Coco... —Retomó la palabra al recuperarse— Coco dijo que no tenía tiempo para estar conmigo porque el señor Bocadillo lo estaba apurando... Y entonces vi a la polilla... ¿Qué acaso él es una parca o algún espíritu de la muerte?

—No lo creo, a mi me parece una polilla normal y corriente, solo que usa magia.

—¿¡Magia!? —Gritaron los hermanos al unísiono.

—¿Así como la que usa papá a veces? —Preguntó Aster.

—La verdad era un poco distinta —Aclaró Jazmín.— Me explicó hay muchos tipos magia, la de papá sería magia de ataque, el señor Bocadillo nunca fue bueno en eso según me dijo, pero en lo que sí es bueno es en meterse en los sueños de las personas.

—Entonces mi visión de Coco si fue un sueño creado por él —Aster se entristeció al pensarlo— Casi... Creí que era real, que de verdad había venido a verme.

—Los muertos no regresan —declaró Edwyn— Por mucho que nos duela aceptarlo, solo nos dejan sus recuerdos y lo que nos enseñaron.

—Lo sé, pero... Casi llegué a creer que era real —el mantis se secó las lágrimas con una sábana—. Entonces... el sueño este lo creó Bocadillo ¿Por qué hizo algo tan feo? —repentinamente la furia se apoderó de él— ¿Por qué tenía que jugar con el recuerdo de Coco?

—Quería ayudar, dijo que estabas demasiado deprimido y que eso te hacía un blanco fácil para las pesadillas.

—¿Pe-pesadillas? —Aster quedó mudo, hasta ahora no le había dicho a nadie que sufría de muchas pesadillas.— ¿Entonces supuestamente él me quitó las pesadillas? ¿Cómo lo hizo? Para eso era el recuerdo de Coco?

—No sé bien si Coco tenía que ver, pero él espanta las pesadillas colocando un sello protector, tú tienes uno y yo también, nos lo colocó besando nuestra frente mientras dormíamos.

—Uh... ¿De verdad? —inconscientemente se tocó la frente— Se hace algo incómodo pensar que un tipo vino en la noche a besarte en la frente, aún si es por ayudar es... ¡Raro!

—Bueno... Dijo que para que el sello sea efectivo debe ser colocado en alguna parte de la cabeza, y supongo que lo importante es que funcione ¿Has dormido bien?

—Ahora que lo mencionas... Sí, he dormido muy bien, mejor que en varias semanas.

—¡Ja! ¡Entonces si funciona!

—¿Papá también tenía pesadillas? —Preguntó Edwyn— Digo... Por algo Bocadillo lo besó. Aunque con él fue distinto porque lo besó en la boca.

Hubo un silencio sepulcral en el cuarto.

—Como que de pronto tengo ganas de cazar polillas —dijo Aster.

—Noooo, el señor Bocadillo es buena persona, me dio un vaso de leche, no le hagas nada. Él solo quiere ayudar y luchar contra el Rey Pesadilla.

—¿Y eses quien es? —A Edwyn de algo le sonaba el nombre ¿Lo habría leído en algún libro?

—Es un dios, el dios de las pesadillas, siempre que tienes un mal sueño él está ahí, se alimenta del terror y la tristeza y es muy malo... 

—Parece más un cuento para asustar a los niños pequeños —Aster no estaba muy convencido.

—Sin embargo creo que leí algo al respecto —intervino Edwyn acaparando la atención de sus hermanos—. "La expansión del sueño separada en el pasado, y un reino deberá estar alejado. El rojo latente, los extremos más apagados. El corazón de la pesadilla. El sueño aterrorizado."

—¿Y eso?

—Es un poema que habla del dios de las pesadillas, nacido de la misma deidad de los sueños. Bueno... Hasta ahora pensaba que solo era una historia vieja que adornaba los libros de mitología pero... Casi estoy llegando a pensar que de verdad existe o sea... Últimamente he soñado con un murciélago rojo que ataca a todo el mundo... Aunque a mi no porque sus ataques de desvanecían con mi brillo y también recuerdo que en el sueño estaba el señor Bocadillo tratando de hacerle frente... Era muy extraño... La verdad no entiendo nada.

—Será que.... El rey pesadilla existe y está atacando a la gente —susurró Jazmín con temor.

—¿Pero qué podría tener en contra de unos niños? —Edwyn subestimaba el juicio de su hermana— ¿Por qué perder el tiempo molestando a unos niños? No tiene sentido, si ese dios existe debería estar ocupado con cosas más importantes.

—No somos los únicos a los que molesta... Cada vez hay más gente con pesadillas.

—¿De verdad?

—Llevas varias semanas fuera así que no te has enterado —explicó Jazmín— Pero ultimamente en el palacio hay muchos problemas con los guardias que se quedan dormidos, todos dicen que no han podido dormir por las horribles pesadillas que tienen en la noche, algunos compañeros de clases también mencionaron que sus padres tenían esta clase problemas, no somos solo nosotros  los que tenemos malos sueños, las pesadillas se están extendiendo como si fuera algún tipo de enfermedad en el aire.

—Oigan... —Aster se estremeció— ¿Esto no es así como muy parecido a la infección de los libros de historia? Esa provocada por la diosa polilla.

—Todavía no le salen pústulas naranjas a nadie —Trató de tranquilizarlo Edwyn.

—Esta no es una enfermedad de los sueños, es una enfermedad de las pesadillas, quizás se manifiesta distinto —Se aventuró a proponer Jazmín.

—Pústulas rojas —dijo Aster.

—Eh... Ya podrías ser un poco más creativo —Edwyn suspiró— Bueno... Mejor no pensemos en esas cosas ahora o no podremos dormir.

—Es verdad, mejor vamos a dormir —Jazmín se acomodó entre Aster y Edwyn—. Quizás le podamos pedir al señor Bocadillo que también le ponga sellos protectores a los demás.

—Sería muy curioso que esa fuera la solución al problema —Aster se acomodó en la cama—. La primera infección la causó una polilla y la segunda la soluciona una polilla.

—Sí, muy curioso curioso —Edwyn bostezó— Buenas noches Jazmín, buenas noches Aster.

—Buenas noches Edwyn.

Los tres retoños cerraron los ojos y a los pocos minutos ya estaban dormidos. Ninguno de ellos se dio cuenta en ningún momento, pero a través de la puerta entreabierta una mantis los observaba con lágrimas en los ojos.

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En serio me costó sacar capítulo, pero aquí vamos. Agradezco a quienes me dieron algunas ideas para sacar adelante los siguientes capítulos, de verdad necesitaba un empujón, ya tengo un poco más armado lo que sigue, todavía me faltan detalles pero ya lo iré puliendo. Hasta pronto!


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